Las explicaciones cientìficas sobre las experiencias cercanas a la muerte son atribuìdas al cerebro, por ejemplo, si se estimula el área multisensorial llamada giro angular, el paciente puede experimentar una completa experiencia fuera del cuerpo. Las NDE (near death experiences) son revisadas en El Secreto de Zara a continuaciòn.
Recientes investigaciones sugieren que este tipo de experiencias están ligadas exclusivamente al proceso de las señales por parte del cerebro. Hay sensaciones espeluznantes, más comunes de lo que se podría pensar: Un hombre describe la sensación de la figura de una sombra que se encuentra tras él, pero cuando se gira para buscarla no encuentra nada. Una mujer se siente abandonando su cuerpo y flotando en el espacio, mirando hacia abajo su propio cuerpo.
Dichas experiencias, o NDE (near death experiences), presentan patrones comunes: el moribundo experimenta una profunda paz; siente que sale de su cuerpo y se ve desde fuera (autoscopía), es consciente de la situación (por ejemplo un quirófano, donde médicos y auxiliares están procurando resuscitarlo) y puede registrar a voluntad cualquier detalle de esa situación (la hora en el reloj de pared, el color de las agujas del defibrilador, las expresiones del grupo que está trabajando en su cuerpo); luego es aspirado rápidamente por un túnel oscuro (o pozo, o caverna); dicho túnel suele animarse con la presencia de parientes fallecidos que lo hablan, guían o alientan a retornar; al final del túnel perciben una luz; quienes llegan a ella la describen como una “luz muy intensa que infunde amor”; la vida entera del moribundo desfila ante su mirada, nítida y velozmente; un repentino límite les impide continuar el viaje por la luz; el retorno, brusco y no deseado, al cuerpo sufriente; reinsersión en la vida con una valoración distinta de las cosas, pérdida del miedo a la muerte, confiada espera en una paz que lo aguarda luego de la muerte real.
Tales experiencias son a menudo atribuidas, por aquellos que las tienen, a fuerzas paranormales. Pero de acuerdo con los recientes trabajos de los neurocientíficos, pueden ser inducidos enviando suaves corrientes eléctricas a puntos del cerebro. En una mujer, por ejemplo, una descarga en una región del cerebro llamada giro angular dio como resultado la sensación de que estaba sostenida en el techo, mirando su cuerpo que estaba debajo. En otra mujer, una corriente eléctrica sobre el giro angular produjo el sentimiento extraño de que alguien estaba tras ella, intentado interferir en sus acciones.
Las dos mujeres estaban siendo evaluadas para una intervención quirúrgica de epilepsia en el Hospital Universitario de Ginebra, donde los doctores implantaron docenas de electrodos en sus cerebros para marcar el tejido anormal causante de los ataques y para identificar áreas adyacentes involucradas en el lenguaje, audición y otras funciones esenciales que deberían evitarse en la intervención. Cuando se activó cada electrodo, estimulando una parte distinta del tejido cerebral, se preguntó al paciente por lo que estaba experimentando.
El Dr. Olaf Blanke, neurólogo de la Escuela Politécnica Federal de Lausana en Suiza, que fue quien llevó a cabo los procedimientos, dijo que las mujeres tenían un historial psiquiátrico normal y que estaban aturdidas por la naturaleza extraña de sus experiencias.
El número del 21 de septiembre de la revista Nature incluye un artículo hecho por el Dr. Blanke y sus colegas de la mujer que sintió la sombra de una persona tras ella. Describieron las experiencias fuera del cuerpo en el número de febrero de 2004 de la revista Brain.
No hay nada místico en estas fantasmales experiencias, dijo Peter Brugger, un neurocientífico del Hospital Universitario de Zurich, quien no estaba involucrado en los experimentos pero es un experto en los miembros fantasmas, la sensación de sentir un miembro que ha sido amputado, y otros fenómenos de distorsión cerebral.
“La investigación demuestra que el ‘yo’ puede ser separado del cuerpo y puede vivir una existencia fantasma por sí mismo, como en una experiencia fuera del cuerpo, o puede sentirse fuera de un espacio personal, en un sentido de presencia”, dijo el Dr. Brugger.
El estudio del Dr. Blanke
Los científicos han conseguido una nueva comprensión de estas extrañas sensaciones corporales así como nuevos conocimientos sobre cómo trabaja el cerebro, dijo el Dr. Blanke. Por ejemplo, los investigadores han descubierto que algunas áreas del cerebro combinan información de varios sentidos. La vista, oído y tacto son procesados inicialmente en las regiones sensoriales primarias. Pero entonces fluyen juntas, como afluentes hacia un río, para crear toda la percepción de una persona. Un perro es reconocido visualmente mucho más rápido si está simultáneamente acompañado del sonido de su ladrido.
Estas regiones de procesado multisensorial también desarrollan las percepciones del cuerpo al moverse a través del mundo, dijo el Dr. Blanke. Los sensores de la piel proporcionan información sobre la presión, dolor, frío y sensaciones similares. Los sensores de las uniones, tendones y huesos le dicen al cerebro dónde está posicionado el cuerpo en el espacio. Los sensores de los oídos registran el sentido del equilibrio. Y los sensores de los órganos internos, incluyendo el corazón, el hígado y los intestinos, proporcionan una lectura del estado emocional de una persona.
La información del cuerpo en tiempo real, el espacio que rodea al cuerpo y los sentimientos subjetivos del cuerpo son representados en regiones multisensoriales, dijo el Dr. Blanke. Y si estas regiones son estimuladas directamente por una corriente eléctrica, como en los casos de las dos mujeres que estudió, la integridad del sentido del cuerpo puede alterarse.
Como ejemplo, el Dr. Blanke describió el caso de una estudiante de 22 años que tenía electrodos implantados en el hemisferio izquierdo de su cerebro en 2004. “Estábamos comprobando las áreas del lenguaje”, dijo el Dr. Blanke, cuando la mujer giró su cabeza hacia la derecha. Eso no tenía sentido, dijo él, ya que el electrodo no estaba cerca de ningún área que involucrase el control del movimiento. En lugar de eso, la corriente estaba estimulando un área multisensorial llamada giro angular.
El Dr. Blanke aplicó de nuevo la corriente y de nuevo la mujer giró su cabeza hacia la derecha. “¿Por qué hace eso?”, preguntó él.
La mujer contestó que tenía la extraña sensación de que otra persona estaba tumbada bajo ella en la cama. La figura, dijo, parecía como una “sombra” que no se movía ni hablaba; era joven, más como un hombre que como una mujer, y quería impedirle algo.
Cuando el Dr. Blanke desconectó la corriente, la mujer dejó de mirar a la derecha, y dijo que la presencia extraña había desaparecido. Cada vez que aplicaba de nuevo la corriente, de nuevo la chica giraba su cabeza para intentar ver la sombría figura.
Cuando la mujer se sentó, se inclinó hacia delante abrazando sus rodillas, dijo que sintió como su la sombra del hombre estuviese también sentada y estuviese agarrándola en sus brazos. Dijo que era un sentimiento desagradable. Cuando sostuvo una carta en su mano derecha, informó que la sombra estaba intentado quitársela. “Él no quiere que la lea”, dijo.
Debido a que la presencia imitaba la postura y posición del paciente, el Dr. Blanke concluyó que el paciente estaba experimentando una percepción inusual de su propio cuerpo, como un doble. Pero por razones que los científicos no han sido capaces de explicar, dice, ella no se dio cuenta de que era su propio cuerpo lo que estaba sintiendo.
El sentimiento de la sombría presencia puede tener lugar sin estimulación eléctrica cerebral, dijo el Dr. Brugger. Ha sido descrito por personas que pasan por pérdidas sensoriales, como en alpinistas escalando en grandes altitudes o marineros cruzando solos el océano, y por gente que ha sufrido apoplejías menores u otras interrupciones en el flujo de sangre al cerebro.
Hace seis años, otro de los pacientes del Dr. Blanke pasó por estimulación cerebral de un área multisensorial distinta, el giro angular, que combina la vista con el sentido del cuerpo. El paciente experimentó una completa experiencia fuera del cuerpo.
Cuando fluía la corriente, ella dijo: “Estoy en el techo. Estoy mirando hacia abajo a mis piernas”. Cuando la corriente cesó, dijo: “Estoy de vuelta en la mesa. ¿Qué ha sucedido?”. Posteriores aplicaciones de corriente devolvieron a la mujer al techo, causándole una sensación como si estuviese fuera de su cuerpo, flotando, con sus piernas colgando bajo ella. Cuando cerró sus ojos, tuvo la sensación de incorporarse, con la parte superior de su cuerpo acercándose a sus piernas.
Dado que la posición que sentía la mujer en el espacio y su posición real no concordaban, su mente trataba de encontrar la mejor forma de transformar su confusión en una experiencia coherente, dijo el Dr. Blanke. Ella llegó a la conclusión de que debía estar flotando y fuera de su cuerpo mientras miraba hacia abajo.
Algunos esquizofrénicos, dijo el Dr. Blanke, experimentan ilusiones paranoicas y el sentimiento de que alguien les persigue. También a veces confunden sus propias acciones con las de otra gente. Aunque la causa de estos síntomas no es conocida, dice, las áreas de proceso multisensorial pueden estar involucradas.
El que la gente normal experimente ilusiones corporales, dijo el Dr. Blanke, a menudo es un misterio. La sensación del cuerpo es tan fluida, tan familiar, que la gente no se da cuenta de que es una creación de su cerebro, incluso cuando algo va mal y el cerebro es perturbado.
Aún así la sensación de integridad corporal es duplicada con facilidad, dijo el Dr. Blanke. Y aunque podemos estar tentados de invocar a lo sobrenatural cuando esta sensación corporal se tuercen, él dice que la explicación es una muy natural, el cerebro trata de darle sentido a la información en conflicto.
Dr. Moody, el pionero
Un pionero en este terreno fue el Dr. Raymond Moody Jr., quien comenzó sus trabajos siendo un escéptico. Su primer libro Vida después de la vida (Life After Life) de 1975 es considerado como la obra clásica que abre este campo a la investigación moderna, y fue seguido por otros libros publicados en 1983 y 1988.
Desde 1975 muchos estudios han sido hecho en muchos países, tantos, que ya existen varias asociaciones internacionales y publicaciones periódicas dedicadas a la investigación de las experiencias al borde de la muerte. El excelente libro australiano de Cherie Sutherland (1992) contiene una bibliobrafía selecta de unas 150 investigaciones académicas.
Moody descubrió una asombrosa similaridad en los relatos de 150 personas que habían vivido este tipo de experiencias, hasta el punto que fue capaz de identificar quince elementos diferentes que se repetían una y otra vez en dichos relatos. Llegó a construir una experiencia típica que contenía todos estos elementos:
Un hombre está muriendo y, en el momento de mayor angustia física escucha que su médico lo declara muerto. Comienza entonces a oir un ruido muy desagradable, un timbre o zumbido muy agudo, y al mismo tiempo siente como si se moviera a gran velocidad por un túnel muy oscuro. El Secreto de Zara. Después de esto siente que está fuera de su cuerpo físico, pero continúa en el entorno inmediato y puede ver su propio cuerpo a cierta distancia, convirtiéndose en espectador. Observa los intentos de resurrección desde este ventajoso punto de vista, cargado de emoción.
Pasado un rato, comienza a sentirse más acostumbrado a esa curiosa condición. Nota que aún posee un ‘cuerpo’, pero dicho cuerpo es de una naturaleza muy diferente y con poderes muy diferentes de aquel que ha dejado atrás. Muy pronto comienzan a pasar otras cosas. Otros vienen a su encuentro para ayudarlo. Vislumbra los espíritus de parientes y amigos ya fallecidos, y otro espíritu muy amable y afectivo al que nunca había visto antes—un ser de luz— aparece ante él. Este ser le formula una pregunta no verbal que le hace evaluar su vida y lo ayuda a hacerle ver una panorámica instantánea de los momentos culminantes de la misma. En determinado momento siente que se está acercando a una barrera, o borde, que parece representar la frontera entre la vida terrenal y la próxima vida. Sin embargo, siente que debe regresar a la tierra pues el momento de su muerte aún no ha llegado. Pero se resiste a ello, puesto que está emocionado por sus nuevas experiencias en la vida póstuma y no desea regresar. Se encuentra lleno de sentimientos muy intensos de alegría, amor y paz. Sin embargo, a pesar de esa actitud, de alguna manera consigue reunirse con su cuerpo físico y revive.
Después intenta contárselo a otros pero tiene dificultades para hacerlo. En primer lugar, no consigue encontrar palabras humanas adecuadas para describir estas experiencias no terrenales. Y también percibe que los demás se burlan de él, así que deja de contarlo. Aún así, la experiencia afecta su vida profundamente, y en especial su visión de la muerte y su relación con la vida.
Las entrevistas del Dr. Sabom
Michael Sabom, un cardiólogo texano, realizó ciento diecinueve entrevistas a personas que fueron resuscitadas. Eliminó las muertes clínicas ocurridas bajo anestesia y se quedó con setenta y ocho casos, personas psíquicamente normales que habían escapado de la muerte. El 43 por ciento de ellas relató NDE. El 57 por ciento restante ha pasado por su muerte y resurrección sin autoscopía, sin recuerdos de un túnel o de una luz brillante y pacificadora. No experimentaron nada diferente a un dormir profundo. En su informe, Sabom sostiene que no ha encontrado correlaciones significativas entre la probabilidad de las NDE y la edad o el sexo de los moribundos. Los relatos de NDE, cuando son confrontados con los testimonios de los médicos, se muestran veraces. Sabom ensaya este control: pedir a los sobrevivientes que no tuvieron NDE que relaten, como si se tratara de un sueño imaginado, lo que ocurrió durante su breve muerte. Veintitrés sobre veinticinco relatos contienen errores serios en la descripción de lo que realmente ocurrió. Otra diferencia importante entre el grupo de las personas con NDE y los sobrevivientes sin NDE es que los primeros han cambiado su actitud ante la vida y han perdido el temor a la muerte, lo cual no ocurre con los miembros del segundo grupo.
¿Qué son estas enigmáticas near death experiences? A cualquier persona que no desea ser víctima ni practicar la superchería le nacen preguntas inevitables: supuesta la fidelidad de las descripciones del paciente sobre lo que ve en la autoscopía, ¿cómo se las arregla el sistema nervioso para generar tal visión? ¿y cómo hace luego para registrar en la memoria esas imágenes así percibidas?
P.Van Eersel recuerda en su libro una interpretación interesante (sugerida, entre otros, por el psicólogo norteamericano Ronald Siegel): cuando “el organismo siente que se viene la muerte, libera automáticamnte una cantidad de sus drogas sinápticas, provocando con ello una suerte de sobredosis endógena y natural. De allí esa sensación de euforia, citada con tanta frecuencia por los sobrevivientes del último minuto”.
Algo así como un programa, un soft, que dispone de un consuelo para el instante supremo de dejar este mundo. Un “vuelo feliz” de drogado por las endorfinas que circulan en nuestra química cerebral, un vuelo que nos distrae o disfraza de fiesta nuestra indeseada partida final. La condición de programa genético, de respuesta prefigurada en nuestro organismo, hace comprensible el patrón común que presentan las NDE. La semejanza entre todas ellas no sería otra cosa que el preciso orden de un reflejo, de una pulsión endógena. Pero esta hipótesis no puede explicar la fiel descripción de la autoscopía, el relato veraz sobre la situación en que yace el moribundo.
Una segunda interpretación, freudiana esta vez, se asemeja a la anterior en que propone también una suerte de programa. Se trata de la memoria inconsciente del nacimiento: el flotar en la oscuridad de la matriz materna, el pasar doloroso por un tunel (la pelvis materna) que oprime al bebé, la salida hacia la luz, son experiencias que no hemos olvidado. Nuestra conciencia no las recuerda. Pero están ahí. Basta una dosis de LSD para que el drogado las reconstruya minuciosamente. ¿Qué tiene esto que ver con las NDE? Pues que ambas recorren el mismo camino: la paz inicial en el seno materno equivale a esa flotación en las tinieblas; la travesía por el túnel tiene en ambas situaciones una semejanza manifiesta (tambien durante la travesía el niño se siente morir); la salida hacia la luz como lugar de descanso luego del aporreado viaje, también. El psiquiatra checoslovaco Stanislas Grof propone que en el momento de morir revivimos nuestro nacimiento. De ahí el sentimiento de que la vida continuará.
Los sobrevivientes se vuelven más psíquicos
Un estudio americano independiente por el Dr. Melvin Morse determinó que los sobrevivientes de las NDE tenían tres veces más experiencias psíquicas verificables que la población en general; frecuentemente no podían usar relojes de pulsera y, a menudo, tenían problemas de conducción de electricidad tales como el de causar cortocircuitos en las ordenadoras de regazo y el de borrar tarjetas de crédito (Morse 1992). Encontró también que los que habían tenido NDE daban más dinero a las instituciones de caridad que los sujetos de control, eran más propensos a trabajar como voluntarios en la comunidad o a trabajar en las profesiones de auxilio, no sufrían de abuso de drogas y comían más frutas y vegetales que la población de control (Morse 1992).
¿Falta de Oxìgeno?
Algunas veces se arguye que las NDE son producidas por la falta de oxígeno y que es una reacción normal a un ‘cerebro agonizante’. Sin embargo muchas personas han experimentado las NDE antes de que hubiese ninguna fatiga fisiológica y en algunos casos no había daño físico alguno (Moody 1975: 163). Sabom, consistente con el Dr. Fenwick, notó que en los casos genuinos de deprivación de oxígeno hay un ‘obscurecimiento progresivo y confusión de las habilidades cognitivas’, condiciones no reportadas por quienes han tenido NDE (Sabom 1980:176).
Ha habido varios intentos de aducir que las NDE básicamente son ‘realización de deseos’ —que se ve lo que culturalmente se está condicionado a esperar. Sin embargo, Ring (1984) Sabom (1982) y Grosso (1981) han encontrado que no hay conexión, cero correlación, entre las creencias religiosas y las NDE.
Otros psicólogos como Uri Lowental (1981) han argumentado, sin dar ninguna evidencia, que las NDE son ‘una vuelta a vivir la experiencia del nacimiento’ Su hipótesis es considerada generalmente como una especulación inútil.
Los psicólogos Kletti y Noyes (1981) han afirmado que las NDE representan despersonalización y fantasías agradables que representan una ‘forma de protección psíquica contra la amenaza de destrucción’. Sin embargo, esta explicación también ha sido contradicha por Gabbard y Twemlow (1981) quienes apuntan que, mientras la despersonalización ocurre usualmente en personas entre los 15 y los 30 años de edad, es virtualmente inaudita en personas mayores de 40
Otros han propuesto que las NDE son formas de ‘alucinación autoscópica’ —un desorden psicológico raro. Sin embargo ambos Sabom (1982) y Gabbard y Twemlow (1981) encontraron que eso es muy poco probable en base a un sinnúmero de diferencias significativas.
La investigaciòn del Dr. Fenwick y el cerebro agonizante
El Dr. Peter Fenwick es un socio del Colegio Real de Psiquiatras y un neuropsiquiatra con reputación internacional —especialista en la interfase entre el cerebro y la mente y el problema de la conciencia. Él es una autoridad en Inglaterra, muy destacado NDE y Presidente de la Asociación Internacional para los Estudios de Casi Muerte.
Con su esposa Elizabeth, también una científica professional de Cambridge, el Dr. Peter Fenwick hizo una investigación a fondo del argumento esgrimido por materialistas y escépticos que una NDE es causada por los efectos fisiológicos del cerebro cuando está agonizando.
El argumento de los psicólogos contra los NDE tiene que ser visto a la luz de su conocimiento muy limitado del funcionamiento del cerebro. Los psicólogos no tienen la profundidad necesaria de la práctica professional y académica que tienen los neuropsiquiatras como el Dr. Peter Fenwick para evaluar profesionalmente la fisiología de las NDE. El entrenamiento profesional de los psicólogos incluye solamente un entrenamiento básico en fisiología. Una ojeada a cinco libros de texto de Psicología, estándar en las universidades, muestra que el estudio del funcionamiento del cerebro constituye menos que el 5% de todo el aoprendizaje. Los entrenandos de psicología no practican cirugía, mucho menos en el campo altamente especializado de la cirugía del cerebro humano.
Ciertamente que alguien en la posición del Dr. Fenwick tendría todo el conocimiento técnico para evaluar con exactitud si la NDE puede ser explicada por lo que está sucediendo en el cerebro agonizante. El Secreto de Zara. El Dr. Fenwick asevera que esos psicólogos escriben tonterías cuando se aventuran en áreas del conocimiento fuera de su competencia técnica, conocimiento que ellos no tienen, que no comprenden y que está fuera de su trabajo diario.
Fenwick escribe: «(Ellos) simplemente no tienen el conocimiento… Tanta tontería se dice acerca de las NDE por gente que no tienen que lidiar a diario con estas cosas. Yo estoy absolutamente seguro que tales experiencias no son causadas por falta de oxígeno, ni por endorfinas, ni por nada de ese tipo. Y ciertamente que ninguna de estas cosas explicaría la calidad trascendental de muchas de estas experiencias, el hecho que la gente perciba un sentido de pérdida absoluta cuando dejan atrás a los demás».
Como consultor de neuro-psiquiatría él trabaja constantemente con gente confusa, desorientada y con cerebros lesionados, y como señala el Dr. Fenwick:
«Lo que es muy claro es que cualquier desorientación de la función del cerebro lleva a desorientación de la percepción y a reducción de la memoria. No se pueden tener experiencias altamente estructuradas y que se recuerden claramente con un cerebro altamente lesionado o desorientado».
Igualmente refuta el argumento de las endorfinas: «En cuanto al asunto de las endorfinas, aumentamos su efecto todo el tiempo porque diariamente le damos morfina a miles de personas. Eso produce calma ciertamente pero no produce experiencias estrucuturadas».
El estudio Aware
Por otro lado, la Universidad de Southampton lanzò semana el estudio más importante jamás llevado a cabo sobre experiencias cercanas a la muerte.
El estudio, llamado Aware (Awareness during Resuscitation) (Conciencia durante la resucitación) fue promovido por el Human Consciousness Project de la Universidad de Southampton, un equipo de científicos y médicos internacionales que han decidido unir fuerzas para estudiar el cerebro humano, la conciencia y la muerte clínica.
El director del estudio es el Dr. Sam Parnia, un experto en el campo de la investigación de la conciencia durante la muerte clínica y autor del libro What Happens When We Die. Luego del éxito que tuvo el proyecto piloto de 18 meses en hospitales seleccionados del Reino Unido, el estudio se está expandiendo para incluir otros centros del Reino Unido así como Europa y los EEUU.
Contrario a la opinión popular la muerte no constituye un momento específico. Es un proceso que comienza cuando el corazón deja de latir, los pulmones dejan de trabajar y el cerebro deja de funcionar, lo que constituye una condición médica que se conoce como paro cardíaco, el cual desde el punto de vista biológico es sinónimo del fenómeno de la muerte clínica.
Durante un paro cardíaco los 3 criterios de muerte están presentes. Luego sigue un período de tiempo que puede durar de unos segundos a una hora o más en el que los esfuerzos de la emergencia médica pueden tener éxito en poner a funcionar de nuevo el corazón y reversar la muerte. Lo que la gente experimenta durante este período de paro cardíaco abre una ventana a la comprensión de lo que todos experimentaremos al momento de morir.
Un importante número de estudios recientes llevados a cabo por investigadores independientes han demostrado que del 10 al 20 por ciento de personas que tienen paro cardíaco y muerte clínica reportan procesos cognitivos lúcidos y bien estructurados, razonamientos lógicos y coherentes, memoria y algunas veces un recuerdo detallado de los eventos que experimentan durante su encuentro con la muerte.
Para el estudio Aware los investigadores utilizaron tecnología sofisticada para estudiar el cerebro y la conciencia en el paro cardíaco. Al mismo tiempo estudiaron la validez de los reportes de experiencias fuera del cuerpo y los reportes existentes sobre la posibilidad de “ver” y “oír” durante el paro cardíaco.
El estudio Aware esta complementado con el estudio del Brain-1 (Brain Resuscitation Advancement Internacional Network -1) en el que el equipo investigador condujo una serie de tests psicológicos así como técnicas de monitoreo cerebral dispuestas a identificar métodos para perfeccionar el cuidado físico y psicológico de pacientes que han sufrido un paro cardíaco.
Termino con unas palabras del Dr. Peter Fenwick sobre las NDE: ‘No parece haber muchas dudas acerca de que las NDE se producen en todas las culturas y hay constancia de ello en todas las épocas de la historia escrita. Las NDE ocurren a jóvenes y viejos, a personas en todas las etapas de su vida, a aquellos que creen que la vida tiene una dimensión espiritual y a aquellos que no profesan ninguna fe. Hay numerosos ejemplos de personas que tuvieron una NDE en épocas en que ni siquiera sabían que tales fenómenos existían.’