Por la Dra. Suzanne Humphries, 15 de septiembre de 2015
Conferencia impartida en la Sociedad Sueca de Medicina Ortomolecular, Estocolmo, Suecia, 2014
healthimpactnews.com
La Dra. Suzanne Humphries impartió una conferencia en la Sociedad Sueca de Medicina Ortomolecular en Estocolmo, el pasado año 2014, sobre el empleo de la vitamina C.
Aunque el interés de la Dra. Humphries se dirige fundamentalmente hacia el campo de las vacunas, ella se ha dado cuenta de que,
“Mucho de lo que he aprendido durante mi formación como médico carecede aquellos detalles sobre cómo ayudar a la biología del ser humano”.
Y continúa diciendo:
“Cuando las personas están algo enfermas, o incluso cuando están sanas, puede ser muy útil para apoyar la química de nuestro cuerpo el empleo de productos que nos da la tierra, que están ahí para nuestro beneficio, y no necesariamente aquellos que nos ofrecen las Empresas Farmacéuticas”.
La Dra. Humphries afirma que desde que aprendió de la importancia del uso de la vitamina C, su salud ha mejorado extraordinariamente, del mismo modo que ha disminuido la cantidad de medicamentos que receta a sus pacientes y ha notado una mejoría en su salud.
Los mitos en torno a los peligros de la vitamina C
Afirma que hay mucha mitología en el campo de la medicina en relación con la vitamina C. Se sabe que la vitamina C es necesaria para prevenir el escorbuto, pero también se dice que dosis por encima de los 1.000 mg resultan peligrosas, y que en todo caso sería producir una orina muy costosa. Pero se trataría de un mito.
El escorbuto es una enfermedad que se produce por la carencia de vitamina C (ácido ascórbico) en la dieta, causando anemia, inflamación de las encías y hemorragias. Muchos médicos dicen que el cuerpo se satura si se consumen más de 150 mg al día, y que además, en grandes dosis, produce cálculos renales.
Hemos oído que la mejor fuente de vitamina C es la alimentación, y se afirma rotundamente que las personas enfermas pueden obtener suficiente vitamina C de los alimentos.
Pero ninguna de estos mitos son ciertos, o al menos nunca se han probado clínicamente o científicamente, según la Dra. Humphries y la literatura médica consultada.
La cantidad diaria recomendada de vitamina C es la adecuada para prevenir el escorbuto, pero no favorece una salud óptima
La Dra. Humphries dice:
“Los animales disponen de cuatro enzimas hepáticas para convertir la glucosa en ácido L-ascórbico. Se trata de un extraordinario proceso químico que realiza diferentes funciones en nuestra organismo para mejorar nuestra salud, y puede ser un recurso en ciertas situaciones, pero se puede consumir rápidamente durante los períodos de enfermedad”.
Pero la cuarta enzima no se encuentra en los seres humanos, así como en otros animales ( murciélagos, cobayas y algunos primates). Esto significa que los seres humanos dependen de las fuentes de alimentación para obtener este nutriente.
Hay animales que producen su propia vitamina C, por ejemplo, la vaca, del orden de 18 mg/kg/día, lo que supone un total diario de 12.000 mg al día, además de la que obtienen de los alimentos. Otro animal que también la elabora es el gato, del orden de 20 a 40 mg/kg/día, es decir, un total diario de 180 mg al día.
La Cantidad Diaria Recomendada (CDR) para una persona es la mitad de esa cantidad. Los animales que dependen de los alimentos para la obtención de vitamina C, tales como el gorila, la ingesta debiera ser de 30 mg/kg/día, por tanto, 4.500 mg por día. El conejillo de indias tampoco elabora su propia vitamina C, y el consumo debe ser de 33 mg/kg/día, lo que supone 30 mg por día.
La Dra. Humphries ha aprendido algunos datos interesantes sobre las cabras. Cuando las cabras están saludables producen 185 mg/kg/día (13.000 mg/día) y cuando están enfermas o con estrés producen hasta 1400 mg/kg/día (100.000 mg/día).
La Dra. Humphries afirma:
“Yo no produzco la vitamina C que necesito y me dicen que sólo debo ingerir 75 mg al día, es decir, 1,2 mg/kg/día. Es una subestimación de la cantidad que debemos tomar diariamente. Los datos científicos que hay detrás de esta afirmación son erróneos”.
La dosis diaria recomendada para los hombres es de 90 mg/día y para la mujeres de 75 mg/día. Cuando algunos científicos propusieron cambiar la dosis diaria recomendada de vitamina C a 200 mg al día, fue rechazada por las autoridades sanitarias, dice la Dra. Humphries.
Cuando una persona desarrolla una enfermedad, sus reservas de vitamina C se pueden agotar rápidamente. La Dra. Humphries hace hincapié en que las dosis diarias recomendadas de vitamina C son para prevenir el escorbuto, no para fomentar una salud óptima.
Un estudio mostró que una de cada cinco personas tenían una concentración plasmática de vitamina C compatible con el escorbuto
Un estudio realizado en Canadá analizó los niveles de vitamina C en la sangre. En este estudio se consideraron niveles normales una concentración de 28,4 micromol/l. Según este estudio, aproximadamente el 16% de las personas tendrían unos niveles por debajo de los normales, y el 86% unos niveles normales:
La mayor diferencia se encuentra entre los pacientes de los hospitales, de los cuales sólo el 21% tendría unos niveles normales, por lo que la Dra. Humphries exclama:
“Un porcentaje muy bajo de normalidad”
El gráfico de la parte superior muestra los pacientes hospitalizados, las barras negras, y los pacientes de consulta ambulatoria, representados con barras claras. Si observamos las personas que se encuentran entre 100 y 125, sería el grupo que se encuentra más saludable, ya sea por una dieta con un alto contenido en nutrientes o por la ingestión de varias dosis repetidas.
La Dra. Humphries afirma que el 24% de las personas que fueron hospitalizadas tomaban vitaminas, pero la mayoría de los médicos les aconsejaron que suspendiesen esa ingesta adicional.
La conclusión de este estudio es que,
“Casi una de cada cinco personas tenía una concentración plasmática de vitamina C compatible con el escorbuto”.
Y la Dra. Humphries se pregunta:
“De saber esto la medicina convencional, ¿su comportamiento sería diferente?”.
Incluso hay algunos médicos que se mostrarían en contra de aumentar el empleo de ácido ascórbico
La Dra. Humphries dice que vivimos sumidos en este mito, el de que no hay que analizar los niveles de vitamina C de las personas enfermas y que no es necesario administrar niveles mayores.
El Dr. Frederick R. Klenner fue uno de los pioneros en el uso del ácido ascórbico en dosis altas y curó a muchos pacientes con diversas enfermedades en la década de 1950, entre las que se encontraba la polio y la picadura de la araña viuda negra (documentado en The Black Widow Spider: Case History. Tri-State Med J, Dec 1957, Vol5, No 10, pp 15-18).
Referente a este caso, el Dr. Klenner dijo:
“Hay algunos médicos que preferían mantenerse al margen y ver morir a sus pacientes en lugar de utilizar ácido ascórbico, porque en sus mentes finitas sólo se trata de una vitamina”.
La Dr. Humphries también analizó un estudio realizado en Nueva Zelanda con varones adultos sanos de unos 30 años de edad. Estos hombres se ofrecieron para realizarles una biopsia muscular para medir los niveles de vitamina C. Inicialmente, se midieron los niveles en sangre de aquellos varones que se encontraban en los límites inferiores, alrededor de 30 a 40 mol/l. Luego consumieron una dieta baja en vitamina C y sin suplementos, y se observó que los niveles disminuían considerablemente en cinco semanas a unos niveles compatibles con el escorbuto.
A continuación, a la mitad de los hombres se les dijo que comieran la mitad de un kiwi al día, y a la otra mitad, dos kiwis al día. Los niveles de ambos grupos fueron aumentando considerablemente, pero loshombres que consumieron dos kiwis al día tenían unos niveles que se elevaron hasta los 70 mol/l.
La Dra. Humphries sigue diciendo:
“Las diferentes partes de nuestro cuerpo necesitan diferentes cantidades de vitamina C. Las glándulas suprarrenales y el ojo necesitan grandes cantidades, mientras que los músculos se encontrarían en un término medio”.
La necesidad de vitamina C se puede dividir en categorías: antioxidante, antihistamínico y la enzima cofactor.
La vitamina C actúa como un donador de electrones y repara los daños que nos provocan los oxidantes, como por ejemplo, el humo de los vehículos, los aerosoles ambientales u otro tóxico. La vitamina C actúa como un antihistamínico y protege a las personas del polen y las alergias.
También ha encontrado en la literatura médica y en la práctica clínica que la vitamina C
“Es un cofactor para muchas enzimas. Algunas de ellas producen colágeno, neurotransmisores, hormonas y carnitina”.
La vitamina C puede prevenir enfermedades como la diabetes, enfermedades del corazón y la presión arterial
La Dra. Humphries habla de dos problemas a los que muchos médicos se enfrentan diariamente, la diabetes y la presión arterial alta. Ambos problemas pueden estar asociados con unos niveles muy bajos de vitamina C. Ella afirma que estos problemas mejoran con la administración de suplementos de vitamina C.
Y continúa diciendo:
“Ambos tipos de diabetes se están convirtiendo en un serio problema a nivel mundial, una epidemia, pero ambos se pueden prevenir en gran medida. También sabemos que los diabéticos tienen unos niveles más bajos de vitamina C que los no diabéticos, un 30% menos”.
“Sobre todo el control de la glucemia se mejora con suplementos de vitamina C”
Otro problema médico es el de la enfermedad cardíaca:
“La enfermedad cardíaca está causada por un exceso de estrés oxidativo, la exposición a tóxicos, toxinas tanto dentro como fuera del cuerpo. Es un estado de inflamación. Cada uno de los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca mejora con la vitamina C”.
La Dra. Humphries también afirma que la salud de los vasos sanguíneos, el metabolismo del colesterol y la presión arterial mejoran con el consumo de suplementos de vitamina C.
En la década de 1950 se comprobó que personas que sufrían accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos tenían unos niveles muy bajos de vitamina C en el cerebro y el corazón.
“No se realizaron investigaciones sobre qué dosis exactas se habían encontrado”.
La vitamina C es un potente antioxidante
“Hay otros antioxidantes en nuestro cuerpo, pero éste es el más activo. El ácido ascórbico es muy amargo y se encuentra de forma natural en algunos alimentos. Nuestro cuerpo necesita el ascorbato de sodio; nuestros intestinos necesitan sodio para absorber el ascorbato.Así que podemos tomarlo como ácido ascórbico, utilizando el sodio que hayamos ingerido, o podemos tomar ascorbato de sodio”.
La Dra. Humphries recomienda los suplementos de ascorbato de sodio. También recomienda la lectura del libro Primal Pancea, del Dr. Thomas E. Levy:
“Es cardiólogo y abogado. Sus puntos de vista están respaldados por la literatura científica, con más de 650 referencias. Es un libro muy interesante que describe cómo el consumo de suplementos de vitamina C afectan a la mejora del corazón y los vasos sanguíneos”.
Los productos farmacéuticos son algunos de los responsables del aumento del estrés oxidativo en nuestros cuerpos
La Dra. Humphries explica que tenemos energía en nuestro cuerpo, en forma de electrones, protones y neutrones. El estrés oxidativo provocaría una reacción en cadena en el cuerpo. La vitamina C puede detener esa reacción en cadena y paliar los daños causados.
“Una clásica reacción en cadena es la producida por la energía electromagnética procedente del sol. Se puede producir una inflamación microbiana cuando el sistema inmunitario ataca a esos microbios, provocando estrés oxidativo. Estos microbios segregan toxinas, caso de la fiebre reumática y la meningitis…. Incluso se puede producir un estrés emocional, a causa, por ejemplo, de un accidente de automóvil. Tanto el estrés emocional como el físico tienen consecuencias parecidas. Los medicamentos también son responsables de estrés oxidativo, provocando daños en las proteínas, mitocondrias y el ADN celular, pero también pueden provocar daño en el exterior de la célula y ser causa de serios problemas”.
La producción excesiva de radicales libres ( cuando falta un electrón) puede causar daños a los nervios, a las proteínas, al ADN, a las mitocondrias y los lípidos, y ser por tanto causa de enfermedades, tales como arteriosclerosis, cáncer, diabetes, artritis reumatoide, enfermedades del corazón, inflamación crónica, accidentes cerebrovasculares y shock séptico.
El ácido dehidroascórbico (DHA) es un compuesto orgánico que se produce cuando se oxida el ácido ascórbico.
“Hay varios tipos de células en nuestro cuerpo que reciclan la vitamina C y puede ser utilizada en otros lugares. Hay células que recogen la vitamina C oxidada… Estas células que reciclan la vitamina C son las células nerviosas, los glóbulos rojos de la sangre, las mitocondrias y algunas células óseas”.
Si hay demasiado ácido dehidroascórbico [la principal forma de la vitamina C oxidada], el cuerpo se deshace de él a través de la orina o bien reciclándolo.
Un feto en desarrollo requiere una cantidad doble de vitamina C que la madre
Por esta razón, la concentración de vitamina C es muy importante para las mujeres embarazadas y los bebés.
“Esto se debe a que nosotros mismos no podemos realizar la división celular sin vitamina C. No podríamos regenerar la piel, ni el tejido conectivo, ni fabricar hueso ni cartílago, algo fundamental para el feto en desarrollo. Es tan importante para el feto, que tomará lo que necesita de la madre, incluso si esto supone agotar sus reservas de vitamina C. El bebé en la placenta dispone del doble de la cantidad que la madre concentra en la sangre, pero en el líquido amniótico, en el que el bebé está sumergido y traga, tiene tres veces la cantidad de la madre”.
Tomar vitamina C durante el embarazo previene la aparición de ictericia en los recién nacidos
La tasa de incidencia de la ictericia en los recién nacidos es de aproximadamente del 60% al 70%.
“De mi investigaciones deduzco que se puede prevenir”.
La Dra. Humphries realizó un estudio con mujeres embarazadas, a las que durante les suministró un gramo de vitamina C por vía oral cada dos días durante seis meses, comprobando que el porcentaje de ictericia neonatal se reducía considerablemente.
La Dra. Humphries cree que
“Las mujeres embarazadas deberían tomar al menor 500 mg de vitamina C”.
La vitamina C es necesaria para la estructura e integridad corporal
“En los ojos se almacenan altos niveles de vitamina C. En la piel, en los tendones y en los ligamentos, lo que nos habla sobre el tipo de células que tenemos allí. La separación de estas capas es lo que llamamos aterosclerosis y aneurisma. Se producen en condiciones de una insuficiencia de vitamina C, pero se puede mejorar tomando dosis más altas”.
“Se necesitan grandes cantidades de vitamina C para producir colágeno. En realidad, la vitamina C estimula la síntesis del colágeno”.
Otro mito que la Dra. Humphries pone en duda hace referencia al calcio y las cantidades de calcio que necesitamos las personas.
“Pequeñas cantidades de calcio deben tomarse y luego las moléculas señalan dónde debe ir ese calcio, así como los minerales, que también deben tomarse”.
Tanto la vitamina C como el calcio son necesarios para los huesos. La vitamina D y la vitamina K2 son necesarios para la mineralización. La vitamina K2 señala dónde se necesita el calcio en los huesos. Los micronutrientes, como la vitamina B, también son importantes. Una buena dieta equilibrada es fundamental.
La Dra. Humphries proporciona una breve lista recogida de la literatura médica para apoyar los beneficios de la vitamina C. La vitamina C es un antiséptico y antibacteriano, que puede ser colocada tanto interior como exteriormente en el cuerpo. También se ha demostrado que es útil en las unidades de cuidados intensivos cuando existen infecciones graves y sepsis.
“Hay literatura científica que muestra que la administración de altas dosis de vitamina C se pueden utilizar en las víctimas de quemaduras, disminuyendo la necesidad de líquidos la cantidad de infecciones secundarias que pueden aparecer”.
La vitamina C cura la tos ferina
“Para la tos ferina yo utilizo vitamina C, porque me parece que es una enfermedad en la que la vacuna no funciona. El 86% de los casos de tos ferina aparecen en los niños ya vacunados y mucha gente contrae la enfermedad de los niños vacunados. Los antibióticos no hacen mucho para combatir la tos, incluso a veces la empeoran al perjudicar la inmunidad, y los médicos no tienen mucho más que ofrecer”.
La Dra. Humphries comienza el tratamiento de la tos ferina con altas dosis de vitamina C, en todos los grupos de edad. La tos ferina está producida por una bacteria que produce una toxina y cualquier enfermedad que es producida por una toxina debe ser neutralizada. La toxina genera estrés oxidativo, roba electrones, y la vitamina C los dona de nuevo.
Más información sobre el tratamiento de la tos ferina con vitamina C:
Tratamiento con vitamina C de la tos ferina ~ Dra. Suzanne Humphries
Un estudio muestra que la vitamina C por vía intravenosa reduce la mortalidad de los pacientes en esta crítico
La Dra. Humphries analiza un estudio realizado en pacientes que sufrían infecciones severas y fallo orgánico y se les administró ascorbato de sodio. El propósito del estudio era el de determinar si era segura la administración de diferentes dosis de ascorbato de sodio. A un tercio de los pacientes no se les dio vitamina C, a otro tercio de los pacientes 50mg/kg/día por vía intravenosa, y al resto 200 mg/kg/día por vía intravenosa.
Afirma que la cantidad de 200 mg/kg/día supone la administración de unos 14 gr. diarios, que no considera que sean cantidades muy altas, que estarían por encima de los 100 gramos al día.
En el estudio se utilizó la escala SOFA (Evaluación del Fallo Orgánico Secuencial). Según la Dra. Humphries, es un indicador muy preciso de la muerte durante una enfermedad crítica. Si la puntuación es muy alta durante las primeras 48 horas de estancia en la unidad de cuidados intensivos, entonces la tasa de mortalidad es de al menos el 50%, por lo que sería necesario bajar rápidamente esa puntuación.
“En los pacientes que tomaron un placebo sin vitamina C, su puntuación SOFA se elevó. Los que tomaron una dosis más baja de ascorbato sódico, su puntuación SOFA bajó considerablemente. Los que tomaron altas dosis de ascorbato sódico, se redujo aún más. Me gustaría conjeturar que de haber tomado 100 gramos de vitamina C, esa puntuación habría bajado en mayor medida”.
“Ningún paciente al que se le administró cantidad más altas o más bajas de vitamina C sufrió eventos adversos significativos”.
“Sabemos que es segura porque hemos sido capaces de administrársela a estos pacientes gravemente enfermos, que de otra forma habrían tenido una tasa muy alta de mortalidad, y porque sabemos que los indicadores de probabilidad de muerte bajaron rápidamente”.
Ella cree que esto debiera ser suficiente para que los médicos en los hospitales diesen a los pacientes ácido ascórbico cuando se requiera. También dice que ha encontrado documentación que muestra que la vitamina C también tiene efectos positivos en otras enfermedades, tales como la poliomielitis, hepatitis aguda, encefalitis viral, fiebre reumática e intoxicación por hongos, Ébola, enfermedades hemorrágicas, tuberculosis y mononucleosis infecciosa.
La Dra. Humphries recomiendo dos tipos principales de vitamina C sintética: ascorbato de sodio en polvo y vitamina C lipoesférica
“Son recomendables para cualquier tipo de enfermedad”
Explica que no podemos obtener suficiente vitamina C de los alimentos cuando se usa con fines terapéuticos, y que para obtener unos resultados terapéuticos se debe complementar con la forma sintética de vitamina C: el ascorbato de sodio en polvo o la vitamina C lipoesférica. El uso por vía intravenosa de vitamina C permite el empleo de dosis mucho más altas, pero se consume con rapidez. Los suplementos orales durante todo el día pueden lograr resultados similares.
Administración por vía intravenosa de vitamina C en pacientes con enfermedad de Lyme
Las formas sintéticas que recomienda la Dra. Humphries incluyen la administración intravenosa, que puede ser útil en pacientes con la enfermedad de Lyme, cáncer o enfermedad cardíaca grave. También se recomienda porque algunas células pueden estar desprevenidas ante la presencia de altos niveles de vitamina C, caso de las células cancerosas. Las células cancerosas y las células enfermas, son diezmadas por altos niveles de vitamina C.
“Ambas formas de la vitamina C deben estar presentes en nuestro hogar. Es recomendable para los bebés, porque se puede frotar en su boca y conseguir una rápida absorción y obtener altos niveles en la sangre. Yo se la administro a mi familia y a mis mascotas”.
“La vitamina C por vía oral es la más útil y es lo que nuestro cuerpo necesita en caso de tratamiento de enfermedades agudas o crónicas”.
Dosis de vitamina C que recomienda la Dra. Humphries
Afirma que el ascorbato sódico en polvo es asequible y útil. Recomienda que cada persona evalúe la cantidad que sus intestinos pueden tolerar. Beba mucha agua antes de este proceso para tener un buen flujo de orina. Un adulto puede comenzar por tomar 1 ó 2 gramos cada dos horas. La primera vez que observe ruidos en su abdomen anote la cantidad que tomó hasta ese momento. Si desea un complemento diario, tome aproximadamente del 50% al 90% de esa cantidad cada día.
“Recomiendo tomar durante varias veces al día, de modo que se pueda mantener en su sistema”.
La cantidad variará en función de los niveles de estrés que se estén experimentando, tanto físicos como mentales.
“Hay evidencias de que la vitamina C favorece a las bacterias saludables y destruye las bacterias que producen toxinas en nuestro intestino”.
No hay pruebas de sobredosis o muertes por la vitamina C, en comparación con los medicamentos de venta libre
“No se conocen casos de personas sanas que hayan muerto por sobredosis o por tomar vitamina C. Con una ingestión de 227 gr un adulto sobreviviría, según la literatura farmacológica”.
Y lo compara con los medicamentos de venta libre,
“El 28,3% de las hospitalizaciones anuales se deben a eventos adversos producidos por los medicamentos, en Estados Unidos, y el 0,31% de estos pacientes mueren. 380 personas mueren al día por la prescripción de medicamentos de venta libre. El Paracetamol, que se utiliza para el tratamiento de la fiebre, genera 56.000 visitas a las urgencias médicas y 26.000 hospitalizaciones. Por sobredosis accidentales se producen 450 muertes al año. Estos agentes antiinflamatorios no esteroideos son utilizados por una gran cantidad de personas en edad avanzada, y estas personas desarrollan úlceras,generando 41.000 hospitalizaciones, y 3.300 muertes al año por estos fármacos”.
“La ironía que la vitamina C es un tratamiento útil para estas úlceras. Mata a la bacteria Helicobacter pylori y ayuda a regenerar nuevo tejido. No sólo puede ayudar a estas personas, sino que también se pasa por alto lo valiosa que puede ser para paliar la fiebre en los niños, ya que ayuda al sistema inmunológico. Favorece a las células blancas sanguíneas, que realizan el trabajo de lucha contra las infecciones”.
“La vitamina C es muy útil para tratar todos estos problemas. También ayuda a revertir el daño hepático, y evita daños en el hígado, desintoxicando el hígado en situaciones de cirrosis”.
Vea la conferencia completa aquí:
Procedencia del artículo:
http://healthimpactnews.com/2015/vitamin-c-cures-disease-but-doctors-and-pharmaceutical-companies-do-not-want-you-to-know-this/