Para muchos de nosotros, la relajación muscular significa dejarse caer en el sofá y quedarnos frente al televisor al final de un día estresante. Pero esto hace poco para reducir los efectos dañinos del estrés. Por el contrario, debemos activar la respuesta de relajación natural del cuerpo. Un estado de descanso profundo frena el estrés, disminuye la respiración y el ritmo cardíaco, disminuye la presión arterial y equilibra el cuerpo y la mente. Puedes hacer esto practicando técnicas de relajación como la respiración profunda, meditación, ejercicio rítmico, yoga o tai chi.
La mayoría de las técnicas se pueden realizar por nuestra cuenta o con la ayuda de algún audio. Sin embargo, es importante recordar que no existe una técnica de relajación única que funcione para todos. Todos somos diferentes. La técnica correcta es la que mejor nos funcione, la que se adapta a nuestro estilo de vida y es capaz de enfocar nuestra mente para obtener la respuesta de la relajación. Eso significa que puede requerir un poco de práctica y error para encontrar la técnica (o técnicas) que nos funcionen mejor. Una vez que lo hagas, la práctica regular puede ayudarte a reducir el estrés y la ansiedad cotidianos, mejorar su sueño, aumentar su energía y estado de ánimo, y mejorar su salud y bienestar en general.
Relajación muscular progresiva
La relajación muscular progresiva es un proceso en el que relajamos sistemáticamente diferentes grupos musculares de nuestro cuerpo. Con la práctica regular, nos brindará una familiaridad, con lo que podremos eliminar las tensiones de las diferentes partes de nuestro cuerpo. Esto puede ayudarnos a reaccionar a los primeros signos de tensión muscular que acompaña al estrés. A medida que nuestro cuerpo se relaja, también lo hará nuestra mente.
La relajación muscular progresiva se puede combinar con la respiración profunda para aliviar el estrés adicional.