Archivo por días: septiembre 16, 2015
Cuando estamos atrapados por una emoción
http://enelamordelavida.blogspot.com.es/2015/09/cuando-estamos-atrapados-por-una-emocion.html
Resucita: ¡Tú mereces ser feliz!
Gran parte de nuestro tiempo no disfrutamos nuestra vida porque no nos damos el permiso para estar felices. Sin darnos cuenta nos atrapamos en nuestras obligaciones o rutinas y nos olvidamos de las cosas más simples, como el hecho de disfrutar el momento.
Si en medio del agite te detienes por un instante e invitas de forma consciente a Tu Guía Interior, esa sabiduría que reside en ti te mostrará el modo como puedes vivir tu día de una forma más feliz y fluida. Comenzarás por aceptarte a ti y a tu momento tal y como es ahora, y se producirá un efecto de descanso interno donde podrás reconocer que para disfrutar del presente es necesario confiar.
En un estado de confianza no puede coexistir la preocupación, por lo tanto los pensamientos que te aprisionan empiezan a deshacerse. Tu ser interno siempre sabe mostrarte el modo perfecto para que puedas morir a tus viejas experiencias, dejando ir lo que no te beneficia más y aquello que ya cumplió su propósito para resucitar renovado y resplandeciente a una nueva experiencia de fortaleza, claridad y paz.
Cuando te armas de valor y acudes al amor propio logras recuperar tu poder interno y dejar atrás la mentalidad temerosa que te mantiene viviendo según lo designios de otros. Al liberar de tu mente juicios pasados logras centrarte en el presente y desde allí comenzar a vivir según los verdaderos anhelos de tu corazón.
Darte permiso de experimentar lo que tu interior desea te reconectará de nuevo con la Fuente de vida que reside en ti y verás como la felicidad y confianza surgirán de modo expontáneo. Cuando esto ocurre, disfrutar cada instante de tu día se vuelve natural. A pesar de tus retos, tú mereces disfrutar de la vida hoy y perdonarte por todo aquello que consideras haber hecho mal o incorrecto.
Al soltar los pensamientos que señalan que no eres merecedor, te desbloqueas y te abres a experimentar momentos de espontaneidad, gozo y amor. Por el contrario enfocarte en pensamientos de crítica, temor y culpa te saca del momento presente y te impide alegrarte por lo que acontece. Te cierras a la posibilidad de ver las situaciones desde una óptica elevada y a cambio te atrapas en una mentalidad conflictiva.
¡Mereces vivir con tranquilidad y dejar de preocuparte por lo que los demás esperan de ti!
¡Mereces reconectarte con tu guía interior y aceptar lo que verdaderamente deseas de ti y para ti. Mereces tomar una nueva elección y resucitar, elevándote por encima de los obstáculos pasados y descubriendo la belleza de tu interior!
Cuando aceptas los deseos de tu corazón te liberas de requerimientos externos y reconoces que alcanzar metas impuestas no te lleva a la felicidad.
Elige de nuevo escuchar tu Guía Interior y podrás recordar que eres un maravilloso ser, merecedor de avanzar hacia una grandiosa visión. En tus manos siempre residen nuevas posibilidades de alegría, paz y realización.
Es momento de permitirte ser tú mismo.
¡Tú mereces disfrutar de la vida y volver a creer en ti aquí y ahora. Resucita!
“De una nueva percepción del mundo nace un futuro muy diferente del pasado. El futuro se ve ahora como una extensión del presente. Los errores del pasado no pueden ensombrecerlo, de tal modo que el miedo ha perdido sus ídolos e imágenes, y, al no tener forma, deja de tener efectos”.
http://www.inspirulina.com/resucita-tu-mereces-ser-feliz.html
Elizabeth Kübler-Ross – Una mirada de amor, acompañar a morir.
La doctora suiza Elizabeth Kübler-Ross se convirtió en el siglo XX en una de las mayores expertas mundiales en el tétrico campo de la muerte, al implementar modernos cuidados paliativos con personas moribundas para que éstas afrontaran el fin de su vida con serenidad y hasta con alegría (en su libro “On death and dying”, de 1969, que versa sobre la muerte y el acto de morir, describe las diferentes fases del enfermo según se aproxima su muerte, esto es, la negación, ira, negociación, depresión y aceptación). Sin embargo, esta médico, psiquiatra y escritora nacida en Zurich en 1926 también se transformó en una pionera en el campo de la investigación de las experiencias cercanas a la muerte, lo que le permitió concluir algo que espantó a muchos de sus colegas: sí existe vida después de la muerte.
La férrea formación científica de esta doctora, que se graduó en psiquiatría en Estados Unidos, recibiendo posteriormente 23 doctorados honoríficos, se pondría a prueba luego de que a lo largo de su prolongada práctica profesional los enfermos moribundos a los que trataba le relataran una serie de increíbles experiencias paranormales,
lo que la motivó a indagar si existía el Más Allá o la vida después de la muerte. Así, se dedicó a estudiar miles de casos, a través del mundo entero, de personas de distinta edad (la más joven tenía dos años, y la mayor, 97 años), raza y religión, que habían sido declaradas clínicamente muertas y que fueron llamadas de nuevo a la vida.
“El primer caso que me asombró fue el de una paciente de apellido Schwartz, que estuvo clínicamente muerta mientras se encontraba internada en un hospital. Ella se vio deslizarse lenta y tranquilamente fuera de su cuerpo físico y pronto flotó a una cierta distancia por encima de su cama. Nos contaba, con humor, cómo desde allí miraba su cuerpo extendido, que le parecía pálido y feo. Se encontraba extrañada y sorprendida, pero no asustada ni espantada. Nos contó cómo vio llegar al equipo de reanimación y nos explicó con detalle quién llegó primero y quién último. No sólo escuchó claramente cada palabra de la conversación, sino que pudo leer igualmente los pensamientos de cada uno. Tenía ganas de interpelarlos para decirles que no se dieran prisa puesto que se encontraba bien, pero pronto comprendió que los demás no la oían. La señora Schwartz decidió entonces detener sus esfuerzos y perdió su conciencia. Fue declarada muerta cuarenta y cinco minutos después de empezar la reanimación, y dio signos de vida después, viviendo todavía un año y medio más. Su relato no fue el único. Mucha gente abandona su cuerpo en el transcurso de una reanimación o una intervención quirúrgica y observa, efectivamente, dicha intervención”.
La doctora Kübler-Ross añade que “otro caso bastante dramático fue el de un hombre que perdió a sus suegros, a su mujer y a sus ocho hijos, que murieron carbonizados luego que la furgoneta en la que viajaban chocara con un camión cargado con carburante. Cuando el hombre se enteró del accidente permaneció semanas en estado de shock, no se volvió a presentar al trabajo, no era capaz de hablar con nadie, intentó buscar refugio en el alcohol y las drogas, y terminó tirado en la cuneta, en el sentido literal de la palabra. Su último recuerdo que tenía de esa vida que llevó durante dos años fue que estaba acostado, borracho y drogado, sobre un camino bastante sucio que bordeaba un bosque. Sólo tenía un pensamiento: no vivir más y reunirse de nuevo con su familia. Entonces, cuando se encontraba tirado en ese camino, fue atropellado por un vehículo que no alcanzó a verlo. En ese preciso momento se encontró él mismo a algunos metros por encima del lugar del accidente, mirando su cuerpo gravemente herido que yacía en la carretera. Entonces apareció su familia ante él, radiante de luminosidad y de amor. Una feliz sonrisa sobre cada rostro. Se comunicaron con él sin hablar, sólo por transmisión del pensamiento, y le hicieron saber la alegría y la felicidad que el reencuentro les proporcionaba. El hombre no fue capaz de darnos a conocer el tiempo que duró esa comunicación, pero nos dijo que quedó tan violentamente turbado frente a la salud, la belleza, el resplandor que ofrecían sus seres queridos, lo mismo que la aceptación de su actual vida y su amor incondicional, que juró no tocarlos ni seguirlos, sino volver a su cuerpo terrestre para comunicar al mundo lo que acababa de vivir, y de ese modo reparar sus vanas tentativas de suicidio. Enseguida se volvió a encontrar en el lugar del accidente y observó a distancia cómo el chofer estiraba su cuerpo en el interior del vehículo. Llegó la ambulancia y vio cómo lo transportaban a la sala de urgencias de un hospital. Cuando despertó y se recuperó, se juró a sí mismo no morirse mientras no hubiese tenido ocasión de compartir la experiencia de una vida después de la muerte con la mayor cantidad de gente posible”.
La doctora Kübler-Ross añadió “que investigamos casos de pacientes que estuvieron clínicamente muertos durante algunos minutos y pudieron explicarnos con precisión cómo los sacaron el cuerpo del coche accidentado con dos o tres sopletes. O de personas que incluso nos detallaron el número de la matricula del coche que los atropelló y continuó su ruta sin detenerse. Una de mis enfermas que sufría esclerosis y que sólo podía desplazarse utilizando una silla de ruedas, lo primero que me dijo al volver de una experiencia en el umbral de la muerte fue: «Doctora Ross, ¡Yo podía bailar de nuevo!», o niñas que a consecuencia de una quimioterapia perdieron el pelo y me dijeron después de una experiencia semejante: «Tenía de nuevo mis rizos». Parecían que se volvían perfectos. Muchos de mis escépticos colegas me decían: «Se trata sólo de una proyección del deseo o de una fantasía provocada por la falta de oxígeno.» Les respondí que algunos pacientes que sufrían de ceguera total nos contaron con detalle no sólo el aspecto de la habitación en la que se encontraban en aquel momento, sino que también fueron capaces de decirnos quién entró primero en la habitación para reanimarlos, además de describirnos con precisión el aspecto y la ropa de todos los que estaban presentes”.
La muerte no existe
La doctora Kübler-Ross aseguró que después de investigar estos casos concluyó que la muerte no existía en realidad, pues ésta sería no más que el abandono del cuerpo físico, de la misma manera que la mariposa deja su capullo de seda. ”Ninguno de mis enfermos que vivió una experiencia del umbral de la muerte tuvo a continuación miedo a morir. Ni uno sólo de ellos, ni siquiera los niños. Tuvimos el caso de una niña de doce años que también estuvo clínicamente muerta. Independientemente del esplendor magnífico y de la luminosidad extraordinaria que fueron sido descritos por la mayoría de los sobrevivientes, lo que este caso tiene de particular es que su hermano estaba a su lado y la había abrazado con amor y ternura. Después de haber contado todo esto a su padre, ella le dijo: «Lo único que no comprendo de todo esto es que en realidad yo no tengo un hermano.» Su padre se puso a llorar y le contó que, en efecto, ella había tenido un hermano del que nadie le había hablado hasta ahora, que había muerto tres meses antes de su nacimiento”.
La doctora agregó que “en varios casos de colisiones frontales, donde algunos de los miembros de la familia morían en el acto y otros eran llevados a diferentes hospitales, me tocó ocuparme particularmente de los niños y sentarme a la cabecera de los que estaban en estado crítico. Yo sabía con certeza que estos moribundos no conocían ni cuántos ni quiénes de la familia ya habían muerto a consecuencia del accidente. En ese momento yo les preguntaba si estaban dispuestos y si eran capaces de compartir conmigo sus experiencias. Uno de esos niños moribundos me dijo una vez: «Todo va bien. Mi madre y Pedro me están esperando ya.» Yo ya sabía que su madre había muerto en el lugar del accidente, pero ignoraba que Pedro, su hermano, acababa de fallecer 10 minutos antes”.
La luz al final del túnel
La doctora Kübler-Ross explicó que después que abandonar el cuerpo físico y de reencontrarse con aquellos seres queridos que partieron y que uno amó, se pasa por una fase de transición totalmente marcada por factores culturales terrestres, donde aparece un pasaje, un túnel, un pórtico o la travesía de un puente. Allí, una luz brilla al final. “Y esa luz era más blanca, de una claridad absoluta, a medida que los pacientes se aproximaban a ella. Y ellos se sentían llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que uno se pudiera imaginar. No hay palabras para describirlo. Cuando alguien tiene una experiencia del umbral de la muerte, puede mirar esta luz sólo muy brevemente. De cualquier manera, cuando se ha visto la luz, ya no se quiere volver. Frente a esta luz, ellos se daban cuenta por primera vez de lo que hubieran podido ser. Vivían la comprensión sin juicio, un amor incondicional, indescriptible. Y en esta presencia, que muchos llaman Cristo o Dios, Amor o Luz, se daban cuenta de que toda vuestra vida aquí abajo no es más que una. Y allí se alcanzaba el conocimiento. Conocían exactamente cada pensamiento que tuvieron en cada momento de su vida, conocieron cada acto que hicieron y cada palabra que pronunciaron. En el momento en que contemplaron una vez más toda su vida, interpretaron todas las consecuencias que resultaron de cada uno de sus pensamientos, de sus palabras y de cada uno de sus actos. Muchos se dieron cuenta de que Dios era el amor incondicional. Después de esa «revisión» de sus vidas ya no lo culpaban a Él como responsable de sus destinos. Se dieron cuenta de que ellos mismos eran sus peores enemigos, y se reprocharon el haber dejado pasar tantas ocasiones para crecer. Sabían ahora que cuando su casa ardió, que cuando su hijo falleció, cuando su marido fue herido o cuando sufrieron un ataque de apoplejía, todos estos golpes de la suerte representaron posibilidades para enriquecerse, para crecer”.
La especialista, en este punto, hizo una recomendación a todos aquellos que sufren el trance de tener cerca a algún ser querido a punto de morir. “Deben saber que si se acercan al lecho de su padre o madre moribundos, aunque estén ya en coma profundo, ellos oyen todo lo que les dicen, y en ningún caso es tarde para expresar «lo siento», «te amo» o alguna otra cosa que quieran decirles. Nunca es demasiado tarde para pronunciar estas palabras, aunque sea después de la muerte, ya que las personas fallecidas siguen oyendo. Incluso en ese mismo momento se pueden arreglar «asuntos pendientes», aunque éstos se remonten a diez o veinte años atrás. Se pueden liberar de su culpabilidad para poder volver a vivir ellos mismos”.
La “conciencia cósmica “ de la doctora Kübler-Ross
La doctora Elizabeth Kübler-Ross, intrigada por todos estos asombrosos relatos, decidió una vez comprobar por sí misma su veracidad. Y, luego de ser inducida a una muerte artificial en un laboratorio médico de Virginia, experimentó dos veces estar fuera de su cuerpo. “Cuando volví a la conciencia tenía la frase «Shanti Nilaya», que por cierto no sabía qué significaba, dándome vueltas en mi cabeza. La noche siguiente la pasé sola, en una pensión aislada en medio del bosque de Blue Ridge Mountains. Allí, luego de sufrir inexplicables dolores físicos, fue gratificada con una experiencia de renacimiento que no podría ser descrita con nuestro lenguaje. Al principio hubo una oscilación o pulsación muy rápida a nivel del vientre que se extendió por todo mi cuerpo. Esta vibración se extendió a todo lo que yo miraba: el techo, la pared, el suelo, los muebles, la cama, la ventana y hasta el cielo que veía a través de ella. Los árboles también fueron alcanzados por esta vibración y finalmente el planeta Tierra. Efectivamente, tenía la impresión de que la tierra entera vibraba en cada molécula. Después vi algo que se parecía al capullo de una flor de loto que se abría delante de mí para convertirse en una flor maravillosa y detrás apareció esa luz esplendorosa de la que hablaban siempre mis enfermos. Cuando me aproximé a la luz a través de la flor de loto abierta y vibrante, fui atraída por ella suavemente pero cada vez con más intensidad. Fui atraída por el amor inimaginable, incondicional, hasta fundirme completamente en él. En el instante en que me uní a esa fuente de luz cesaron todas las vibraciones. Me invadió una gran calma y caí en un sueño profundo parecido a un trance. Al despertarme caí en el éxtasis más extraordinario que un ser humano haya vivido sobre la tierra. Me encontraba en un estado de amor absoluto y admiraba todo lo que estaba a mi alrededor. Mientras bajaba por una colina estaba en comunión amorosa, con cada hoja, con cada nube, brizna de hierba y ser viviente. Sentía incluso las pulsaciones de cada piedrecilla del camino y pasaba «por encima» de ellas, en el propio sentido del término, interpelándolas con el pensamiento: «No puedo pisaros, no puedo haceros daño», y cuando llegué abajo de la colina me di cuenta de que ninguno de mis pasos había tocado el suelo y no dudé de la realidad de esta vivencia. Se trataba sencillamente de una percepción como resultado de la conciencia cósmica. Me fue permitido reconocer la vida en cada cosa de la naturaleza con este amor que ahora soy incapaz de formular. Me hicieron falta varios días para volver a encontrarme bien en mi existencia física, y dedicarme a las trivialidades de la vida cotidiana como fregar lavar la ropa o preparar la comida para mi familia. Posteriormente averigué que “Shanti Nilaya» significa el puerto de paz final que nos espera. Ese estar en casa al que volveremos un día después de atravesar nuestras angustias, dolores y sufrimientos, después de haber aprendido a desembarazarnos de todos los dolores y ser lo que el Creador ha querido que seamos: seres equilibrados que han comprendido que el amor verdadero no es posesivo”.
La Dra. Elizabeth Kübler-Ross, luego que en 1995 sufriera una serie de apoplejías que paralizaron el lado derecho de su cara, falleció en Scottdale, Arizona, el 24 de agosto del 2004. Se enfrentó a su propia muerte con la valentía que había afrontado la de los demás, y con el coraje que aprendió de sus pacientes más pequeños. Sólo pidió que la despidieran con alegría, lanzando globos al cielo para anunciar su llegada.
En su lecho de muerte, por cierto, sus amigos y seres queridos le preguntaron si le temía a la muerte, a lo que ella replicó: «No, de ningún modo me atemoriza; diría que me produce alegría de antemano. No tenemos nada que temer de la muerte, pues la muerte no es el fin sino más bien un radiante comienzo. Nuestra vida en el cuerpo terrenal sólo representa una parte muy pequeña de nuestra existencia. Nuestra muerte no es el fin o la aniquilación total, sino que todavía nos esperan alegrías maravillosas”.
Cineterapia Oncológica: Elisabeth Kübler-Ross: Una mirada de amor .EEUU. 2005. Stephan Haupt.
La figura de Elisabeth Kübler-Ross ha sido y es de una fuerza arrolladora. En esta película documental titulada “Elisabeth Kübler-Ross. Una mirada de amor” conocerán a una mujer adelantada en su tiempo y que fue toda una personalidad reconocida en todo el mundo, siendo una de las mujeres más influyentes en el siglo XX. La doctora Elisabeth Kübler-Rossera psiquiatra, profesora de medicina de la conducta y contaba con varias distinciones como doctora honoris causa, no dejando indiferente a ninguno de los que le hayan leído. Fue autora del célebre libro “On Death and dying” (Sobre la muerte y los moribundos) y de otras numerosas obras traducidas a una treintena de lenguas. Sin duda esta mujer se ha ganado un merecido lugar como la autoridad más querida y respetada en este tema.
La doctora Kübler-Ross sentó las bases de la tanatología moderna gracias a su acceso privilegiado al mundo mental de los enfermos terminales. El director suizo Stefan Haupt realizó esta película sobre Elisabeth Kübler-Ross, habiéndola entrevistado en su casa de Scotsdale (Arizona, EEUU) en 1999. Dialogó también con las otras dos hermanas trillizas de Elisabeth: Eva y Erika. Entrevistó a muchos de sus amigos y colaboradores. De la reunión de toda esa documentación, y de material de archivo, nació la película: Dem Tod ins Gesicht sehen (título en español: Elisabeth Kübler-Ross: Una mirada de amor).
Elisabeth Kübler-Ross nació en Julio de 1926 en Meilen (Suiza) y ya cuenta en el filme cómo su nacimiento fue peculiar porque nació junto a una hermana gemela idéntica, Erika y una melliza llamada Eva. Un acontecimiento insólito y que ella misma explica como resorte para encontrar su propia identidad, pues las tres hermanas eran inseparables, vestían igual, iban al mismo colegio juntas, etc Posteriormente se cuentan aspectos de su adolescencia y juventud, así como de sus experiencias sobre la muerte. Gracias a sus estudios sobre la muerte y el morir, con sus circunstancias físicas y anímicas, estudiadas como nunca se había hecho antes, creó una serie de teorías vigentes hoy día sobre los procesos de la pérdida, la muerte y el duelo que luego impartió en forma de seminarios y talleres. Tuvo un éxito arrollador, no sólo en EEUU, también a nivel mundial. Pero no todo fue gloria y éxito, también tuvo grandes detractores e incluso su casa fue pasto de las llamas probablemente de forma intencionada. En 1995, tuvo una serie de infartos cerebrales que le dejaron una hemiplejia izquierda y no ocultaba su profundo malestar por ser una persona dependiente. Era una mujer que nunca se rendía y resulta tremendamente curiosa la forma en la que ella explica la visión sobre su propia muerte, alejada de esa visión de tabú y oscuridad imperante, para dar paso a una visión liberadora y esperanzadora.
El director Stephan Haupt habló con la protagonista, en esta larga entrevista en su casa de Arizona, con sus familiares y allegados, recopiló mucho material de archivo para contar su vida y su trabajo. Gran parte del documental se centra en esta entrevista personal a la infatigable Elisabeth ¿Cómo vive los últimos días de su vida? ¿Cómo ve su vida y su carrera? ¿Cómo se enfrenta a su propia muerte? A través de estas conversaciones el film regresa a su vida y trabajo en Suiza y en EEUU. La Dra. Kübler-Ross murió en Arizona en agosto de 2004 donde disfrutaba de la compañía diaria de aves y coyotes.
Les dejo con el documental original subtitulado en español. Merece la pena verlo, se lo aseguro.
En Mi opinión personal:
“Difícil entender el destino dónde una persona que apoyó hasta los últimos momentos de su muerte a centenares de personas pasó gran parte de sus últimos meses en soledad y abandono enfrentando la muerte estoicamente; quedándose tan sólo con la compañía breve de un misterioso desconocido llamado José que apareció a su lado y al que ella llamó “Mi Sanador”
https://catedrasespirituales.wordpress.com/2015/06/10/elizabeth-kbler-ross-una-mirada-de-amor-acompaar-a-morir/
Ciudadano de Kentucky viaja en el tiempo hasta 1960 dentro de una habitación
Hablábamos anteriormente en ufopolis que en ocasiones encontramos eventos de viajes en el tiempo en donde la clave puede ser un elemento externo que podría provocar un desajuste espacio-temporal por sí mismo, como si hubiera objetos o lugares que pudiesen albergar en su composición o sus construcciones cierto recuerdo de algunos momentos de la historia que se hubiesen quedado grabados a fuego dentro de él.
En el siguiente caso, también se produce un evento de deslizamiento del tiempo, pero esta vez en el entorno de una explosión industrial. Vámonos en este caso hasta la localidad de Mercer en el estado de Kentucky, Estados Unidos, a las tres y cuarto de la tarde del 15 de marzo de 2011. Aquí tenemos a un hombre llamado Lee Dean que se mete en su coche para ir a la antigua oficina en donde trabajaban él, su madre, su hermano y su difunto padre. Desde finales del mes de otoño del año anterior se habían producido en la fábrica de al lado de la oficina una serie de explosiones que habían causado serios destrozos a las propiedades de alrededor.
Temiéndose que el viejo edificio histórico de su propiedad, construido en una época anterior a la guerra civil americana también se hubiera dañado con las explosiones y tras haber leído en un periódico local el enfado de algunos residentes cercanos con los dueños de la fábrica, decide ir para allá sin dilación para ver qué ha ocurrido.
Lee llega allí, aparca el coche y entra por la puerta trasera. Sube las escaleras laterales en dirección al que era el despacho de su madre sin comprobar la sala de espera y no encuentra daños por allí. Pasa por su antiguo despacho y está todo como debía estar. Sin problema, aunque había señales de antiguos desperfectos pero eran de años anteriores. Parece que el tema llevaba ya unos años sin solucionarse y las indemnizaciones tampoco llegaban.
“¡Al menos tampoco está inundado…. el agua, ese problema a evitar siempre en este tipo de sucesos…”, piensa él.
Haciendo recuento de todo Lee vuelve a casa y llama a un vecino que conoce y que se dedica a hacer reparaciones domésticas. Queda con él el mismo día y van a la casa. Repiten exactamente el mismo orden a la hora de visitar las habitaciones. Primero la planta de arriba y luego a la de abajo pero al llegar a la sala de espera se sorprenden por estar absolutamente impoluta. Las paredes, tal y como estaban en el año 1969 antes de una reforma que hicieron. El papel que las adornaban era el mismo. Los mismos muebles que había a finales de los sesenta. El mismo toque retro. Hasta el mismo teléfono. Incluso ese aroma inconfundible. Extrañados, ambos salen de allí con la impresión de que hay que hacer obras en la planta de arriba pero no en la de abajo.
Lee vuelve solo a la sala de espera poco después y vuelve a encontrarse la misma destrucción que vio la primera vez. Su sorpresa fue mayúscula. Era la misma sala pero ahora estaba completamente destruida con los elementos inmobiliarios del siglo XXI. ¿Dónde estaban los elementos de los años 60? Los elementos del mobiliario volvían a ser los de la década de 2000 y se encontraban afectados por la explosión. No se lo podía creer, no había explicación alguna para algo así.
Confundido, el testigo abandonó el lugar y volvió a su casa sin experimentar ningún tipo de tiempo perdido.
La hipótesis que podemos barajar en este caso es que el fenómeno aparece durante unos minutos, tal vez menos, en una zona determinada de la casa mostrando como era hacía ni más ni menos que 42 años.
¿Por qué allí y no en otra sala y por qué ocurre cuando el “manitas” aparece en escena y no cuando él está solo? ¿Se potencia en determinadas circunstancias el fenómeno cuando entran en contacto algunas personas determinadas o es una casualidad que ocurra justo cuando algunos de los testigos no están solos?
Encontramos tal variedad en los casos que es difícil afinar los patrones. Lo que no deja lugar a dudas es que la empresa de la fábrica tuvo que indemnizar a la familia Lee, aunque desde su departamento financiero seguramente habrían querido que el vórtice se quedara allí para ahorrarse una cuantiosa reforma…
Si os ha gustado el caso os recomendamos ver el siguiente vídeo en el que exponemos casos forteanos de desapariciones de elementos que se encuentran en el interior de las casas. Es el fenómeno de los Jotts, que podría estar asociado al fenómeno de los deslizamientos del tiempo que estamos estudiando en ufopolis desde este año. Esperamos que sea de su agrado.
Ufopolis.com 2015
La Conspiración de la Música
Sobre la evolución de la materia hacia el espíritu
La teoría de la evolución acabó de distanciar a la ciencia de la religión, haciendo del cuerpo de conocimiento colectivo un ente enteramente secular y materialista al menos en lo que se refiere a la academia y a la ciencia convencional. En un principio, en la superficie, la evolución parece anular los viejos mitos de creación y cosmogénesis y colocar al mundo en una marcha ciega donde la vida y el hombre mismo son productos azarosos de la progresión y complejificación de la materia. Sin embargo, aunque podemos observar la sucesión de diferentes estadios de la evolución –el paso de especie en especie– no hemos logrado entender del todo la primera ignición de la vida o el salto evolutivo que significa la conciencia del ser humano.
Este encumbramiento de la materia en el asiento de conductor –y como único tripulante– del carro evolutivo del universo parecería orillar a la religión a una animadversión, en diametral oposición al saber dominante: suya la trinchera de la metafísica y el espíritu. Resulta sorprendente, en contra de esta aparente dicotomía, la obra del sacerdote jesuíta y paleontólogo Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955). Por una parte la inclinación de Teilhard de Chardin a abrazar la teoría de la evolución –si bien dentro de una visión mística y escatológica– constituye un hito excepcional dentro del catolicismo; por otra parte, es igualmente sobresaliente su intensa pasión por la materia –redimida como la madre de la vida y la energía cósmica, tan condenada por prominentes miembros de la Iglesia, quienes históricamente vieron en la materia (y en lo femenino y receptivo) solamente la carne de la tentación, de los impulsos más bajos, vehículo inferior y corruptible del alma. De la obra de Teilhard de Chardin podemos empezar a dilucidar una síntesis de la ciencia y la religión, de la materia y el espíritu, convergiendo en el vector de la evolución.
En su libro El corazón de la materia, Teilhard de Chardin hace un recuento de su propia evolución místico-filosófica. El padre Teilhard cuenta: “No tenía ciertamente más de 6 o 7 años, cuando comencé a sentirme atraído por la Materia, o más precisamente, por algo que ‘brillaba’ en el corazón de la Materia”. Ese brillo enigmático para Teilhard de Chardin se manifestó primero en los metales, en la solidez del hierro y la transparencia del cuarzo y otros minerales. Estos metales que llevan consigo su evolución, desde el horno de las estrellas hasta los mantos terrestres, se vuelven “esencia concentrada”, “un sentido de plentitud” y “consistencia”, la condensación del polvo universal, una piedra que es un microcosmos del planeta, un bloque de hierro que insinúa al filósofo siempre el oro futuro. Iniciaba desde su infancia una seducción geológica que en su solidez contenía oculta –por revelarse– la conciencia espiritual. La piedra, la carne, la materia llameaba con un destino preclaro: convertirse toda ella en una esfera de inteligencia: la noósfera (su teoría culminante y por la cual el padre Teilhard se ha vuelto favorito de personajes como Kevin Kelly de Wired y otros promotores del Internet y el transhumanismo).
En esta noción de encontrar un cierto resplandor o una voz esencial que se manifiesta en la materia misma, se teje una madeja de analogías con el pensamiento de Terence McKenna, otro de los grandes promotores o continuadores de la idea de la noósfera –o una capa pensante planetaria que emerge de la evolución de la conciencia colectiva y que tiene en el Internet una especie de primera articulación o atisbo metafórico (en fase beta, por así decirlo). McKenna, sacerdote de las drogas psicodélicas y de la inteligencia vegetal del planeta, del Logos de Gaia,describe de manera similar el llamado místico de su vocación:
Lo que caracterizó mi vida fue que siempre he tenido una obsesión extraordinaria por un cierto tipo de iridiscencia, una cierta cualidad que parece hechizar la materia, o las personas o la pintura. Mi primera obsesión fueron los minerales. De los minerales fui a las mariposas, y de las mariposas a la ciencia ficción, la cual definitivamente considero una droga psicodélica porque empodera la imaginación.
Para McKenna fue una iridiscencia en las cosas lo que lo llevó a una vida entera en busca de la luz psicodélica (“lo que manifiesta o revela la psique”); para Teilhard de Chardin fue un brillo, primero encontrado en los metales, lo que lo llevó a buscar incansablemente la huella del espíritu en la materia. Esto es a lo que se refiere con el “corazón de la materia”, una chispa viviente en el seno femenino. La temprana intuición de McKenna y de Teilhard parece sugerir que es lo propio del espíritu revelarse a través de la materia (¿es esta la función y destino de la materia: vehicular el espíritu?). También tenemos el paralelo de los minerales y los metales –que Deleuze llama “la conciencia de la Tierra” y que son la herramienta por excelencia de espiritualización de los alquimistas y, a recordar también, que el zapatero Jakob Böhme tuvo su despertar espiritual a través de una teofanía detonada por el reflejo de la luz en una hoja de latón. Para Teilhard fue la geología la que abrió el camino, como una piedra partida por la luz, hacia su madurez mística:
Fue por haber estado inmerso en ella –por haber estado impregnado de ella durante meses y meses– precisamente allí donde estaba más cargada y era más densa, por lo que dejé decididamente de percibir ruptura alguna (y hasta diferencia alguna) entre lo “físico” y lo “moral”, entre lo “natural” y lo “artificial”; el “Millón de hombres”, con su temperatura psíquica y su energía interna, adquirieron para mí una magnitud tan evolutivamente real –y, por tanto, tan biológica– como una gigantesca molécula de proteína.
La Tierra una gigantesca molécula o una miríada de “granos de pensamiento” que se enrollan sobre sí mismos, convergen y alzan su temperatura psíquica hasta formar un “solo muy amplio Grano sideral”. La evolución de la idea seminal de que la materia no era solamente una masa inerte concluye en un principio no dual: “He necesitado más de 60 años de esfuerzo apasionado para descubrir (lo) que no eran sino enfoques o aproximaciones sucesivas a una misma realidad de fondo”, puesto que “La Materia [es] matriz del Espíritu. El Espíritu, estado superior de la Materia”. No hay dualidad real, duradera, ya que la materia ya es espíritu potencial, de la misma forma que una bellota es ya (en potencia) un roble. Podemos decir, entonces, que la bellota es esencialmente un roble y que la materia es esencialmente espíritu. Es sólo el intervalo temporal, quizás una ilusión de la percepción, la que diferencia a la materia del espíritu, a la bellota del roble, al niño del hombre. También en El corazón de la materia:
Entre tanto, mi situación interior era la siguiente. Al saltar directamente del viejo dualismo estático, que me paralizaba, para emerger a un Universo en estado no sólo de evolución, sino de evolución dirigida (es decir, de Génesis), me veía llevado a operar un verdadero cambio radical de dirección en mi búsqueda fundamental de la Consistencia o La Energía Humana y dice así: No hay en el Mundo ni Espíritu ni Materia: la “Trama del Universo” es el Espíritu-Materia. Ninguna sustancia, aparte de ésta, podría producir la molécula humana.
Aquí se resume la aportación más significativa de Teilhard de Chardin que, sino enteramente novedosa, es uno de los más logrados esfuerzos para conciliar el aparente conflicto entre materia y espíritu (y ese viejo dualismo cartesiano). Es la evolución la que toma el papel de esta fuerza conciliadora –una liga de sentido y redención– entre la dualidad de materia y espíritu. Una no es más que la otra en un proceso de transformación inevitable. La evolución es, entendemos ahora, sinónimo de alquimia. Todas las cosas tienden al espíritu, como una semilla a una flor. “El universo en gravitación se encaminaba hacia el Espíritu como su forma estable en perspectiva”… “La materia, prolongada, y penetrada hasta el fondo, siguiendo su verdadero sentido… se metamorfoseaba irresistiblemente en Psique”. Vivimos, sugiere Teilhard de Chardin (y en esto coincide notablemente con el alquimista francés Schwaller de Lubicz, quien utiliza “conciencia” en vez de “espíritu” en su visión evolutiva) en un universo no sólo en estado evolutivo sino de génesis perpetua hacia la perpetuidad, de creación hacia el Creador. En términos de Teilhard de Chardin, al final la evolución, siguiendo el llamado magnético del Punto Omega, hará de todas las cosas un pleroma crístico, la total espiritualización del universo, la comunión absoluta con lo divino. Esto ocurre por medio del amor, que es el fusible dentro de la materia, lo que hace que las cosas se transformen en espíritu.
Hasta aquí este aproximación a la visión mística de Teilhard de Chardin, quien vio en el centro más profundo de la materia un brillo, que era el sello del espíritu, de la unidad que trasciende a la materia y a la vez es inmanencia (promesa divina, semilla, reflejo del verbo creador). Más allá de dejar para una siguiente exploración la discusión de algunos puntos nodales –cómo la ontología de ese “brillo” o la siempre elusiva definición de lo que es el espíritu– me parece importante, en primera instancia, contemplar con apertura racional e igualmente intuitiva lo que nos plantea Teilhard de Chardin, quien en el fervor de su prosa fulgurante (cristal lustrado por la fe) nos hace inclinarnos amablemente a su teoría de la evolución espiritual de la materia. Y es que hay algo, en el corazón de nuestra materia, que nos hace siempre desear (y necesitar incluso) más unidad, “plus être“. Oficiando una boda, el sacerdote jesuita dijo una vez en su alocución a la pareja a la que unía en matrimonio: “¿Qué es lo que intentamos con nuestros mejores actos sino hacer reinar un poco más de unidad?”. Creo que por lo menos en esto último Teilhard de Chardin tiene razón, y es lo mejor que hay en nosotros (¿lo verdaderamente evolutivo?) lo que busca salvar aquello que nos separa para ir más allá de la individualidad y siempre unirse, unirse ya sea con Dios, con el planeta o con otro ser humano. En la unión se encuentra el éxtasis religioso pero tal vez también nuestra más alta ciencia.
Twitter del autor: @alepholo
http://pijamasurf.com/2015/09/la-evolucion-espiritual-de-la-materia-o-la-no-dualidad-de-pierre-teilhard-de-chardin/
«El Espíritu Santo» Omraam Mikhaël Aïvanhov.
«Se dice en los Evangelios que cuando Jesús recibió el bautismo en las aguas del Jordán, se vio al Espíritu Santo descender sobre él bajo la forma de una paloma. Y los Hechos de los Apóstoles relatan también que, el día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió a la casa donde los discípulos estaban reunidos y se posó sobre cada uno de ellos en forma de lengua de fuego.
Bajo diferentes formas, este descenso del Espíritu Santo en el hombre es un símbolo que volvemos a encontrar en todas las tradiciones espirituales. Pero, no porque se diga que el Espíritu Santo «desciende» en el hombre, hay que creer que se trata de una entidad exterior a él: es su Yo superior el que se manifiesta, esta quintaesencia divina que ha sido depositada en él por el Creador.
Decir que el hombre recibe el Espíritu Santo significa que ha llegado a establecer la conexión con su propio espíritu, con su Yo superior. El Espíritu Santo es un principio cósmico, una pura emanación de la Divinidad y nuestro Yo superior es de la misma naturaleza que Él. Como una gota de agua en el océano, como una chispa en el fuego, está hecho de la misma quintaesencia divina.»
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«Astrología Práctica» Antonio Polito y M.ª Helena Villalobos.
La Astrología es una de las ciencias más antiguas. Y aunque se haya utilizado para predecir el futuro, es sobre todo una poderosa herramienta de autoconocimiento, que aporta paz y sentido a la vida. Ése al menos es el enfoque que le dan Antonio Polito y M.ª Helena Villalobos, astrólogos formados en la psicología jungiana que recorren el mundo para transmitir el verdadero conocimiento de la Astrología.
En esta entrevista, hablamos con ellos sobre cómo emplear la Astrología no sólo para conocernos mejor, sino también para aplicarla de manera práctica en la resolución de conflictos cotidianos.
¿Puede la astrología ayudarnos a tener mejor relación con nuestros padres, nuestros hijos, nuestra pareja o nuestros compañeros de trabajo?
¿Puede la astrología revelarnos nuestra misión vital, la respuesta a para qué hemos venido a este mundo?
¿Puede la astrología ayudarnos a mejorar nuestra economía personal?
Las respuestas, en este video. Presentado y producido por AlexComunica.
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LA CAJA DE PANDORA
«La otra cara de la crisis de los refugiados» Miguel Celades.
PROGRAMA 1 – «La otra cara de la crisis de los refugiados»
Martes 15 de Septiembre 2015.
Iniciaremos con este programa la colaboración con Cristobal Toro de MISTERIOS AL DESCUBIERTO, en este primer programa el invitado será Miguel Celades y se analizará el tema de la crisis de los refugiados… ¿qué hay detrás de esta crisis? Además del drama humanitario que supone, parece que hay algo más que no nos están contando.
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www.misteriosaldescubierto.es
www.cienciayespiritu.com
LA CAJA DE PANDORA
«La Manipulación de la Palabra (Logos)» Sergio Manuel Pop y Carlos Delfino – parte 2.
La manipulación de la Palabra (Logos), como el detonante de las crisis y el surgimiento de los paradigmas en la filosofía occidental desde el siglo VII ac, hasta la actualidad.
Ponencia magistral del filósofo Carlos Delfino y Sergio Pop.
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carlosdelfino68@gmail.com
www.educandoadistancia.com
sergio@monor.org
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LA CAJA DE PANDORA
«Hiperentrelazamiento – 2da Venida de Cristo – Muerte en Marte – Simbología Venus/Tierra – TTIP» José Luis Giménez.
Programa de radio: Otros Mundos.
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Canal: José Luis Giménez
«Qué me dicen mis ojos y sus problemas» Mireya Larruskain.
LOS OJOS Y SUS CONFLICTOS
4ª Hoja embrionaria: Ectodermo
Regido por la Sustancia Gris – Neocórtex
Sentido Biológico: Relación
Conflicto: Miedo, rabia separación de lo que veo/no veo
Representan mi capacidad de ver y cuando tengo problemas con ellos significa que hay algo que no quiero ver o que quiero ver y no veo, ya sea en nosotros o en la vida pasada, presente o futura.
¿Qué he visto o estoy viendo que no quiero ver? ¿Qué quiero ver y no veo?
¿Niegas algo que sucede en tu presente?
¿Qué es lo que no quieres enfrentar?
¿Tienes miedo de contemplar el presente o el futuro?
Si pudieras ver con claridad, ¿qué verías que ahora no ves?
¿Puede ver lo que estoy haciéndome a mí mismo?
EL OJO IZQUIERDO (en una persona diestra):
– Tiene relación con la imagen que tengo o que doy de mí mismo. Dirige el movimiento, mira a los enemigos, mira a lo lejos para disparar, es el ojo que me defiende del peligro, el que me avisa de alguna amenaza cerca.
EL OJO DERECHO (en una persona diestra):
– Tiene relación con mis colaterales. Memoriza, compara los rostros conocidos y desconocidos, mira a mis amigos, está relacionado con mis padres, mis hijos, mis prójimos, mis amigos, mi identidad, representa el reconocimiento que doy a los demás, es el ojo que demuestra mis afectos.
¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?
Si yo presento algún problema en alguno de mis ojos, significa que no quiero ver algún conflicto relacionado con el ojo correspondiente (o quiero ver algo que no veo). Puede ser un problema presente (ver de cerca) o bien un problema a futuro (ver de lejos). Soy una persona muy aprehensiva y muchas cosas me hacen sentir miedo.
Resentir:
No quiero ver más allá, no quiero pensar en el futuro. No quiero ver lo que realmente estoy viviendo. Prefiero ver hacia otro lado.
¿Cuál es la emoción biológica oculta?:
Representan la capacidad de ver con claridad: el pasado, el presente y el futuro.
¿Cómo libero esa emoción biológica?:
Acepto que la vida es como es y negándome a verlo no ganaré nada. Vivo en coherencia con alegría. Amo todo lo que me ocurre, sea bueno o malo (ya que en realidad no sabemos qué será mejor para nosotros). Acepto que de mí depende sanar mis ojos.
Conflictos de las diferentes partes del ojo
- Retina: “No quiero imprimir lo que he visto”.
- Lentes (Cristalino): Miedo en la nuca, la presa perseguida.
- Córnea: Función de protección y enfoque “He perdido contacto visual con…” En fase de estrés se produce úlcera y en fase de recuperación hay inflamación.
- Cuerpo Vítreo: Su función es amortiguar ante traumas. Da forma al ojo.
- Conductos Lacrimales (úlcera): “Querer ser/no ser visto”. “No poder asimilar/confiar en uno mismo”.
- Párpado: Motricidad. “No podemos ver sin ser vistos”
Afecciones de los ojos
– IRRITACIÓN: Algo de lo que veo me irrita. El mundo que veo a mi alrededor me irrita. Deseo no ver esta situación que me molesta.
– QUERATITIS: Estoy muy molesto, tengo rabia por algo que vi.
– SEQUEDAD: Veo a todos con furia, porque no son como quiero que sean, porque no hacen lo que quiero que hagan. Me niego rotundamente a ver con amor. Prefiero morirme que perdonar. Estoy despechado y dolido.
– ORZUELO: He visto algo sucio. Vi algo que me dio rabia. Sólo me gusta ver cosas que me interesan.
Es momento de que seas consciente de que nada cambiará en tu vida, aunque rehúses ver la verdad cerrando los ojos. En lugar de creer que puedes perder a alguien o a algo, sería más sensato que le hicieras frente a la situación y la arreglaras. Si eres del tipo de persona que crees que viéndolo todo no tendrás derecho a equivocarte, debes saber que esta creencia no es buena para ti. No hay experiencias sin errores y no hay evolución sin experiencias.
Se dice que los ojos son el espejo del alma. Esto significa que cualquier problema en ellos es un mensaje que te indica que no vas en la dirección necesaria para que tu alma realice tu plan de vida. Debes aceptar la idea de que no es normal ni hereditario tener una vista que disminuya. Si utilizas a menudo una de las expresiones antes citada, observa el miedo que te invade en el momento de utilizarla y descubrirás qué creencia está afectando tus ojos.
PRINCIPALES PROBLEMAS OCULARES
- DALTONISMO: No poder/querer ver un color por estrés. Ejemplo: asocio el rojo con la sangre, la muerte, los comunistas… algo que no quiero ver o me causa estrés.
- GLAUCOMA: Quiero acercar hacia mí una cosa. Lo he perdido por poco.
- PRESBICIA (Cristalino): No quiero ver lo que tengo delante. Rechazo acomodarme.
- CATARATAS: No quiero ver lo que hay delante de mí. Miedo por la espalda. No acomodarme.
ASTIGMATISMO
“Quiero transformar una parte de la realidad”
Este problema ocular es ocasionado por una variación en la curvatura de la superficie del ojo, lo que da como resultado una visión distorsionada de los objetos cercanos.
El astigmatismo revela problemas entre la vida interior y la vida social. Este problema lo experimenta la persona que no ve las cosas de la misma manera que los demás. Tiene dificultad para ver las cosas de manera objetiva. El hecho de que su manera de pensar no esté de acuerdo con el entorno le ocasiona conflictos interiores. Le cuesta más trabajo aceptar un cambio proveniente de otro que uno surgido de sí mismo. Le resulta difícil ver que un cambio es adecuado y positivo si éste le es impuesto por otra persona. Sin embargo, si este cambio es idea suya, se adaptará sin problemas. Suele ser una persona que se siente herida con mucha facilidad.
¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?
Si yo presento astigmatismo, significa que estoy viviendo un conflicto de ira permanente, un conflicto de miedo a aceptarme tal como soy. No me acepto tal cual soy. Soy una persona curiosa y con una gran necesidad de saberlo, verlo y conocerlo todo.
Resentir:
“Busco respuestas en el exterior y no en el interior”. “Quiero transformar una parte de la realidad”. “Quiero reconocer mi belleza o lo bueno que soy”. “Quiero liberarme de mis padres”. “Me gustaría que mi realidad fuera diferente”. “Quiero esconder algo (personalidad, sentimientos…)”. “Solo puedo contar conmigo”. “No acepto del todo cómo soy”. “Rechazo ver mi realidad”. “Mi imagen ideal está lejos de la realidad, prefiero no ver los detalles”.
Ejemplo: A mi madre todos la ven como increíble, amable, amorosa, perfecta, pero yo no quiero parecerme a ella, quiero ser diferente, quiero a mi madre, pero a la vez la detesto. Todo esto me lleva un sentimiento de autosuficiencia, de “yo puedo sin ella, yo puedo solo”. Por lo tanto, sólo puedo contar conmigo mismo.
¿Cuál es la emoción biológica oculta?:
Problemas con el «yo». Temor a verse realmente.
“El peligro está cerca y viene por detrás. Alguien lo sabe” “No quiero ver lo que está lejos” “Miro de cerca para que algo no se me escape. Se me escapó por poco” Ejemplo: Alguien a quien engañaron por la letra pequeña de un contrato.
Es una anomalía visual en la cual, el ojo es incapaz de enfocar objetos lejanos. El ojo miope tiene la vista corta. Sólo ve con claridad los objetos cercanos y percibe con dificultad los lejanos.
¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?
Vivo con temor a un peligro que se acerca (real o simbólico, da igual que haya sido en el pasado o Transgeneracional). Suelo ser una persona que si bien confía en su futuro, tiene el pensamiento permanente de que algo malo puede suceder o venir a cambiar mi felicidad y tranquilidad, mi presente, del que sí disfruto.
Resentir:
“Tengo que ver bien de cerca, el peligro está cerca, viene por detrás” “Debo tener buen ojo”. “Pensar a futuro me molesta”. “No soporto que alguien querido se haya ido lejos”. “No quiero ver lo que viene”. “Huyo de lo que podría pasar”.
Cuando se presenta la miopía, que usualmente es durante la adolescencia o la juventud, puede deberse básicamente a dos hechos concretos:
- Me siento en peligro por alguna circunstancia que me rodea.
- No quiero ver (aceptar, tolerar, comprender) lo que está más lejos.
¿Cuál es la emoción biológica oculta?:
Miedo al peligro que viene de cerca, pero no veo, viene cuando menos me lo espere.
Miedo al futuro, a crecer, a las responsabilidades, a tomar decisiones.HIPERMETROPÍA“El peligro está lejos (espacio o tiempo)” “No quiero ver lo que está cerca de mi”
La hipermetropía es un trastorno ocular. El hipermétrope sólo distingue los objetos a una distancia anormalmente grande porque los rayos luminosos paralelos se cruzan en la parte trasera de la retina.
La persona que sufre este trastorno visual tiene miedo de ver de cerca lo que sucede en su vida. Quiere tomarse bastante tiempo para reflexionar antes de intentar algo. También tiene dificultad para ver todos los detalles de una situación dada porque no confía en poder manejarlos.
El mensaje que te envían tus ojos por medio de este trastorno es que ha llegado el momento de que te acerques a la gente y a las situaciones sin miedo de no poder controlar lo que ocurra. Tus miedos te impiden vivir muchas experiencias que podrían ser enriquecedoras. Ves pasar la vida en lugar de vivirla realmente.QUERATOCONO. Alteración de la curvatura de la córnea.
He vivido un conflicto en el cual yo he deseado o he logrado realmente que las personas a mi alrededor no vean lo que hay en mi interior. No quiero que vean que soy débil, flojo, enojón, vulnerable, amable, duro, etc. Intento que no me vean tal cual soy y me la vivo fingiendo ser quien no soy.
- Resentir:
“No quiero que los otros vean lo que hay en mi interior”.
“No debe verse desde el exterior lo que hay en el interior”.¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?
Miedo a ser como soy por miedo a ser rechazado.
Miedo a mostrar mis debilidades.
Incapacidad de revelar mis sentimientos.
Obsesión por ocultar algo de mi personalidad.¿Cuál es la emoción biológica oculta?:
Miedo. Inseguridad.CONJUNTIVITIS
Conjuntivitis es la inflamación de la capa conjuntiva, membrana mucosa que recubre el interior de los párpados y que se extiende a la parte anterior del globo ocular.¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?
Si yo presento conjuntivitis, quiere decir que estoy viviendo o he vivido un conflicto emocional, gracias al cual he dejado de ver algo o a alguien importante para mí. Me he separado de ver algo o a alguien que me interesaba.Resentir: “Sólo veo aquello que me gusta”. “Ya no veo a la persona que amo”. “Ya nadie me protege de lo que veo”.
La conjuntivitis está muy relacionada con actitudes de enfado y frustración con lo que se ve en la vida.¿Cuál es la emoción biológica oculta?:
Rabia y frustración por lo que se ve en la vida, molestia o dolor por dejar de ver algo o a alguien.
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mireyalarruskain.com
«La vida en comunidades intencionales y ecoaldeas» Didier Escalon.
En Natura Málaga, la 7ª Feria de Vida Saludable y Sostenible que tuvo lugar en Málaga los días 1, 2 y 3 de mayo de 2015.
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www.naturamalaga.com
Mindalia Televisión