Archivo por días: marzo 7, 2016

Vivencias en la Intemporalidad

Palabras dictadas desde la Nada.

por José María Martínez Gaspardel Prefacio de Vivencias en la Intemporalidad

Vivencias en lo intemporal

La conciencia es simplemente un espejo donde multitud de objetos, animados e inanimados, son creados en un simple y perfecto holograma de luces y sombras como un teatro chino, una enorme pantalla donde la película de la vida toma forma, colores, olores y sonidos, y los personajes desarrollan el drama de sus propias vidas. Esta apariencia de relaciones, eventos, suscitan una enorme complejidad de interacciones, donde el espacio y el tiempo, aparentemente, son creados. No podemos decir que el espacio y el tiempo sean elementos independientes, ya que ambos son creados al unísono. En el mundo físico sería más preciso hablar de espacio-tiempo. Si colocáramos un vaso vacío en una mesa y preguntáramos qué es lo que observan los demás, dirían que ven “un vaso vacío”. Para ello no se necesita nada más que estar consciente, reconocer el concepto de “vaso” y el concepto de “vacío”. Ahora, si apartamos el vaso de la mesa y preguntáramos a nuestros amigos qué es lo que observan en este momento, dirían con certeza “que nada”, “no hay nada”. La mente no se percata de que sigue existiendo algo, ese algo es el espacio, el vacío, que siempre permanece aunque parezca estar ocupado con el vaso.

Es tan evidente y obvio que la mente no se percata de que nada esencial ha cambiado, porque la función de la mente, básicamente, es dividir, separar, analizar, diseccionar el hecho, el fenómeno, pero no percibe directamente lo obvio. Esa función es atributo innegable de la conciencia, la cual permea todos los objetos, el espacio y todo el universo manifestado. Por ello, la mente, no es el instrumento adecuado para conocer la unicidad. Es como intentar ver los anillos de un planeta de una galaxia muy lejana utilizando nuestros propios ojos.

Al indagar en nuestra propia mente, observamos que está adornada de múltiples conceptos, imágenes, recuerdos y memorias del pasado, que consciente o inconscientemente han quedado grabados formando una película de aparente continuidad. Esa continuidad, alimentada por el personaje soñado, es el llamado yo o ego, que adopta multitud de caras, con sus constantes cambios emocionales y mentales, luchando continuamente por adueñarse del presente inmediato. Asimismo, el presente como un espacio resbaladizo y diminuto, se estrecha con la intensidad del esfuerzo, la voluntad, el empeño y todas las esperanzas, que son disfraces de la ansiedad y la preocupación por el futuro. Obviamente, el personaje soñado no alcanza a ver su propia miseria, enfrascado en toda esta interminable y agotadora actividad pensante. Tampoco es consciente de que esos pensamientos no son de su propiedad, pues acostumbrado a esa rutina mental, certifica que le son propios, e intenta apoderarse de ellos para construir una imagen de sí mismo.

Este proceso de identificación se lleva a cabo de manera constante, sin apenas intervención de nadie. La mente es como un río donde los pensamientos como peces deambulan arriba y abajo. Los terapeutas te dirán que cuando el río fluye, tenemos un individuo sano. Cuando el río tiene zonas donde se estanca, el agua se pudre, y entonces aparece el individuo enfermo, es decir, una mente con problemas. No existen individuos sanos. Todos los individuos están prácticamente enfermos, lo sepan o no. Si preguntas a la gente, observarás que hasta el individuo más próspero, vive con problemas. Luego entonces surge la pregunta. ¿Es posible vivir sin una imagen de sí mismo? ¿Es posible vivir una vida plena, sin problemas en absoluto? Para el ego, esta pregunta es aterradora. Supone el desmembramiento absoluto de todo lo conocido, de todo aquello que le aporta seguridad en el sentido psicológico de la palabra. Porque básicamente, nuestro propio ego es el problema. No es que los problemas existan por sí mismos, sino que es nuestro propio ego el que adopta un campo energético nocivo, llamado problema.

Volviendo a nuestra anterior pregunta, que no es una pregunta meramente intelectual, sino totalmente existencial, ¿podemos responder a los retos de nuestra existencia, sin convertir los hechos en un problema? No estamos hablando en absoluto de renunciar a los objetos materiales, a nuestras posesiones, a nuestras relaciones, a nuestras familias, para convertirnos en ascetas mendicantes, sino en el plano psíquico, donde los objetos pensantes (ideas, creencias) orbitan en un colapso parecido a una autopista con retenciones en hora punta. ¿Es eso posible? ¿Es posible vivir desnudo de creencias, ya sean agradables o desagradables, opiniones formadas o ideales políticos o sentimentales? Es una cuestión de enorme trascendencia, yo diría que fundamental si queremos un cambio en nuestra conciencia como seres humanos.

Existe mucho teólogo dogmático en el mundillo de la espiritualidad. Mucho vocero de otros modelos, sistemas, filosofías que reparten conceptos metafísicos muy elaborados, a los cuales se adhieren seguidores y defensores del devenir. Si un concepto es afín a la mente personal, entonces es acogido, hecho propio, convirtiendo lo real en un esqueleto osificado donde todo el andamiaje ideológico se sustenta. Si no es del agrado de esa mente, entonces es rechazado, al no coincidir con la imagen idealizada del propio pensador. No es obvio para el pensador, que lo pensado está muerto desde el momento que no es vivenciado como un hecho. Presuponen que la mejora del bienestar psicológico va acompañada de un llamado “despertar espiritual” que en un futuro se desplegará, acompañado de luminosos espacios y sonidos celestiales. Todos basados en la esperanza de que algún día, el sufrimiento psíquico cesará y sus problemas mundanos y de relación serán resueltos.

El error fundamental consiste en continuar con las mismas pautas que el personaje del mundo de vigilia aplica en la consecución de sus objetivos materiales, ya sea en el campo del trabajo (manual, intelectual, político) al llamado campo cognitivo o psiquis. Esta energía dividida entre lo real, el hecho en sí mismo, y el ideal, ha llevado a la humanidad al estado actual de cosas. Una situación donde la mente racionalista, idealista, romántica, ha perpetuado el estado de sueño del ser humano. Apoyada en la constante hipnosis colectiva intentamos despertar de un mundo irreal a lo llamado real. Así es como existen la violencia, el odio, los antagonismos, la miseria, la ansiedad y la preocupación constante de cambio.

Nosotros no queremos convertirnos en eso, en propagandistas de un mundo viejo, con toda la carga del pasado, sus condicionamientos, modelos de comportamientos (sociales, culturales e ideológicos), sino que simplemente preguntamos para inquirir si todo este pensamiento obsoleto, que nos ha llevado a la decadencia, es posible transmutarlo para crear un mundo nuevo, no reformado, sino totalmente distinto, no opuesto (lo que nos mantiene en el péndulo del viejo problema), sino algo “irreconocible”, en el sentido de ruptura total con lo anterior. No vivir de prestado, sino mantener una viva relación con lo manifiesto, sin que la parte interfiera en el todo, ya que aquella ha producido la aniquilación de las civilizaciones.

Si Vd. se lo pregunta, debe mantener esta cuestión en su mente, hasta que la pregunta y la propia mente, infectada de todo lo conocido, pueda estallar, para crear un universo donde en cada momento descubra por sí mismo, sin ayuda de otros, la maravilla de estar vivo y en contacto real con la naturaleza, los seres humanos y las criaturas que habitan este nuevo mundo. Buda no tuvo tantas oportunidades como usted. Él tuvo que luchar contra su destino humano, pasar miserias y aflicciones, austeridades y penitencias, pero usted tiene la fortuna de no tener que combatir estas penosas situaciones. Él lo hizo para usted, mostrándole el falso camino. Si comprende profundamente la esencia de estas palabras y va más allá de ellas, usted se descubrirá a si mismo reflejado en el espejo de la Vida. No hace falta subir a las montañas. Usted está en la cima. Sólo deje de pensar que habita en el valle, en la llanura del sufrimiento autocreado y perpetuado por el recuerdo, la memoria y la anticipación.

«En el silencio todo surge,
y en él todo se desvanece»

¿Qué es “más fuerte que yo”?

¿Qué es “más fuerte que yo”?

Esta frase la escucho continuamente, en general referida a emociones desbordadas, a heridas de la niñez, a traumas, a actitudes enquistadas. Tiene la fuerza de un destino escrito, de una condena eterna, de un castigo merecido.

Se origina en la concepción equivocada de que hay cosas que están fuera de tu control. Obviamente que hay cuestiones que no funcionan bajo tu dominio, pero todo lo que se refiere a tu ser interno y a lo que éste puede crear en el exterior constituyen tu derecho y tu responsabilidad.

Un área en la cual repites mucho esta aseveración es con las emociones. Como son tan intensas y te toman de lleno, crees que son demasiado poderosas para ti. En principio, ellas provienen de ideas, no aparecen de la  nada, son pensamientos pasados al cuerpo. Tú puedes pensar que Juan es un agresivo y no te pasa nada. Pero, si Juan viene y te dice algo que no te gusta, tú reaccionas con una emoción de enojo, que te acelera la respiración y te tensa los músculos; quizás te energizas buscando responder o te reprimes callándote.

Esto te pasa siempre. Tus concepciones acerca de ti, de la sociedad, de las relaciones, del trabajo,  provienen de un relato personal, aprendido en la niñez y la adolescencia. Ese relato funciona como la Plantilla Normal de tu sistema y tú creas tu mundo de acuerdo a ella, pensando y sintiendo ciertas cosas y no otras. Funcionas “por defecto”, sin elección conciente… pura reacción predeterminada. 

Como las emociones están atadas a nuestros Niños Internos, ellos te manejan ante cada hecho que les recuerda algo que les sucedió. Debido a que ellos no podían con esa situación y eran invadidos por emociones incontrolables, tú sigues creyendo que tampoco podrás, que son más fuertes que tú. El tema es que tú ahora eres (parece) un adulto. Tal vez, has creado nuevos pensamientos desde esa posición acerca de esos asuntos, pero no los has incorporado. Son teorías, tus Niños siguen manejándote con el pasado.

Entonces, el tema es que comiences a darte cuenta de este juego y te dediques a sanar a esos Niños, explicándoles lo que no comprendieron, dándoles reconocimiento y cariño, permitiéndoles jugar en tu vida con su alegría, su inocencia, su ilimitada  creatividad, su fuerza.

Desde un punto de vista espiritual, la personalidad que tú desarrollaste desde tu infancia contiene el aprendizaje que tu alma decidió hacer en esta encarnación. No podrás escapar de él nunca, porque no es solamente un trauma pueril para esconder debajo de la alfombra sino la oportunidad de sanar aspectos y de liberar el potencial de felicidad y plenitud que trajiste y que es tu derecho. Así, no serás verdaderamente tú hasta que liberes los condicionamientos que tu Niño Interno te propone como aprendizaje. ¿Es difícil? Es más fácil de lo que imaginas. El universo conspira para que despiertes, te conectes y seas libre.

En esta hermosa labor, estás siendo guiado y sostenido por tu Ser y por entidades de Luz… si tú accedes.  Como tienes libre albedrío, ellos no pueden intervenir si tú no das el permiso, si tú no pides ayuda. Eso no significa que te sientes a esperar que el Cielo se abra y Dios en persona baje a asistirte.  El trabajo es tuyo. Una vez que tú demuestres que estás dispuesto a perseverar, irás recibiendo el apoyo necesario en cada tramo del camino, progresivamente. No es necesario que sepas todo el recorrido: da el primer paso y espera confiado que el camino vaya surgiendo en cada pisada.

¿Qué puede ser más fuerte que el Amor y la Luz que residen en ti, esperando que los actives? ¿Cómo permites que tu Niño siga sufriendo lo mismo año tras año, mientras aguarda que lo abraces y lo contengas? ¿Qué mundo estás repitiendo, cuando hay otro que aguarda ser creado desde la sencillez, la fluidez, la abundancia, la alegría? ¿Cuándo comenzarás? Un universo luminoso espera por ti.

Autora: Laura Foletto
Sitio Web: www.abrazarlavida.com.ar

Los elementales, espíritus inferiores del bajo astral

elementales
Para muchos el famoso tablero con el cual se puede llamar al espíritu de los muertos sería una puerta a lo desconocido, un acceso directo de comunicación con toda clase de presencias sobrenaturales, muchas de ellas derechamente demoníacas. Espíritus desencarnados del mas bajo astral pululan alrededor de los participantes esperando cualquier instancia de debilidad para incorporarlos!!
Todo el universo es una expresión de conciencia y por lo mismo hay en el mundo innumerables estados de voluntad consciente e inteligente, algunos con forma visible y otros invisible. Algunos sin forma, como corrientes de aire; otros indefinidos, como niebla o nubes; otros sólidos, como las rocas; algunos impermanentes; otros permanentes como las estrellas.
La existencia de estas criaturas elementales contradice la teoría de la ciencia moderna de que entre cuerpo y cuerpo en el espacio, sólo existe el vacío: el Esoterista consciente de la verdad sabe que este espacio está pobla­do por millones de criaturas elementales, ya sean del fuego, del aire, del agua, de la tierra o de otros elemen­tos desconocidos para el hombre moderno.
LOS ELEMENTALES
La ortodoxia de la Edad Media consideraba a los ángeles, demonios y espíritus humanos desencarnados, como entidades personales invisibles. Personificaron a los poderes del bien y del mal, e hicieron de ellos caricaturas y monstruos que volaban de lugar a lugar, tratando de subyugar las almas de los hombres o de sujetarlos a su po­der. El gobierno de aquellos tiempos era oli­gárquico, y el pobre dependía de los favores del rico. El poder de la Iglesia era supremo, y los dictados del clero no toleraban la desobediencia. El servilismo y anhelo por favores personales estaban a la orden de aquel tiempo, y este estado de la mente influenció y modificó necesariamente las concepciones religiosas del pueblo. El Espíritu Supremo del Universo fue degradado a sus ojos como un tirano personal, y cuyo favor trataban de ganar por medio de penitencias, su­plicas, y por medio de la intercesión de los Sacerdotes, que se suponía eran sus favoritos. Todo lo que no podía ser reconciliado con las preocu­paciones y opiniones existentes, era atribuido al diablo; y los horrores de la Inquisición, las persecuciones religiosas y procesos de brujas, son bien conocidos para traerse a la memoria del alumno.
“Pneuma”, o “Alma”, significa un espíritu semi-material, una esencia o forma que no es ni “material” en el sentido aceptado de la palabra, ni espíritu puro. Es (como todo lo demás en el universo) una forma de la voluntad, y puede tener una o ninguna inteligencia. Generalmente significa el eslabón que une el espíritu con el cuerpo: pero hay seres que pertenecen enteramente al reino del alma y no tienen cuerpos como los llamados comúnmente “materiales”.
Se puede decir que el alma es cierto estado de actividad de la voluntad, y lo mismo se puede decir del cuerpo físico, porque si consideramos al universo como siendo una manifestación de la voluntad en movimiento, entonces todas las formas y objetos que conocemos, o que podemos imaginar son determinadas vibraciones de la vol­untad. Así pues, podemos considerar a la na­turaleza física como constituida de un orden in­ferior de vibraciones, al alma como una octava superior de las mismas, y al espíritu como mas superior todavía. Si el cuerpo físico muere, la octava inferior deja de sonar, pero la superior continúa y continuará en vibración mientras esté en contacto con lo más elevado; pero si el espíritu se ha separado de ella, tarde o temprano cesará su actividad. Así pues, si el hombre mue­re, el alma sobrevive, y sus esencias superiores van a formar la sustancia del cuerpo del hombre paradisíaco, “el hombre del nuevo Olimpo” (Devachán), y las esencias inferiores del alma de la cual el espíritu se ha separado, se disuel­ven en los elementos astrales a que pertenecen, así como el cuerpo terrenal se disuelve en los ele­mentos de la tierra.
Esta disolución, sin embargo, no se verifica inmediatamente en el momento de la separación del alma del cuerpo, sino que puede necesitar largo tiempo. Lo que constituía la mente de un hombre (elastra) continua todavía existiendo después de la muerte del cuerpo aunque el as­trum no es la persona a que el astrum pertene­ció. Si un hombre ha sido veraz durante su vida, su espíritu será veraz después de la muerte del hombre. Si ha sido un gran astrónomo, un mago o alquimista, su espíritu será todavía lo mismo, y podernos aprender muchísimas cosas de tales espíritus; esas cosas son los restos de la mente que en un tiempo constituyeron el hombre terrenal (“Filos,” Tract, V,)
Hay dos muertes o dos separaciones. La se­paración del espíritu y alma del cuerpo y la separación del espíritu del alma; o, para expresarlo mas claro, la separación de lo espiritual del alma meramente intelectual y animal. Si una persona muere de muerte natural (esto es, de vejez) si sus pasiones han muerto durante la vida, si su voluntad egoísta se ha debilitado y su mente se ha hecho como la de un niño y si ha puesto su confianza en su padre, su espíritu y su alma al momento de la muerte serán libres de las ca­denas materiales  y será atraído al cuerpo de Cristo.
Tal alma es la carne y Sangre de Cristo y Cristo es su Dueño. No entra en comunicación con los mortales, porque no desea nada terrenal, No “piensa” o especula acerca de las cosas terrenales, ni se apena por sus relaciones o amigos. Vive en un estado de pura sensación, dicha y gozo.
Tal es la suerte de los que mueren de muerte natural en Dios; pero las condiciones de los que mueren prematuramente sin ser regenerados, las de los suicidas o las de los que mueren a conse­cuencia de algún accidente difieren muchísimo; porque aunque sus almas han sido separadas por fuerza de sus cuerpos el espíritu no por esto deja necesariamente al alma, sino que puede per­manecer con ella hasta que otra separación se verifique. Permanecen en tales casos seres humanos como cualesquiera otros; sólo, con esta diferencia  que no poseen un cuerpo físico, y permanecen en tal estado hasta que llega el tiem­po cuando, según la ley de la Naturaleza y su propia predestinación (Karma), su muerte física debería haber llegado. Al terminar este tiempo se verifica la separación de sus principios inferiores y superiores. Mientras tanto viven en sus cuerpos astrales. Tales cuerpos son invisibles para nos­otros, pero son visibles entre ellos, y tienen sensación y facultades perceptivas, y ejecutan en sus pensamientos lo que tenían costumbre de ejecutar durante la vida y creen que lo están ejecutando físicamente. Permanecen todavía en la esfera de la tierra y Paracelso les llama Caballi, Lemures, etcétera. Están todavía en posesión completa de sus deseos terrenales y pasiones; tra­tan de satisfacerlas y son instintivamente atraídos hacia personas en quienes hallan deseos y pasiones correspondientes y a los lugares en donde pueden esperar satisfacerlas entrando en simpa­tía con los llamados médiums y son por lo mismo inclinados con frecuencia a instigar a tales médiums a que cometan crímenes e inmoralidades: no se puede evitar que lo hagan así, porque al perder sus cuerpos físicos han perdido también la suma necesaria de energía y poder de volun­tad para ejercer dominio propio y emplear sus facultades de raciocinio. Con frecuencia rondan los lugares donde acostumbraban pasar el tiempo durante la vida; de este modo tratan de ha­llar alivio a la sed devoradora que sienten por satisfacer sus deseos. A donde quiera que sus pensamientos les atraigan, allá irán. Si han cometido algún crimen pueden ser encadenados por el arrepentimiento al lugar en que fue per­petrado; si tienen un tesoro sepultado, el cui­dado de su dinero puede retenerlos allí; el odio o deseo de venganza puede encadenarlos a sus enemigos; el amor material puede convertir­los en vampiros y encadenarlos con el objeto de su pasión, con tal que haya algunos elementos en la victima que les den acceso, porque el cuerpo astral de una persona mala no puede in­fluenciar la mente de una persona pura ni du­rante la vida ni después de la muerte, a menos que estén en mutua relación por alguna seme­janza en sus organizaciones mentales.
Bajo ciertas circunstancias, tales entidades humanas pueden hacerse visibles o manifestar su presencia de alguna manera. Pueden aparecer en forma corporal o permanecer invisibles v producir sonidos y ruidos -como toques, risas, silbidos, estornudos, gemidos, suspiros, pa­sos, pataleos-; pueden arrojar piedras y mover los muebles u otros objetos, y todo esto lo pue­den hacer con el fin de llamar la atención de los vivos, a fin de que puedan obtener una oportu­nidad de entrar en comunicación con ellos.
Pero no todas las apariencias de Visitadores supramundanos o submundanos son causadas por las apariciones de los espectros o cuerpos astrales de los suicidas o victimas de accidentes, ni por los cadáveres astrales y el Evestra de los muertos, sino que hay otras entidades invisibles que pueden rondar las casas de los mortales, y pueden en ocasiones hacerse visibles y tangibles a los sentidos físicos, si existen las con­diciones necesarias para tal fin.
Una de estas clases la forman los seres lla­mados “fantasmata”. Estos seres semejantes a espectros son “espíritus nocturnos”, que tienen raciocinio semejante al del hombre. Tratan de apegarse a los hombres, especialmente a los que tienen muy poco poder de dominio propio, y a quienes pueden dominar. Hay muchísimas clases de estos espíritus, buenos lo mismo que ma­los y les gusta estar cerca del hombre. En esto son comparables a los perros que también gus­tan de la compañía de los hombres. Pero el hom­bre no puede aprovechar nada de su compañía. Son sombras vacías, y sólo un embarazo para él. Temen los corales rojos, como los perros temen a un látigo; pero los corales obscuros les atraen. (Herbarius Theophrasti: De Corallis.)
Algunos creen que tales espíritus pueden ser arrojados con agua bendita y quemando Incien­so; pero no se puede tener ninguna agua bendita mientras no se halle un hombre bastante santo para poder dotar al agua con un poder oculto, y el olor de Incienso puede mas bien atraer a los malos espíritus que arrojarlos  porque los malos espíritus son atraídos por las cosas que son atrac­tivas a sus sentidos, y si queremos arrojarlos se­ría mas racional emplear olores desagradables para este fin. El verdadero y efectivo poder con­tra todos los malos espíritus es la voluntad. Si amamos a la fuente de todo bien con todo nues­tro Corazón, mente y deseo podemos estar seguros de no caer nunca en poder del mal: pero las ceremonias sacerdotales  -el rociar agua, quemar Incienso y cantar encantamientos – son invenciones de la vanidad clerical, y por lo mismo tienen su origen en la fuente de todo mal. Las ceremonias han sido instituidas en su origen para dar una forma externa a un acto interno; pero donde el poder interno, para ejecutar tales actos, no existe, una ceremonia no será de ningún valer, sino sólo para atraer a los espíritus a quienes puede gustar burlarse de nuestra tontería. (“Fi­losofía Oculta”)
Otra clase consta de los Incubos y Súcubos, de los que hablan las tradiciones rabínicas de una manera alegórica como habiendo sido creados por el derrame del semen de Adán (el hom­bre animal) mientras se ocupaba de Lilith, su primera esposa (dando a entender una imaginación mórbida). Paracelso dice en su libro «De Origine Morborum lnvisibilium» lib. III: “La imaginación es la causa de los Incubos y Súcubos, y de la Larva fluídica. Los Incubos son seres masculinos y los Súcubos femeninos. Son el producto de una imaginación intensa y las­civa de los hombres y mujeres, y después que toman forma desaparecen. Son formados del Es­perma que se halla en la imaginación de los que cometen el pecado contra natura de Onán en pensamiento y acto. Viniendo, como viene, sólo de la imaginación, no es verdadero esperma, sino sólo una sal corrompida (esencia). Sólo una semilla que entra a los órganos que la Natura­leza suministra para su desarrollo puede desarro­llarse en un cuerpo. Si la semilla no es plantada en el suelo a propósito, se podriría. Si la esperma no cae en la matriz conveniente, no produciría nada bueno, sino algo inútil. Por lo mismo, los Incubos y Súcubos que se producen de la semilla corrompida, sin el orden natural de las cosas, son malos e inútiles, y Tomás de Aqui­no ha cometido un error tornando equivocada­mente tal cosa inútil por una “perfecta”.
Este esperma que viene de la imaginación, nace en Amore Hereos. Esto significa una clase de amor en que un hombre puede imaginarse una mujer, o una mujer un hombre, para ejecutar el acto connubial con la imagen creada en la esfera de la mente. De este acto resulta la expulsión de fluido etéreo inútil, impotente para engendrar un niño, pero capaz de producir Lar­va. Tal imaginación es madre de una impúdica lujuria, que  si continúa, puede hacer al hombre impotente y a la mujer estéril, porque mucho del poder verdadero creativo y formativo es per­dido por el ejercicio frecuente de esta mórbida imaginación, Esta es frecuentemente la causa de las molas, abortos, fracasos y malas formaciones. Este esperma corrompido puede ser tomado por los espíritus que vagan por la noche, que pueden llevarlo a un lugar donde pueden fecundarlo. Hay espíritus que pueden ejecutar un “actus” con él, como también lo pueden hacer las brujas, y, a consecuencia de este “actus”, pueden produ­cirse muchos monstruos curiosos de formas horribles. (“De Orig. Morb. Invis.”)
Si tales monstruos nacen de una imaginación consciente poderosa, la misma conciencia será creada también en ellos. Los espíritus de la noche pueden usar todo lo que nace de tal esperma según quieran, pero no pueden usar nada de carácter humano o que posea verdadero espíritu. “El amor erótico es un estado del cuerpo invisible y es causado por una imaginación  sobreexcitada estimulada a tal grado que arroja esperma, de la cual pueden resultar In­cubos y Súcubos. En el pollutionibus nocturnalis ordinarias, el cuerpo pierde esperma sin ningún esfuerzo de la imaginación y los espíritus de la noche no pueden por lo mismo usarla para sus fines.
http://cppcaba.blogspot.com.es/2016/03/alta-magia-parapsicologia-cartomancia-y_22.html

LA PALABRA SAGRADA DE LOS 8 GRANDES MAGOS DEL MUNDO.

UNA INTERPRETACIÓN ESOTÉRICA DE LAS PALABRAS SAGRADAS DE PROFETAS Y DIVINIDADES, GUIADOS POR ALEISTER CROWLEY.
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Analicemos este infográfico, publicado por el sitio Aristocrats of the Soul, basado en el Liber Aleph de Aleister Crowley. Ahí Crowley enuncia una especie de linaje de los ocho grandes magos de la historia (entre los que se incluye sin ningún recato). El razonamiento de Crowley es que estos grandes líderes religiosos (y algunos dioses incluidos) pueden verse también como poetas trascendentes, es decir, magos, encarnaciones de la la palabra o vehículos del Verbo Divino. Esta transformación divina, de poeta a mago o profeta, parece estar hecha a la medida para Crowley, quien en su juventud quiso ser el más grande poeta de Inglaterra (un deseo que nuna extinguió) pero que luego se concibió como un mago y como un profeta, la encarnación del «Nuevo Eón», el Eón de Horus, el Hijo.
Crowley diferencia entre los meros poetas y los magos. A los primeros los llama «encarnaciones del Zeitgeist» y explica que dicen la verdad de las cosas, pero no la verdad universal, como Shelley, que «pronosticó la caída del cristianismo, la organización del trabajo y la libertad de las mujeres»; o Nietzsche, «quien declaró el principio que causó la Guerra Mundial». Un escalón arriba están losMagus, que son la verdad misma, la ley encarnada y pueden llamarse el Logos o Logos Aionos. Los Magus, según Crowley, son extensiones de la divinidad que preparan «la quintaesencia de la voluntad divina para el hombre, en su totalidad, comprendiendo todos los planos, para que su Ley sea simple, radical y penetre todo el espacio desde un único punto de luz». Algo como una descripción cabalista del proceso creativo perpetuo, la cosmogénesis que es el verdadero significado del «aquí y ahora».
El primero en esta lista de emanaciones del Logos, magos-filósofos que se caracterizan por tener una palabra divina que sintetiza su doctrina, y que se vuelve una fórmula mágica, es Lao-Tse. Crowley dice que el TAO es la palabra mágica que Lao-Tse utiliza para designar el todo: «La naturaleza verdadera de las cosas, siendo un camino, es decir, un concepto cinético no estático». Y en su irreprimible promiscuidad se equipara también con Lao-Tse, en quien ve un hermano insospechado de Thelema. «Enseñó este camino o armonía en la voluntad, algo que yo he mostrado también en este pequeño libro».
En el caso de Gautama Buda, Crowley considera que su palabra mágica es ANATTA, «puesto que la raíz de su doctrina es que no existe el atman, o alma, como suele traducirse, refiriéndose a una sustancia incapaz del cambio». Esto es la noción de que el yo es impermanente e interdependiente y por lo tanto no puede afirmarse su persistencia. Lo único que une e integra este yo es nuestra creencia en él y el karma que hemos echado a andar, una vez que se disuelve este ap-ego al yo y se resuelve el karma el individuo se disuelve en el todo que es puro devenir, sin principio ni fin. Crowley –quien fuera famoso por su disolución (y no me refiero a disolver su yo en el nirvana), sin embargo, fue en su juventud un disciplinado yogui y meditador, habiendo pasados largas temporadas en Asia estudiando budismo y vedanta— habla con cierto conocimiento cuando explica que Buda fue quien «más profundamente exploró y mapeó la volatilidad de la mente, y entregó las llaves de su Fortaleza a las manos del hombre». Nota también que la gran aportación del budismo es su riguroso análisis de la naturaleza de la mente, fruto de «la gran intención de dirigir la mente hacia sí misma».
Avatars_of_Vishnu
Luego Crowley menciona a Krishna, «el de formas y nombres innumerables», a quien otorga la palabra mágica AUM, la cual conlleva una «enunciación de la Verdad de la Naturaleza». Esta sílaba es, por supuesto, el sonido primordial de la cosmogonía védica, equiparada con el Sol, con la divinidad y con la totalidad del universo. Generalmente se asocia con Brahma, pero siendo Vishnu parte de la trinidad (junto con Shiva) se puede extender a Krishna, quien es la la encarnación de Vishnu, el guardián supremo del cosmos. En el Vayu Purana se dice que la A es Brahma, la U es Vishnu y la M, Shiva. En el Bhagavad Gita, Krishna le dice a Arjuna: «Yo soy el Padre del mundo, Madre, Legislador, Abuelo, Aquello que es conocido, el Purificador, la sílaba Om, Rik, Saman y Yajus».
Crowley hace una conexión esotérica entre AUM y la fórmula divina que contienen las siglas INRI, las cuales asocia a Dionisio, quien como Cristo es dos veces nacido y es el redentor del mundo (de su sangre mezclada con los restos de los titanes se hizo el hombre, según la mitología griega, otorgando así al ser humano la chispa divina). INRI puede significar Ieuss Nazarenus Rex Iudeadorum (Jesús de Nazareth Rey de los Judíos), pero también la famosa máxima alquímica: Igni natura renovatur integra: «La naturaleza íntegra es restaurada por el fuego». Crowley explica, siguiendo la cábala, que dentro de INRI se encuentra el nombre divino IAO (y aquí la similitud con AUM). Este nombre, IAO, es dentro del gnosticismo el nombre de una divinidad principal, un código a veces combinado con el conocido Abraxas. Crowley dice: «El significado de la palabra [IAO] es la Obra que opera en la Naturaleza en su Transformación; esto es, la fórmula mágica a través de la cual todas las cosas se reproducen y se recrean». El fuego que renueva la naturaleza, tanto la vibración creativa brahmánica como la tempestad destructiva de Shiva. Shiva, quien tiene tantas similitudes también con Dionisio, de quien Crowley dice que «dispuso las fundaciones de la Ciencia… esto es, de causar que la naturaleza externa se transforme en armonía con nuestra Voluntad».
En su propia versión de la prisca theologia, Crowley continua diciendo que Tahuti o Thot (el Hermes egipcio) confirmó esta potentia, «demostrando cómo a través de la mente era posible dirigir las operaciones de la Voluntad». La palabra de Thot es AMOUN, «a través de la cual hizo que el hombre entendiera su naturaleza secreta, la unidad con su ser verdadero, o, como lo frasearon, con Dios». Este AMOUN (palabra mágica de la cual deriva posiblemente el AMÉN) es una formulación similar, según Crowley, al ATMAN como identidad con el BRAHMA, como se asevera en los Upanishads. La palabra «amun» en Egipto significaba oculto, o aquel que yace oculto, y era uno de los apelativos de la divinidad suprema: justamente aquello que yace oculto en el hombre es su naturaleza verdadera y divina. En hebreo «amén» significa verdad, no es tan disparatado pensar en una etimología común, herencia de la importante influencia de la cultura egipcia en el esoterismo judío.
Crowley sigue el eslabón con Moisés, a quien considera un alumno de Thot, a quien la antigüed atribuye la escritura del Génesis conforme a claves de gematría y cábala. Su palabra, nos dice Crowley, es IHVH, esto es Yod-Heh-Vav-Heh, el teónimo (o tetragrammaton) que debe mantenerse, según la tradición, sin pronunciarse. Letras que son, según la cábala, una especie de algoritmo de toda la creación, la cual está contenida en ellas implícitamente. Dice Crowley que esta palabra debe entenderse como aquella que «se ha visto y escuchado en rayos y truenos en tu iniciación… pero esta palabra es en sí misma un plan del tejido del universo, y sobre ella ha sido elaborada la Santa Cábala». En su visión más esotérica considera que el mago Edward Kelly, quien colaboró con John Dee en el desciframiento del lenguaje de los ángeles o de Enoch, es el heredero de Moises en esta tradición y –como era de esperarse– él mismo es parte de esta flamante línea de profetas-poetas de la Palabra Divina.
De Mahoma, quien ocupa el séptimo lugar en está ogdóada de magos, Crowley es un tanto oscuro y dice que prefiere no definir el término ALLH. Sin embargo, explica que su intención era mostrar la doctrina de identidad y unidad entre Dios y el hombre y promover la cooperación en lo que esboza como una «ciencia» de la voluntad. Mahoma, dice Crowley, llegó al mundo en la «época de máxima corrupción y oscuridad», por lo cual aún está «oculto en el polvo del Simoon y no lo podemos percibir en su verdadera gloria y esplendor». Dicho eso, Crowley no puede evitar decir que la palabra sagrada es LA ALLH, «No Dios», y esto es «el misterio de los misterios», una provocadora interpretación de la interpretación común del significado de esta frase, que es «no hay dios, sino Allah». ¿Acaso Crowley busca un poco del misticismo propio de la paradoja y el shock cognitivo?
Por último, al final de esta línea de bardos-téurgos, Crowley se coloca a sí mismo con su palabra THELEMA, la semilla-corona del Nuevo Eón, según expresó en el Libro de la Ley. Thelema es la abadía que aparece en Rabelais, y que significa voluntad: de ahí su lema, «Haz tu propia voluntad, esa será toda la ley», del cual deriva también «Amor es la ley, amor bajo voluntad».
A la luz de esta lista, la operación mágica de Crowley, cargada del enigma que tanto fomentó, se vuelve sumamente simple y fácil de comprender. El haz tu voluntad es hacer la voluntad de la naturaleza o de Dios, puesto que el mago reconoce que su yo individual es una ilusión y su naturaleza verdadera es la identidad con la divinidad. Este es el gran secreto, que no lo es tanto si uno estudia el esoterismo de las diferentes religiones. Así fácilmente se pueden reconciliar filosofías tan aparentemente discrepantes como el Tao y la Thelema de Crowley. En esa concordancia, en esa armonía –seguir el Tao, hacer tu propia voluntad–, está la base de la magia. «No tienes ningún derecho más que hacer tu propia voluntad. Haz eso y ningún otro dirá ‘no’. Puesto que si tu Voluntad es verdadera, su realización es tan segura como que a la luz del día seguirá el amanecer. Tan segura como la operación de cualquier otra ley de la Naturaleza; es Destino. Así».
Hasta aquí este esbozo del sistema mágico de Crowley ligado a la intención y a la palabra. Mucho se podrá cuestionar la congruencia de este controversial personaje, cuyos actos parecen ciertamente empañar lo que, por otro lado, es una filosofía refulgente, llena de fuerza vital, humor, innovación e irreverencia. Es por esto mismo que Crowley se ha convertido en una figura tan popular, el gran ocultista pop. Su aparente inmoralidad atrae enormemente a nuestra era (lo cual podría considerarse un signo de nuestros tiempos); detrás de este personaje hay ciertamente grandes pinceladas de genio, lamentablemente todo esto se vuelve una fuerza confusa y caótica cuando se vincula a la trama megalómana de su vida. Nos dirían los antiguos: «para conocer la doctrina hay que vivir la vida».
fuente/Pijamasurf

La momia de un niño Inca revela un linaje genético desconocido

Investigadores consiguieron descifrar parte del genoma de la momia de un niño inca de 7 años que hace unos 500 años fue sacrificado en un ritual.

Niño momia

En la época del incanato era común realizar sacrificios humanos en honor al dios Sol. Fue precisamente alrededor del año 1500 que un grupo de personas llevó a un menor de 7 años a lo alto del Aconcagua, en la actual Argentina, para entregarlo en ofrenda. Hoy se sabe gracias a una investigación que aquel niño perteneció a un linaje humano hasta ahora desconocido, según informó la revista Scientific Reports.

Un equipo internacional de investigadores, liderado por el español Antonio Salas, de la Universidad de Santiago de Compostela, logró descifrar parte del genoma de la momia del niño inca que fue encontrada en 1985 por unos montañistas.

Los resultados del estudio muestran que el menor perteneció a un linaje humano que se formó hace unos 14.300 años –llamado ahora C1bi- y que ya no existe sobre la faz de la Tierra. La investigación respalda los últimos estudios genéticos con americanos actuales y esqueletos ancestrales, que sostienen que los primeros humanos que pisaron América lo hicieron hace 15.000 años desde Siberia.

Entre los posibles motivos de esa extinción, apuntan a la merma que sufrieron las poblaciones americanas por la llegada de los europeos y las epidemias que sufrieron. Asimismo, los autores han localizado en Perú y Bolivia posibles descendientes vivos de este linaje.

Se trata de la primera vez que se estudia genéticamente una momia andina. La aplicación de las modernas técnicas de ADN a restos humanos antiguos, dicen los autores, abre una ventana al conocimiento de las enfermedades y la forma de vida de civilizaciones ancestrales.

La momia completa “sigue custodiada por la Universidad Nacional de Cuyo, congelada a -20 grados, pero su lugar concreto es un secreto”, señala Antonio Salas.

http://asusta2.com.ar/2016/03/03/la-momia-de-un-nino-inca-revela-un-linaje-genetico-desconocido/

Por qué la conciencia no puede ser meramente un producto del cerebro.

ESTUDIANDO DE CERCA ALGUNOS FENÓMENOS COMO EL PLACEBO, LA HIPNOSIS O LA TELEPATÍA, SE INFIERE QUE LA CONCIENCIA CUENTA CON CARACTERÍSTICAS QUE NO PUEDEN EXPLICARSE SOLAMENTE A TRAVÉS DEL CEREBRO.

De manera convencional la ciencia moderna ha difundido y defendido la idea de que la conciencia es generada solamente por el cerebro y que estamos cerca de localizarla, de atraparla en su gestación, en la actividad de algún grupo especial de neuronas. Esta es la culminación de la filosofía materialista, el dogma esencial de la ciencia establecida. En este artículo haremos un comentario a la excelente revisión que hace el doctor Larry Dossey de algunas de las teorías más populares que intentan explicar la conciencia, desde la hipótesis materialista a otras hipótesis que surgen a la luz de fenómenos como la hipnosis, el placebo y los llamados eventos psi estudiados por la parapsicología.
La hipótesis materialista considera que la conciencia tiene una base material y puede ser reducida a una serie de señales en el cerebro, las cuales determinan nuestra experiencia del mundo. Un ejemplo de esta hipótesis puede encontrarse en Francis Crick, el biólogo que descubrió la doble hélice del ADN, quien consideraba que todos los fenómenos biológicos acabarían por ser explicados solamente con química y física. En su libro The Astonishing Hypothesis escribe: «Tus alegrías y tus penas, tu memoria y tu libre albedrío, son de hecho sólo el comportamiento de una vasta asamblea de células nerviosas y sus moléculas asociadas». Así todo puede reducirse a un paquete limitado de neuronas: el encandilamiento del amor, la 5a sinfonía de Beethoven, un viaje de DMT o el asombro por nuestro origen y propósito en el universo, son sola y exclusivamente la actividad aleatoria de una serie de neuronas.

La certidumbre de Crick ciertamente no es compartida por todos los científicos de renombre en el campo. Como cita oportunamente Dossey, el Nobel Eugene Wigner afirmó: «No tenemos ni la más vaga idea de cómo conectar los procesos psicoquímicos con el estado de la mente», y el también Nobel Roger Sperry dijo: «los procesos centrales del cerebro con los que la conciencia está presumiblemente asociada simplemente no son entendidos actualmente». Así, ante el misterio fundamental de la conciencia, algunos científicos buscan atrapar al fantasma de la mente en la máquina del cerebro y al hacerlo, más que seguir el canonizado método científico, recaen en un procedimiento enteramente dogmático, buscando que la realidad se ajuste a su modelo preestablecido del mundo.
Una de las formas en las que se han dividido las teorías sobre la causación de la conciencia son aquellas que consideran que ésta se genera de abajo hacia arriba (o causación ascendente) y las que creen que se genera de arriba hacia abajo (o causación descendente). La teoría ascendente indica que la conciencia es generada por la mente y de ahí se difunde a la materia; la teoría descendente sugiere que las neuronas operan de manera determinista y generan nuestra mente (y toda la personalidad asociada). En la primera son las intenciones conscientes las que determinan lo que hacemos; en la segunda, las células nerviosas de alguna manera ya «han hecho su mente» y causan todos nuestros estados mentales. «Puede ser que los neurocientíficos lo hayan entendido al revés, y la experiencia que sentimos de empatía sea la causa de que las neuronas espejo se enciendan y no al revés», dice Dossey. ¿Dónde está la jerarquía, en la entidad que aparentemente ejerce el mando, o en las células que componen esa identidad?.
La hipótesis de la causa material o descendente se mete en problemas cuando se enfrenta con cosas como la hipnosis, los efectos de las drogas psicodélicas, el placebo y el fenómeno psi. Siguiendo con el recorrido de Dossey, debemos mencionar una experiencia que tuvo cuando fue médico interno en el Valle del Río Grande en Texas. Dossey tenía un paciente afroamericano moribundo que presentaba un enigma ya que no podía determinar la causa de su estado. Un médico de más experiencia lo entrevistó y descubrió que el paciente creía que había sido embrujado por una adivinadora a la cual le debía dinero. «Convencido de su maldición, estaba cumpliendo su destino». Como último recurso, Dossey y su colega hicieron una ceremonia de desembrujamiento en la noche en el hospital. La ceremonia tuvo éxito en la mente del paciente, y al día siguiente se levantó con un apetito voraz, ya en vías de recuperarse.
La capacidad de la mente –de ideas e ilusiones– de modificar el cuerpo y la forma en la que éste procesa la realidad queda manifiesta en fenómenos como la hipnosis y el placebo. Durante la hipnosis, una persona puede llegar a producir una quemadura de segundo grado cuando se le avisa que tiene una moneda hirviendo en su brazo. El psicólogo Julian Jaynes, de Princeton, señala:
Si te digo que pruebes vinagre y te sepa como champagne, que sientas placer cuando te coloco un alfiler en el brazo, o que mires en la oscuridad y contraigas las pupilas como ante una luz imaginaria… encontrarías estas tareas difíciles por no decir imposibles de hacer… pero si antes te hipnotizo lograrías estas cosas sin ningún esfuerzo
.
Ante esto Dossey concluye que «la hipnosis permite que el cuerpo desafíe las funciones neuronales ordinarias». En el caso del placebo, algo similar ocurre, donde el poder de la sugestión detona respuestas de autosanación equivalente en sus efectos a poderosos fármacos, demostrando que lo que se puede hacer químicamente también puede hacerse de manera mental, a través de pensamientos intangibles que se vuelven tangibles posteriormente.
Dossey hace hincapié en que esta visión de la mente sobre la materia no sostiene que las neuronas o las células no tengan una función operativa, sino que considera que su nivel de operación es el de los transmisores de una señal y no de los generadores de esa señal, es decir, de correlación no de causación: «No podemos decir que las neuronas espejo causan la empatía, de la misma manera que nuestras televisiones no causan la Copa del Mundo o el Superbowl, solamente están correlacionadas con ellos». El cerebro es como la televisión que nos permite sintonizar la señal y focalizar una experiencia de la conciencia que existiría en la atmósfera. Por otro lado, esta perspectiva reconoce, en cambio, que los pensamientos, las creencias, las emociones, etc., no son sólo imaginarios sino que tienen efectos verdaderos: logran transmitir sus señales a través del cuerpo (el aparato de sintonización).
En su libro Science and Psychic Phenomena el filósofo Chris Carter cita miles de estudios en los que fenómenos de percepción extrasensorial, telepatía y precognición han apilado evidencia de ocurrir desafiando las probabilidades estadísticas de un comportamiento meramente aleatorio. Dossey nos dice que Carter considera que los fenómenos psi sí entran en conflicto con el mundo de la física clásica newtoniana, pero no con la perspectiva de la física cuántica-relativista. De su investigación Carter concluye que la conciencia se manifiesta de formas no-locales (al igual que el entrelazamiento cuántico), y por lo tanto parece no estar constreñida por el espacio-tiempo, lo cual es un importante indicativo de que la conciencia no puede ser solamente material. Explica Dossey:
Los fenómenos psi implican que la conciencia puede hacer cosas que el cerebro y las neuronas no pueden. Las implicaciones son vastas. Si la conciencia es temporalmente no-local, infinita en el tiempo, entonces es inmortal y eterna, porque una no-localidad limitada es una contradicción de términos; y si la conciencia es espacialmente no-local, es omnipresente.
Esta visión parece «sintonizar» la antigua creencia expresada por los filósofos de la India de que la conciencia es de hecho la misma sustancia que el espacio, sea este considerado como un éter (akasha), o como el vacío del cual emergen los fenómenos en el budismo, el cual es igual a la mente en su estado de pureza y potencialidad infinita (dharmadatu). En el Timeo, Platón esboza una cosmología en la que existe una especie de espacio primordial (khora) en el cual el demiurgo imprime la cualidad de su inteligencia: las Formas o arquetipos que son reflejos de la mente de Dios. Aquí el espacio toma un sentido maternal –es una nodriza de la conciencia (aunque Platón no tiene un término equivalente a nuestra «conciencia»), por lo que se podría hablar de un soporte material de la conciencia, pero hay que mencionar que esta especie de inseminación de aquello que viene del Padre en el lienzo de la Madre, de la cual surge el cosmos, es el acto seminal que ocurre en el origen (una misma imagen que aparece en muchas historias de creación: el espíritu que se posa sobre las aguas). Es decir, el espacio mismo está impregnado de la conciencia –podemos concebirlo como un vientre que perpetuamente está llevando la luz de la mente– y, aunque esta semilla florezca también en una rarificación de su esencia en la materia, la conciencia preexiste a los cuerpos en los cuales puede encontrar una expresión particular. En este tenor, actualmente un grupo de teorías científicas agrupadas con el nombre de teorías de la conciencia de campo sugieren que la conciencia es idéntica a un campo no físico que existe ubicuamente en el espacio como la fuerza de gravedad o el electromagnetismo.
La reducción de la conciencia a términos meramente materiales, como un epifenómeno o un subproducto de la complejidad de la materia, ha sido entendida por algunos importantes científicos y filósofos de una mentalidad más abierta como una de las más grandes supersticiones de la ciencia, una forma de religión materialista, basada fundamentalmente en preconclusiones de lo que el mundo debería de ser y en el deseo mesiánico de explicarlo todo en términos materiales. Esto mismo fue llamado por Karl Popper un «materialismo promisiorio», una especie de wishful thinking de la ciencia en el que finalmente el paradigma materialista habría logrado conquistar todas las dimensiones de la realidad y abolido toda visión espiritual. El neurofisiólogo John Eccles, ganador del premio Nobel, dijo que «el materialismo promisiorio es simplemente una religión basada en la creencia de los materialistas dogmáticos… que confunden la religión con la ciencia».
Para concluir, las palabras de uno de los más lúcidos críticos del paradigma materialista en la actualidad, el doctor Bernardo Kastrup. En un diálogo con Alex Tsakiris de la revista Skeptiko, Kastrup explicó:
Nuestra cultura está impulsada por esta noción de que la realidad real existe fuera de la conciencia. Es un universo material fundamentalmente independiente de la conciencia, que nuestras vidas internas y nuestras experiencias subjetivas emergen de la distribución específica de la materia en este mundo abstracto fuera de la mente. Esta es la filosofía del materialismo que subyace en la mayoría del trabajo académico y de la mayoría de la ciencia que conocemos hoy en día. Pero también subyace el sistema de valores de nuestra cultura y nuestro sistema económico. Por ejemplo, si la materia es la única realidad real, la conciencia siendo transitoria, un efecto colateral temporal, entonces, ¿qué significado tiene la vida más que acumular bienes materiales? Esto encaja perfectamente con el sistema económico y establece bucles de retroalimentación con las estructuras de poder existentes.
Kastrup sugiere que la visión materialista de la realidad penetra todas nuestras esferas de conocimiento y define todas nuestras relaciones. Esto evidentemente trastoca toda interacción y puede explicar la crisis moral, ecológica y espiritual de la actualidad. Al mismo tiempo nos sitúa en un espacio desprovisto de significado, totalmente desencantados, en un frío e inexorable abismo material. Sin embargo, esta desoladora visión es un error de percepción, un extravío en el camino. Y es que toda la riqueza que podamos percibir en la materia viene solamente de la conciencia que le deposita valor, que la carga de significado. Así cuando perseguimos bienes materiales y luchamos por obtener más cosas, actuamos erráticamente puesto que lo que en realidad queremos es el valor, las ideas, las percepciones y las experiencias que asociamos con las cosas, todos los cuales pertenecen al dominio de la conciencia… confundimos a la estatua con el poder del dios que representa. En esta idolatría del materialismo no alcanzamos a ver que la única riqueza real que podemos acumular en este mundo es la conciencia.
fuente/Pijamasurf/Autor/Alejandro Martinez Gallardo
http://sabiens2.blogspot.com.es/2016/03/por-que-la-conciencia-no-puede-ser.html

* Migración magnética terrestre *


Estudios astrofísicos en los años 90 advertían sobre una *región* que nuestro sistema solar atravesaba, la cual estaba interactuando con la heliósfera y por ende con nuestro vasto reino sistémico espacial. 
Un área o vecindario espacial altamente cargado de materia interestelar, que al chocar con nuestra burbuja protectora sistémica llamada *heliósfera* estaba provocando fenómenos en todos los planetas y sus lunas e incluso en el mismo Sol.

Para entender, imaginen que el sistema solar viaja por espacio lo mismo que un avión, los aviones suelen atravesar zonas de turbulencia, lo mismo le ocurre a nuestra gigantesca nave que es el sistema solar.
Ahora, bien, dentro de los fenómenos ocurridos de los cuales la ciencia ha tomado debida nota es precisamente el comportamiento del Sol.
Sabemos que hemos entrado en un ciclo de baja actividad que la ciencia estima como probable hasta el año 2030, años más, años menos.
Con ese panorama, el seguimiento de la radiación cósmica se vuelve imprescindible, nuestro clima dependerá de éstos factores, y eso no es poca cosa.
El sitio Spaceweather viene haciéndonos partícipes del estudio que mide la incidencia de la radiación cósmica en las aeronaves comerciales, hoy por ejemplo nos cuenta lo siguiente;

-Hoy en día, los estudiantes del clima espacial están volando desde Los Angeles a Indonesia para observar el eclipse solar de 9 de marzo. Entre otras cosas, están llevando una carga útil de balones medidores de rayos cósmicos con seguimiento de GPS y 4 sensores de radiación. Esto les permite medir la radiación en el interior del avión .
Durante el viaje, los estudiantes cruzan tanto el círculo polar ártico y el ecuador en el mismo período de 24 horas, lo que les permite reunir datos de radiación rápidamente en una amplia gama de latitud.



En ésto se basará su estudio en curso para medir la radiación de la aviación que, hasta ahora, se ha limitado a latitudes en los EE.UU. continentales.
La radiación dentro de los aviones viene desde el espacio profundo. Los rayos cósmicos galácticos son acelerados hacia nuestro planeta por las explosiones de supernovas y otros eventos violentos en el cosmos. 

Penetran en las paredes de las aeronaves con facilidad y han llevado a la Comisión Internacional de Protección Radiológica =ICRP= que clasifique a los pilotos como trabajadores expuestos a la radiación en el trabajo. El experimento de hoy probará cómo el campo magnético de la Tierra en diferentes latitudes protege a los pilotos y pasajeros de la radiación en la aviación.

Y es que dicho panorama está basado en datos concretos como los que vengo siguiendo y compartiendo con ustedes.
Si el Sol recién…comienza a hibernar y tenemos ésto…¿qué nos espera?..



El gráfico anterior es una toma que hice respectiva a un año hacia atrás, es decir una toma de la evolución de la radiación cósmica desde hace exactamente un año, allá por el 6 de Marzo de 2015…
Como pueden apreciar la trepada es al menos en una tasa aproximada del 8%, algo que no ocurría tan velozmente si hacemos el trabajo de retroceder hacia años pasados.
Preocupa a la ciencia todo ésto..y están trabajando al respecto;

Las partículas de alta energía, los rayos cósmicos que llueven sobre la Tierra desde el espacio profundo, son algo así como un misterio.
¿De dónde vienen? ¿cómo se obtienen esas enormes energías muy superiores a las obtenidas con los mejores aceleradores de partículas del mundo?
Ahora, un radiotelescopio diseñado originalmente para estudiar el universo temprano puede ayudar a responder algunas de estas preguntas, o quizás podría profundizar el misterio.
Los rayos cósmicos son típicamente protones o núcleos atómicos de los elementos tales como el helio, carbono, o hierro. 

Los más fuertes tienen energías de más de 10 millones de veces que los más potentes aceleradores de partículas del mundo como el Gran Colisionador de Hadrones . Los físicos no están seguros de qué proceso astrofísico podría acelerar partículas a tales energías. Posibles culpables incluyen los restos persistentes de supernovas, las explosiones que se producen cuando las estrellas masivas agotan su combustible y mueren, y los núcleos galácticos activos, sobrecalentadas galaxias con agujeros negros supermasivos en sus centros que arrojan la energía a tasas prodigiosas.



El estudio de los rayos cósmicos es difícil, sin embargo. En su viaje a través del espacio se desvían por los campos magnéticos, por lo que es difícil averiguar de dónde vienen. Los de alta energía también son muy raros, y ninguno de ellos llegan muy lejos una vez que alcanzan la atmósfera de la Tierra, de inmediato son destruidos en colisiones con el aire a gran altura. Para el estudio de los rayos cósmicos más energéticos, los Físicos usan vastos conjuntos de detectores de partículas en el suelo para recoger la *ducha de aire* de restos creados por las colisiones a gran altitud o telescopios para detectar el destello de la luz causada por las partículas de desechos, ya que se ralentizan en la atmósfera.

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La verdadera forma de la luna… es un limón

Hoy en ufopolis nos hacemos eco de un insólito hallazgo que rompe con la percepción que tenemos sobre nuestro misterioso acompañante en los cielos.

Recientemente la revista Nature publicó un detallado análisis del profesor de Ciencias Planetarias de la Universidad de California Ian Garrick Betthell en donde se exponen datos topográficos lunares obtenidos con un altímetro de láser en donde se llega a una interesante y curiosa conclusión: aunque veamos a la luna redonda, se parece más a un limón debido a una pronunciada protuberancia ecuatorial imperceptible al ojo humano.

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Todos estos años viendo la luna y al final va a resultar que se parece a un limón. Foto:mostlymoonlemon

En este estudio se añade que en el periodo en el que la luna comenzó a rotar sobre la órbita terrestre, su temperatura y su velocidad de rotación eran mucho más altas. Al estar además, mucho más cerca que ahora, la interacción con las masas de agua del planeta eran mucho mayores lo que cambió la forma de nuestro satélite para soportar el par de rotación que tenía en aquellos momentos.

El equipo de Garrick-Bethell también constató que las diferencias en el espesor de la luna se deben a la interacción entre los minerales magnéticos de su superficie y el núcleo terrestre lo que nos indica que la cercanía a la tierra hace miles de millones de años podría haber sido mucho mayor de lo que se presupone. ¿Os imagináis una luna inmensa en los cielos de la antigüedad? Así debió pasar.

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La luna debió estar mucho más cerca de la tierra de lo que podamos imaginar. Fuente: NASA

Por otra parte, es muy interesante encontrar datos sobre la composición de la luna y sus parámetros gravitacionales. Nuestra luna tiene una gravedad de 1.623 m/s2 en contraposición con la de la tierra que es 9.81 m/s2. La densidad de la luna es de 3.34 veces la de un volumen igual de agua y la de la tierra 5.5 veces. Planteados estos datos es fascinante comprobar el hecho de que la luna sea solo el 60% de densa de lo que lo es la tierra y eso ha llevado a los científicos a dos misteriosas hipótesis: que la luna realmente no tenga ningún tipo de núcleo de hierro y que además de eso sea parcialmente hueca. Una luna que parecería un limón… sin las rodajas de limón dentro.

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¿Se parece más a un limón y encima está hueca? La luna aún guarda muchos misterios. Fuente: Wikipedia

Los datos aportados en 1962 por el Dr. Gordon McDonald de la NASA y por el Dr. Harold Urey, Premio Nobel en Química en 1934, apuntan a esa conclusión: que la luna tenga una gran oquedad en su interior. De hecho, el Dr. Urey comentó que sería posible que la tierra hubiera acumulado gran parte de polvo meteorítico durante miles de millones de años y por eso fuera más densa que la luna, pero realmente no habría ninguna razón para que ese mismo polvo no se hubiera acumulado en la luna y tuviera, por tanto, la misma densidad.

Si la teoría de la creación de nuestro satélite por el estallido de un cuerpo es discutida a día de hoy debido a las diferencias químicas entre ambos astros, también lo es la teoría de la captación, en donde la luna habría llegado en el ángulo justo manteniéndose a la velocidad perfecta como para ser captada a nivel gravitacional en una posición exactamente sincronizada con el sol para crear eclipses, algo que el propio Carl Sagan exponía como una probabilidad “imposible“. En los últimos cincuenta años no son pocos los científicos que han declarado posible la hipótesis de que la luna sería un cuerpo artificial que habría sido puesto en ese lugar deliberadamente, lo que significaría algo asombroso: que la luna realmente no fuera un cuerpo natural y que hubiese sido allí de forma intencionada por alguien con una tecnología a años luz siquiera de lo que podríamos concebir.

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Foto zazzle.com

Si os ha gustado el artículo os recomendamos estos programas que hicimos sobre la luna, nuestro misterioso satélite lleno de misterios:

Ufopolis.com 2016

Referencias:

«La intuición» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Ante una desilusión, un fracaso, un accidente, a veces pensáis: «Sí, claro, algo ya me había prevenido. Era como una voz dentro de mí ¡pero tan débil!…» Y no escuchasteis esta voz que quería poneros en guardia, preferisteis seguir otras voces que os hablaban frecuentemente y muy fuerte para induciros a error.
Esta voz que no quisisteis escuchar era la voz del Cielo, que habla suavemente y sin insistir. Dice las cosas una vez, dos veces, tres veces, y después se calla, y tanto peor para vosotros si le habéis cerrado vuestro oídos. Sí, la voz del Cielo es siempre extremadamente suave, melodiosa y breve. La intuición no insiste demasiado. Y si no estáis atentos, si no sabéis discernir esta voz, porque sólo atrae vuestra atención el estruendo de vuestros deseos y de vuestras codicias, cuando descubráis que os habéis extraviado, no os quejéis.»


www.prosveta.com

«Mutantes» (Redes, cap. 368)


Cada ser humano acumula aproximadamente 300 mutaciones perjudiciales que afectan a su salud, su forma de pensar y su forma de sentir. Más que ninguna otra especie. ¿Cómo es posible que sobrevivamos con tal cantidad de mutaciones? ¿Cómo las soportamos?

Históricamente, el cómic y sobre todo el cine, nos han transmitido un concepto y una imagen de “mutante” monstruosa. Sin embargo, las mutaciones han sido muy importantes a lo largo de la evolución porque constituyen una de las bases de la selección natural.

En esta ocasión, REDES entrevista al doctor Armand Marie Leroi, profesor de Biología Evolutiva del Desarrollo en el Imperial College de Londres. Autor del libro “Mutantes”, nos hablará de sus teorías acerca del origen de las deformaciones, la genética y la evolución: Todos somos mutantes y nuestras mutaciones son pistas importantes para conocernos a nosotros mismos. Algunas las heredamos de nuestros progenitores, otras las desarrollamos nosotros y son exclusivas de cada uno, pero todas ellas nos hacen seres únicos, diferentes al resto.

A lo largo del programa abordaremos también cuestiones como ¿es posible una relación entre belleza y mutación? ¿por qué se producen más mutaciones en las extremidades? ¿qué son los mutantes naturales y para qué sirven?


Redes, Divulgación y Cultura