Durante miles de años los descendientes de la Hermandad de Babilonia han creado una extensa red de sociedades secretas interconectadas para hacer cumplir sus planes, que han incluido guerras y crisis económicas, con el objetivo puesto en un Nuevo Orden Mundial. Para ello, y de una manera coordinada, han estado manipulando los gobiernos y las vidas de la Humanidad. Estas redes se apoderaron del control de las instituciones que han representado el poder real, político y religioso, incluyendo la creación de los Estados Unidos, que aparentemente todavía está al servicio de la Hermandad Babilónica en Londres. Tres de las más importantes de las sociedades secretas surgieron públicamente durante el siglo XII. Todavía existen en la actualidad y tienen entre sus miembros las máximas personalidades de la política mundial, la banca, los negocios, el ejército y los medios de comunicación. Estas sociedades secretas son los Caballeros Templarios, los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén y los Caballeros Teutónicos. La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, también llamada la Orden del Temple y cuyos miembros son más comúnmente conocidos como caballeros templarios, fue una de las más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media. Se mantuvo activa durante poco menos de dos siglos. Se supone que fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payens, tras la Primera Cruzada. Su supuesto propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista. La orden fue reconocida por el patriarca latino de Jerusalén, Garmond de Picquigny, quien les impuso como regla la de los canónigos agustinos del Santo Sepulcro. Aprobada oficialmente por la Iglesia católica en 1129, durante el Concilio de Troyes, la Orden del Temple creció rápidamente en tamaño y poder. Los caballeros templarios empleaban como distintivo un manto blanco con una cruz paté roja dibujada en él. Militarmente, sus miembros se encontraban entre las unidades mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas. Los miembros no combatientes de la orden gestionaron una compleja estructura económica dentro del mundo cristiano. Crearon, incluso, nuevas técnicas financieras que constituyen una forma primitiva del moderno sistema bancario. La orden, además, edificó una serie de fortificaciones por todo el mar Mediterráneo y Tierra Santa.
David Vaughan Icke es un escritor y conferenciante británico. Desde 1990 se ha dedicado a buscar “quién/quienes controlan el mundo” y a escribir libros y artículos polémicos. Icke ha sido reportero, presentador deportivo, y portavoz del Partido Verde del Reino Unido. También es autor de más de veinte libros, en los cuales explica sus puntos de vista junto a los resultados de sus indagaciones sobre diferentes temas, principalmente referidos al supuesto control mundial por unos pocos seres humanos y con especial hincapié en los Illuminati, en su mayoría magnates y miembros de diferentes realezas, actuando conjuntamente con seres extraterrestres, los cuales llevarían ejerciendo su dominación sobre la humanidad desde sus albores. Según Icke, hay una fuerza oculta que controla a la humanidad. Los llama Illuminati, aunque reconoce que es una sociedad secreta sin nombre, que podría basarse en la llamada Hermandad de la Serpiente o Hermandad de Babilonia. Esta sociedad secreta u “hombres en las sombras” tienen una agenda que tiene como principal objetivo la instauración de un gobierno mundial de corte fascista; una dictadura controlada por las élites mundiales, muy en línea con lo descrito por George Orwell en su novela 1984. Esta elite mundial está conformada por varias familias poderosas, dentro de las cuales Icke posiciona a los Bush, los Rockefeller, los Rothschild y la familia real de Inglaterra, entre otros. Además argumenta que todos tienen la misma línea sanguínea, que viene esparciéndose por las aristocracias mundiales desde los reyes de Sumeria hasta los actuales. Me he basado, en gran parte, en su libro “El Mayor Secreto” para escribir este artículo.
El éxito de los templarios se encuentra estrechamente vinculado a las Cruzadas. La pérdida de Tierra Santa derivó en la desaparición de los apoyos de la orden. Además, los rumores generados en torno a la secreta ceremonia de iniciación de los templarios crearon una gran desconfianza. Felipe IV de Francia, fuertemente endeudado con la orden y atemorizado por su creciente poder, comenzó a presionar al papa Clemente V con el objeto de que tomara medidas contra sus integrantes. En 1307, un gran número de templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo tortura y posteriormente quemados en la hoguera. En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden. Su brusca desaparición dio lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo el nombre de los caballeros templarios hasta nuestros días. Los Caballeros Hospitalarios han cambiado su nombre varias veces, ya que se llamaron los Caballeros de Rodas y actualmente son los Caballeros de Malta en su versión católica, mientras que en su versión protestante son conocidos como los Caballeros de San Juan de Jerusalén. Como Caballeros de Malta su cabeza oficial es el Papa y sus oficinas centrales están en Roma. Como Caballeros de San Juan están ubicados en Londres y su cabeza oficial es el Rey (o Reina) de Inglaterra. Las alas católica y protestante son de hecho la misma organización al más alto nivel. Los Caballeros Templarios supuestamente fueron constituidos aproximadamente al mismo tiempo en 1118, aunque esto podía haber sido al menos cuatro años más temprano y fueron primero conocidos como los Soldados de Cristo. Los Templarios están rodeados de misterio y contradicción, pero es conocido que dedicaron la orden a la “Madre de Dios“. Los Caballeros Templarios promovieron una imagen cristiana como una cobertura y por tanto la Madre de Dios se creyó que era María, la madre de Jesús. Pero para aquellas sociedades secretas la Madre de Dios es un símbolo de Isis, la virgen madre del Hijo de Dios egipcio, Horus, y la esposa del dios del Sol, Osiris, según la mitología egipcia. Isis, a su vez, es otra denominación para la Reina Semíramis, madre de Tammuz y esposa de Nimrod, monarca mítico de Mesopotamia, mencionado en el capítulo 10 del libro de Génesis, quien además figura en numerosas leyendas. Isis / Semíramis también es conocida por otros nombres en las varias regiones. Entre estos nombres podemos destacar a Barati, Diana, Rea, Minerva, Afrodita, Venus, Hécate, Juno, Ceres o Luna. Se dice que representan simbólicamente a la Luna y a la energía femenina.
Todos estos nombres están inspirados en Ninkharsag, la “Diosa Madre” de los Anunnaki. Una serie de dioses antiguos, como Nimrod / Osiris, representan el poder del Sol, lo masculino. Éste era el conocimiento en base al que los Templarios fueron fundados y su inspiración de origen fenicio / ario puede ser vista en su símbolo de la cruz roja sobre un fondo blanco, la cruz de fuego o símbolo del Sol de los fenicios. Asimismo esta cruz está representada en la bandera de Inglaterra. Los templarios afirmaron haber tenido como objetivo proteger a peregrinos en Tierra Santa, pero durante los primeros nueve años parece que había sólo nueve caballeros, lo que no aportaría mucha protección. De hecho, parece que fueron constituidos como protectores y ala militar de una sociedad secreta llamada la Orden de Sión, posteriormente conocida como el Priorato de Sión. La palabra Sión viene de Siona, el antiguo nombre sánscrito / ario para representar el Sol. Entre los posteriores Grandes Maestres del Priorato de Sión estaba el genial Leonardo da Vinci, quien fue patrocinado por los Médicis, la familia de la Nobleza Negra Veneciana y representantes de la Banca. Se dice que también patrocinaron a Cristóbal Colón. Entre los más importantes patrocinadores iniciales de los Templarios estaba San Bernardo, el fundador de la orden Cisterciense, así como la familia francesa St Clair, que posteriormente se convirtió en la familia escocesa Sinclair después de que se instalaron en Escocia luego de la invasión normanda de Gran Bretaña por Guillermo el Conquistador en 1066. Guillermo I de Inglaterra (1028 – 1087), más conocido como Guillermo el Conquistador y a veces llamado Guillermo el Bastardo, fue el primer rey de Inglaterra de origen normando, con un reinado que se extendió desde 1066 hasta su muerte en 1087. Descendiente de vikingos, desde 1035 fue duque de Normandía con el nombre de Guillermo II. Tras una larga lucha por afianzar su poder, hacia 1060 su dominio sobre Normandía estaba consolidado y por ello comenzó a planear la conquista de Inglaterra, que inició en 1066. El resto de su vida estuvo marcada por incesantes luchas por el mantenimiento de sus posesiones, tanto en Inglaterra como en el norte de Francia, y por las dificultades con su hijo primogénito. Guillermo era hijo de Roberto I, duque de Normandía, y de su amante Arlette de Falaise. Su condición de hijo ilegítimo y su juventud le causaron numerosas dificultades cuando sucedió a su padre, así como la anarquía que se extendió por sus dominios en los primeros años de su reinado. Durante su infancia y adolescencia los nobles normandos lucharon entre sí tanto para controlar al joven duque como para beneficio propio. En 1047 Guillermo sofocó una rebelión y comenzó a afianzar su poder sobre el ducado, un proceso que no culminó hasta 1060. En la década de 1050 contrajo matrimonio con Matilde de Flandes, con lo que consiguió un poderoso aliado en el vecino condado de Flandes. En esa misma época Guillermo situó a varios de sus partidarios como obispos y abades de la iglesia normanda. La consolidación del poder le permitió expandir sus horizontes y en 1062 se aseguró la provincia vecina de Maine.
Desde la década de 1050 Guillermo era pretendiente al trono de Inglaterra, entonces en manos de su primo Eduardo el Confesor, que no tenía descendencia. Sin embargo, no era el único que codiciaba la corona inglesa, pues tenía un poderoso rival, el conde inglés Haroldo Godwinson. Éste fue nombrado como su sucesor por el propio rey Eduardo en su lecho de muerte en enero de 1066, pero Guillermo argumentó que el rey de Inglaterra le había prometido en el pasado que el trono sería suyo y que el propio Haroldo había jurado apoyarlo. Por ello, el duque normando puso en marcha la intervención militar y preparó una gran flota y un poderoso ejército que desembarcó en el sur de Inglaterra en septiembre de 1066 y derrotó a las fuerzas de Haroldo en la batalla de Hastings el 14 de octubre. Guillermo fue coronado rey de Inglaterra en Londres el día de Navidad de 1066. Tras realizar las gestiones necesarias regresó a Normandía en 1067, pero en los siguientes años se produjeron numerosos alzamientos militares ingleses contra los invasores normandos, que no fueron completamente sofocados hasta 1075. Los últimos años de la vida de Guillermo estuvieron protagonizados por las dificultades en sus dominios del norte de Francia, por problemas con su hijo mayor y por diversas amenazas de invasión de Inglaterra por parte de los danos, una tribu germánica septentrional, de Escandinavia. En 1086 Guillermo ordenó la creación del libro Domesday, un exhaustivo registro de la propiedad de todas las tierras de Inglaterra y sus formas de explotación. El rey Guillermo murió en 1087 mientras estaba en una campaña contra sus enemigos en el norte de Francia y fue enterrado en Caen. Su reinado de Inglaterra estuvo marcado por la construcción de un gran número de castillos y fortalezas para afianzar su control, el asentamiento de la nueva nobleza normanda en la isla y el cambio total en la composición del alto clero inglés. No intentó integrar todas sus posesiones en un solo imperio, sino que prefirió administrarlas por separado. A su muerte los dominios fueron divididos: su hijo mayor Roberto se quedó con Normandía y su segundo hijo, Guillermo, con Inglaterra. Los St Clair / Sinclairs pertenecían a la Hermandad de Babilonia y el conocimiento de sus planes era el gran secreto mantenido por la élite de los templarios. El primer Gran Maestre de los Caballeros Templarios fue Hughes de Payens, que se les unió en 1124. Era un noble francés, aliado del Conde de Champaña, y estaba casado con una mujer escocesa de descendencia normanda llamada Catherine St Clair. El primer centro Templario o fuera de Tierra Santa fue construido en la propiedad de los St Clair en Escocia.
Otros Templarios de los inicios incluían al Conde d’Anjou, que era el padre de Geoffrey Plantagenet y el abuelo del rey Inglés Enrique II. Fue Enrique el que patrocinó la construcción de la famosa abadía benedictina en Glastonbury, en el oeste de Inglaterra, un sitio sagrado desde tiempos antiguos. Los Templarios estaban conectados con los Caballeros Hospitalarios o Caballeros de Malta al más alto nivel y estas vinculaciones continúan actualmente. Hay muchos relatos de períodos de conflicto entre ellos, pero en los círculos más altos de poder son diferentes ramas de la misma organización. En junio de 1099 fue dado otro golpe glorioso cuando cruzados cristianos invadieron Jerusalén y masacraron a sus habitantesí. Esto reabrió la Ciudad Santa a los peregrinos cristianos, que empezaron a llegar en gran número a través de los puertos de Jaffa, Tiro y Acre. En la antigüedad Tiro fue uno de los centros principales para los fenicios. Los Caballeros Hospitalarios fundaron la Hostería Amalfi en Jerusalén, a fin de suministrar comida y refugio a los visitantes. Cuando la riqueza y prestigio de los Caballeros Hospitalarios crecieron, formaron un ala militar, que recibió el apoyo papal en 1118, el mismo año que los nueve caballeros fundadores de la Orden del Temple llegaron a Jerusalén para, supuestamente, proteger a los peregrinos. Los Templarios recibieron cuarteles contiguos al Monte del Templo, en donde estaba ubicado el Templo de Salomón. Algunos investigadores creen que los Templarios encontraron algo de gran valor, tal vez manuscritos o cantidades inmensas de oro, mientras excavaban bajo el Monte del Templo. Pero los eventos empezaron a moverse rápidamente después de 1126, porque fue entonces cuando el Gran Maestre, Hugues de Payens, dejó Jerusalén para captar nuevos reclutas y expandir la orden. Se dirigió de regreso a Francia para reunirse con San Bernardo, entonces abad de Clairvaux, y llevó consigo al tío templario de Bernardo, André de Montbard. Bernardo los recomendó al Papa Honorio II, por lo que los Templarios fueron constituidos oficialmente el 31 de enero de 1128 en el Concilio de Troyes. Este nombre deriva de Troya, la antigua gran ciudad aria en Asia Menor que también inspiró el nombre original de Londres. Entre sus símbolos, aparte de la cruz roja fenicia, estaba una bandera negra y blanca, formada por dos cuadrados, la calavera y las tibias cruzadas, y la atalaya. Todos estos símbolos han llegado hasta las organizaciones actuales de la Hermandad. Los cuadrados negros y blancos pueden ser encontrados en el pavimento de cada templo francmasón, porque los francmasones son los herederos de los Templarios bajo otro nombre. Muchas iglesias y catedrales, como la Abadía de Westminster y Notre Dame en París, también tienen cuadrados negros y blancos en su pavimento, porque las iglesias cristianas derivan de la Hermandad Babilónica.
La calavera y los huesos simbolizan los rituales de magia negra que la Hermandad ha empleado desde sus más temprano días. Si observamos el timbre papal, podemos ver que la cúpula de la basílica de San Pedro y las llaves cruzadas de Pedro también forman el mismo dibujo que la calavera y tibias cruzadas. Esta podría ser la razón de que la familia Calpurnio Piso, en relación a las historias del Evangelio, dijo que la ubicación de la crucifixión de Jesús era en un lugar llamado Gólgota, que significa calavera. El círculo interior de la Hermandad consiste en líderes religiosos y políticos que tienen conocimiento de un supuesto gran secreto, consistente en que la familia Calpurnio Piso, aristócratas en la antigua Roma, crearon la ficción del Nuevo Testamento, de la Iglesia, y del cristianismo. El Nuevo Testamento y todos los personajes en él aparentemente son ficticios. Los miembros de la familia Calpurnio Piso no solamente crearon la historia y los personajes, sino relacionaron la historia con un determinado tiempo y lugar en la historia, y lo conectaron con algunos personajes reales como los Herodesy los procuradores romanos. A mediados del primer siglo de la era actual, la aristocracia de Roma se sintió amenazada por un creciente problema. La religión judía crecía en gran número, agregando cada vez más prosélitos. Las cifras alcanzaban un 10% de la población del imperio y el 20% de la población que vivía al este de Roma. Aproximadamente la mitad o más de los judíos vivían fuera de Palestina, de los cuales muchos eran descendientes de prosélitos. Sin embargo, la ética y la moral del judaísmo eran incompatibles con la institución romana de esclavitud de la que la aristocracia se valía. Temían que el judaísmo se convirtiera en la principal religión del imperio. El autor romano, Anneo Séneca, tutor y confidente del Emperador Nerón, sugirió en una carta a su amigo Lucio Piso que fuera prohibido encender velas los sábados. Séneca es citado posteriormente por San Agustín en su obra Ciudad de Dios: ‘’Las costumbres (el Sabbath) de esta maldita nación, ha ganado tanta fuerza, que ahora es practicada en todas las tierras, los conquistados le imponen leyes a los conquistadores’’. La familia Piso, encabezada por el amigo de Séneca, Lucio Piso, se enfrentaba a este problema de forma muy personal. Ellos eran los Piso Calpurnio, descendientes de estadistas, cónsules, y de grandes poetas e historiadores. Cayo Lucio Calpurnio Piso, el líder de la familia, se había casado con Arria la Menor, biznieta de Herodes el Grande. En repetidas ocasiones, fanáticos religiosos gestaban insurrecciones contra Herodes de Judea, que era pariente por líneas de sangre con la esposa de Cayo Lucio .
Piso deseaba robustecer el control de la familia de su esposa en Judea. Los Piso buscaban una solución a los dos problemas. La encontraron en los libros sagrados judíos, que fueron el fundamento tanto de la rápida propagación de la religión como de la negativa de los fanáticos zelotes judíos de ser gobernado por marionetas de Roma.’ Los Piso se burlaban y a la misma vez se maravillaban de la creencia judía en sus libros sagrados. Por lo tanto, creían fehacientemente que un nuevo libro judío sería el método ideal para pacificar a los judíos y reforzar el control en el país. Hacia el año 60 d.C., Lucio Calpurnio Pisón compone Ur Marcus, la primera versión del Evangelio de Marcos, que ya no existe. Fue alentado por su amigo Seneca y asistido por un pariente de su esposa, el joven Persio, el poeta. Popea, la amante de Nerón y más tarde su esposa, era pro-judía, y Nerón se opuso al plan. El resultado fue la conspiración de los Piso para asesinar a Nerón, tal como detalló el historiador Tácito. Pero este intento fracasó y Nerón hizo que Séneca, Piso y sus compañeros de conspiración fueran ejecutados, obligándoles a cometer suicidio. Nerón envió al hijo menor de Piso, Arrio, a Siria como gobernador. Este puesto, le dio también el comando de las legiones apostadas en Judea. Arrio Calpurnio Piso provoco deliberadamente la revuelta judía en el año 66 d.C. para así poder destruir el Templo de Jerusalén, ya que los judíos no estaban dispuestos a aceptar el Evangelio de Marcos de su padre. El objetivo planificado fue pacificar al pueblo judío. Sin embargo, su legión fue emboscada por los fanáticos zelotes en el paso de Beth Horon y casi fue destruida. La reacción de Nerón fue exiliar a Arrio a la región de Pannonia, para comandar una legión, mientras que envió a Vespaciano a Judea para sofocar la revuelta. Nerón fue asesinado por su propio esclavo Epaphroditus que, sin Nerón saberlo, era un lacayo del joven Piso. Galba se convirtió en emperador y nombró al primo de Piso, Liciniano Piso, como su sucesor, pero Galba a su vez fue derrocado luego por Otho. Otho fue destronado por Vitelio, al que en este punto de la historia Piso y sus amigos comenzaron a conspirar en su contra. Los Piso, Muciano y Tiberio Alejandro, que era primo de Piso, cerraron filas tras Vespasiano con miras de derrocar a Vitelio. Arrio Calpurnio Pisón seguía al mando de la Séptima Legión en Pannonia, en la actual Austria-Hungría, enviado por Vespasiano al sur, a través de los Alpes, para derrocar a Vitelio. Mientras tanto, el cuerpo principal de las legiones de Vespasiano marcharon, bajo el mando de Muciano, desde el este hacia Roma. Piso logró derrotar al ejército de Vitelio y asegurar Roma para Vespasiano. Muciano llegó y rápidamente fue enviado a Judea para ayudar a Tito durante el sitio de Jerusalén. Así se hizo, y en el 70 d.C asaltaron la ciudad y quemaron el templo, asesinando a miles de judíos y enviando a otros millares a la esclavitud y a los campos de gladiadores.
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