John Hughes y Wes Sharrock, conciben planteamientos acerca de las preguntas filosóficas; la formulación de estas en la búsqueda de respuestas parten del hecho, de cierto preconocimiento superficial o con alguna profundidad, significa que se tiene noción primigenia que permite sustentar de alguna manera la interrogante, desde el momento en que se formula se pueden predecir posibles respuestas, no obstante, la respuesta podría ser alguna no considerada ni por aproximación.
Es decir, que la pregunta desde el punto de vista del sentido común, si bien es cierto que se contemplan algunas probables respuestas, no significa que cada vez que se hace una se conoce de antemano la respuesta, si pregunto es porque no conozco y deseo una explicación del fenómeno o del hecho, quiero conocer la constitución objetiva y subjetiva, lo perceptible y lo no tangible.
En este mismo sentido, y sin caer en contradicción, tenemos el caso que se formula la pregunta, con el propósito de comprobar o rechazar la formulación de la misma.
La pregunta lleva implícita o tácita el modo de cómo se va a contestar, no en todos los casos, el camino y las herramientas que uno se imagina son las apropiadas, en la vía de obtener resultados se puede dar cuenta que las técnicas y los métodos, no eran los adecuados, y se requiere que se empleen otros que no se habían previsto, y que son los indicados y necesarios para obtener la respuesta buscada.
La cantidad de las posibles respuestas estarán determinadas por el tipo de pregunta, por ejemplo entre más precisa sea la interrogante, el abanico de respuestas es reducido, y mientras más general sea la pregunta filosófica, el número de respuestas será más amplio.
Las respuestas independientemente de las características o de la tipología, serán diferentes de acuerdo con el marco teórico y de praxis individual de los que responden, no obstante, esta diversidad, puede haber coincidencia en la respuesta.
Significa, que en algunos casos la contestación se puede lograr con la utilización de métodos y técnicas diferentes, en este caso la respuesta adquiere más consistencia.
Para responder la pregunta en sí, antes se conoce quién la planteó, que motivaciones tiene, cuál es el contexto histórico, geográfico, cultural, económico, social, etc., además conocer cuál y por qué es el interés y beneficio individual o social de quien plantea la pregunta.
En la investigación científica prima un interés o motivación, no se origina en lo etéreo o de la nada, el móvil puede ir desde lograr prestigio personal o institucional, resolver problemas, satisfacer necesidades, como instrumento de dominación y explotación.
En este sentido podríamos afirmar que la investigación científica no es inmaculada o aséptica, ni imparcial, porque puede tener una o varias motivaciones o intereses, y es lo que determinará su utilización final, que puede ir desde salvar vidas hasta segarlas.
La pregunta filosófica por ejemplo nos podría conducir a la realización de un descubrimiento, verificación o descripción, significa que existe un buen trecho entre antes del planteamiento y la respuesta, porque media un proceso de investigación.
En este caso, la formulación de la pregunta, no solo nos mostrará el instrumental y otro tipo de recursos como humanos y materiales, sino que en última instancia se convertirá en una especie de brújula que nos guiará para no perdernos en el camino, y lograr llegar con lo que pretendidamente se busca.
La relación entre la filosofía y la ciencia social es íntima; en la investigación social, la epistemología no radica solo en la metodología, enfoques y condiciones en que se produce la investigación científica, sino que comienza desde antes de que se seleccione el tema y se formule la pregunta de investigación, es decir, la epistemología abarca de razón holística de forma literal todo el proceso de investigación, y será la que le dará la calidad de científico.
La epistemología conocida como la filosofía de la ciencia o el estudio del conocimiento, en nuestro caso revela la forma y el contenido de la génesis hasta el final del proceso de investigación, es decir, la explicación exhaustiva del cómo y la utilización del con qué, es mostrar que le empírico es gracias al empleo de condiciones e insumos instrumentales.
El resultado de la investigación científica proporcionará un conocimiento, que aunque se fundamente en la solidez de la metodología, técnicas e instrumentos, no implica que es absoluto, sino que es temporal; la importancia de la epistemología entre otros, radica en el estudio de la idoneidad y robustez de los medios que se emplearon para llegar a feliz término el proceso científico.
Los resultados de la investigación científica no son eternos, sino circunstanciales a la época, es el científico y su circunstancia, sin embargo en algunos casos el científico transciende su tiempo y el conocimiento imperante, es de ahí donde surge la incredulidad de ciertos aportes a la ciencia, que se disipan cuando la comunidad científica llega a conocer la epistemología del proceso investigativo científico.
El método de investigación está determinado por lo que se va investigar, no existe uno universal “el método científico”, esta pertinencia, la establece el abordaje filosófico del conocimiento, de tal forma que las preguntas ontológicas y filosóficas no se responden de forma particular, sino en el abordaje integral del proceso de investigación científica; la credibilidad y la identidad de científico lo establece el análisis holístico epistemológico.
Es importante destacar que el “método científico” fue deificado por algunos investigadores, lo que provocó que lejos de hacer investigación científica se cayó en lo intrascendente, y en el peor de los casos en propaganda y en lo panfletario.
El “método científico” adquirió el rango de camisa de fuerza, por tratar de generalizar su utilización para todos los casos, lo cual es absurdo, porque se entró a lo dogmático y a la ideologización militante.
La respuesta epistemológica de la cientificidad de la investigación es saciar al más incrédulo y escéptico, es decir, evidenciar por la mayor cantidad de medios posibles la autenticidad del conocimiento científico, en la medida que se demuestre que no puede ser demostrado lo contrario, se consolida el estatus de científico, porque no se puede aclarar lo contrario en los diferentes esfuerzos por negarlo, pero en el momento que se logre demostrar que se puede negar o falsar, entonces se ingresa al reemplazo científico o al rompimiento de paradigmas.
Aquí observamos que la epistemología y la comunidad científica desempeñan un papel importante en la adquisición del status de lo científico.
Por tal razón, encontramos que entre las críticas al positivismo es considerar a la investigación científica como el medio para presentar el conocimiento último de la realidad, la investigación en las ciencias sociales no tiene como pretensión ostentar verdades últimas y eternas, con el agravante que el conocimiento científico es una concepción particular de quien lo presenta, tampoco es el único, sino que es una construcción producto de quien investiga.
La observación
La observación de la realidad es diversa, existen tantas lecturas como el número de observadores, la realidad está compuesta de un entretejido de símbolos, el significado o descodificación dependerá de la formación académica, pre conocimiento de esa realidad en particular, formación cultural y social, extracción de clase, teoría de enfoque, etc.
El observador entre más conocimiento y experiencia tiene en relación con el objeto observable, tiene más posibilidades de dar una mejor descripción, explicación o interpretación del mismo, en otras palabras, no todos ven lo mismo, depende del conocimiento.
La realidad es una construcción del sujeto que la observa, asimismo la realidad es producto de la corriente de las ciencias sociales con la que se observe, es decir, cada teoría viene a ser una especie de lupa, en donde, se observará la realidad con parámetros definidos, que convierten en los traductores de los significados de los símbolos observados.
La observación científica trata de abordar la realidad con instrumentos, técnicas, métodos, corrientes del pensamiento humano o filosófico, para dar una interpretación lo más amplia posible sobre algo sumamente particular y concreto. Lo cual no se interpreta como una posición aséptica, imparcial y neutral.
El investigador a dar a conocer el resultados de sus hallazgos, la importancia o trascendencia de los mismos no radica en la cantidad y la tipología realizada, porque los pares científicos para tratar de falsar el conocimiento logrado se basarán en desvirtuar los postulados observacionales, porque estos son precisamente el fundamento de la ciencia, y se parte del hecho que son falibles, es decir, que en un futuro serán reemplazados por otros, porque no existen postulados observacionales eternos ni inmutables.
Es aquí, donde radica la diferencia entre la crítica científica y la vulgar, aunque en la historia se pueden mencionar casos emblemáticos en los cuales la comunidad científica inició desde lo vulgar, por ejemplo la teoría de la relatividad de Albert Einstein y la teoría de la evolución de Charles Darwin.
La validez de los enunciados observacionales se realiza desde la teoría, en la medida que son corroborados a través de ésta, se consolida y amplía su valor teórico, ese conocimiento irrumpe con vigor, porque se abre paso entre el conocimiento vigente, que comienza a envejecer por la obsolescencia que puede producir la irrupción del nuevo conocimiento, en algunos casos, incluso puede erigirse como un nuevo paradigma.
El conocimiento científico es producto de una época, obviamente al igual que las teorías, a cada contexto histórico de la humanidad corresponde un determinado nivel científico y de innovación tecnológica, por ejemplo el contexto histórico de Arquímedes de Siracusa, Galileo Galilei, Albert Einstein, Stephen Hawking, etc.
En este mismo orden, las teorías especulativas perduran hasta que son verificadas, mientras pasan las diferentes pruebas a través de los procesos minuciosos de la observación y la inexorable experimentación, las teorías que aprueban el proceso de verificación se mantienen y no logran ser reemplazadas.
Sin caer, en el empirismo del positivismo, las teorías científicas se mantienen en la medida que su coherencia y lo sistemático de sus planteamientos son verificados por sus pares, y es mediante este proceso que deviene adjudicación de credibilidad.
En cuanto a la elaboración de la hipótesis, no desde el punto de vista formal, sino desde el enfoque epistemológico y ontológico, no es una cuestión simplemente de redacción de acuerdo con determinada estructura gramatical y, tipologías de planteamiento que realizan algunos autores de manuales de libros de metodología de investigación científica.
La hipótesis además de utilizarse de brújula para guiar al investigador por la travesía de la hoja de ruta que establece el proceso de investigación, se convierte en el talón de Aquiles, porque al finalizar la investigación se establece en el blanco, en donde apuntarán los científicos para saber si realmente es consistente con el planteamiento y, debe de superar todos los intentos que se harán para desvirtuarla, es decir, falsarla.
En la medida que la hipótesis sea falsable la mayor cantidad de veces posible, y no sea falsada, la hipótesis se mantiene incólume y consistente.
La historia del conocimiento científico es la historia de la falsabilidad de las teorías científicas, observamos en la evolución del pensamiento científico, que el nuevo conocimiento por lo general tiene su origen en el interior de la teoría que reemplazará.
A sabiendas de requerimiento del entorno científico, de la exigencia del falsacionismo de las hipótesis, el científico en la elaboración de la investigación debe de abordar las diferentes formas de falsación que presumiblemente realizarán otros investigadores, para garantizar así la eliminación de las posibilidades presentes de falsar el nuevo conocimiento presentado a la comunidad científica.
El hecho de falsar continuamente las hipótesis y las teorías científicas es una de las características fundamentales de la ciencia, en términos modernistas la podríamos calificar como la crítica o la duda metódica, aunque no signifiquen lo mismo, pero persiguen similares resultados.
La crítica y la duda sobre una teoría científica nos conducen a iniciar un nuevo proceso de investigación sobre lo que se pretende poner en evidencia, es decir, corroborar la cientificidad del conocimiento que se desea falsar, lo que significa que la falsabilidad no es una posición de desprestigiar o ningunear al otro, desde lo emotivo, sino que es una posición objetiva y contiene fundamentos de rigurosidad científica.
Este proceso nos puede conducir a lograr falsar la teoría, pero en el mejor de los escenarios puede conducir a dar origen a una nueva teoría.
El falsacionismo es un proceso científico que sirve de acicate que empuja el avance científico y a la innovación tecnológica, se parte del hecho, que el conocimiento es temporal, porque está en constante mutación, desde el instrumental metodológico que cada vez se especializa y moderniza más, incluso las condiciones se complejizan y contribuyen a producir mejores resultados.
Bibliografía
Chalmers, Alan F., ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Madrid, Siglo XXI Editores, 1984.
Hughes, John y Wes Sharrock, La filosofía de la investigación, México, Fondo de cultura Económica, 1999.