ANASTASIA GUBIN – LA GRAN ÉPOCA
Bayer compró recientemente la multinacional Monsanto por 66 millones de dólares. (Sean Gallup/Getty Images)
El anuncio de la unión de la empresa alemana químico farmacéutica Bayer y la estadounidense Monsanto generó numerosas reacciones. Ambas han sido cuestionadas por el desarrollo de los productos genéticamente modificados, que siguen siendo masivamente rechazados por la población europea.
La fusión que costó USD 66 mil millones, “da cuenta de una visión compartida de las ofertas agrícolas integradas, de la entrega de soluciones mejoradas para los cultivadores… para la próxima generación de la agricultura”, comunicó Bayer en primera línea el 14 de septiembre, dando a entender que seguirán adelante con sus proyectos en esta línea.
Para saber cuáles son los principales productos transgénicos de Bayer y Monsanto, basta mirar los registros autorizados por la Comisión Europea.
Bayer cuenta con cerca de 15 registros de plantas OMG para uso alimenticio y no alimenticio, en cambio Monsanto tiene cerca de 35 de ellos. Chocolates, golosinas, margarinas, yogurt, harinas, quesos, leches, aceites, azúcares, galletas, son algunos de los productos ya preparados que los incluyen.
A su vez Bayer suma 65 registros experimentales, en su mayoría desarrollados en Andalucía, España, con la Bayer BioScience y Bayer CropScience, que incluyen diversos ensayos de campo abierto. La multinacional Monsanto tiene 164 de ellos, en particular en Rumania y España.
Las dos colosales empresas han contado con el apoyo del presidente de la Comisión Europea, quien en junio le concedió a Monsanto una extensión de la venta de su principal herbicida, el Glifosato, por 18 meses. El producto fue calificado como probable cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud.
A continuación algunos de los productos Bayer-Monsanto que han suscitado críticas:
Celulosa de algodón OMG en los alimentos
Bayer cuenta con varias autorizaciones de algodón genéticamente modificado. al igual que Monsanto. Tiene permiso para usarlo en alimentos e ingredientes, incluyendo aditivos alimenticios, además de producir semillas y darle el uso característico no alimentario (telas).
Las fibras que sobran del algodón, que son demasiado cortas para ser hiladas en la industria textil y que “consisten casi en su totalidad de la celulosa, se pueden usar como aditivos alimentarios -Celulosa (E 460) y metilcelulosa (E 461)- y pueden ser utilizados como espesantes, estabilizantes, emulsionantes o agentes de relleno”, explica el equipo de OMG Compas.
Los médicos reconocen que la celulosa no es digerible como alimento. ¿Por qué incluirlos en la dieta?
El alza de precios de ingredientes como la harina, el azúcar y el aceite está impulsando la popularidad de estos aditivos, señalan los productores, según un reporte de The Wall Street Journal. Productos clásicos de la dieta saludable vienen reemplazados por aditivos no digeribles, y se argumenta que no engordan. Algunas empresas como Kraft Foods Inc. los usan como relleno incluso en el queso rallado y los aderezos de ensalada.
El algodón transgénico también se puede encontrar en el aceite preparado con su semilla, incorporado en numerosos alimentos preparados, incluyendo margarinas.
Los siguientes son algunos algodones registrados por Bayer. Por su parte Monsanto contiene una extensa lista.
- Cotton resistente al herbicida glufosinate-ammonium: (LLCotton25) ACS-GHØØ1-3. hasta 2018.
- Cotton resistente al herbicida glifosato: (GHB614) BCS-GHØØ2-5, hasta 2021.
- Cotton resistente al herbicida glufosinate-ammonium herbicides y la peste lepidopteran, (T304-40) BCS-GHØØ4-7 hasta 2025.
Herbicida glufosinate-ammonium en los alimentos
Bayer usa un gen resistente a este herbicida en la mayoría de sus productos:algodón, maíz, canola y soya.
Ambientalistas de Responsibletechnology.org. explican que el glufosinate-ammonium es derivado de un antibiótico natural, producido por dos cepas de una bacteria de suelo. Ellas también producen enzimas especializadas que transforman al antibiótico en una forma no tóxica del mismo, llamado NAG (N-acetil-glufosinato). Cuando la planta viene fumigada, sus enzimas lo convierten principalmente en NAG, por eso sigue con vida, mientras que las malezas a su alrededor mueren.
”El problema es que el NAG, que no está presente naturalmente en las plantas, permanece en ellas y se acumula con cada pulverización subsiguiente. De manera que, cuando nos alimentamos con estos cultivos GM, también consumimos N-acetil-glufosinato”, dice el informe.
Lo que se ha observado en animales es que este compuesto vuelve a transformarse en tóxico luego de digerirse con la planta, y se aloja en riñones, hígado, músculos, tejido adiposo y en la leche materna.
Su efecto tóxico es en las células nerviosas.
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