Durante mucho tiempo se pensó que el hecho de que algunas personas emplearan su mano izquierda como principal tenía su origen en el cerebro. Sin embargo, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Ruhr desvela que la llave de este 10% de la población es otra muy distinta.
Históricamente, a las personas zurdas no siempre se las ha tratado bien. De hecho, incluso llegaron a ser perseguidos por su condición, etiquetados como malvados, o incluso como brujos, a pesar de representar aproximadamente ese 10% de la población del planeta.
Antes de que la ciencia fuera ciencia, había todo tipo de teorías para tratar de explicar el origen de los zurdos, incluida una idea obsoleta de que tiene algo que ver con las madres que están estresadas durante el embarazo.
Pasaron los años, y en una investigación de la década de 1980 se encontró que la preferencia por la mano izquierda o derecha probablemente se determinaba antes de nacer. Unas pruebas de ultrasonido sugerían que desde la octava semana de embarazo. A partir de la decimotercera semana en el útero, los bebés tienden a chupar su pulgar derecho o izquierdo.
Estudios anteriores habían pensado que las diferencias genéticas entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro determinaban si alguien era zurdo o diestro. Sin embargo, el trabajo publicado en la revista eLifey por los investigadores de la Universidad de Ruhr ha encontrado que la respuesta parece estar en la médula espinal.
La investigación, realizada por Sebastian Ocklenburg, Judith Schmitz y Onur Gunturkun, junto con otros colegas de Holanda y Sudáfrica, descubrió que la actividad de los genes en la médula espinal era asimétrica en el útero y podría ser lo que hace que una persona sea diestra o zurda. Los movimientos de brazo y mano comienzan en el cerebro, en un área llamada corteza motora, que envía una señal a la médula espinal que se traduce en un movimiento.