Archivo por meses: abril 2016

Negar el momento presente LA DISOLUCIÓN DE LA INCONSCIENCIA

Es fundamental que lleves más conciencia a tu vida en las situaciones ordinarias, cuando todo va relativamente bien. Así irá creciendo el poder de tu presencia, que genera en ti y a tu alrededor un campo de alta frecuencia vibratoria. Ninguna inconsciencia ni negatividad, ninguna discordia o violencia podrán entrar en ese campo y sobrevivir, del mismo modo que la oscuridad no puede sobrevivir en presencia de la luz.
Cuando aprendes a ser testigo de tus pensamientos y emociones, que es parte esencial del estar presente, te sorprende el ruido de fondo de la inconsciencia ordinaria y te das cuenta de que muy pocas veces te sientes verdaderamente cómodo contigo mismo, si es que te ocurre alguna vez.
A nivel mental, encontrarás abundantes resistencias en forma de juicios, descontento y proyecciones mentales que te alejan del ahora. A nivel emocional, notarás una corriente subterránea de incomodidad, tensión, aburrimiento o nervios. Todos estos contenidos son aspectos de la mente en su habitual modalidad de resistencia.
OBSERVA LOS DIVERSOS MODOS EN QUE LA INTRANQUILIDADel descontento y la tensión surgen en ti como consecuencia de juicios innecesarios, resistencias a lo que es y la negación del ahora. Lo inconsciente se disuelve cuando lo iluminas con la luz de la conciencia.
Cuando aprendas a disolver la inconsciencia ordinaria, la luz de tu propia presencia brillará con fulgor, y será más fácil afrontar la inconsciencia profunda cuando sientas su atracción magnética. Sin embargo, puede que la inconsciencia ordinaria no resulte fácil de detectar, porque es muy común.
 
ACOSTÚMBRATE A HACER UN SEGUIMIENTO DE TU ESTADO EMOCIONAL Y MENTAL mediante la autoobservación.
Una buena pregunta que podrías plantearte frecuentemente es: «¿Estoy relajado en este momento?»
O también puedes indagar: «¿Qué está ocurriendo dentro de mí en este instante?»
Interésate al menos tanto por lo que ocurre dentro de ti como por lo que pasa fuera. Si consigues que lo de dentro esté bien, lo de fuera encajará en su lugar. La realidad primaria está dentro; la secundaria, fuera.
 
Y NO TE RESPONDAS A ESTAS PREGUNTAS INMEDIATAMENTE. Dirige tu atención hacia dentro. Mira dentro de ti.
¿Qué tipo de pensamientos está produciendo tu mente? ¿Qué sientes?
Dirige tu atención al cuerpo. ¿Notas alguna tensión?
Cuando detectes cierto nivel de incomodidad, el ruido de fondo, observa cómo estás evitando, resistiéndote o negando la vida por negar el ahora.
Hay muchas maneras de resistirse inconscientemente al momento presente. Con la práctica aumentará tu poder de autoobservación, tu capacidad de hacer un seguimiento de tu estado interno.
DONDEQUIERA QUE ESTÉS, MANTENTE PLENAMENTE PRESENTE
¿Estás estresado? ¿Estás tan agitado tratando de llegar al futuro que el presente queda reducido a un medio para alcanzarlo? Lo que causa tensión es estar «aquí» queriendo estar «allí», o estar en el presente queriendo estar en el futuro. Es una disyuntiva que te desgarra por dentro.
¿Te absorbe mucha atención el pasado? ¿Sueles hablar de él y pensar en él positiva o negativamente? ¿Piensas en los grandes logros que has alcanzado, en tus aventuras y experiencias, o en tu historial de víctima y en las cosas horribles que te sucedieron? ¿O quizá piensas en lo que tú hiciste a otra persona?
¿Qué crean tus pensamientos: culpa, orgullo, resentimiento, ira, lamentos, autocompasión…? Entonces, además de reforzar un falso sentido de identidad, estás ayudando a acelerar el proceso de envejecimiento de tu cuerpo produciendo una acumulación de pasado en tu psique. Verifícalo por ti mismo observando a las personas cercanas que tengan una fuerte tendencia a aferrarse al pasado.
HAZ MORIR EL PASADO CADA MOMENTO. No lo necesitas. Refiérete a él sólo cuando sea absolutamente relevante para el presente. Siente el poder de este momento y la plenitud del Ser. Siente tu presencia.
¿Estás preocupado? ¿Sueles pensar mucho en «lo que pasaría si…»? Entonces estás identificado con tu mente, que se proyecta en una imaginaria situación futura y genera miedo. No hay modo de poder afrontar esa situación, porque no existe. Es un fantasma mental.
Sin embargo, puedes parar esa locura que corroe la salud y la vida volviendo a tomar conciencia del momento presente.
SIENTE TU RESPIRACIÓNSiente el aire que fluye dentro y fuera de tu cuerpo. Siente tu campo de energía interna. Lo único que tienes que afrontar, con lo que tienes que lidiar en la vida real —en oposición a las proyecciones mentales imaginarias—, es este momento.
Pregúntate qué «problema» tienes ahora mismo, no el año próximo, mañana o dentro de cinco minutos. ¿Qué está mal en este momento?
Siempre puedes lidiar con el ahora, pero nunca podrás lidiar con el futuro, y tampoco tienes que hacerlo. La respuesta, la fuerza, la acción justa o el recurso estarán allí cuando los necesites, no antes ni después.
¿Estás acostumbrado a «esperar»? ¿Pasas buena parte de tu vida esperando? Para mí, «esperar a pequeña escala» es esperar en la cola de correos, en un atasco de tráfico, en el aeropuerto, esperar a que llegue alguien o hasta acabar un trabajo. «Esperar a gran escala» es esperar a las próximas vacaciones, a tener un trabajo mejor, a que crezcan los niños, a establecer una relación significativa, a triunfar, a hacer dinero, a ser importante, a iluminarte. Es bastante común que la gente se pase toda la vida esperando para empezar a vivir. 
 
La espera es un estado mental. Significa básicamente que quieres el futuro y no quieres el presente. No quieres lo que tienes y quieres lo que no tienes. Cuando esperas estás creando un conflicto inconsciente entre tu aquí y ahora —el lugar donde no quieres estar— y el futuro proyectado —el lugar donde quieres estar—. Esto reduce mucho tu calidad de vida, obligándote a perder el presente.
Por ejemplo, mucha gente espera que le llegue la prosperidad, pero ésta no puede llegar en el futuro. Cuando honras, reconoces y aceptas plenamente tu realidad presente —dónde estás, quién eres y lo que estás haciendo ahora mismo—; cuando aceptas plenamente aquello de lo que dispones, entonces agradeces lo que tienes, agradeces lo que es, agradeces Ser. La verdadera prosperidad es sentirse agradecido por el momento presente y por la plenitud de la vida ahora mismo. No puede llegar en el futuro. Más adelante, con el tiempo, esa prosperidad se manifestará de diversas formas.
Si estás insatisfecho con lo que tienes, o incluso frustrado o enfadado por tus carencias actuales, eso puede motivarte a hacerte rico; pero, aunque acumules millones, seguirás sintiendo la carencia interna, y en el fondo continuarás estando insatisfecho. Puede que hayas tenido muchas experiencias interesantes de las que pueden comprarse con dinero, pero las experiencias van y vienen, y siempre te dejarán con una sensación de vacío, necesitado de nuevas gratificaciones físicas o psicológicas. No habitarás en el Ser, sintiendo la plenitud de la vida ahora, que es la única prosperidad verdadera.
RENUNCIA A LA ESPERA COMO UN ESTADO MENTAL.
Cuando te sorprendas cayendo en el estado de espera… sal de inmediato. Ven al momento presente. Simplemente sé y disfruta siendo. Si estás presente no tienes ninguna necesidad de esperar.
Así, la próxima vez que alguien te diga: «Siento haberte hecho esperar», puedes responder: «No te preocupes. No estaba esperando. Simplemente estaba aquí, disfrutando, contento de estar conmigo mismo.»
Éstas son algunas de las estrategias mentales para negar el momento presente que forman parte de nuestra inconsciencia ordinaria. Resulta fácil pasarlas por alto porque son parte de la vida cotidiana: el ruido de fondo del descontento perpetuo. Pero cuanto más te dediques a hacer un seguimiento de tu estado interno emocional y mental, antes sabrás que te has dejado atrapar en el pasado o en el futuro, es decir, en la inconsciencia, y más rápido despertarás del sueño del tiempo al presente.
Pero ten cuidado: el falso yo infeliz, basado en la identificación con la mente, vive en el tiempo. Él sabe perfectamente que el momento presente supone su muerte y se siente amenazado. Hará todo lo que pueda por sacarte del ahora. Intentará mantenerte atrapado en el tiempo.
En cierto sentido, el estado de presencia puede ser comparado a una espera. Se trata de un tipo de espera completamente distinto que requiere que estés plenamente alerta. Algo podría ocurrir en cualquier momento, y si no estás absolutamente alerta, absolutamente en calma, te lo vas a perder. En ese estado, toda tu atención está en el ahora. No te queda nada de atención para soñar despierto, pensar, recordar, anticipar. En esa espera no hay tensión ni miedo; sólo una presencia alerta. Estás presente con todo tu Ser, con cada célula de tu cuerpo.
En ese estado, el «tú» que tiene un pasado y un futuro, al que solemos dar el nombre de personalidad, apenas está presente. Sin embargo, no se pierde nada de valor. En esencia, sigues siendo tú mismo. De hecho, eres más plenamente tú mismo que nunca o, más bien, sólo ahora eres verdaderamente tú mismo.
EL PASADO NO PUEDE SOBREVIVIR EN TU PRESENCIA
Los desafíos del presente sacarán a la luz lo que necesites saber de tu pasado inconsciente. Si te sumerges en el pasado, se convertirá en un pozo sin fondo: siempre hay más. Puede que pienses que necesitas más tiempo para entender el pasado o para liberarte de él; en otras palabras, puede que pienses que el futuro acabará liberándote del pasado. Pero eso es una ilusión. Sólo el presente puede liberarte del pasado. Ahondar en el tiempo no puede liberarte del tiempo.
Accede al poder del ahora: esa es la clave. El poder del ahora no es más que el poder de tu presencia, tu conciencia liberada de las formas del pensamiento. Así que afronta el pasado desde el presente. Cuanta más atención concedes al pasado, más lo energetizas, y más probable es que te construyas una «identidad» con él.
 
Entiéndeme bien: la atención es esencial, pero no al pasado como pasado. Presta atención al presente; presta atención a tu comportamiento, a tus reacciones, estados de ánimo, pensamientos, emociones, miedos y deseos, tal como surgen en el presente. Ellos son el pasado en ti. Si puedes estar suficientemente presente como para observarlos, sin criticarlos ni analizarlos, sin juicio alguno, entonces estás afrontando el pasado y disolviéndolo con el poder de tu presencia.
No puedes encontrarte volviendo al pasado. Te encuentras viniendo al presente.
http://mauandayoyi.blogspot.com.es/2016/04/negar-el-momento-presente.html

Hacia un Amor Maduro

Amor Maduro

A todos nos ha pasado alguna vez que al comenzar una relación de pareja, las virtudes de nuestro nuevo compañero son exaltadas en su máxima potencia. Vivimos pendientes de él o ella, arrojamos fuera de nosotros cualquier conversación interna que no esté vinculada a nuestro enamorado, compramos regalos, cambiamos de vestuario, de peinado, de dietas; frecuentamos menos a nuestras amistades, y agotamos todo nuestro tiempo en recordar y evocar el próximo encuentro.

Todo gira alrededor de ese nuevo “ser” magno que parece reflejar la exactitud de nuestra búsqueda, la pieza perfecta que encaja en nuestro rompecabezas.

Conforme pasa el tiempo, las cosas comienzan a cambiar. Por alguna extraña razón, ya no vemos en nuestra pareja los mismos colores, brilla menos, hasta a veces parece volverse opaco, y los amigos comienzan a ocupar un nuevo lugar en nuestras vidas: son los oídos que prestan atención a lo que nos sucede en el terreno amoroso.

Los pies fríos sobre nuestras piernas que antes queríamos abrigar, ahora, fastidian, los encuentros se reducen a saludos convencionales, el invierno se ha instalado entre nosotros y nadie se atreve encender la chimenea.

La mayoría de las parejas pasan por estas fases, por este tobogán de emociones, comienzan en la cima, durante el enamoramiento, con un descentramiento del YO que nos hace perder la noción de quienes somos, y de quién es el otro y  en este proceso “nuestra pareja” es lo que nosotros queremos ver. Más tarde, la pasión serena sus aguas y da paso al Amor, un sentimiento profundo; diferente al enamoramiento, que es simplemente un estado de ilusión que nos permite acercarnos sin defensas al OTRO.

Pero este segundo peldaño en la relación no es menos poderoso que el primero, por el contrario, es el más agudo y complejo; sin embargo muchas veces descuidado.

En distintos escenarios cotidianos se pueden escuchar voces de hombres y mujeres reclamando la falta de “cariño, comprensión, escucha, tiempo” de sus parejas. Los encuentros sexuales que en el pasado eran una fiesta, en la actualidad son esporádicos u obligaciones, se han perdido las “ganas”, lo mismo que ayer era propio, hoy es ajeno.

¿Qué ha sucedido? ¿Hemos dejado entrar a nuestro vínculo a ese crucial huésped que llaman rutina? ¿Cómo se ha infiltrado en nuestra intimidad? ¿Por qué suceden estas cosas? ¿Acaso no seríamos felices y comeríamos perdices como en los cuentos?

En la mayoría de los cuentos, el tiempo es una constante variable, que es vivida como tal por el autor, pero en la vida real, los protagonistas le asignan al tiempo un carácter atemporal, eterno; donde siempre hay tiempo para perderlo o postergar, que es en otras palabras lo mismo.

Las parejas compran esta creencia y se adentran a caminar en forma automática, prometiéndose en cada milagroso y fugaz despertar, que al día siguiente harán algo distinto para recuperar “la chispa” pero esas son sólo bonitas ideas. Lo cotidiano tira más que el deseo que hacer algo diferente.

Ese OTRO que hemos elegido, se ha vuelto parte de nuestro andar, tan común, tan conocido, tan previsible, que nos damos el gusto de perder la capacidad de asombro y la de asombrarnos. Está ahí cocinando o tal vez mirando televisión. Y estamos seguros de que ahí se quedará, que si decide irse, será tan sólo unos metros, que regresará siempre; construimos certezas que nos hacen perder la necesidad de cuidar lo conquistado, porque ya es nuestro.

Y la Rutina se establece como amo y señor de nuestro presente. Pero ¿qué es la rutina? ¿Es algo externo que como una bacteria  viene a contaminar el lazo?

La rutina no es más ni menos que el desinterés con el que elegimos relacionarnos. El descuido que empeñamos en comunicar; el desdén con el que tratamos lo que amamos. La falsa seguridad que experimentamos, “ya tenemos lo que queremos”, nos hace cometer el mayor de los errores: La desidia.
Nos relajamos absurdamente, bajamos nuestras guardias, y dormimos sobre los laureles.

No es un hecho que debamos perder lo que tenemos para saber su valor, podemos reconocerlo aún teniéndolo. Todo es cuestión de compromiso, éste último entendido como la capacidad de elegir algo, declarar que eso queremos para nosotros y hacer que eso ocurra en el momento que dije que ocurriría.
Descuidar a quien a amamos, es de alguna manera una forma de romper un acuerdo con nuestra propia elección, es olvidarse que en algún tiempo lo elegimos para nuestra vida.

La invitación es a despertar, a recordar que ese OTRO que está a nuestro lado, está ahí porque nosotros quisimos que así fuera, y si eso  fue hecho del corazón, ¿por qué ahora, hay momentos en los que nos parece extraño? No ha dejado de ser su esencia, nuestros lentes se han empañado por la indiferencia; salir a buscar fuera de la pareja la “novedad” no resolverá el conflicto de la “rutina”. La cotidianidad es nuestro modo de operar y relacionarnos.

Hasta que no sepamos observar esto, todo carecerá en algún punto de sentido. La búsqueda será eterna, y nada resultará satisfactorio. La vida que queremos está en nuestras manos; ¿Pero qué hacer de distinto para que Cupido no se vengue de nosotros? Gran pregunta, simple respuesta, aunque no fácil de practicar.

Lo primero que propongo es “aprender a desaprender” todas aquellas creencias que vivimos como certezas en relación al amor y que nos convierten en un “observador inocente e ingenuo”, me refiero a toda esa sucesión de dependencia a la que estamos acostumbrados desde pequeños. Canciones de amor de apego, desilusión, sacrificios, novelas de traiciones, infidelidades, rechazo, amantes humillados gozosos del insulto, perdones a medias, locura, suicidio. Nada de esto tiene que ver con el Amor. Al menos, no con su esencia. Esto es lo que supimos conseguir. Lo que creímos, aprendimos, compartimos. Pero existe una clase de Amor, tal vez, menos digna de inspiración para los poetas; pero mucho más digna para la fragilidad de la vida que sostenemos: Es el Amor Maduro.

La cabal comprensión de que cuando me enamoro de alguien inicio un proceso de aprendizaje rico en experiencias; que somos dos al encuentro, con todo lo que implica “dos”, que lejos está de similitud, y muy cerca de variedad.

Amor MaduroEl primer tiempo como anteriormente lo describí, es un torbellino fugaz y necesario, para que las corazas con las que actúo en el mundo se flexibilicen y dejen entrar a ese “extraño” a mi vida; sin ese permiso el encuentro sería casi imposible; la mayoría de las veces los hombres rechazan sistemáticamente lo diferente. Luego, cuando la marea se retira florece el sentimiento. Lo de antes era una pasión.

Cuando uno genera una relación madura de amor, la pareja es un punto importante en la vida del individuo pero no es la vida en sí misma. Cada uno tiene su poder personal, sus sueños, sus metas, sus pensamientos, cada uno es frente al otro: un mundo, un misterio; que se encuentran, y que coinciden. En el amor maduro, el individuo crece como persona, la relación es un espacio de aprendizaje, y experiencias, una oportunidad para desarrollar las fortalezas, y aceptar las debilidades. Caminar de la mano de un amor maduro, abre las puertas del autoconocimiento y la empatía. Desarrolla nuestras habilidades sociales y nos predispone al desarrollo de nuestra inteligencia emocional. El encuentro con ese otro nos ilumina, nos recuerda que para amar, primero debo experimentar en y hacía mí ese sentimiento; cuando eso sucede, lo que comparto es amor, autenticidad y honestidad. Compartir es una forma de multiplicar lo que tenemos. Sólo compartiendo podemos extender la luz que somos.

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¿Sigues el camino de tu verdad?

Una característica de mi personalidad es habitar los extremos.  Puedo ser tanto una cosa como su contrario (y su equilibrio también), dependiendo de las circunstancias.  Esto fue un drama hasta que comprendí su virtud y su beneficio.

En mi adolescencia y primeros años de adulta, algunas de estas posibilidades estaban al servicio de ocultar otras.  Me explico: si me sentía en inferioridad de condiciones en algún tema, surgía una parte sumamente segura (y, a veces, hasta soberbia) que lo  encubría de una forma que me permitía ir aprendiendo hasta sentirme segura realmente.  Esto tenía su ventaja, en el fondo.

Pero, en otras situaciones, la cosa se tornaba un poco, más bien un mucho, más oscura.  Debido a mi poca autoestima, a traumas consistentes, me metía en condiciones densas y difíciles, de las cuales pretendía salir mintiendo.  Lo logré unas cuantas veces.  Es más, terminé siendo una experta en engañar.

Al tiempo, esto se convirtió en una terrible coyuntura.  Una parte de mí era abierta y veraz.  Otra se había sumergido en una atroz maraña de mentiras.  El quiebre fue cuando me di cuenta de que era a mí a quien más estaba entrampando.  Yo era la que peor lo sufría.  Yo era la que más estaba perdiendo, porque… me estaba perdiendo a mí misma.

Ese momento fue la luz y la sombra. Sombra porque de allí salieron todos los miedos, dudas, frustraciones, dolores, que me involucraron en esas mentiras.  Luz porque finalmente se me revelaba el porqué y el cómo salir de ellas.

No fue fácil ni rápido.  Temía las consecuencias funestas de mi conducta.  Creía que no había nada bueno en mí.  Fue mucha labor interna para sacar mi verdad afuera y responsabilizarme de ella.

¿Por qué comencé?  Porque ya no podía vivir en la falsedad.  Era demasiado duro, vacío, atormentado, triste.  ¿Por qué continué?  Porque me comencé a sentir bien, plena, alegre, real.  Porque, al decidir afrontar lo que sea, no hubo grandes secuelas.  Esa es la paradoja de la vida: cuando eres sincero y te responsabilizas por completo, se diluye mucho de lo que fue, lo externo junto con lo interno.

¿A qué mentiras me refiero?  Pueden ser con respecto a tu trabajo, a tu pareja, a tus amigos, al dinero, a la espiritualidad, a actitudes interiores y/o exteriores, a tu integridad, a tus propósitos, muchas cosas… tú sabes…

 Sigues el Camino de tu Verdad?

Estos son otros tiempos.  Ahora, están empujándonos a que seamos verdaderos.  Ya no se trata de que pasemos años aguantándonos situaciones o actitudes falaces ni que transcurran años para solucionarlas.  Todo es veloz.  Cada día, las mentiras y sus consecuencias nos explotan en la cara.  Y, cuando nos decidimos a terminarlas, la sanación es mucho más rápida.

Una pregunta fundamental que te estarás haciendo: ¿cómo saber qué es verdad y qué no?  Generalmente, acudimos a la mente para discernirlo y entonces nos enredamos en beneficios y desventajas, pasados y futuros, ilusiones y ansiedades, múltiples senderos y posibilidades, miedos e incertidumbres.  Terminamos más confundidos que antes.

La verdad sale del corazón.  Es un camino directo a la Fuente.  Recordando que eres un cocreador, confías en que tomarás conciencia de eso que no puede ser refutado ni justificado ni explicado.  Eso que es. 

No se trata sólo de un sentimiento, es un saber que se manifiesta en una verdad.  La tuya.  Puede costarte un poco al principio conectarte con la Luz de la Creación en ti y reconocer la verdad de quién eres y cuál es tu camino.  Persiste.  Dios/Diosa jamás deja de responder el reclamo de la Luz de la Verdad.  Pronto, te alinearás y vivirás desde la conciencia y la vivencia plena de tu Ser.

Autora: Laura Foletto
Sitio Web: www.abrazarlavida.com.ar

“La conexión magnética entre el Sol y la Glándula Pineal (tercer ojo)”

La relación entre la Glándula Pineal y el Sol es un emblema de la relación entre el hombre y el cosmos. Probablemente uno de los ejemplos más estimulantes y significativos del principio hermético más citado en el ámbito de la esoteria: “cómo arriba, es abajo” (la holofrástica de la existencia). Un principio de correspondencia que pese a ser el fundamento cognitivo de la “ciencia” antes de la ciencia, es decir de los padres de la ciencia (de personajes como Paracelso, Giordano Bruno y el mismo Isaac Newton, quien hizo una traducción de la Tabla Esmeralda), ha sido relegado al terreno de la superstición o del pensamiento mágico; relumbrando herejía en la estructura racional de la mente científica. Sin embargo, hoy en día tenemos evidencia “científica” que sugiere convincentemente que el cosmos –”el mundo de las esferas”—tiene una influencia en la psicobiología humana.  Y la clave para entender esta “influencia”, no ya sólo desde el plano simbólico de la astrología, es la glándula pineal, ese gran misterio de la psique.
Este acercamiento a este enigmático tema –sin duda una de las vetas centrales del misticismo humano—viene a colación de las recientes tormentas solares que han estado arribando al planeta con renovada intensidad, como generalmente ocurre en julio, pero marcando esta vez una especie de despertar dentro del ciclo de 11 años de nuestra estrella central. La posibilidad de que nuestro estado de ánimo e incluso nuestro estado de salud general se vea afectado por una emanación de partículas energéticas en el Solhace algunos años le habría parecido como una aberración o un anatema a la mayoría de los científicos; hace cientos de años, les habría parecido como algo completamente natural e ineludible. Hoy en día algunos estudios, y sobre todo un entedimiento del funcionamiento de los campos magnéticos y de la glándula pineal, muestran claramente que las llamadas tormentas solares inciden en nuestro estado de ánimo y en nuestro comportamiento.

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La percepción del yo podría ser una ilusión del cerebro

Un estudio de imagen con LSD muestra por primera vez cómo esta droga altera la consciencia y la ilusoria realidad que nos rodea.

La realidad es inconcebible sin un sujeto que la experimente, sin un ego.

La realidad es inconcebible sin un sujeto que la experimente, sin un ego.

El ácido lisérgico (LSD) es una droga, químicamente relacionada con la serotonina, que produce un estado parecido a la psicosis. Sus efectos los descubrió accidentalmente el químico suizo Albert Hofmann en 1943, cuando trabajaba con ella en el laboratorio. Había logrado sintetizarla en 1938, a partir del cornezuelo del centeno.
Esta droga semisintética produce sus efectos a cantidades muy bajas, como pudo comprobar Hofmann: «En la fase final de la síntesis, al purificar y cristalizar la diamida del ácido lisérgico en forma de tartrato me perturbaron en mi trabajo unas sensaciones muy extrañas. Tuve que interrumpir a media tarde mi trabajo en el laboratorio y marcharme a casa, pues me asaltó una extraña intranquilidad acompañada de una ligera sensación de mareo. En casa me acosté y caí en un estado de embriaguez no desagradable, que se caracterizó por una fantasía sumamente animada. En un estado de semipenumbra y con los ojos cerrados (la luz del día me resultaba desagradablemente chillona) me penetraban sin cesar unas imágenes fantásticas de una plasticidad extraordinaria y con un juego de colores intenso, caleidoscópico. Unas dos horas después este estado desapareció».
El químico sospechó enseguida que aquel extraño episodio debía estar provocado por la sustancia con la que acababa de trabajar, el tartrato de la dietilamida del ácido lisérgico. «No lograba imaginarme cómo podría haber resorbido algo de esta sustancia, dado que estaba acostumbrado a trabajar con minuciosa pulcritud, pues era conocida la toxicidad de las sustancias del cornezuelo. Pero quizás un poco de la solución de LSD había tocado de todos modos la punta de mis dedos al recristalizarla, y un mínimo de sustancia había sido reabsorbida por la piel», explica Hofmann.

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Este curioso experimento muestra cómo funciona la sociedad

Un grupo de científicos metió a 5 monos en una jaula en medio de la cual había una escalera con plátanos arriba de ella.

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Cada vez que uno de los monos subía las escaleras para agarrar un plátano, a los demás les arrojaban agua fría desde afuera.

monos 2

Así, luego de un tiempo, los monos empezaron a atacar a aquel que intentara subirse a las escaleras.

monos 3

Después de esto, ningún mono se atrevía a hacerlo a pesar de la gran tentación.

monos 4

Los científicos sustituyeron un mono por otro. Naturalmente, lo primero que hizo el nuevo mono fue subir las escaleras.

monos 5

Lo atacaban cada vez que intentaba llegar a los plátanos. Pronto dejó de hacerlo sin entender por qué los demás reaccionaban de esta manera.

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¿Somos Esferas?

Este post es una reflexión, propiciada por una de
las experiencias más impactantes y vívidas que me han ocurrido.
Quisiera que el lector la tomara con liviandad que
posee un vencejo a la hora de salir del nido que son 28 gramos.
También considero importante recalcar que no
canalizo absolutamente nada, o eso creo y también espero que así sea. Ya que no
quiero dejar influenciarme por ninguna entidad que pueda intoxicarme con su
palabrería halagadora y empalagosa.
Es difícil afirmar que nadie me ha mostrado lo que a
continuación les voy a relatar, porque obviamente creo que hay alguien que así
me lo ha querido mostrar, lo que no puedo decir es de quién se trata ni sus
intenciones.
“Simplemente expongo lo que he podido percibir o se
me ha mostrado ahí fuera, tal y como mi cerebro lo ha interpretado”
Se me hace complicado transmitir las sensaciones con palabras y más si no eres un erudito del lenguaje, tal y como es mi caso, pero
intentaré ser lo más claro y conciso en las descripciones, que no solo eran
perceptivas de vista y oído si no que también se componían de un fuerte e
intenso componente emocional.

Febrero 2015
Esta experiencia ocurrió de manera súbita, sin
preaviso, sin preparación previa por mi parte, no la busqué, por raro que
parezca, esta vez no fue así.
Estando en la cama durmiendo plácidamente, de
repente me desperté en el estado habitual de alteración de conciencia, con
plena consciencia de todo lo que me rodeaba.

Algo en mí me insinuó que no me alterara ni tuviera
miedo, como advirtiendo lo que a continuación estaba por suceder.

De repente, me vi girando en el aire de manera vertiginosa en
espiral, a toda velocidad. Como si algo tirara de mí de manera irremediable.
Atravesé el cabecero de la cama (en plano astral,

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Los problemas de esperar que los demás actúen como lo harías tú

Una de las peores trampas en las que podemos caer es esperar que las personas actúen como lo haríamos nosotros. De hecho, ese es precisamente el origen de muchos de nuestros problemas, y a menudo también de nuestras mayores decepciones. Esperamos que las personas muestren nuestro mismo grado de sinceridad, compromiso o madurez, y nos sentimos mal cuando constatamos que no es así.

La trampa mortal de las expectativas

Todos tenemos expectativas, sobre todo en lo que se refiere a las relaciones interpersonales. Los padres y las madres esperan que sus hijos sean solícitos y respetuosos, las parejas esperan que su compañero sentimental les ame y les sea fiel y los amigos esperan que les apoyemos en cualquier situación. A lo largo de los años hemos ido formando un entramado de expectativas que hemos depositado sobre los demás. Y por supuesto, también cargamos con las expectativas que los otros han puesto sobre nuestros hombros.
De hecho, a veces estamos tan metidos dentro de la tela de araña de expectativas que hemos construido que creemos que lo que pensamos, sentimos o hacemos es la norma. Creemos que todos deben actuar, a grandes rasgos, como lo hacemos nosotros, y si no lo hacen les juzgamos duramente, nos enfadamos o nos sentimos profundamente decepcionados.
El principal problema de poner el listón tan alto o pensar que todos deberían actuar como lo haríamos nosotros es que terminamos frustrados cuando nos damos cuenta que la realidad no se corresponde con nuestras expectativas. Por tanto, alimentar desmedidamente las expectativas es el camino más directo y rápido hacia la infelicidad.

Las expectativas son como una apuesta que estamos seguros que vamos a ganar

Las expectativas no son más que una suposición de cara al futuro, es como si estuviéramos apostando a que algo sucederá. Sin embargo, al igual que en las apuestas, existe la posibilidad de que lo que tanto ansiamos no ocurra. El problema es que al amasar nuestras expectativas no calculamos esa posibilidad, por lo que nos sentimos defraudados cuando descubrimos que hemos hecho una apuesta perdedora. Sin embargo, no podemos culpar a los demás por decepcionarnos, en todo caso, debemos «culparnos» por esperar demasiado de ellos.
Obviamente, no podemos deshacernos por completo de nuestras expectativas. Ese tampoco es el objetivo. De hecho, existen ciertas expectativas que son “comprensibles”, como esperar que nuestros hijos nos respeten o nuestra pareja esté comprometida con la relación. Estas expectativas son, de cierta forma, pilares sobre los que se sustentan las relaciones sanas y positivas.
No obstante, hay ocasiones en las que las expectativas son irreales, demasiado altas o prácticamente sin ninguna base. En ese caso, hay que aprender a minimizarlas ya que cuanto menos esperemos, más podremos encontrar y recibir. Esta idea sienta sus bases en la filosofía budista, la cual hace referencia a la “mente expectante” para indicar el sufrimiento que se autoinfligen las personas cuando llenan su mente de ideas preconcebidas y expectativas irreales.
A primera vista esta idea puede parecer pesimista, algunos pueden pensar que se trata de no esperar nada de la vida ni de las personas que nos rodean, pero en realidad implica asumir una actitud diametralmente opuesta. Cuando reducimos nuestras expectativas pero nos mantenemos abiertos al mundo, sin anticiparnos a lo que sucederá de manera expectante y hasta angustiosa, aprendemos a disfrutar más del aquí y ahora.
Minimizar nuestras expectativas es, en el fondo, darle una oportunidad al mundo y a las personas para sorprendernos. Implica asumir una actitud menos demandante y más abierta. A la larga, también nos permitirá ser más felices ya que nos evitará continuas decepciones y frustraciones.

¿Cómo dejar de esperar demasiado de los demás?

En vez de esperar demasiado de los demás, sería más inteligente esperar más de nosotros mismos. Las personas son muy complejas y a veces actúan de forma impredecible, por lo que pueden fallarnos, de la misma manera en que nosotros podemos fallarles a ellas por mil motivos diferentes. Por eso, es conveniente asumir una actitud más abierta y menos expectante, ganaremos en tranquilidad y felicidad.
1. Asume que nadie es perfecto, tampoco tú lo eres. No tienes por qué asumir el rol de juez, nadie es perfecto ni tiene la verdad en la mano. Asume que todos somos personas, intentando hacer las cosas como mejor podemos, y que los errores forman parte del aprendizaje, aunque a veces sean dolorosos. No juzgues a los demás usando tu propia vara, sobre todo si no has caminado con sus zapatos.
2. Respeta la individualidad. Disminuir las expectativas sobre los demás también implica respetar su identidad, dejarles cierta libertad para que actúen según sus valores y deseos. Las personas no tienen por qué comportarse como tú, ni seguir tus normas. Lo que es válido para ti, no tiene que ser válido para los demás. De hecho, cuando dejamos de esperar que las personas sean perfectas, comienzan a gustarnos por lo que realmente son.
3. Acepta que no siempre debes recibir algo a cambio. En muchas ocasiones vamos por la vida como si fuéramos acreedores, pensamos que porque hayamos hecho algunos favores, los demás están en deuda con nosotros. Sin embargo, si vamos a hacer el bien, es mejor que lo hagamos porque ello nos complace, no esperando recibir algo a cambio. De hecho, la verdadera felicidad no consiste en recibir, sino en dar.
4. Asume que tu felicidad depende de ti. En ocasiones, poner las expectativas en los demás significa responsabilizarles por nuestra felicidad. Condicionamos nuestra felicidad a sus comportamientos, de manera que nos volvemos dependientes de sus reacciones. Sin embargo, solo nosotros somos responsables de nuestra felicidad, por tanto, asegúrate de que tus expectativas no sean una excusa para ser infeliz.
5. Céntrate en la lección. Si en algún momento te has sentido mal porque tus expectativas no se han cumplido, aprovecha esa señal de alarma para hacer un examen de conciencia. ¿Se trataba de expectativas irreales? ¿Qué puedes aprender de esa situación? Aprovecha ese “revés” para desarrollar la resiliencia y adoptar una actitud menos expectante.
En todo caso, haz tuya esta frase de Denis Waitley: “Espera lo mejor, planea para lo peor y prepárate para sorprenderte”.

Rincón de la Psicología

Guía de supervivencia frente a los DRONES, para los nuevos tiempos que vienen

Que buena iniciativa la de este holandés que ha publicado un manual para defenderse de los cada día más frecuentes DRONES. Pronto las guerras se harán drones peleando contra drones y yo a esa guerra no voy a ir. Pero los ciudadanos pronto tendremos encima de nuestras cabezas montones de drones con cámaras de vigilancia. Y eso, a mi, no me hace ni pizca de gracia. Así que bienvenidos sean estos apuntes para DEFENDERNOS de los Drones.

Guía de Sobrevivencia Contra Drones

  • Vigilancia
  • Ataque
  • Vigilancia Militar
  • Vigilancia Doméstica
  • Consumo

Sólo para uso No-Oficial

Despliegue global de Drones por parte de la milicia de Estados Unidos

Observación de aves en el siglo 21

Nuestros ancestros podían identificar a los depredadores naturales desde lejos por su silueta. ¿Estamos igualmente al tanto de los depredadores en el presente? LosDrones son planeadores de control remoto que pueden ser utilizados para cualquier fin desde vigilancia y aplicación de fuerza letal hasta para operaciones de rescate e investigación científica. Hoy en día los Drones son utilizados en su mayoría por poderes militares para vigilar y atacar vía control remoto, y sus números están creciendo. La Administración Federal de Aviación (FAA) predijo en 2012 que dentro de 20 años podría haber alrededor de 30,000 Drones volando únicamente sobre suelo Estadounidense. Dado que las aves robóticas serán comunes en el futuro cercano nosotros debemos de prepararnos para identificarlas. Esta guía de sobrevivencia es un intento para familiarizarnos a nosotros y a futuras generaciones con un entorno tecnológico cambiante.

Este documento contiene las siluetas de los tipos de Drones más comúnmente utilizados hoy en día y en el futuro inmediato. Cada uno indica su nacionalidad y si es usado como fuerza letal o soló para vigilancia. Todos los Drones se encuentran dibujados a escala para señalar su tamaño. Desde los Drones más pequeños de consumo doméstico que se extienden menos de 1 metro hasta el Global Hawk cuya longitud es de 39.9 metros. Para mantener este documento ampliamente disponible puede ser descargado en formato .pdf o .doc. Con el tiempo nuevas traducciones serán puestas a disposición.

ACLARACIÓN: El presente documento es sólo para fines informativos y con la intención de distribuir información públicamente disponible de manera gratuita. No condonamos el comportamiento violento o destructivo contra personas o propiedad de ninguna manera. Todo el contenido puede ser distribuido, adaptado y traducido sin fines de lucro. Disponible gratuitamente en el sitio.www.dronesurvivalguide.org

Para ocultarse de los Drones

Los Drones están equipados con cámaras altamente poderosas que pueden detectar personas y vehículos a una altura de muchos kilómetros. Casi todos los Dronescuentan con visión nocturna, y/o cámaras infrarrojas conocidas como sensores FLIR. Éstas pueden ver señales de calor humano desde lejos, de día o de noche.

Sin embargo existe forma de esconderse de ellos.

  1. Camuflaje diurno: Ocúltese en las sombras de edificios y árboles. Utilice los bosques densos como camuflaje natural o use redes camufladas.
  2. Camuflaje nocturno: Ocúltese dentro de edificios o bajo la protección de los árboles y el follaje. No use linternas o los faros de los vehículos, aún a grandes distancias los Drones pueden detectarlas con facilidad durante misiones nocturnas.
  3. Camuflaje térmico: Las mantas de emergencia (también conocidas como mantas espaciales) hechas de Mylar pueden bloquear rayos infrarrojos. El portar una manta espacial como poncho en la noche ocultará su señal térmica de la detección infrarroja. En verano cuando la temperatura oscila entre 36°C y 40°C las cámaras infrarrojas no pueden distinguir entre un cuerpo y su entorno.
  4. Espere al mal tiempo: Los Drones no puede operar en vientos rápidos, humo, tormentas o en condiciones climáticas severas.
  5. Sin comunicación inalámbrica: Utilizar comunicación móvil o GPS posiblemente delatará su localización.
  6. Desplegar trozos de espejo o de algún material reflejante sobre un auto o en una azotea confundirá la cámara de los Drones.
  7. Señuelos: Use maniquíes o muñecas de tamaño humano para distraer a los Dronesdurante el reconocimiento.

Hackeando Drones

Los Drones son controlados de manera remota. Los pilotos que operan la nave pueden estar a miles de kilómetros de distancia en estaciones de Control Terrestre. El piloto controla la nave mediante una señal de datos transmitida vía satelital. Uno puede interferir con el control de los Drones si intercepta o interfiere con la señal de datos. Ésta señal puede estar encriptada pero muchas veces no es así.

  1. Intercepción. Una técnica sofisticada es utilizar software de captura aérea con un disco satelital y un sintonizador de señal de TV para interceptar las frecuencias de los Drones. Tanto la comunicación entrante como saliente puede ser interceptada.
  2. Al transmitir en una o en varias frecuencias distintas el enlace entre la nave y el piloto puede ser desconectada.
  3. Engañar al GPS. Pequeños transmisores GPS portátiles puede enviar señales falsas y perturbar los sistemas de navegación de los Drones. Esto puede ser usado, por ejemplo, para que sigan un recorrido de vuelo autodestructivo o incluso piratearlos para que aterricen en una pista.

Fuentes:

« Health Ranger’s intelligence analysis of military drones: payloads, countermeasures and more » (« Analisis de Drones militares : capacidades, contramedidas y más »), Mike Adams, http://www.naturalnews.com, Julio 16 2012.

« The Al-Qaida Papers – Drones » (« Los docuentos de Al-Qaeda  – Drones »,), AP, Febrero 2013. Este documento es uno de muchos encontrados por The Associated Press en edificios ocupados por guerreros de Al-Qaida en Timbuktú, Mali.

« Evading Thermal Imaging And Radar Detection » (« Evadiendo la detección térmica e infrarroja »), Fuerzas Militares Especiales de Estados Unidos.

Fuente: http://www.dronesurvivalguide.org/

Guía de supervivencia frente a los DRONES, para los nuevos tiempos que vienen