Archivo por días: febrero 15, 2016

“En EEUU no hay golpes de Estado porque no hay embajada americana”

MARCELO COLUSSI / HISPAN TV – Los militares latinoamericanos, como todo militar, se han dedicado a la guerra; pero en muy buena medida a un tipo de guerra peculiar: las guerras civiles.
En el transcurso del pasado siglo casi no hubo guerras interestatales en la región; la función de las fuerzas armadas se concentró en la represión interna.
Como parte de la Guerra Fría, prácticamente todos los países latinoamericanos vivieron guerras internas insurgentes y contrainsurgentes. Con distintas modalidades, en toda el área entre los 60 y los 90, tuvieron lugar feroces procesos de militarización. A la proclama revolucionaria siguieron invariablemente atroces acciones represivas.
La respuesta contrarrevolucionaria la dieron los Estados con sus cuerpos armados, ejércitos fundamentalmente. Esto pone en evidencia dos cosas: por un lado ratifica qué son en verdad las maquinarias estatales (“violencia de clase organizada”, según la definición leninista), a favor de qué proyecto se establecen y perpetúan (obviamente no del campo popular); y por otro lado, desnuda la estructura de los poderes: los ejércitos reprimieron el proyecto revolucionario, pero ellos cumplieron su mandato; el real poder que usó la fuerza para seguir manteniendo sus privilegios no aparece en escena.
Hoy día, terminada la Guerra Fría y el “peligro comunista”, dado que las sociedades fueron hondamente desmovilizadas producto de la brutal represión, los ejércitos retornaron a sus cuarteles. Incluso en los últimos años, habiéndose tornados ya innecesarios para el mantenimiento de la “paz” interior –porque el trabajo estaba cumplido– se inician tibios procesos de revisión de las guerras internas, de sus excesos y abusos.
Pasadas las dictaduras militares, con distintas modalidades, con suertes diversas también en los procesos emprendidos, los países que sufrieron esos monstruosos conflictos armados iniciaron alguna suerte de ajuste de cuentas con su historia. Más allá de los resultados de esos procesos, desde el enjuiciamiento y condena a los comandantes argentinos hasta la total impunidad y el retorno al poder por vía democrática en Bolivia o en Guatemala, el común denominador ha sido y sigue siendo que los ejércitos contrainsurgentes cargan con todo el peso político y la reprobación social respecto a las guerras sucias transcurridas.
Sin ninguna duda, esas guerras fratricidas fueron sucias, de más está decirlo. La tortura, la desaparición forzada de personas, la violación sistemática de mujeres, el arrasamiento de poblaciones rurales enteras, fueron parte de las estrategias de guerra seguidas por todos los cuerpos castrenses. Hoy día, cuando pensamos en el fracaso de los proyectos revolucionarios latinoamericanos, tenemos inmediatamente la imagen del verde olivo y las botas militares. ¿Pero no estaban preparados para eso los ejércitos de esta región?
La doctrina militar de todos los ejércitos del área no se elabora en Latinoamérica: para eso estaba la Escuela de las Américas en Panamá, por años sede del Comando Sur de las fuerzas estadounidenses. Los cuerpos castrenses locales han funcionado como ejércitos de ocupación; sus hipótesis de conflicto no eran las guerras contra otras potencias regionales sino el enemigo interno. Los distintos grupos elites que se crearon tenían como objetivo mantener aterrorizadas a las propias poblaciones. Esos soldados, preparados en definitiva por Washington en su lógica de contención del avance comunista, adiestrados en las más despiadadas metodologías de guerra sucia y bendecidos por los grupos de poder locales, en las pasadas intervenciones que tuvieron no hicieron sino cumplir con el papel para el que fueron educados. En otros términos: fueron buenos alumnos.
Hoy día se habla de revisar el pasado. Ello es imprescindible, por cierto. El futuro se construye mirando el pasado; la basura no puede esconderse debajo de la alfombra porque inexorablemente, siempre, lo reprimido retorna. Pero esto abre una duda: revisar el pasado no debe ser sólo el juicio y castigo a los responsables directos de los crímenes infames que enlutaron las sociedades latinoamericanas las pasadas décadas.
Las fuerzas armadas cumplieron sus funciones, como sus mismos comandantes se cansaron de repetir en cualquiera de los países donde condujeron las guerras internas, y no tuvieron nada de qué arrepentirse. Por supuesto que lo condenable es la extralimitación en que, como Estado, incurrieron estas fuerzas. El Estado no puede reprimir a su población, pero ¿de qué Estado hablamos? Es quimérico pensar que este aparato de Estado pertenece a todos; las dictaduras militares lo demostraron. Cuando el andamiaje real del poder de las clases dominantes es tocado, ahí se desnuda el carácter del Estado, de las “democracias” parlamentarias.
Si pedimos juicio y castigo a los responsables de los cientos de miles de muertos, desaparecidos, torturados y exiliados de los países latinoamericanos de nuestra historia reciente, si pedimos justicia para no olvidar la historia negra que se vivió, no debemos olvidar nunca que el enemigo no es el guardaespaldas del amo: sigue siendo el amo.
http://carlosagaton.blogspot.com.es/2016/02/en-eeuu-no-hay-golpes-de-estado-porque.html

El origen de Homo sapiens y el desarrollo tecnológico

En junio de 2003 un equipo científico encabezado por Timothy White publicó en la revista Nature un importante hallazgo, realizado varios años antes (1997) cerca de la localidad de Herto, en la región etíope del curso medio del río Awash. Se trataba de restos de tres cráneos (dos de ellos muy completos) y dientes fósiles, que pertenecieron a un mínimo de siete individuos. Tim White nos tenía acostumbrados a descubrimientos de gran antigüedad. Por ese motivo, sorprendió a todos la datación de los restos de Herto, que se movía en el rango de 154.000 y 160.000 años. Este dato nos recuerda que la región del curso medio del río Awash puede considerarse como uno de los lugares más importantes del planeta para el estudio de toda la evolución humana. Las excavaciones en esta región han proporcionado restos de ardipitecos, australopitecos y de varias especies del género Homo.

Portada de la revista Nature del 12 de junio de 2003.

Portada de la revista Nature del 12 de junio de 2003.

En esta ocasión, White y sus colegas describieron restos de Homo sapiens, si bien quisieron distinguirlo de otras poblaciones de nuestra especie con el apellido “idaltu”:Homo sapiens idaltu. El cráneo de uno de los adultos fue portada de la revista Nature y el artista Jay Matternes realizó una de sus famosas reconstrucciones dedicadas a las especies y paisajes del pasado. Con independencia de las licencias artísticas de Matternes, su reconstrucción pictórica refleja los caracteres del neurocráneo y de la cara. Los cráneos de Herto son esféricos, por lo que aquellos humanos ya había perdido el aspecto aplanado de todas las especies anteriores del género Homo. En consonancia con ello, el cerebro del cráneo tendría la misma forma que la nuestra y su volumen (unos 1.400 centímetros cúbicos) era algo superior al promedio actual. La cara era exactamente igual a la nuestra y tan solo se puede decir, como rasgo a destacar, que  los cráneos eran robustos. Nada que nos pueda sorprender, porque algunas poblaciones actuales también tienen cráneos algo más robustos de lo habitual.

Para Tim White y sus colegas, los restos humanos de Herto representan la continuación de un linaje evolutivo, surgido en África hace unos 250.000 años: el linaje “sapiens”, bien representado por algunos restos fósiles de África y del Corredor Levantino. Los cráneos de Herto son contemporáneos con los neandertales, pero no muestran ninguno de los caracteres típicos de estos humanos del otro lado del Mediterráneo. La separación de las dos genealogías, neandertales y humanos modernos pudo ocurrir hace entre 400.000 y cerca de un millón de años (una amplia horquilla temporal, todavía por resolver). Pero lo cierto es que los cráneos de Herto podían confundirse con los de algún yacimiento moderno. Hace 160.000 años la especieHomo sapiens ya estaba perfectamente definida y consolidada.

Cráneo de Homo sapiens idaltu. Fuente: Nature.

Cráneo de Homo sapiens idaltu. Fuente: Nature.

Pero una cosa es lo que nos dicen los fósiles y otra muy distinta es saber como estaba estructurado el cerebro que contenía el neurocráneo de los humanos de Herto. Para algunos genetistas tuvieron que producirse cambios de cierta entidad en nuestro genoma para que los humanos llegáramos a producir y apreciar el arte o a poseer un pensamiento simbólico tan desarrollado como el que ahora nos caracteriza. Si nuestra especie tiene una antigüedad de casi un cuarto de millón de años, ¿por qué hemos tardado tanto tiempo en alcanzar los logros tecnológicos de los que disfrutamos hace tan solo unas pocas décadas? Hace 160.000 años el tamaño del cerebro ya había logrado con holgura el tamaño de hoy en día. Quizá los genetistas obtendrán respuestas en poco tiempo, precisamente gracias al enorme avance de la paleogenética. Conoceremos mejor los cambios que nos distinguen de aquellos humanos de finales del Pleistoceno medio. Sin embargo, ante la incontestable evidencia de que algunas tribus del planeta siguen viviendo de la caza y la recolección no queda más remedio que aceptar la importancia del cerebro social en nuestro progreso. Sin la interacción de miles de personas en una empresa común hubiera sido imposible llegar hasta las cotas tecnológicas actuales. Ya lo sabemos, la respuesta está en el ADN, pero también en el ambiente en el que se desarrollan los seres vivos. En nuestro caso, el intercambio de información de manera vertical (a través de los textos escritos por quienes nos han precedido) y horizontal actúa sobre las posibilidades del genoma humano para provocar nuestro progreso tecnológico exponencial.

El origen de Homo sapiens y el desarrollo tecnológico

EL DMT ESTÁ PRESENTE EN TODOS LOS ORGANISMOS VIVOS DEL PLANETA

Entre la comunidad psicodélica existe una broma muy gastada de que la policía podría detener a una persona por llevar en su cerebro un poderoso psicodélico ilegal: el DMT. Esto se fue rumorando a partir de los estudios de Rick Strassman con la también llamada «molécula del espíritu»: Strassman teorizó que la glándula pineal (el centro espiritual según Descartes) producía DMT. Recientemente se ha confirmado que, al menos en las ratas, esto es así.

Lo increíble del caso es que esta sustancia que produce visiones cósmicas en viajes de 10 minutos de los cuales uno sale relativamente ileso (al menos físicamente) pese a cruzar un extraño umbral hacia lo que parecería otra dimensión (poblada de deidades y juglares), parece estar presente en todas las criaturas vivientes del planeta en dosis minúsculas, según explica el etnofarmacólogo Dennis McKenna en el prólogo del libro A Cultural History of DMT, de Graham St. John:

Ya que el triptófano, el precursor del DMT, está presente en todos los sistemas biológicos del planeta, lo que esto implica es que el DMT debe ocurrir –aunque usualmente en cantidades diminutas– en cada uno de los organismos del planeta. La naturaleza, en otras palabras, está empapada de DMT. ¿Es esto un simple accidente bioquímico o es indicativo de algo más profundo, de una inteligencia inherente en la naturaleza? El DMT nos invita a mirar a detalle los niveles fundamentales de la organización biológica para percibir ahí un misterio, presente desde el origen de la vida y sin embargo no sospechado hasta que las vicisitudes de la evolución otorgaron a un grupo de primates la complejidad neurológica para aprehender su farmacología, crear las herramientas para aislarlo y la misma capacidad de asombro ante los paisajes trascendentales que iluminan un universo paralelo.

El hilo es infinito y nos podemos hacer miles de preguntas en este sentido. El doctor Strassman, por ejemplo, ha tomado una veta bíblica, considerando que tal vez las teofanías de los profetas fueron inducidas por una producción natural de DMT. También esta la misma posibilidad que Strassman exploró en su libro The Spirit Molecule, sobre la relación entre la glándula pineal, el DMT y la reencarnación. Desde una perspectiva biológica, Dennis (el hermano nerd del famoso psiconauta Terence McKenna) sugiere algunas funciones para el DMT en el cuerpo humano. Se cree que podría tener una función de inmunorregulación; otra posibilidad es que actúe como neurotransmisor. Y no se puede descartar que la función del DMT está más ligada a aspectos espirituales o de la llamada anatomía oculta del ser humano (la glándula pineal es un vestigio de un ojo). Por ahora, todo esto es solamente un tremendo misterio.

http://pijamasurf.com/2016/02/el-dmt-esta-presente-en-todos-los-organismos-vivos-del-planeta/

LOS BEBÉS PUEDEN VER COSAS REALES QUE NOSOTROS YA NO ALCANZAMOS A PERCIBIR.

A LOS 5 MESES LOS BEBÉS PIERDEN LA CAPACIDAD DE DISTINGUIR SUTILES DIFERENCIAS EN FORMAS Y COLORES, DE ALGUNA MANERA DEJAN UNA REALIDAD MÁS NÍTIDA PARA CONFORMARSE CON UNA ILUSIÓN MÁS SEGURA.
Un reciente estudio muestra que los bebés son capaces de percibir con mayor agudeza colores y formas que los adultos, pero aprenden luego a adaptarse a una ilusión consensual que les permite navegar en el mundo más a salvo. En otras palabras, reducen el espectro de su percepción para no ser inundados de datos sensoriales que pueden ser imprácticos.
La doctora Susana Martínez-Conde hace una buena labor explicando esto y mostrando algunos ejemplos visuales. Intentaremos aquí explicar brevemente esta diferencia en la percepción. Lo que ocurre cuando vamos creciendo es una cosa que se llama «constancia perceptual», esto es, un aprendizaje a ver el mundo en el que el cerebro parece bloquear pequeños cambios para mantener la identidad de un objeto. Por ejemplo, cambios de luz hacen que un objeto tenga un cierto color y una cierta textura que nosotros no vemos o percibimos de manera equivocada en función de que este objeto no cambie mucho para que así no lleguemos a pensar que es otro objeto, lo cual podría ser incluso peligroso (o era peligroso en momentos en los que el ser humano era cazador-recolector).
«En un principio vemos todas las diferencias, y luego aprendemos a ignorar ciertos tipos de diferencias para que podamos reconocer el mismo objeto como inmutable en diferentes escenarios. Cuando la constancia perceptual emerge, perdemos la habilidad de detectar múltiples contradicciones que son altamente notables para pequeños bebés», dice Martínez-Conde.
El estudio en cuestión mostró que bebés de 3-4 meses pueden discriminar rasgos sutiles en imágenes cuando se cambia de iluminación, mismos que los adultos no logran detectar, explica Martínez-Conde. Este poder de ver los matices de la realidad, se pierde a los 5 meses y a los 7 u 8 meses la habilidad de ver correctamente superficies mate o lustrosas. Continúa Martínez-Conde:
La discriminación de superficies no es el único dominio de percepción en el que abandonamos la realidad por la ilusión al crecer. Durante el primer año de sus vidas, los niños pierden una miríada de poderes discriminatorios: entre ellos, la habilidad de reconocer diferencias en las caras de monos que son imperceptibles para humanos adultos y la habilidad de distinguir ente sonidos de lenguas distintas a las de su propia familia. Diferencias objetivas se vuelven similitudes subjetivas.
La pérdida de sensibilidad a la información variante que experimentamos como bebés creó una brecha insuperable entre nosotros y el mundo físico. Al mismo tiempo, nos ayudó a sintonizar nuestra percepción al medio ambiente, permitiéndonos navegar de manera eficiente y exitosa… aunque haya dejado una gran porción de la realidad fuera de nuestro alcance.
Muchas cosas aquí para reflexionar. Por una parte una nostalgia de algo que parece imposible de recordar: la visión prístina del bebé ante la realidad. ¿Cómo ve un bebé una rosa a la que toca la luz del Sol? ¿Cómo es una rosa en el amanecer y una en el atardecer para los ojos límpidos del bebé? Por otro lado, es importante notar que el estudio citado y el concepto mismo de la constancia perceptual muestran desde una perspectiva científica algo que la filosofía ha discutido por siglos: más que ver el mundo como es, lo vemos como somos nosotros, y sobre todo como han sido los otros que vieron el mundo antes que nosotros. “Estar aquí es una especie de abandono espiritual. Sólo vemos lo que otros ven, los miles otros quienes estuvieron aquí antes, aquellos que vendrán después. Hemos acordado ser parte una percepción colectiva”, escribe el novelista Don DeLillo.
La lectura que hace Martínez-Conde de esto es desde la biología: vemos al mundo de la forma que es más útil para que podamos sobrevivir, una operación de ciega inteligencia, nos dirían los biólogos. Sin embargo, debemos considerar que la evolución en realidad también está mediada por factores culturales, no es sólo nuestra genética la que determina cómo procesamos el mundo, es también la epigenética; no son sólo nuestros genes, también son nuestros memes los que nos hacen ver las cosas como objetos constantes, separados de nosotros mismos. Hay en cierta forma una polinización cruzada entre las fuerzas de la evolución y nuestra propia voluntad, es un proceso material pero también altamente inducido por la mente.
En tiempo reciente tenemos una fuerte influencia de la lingüística en este sentido, filósofos como Wittgenstein notaron que el mundo que aprehendemos está limitado por el lenguaje con el cual lo articulamos y lo filtramos. Un estudio interesante hace unos años notó que las personas que hablan ruso ven una mayor variedad de azules que los que hablan inglés –mientras que los griegos al parecer ni siquiera veían este color. Debe ser interesante estudiar cómo se modifica la percepción en los niños una vez que van obteniendo conceptos sobre el mundo. Hoy sabemos que existe una transmisión epigenética de información, de tal forma que las experiencias que tiene una madre pueden transferirse a su hijo de alguna forma, por lo que nuestra percepción del mundo debe entenderse como un proceso dinámico.
Una de las cosas que los bebés aprenden a evitar ver es la vertiginosa mutabilidad del color y la forma, para de alguna manera dar solidez a la realidad y poder identificar objetos. Es una cierta forma de percepción la que les da su constancia, les confiere una realidad como objetos a los cuales podemos regresar y los cuales seguirán estando ahí, fuera de nosotros. Esto me hace pensar en la filosofía de Hume y en algunas ideas del budismo. Hume creía que lo único que existía eran impresiones cambiantes y la identidad personal en realidad, entonces, surgía cada instante, con cada impresión, ante lo cual no se podía decir que tuviera una existencia real o duradera. En el budismo el concepto de un yo constante es considerado también una ilusión, se habla de skandhas, agregados o adherencias que son el resultado del karma, pero que a fin de cuentas no tienen una naturaleza inherente. Es una especulación, pero quizás si no aprendiéramos a darle una constancia al flujo (ese cambio perpetuo, ese río de Heráclito o el mismo Tao) de impresiones sensoriales de las cuales está compuesta la realidad, nuestra percepción estaría mucho más cerca de lo que sostiene Hume o del budismo. Hume y el budismo nos dirían que ese mecanismo de defensa de la percepción que hace que las cosas mantengan su identidad, aunque pierdan definición, es un doble error, puesto que de hecho el objeto es siempre otro: la flor que ves este instante es otra flor que la que viste hace unos segundos (y ambas flores son espejismos). Asimismo, para que nuestro ego exista y subsista parece necesario haber llegado a este punto de constancia perceptual: nuestro modo de percepción es el esmalte, lo que le da consistencia y solidez a algo (el ego) que es de suyo espectral e insustancial.
Hace unos años publicamos aquí en Pijama Surf un ensayo del escritor británico Jason Horsley sobre la percepción consensual. que creo que viene a colación. Según Horsley:
La percepción consensual depende del acuerdo, no sólo para establecer qué es perceptiblemente real, sino también para ignorar, refutar o descartar cualquier cosa que desafíe el acuerdo
[…] La percepción consensual es un modelo autoreafirmante de la realidad: lo que no se puede percibir no existe, y lo que acordamos que no existe, no se puede percibir.
Es posible que existan otros mundos sumamente diversos y variopintos (cada modo de percepción es un mundo en sí mismo) dentro del abanico de los posibles dentro de este mundo. El neurocientífico David Eagleman nos recuerda que como seres humanos sólo podemos percibir 1 de cada 2 billones de ondas de luz. Horsley, por otro lado, habla de una percepción «extraconsensual» que lleva hacia las zonas liminales de la conciencia. Una buena pregunta, la cual dejaremos abierta, es si la percepción y la conciencia misma, por definición, son facultades colectivas, que de hecho sólo existen en el enjambre, en la red, en la sinapsis con el otro y dentro de un campo de información compartida y por lo tanto realmente no hay un afuera, un lugar para ejercer una visión que no dependa de todas las otras visiones, que no dependa de todos los otros fenómenos. ¿Cómo ver, no ya sólo con los ojos de un bebé, sino ver la naturaleza por primera vez con los ojos de un hipotético Adán, apeados del río de la historia? Quizás necesitemos deconstruir nuestra percepción.
POR: ALEJANDRO MARTINEZ GALLARDO –

POR: ALEJANDRO MARTINEZ GALLARDO –
fuente/Pijamasurf

Estudian una mina de plata griega de hace 5.000 años en Thorikos

LA MINERÍA EN ESTAS ANGOSTAS GALERÍAS SE DESARROLLÓ EN CONDICIONES EXTREMAS 
El estudio arqueológico del área de Thorikos, en Grecia, ha puesto al descubierto una compleja explotación de mineral de plata sin paralelos conocidos. La explotación se inició en el Tercer Milenio a.C., aunque la fase más extensiva y sistemática corresponde a época Clásica (S. V a.C.). La perfección de las técnicas de excavación y extracción contrasta con una atmósfera asfixiante en la que el oxígeno escasea y se alcanzan temperaturas de 21 grados. Probablemente los trabajos de explotación correspondiesen a mano de obra esclava, que desarrollaba estos trabajos en unas condiciones extremas.
 Contenido
Un equipo de arqueólogos, supervisado por el profesor Denis Morin de la Universidad de Lorraine, ha empleado un dron para localizar las instalaciones construidas sobre el suelo y conectadas con la actividad minera. Es la primera vez que se estudia un complejo minero de estas características.
Estas investigaciones subterráneas son parte de una investigación arqueológica mayor sobre el área de Thorikos dirigida por el profesor Roald Docter de la Universidad de Gante, con la participación de la Escuela Belga de Atenas, la Universidad de Utrecht y el Eforado del Ática oriental.
Denis Morin ha dicho sobre el descubrimiento: «hoy, es difícil imaginar las extremas condiciones en las que los mineros tuvieron que trabajar en este laberinto de galerías. Un calor asfixiante reina en este entorno mineral. El avance en las prospecciones subterráneas requiere una vigilancia constante en este sofocante espacio en el que el nivel de oxígeno debe ser controlado permanentemente. Marcas de herramientas en las paredes, grafitis, lámparas de aceite, y espacios agobiantes, dan muestra de la omnipresente actividad de los trabajadores subterráneos».
«La dureza del sustrato rocoso y las mineralizaciones muestran las condiciones de trabajo extremas de estos trabajadores, en su mayor parte esclavos, sentenciados a la oscuridad y a la extracción de mena de plomo-plata. El mapado de esta enmarañada red de túneles, cuyas ramificaciones se localizan a veces a varios niveles, representa un desafío real en términos científicos«. Bajo tierra, la morfología y la organización de la infraestructura minera permite distinguir diversas fases de actividad.
Los datos arqueológicos reunidos y observados durante la última fase de la campaña de 2015, que incluyen cerámica y martillos de piedra hechos de roca sedimentaria volcánica, señalan a una datación antigua para la primera fase de las actividades mineras en la zona (Neolítico final/Heládico antiguo: en torno a 3.200 a.C.). Si futuras investigaciones confirman esta hipótesis, el marco cronológico de la minería en la región del Ática y el mundo Egeo se vería profundamente modificado.
La fase Clásica es con diferencia la más perceptible. Se podría definir como omnipresente, destaca por la regularidad de las secciones de galerías divididas que cubren todo el espacio. Fragmentos de cerámica y lámparas, e incluso una inscripción griega grabada en una pared, testimonian las actividades de espe periodo. El corte de conductos con herramientas afiladas, de forma cuadrangular, cortando la roca en fases sucesivas, esas son las características de estos trabajos de miería especialmente bien organizados.
La reanudación de los trabajos a finales del periodo Clásico (siglo IV a.C.) está datada por las marcas de herramientas en las galerías y los restos cerámicos. Pozos descubiertos en el interior de la red de túneles conectan dos niveles principales de mineralizaciones, y por tanto de extracción. De perfecta arquitectura geométrica, ejecutados al milímetro, su técnica de construcción aún está siendo investigada por los arqueólogos.
A día de hoy, estos pozos solo son accesibles usando técnicas de espeleología alpina. Un cierto número de estas galerías abandonadas han permanecido sin tocar durante los últimos 5.000 años. Otras, que son ahora inaccesibles, han sido completamente colmatadas durante sucesivas fases de extracción. El avance en estas galerías es difícil incluso para arqueólogos experimentados, que transportan equipos de alta tecnología, en una atmósfera que alcanza temperaturas de 21 grados.
Este complejo minero sin precedentes muestra una planificada estrategia de extracción del mineral y un perfecto control tecnológico y espacial durante el proceso. Aunque su explotación comenzara en torno al Cuarto-Tercer Milenio a.C., en torno a los siglos V-IV a.C. estas minas de plata constituyeron el área minera más importante de Grecia, formando parte de la base de la dominación ateniense sobre el mundo egeo.

VIA…http://arqueologia-paleoramaenred.blogspot.com.es/2016/02/estudian-una-mina-de-plata-griega-de.html

La NASA publica nuevas imágenes de las líneas de Nazca

La NASA publicó hace algunos días nuevas e impresionantes imágenes de las famosas líneas de Nazca, realizadas con la ayuda de un radar UAVSAR instalado a bordo de un avión, diseñado específicamente para descubrir los cambios que los volcanes, terremotos y otros factores naturales generan en la Tierra. En las fotografías de las líneas de Nazca se aprecian diferentes dibujos formados por líneas y figuras geométricas, entre ellos un colibrí de 50 metros de largo.
El origen y significado de estos jeroglíficos sigue siendo un misterio para la humanidad y, aunque existen miles de teorías al respecto, ninguna se ha comprobado.
Detalle de una de las imágenes de satélite tomadas por la NASA en la zona de Nazca. Se utilizaron bandas espectrales combinadas de infrarrojos y luz visible para crear una imagen con apariencia de color real. (NASA)
Detalle de una de las imágenes captadas recientemente por la NASA en la zona de Nazca. Se utilizaron bandas espectrales combinadas de infrarrojos y luz visible para crear una imagen con apariencia de color real.
La agencia estadounidense resaltó que la recopilación de estos datos será de utilidad para las autoridades peruanas, que por primera vez podrán catalogar en su totalidad estos geoglifos de mil años de antigüedad. Además se espera que sea de ayuda para invertir en una nueva herramienta de protección de estos gigantescos dibujos, declarados Patrimonio de la Humanidad en 1994 por la UNESCO.
La misión se realizó en dos vuelos de diez minutos cada uno y se tomaron imágenes que permiten apreciar, además de los dibujos, las zonas en las que hubo algún tipo de perturbación.
Espiral-araña-Nazca.jpg
Para poder apreciar los gigantescos dibujos del antiguo pueblo de Nazca grabados en la roca del desierto peruano es necesario observarlos desde el cielo. Esta imagen tomada por el satélite Ikons revela una gran espiral y una araña, además de líneas perfectamente rectas que se extienden kilómetros y kilómetros por el desierto. Los Nazca crearon estos geoglifos entre los años 200 a. C. y 600 d. C., despejando la capa superior del suelo, de piedra y tierra de color rojo oscuro, y dejando al descubierto la capa inferior, de un color más claro. Al haber recibido escasas lluvias y vientos a lo largo de los siglos las explanadas en las que fueron trazadas las líneas, éstas aún son visibles a día de hoy. 
Alrededor del colibrí, por ejemplo, se observan extensas áreas de perturbación, además de un camino que atraviesa el barranco y que corre justo por encima del glifo. Otras perturbaciones más pequeñas han podido ser causadas por la erosión de los lechos secos de los arroyos.

UNO DE LOS MISTERIOS MÁS ANTIGUOS

Las líneas de Nazca son antiguos geoglifos localizados en las Pampas de Jumana del desierto de Nazca y observadas por primera vez en el año 1547. Están compuestas por varios cientos de figuras que forman una multitud de diseños, desde líneas hasta representaciones de animales, plantas y figuras geométricas trazadas sobre la superficie terrestre.
Las líneas de Nazca son antiguos geoglifos localizados en las Pampas de Jumana del desierto de Nazca y observados por primera vez en el año 1547. En la imagen el geoglifo conocido como “el mono”. (Public Domain)
Las líneas de Nazca son antiguos geoglifos localizados en las Pampas de Jumana del desierto de Nazca
Los más conocidos son los dibujos de aves, de entre 259 y 275 metros de largo: colibríes, cóndores, la garza, la grulla, el pelícano, la gaviota, el loro y otras, además del mono, la araña, el caracol, la lagartija, la ballena, el perro, las dos llamas, la serpiente y la iguana.
En 1994 fueron declarados Patrimonio de la Humanidad, pero en los últimos años han sufrido diversos daños por la construcción de carreteras y pistas para todoterrenos. Por ejemplo, el dibujo de un lagarto fue partido por la mitad al construirse sobre él la carretera Panamericana Sur.
Otras dos de las imágenes de Nazca difundidas por la NASA. (Fotografías: NASA)
Otras dos de las imágenes de Nazca difundidas por la NASA. 
 
 
 
 
Este artículo fue publicado originalmente por la La Red 21 y a continuación en La Gran Época , y ha sido publicado de nuevo con permiso en www.ancient-origins.es. – See more at: http://www.ancient-origins.es/noticias-ciencia-espacio/la-nasa-publica-nuevas-im%C3%A1genes-las-l%C3%ADneas-nazca-003262#sthash.g0MYOpS3.dpuf