Vivimos en gran medida en la sociedad del entretenimiento a la vez que, quizá paradójicamente, vivimos en una sociedad en la que el trabajo invade el tiempo, eliminando las fronteras demarcadas tradicionalmente. Según el filósofo coreano Byung-Chul Han, uno de los grandes referentes de nuestro tiempo, hemos olvidado jugar. «Para muchos el tiempo libre no es más que un tiempo vacío, un horror vacui«. El ocio, entonces, trata de matar ese horror al vacío con entretenimiento inane, y así olvidarnos de nuestra conciencia. Pero con esto perdemos algo esencial al ser humano, un modo de tiempo distinto, esa actitud creativa espontánea del juego. Hoy el entretenimiento ya no se trata de jugar sino de consumir, de pasivamente recibir contenidos, acaso algunos de ellos gamificados o ludificados.
En una reciente entrevista con el diario español El Mundo, Byung-Chul Han dijo: