Los gatos han sido los protagonistas de mitos y leyendas de todo el mundo a través de todos los tiempos, un ejemplo simple es la Esfinge egipcia, cuya antigüedad cada vez es mayor a medida que la ciencia avanza en cuanto sus dataciones temporales y sobre la cual se tejen infinidad de historias sobre su origen, comenzando por supuesto por la Atlántida.
Han sido motivo de adoración de distintas culturas, pero la egipcia es realmente fascinante, así como algunos los han adorado otros los han condenado en el mundo de las supersticiones sobre la mala suerte, siendo el gato negro el que se lleva las palmas en este aspecto.
Según se cuenta todo comenzó en el Antiguo Egipto, cuando los egipcios identificaron a los leones que merodeaban alrededor de su tierra con el Sol, creían que a la puesta del sol, su Dios “Ra”, moría para descender al infra-mundo por el Oeste, para renacer de nuevo en el Este, al amanecer.
Por lo tanto durante la noche, “Ra” podría encontrarse en gran peligro, ya que sus enemigos, encabezados por el gran serpiente Apophis no dudarían en tomarlo desprevenido y atacarlo, poniendo así el universo entero en peligro.
Así atribuían a los leones su custodia hasta la puesta del sol, ya que estos podían mantener vivos los rayos solares en sus ojos, ya que para los egipcios, los leones al igual que los felinos domésticos, tienen la propiedad en sus ojos de reflejar luz en la oscuridad, de aquí su relación con “Ra”.
Con ese mismo fuego que emana por sus ojos, los leones podían matar a las serpientes por la noche, por lo cual se colocaban las imágenes o esculturas de ellos a las entradas de los templos para que los protejan de las criaturas de la noche, algo muy común en otras culturas del mundo también.
En Egipto se acostumbraba colocar a los gatos reales femeninos en a ataúdes de mármol, así como las leyes eran tan estrictas respecto de su cuidado, ya que si un hombre mataba a un gato, le correspondía la pena de muerte.
Otro dato curioso que representa la importancia de el gato en la sociedad antigua era, que cuando un gato moría, su dueño en señal de duelo debía afeitarse las cejas.
En la tumba de Tutankamon, la imagen de un sereno “Bast” fue encontrado en un santuario dorado, donde se encontraba el ataúd real.
Uno de los descubridores de la tumba, Lord Carnarvon un filántropo ingles, que financiaba expediciones en Egipto, se dice que se convirtió en un fanático de la egiptología, después de descubrir un gato en un ataúd, lo cual según cuentan lo marcó de por vida, en cuanto a su interés por el misterioso mundo egipcio.
Los gatos egipcios se propagaron desde Egipto al mundo por el aumento en el comercio internacional con el Antiguo Egipto, especialmente por fenicios y romanos, creándose nuevas leyendas sobre ellos en lo países a los cuales arribaban.
Los gatos domésticos en Egipto son todavía muy respetados, dando a comprender su vinculo terrenal con los seres humanos, que perdura a través de los tiempos, mostrándolos como un símbolo de eternidad, algo que los egipcios antiguos, ya sabían y por lo tanto los veneraban.
En la mitologia egipcia el gato doméstico se encontraba bajo la protección de Bast, que al igual que Sekhmet la hija de Ra, fue la protectora de los gatos, siendo sus dones la alegría y placer.
Su culto se centró en la ciudad de Bubastis (llamada Per-Bast, o Cámara de Bast, de los egipcios), su templo actual. El historiador griego, Herodoto dijo que “no hay templo más hermoso que el de Bubastis” el que también albergaba una necrópolis donde cientos de gatos momificados fueron enterrados.
Se realizaba un festival anual, que parece haber sido uno de los más populares en todo el territorio de Egipto, acompañado por música fuerte y cantos, donde Sekhmet era representada como una mujer con cabeza de gato o como un gato.
Los egipcios consideraban como dos aspectos de la misma fuerza divina a Sekhmet siendo el aspecto violento de lo divino sol, y Bast como el aspecto más suave.
En una leyenda egipcia, que habla de la búsqueda del libro de THOTH, uno de los personajes es un misterio, la sacerdotisa de Bast, que sedujo al Príncipe Setna, diciéndole:
“Se alegre, mi dulce señor, yo estoy destinada a ser tu novia. Pero recuerda que no soy una mujer común, sino el hija de Bastet y no puedo soportar un rival. Por lo tanto, antes de que sea tuya escribe en un pergamino el divorcio contra tu esposa actual, y también que harás que sus hijos sean asesinados y arrojados a los gatos de Bastet”.
En esta cita se arroja luz sobre un concepto popular entre las mujeres egipcias el poder que ejercían residía en su belleza con la cual lograban lo que deseaban, y esa belleza tenia su ideal en el aspecto felino.
El maquillaje que solían utilizar acentuado características particulares, especialmente los ojos, que les dio un misterioso aire gatuno.
A menudo los niños son consagrados a Bastet, haciendo un corte se en su brazo y vertiendo gotas de sangre gato sobre la herida.
En la tierra, el vínculo entre el gato y el humano tiene carácter de eterno, hoy en los mercados egipcios se encuentran en cantidad las imágenes de Bast que todo turista accede a comprar, ya que viene a tener el mismo significado hoy que en la antigüedad, cuando se realizaba la celebración anual a este Dios, y se les ofrecía a los peregrinos su imagen en arcilla.
En la cultura nórdica o Vikinga los gatos estaban asociados a Freyja la Diosa esposa de Odin, cuyo nombre significa “la Señora”, considerada también como diosa de la Fertilidad, era amante de la magia definiendo su forma particular que recibía el nombre de Seidh, un sistema de trance muy similar al chamanismo, relacionándose con el día viernes (en ingles Friday).
Ella poseía un transporte personal que representaba un magnífico carro, tirado por dos grandes gatos de color gris.
Los Gatos en los países islámicos; se consideran animales muy limpios y apreciados por ello, pero por sobre todo por una leyenda popular en la que el profeta Mahoma brindaba a los gatos un lugar muy especial en el convivir.
Se dice que una vez, el Profeta debía realizar un llamamiento a la oración, pero su gato estaba durmiendo en la manga de su túnica y en lugar de despertar a el gato, el Profeta simplemente rasgó su manga, para dejarlo descansar, y el fue realizar su deber, demostrando así su respeto por este animalito, tan importante en todas las culturas.
En Birmania se encuentra representado en los templos, también brindándole carácter sagrado
En Birmania la leyenda tiene lugar en un templo construido a los lados del Monte Lugo, el templo alberga la imagen de oro de la diosa Tsun-Kyan Kse, donde el santo Mun-Ha fue jefe monje, la diosa Tsun-Kyan se aseguró de renacer como un animal durante la duración de una vida, después de que el alma llegaría al Nirvana (el cielo más allá de la ilusión), brillando con un halo de oro.
Quien lo acompañaba en su meditación fue Sinh, un gato blanco en cuyos oídos se refleja el amarillo oro de la Diosa, la barba de oro de Mun-Ha y cuya nariz, cola y patas son de color marrón como la tierra en que se encontraba.
A medida que la luna brillaba, una noche, Mun-Ha entrado en un estado trascendente tan profundo que él no sentía dolor cuando los siameses invasores lo asesinaron.
Frente a la Diosa, Sinh vió como su piel se convirtió en oro, al igual que la estatua de oro de la diosa que tenia ante él y sus ojos se convirtieron en el hermoso azul de los zafiros brillantes colocados en los ojos de la Diosa, así como sus patas, su cola, sus orejas y su rostro se convirtió en un hermoso terciopelo marrón.
A la mañana siguiente, los restantes noventa y nueve gatos del templo se transformaron de manera similar y por lo tanto de aquí nace el origen de la raza Birmana.
Sinh no se movió de su lugar después de la muerte del maestro y exactamente siete días después, murió, llevándose con él el alma de Mun-Ha, que era su deber de presentar a la diosa Tsun-Kyan -Kse para que se le recompensase con el Nirvana.
De este modo se cree que cuando un Kittah muere, se dice que reencarna como un gato Birmano antes de alcanzar el Nirvana.
Otra creencia, según Gordon Russell es la siguiente: “Pero cuidado aquel que traiga consigo uno de estos maravillosos animales, si este no quiere, por que el orador sufrirá los más crueles tormentos hasta que el alma que ha disgustado, se aplaque”.
Brujas y gatos
La historia se caracteriza en lo que respecta a la convivencia o interacción entre Brujas y gatos, formando parte estos de los ritos relacionados a la brujería.
El típico estereotipo que el folclore de las distintas culturas nos muestra es un imagen de las brujas, representada como una anciana de piel verde o gris, vestida toda de negro, con un sombrero cónico, una nariz prominente con un grano en la punta, una escoba y como ingrediente final, un gato negro.
¿Pero que hay de cierto en este mito entre los gatos y la brujería?
El tradicional gato negro que acompaña a la bruja, se deriva de las creencias de la época medieval, en donde las supersticiones se encontraban a la orden del día y los gatos negros tenían un relación con el diablo, según las creencias cristianas.
Según las cuales les servían de conexión para que intercedieran en sus conjuros o pócimas potenciándolas, una de las formas para detectar a las brujas en esa época, era evaluar si aquella que podía serlo, llamaba a su gato por un nombre, si lo hacia entonces era bruja, cabe recordar que una de las brujas en Macbeth de Shakespeare llama su gato Grimalkin.
Malkin significa «gato», pero también en el sentido promiscuo o excéntrico “mujer”, en un caso real del juicio a una bruja se refiere a un gato llamado Pyewackett.
De todos los posibles animales (perros, gatos, sapos, murciélagos, e incluso caballos), los gatos obtuvieron la peor publicidad, por ejemplo el Papa Gregorio IX denunció a los gatos negros como satánicos en el 1233, en su Bula “Vox en Rama” y eso puso en marcha el exterminio de muchos gatos y posteriormente, miles de gatos fueron quemados vivos en la causa de buscar al diablo en ellos.
Según los cuentos de brujas estos gatos se convertían en ratones, perros, murciélagos y toda clase de criaturas, historias éstas que florecieron durante la Edad Media.
Otro ejemplo de la opresión sobre los gatos fue en la caída de los Caballeros Templarios, ya que en virtud de la tortura, los Caballeros se vieron obligados a confesar la herejía, renunciando a Cristo y en algunos casos, al culto de los gatos, siendo esto obviamente algo muy indigno o hereje en esas épocas.
Es discutible si estas confesiones nos dan más información sobre las prácticas de los Caballeros Templarios, o más bien si se habla en voz alta de las concepciones de Iglesia para los funcionarios de la época.
Otra explicación aunque muy discutible, del por qué los gatos negros a menudo se asocian con brujas y el diablo, es la siguiente:
Se dice que los gatos son a menudo nacidos al final de la temporada de mora, que según la leyenda es la época del año en que Satanás fue expulsado del cielo, aterrizando en un arbusto de mora, el que luego quedó manchado con su orina y saliva.
A NIVEL ESPIRITUAL Ó ENERGÉTICO
Los gatos son animales muy sensitivos, cualquier energia negativa en casa la detecta enseguida, no hay más que ver cuando llega una visita y de repente el gato eriza su lomo y se marcha corriendo é incluso maullando. por el contrario con la buena energia el gato sera atraido hacia esa persona restregando su lomo contra ella y ronroneando a la espera de caricias ó muestras de afecto.
El gato es un animal que evita que os hagan daño a nivel energético ya que absorve la energia.
El gato posee evidentes cualidades. Es un animal resistente, rápido, hábil, más salvaje que doméstico, de feroces uñas, que está envuelto en un halo de permanente esoterismo. Según la superstición popular, el gato tiene siete vidas. Al agotar la última, en la séptima, se cree que se convierte en humano.
Esotéricamente hablando, se cree que los gatos se nutren de energías negativas. Por ello se sientan y descansan en determinados lugares del hogar donde captan estas impregnaciones, transformándolas y eliminándolas finalmente de la casa.
También se cree que el ser humano puede descargarse de éstas malas vibraciones acariciando simplemente el lomo del felino; al igual que puede ser muy útil también para descargar la negatividad de las cartas de Tarot.
Los gatos son considerados grandes “psíquicos” por naturaleza. Son capaces de desarrollar un fuerte lazo mental con sus propietarios y así pueden predecir cuando sus amos están a punto de llegar a la vivienda o por el contrario adelantarse a acontecimientos funestos relacionados con sus amos.
El gato es un ser especialmente dotado en el plano esotérico y ocultista. Es muy útil para percibir presencias, entes y espíritus. Tiene un especial talento para captar diferencias en los campos magnéticos así como son mágnificos para indicar alteraciones eléctricas.
Debido a su alta sensibilidad, a su fino olfato y agudo oído, son capaces de percibir imperceptibles ruidos o sensaciones casi inaudibles o inapreciables para los sentidos del ser humano. Nuestros ojos y oídos humanos se volverían locos si pudieramos llegar a procesar todo lo que este animal es capaz de captar. Su agudizado sexto sentido hace de este animal un ser casi único en este sentido.
Según numerosos estudios científicos está comprobado el poder curativo y sanador de los gatos. Acariciar a un gato elimina el stress, elimina la negatividad y mejora el nivel cardiaco, aportando calma y quietud, contribuyendo a la salud física y psíquica del ser humano.
Según la doctora Elizabeth Von Muggenthaler, especialista en bio-acústica, el ronroneo del gato es muy útil para acelerar la curación.
Así pues se demostró que “El tipo de frecuencias que es encontrado en el ronroneo del gato es bueno para la curación del músculo, el tendón, y las heridas de los ligamentos, también como para el fortalecimiento y la tonicidad muscular. Son buenas para cualquier tipo de herida de las coyunturas, curación de heridas, reducción de la infección y la hinchazón, alivio del dolor, y alivio de la enfermedad crónica pulmonar”.
http://www.taringa.net/posts/mascotas/16820321/Los-Gatos-las-estrellas-esotericas-mas-antiguas.html