Actualmente son bien conocidos los numerosos beneficios de la meditación, particularmente en la reducción del estrés y en el mejoramiento de la cognición. Esto desde lo que podemos llamar un acercamiento científico, pero más allá de esto yacen los aspectos de sabiduría y realización espiritual que enseñan las tradiciones como el budismo y el hinduismo de las cuales se deriva la meditación en su aplicación moderna. Para estas religiones la meditación es central en un proceso que podemos llamar soteriológico, tanto de salvación o liberación como de sanación y purificación de la mente, pues el estado natural de la mente es considerado igual a la iluminación o el despertar. En otras palabras lo que la meditación busca hacer no es conseguir o producir algo nuevo sino simplemente limpiar las impurezas y eliminar las obstrucciones para que se manifieste la luminosidad de la mente, el estado libre de aflicciones que ha sido llamado moksha, nirvana, o, también el atman o la naturaleza búdica.
Las diferentes tradiciones budistas hacen referencia al estado natural de la mente equiparándolo con la iluminación. En sánscrito tenemos términos como amala-vijnana o amala-cetas, ambos significando una mente sin mácula o una mente pura. En tibetano el término para la iluminación o la energía del despertar es byang-chubs, literalmente (byangs) pureza o limpieza y totalidad o completitud (chubs).Estos términos a la vez hacen referencia a la pureza de la mente como al entendimiento y la sabiduría que naturalmente se hace manifiesta en la mente cuando se eliminan obstrucciones. Estas obstrucciones no son sino hábitos, resultado del karma, que obstruyen la luminosidad libre e incondicional de la mente, como nubes que cubren el sol en un día de verano.
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