Archivo por días: septiembre 14, 2014

vania Resistencia a ver

Mientras tu estado mental y emocional no sea lo más importante para ti en cada instante, no importa nada de lo que hagas, ni la importancia que tenga para ti. No importa lo urgente que creas que es cada asunto en el que te involucras para no ver nada más. Ni importan las consecuencias de no haberte ocupado “responsablemente” de ello ni ningún tipo de desenlace posible. Cada situación en la que decidiste involucrarte “afuera” era sólo una excusa más para no mirar la causa de todas ellas.

Es más honesto aquietarse por unos instantes y reconocer que en realidad no quieres ver. Ese reconocimiento libera a la mente de una gran tensión. Reconoces esa tensión cada vez que piensas en detener tu mente un momento de la vorágine de su absurda e inconsciente actividad, tan importante para ti. Mediante la práctica con los ejercicios puedes comprobar el enorme rechazo que sientes al pensar en aquietarte por un rato, y cómo tu mente trata de evadir ese momento en el que le entregas tu mente al Espíritu en paz. Por lo tanto, la paz no es lo que deseas todavía. El problema de no reconocer esto consiste en la enorme cantidad de tiempo que pierdes creyendo que quieres lo que todavía no deseas encontrar.

Podemos ser honestos hoy y reconocer esto: que la paz es algo que te asusta, algo que contradice tu idea del mundo, de tus relaciones e incluso de ti mismo. Por lo tanto, llevar a tu mente a la paz por un momento sólo puede producir miedo, ya que en la paz el ego no puede prevalecer. Y si el ego es lo que crees que eres, creerás que en la paz mueres. Ésa es la razón por la que la práctica de los ejercicios resulta tan confrontante, la razón por la que olvidas con tanta facilidad el único propósito para el cual viniste a este mundo, y la razón por la cual mantienes una guerra oculta en tu mente hacia el contenido de este Curso.
Tal vez no sea eso lo que compartas con otros, y de lo que te escuchen hablar sea de las maravillas que has logrado y una cierta serenidad con respecto al pasado. Pero recuerda que el ego es muy astuto, y enarbolará esos pequeños logros para mantenerte entretenido con ellos, y ocultar hábilmente aquello que todavía no estás dispuesto a sanar. Podrá mantenerte en ese estado durante mucho tiempo. Tal vez incluso abandones este mundo sin haber reconocido esa negación a ver lo que te hacía daño, oculto tras mínimos logros y pequeños y tímidos avances.

No te conformes con la miseria que el ego te ofrece. Eres un Hijo de Dios, y sólo la perfecta paz es tu herencia. Detente las veces que sea necesario para ver cómo te sientes, para observar por qué te sientes así, por qué estás triste. Si eso no es importante ¿qué es importante para ti? ¿qué otra cosa requeriría más fervientemente tu atención que observar los obstáculos que te impiden ser plenamente dichoso para que sean deshechos para siempre? Y si la paz no es tu prioridad ¿por qué te extrañas cuando a pesar de la práctica de este Curso no eres plenamente feliz?

El Espíritu no quiere quitarte lo poco que tienes y que tanto valoras. Pero es importante que tú te des cuenta de qué se trata ese “tesoro” que tratas de proteger de la luz de la verdad. Porque mientras no lo veas, seguirás mirando en otra dirección, y lo único que verás serán las proyecciones de eso que te has negado a ver para ser liberado.
Cada instante de quietud que le ofreces a tu mente es una invitación al Espíritu en ella. Y cuando el ego se da cuenta de esta invitación te incita a mirar inmediatamente en otra dirección, para que salgas corriendo tras ilusiones de responsabilidades, necesidades, planes, obligaciones y demás estratagemas que te hagan olvidar que tu única responsabilidad como un obrador de milagros es aceptar la Expiación para ti mismo.

Practicar la salvación no debiera ser algo agotador. Tú mismo reconoces, cuando eliminas las resistencias iniciales a estar en paz, que eso es lo que realmente deseas. Pero una vez que vuelves al caos lo olvidas. Decir que no tienes tiempo para estar en paz es una clara negación a ser libre. Una resignación explícita a la dependencia, la esclavitud, la enfermedad, la tristeza y la depresión constante.
Porque ¿qué ocurriría si te dieras cuenta de que no hay nada en este mundo que merezca tu dedicación y tu tiempo, excepto el hecho de pasarlo de largo? Tendrías que replantearte muchas cosas y son realmente muy pocos los que están dispuestos a hacer este acto de humildad en el que reconocen simplemente que se equivocaron. Así que sencillamente cierran los ojos y siguen caminando hacia ninguna parte apresuradamente, siempre ocupados, para que parezca que hay algo importante que hacer aquí, justificando generalmente su falta de voluntad con algún “bien ajeno” que deben hacer para satisfacer la expectativa de otro.
Sin este reconocimiento, todo es en vano porque todo se convierte en una huída hacia delante que no lleva a ninguna parte.

Aunque parece haber dos mundos, sólo uno de ellos es real. No lo puedes ver, pero está disponible en tu mente. Cuando nublas tu visión al mundo real, lo que ves con ojos físicos es lo que aparece ante ti. Y en la medida en que reaccionas a él te estás negando a ver lo que realmente está ahí. Cuando te preocupas o le das alguna realidad al mundo que ves en cualquiera de sus aspectos o formas te sigues negando a ver la verdadera causa de lo que está aconteciendo, que no es física.
El hábito de cerrar tus ojos al mundo por unos instantes para devolverle la paz a tu mente se adquiere de manera natural cuando cesan las resistencias al amor y cuando has comprendido que no hay nada aquí que merezca la pena anhelar.

http://senderodelmago.blogspot.com.es/2012/12/resistencia-ver.html

vania ¿Por qué decapitan a periodistas?

El terrorismo no existiría sin los medios de comunicación de masas. Su alumbramiento coincide con el comienzo de la prensa escrita y todos los estudiosos de la semiótica coinciden en que, como “hecho comunicativo” necesita de su exposición en los medios de comunicación para lograr su objetivo; aterrorizar a la población y así, vencerla, por des-moralización.

Digo que es el terrorismo es un hecho moderno pero en realidad, obviamente, el terror asociado a la tortura y a los asesinatos crueles se viene repitiendo desde tiempos remotos, señal de que quienes realmente gobiernan son los mismos (puesto que sus métodos son iguales).

El problema del acto terrorista actual, que se refugia en el anonimato o en una autoría realmente dudosa, es saber descifrar quién y por qué lo hacen; es decir, cuál es su mensaje real.

Con pocos medios, cualquier degenerado puede hacer unos vídeos como los que están mostrando las decapitaciones de periodistas y hablar en nombre de un supuesto “grupo de fundamentalistas islámicos”.

Hoy día no cabe duda alguna de que Arabia Saudita, Gran Bretaña, Estados Unidos e Israel, entre otros, han formado y financiado a estos grupos de descerebrados que aparentan hablar en nombre del islam para combatir al grupo BRICS, encabezado por Rusia, que busca modificar el status quo internacional desde la promulgación de un sistema monetario no dominado por la usura y el desfalco organizado a través de los mercados, como actualmente.

Es en este orden de cosas desde dónde hay que preguntarse el sentido profundo de estas supuestas- decapitaciones de periodistas. Sin duda que el primer mensaje va dirigido a quienes están combatiendo contra esta fuerza sionista en Irak y Siria, pero la particularidad de que los asesinados sean periodistas parece ser un “recado” a los compañeros que pretendan contar la verdad sobre el “reseteo del sistema monetario” actualmente gestándose para que no relaten en sus medios de comunicación este benéfico suceso para la Humanidad.

http://theobjective.com/blog/es/rafael-palacios/2014/09/04/por-que-decapitan-a-periodistas

vania Michio Kaku: “En un siglo nos convertiremos en una civilización tipo 1…si no nos destruimos antes”

Flash Gordon, epítome de una civilización tipo 1, según Kaku.

“Estamos en un proceso de transición desde una civilización 0 hacia una civilización 1, cuando seamos capaces de extraer toda la energía disponible de la Tierra, algo que sucederá dentro de 100 años…Si las fuerzas retrógradas y fanáticas no lo impiden”. Es la previsión que hace el físico y divulgador científico Michio Kaku en un vídeo para Big Think.

Kaku hace referencia en su reflexión a la Escala de Kadashov, enunciada por el astrofísico Nikolái Kardashov en 1964. Según la explica el propio Kaku, apoyándose en la ciencia-ficción:

“Una civilización del tipo 1 es una civilización planetaria, como la que aparece en ‘Flash Gordon’. Una civilización tipo 2 es una civilización estelar del tipo la Federación de Planetas de ‘Strar Trek’. Se trata de un tipo de civilización que consume tanta energía que puede utilizar las estrellas como fuente. La civilización tipo 3 es galáctica, como el Imperio de ‘El Imperio contraataca’. Cuando alcanzas el grado de civilización 2 ya eres inmortal, nada puede destruirte, ni siquiera una supernova.”

Según los cálculos que hizo Carl Sagan en los años 70 aplicando la fórmula de Karsdashov,la Humanidad estaría ahora en un grado 0,7 (0,72 en 2011), es decir más de dos tercios del camino recorrido hacia la civilización tipo 1.

“La dificultad reside en la transición entre una civilización 0 y una civilización 1, y ahí es donde nos encontramos hoy.Estamos en una civilización tipo 0. Obtenemos la energía de plantas muertas: petróleo y carbón. Pero con ayuda de una calculadora es fácil determinar cuándo nos convertiremos en una civilización tipo 1: dentro de unos 100 años. Para entonces podremos sacar toda la energía disponible del planeta Tierra: volcanes, fenómenos meteorológicos…”

No obstante, no pocos son los problemas que presenta la transición:

“El problema está hoy: tenemos armas atómicas y biológicas pero también tenemos mucha ideología fundamentalista. Yo veo dos grandes tendencia en el mundo actual: una de ellas dirige hacia una sociedad científica, multicultural y tolerante. Por ejemplo, para mí como físico, Internet es el germen del sistema telefónico de una civilización tipo 1, mientras el inglés es el inicio de un idioma de civilización tipo 1, planetario. Por su parte, la Unión Europea es el primer paso de una economía tipo 1.”

Frente a esta tendencia, existe otra retrógrada, según señala Kaku:

“Pero existe una segunda tendencia. ¿Qué es el terrorismo? Es, de algún modo, la reacción contra la creación de una civilización tipo 1. La mayoría de los terroristas son incapaces de articular este pensamiento pero en realidad están reaccionando contra génesis de una civilización tipo 1: van contra la ciencia, pues quieren la teocracia, contra el multiculturalismo, quieren monocultaralismo… ¿qué tendencia prevalecerá? No lo sé, pero espero que podamos tender hacia una civilización tipo 1, pero no es seguro: por primera vez esta civilización tiene la capacidad de destruirse a sí misma. Tal vez esa sea la razón por la que no vemos naves espaciales ahí fuera: las civilizaciones no fueron capaces de pasar del nivel 0 al 1 porque se autodestruyeron.”

[youtube]http://youtu.be/XON0yZlC3Gg[/youtube]

Un interesante repaso a los hitos en la Escala Kardashov, en Cibermitanios.

http://www.cookingideas.es/kaku-michio-20111111.html

vania Tipos de nebulosas

El ojo que todo lo ve
La Nebulosa del Cono, una criatura de pesadilla…
Púlsar que evoca una mano…
La nebulosa NGC 346 en la Tucán…La Nebulosa Cabeza de Bruja o IC 2118…
Nebulosa Iris evoca una flor abriendo sus pétalos.
Los dos nebulosas del Corazón y del Alma, IC 1805 (derecha) y IC 1848 (izquierda) son las más grandes en esta foto. La nebulosa IC 1795 es la pequeña nebulosa en la parte superior derecha de la IC 1805 e IC 1871 está a la izquierda de IC 1848.

Nebulosa Planetaria NGC 6751, tiene forma de planeta.
Nebulosa de Orión o M42 o NGC 1976. En el corazón de la nebulosa, de cuatro estrellas azules formando un trapecio, de larga distancia iluminar el material disperso en el espacio. Los átomos absorben la luz de las estrellas y vuelven a emitir de acuerdo con su propio color, el oxígeno emite en el verde, el hidrógeno y el nitrógeno en rojo. Las observaciones de radio astronómicas revelan que la Nebulosa de Orión es una pequeña parte de la gran nube opaca de Orión. De la contracción de la nube nacieron las estrellas del Trapecio, y un grupo de proto-estelar nebulosas, que se encuentra detrás de la Nebulosa de Orión. La nebulosa de Orión fue descubierta en 1610 por Nicolas-Claude Fabri de Peiresc, que al parecer fue el primero en percatarse de su nebulosa.
La Nebulosa del Cangrejo (M1, NGC 1952)
Nebulosa de la Tarántula o NGC 2070.

 

Nebulosa de la Cabeza de caballo o Barnard 33

http://www.astronoo.com/es/nebulosas.html

Diálogo Zen

-Maestro, quiero ser rico, dame un consejo.

-¿Quieres ser rico? Abre tus ojos y mira, ve el bello color verde del prado que te rodea; abre tus oídos y escucha, oye el murmullo de la brisa en las hojas de los árboles; abre tu nariz y huele el aroma a tierra mojada por el rocío matinal; abre tus manos y siente el frío del día que comienza.

-Pero haciendo todo eso apenas seré un poeta, y nunca llegaré a ser rico.

-Precisamente si no lo haces, nunca lo serás; y si lo haces, habrás preparado tus sentidos para reconocer la riqueza en cualquier situación que te encuentres, y aprenderás a guardarla para tí.

domi ÉTICA FILOSÓFICA; O ¿SON RELATIVOS EL BIEN Y EL MAL?

La pregunta por la significación de los términos “bien” y “mal”, bueno y malo, pertenece a las cuestiones más antiguas de la filosofía. Pero, ¿no pertenece también a otras disciplinas? ¿No se va al médico para preguntarle si se puede fumar? ¿No hay psicólogos que aconsejan en la elección de profesión? ¿Y no le dice a uno el experto en finanzas: es bueno que cierre Ud. un contrato de ahorro para la construcción; el próximo año estará peor el asunto de las primas, y será más largo el período de espera? ¿Dónde surge exactamente lo ético, lo filosófico?

Prestemos atención al modo como se emplea la palabra “bueno” en el contexto citado. El médico dice es bueno que Ud. se quede un día más en la cama”. Estrictamente, al usar la palabra “bueno” debería añadir dos cosas; debería decir: “es bueno para Ud., en el caso de que lo que quiera ante todo sea ponerse bueno”. Estas añadiduras son importantes, pues en el caso de que alguien planee, por ejemplo, un robo con homicidio para un determinado día, entonces, consideradas todas las cosas, resulta sin duda mejor, si “pesca” una pulmonía que le impide cometer la empresa: Pero puede ocurrir que, por tener que llevar a cabo un día algo importante e inaplazable, no hagamos caso al médico que nos manda hacer reposo en cama, y aceptemos el riesgo de una recaída en la gripe. A la pregunta de si es bueno actuar así, el médico, como tal, no puede pronunciarse en absoluto. “Bueno” significa para él, según su modo de hablar, que es bueno si de lo que se trata ante todo es de su salud. Decir eso es de su competencia. Como persona, pero ya no en su calidad de médico, puede decir que, en mi caso, debo tener en cuenta ante todo la salud.

Y si yo quiero despilfarrar el dinero, o dárselo a un amigo que lo necesita de modo apremiante, en lugar de colocarlo en un contrato de ahorro para la construcción, el experto financiero no puede decir nada al respecto. Si él dijera “bueno”, entonces estaría pensando: bueno para Ud. si es que se trata de agrandar su peculio a un plazo más largo.

En todos estos buenos consejos, la palabra “bueno” significa tanto como: “bueno para alguien en un determinado sentido”; y entonces puede ocurrir que la misma cosa resulte, bajo diversos aspectos, buena o mala, para la misma persona. Hacer muchas horas extraordinarias es bueno, por ejemplo, para subir el nivel de vida, pero es malo para la salud. Puede ser también que la misma cosa sea buena para uno y mala para otro; así la construcción de una carretera puede ser buena para los automovilistas y mala para los vecinos, etc.

Pero también usamos la palabra “bueno” en un sentido, por así decirlo, absoluto, o sea, sin añadir un “para”, o “en determinado sentido”. Este significado cobra actualidad siempre que se da conflicto de intereses o de puntos de vista; también cuando se trata del interés o de los puntos de vista de una misma persona, por ejemplo, los del nivel de vida, la salud o la amistad. Surgen entonces dos cuestiones: “¿Qué cosa es realmente y de verdad buena para mí?”. “¿Cuál es la jerarquía exacta de los puntos de vista?”. La otra cuestión es: en caso de conflicto: ”¿qué bien o qué interés debe prevalecer?”. Para decirlo ya de antemano: una verdad pertenece a las ideas fundamentales de la filosofía de todos los tiempos, a saber, que a la hora de su solución ambas cuestiones no son independientes. Pero de ello hablaremos más tarde. En cualquier caso, decimos que la reflexión sobre estas cuestiones es de carácter filosófico.

Pero lo primero que debemos dejar bien claro es la justificación de ambas preguntas, precisamente por ser ambas impugnadas una y otra vez. Siempre nos encontramos con la misma afirmación de que los problemas éticos no tienen sentido porque no se les puede dar respuesta. Las proposiciones de la Ética no serían susceptibles de verdad. En el campo de lo “bueno para Juan desde el punto de vista de la salud”, o de lo “bueno para Pablo desde el prisma del ahorro de impuestos” se pueden hacer razonamientos de validez general; pero cuando la palabra “bueno” se toma en un sentido absoluto, entonces, por el contrario, las afirmaciones se hacen relativas, dependientes del ámbito cultural, de la época, del estrato social y del carácter de los que usan esas palabras. Y, presuntamente, esta opinión puede apoyarse en un rico material de experiencia: ¿No existen culturas que tienen por buenos los sacrificios humanos? ¿No hay sociedades que mantienen la esclavitud? ¿No concedieron los romanos al padre el derecho de exponer al hijo recién nacido? Los mahometanos permiten la poligamia, mientras que en el ámbito de la cultura cristiana sólo se da como institución el matrimonio monógamo, etc.

Que los sistemas normativos son en gran medida dependientes de la cultura, es una eterna objeción frente a la posible exigencia de una ética filosófica, es decir, una objeción a la discusión racional sobre el significado absoluto, no relativo, de la palabra “bueno”.

Pero esta objeción desconoce que la Ética filosófica no descansa en la ignorancia de esos hechos. Todo lo contrario. La reflexión racional sobre la cuestión de lo bueno con validez general, comenzó, precisamente, con el descubrimiento de esos hechos: en el siglo V antes de Cristo eran ya ampliamente conocidos. Procedentes de viajes, corrían entonces en Grecia noticias que contaban cosas fantásticas de las costumbres de los pueblos vecinos. Pero los griegos no se contentaron con encontrar esas costumbres sencillamente absurdas, despreciables o primitivas, sino que algunos de ellos, los filósofos, comenzaron a buscar una medida o regla con la que medir las distintas maneras de vivir y los diversos comportamientos. Quizá con el resultado de encontrar unas mejores que otras. A esa norma o regla la llamaron “fisis”, naturaleza. De acuerdo con esa medida, la norma, por ejemplo, de las jóvenes escitas que se cortaban un pecho resultaba peor que su contraria. He aquí un ejemplo particularmente sencillo y sugestivo. El concepto no era, en absoluto, adecuado para resolver, sin dar lugar a dudas, cualquier cuestión en torno a la vida corriente. Por el momento nos basta constatar que la búsqueda de una medida, universalmente válida, de una vida buena o mala, del buen o mal comportamiento, brota de la diversidad de los sistemas morales, y que, por lo tanto, hace ver esa diversidad no constituye un argumento contra dicha búsqueda.

Ahora bien, ¿qué abona esa búsqueda? ¿Qué es lo que mueve a aceptar que las palabras “bueno” y “malo”, bien y mal, tienen no sólo un sentido absoluto, sino un significado universalmente válido? Esta pregunta está mal planteada. No se trata, en efecto, de una suposición o de tener que aceptar algo; se trata de un conocimiento que todos poseemos, mientras no reflexionamos expresamente sobre ello. Si oímos que unos padres tratan cruelmente a un niño porque se ha hecho por descuido en la cama, no juzgamos que esa manera de proceder sea satisfactoria y por tanto “buena” para los padres, y “mala” por el contrario para el niño; sino que desaprobamos sin más el proceder de los padres, ya que nos parece malo en un sentido absoluto que los padres hagan algo que es malo para el niño. Y si oímos que una cultura acostumbra a hacer esto, juzgamos entonces que una sociedad tiene una mala costumbre. Y cuando un hombre se comporta como el polaco P. Maximiliano Kolbe que se ofrece libremente al bunker de hambre de Auschwitz para, a cambio, salvar a un padre de familia, no pensamos que lo que fue bueno para el padre de familia y malo para el Padre Kolbe sea, considerado en abstracto, una acción indiferente, sino que en ella vemos a un hombre que ha salvado el honor del género humano que sus asesinos habían deshonrado. La admiración surge allí donde se cuente la historia de este hombre, sea entre nosotros, o sea entre los pigmeos de Australia. Ahora bien, no necesitamos buscar casos tan dramáticos y excepcionales. Las coincidencias en las ideas morales de las distintas épocas son mayores de lo que comúnmente se cree.

Sencillamente, estamos sometidos de modo habitual a un error de óptica. Las diferencias nos llaman más la atención porque las coincidencias son evidentes. En todas las culturas existen deberes de los padres hacia los hijos y de los hijos hacia los padres. Por doquier se ve la gratitud como un valor, se aprecia la magnanimidad y se desprecia al avaro; casi universalmente rige la imparcialidad como una virtud del juez, y el valor como una virtud del guerrero. La objeción que se hace de que se trata de normas triviales, que además se deducen fácilmente por su utilidad biológica y social, no es ninguna objeción. Para quien tiene una idea de lo que es el hombre, las leyes morales generales que pertenecen al hombre serán naturalmente algo trivial; y lo mismo decir que sus consecuencias son útiles para el género humano ¿Cómo podría resultar razonable para el hombre una norma cuyas consecuencias produjeran daños generales? Lo decisivo es que el fundamento para nuestra valoración no es la utilidad social o biológica; lo decisivo es que la moralidad, es decir, lo bueno moralmente, no se define así. Daríamos también valor al proceder del P. Kolbe aunque el padre de familia hubiera perdido la vida al día siguiente; y un gesto de amistad, de agradecimiento, sería algo bueno aunque mañana el mundo se fuera a pique. La experiencia de estas coincidencias morales dominantes en las diversas culturas, de una parte, y el carácter inmediato con que se produce nuestra valoración absoluta de algunos comportamientos de otra, justifican el esfuerzo teórico de dar razón de la norma común, absoluta, de una vida recta.

Pero son precisamente las diferencias culturales las que nos obligan a preguntarnos por la existencia de un criterio o medida para juzgar. ¿Existe esa medida? Hasta ahora hemos considerado sólo argumentos provisionales, indicios iniciales. Ahora queremos acercarnos a una respuesta más definitiva a la cuestión, examinando los dos puntos de vista extremos, que sólo en una cosa se muestran de acuerdo: en negar validez universal a cualquier contenido moral. Se trata, pues, de dos variantes del Relativismo moral. La primera tesis dice: “Todo hombre debe seguir la moral dominante en la sociedad en que vive”. La segunda: “Cada uno debe seguir su propio capricho y hacer lo que le venga en gana”. Ninguna de las dos resiste un examen racional. Consideremos en primer lugar la tesis: “Cada uno debe vivir de acuerdo con la moral dominante en la sociedad en que vive”. Esta máxima incurre en tres contradicciones.

Se incurre en la primera contradicción cuando quien plantea la máxima quiere fijar al menos una norma universalmente válida, justamente aquella que dice que se debe seguir siempre la moral dominante. Se podrá objetar que no se trata de una norma de contenidos, sino, por así decir de una metanorma que no puede entrar en colisión con las normas de la moral. Pero las cosas no son tan sencillas. Puede ocurrir, por ejemplo, que una parte de la moral dominante lo constituya el pensar mal de otras sociedades, condenando a los hombres que siguen las morales dominantes en ellas. Si yo sigo esa moral –dominante en mi ámbito cultural– debo entonces participar de ese juicio condenatorio de las otras morales. Puede incluso pertenecer a la moral dominante en una cultura determinada un impulso misionero que le lleva a penetrar en las demás culturas y a cambiar sus normas. Este caso es imposible seguir tal regla, es decir, no es posible afirmar que todo hombre debe seguir la norma dominante en su entorno: si yo sigo esa norma, debo entonces intentar precisamente disuadir a otros hombres de que vivan de acuerdo con su moral. En una tal cultura no se puede vivir de acuerdo con la máxima propuesta.

En segundo lugar hay que decir que no existe en absoluto esa moral dominante. Precisamente en nuestra sociedad pluralista concurren distintas concepciones morales. Una parte de la sociedad, por ejemplo, condena el aborto como un crimen; otra lo acepta e incluso lucha contra el sentimiento de culpa que con él se relaciona. El principio de atenerse a la moral dominante no nos enseña a favor de qué valores dominantes debemos optar.

Tercero. Hay sociedades en las que el proceder de un fundador, profeta, reformador o revolucionario –de un hombre que no se acomoda a la moral de su tiempo, sino que la ha cambiado– tiene carácter de modelo. Ahora bien, puede ocurrir que tengamos por válidas sus normas y no nos parezca necesario un cambio fundamental. Eso sucede precisamente porque estamos convencidos de la rectitud de sus prescripciones desde el punto de vista de los contenidos, y no porque tengamos como cosa recta la simple acomodación al modo común de proceder, ya que, en el caso en cuestión, tiene valor de modelo para nosotros una persona que, por su parte, no se acomoda. En ese caso ¿a qué se debería adaptar quien tiene por principio el acomodarse? Esto por lo que respeta a la primera tesis. En ella se otorga un carácter absoluto a la respectiva moral dominante y se definen las palabras “bueno” y “malo” de acuerdo con dicha moral, cayendo así en las contradicciones apuntadas.

La segunda tesis condena cualquier moral vigente como represión, sojuzgamiento, y exige que cada uno actúe como quiera y sea feliz a su manera. Según esto, pertenece al código penal y a la policía hacer que las acciones contra el bien común sean tan perjudiciales para quien las realiza que las omita por su propio interés. Podríamos dominar la primera tesis como autoritaria: ésta como anarquista o individualista. Examinémosla también. A primera vista nos parece más falta de sentido que la primera, y se encuentra en inmediata oposición a nuestro sentir moral. Teóricamente sin embargo es más difícil de refutar, precisamente porque con frecuencia reviste el carácter de un amoralismo consecuente, para el que no existe otro sentido de bueno o malo que el de “bueno para mí en un determinado sentido”. A quien no reconoce una diferencia de valor entre la fidelidad de una madre a su hijo, la acción de Kolbe y la de su verdugo, la falta de escrúpulos de un traidor o la habilidad de un especulador en bolsa, le faltan algunas experiencias fundamentales o posibilidades de experiencia, que no son reemplazables por argumentos. Aristóteles escribe: la gente que dice que se puede matar a su propia madre no merece argumentos, sino azotes. Se podría decir quizás que necesitaría un amigo. La cuestión es si sería capaz de amistad. Pero el hecho de que quizá no sea capaz de prestar oídos a los argumentos, no quiere decir que no haya argumentos contra él.

Estrictamente, la tesis según la cual cada uno debe actuar como quiera, resulta algo trivial. Cada uno actúa como le gusta. El que obra según su conciencia tiene a bien actuar así, y quien obedece a una norma moral tiene a bien proceder de ese modo. ¿Qué es lo que entonces se quiere decir exactamente cuando se plantea, con intención crítico-moral, la tesis de que cada uno deba hacer lo que quiera? Evidentemente parte de que en el hombre existen distintos impulsos; aboga por unos y está contra otros. Detrás está de algún modo la idea de que unos son más interiores y naturales al hombre que otros: precisamente los llamados impulsos morales. Estos impulsos morales, por el contrario, son considerados como una especie de heterodominación, como un dominio interiorizado del que es preciso librarse. Pero al abogar por la autodeterminación, por lo natural frente a lo extraño, resulta que la protesta antimoralista desemboca directamente en la tradición de la filosofía moral. Ésta, ante la variedad de los usos sociales, había comenzado por preguntarse por lo que propiamente es natural al hombre, y pensaba que sólo se podía llamar libre a quien hiciera lo que le es natural. Ahora bien, ¿qué es “lo natural” al hombre? Quien diga que cada uno debe hacer lo que quiera se mueve en un círculo vicioso. Ignora el hecho que el hombre no es un ser acuñado de antemano por los instintos, sino alguien que debe buscar primero y encontrar después la norma de su comportamiento. Ni siquiera poseemos por naturaleza el lenguaje, debemos aprenderlo. Ser hombre no es tan sencillo como ser animal; ni se vive espontáneamente la vida humana. Como afirma el dicho, debemos “dirigir nuestra vida”. Tenemos deseos e impulsos contrapuestos. Y la afirmación: haz lo que quieras, presupone que uno sabe lo que quiere.

Pero no podemos formar una voluntad en armonía consigo misma sin considerar lo que significa la palabra “bueno”. Palabra que designa el punto de vista bajo el que se ordenan los demás puntos de vista, que son la causa de que queramos esto o aquello. Sin mostrar aquí en qué consiste, podemos decir en qué no consiste: no en la salud, ya que en ocasiones puede ser bueno estar enfermo; ni en el éxito profesional, ya que puede ser bueno en ocasiones tener un poco menos de éxito; ni en el altruismo, pues circunstancialmente puede ser bueno pensar en uno mismo. El filósofo inglés Moore denomina “falacia naturalista” al hecho de reemplazar por otra la palabra “bueno”; dicho de otro modo, al hecho de reemplazarla por algún punto de vista particular. Si se substituyese “bueno” por “sano”; entonces no se podría decir ya que la salud es, por lo general, algo bueno, ya que con ello sólo se afirmaría que la salud es sana.

Vivir rectamente, vivir bien, significa ante todo establecer una jerarquía en las preferencias. Los antiguos filósofos pensaron que podían ofrecer un criterio para una adecuada jerarquía; es correcta aquella ordenación de acuerdo con la cual el hombre vive feliz y en paz consigo mismo. Esto es precisamente lo que no puede ocurrir con cualquier ordenación de moda, de manera que el consejo “haz lo que te guste ”no basta para responder a la cuestión “¿qué es lo que debe gustarme?”. Pero tampoco es suficiente partir de otra base. No existen sólo mis gustos, existen también los de los demás. Es por eso una norma ambigua el decir que cada uno debe hacer lo que le gusta. Puede significar que cada uno tiene que habérselas con los gustos de los demás, como le apetezca, amigable y tolerantemente, o de manera violenta e intolerante. Pero puede también significar que cada uno debe respetar los gustos de los demás. Una tal exigencia general de tolerancia limita justamente los propios gustos. Se debe dejar claro que la tolerancia no es de ningún modo, como se dice a veces, una consecuencia evidente del relativismo moral. La tolerancia se funda, más bien, en una determinada convicción moral que pretende tener validez universal. El relativismo moral, por el contrario, puede decir: ¿por qué debo ser yo tolerante? Cada cual debe vivir según su moral y la mía me permite ser violento e intolerante.

Así pues, para que resulte obvia la idea de la tolerancia se debe tener ya una idea determinada de la dignidad del hombre. Por lo demás, el exigir tolerancia no basta en absoluto para resolver los conflictos entre los deseos propios y los ajenos: muchos de esos deseos son sencillamente irreconciliables. Lo mismo que se dan en mí deseos encontrados de distinto rango, así también los deseos de las personas pueden ser de diverso rango; y no siempre es bueno el preferir los propios deseos o hacerlo siempre con los de los demás. También aquí es preciso saber cuáles son los deseos de uno que colisionan con los de otros. Una solución exigible a ambos tan sólo es posible si existe algo común, es decir, si existe una verdadera medida para juzgar los deseos. El relativismo ético parte de la observación de que esas medidas son conflictivas; pero ese argumento demuestra lo contrario de lo que pretende, ya que en toda disputa teórica subyace la idea de la existencia de una verdad común; si cada cual tuviera su propia verdad no habría disputas. Sólo la recíproca seguridad hace que se produzca el conflicto. Pero ocurre que el conflicto no se resuelve gracias a una reflexión racional, o disputando sobre la norma correcta, sino merced al derecho físico del más fuerte que impone su voluntad. La zorra y la liebre no discuten entre sí sobre el recto modo de vivir: o sigue cada una su camino, o la una devora a la otra.

La disputa sobre el mal y el bien demuestra que la Ética es campo de litigios. Pero eso es también lo que demuestra justamente que no es algo puramente relativo, que el bien puede estar siempre en lo singular y que es difícil decidir en los casos límite. Esa disputa demuestra que determinados comportamientos son mejores que otros, mejores en absoluto, no mejores para alguien o en relación con determinadas normas culturales. Todos lo sabemos. El sentido de la Ética filosófica es arrojar más luz sobre este conocimiento y defenderlo frente a las objeciones de los sofistas.

 

Robert SPAEMANN: Ética: cuestiones fundamentales.
Editorial Eunsa; Navarra, 1987, pp. 19-31. (edición original, 1982)

http://www.alcoberro.info/V1/relativisme3.htm

A más tecnología, menos habilidades sociales

La tecnología puede convertirse en una gran aliada pero también es un arma de doble filo. Gracias a la tecnología podemos mantener el contacto con las personas que amamos y que están lejos o podemos perder el contacto con quienes están a nuestro lado. La tecnología en sí no es dañina, todo depende de lo que hagamos con ella.
Ahora un estudio muy interesante desarrollado en la UCLA vuelve a poner el dedo en la llaga afirmando que el uso sistemático de los dispositivos electrónicos puede tener efectos realmente dramáticos en los niños. Estos investigadores trabajaron con más de 100 niños de sexto grado, los cuales debían juzgar las expresiones faciales de diferentes personas, tanto en fotografías como en vídeos, que expresaban desde alegría hasta ansiedad, tristeza o rabia.
Lo interesante fue que uno de los grupos acudió a un campamento durante cinco días y no se les permitió el uso de ningún dispositivo electrónico. Al contrario, el resto de los niños siguieron con su vida diaria, usando los dispositivos electrónicos normalmente, tanto el ordenador como las consolas, los tablets y la televisión. Como media, estos niños pasaban 4,5 horas al día enviando mensajes de texto, entretenidos con los vídeo juegos o mirando la tele.

Un resultado escalofriante

Los niños que estuvieron privados de la tecnología eran mejores leyendo las expresiones faciales. Exactamente, el número de errores que cometieron se redujo a un tercio de las equivocaciones en las que incurrieron los niños que habían estado en contacto estrecho con la tecnología.
Después de estos resultados a los investigadores no le caben dudas: el hecho de que las pantallas absorba la atención de los niños durante tanto tiempo, les impide interactuar cara a cara, lo cual daña sus habilidades sociales.

¿Por qué es necesaria la relación interpersonal?

Muchos padres apuestan por la tecnología para que sus hijos se entretengan y les dejen tranquilos. De hecho, en la sociedad actual es vital saber manejar la tecnología pero no podemos olvidar que las habilidades sociales necesitan un caldo de cultivo idóneo para desarrollarse.
Las habilidades sociales son muy complejas y necesitan un contexto en el cual ponerse a prueba. Solo a través de la interacción con las personas el niño aprende a reconocer los estados de ánimo de los demás y a responder en consecuencia. Si el niño tiene pocas oportunidades para practicar su Inteligencia Emocional y sus competencias sociales, será menos sensible a las pistas emocionales que brinden los demás y, a la larga, esta “deficiencia” terminará pasándoles factura.
En este sentido, estudios anteriores han demostrado que los niños que son más proclives a percibir hostilidad donde no existe o que se muestran demasiado tímidos o ansiosos, son más vulnerables al acoso escolar. Estos niños se han calificado como “desconectados” porque no son capaces de percibir y decodificar adecuadamente las señales emocionales que llegan de su entorno. Normalmente les resulta difícil distinguir las expresiones que indican disgusto o rechazo y, por tanto, no pueden actuar en consecuencia y regular su comportamiento. A la misma vez, estos niños suelen tener un repertorio de respuestas sociales muy restringido y apuestan por soluciones poco asertivas.
En este punto queda claro que los dispositivos tecnológicos no pueden ayudarles a los niños a desarrollar sus habilidades sociales y que es necesario limitar su uso a lo largo del día, de manera que los pequeños tengan más oportunidades para relacionarse con sus coetáneos o con los adultos.
Fuentes:
Uhls, Y. T. et. Al. (2014) Five days at outdoor education camp without screens improves preteen skills with nonverbal emotion cues. Computers in Human Behavior; 39: 387–392.
Parker, J. G. & Asher, S. R. (1993) Friendship and friendship quality in middle childhood: Links with peer group acceptance and feelings of loneliness and social dissatisfaction. Developmental Psychology; 29(4): 611-621.
Kurdek, L. A. & Krile, D. (1982) A developmental analyses of the relation between peer acceptance and both interpersonal understanding and perceived social self-competence. Child Development; 53: 1485-1491.
http://www.rinconpsicologia.com/2014/09/a-mas-tecnologia-menos-habilidades.html

domi DEJÁNDONOS LLEVAR

La condición humana sigue deslizándose por el desagüe, sin prisa pero con un constante flujo que se va amontonando en una profunda cloaca que parece no tener fin.

 

Es difícil resistirse a este descenso. Es tan suave y tan confortable que hace dudar de su verdadero destino. Es un viaje edulcorado y tan bien programado que a veces me pregunto cómo es posible que muchas personas se intenten aferrar a las paredes del sumidero tratando de escapar, tratando de llevar otra dinámica de vida mucho más difícil, mucho más consciente.

 

Nos gusta deslizarnos, las recompensas son tan inmediatas que es complicado resistirse. Tenemos pastillas de la felicidad de todos los colores (literales y metafóricas) y con las más diversas formas y envoltorios que nos facilitan un descenso sin apenas rozaduras ni contratiempos.

 

A simple vista, parece un viaje barato, el descenso apenas cuesta lo que nos pueda quedar de dignidad, lo que todavía conservemos de condición humana.

 

A cambio de desconectarnos del resto del mundo y de nosotros mismos podemos disfrutar de la experiencia. A nuestro alcance, miles de productos innecesarios pero tremendamente atractivos, cientos de relaciones insustanciales y carentes de emotividad pero con un gran potencial para conseguir pasar el rato sin necesidad de poner en riesgo ni una pizca de nuestra energía sentimental ni nuestra intimidad emocional. Cantidad de oportunidades para vivir docenas de vidas sin movernos de nuestra silla convirtiendo la experiencia virtual en la verdadera realidad, relegando así al mundo de la ensoñación lo que cada día acontece a nuestro alrededor, como si tan sólo fuera un espectáculo del que somos meros espectadores.

 

Nos gusta deslizarnos, es comprensible, es tan sencillo que lo preferimos. Lo preferimos porque lo contrario cuesta, cansa, duele, te convierte en un extraño para el resto, te hace dudar en ocasiones de ti mismo y de la necesidad de aferrarse para no caer. Esas dudas nos hacen cometer errores, dar traspiés, sentir la tentación de abandonar y ser uno más dentro de una masa que se desliza.

 

 

No quiero perder el hilo, antes hablaba del bajo precio a pagar. Estaba convencido de que estaba usando la ironía puesto que el precio mencionado es altísimo, inasumible diría yo. Sin embargo, cada vez me sorprende más y más la facilidad que tenemos para permanecer ajenos. Me sorprende porque permanecer ajenos significa convertirnos en cómplices de las mayores atrocidades que jamás pudiéramos imaginar, significa consentir y con ello dar alas a nuestra propia autodestrucción.

 

Cada vez que nos deslizamos desagüe abajo damos la razón a quienes justifican el orden establecido que somete, degrada y mata a millones de seres humanos, a quienes consideran que cualquier cosa está justificada en nombre de lo que llaman progreso y que no es otra cosa que una huida hacia delante de los que acaparan la riqueza material a sabiendas de que eso nos encamina a la destrucción de la vida (al menos de la humana).

 

 

Aferrarse a las paredes del sumidero es un acto de valentía, debemos ser valientes. A partir de ahí, es cuando podemos y necesitamos plantearnos cómo empezar a ascender por esas paredes para salir del hoyo y empezar a vislumbrar ese otro mundo que tanto anhelamos. Iniciar ese ascenso contracorriente es el verdadero acto revolucionario que está en nuestras manos. Si de verdad creemos en la posibilidad de ver ese (otro) mundo y de participar en su creación, es obligatorio iniciar ese terrible ascenso por las paredes del desagüe, por mucho que nos salpique (que lo hará) la masa que seguirá deslizándose sin remedio.

http://quebrantandoelsilencio.blogspot.com.es/search?updated-min=2014-01-01T00:00:00%2B01:00&updated-max=2015-01-01T00:00:00%2B01:00&max-results=9

 

Demuestran que el ser humano es capaz de predecir el futuro

predecir-el-futuro

El profesor Darryl Bem, de la Universidad de Cornell había sacudido a la comunidad científica en 2010 al demostrar que el ser humano es capaz de adelantarse en el tiempo y percibir sucesos futuros, y que eso puede además afectar al pasado. Lo llamó efecto de precognición y el trabajo fue publicado con el título «Sintiendo el futuro» en el prestigioso Journal of Social and Personality Psychology.

Pero Bem fue descalificado por la mayoría de los científicos y los medios, y acusado de ser «una vergüenza para el campo» (de la psicología). Le decían que si alguien quisiera repetir el experimento que le hizo llegar a estas conclusiones, probablamente llegaría a otros resultados.

Sin embargo, cuatro años después, o sea ahora, en 2014, un meta-análisis llamado «90 experimentos de la anticipación de eventos futuros aleatorios», realizado por Bem y científicos de diversos países, demostró que el experimento anterior de Bem no estaba tan equivocado como muchos pensaban. Los nuevos resultados son consistentes con la noción de precognición de Bem.

PRIMEROS EXPERIMENTOS

Daryl Bem, a prominent research psychologist, outside Cornell University in Ithaca, N.Y.

Para los interesados, el primer experimento cuestionado de Daryl Bem consistió en realizar distintas pruebas de precognición y premonición en dos grupos de estudiantes universitarios.

El primero de ellos fue expuesto a imágenes en una pantalla de computadora. La mayoría de las imágenes eran neutras, pero también aparecían en forma aleatoria otras imágenes altamente perturbadoras o eróticas. El resultado fue que las indicaciones fisiológicas aparecían pocos segundos antes de que apareciera la imagen perturbadora. Incluso antes de que la computadora hubiera decidido qué imagen iba a mostrar. Es lo que Bem llamó CASO PORNO-PRECOGNITIVO.

El segundo grupo observó una lista de 48 palabras y luego debió completar un examen para ver cuántas de ellas recordaban. Después del examen, una computadora eligió 24 palabras de manera aleatoria de esa misma lista y antes de que se fueran, se les pidió a los estudiantes que revisaran las palabras que había elegido la computadora y las escribieran. Es interesante que los estudiantes habían tenido mayor memoria para las palabras que había seleccionado la computadora que para las otras 24.

«Los resultados muestran que practicar un grupo de palabras después del examen de memorización, de hecho, atraviesa el tiempo para facilitar el recuerdo de esas palabras», explicó Bem. Es decir, que la linealidad del tiempo es una ilusión.

Los dos experimentos demostraron la influencia retroactiva de eventos futuros en las reacciones de una persona en el presente, ya sea con respuesta concientes o inconcientes, cognitivas o afectivas. Estas fueron las conclusiones iniciales de Bem. Quizás sea momento de que la comunidad científica crea. Porque la ciencia también es cuestión de CREER O REVENTAR.

http://cppcaba.blogspot.com.es/2014/09/demuestran-que-el-ser-humano-es-capaz.html

Suecia saca provecho de la energía de los crematorios

Suena sorprendente, pero aprovechar las altas temperaturas que se generan en el proceso de cremación puede ser uno de los modos de calefacción, que además permite reducir el daño al medio ambiente.

En Suecia ya utilizan el nuevo método, que es una solución viable para enfrentar el problema de la energía renovable y la contaminación medioambiental, que obliga a buscar nuevas soluciones y abre el camino para las más inesperadas innovaciones.

Hace más de 5 años el crematorio local en un pueblo al este de Suecia comenzó a utilizar esta nueva práctica para calentar sus instalaciones, lo que permitió eliminar por completo sus gastos de calefacción y, posteriormente, ayudar a la comunidad.

La práctica probó ser suficientemente efectiva como para ser adoptada por instituciones de todo el país. Como fue el caso del crematorio Racksta cerca de la capital. «Hay otros crematorios en Suecia que comenzaron esta práctica antes que nosotros, pero somos los primeros cerca de Estocolmo. Algunos utilizan su energía para la calefacción de su edificio o los edificios vecinos, pero nosotros estamos conectados al sistema público», relata Esbjorn Ederth, consultante técnico de este crematorio.

¿Cómo funciona el proceso?

Los hornos crematorios llegan a alcanzar una temperatura de 1.200 grados centígrados, por lo que los humos y gases deben ser enfriados mediante un complejo sistema de tuberías que pasa a través de contenedores de agua fría. Durante el proceso el agua se calienta y luego es mandada al sistema público, tomando así ventaja del calor creado durante el proceso de cremación.

Solo en este crematorio se incineran cerca de 4.000 cuerpos cada año. El proceso genera 1.800 megavatios anuales, lo que se puede transcribir en 2,5 millones usos de un tostador, o en un millón de tazas de té, o en la posibilidad de secar su ropa alrededor de 6.000 veces.

A pesar de ser una tecnología de gran provecho para el planeta, al tratarse de un tema tan complejo como la muerte se presta a que la gente tenga opiniones encontradas. Mientras que algunos ciudadanos desde el punto de vista moral no ven ningún problema, hay quienes opinan que les parece «horroroso».

«Se quemaría de igual manera, así que hay que utilizar la energía que se pueda», dijo otro de los suecos encuestados.
Los empleados del crematorio han hecho lo posible para acercar la idea a la población.

La industria funeraria europea está siguiendo de cerca los logros de Suecia. Este país junto a Gran Bretaña y Dinamarca se sitúan a la cabeza de países europeos con la mayor tasa de cremaciones al año, llegando al 73%, lo que abre un gran futuro para este método de energía renovable.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/140176-suecia-energia-crematorios-renovable

Defensa de Ucrania quiere someter a oficiales al detector de mentiras

El ministro de Defensa de Ucrania, Valeri Gueletey, decidió hacer pruebas con el detector de mentiras a todos los empleados del ente y los oficiales del Estado Mayor para luego eventualmente proceder a despidos.

Según escribió en su página de Facebook, en los dos meses que está en cargo acumuló varias dudas sobre algunos de sus empleados.

«Ha llegado la hora de obtener respuestas sinceras y exhaustivas a estas preguntas. Tomando en cuenta que en la situación actual no tenemos derecho de equivocarnos, se controlarán por un detector de mentiras. Los resultados llevarán a decisiones correspondientes sobre la plantilla y las cuestiones de organización», informó.

En abril pasado, Kiev lanzó una operación especial en el este de Ucrania, cuyos habitantes, disconformes con el cambio de poder en febrero pasado, proclamaron las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk

http://sp.ria.ru/international/20140913/161827178.html