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Curso online GRATUITO del programa de mindfulness MBSR (ocho semanas), con certificado.

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David Potter es el creador de este extraordinario curso online y gratuito, con certificación, Palouse Mindfulness: Mindfulness-Based Stress Reduction. Él es un instructor certificado en mindfulness MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) que recibió su formación a través de la University of Massachusetts Medical School, donde Jon Kabat-Zinn fundó el Center for Mindfulness. Es un psicoterapeuta retirado especializado en ansiedad, estrés y trauma.
Los contenidos del curso son de una gran calidad y están muy bien estructurados. Están distribuidos en ocho semanas. Para cada semana se ofrecen vídeos, lecturas, prácticas diarias y lecturas suplementarias. Además en la web del curso se ofrecen audios de meditaciones guiadas. El autor del curso comenta lo siguiente:
“… he hecho todo lo posible para hacer que la experiencia [del curso] sea interesante y variada, algo posible gracias a la generosidad de destacados maestros  cuyos videos y escritos se publican en este sitio, incluyendo Jon Kabat-ZinnPema ChodronTara BrachSylvia BoorsteinSharon SalzbergRobert SapolskyMarshall Rosenberg, yJack Kornfield.
Aunque el curso inicialmente está redactado en inglés, la propia web ofrece una pestaña para elegir el idioma de lectura (parte superior izquierda). Los vídeos que se proponen también pueden verse subtitulados, aunque para ello tendrías que elegir la opción del vídeo: Subtítulos en español.
Si se termina con éxito el curso, cumpliendo los requisitos que exigen, se puede obtener un certificado (gratis) de que se ha realizado el curso, pero no es una certificación de instructor del programa MBSR. Podrías utilizar lo aprendido en el curso pero no puedes ejercer oficialmente como Instructor en MBSR.
Si no sabes activar los subtítulos en español de los vídeos del curso sigue estas INSTRUCCIONES
http://meditacion2000.blogspot.com.es/

Filosofía de la Consciencia

consciencia, conciencia

 

dr. nelson campos villalobos

 

del latín conscientia.

 

 

es un problema crucial de la filosofía y de la psicología y que tiene una vertiente pedagógica profunda, como veremos en este análisis. el término ha tenido dos acepciones, el primero como conocimiento moral y el segundo como conocimento de la propia mente o de los fenómenos psíquicos que ocurren en ella.

actualmente, se considera como la capacidad de conocer el mundo externo, al mismo tiempo que se conoce el mundo emocional que constituye nuestra interioridad, nuestra , se da cuenta de lo que nos ocurre y de lo que conocemos; nos da el autoconocimiento que llamamos identidad; nos permite vivenciar el pasado como una realidad, sentir el presente y proyectarnos en el futuro, manteniendo siempre nuestra mismidad o autoidentidad. en suma, la conciencia nos permite conocer lo que ocurre en nuestra mente y quienes somos, con lo cual se une el conocimiento del ser y el mudo externo.

en toda la obra de aristóteles no hay un término que se refiera a conciencia en el sentido que hoy le damos. lo más cercano es el sustantivo syneidesis, con el significado de darse cuenta y que emplea apenas siete veces en toda su extensa obra. la ausencia del concepto que analizamos en la filosofía del período griego clásico se debe a que el centro de atención del pensamiento fue el objeto de la conciencia y no el proceso o fenómeno. solamente en el periodo helenístico, cuando la cultura griega se nutre del con el imperio alejandrino y posteriormente con el romano, se abre espacio en la filosofía para el análisis de los contenidos de la conciencia, cuando se llega al concepto de humanidad y se reflexiona sobre lo que significa el ser humano. se pasa de esa manera a la de que somos una especie que posee un espacio único en el cosmos y que puede reflexionar sobre sí mismo. posteriormente, en la edad media, santo tomás retoma la idea con el concepto de cum-scientia, lo cual quiere decircum alia scientia, o sea, la aplicación de la ciencia a lo que el sabe o conoce. ahora, el hombre sabe que sabe y ese proceso es lo que llamamos reflexividad. por lo demás, con esa toma de conciencia aparece la búsqueda de la verdad, por lo que ella es posterior a la primera, puesto que para encontrar la certeza del saber es preciso lograr el saber y reflexionar sobre él. surge un proceso de comparación entre lo que se sabe y la realidad, en un proceso epistemológico continuo.

podemos entender al fenómeno de la conciencia como un logro superior de la evolución que se da solamente en la especie homo sapiens, y que constituye parte principal del psiquismo humano, que consiste en reflejar la realidad, el lenguaje y el propio conocimiento.

 

 

la pedagogía basa su tekné en lograr en el alumno la reflexividad del pensar y lograr finalmente la toma de autoconciencia de su condición de miembro de la humanidad. la imagen que viene a mi mente no es la del maestro ante el alumno mostrándole el conocimiento, sino que es la del alumno ante un espejo que refleja al mundo, al cosmos y que a su vez devuelve el reflejo del joven. ese espejo es la pedagogía, en el cual se encuentra en forma objetivada el maestro. al término del proceso de formación se integra la triada buscada: el ser, la conciencia y la realidad.

 

volviendo al término moderno, la palabra viene del latín conscientia: en su sentido general, una interioridad  por la que vivimos en nuestra mente de forma intencional la realidad de lo que nos rodea y de la cual sentimos que formamos parte, que a la vez nos permite darnos cuenta de nuestra existencia y de nuestros actos. perder la consciencia o estar inconsciente es la privación de esa luz . el yo es un objeto construido por los actos conscientes. en la, hay una línea de basada en las neurociencias que señala que no existe la distinción mente-cuerpo, porque la consciencia es justamente  una función del cerebro que desaparece al estar este órgano en coma o privado de . según ellos, descartes cometió un error al  establecer la dualidad. existiría un continuum entre la difusa consciencia de los animales y la nuestra, porque es innegable que algunos mamíferos superiores poseen en forma limitada esa función. kant precisa el concepto cuando afirma que en los actos de la consciencia no se refleja una objetividad autónoma existente, sino que la objetividad como tal es un constitutivo propio de su actividad.

 

en la práctica, la conciencia constituye un saber reflejo, pues hay en ella una reflexión sobre la realidad. descartes se sorprende a sí mismo en esa reflexión cuando se da cuenta de su existencia porque puede pensar. en cierto modo, conciencia es la capacidad de darse cuenta de la propia existencia, del entorno y de la individualidad. si bien hay más de dos milenios de investigación filosófica sobre este fenómeno, ha persistido la idea que es una función adjudicada únicamente a nuestra especie. en realidad, en la naturaleza hay un continuo, al menos entre los mamíferos, desde una forma primitiva hasta la máxima conciencia. la investigación neuropsicológica trata de demostrar que la conciencia es una función más del cerebro humano, como puede verse en los recientes trabajos de francis crik, pero no hay un análisis filogenético aún que nos explique la evolución de este fenómeno tan particular.

el estudio de la conciencia ha pasado desde la metafísica a la biología, la medicina y recientemente a la interciencia que llamamos neurociencia, pero es evidente que aún no se encuentra el correlato neuronal o histológico para localizarla en el tejido cerebral humano, por lo cual si revisamos los conceptos, talvez habría más éxito en la investigación tratando de determinar qué de conciencia poseen los otros mamíferos, en el supuesto que ese fenómeno sea más simple en ellos. cualquiera que tenga un perro en su y lo haya criado de pequeño, sabe que la vida psíquica del animal es compleja y posee muchas de nuestras habilidades cognitivas, como la , la atención y la expresión de lenguaje corporal y reconocimiento de sonidos complejos y su conciencia, en mínima expresión comparada con la de su dueño, sí existe.

 

coincido con vigotsky en que la conciencia es el principal fenómeno de estudio para la psicología y más aún, en que es el objeto verdadero de estudio de esa ciencia. el comportamiento humano para poder ser estudiado requiere del meta-análisis de la conciencia puesto que en él hay mucho más que procesos biológicos, como es la subjetividad, los sentimientos, los cuales no son siempre ni aprendidos ni racionales.

como ha ocurrido continuamente en la historia de la ciencia, ésta siempre ha tomado, para tener un modelo explicatorio, a alguno de los paradigmas vigentes, como cuando en el siglo xviii se hacían analogías entre el cuerpo humano y las máquinas de la época. ahora se asimila de alguna manera al funcionamiento cerebral –la base del fenómeno de la conciencia- con el de los computadores, incluso empleando la jerga propia de esa disciplina, con términos como como programación; inteligencia artificial; respaldo de información, etc. todo esto solamente es una aproximación a un fenómeno que es producto de un órgano sumamente complejo, cuyo funcionamiento aún no entendemos pero que algún día lo será. el problema filosófico de la conciencia moral, por ejemplo, está lejos de ser desentrañado, porque es tan complejo como el de la conciencia psicológica. reducir este fenómeno de enorme complejidad a un fenómeno físico, químico o biológico es un tanto simplista, si bien cada ciencia es capaz de aportar lo suyo al estudio de este fenómeno. la conciencia aún espera su einstein que nos proporcione una teoría explicatoria.

por último, talvez no existe una sola conciencia, sino un conjunto de conciencias que trabajan juntas. por mi parte, puedo distinguir: conciencia del yo (como individuo, sin connotación psicoanalítica); conciencia moral; darse cuenta de los propios contenidos de conciencia; conciencia del tiempo y del tanscurrir de la vida propia; conciencia de la existencia de los otros; conciencia de mis sentimientos y los de los demás (como en la empatía y simpatía), conciencia del lenguaje y sentido de las palabras; conciencia perceptiva, como en la visión y muchas otros tipos, pues la variedad de las facultades  humanas es infinita. por otra parte, en lo que llamamos enfermedades mentales, se observa que en algunos casos se separan estos tipos de conciencia, como también ocurre en ciertos deficientes mentales, en que sobreviven milagrosamente determinados tipos de ella en desmedro de todas las demás. por eso propongo hablar de consciencias. la idea no es nueva, puesto que santo tomás expone tres tipos de conciencia: una conciencia psicológica, otra que es cognitiva y una tercera que es moral.

 

la reflexividad del pensamiento es el punto clave para entender el fenómeno que nos ocupa en este apartado, porque en esa línea argumental la autoconciencia es el darse cuenta de que existe esa interioridad que se capta a sí misma. en la praxis vital la reflexión es como un espejo en que se refleja la conciencia, donde se conoce a sí misma y examina sus contenidos a la luz de la realidad.

 

desde el punto de vista de la pedagogía de los valores, lo que importa es despertar en el niño los sentimientos que asociados a la conciencia le permitan internalizar las conductas buenas, socialmente hablando. el estudiante, a nivel de enseñanza media debe aprender que la conciencia es un conjunto de habilidades desarrolladas en la evolución y que después de cerca de 4 mil millones de años llega a su máxima expresión en el ser humano; de ella nacen, la ciencia y el arte; los derechos humanos consagran la libertad de expresión y de pensamiento, y ambos son nada menos que funciones de ella

http://filosofiaeducacional.bligoo.es/filosofia-de-la-consciencia-0#.Vu675eLhDrc

La consciencia es el mayor enigma de la ciencia y la filosofía

Estamos lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia consciente

 

La consciencia no es un fenómeno todo-o-nada, sino que existen diversos niveles de consciencia. Y la transición de la inconsciencia a la consciencia no es simplemente un cambio de una inactividad a una actividad neuronal, sino que supone un cambio en lo que hacen las neuronas, cambio que hoy por hoy es desconocido. El dualismo que subyace a algunas de las teorías sobre la consciencia plantea la cuestión de cómo superarlo, ya que este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro. Estamos lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia subjetiva de la consciencia. Por Francisco J. Rubia.

 


Epictura.

Epictura.
La consciencia es un enigma, probablemente el mayor enigma tanto en filosofía como en ciencia. Las cuestiones fundamentales que plantea son: ¿qué es la consciencia? ¿de dónde procede? y ¿para qué sirve?

El filósofo australiano David J. Chalmers distingue entre los “problemas fáciles” y el “problema duro o difícil” (hard problem) de la consciencia. Los problemas fáciles tratan la consciencia como una facultad mental más y analizan temas como la discriminación entre estímulos sensoriales, la integración de la información para guiar el comportamiento o la verbalización de estados internos, cómo se integran los datos sensoriales con la experiencia del pasado, cómo focalizamos la atención o lo que distingue el estado de vigilia del sueño. Pero el “problema difícil” de la consciencia es saber cómo los procesos físicos cerebrales dan lugar a la consciencia, cómo las descargas de millones de neuronas pueden producir la experiencia consciente, la experiencia subjetiva.

Si ser consciente implica la existencia de un “yo” y este yo, como nos dice la neurociencia, es una ficción, ¿qué consecuencias tendría este hecho para la consciencia? Por otra parte, ¿existe un solo yo? El psicólogo estadounidense William James planteó la existencia de al menos tres yos diferentes: un yo material, otro social y un tercero espiritual. Además, los enfermos con cerebro escindido han mostrado que pueden surgir tras la separación del cuerpo calloso dos yos distintos.

El psicólogo californiano Michael Gazzaniga dice que el hemisferio izquierdo es dominante para la mayoría de las funciones cognoscitivas, como la resolución de problemas, mientras que el hemisferio derecho es muy deficiente para resolver problemas difíciles. El resultado de muchos años de investigación sobre el cerebro hendido le hace concluir que el hemisferio derecho tiene una experiencia consciente muy diferente de la exacta y literal del hemisferio izquierdo.

Aunque ambos son conscientes, la consciencia del cerebro izquierdo supera con mucho a la del derecho. ¿Cuál sería pues el sustrato neuronal que hace surgir estos dos tipos de consciencia en los hemisferios cerebrales? Existe un “vacío explicativo”, como dice el filósofo de Harvard, Joseph Levine, entre las funciones cerebrales y la experiencia subjetiva.

La cuestión fundamental es, pues: ¿cómo podemos superar el abismo que separa lo objetivo y lo subjetivo, el cerebro y la experiencia consciente? Es un planteamiento muy parecido al planteamiento tradicional cuerpo/alma o mente/cerebro, que han discutido los filósofos desde hace más de 2.000 años. Y aún siguen discutiendo.

Otra cuestión que se plantea es la siguiente: si un sistema, como el cerebro, puede resolver problemas y procesar información de manera inconsciente, ¿para qué sirve la consciencia?

Algunos filósofos afirman que cuando comprendamos suficientemente bien el funcionamiento del cerebro, el concepto de consciencia se disipará del mismo modo que se disipó el concepto del flogisto una vez que se comprendió el proceso de la oxidación. El flogisto era un hipotético constituyente volátil de todas las sustancias combustibles que, según se creía, se liberaba en forma de llama durante la combustión.

Sir Charles Sherrington, premio Nobel de Medicina y Fisiología del año 1932, era de la opinión que la consciencia era científicamente inexplicable. Y el psicólogo Stephen Pinker, de la Universidad de Harvard, piensa que puede que podamos entender la mayoría de los detalles de cómo funciona la mente, pero la consciencia puede permanecer oculta. También el filósofo británico Colin McGinn opina que el problema es demasiado difícil para nuestras mentes limitadas, añadiendo que estamos cerrados cognoscitivamente ante ese problema. Afortunadamente, no todos los científicos y filósofos piensan lo mismo.

Definición de consciencia

La consciencia es un concepto que entendemos intuitivamente, pero que es difícil o imposible de describir adecuadamente en palabras. Se puede decir que consciencia es el estado subjetivo de apercibir algo, sea dentro o fuera de nosotros mismos.

No existe ninguna definición consensuada de la consciencia. Pero consciencia significa experiencia subjetiva, o sea, lo opuesto a objetividad. En algunos escritos la consciencia es considerada sinónimo de mente. Pero la mente incluye procesos mentales inconscientes, y puede definirse como el funcionamiento del cerebro para procesar información y controlar la acción de manera flexible y adaptativa.

La consciencia tiene contenidos, pero aunque pueda tener una enorme variedad de contenidos no puede tener muchos al mismo tiempo. La consciencia no es un fenómeno pasivo como respuesta a estímulos, sino un proceso activo de interpretación y construcción de datos externos y de la memoria relacionándolos entre sí.

Se ha equiparado la consciencia a la vigilia, pero estar despierto no es lo mismo que ser consciente de algo en el sentido de apercibirse de algo. En el sueño podemos apercibir imágenes mentales visuales o auditivas.

Los actos voluntarios y la toma de decisiones son aspectos importantes de la experiencia consciente. Por ello, uno de los significados más comunes de consciencia es que es un sistema de control ejecutivo que supervisa y coordina las actividades del organismo.

Para el profesor de psicología de la Universidad de Princeton, Philip Johnson-Laird, el cerebro es un sistema organizado jerárquicamente que procesa información en paralelo y cuyo nivel más alto que controla la conducta corresponde a la consciencia, aunque interacciona con varios subsistemas inconscientes.

Se ha considerado a la consciencia íntimamente relacionada con la memoria operativa, la atención y el procesamiento controlado. La memoria operativa es importante para la solución de problemas, la toma de decisiones y la iniciación de la acción. La relación con la atención es clara: prestar atención a algo es ser consciente de ese algo. El ejemplo más clásico de atención selectiva es el conocido como “efecto cocktail party”, por el que seleccionamos información interesante en medio de un gran ruido de fondo.

También se ha considerado la consciencia como sinónimo de auto-consciencia. Pero como se puede ser consciente de muchas cosas que no son la propia persona, hoy se estima que la auto-consciencia es una forma especial de la consciencia.

Todo el mundo sabe lo que es consciencia, dicen el fallecido premio Nobel Francis Crick y su colaborador alemán Christof Koch, pero mientras sepamos tan poco de ella, lo mejor es no dar ninguna definición que pueda inducir a errores o que sea restrictiva, o ambas cosas a la vez.

En la bibliografía anglosajona se utilizan dos palabras distintas que en español se suelen traducir por consciencia. La primera es “awareness”, que yo traduzco por apercepción; la segunda es «consciousness» que se traduce por consciencia. Esta diferenciación es importante, ya que existe la expresión en inglés “unconscious awareness” que se traduciría por “apercepción inconsciente”, lo que sería imposible si la palabra “awareness” se tradujese por consciencia, como suele hacerse.

Algunos autores definen la apercepción como un estado en el que tenemos acceso a cierta información que puede usarse para controlar la conducta. La consciencia está siempre acompañada de apercepción, pero la apercepción no tiene por qué estar acompañada por consciencia.

Se pueden distinguir dos tipos de consciencia. La consciencia primaria, que es la experiencia directa de percepciones, sensaciones, pensamientos y contenidos de la memoria, así como imágenes, ensueños y sueños diurnos. La consciencia reflexiva es la experiencia consciente per se. Este tipo de consciencia es necesaria para la auto-consciencia, que implica darse cuenta de ser un individuo único, separado de los demás, con una historia y un futuro personales. La consciencia reflexiva incluye el proceso de integración, o sea, de observar la propia mente y sus funciones; con otras palabras: conocer que se conoce. En realidad, la experiencia consciente en el humano adulto normal implica tanto la consciencia primaria como la consciencia reflexiva.

Características de la consciencia

William James, padre de la psicología norteamericana, en sus Principios de Psicología describió cinco características de alto nivel de la consciencia que aún siguen vigentes. Son las siguientes:

1) Subjetividad: Todos los pensamientos son subjetivos, pertenecen a un individuo y son sólo conocidos por ese individuo
2) Cambio: Dentro de la consciencia de cada persona, el pensamiento está siempre cambiando
3) Intencionalidad: La consciencia es siempre de algo, apunta siempre a algo
4) Continuidad: James utilizó siempre la expresión “curso de la consciencia” para dar a entender que la consciencia parece ser siempre algo continuo
5) Selectividad: Aquí James se refirió a la presencia de la atención selectiva, o sea que en cada momento somos conscientes de sólo una parte de todos los estímulos

A pesar de la enorme variedad de percepciones y pensamientos de naturaleza siempre cambiante, tenemos la impresión de que nuestra consciencia es algo unificado y continuo. Esta sensación de unidad de la consciencia algunos autores la consideran una ilusión.

Algunas teorías sobre la consciencia

Al igual que entre los filósofos post-cartesianos había diversas teorías, como la teoría del doble aspecto de Spinoza, el ocasionalismo de Malebranche, el paralelismo de Leibniz y su doctrina de la armonía preestablecida, hoy existen diversas teorías de la consciencia.

La teoría “clásica” ha sido la postulada por el psicólogo norteamericano William James en el siglo XIX. Para James, la consciencia es una secuencia de estados mentales conscientes, siendo cada uno de estos estados la experiencia de algún contenido concreto. James pensaba también que la consciencia tiene que haber tenido un propósito evolutivo, por lo que trataba la consciencia como una función y no como una entidad.

En el siglo XVIII el biólogo suizo Charles Bonnet intentó resolver el dilema introduciendo el llamado “epifenomenalismo”, una idea que después asumió también el biólogo británico Thomas Huxley. El epifenomenalismo acepta que la mente y el cuerpo están hechos de diferentes sustancias, pero la mente no tiene influencia sobre el cuerpo, aunque está causada por el cerebro. Los sucesos mentales son productos accesorios de los sucesos materiales.

La teoría basada en un dualismo cartesiano postula que la mente, alma o espíritu es inmaterial y la autoconsciencia, como propiedad de esa mente, está separada del cerebro que es físico e inconsciente. Esta teoría ha sido mantenida por Karl Popper y John Eccles; con este último yo colaboré en la Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo en su periodo tardío de laboratorio en 1975. El problema que plantea esta teoría es que no explica cómo se produce la experiencia subjetiva, ni tampoco cómo funciona la interacción entre un ente inmaterial y otro material.

Otra teoría es la sostenida por Stuart Hameroff y Roger Penrose que supone que los microtúbulos, que se encuentran en toda célula nerviosa, están designados para permitir la coherencia cuántica y las conexiones cuánticas en todo el cerebro. La dificultad es que no explica cómo surge la experiencia subjetiva por lo que muchos autores concluyen que la teoría cuántica de la consciencia sustituye un misterio por otro. Penrose es también de la opinión que el fenómeno de la vida mental requiere un conocimiento de la física que aún no tenemos.

Superveniencia

El filósofo coreano Jaegwon Kim utiliza el término “superveniencia” (supervenience) para expresar el hecho de que un ámbito o dominio está determinado por otro. Por ejemplo, las propiedades biológicas supervienen o son supervenientes a las propiedades físicas, porque las propiedades biológicas de un sistema están determinadas por sus propiedades físicas. En una tabla de madera, por ejemplo, la madera superviene a las moléculas y las moléculas supervienen a los átomos. Lo mental sería, pues, superveniente a lo físico. La mente sería al cerebro como el rayo a las partículas cargadas eléctricamente.

Los electrones tienen masa y rotación, pero la electricidad tiene potencial e intensidad. Los componentes químicos tienen densidad y conductividad, mientras que los organismos biológicos tienen crecimiento y reproducción. A cada nivel hay propiedades distintas, propiedades “emergentes”. Sin embargo, la superveniencia no explica por qué y cómo la mente emerge del cerebro.

Los neurobiólogos Gerald Edelman, premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1972 por sus trabajos sobre el sistema inmunológico, y Giulio Tononi, proponen que la consciencia emerge cuando grandes grupos de neuronas forman un núcleo dinámico en el cerebro con conexiones que forman bucles entre la corteza y el tálamo. A estas conexiones Edelman les llama “mapas de reentrada”, parecido a lo que el psicólogo británico Nicholas Humphrey denomina “bucles de realimentación reverberantes sensoriales”. La idea en ambos es que el cerebro se refiere a sí mismo y esto es lo que desencadena la consciencia.

La alternativa al dualismo es el monismo que plantea que el cuerpo y la mente están hechos de la misma sustancia. Los idealistas piensan que todo es mental, los materialistas que todo es material. El filósofo Spinoza pensaba que sólo existía una sustancia y que la sustancia tenía dos propiedades: que era consciente y que tenía extensión.

Un ejemplo típico de la postura materialista es la sostenida por el filósofo francés Julien Offroy de LaMettrie que en su obra L’Homme machine (El hombre máquina) decía que la mente es una máquina hecha de materia y que el pensamiento era un proceso material.

Y el filósofo británico Bertrand Russell pensaba que lo mental y lo físico son diferentes formas de conocer la misma cosa, la primera por la consciencia y la segunda por los sentidos. La consciencia nos da un conocimiento directo, inmediato, de lo que hay en el cerebro, mientras que los sentidos pueden observar (posiblemente ayudado por instrumentos) lo que hay en el cerebro. La consciencia es, básicamente, otro sentido, un sentido que, en vez de percibir colores, olores o sonidos, percibe la verdadera naturaleza del cerebro.

Dudas sobre lo mental

El materialismo eliminativo es la doctrina que postula que los estados mentales no existen, o, al menos, que la terminología es equivocada y debería abandonarse. Tanto el filósofo alemán Paul Feyerabend como el filósofo norteamericano Richard Rorty niegan la existencia de lo mental. Lo mental no es más que un mito. Y el neurocientífico norteamericano Paul Churchland dice que lo mental es el sujeto de la “psicología popular”, y la psicología popular no es una ciencia. Adscribimos estados mentales a los individuos, pero en realidad sólo existen procesos cerebrales.

El filósofo estadounidense John Searle piensa que la consciencia no puede reducirse a los procesos neuronales que la causan, pero que la consciencia es una característica biológica del cerebro. Searle ataca tanto al dualismo como al materialismo diciendo que la división del mundo en materia y mente es arbitraria y contraproducente. En su opinión tenemos que tener en cuenta que la consciencia está causada por procesos cerebrales, pero no puede ser reducida a esos procesos porque es un fenómeno de “primera persona”, o subjetivo, mientras que los procesos cerebrales son fenómenos de “tercera persona”, es decir objetivos.

El psicólogo norteamericano Julian Jaynes estudió los documentos históricos, arqueológicos y biológicos de civilizaciones antiguas, llegando a la conclusión que hace unos 3000 años los humanos no tenían aún consciencia. Dependían aún, como otros primates, de reacciones aprendidas. Los individuos de civilizaciones desarrolladas antes de los 1000 años a.C. (en Asiria, Babilonia, Mesopotamia, Egipto) no eran verdaderamente conscientes. Libros antiguos, como la Ilíada o la Biblia fueron compuestos por personas no conscientes que no distinguían entre los sucesos reales y los imaginarios. Los personajes de esos libros actuaban inconscientemente tomando decisiones confiando en voces, en alucinaciones. Según este psicólogo la consciencia apareció en la Odisea y en las partes más recientes de la Biblia, hará unos 3000 años. Lógicamente, estas afirmaciones han sido muy discutidas.

El antropólogo británico Kenneth Oakley planteó que existirían tres niveles de consciencia que corresponderían a tres capas evolutivas del cerebro: la apercepción, controlada por las regiones más antiguas del cerebro y relacionada sólo con el condicionamiento; la consciencia, controlada por la corteza cerebral y el hipocampo y relacionada con la representación interna del mundo; y, finalmente, la auto-consciencia, dependiente de las regiones más modernas de la corteza cerebral y relacionada con la representación interna de la propia representación interna.

El lingüista sueco Peter Gardenfors ve en el lenguaje el último estadio en el proceso que lleva a la consciencia humana. Piensa que primero estuvieron las sensaciones, luego la atención, las emociones, la memoria, los pensamientos, la planificación, el yo, el libre albedrío y, finalmente, el lenguaje. La mayoría de estas facultades no son únicas en los humanos, ya que la mayoría de los mamíferos tienen emociones e incluso pensamientos. Los chimpancés llegan hasta la planificación, pero sólo los humanos tienen consciencia de sí mismos y lenguaje. Todos los animales tienen un cierto grado de consciencia, pero sólo mamíferos y aves tienen corteza que les permite representaciones separadas de la realidad por lo que pueden adivinar y planificar. Los pensamientos son representaciones internas del mundo, lo que permite a los animales que los tienen separarse del mundo inmediato, pudiendo crear más de un curso posible de acción.

Red de funciones cognitivas

El yo sería para Gardenfors un fenómeno emergente, una propiedad que surge de una red de funciones cognoscitivas relacionadas entre sí. El lenguaje, como último estadio en el ser humano requiere una representación interna sofisticada, que son los símbolos. Las representaciones de otros animales no están suficientemente separadas de la realidad exterior.

Nicholas Humphrey dice que ser consciente es tener sensaciones, como algo opuesto a las percepciones. Los animales desarrollaron dos formas de representación de la interacción entre el cuerpo y el entorno: unas cargadas de afecto que son las sensaciones y otras neutrales con respecto a los afectos que son las percepciones. Para Humphrey tenemos un “ojo interior” que se comporta como cualquier otro sentido, menos en el hecho de que su objeto es el propio cerebro. La consciencia me permite percibir el estado de mi cerebro.

El neurofisiólogo norteamericano William Calvin propuso la teoría llamada “darwinismo mental”. Según esta teoría, lo mismo que el sistema inmunológico y la evolución de las especies están impulsados por la selección natural, la vida mental también lo está. Los pensamientos se producen inconscientemente y el proceso darwiniano elige los mejores. Para Calvin, lo que pensamos está siempre en función de la acción; los pensamientos son sólo movimientos que no han sido aún realizados.

El psicólogo estadounidense Marcel Kinsbourne cree que la consciencia no es un producto de la actividad neural, sino la actividad neural misma. El cerebro no genera consciencia, sino que es consciente, por lo que no es necesario buscar una región que genere consciencia; no es la región lo que importa, sino el estado del circuito; cualquier región del cerebro puede ser consciente si sus circuitos están en un estado apropiado.

El matemático danés Tor Norretranders piensa que la consciencia no contiene casi ninguna información. La mayoría de los procesos mentales nunca alcanzan la consciencia. El cerebro descarta cantidades ingentes de información antes de que tenga lugar la consciencia, aunque esta información descartada tenga influencia sobre nuestra conducta. Esto significa que la consciencia trata sobre todo de lo que ocurre dentro de nosotros y no fuera. Los datos sensoriales se procesan de acuerdo con estructuras cerebrales y se comparan con los contenidos de la memoria, volviendo a ser procesados, y luego surge una sensación consciente. En esta sensación poco queda de los datos sensoriales originales. Nunca podemos experimentar los datos sensoriales originales, sino que experimentamos sólo los productos terminados. Con otras palabras: nuestro cerebro conoce mucho más de lo que conoce la consciencia.

Con esto no agotamos todas las teorías existentes sobre la consciencia, pero he elegido las que me parecieron más relevantes. Como vemos, hay opiniones para todos los gustos.

Origen y evolución de la consciencia

¿Cómo surge la consciencia en un individuo y cómo surgió en la evolución? Todos creemos que los humanos no nacen con consciencia y que la vida, como fenómeno natural no fue originalmente consciente. Existe, pues, un problema ontogenético, de cuándo surge la consciencia en un individuo, y un problema filogenético, de cuándo surgió la consciencia de la materia, si fue repentinamente en una especie determinada o por el desarrollo de ciertas estructuras cerebrales. La auto-consciencia surge en el niño en la segunda mitad del segundo año de vida, y depende de la memoria episódica y de la capacidad para la consciencia reflexiva.

Ya mencionamos que el psicólogo norteamericano Julian Jaynes piensa que surgió muy recientemente en el ser humano, en la época homérica. Por el contrario el neurofisiólogo australiano John Eccles pensaba que surgió con el neocórtex de los mamíferos y la bióloga norteamericana Lynn Margulis es de la opinión que la consciencia es una propiedad tan antigua como la vida de organismos unicelulares simples, hace miles de millones de años. Otros científicos piensan que la consciencia surgió por la necesidad de comunicación con otros individuos, es decir, que fue cercana al lenguaje. El filósofo austriaco Karl Popper decía que la consciencia emerge con el lenguaje, tanto ontogenética como filogenéticamente.

El psicólogo británico Nicholas Humphrey coincide con la opinión de que la función de la consciencia es la de interacción social con otras consciencias. La consciencia aporta a los humanos un modelo explicativo de su propia conducta y esta facultad es útil para la supervivencia; con otras palabras: los mejores psicólogos son los que mejor sobreviven. Al entender la propia mente, entienden también la mente de los demás y eso supone una ventaja evolutiva importante.

Sin embargo, la consciencia difícilmente contribuye a la supervivencia. Muchas veces nos deprimimos cuando pensamos en cosas futuras, como la vejez o la muerte. La consciencia muy a menudo resulta en una menor determinación y perseverancia. Visto así, no parece que sea el producto de una evolución darwiniana porque realmente lo que hace es debilitar nuestro sistema de supervivencia en esos casos.

El lingüista estadounidense Merlin Donald planteó que la mente moderna con pensamiento simbólico surgió de una forma de inteligencia no simbólica por absorción gradual de sistemas nuevos de representación. La mente humana se desarrolló en cuatro estadios que coinciden con los estadios de crecimiento cognoscitivo en humanos modernos. Los homínidos más antiguos estaban limitados a representaciones episódicas del conocimiento. La memoria episódica era útil para aprender asociaciones estímulo-respuesta, pero no podía recuperar memorias independientemente de las señales del entorno, es decir, no podía pensar. Estos seres episódicos vivían sus vidas totalmente en el presente.

El Homo erectus desarrolló un sistema “mimético” de representación. La mente podía recuperar memorias independientemente del entorno y era capaz de re-describir la experiencia. La mente tiene una representación del mundo y es capaz de adaptarse continuamente a los nuevos conocimientos. Estas representaciones permitían al individuo comunicar sus intenciones y deseos. En este estadio existía una especie de memoria colectiva. En el tercer estadio, el Homo sapiens adquirió el lenguaje y, por consiguiente, la capacidad de construir relatos y formar mitos que representan modelos integrados del mundo por los que los individuos podían generalizar y predecir acontecimientos. El lenguaje permitió contar historias en grupo.

Hace unos 50.000 años los humanos comenzaron a almacenar contenidos de memoria en el mundo exterior en vez de en sus cerebros (pinturas rupestres, figuras, calendarios, etc.). Finalmente, con la escritura, hará unos 10.000 años, los humanos modernos alcanzaron capacidades representativas simbólicas y la lógica. Es la mente “teórica”.

En otro orden de cosas se estima que existen unos 10.000 millones de células corticales en el hombre moderno, de los que 1.000 millones estarían en relación con el cuerpo. Así que 8.900 millones se utilizarían para procesos internos y para las conexiones con otras neuronas del sistema. Se estima que el cerebro del Australopiteco tendría 3.500 millones de neuronas por encima de las relacionadas con el cuerpo, comparadas con los 2.000 millones del gorila y los 2.400 millones del chimpancé.

El Homo habilis tendría unos 4.500 millones de interneuronas y el Homo erectus 7.000. Respecto al volumen, el Australopiteco tenía un cerebro de 500 c.c. frente a los 450 c.c. del gorila. El Homo habilis tenía unos 700 c.c., el Homo erectus unos 950-1050 c.c. y el Homo sapiens 1.350 c.c. Sin embargo, parece que el número de células no es determinante. El lingüista y neurólogo alemán Eric Lenneberg dice que el cambio más importante durante la expansión cerebral fue la interconexión entre las células.


Urracas tratando de quitarse la marca que se han visto en el espejo. Oliver Wrobel. PlosBiology.

Urracas tratando de quitarse la marca que se han visto en el espejo. Oliver Wrobel. PlosBiology.
Aparte de nuestras experiencias cotidianas existen informes procedentes de estadios cognoscitivos que sugieren que los seres humanos no somos los únicos animales que tienen consciencia. Quizá seamos los únicos que somos conscientes de que somos conscientes, y, desde luego, los únicos que podemos informar de nuestro estado consciente mediante el lenguaje sintáctico.

Parece evidente que la consciencia surge sobre el sustrato biológico del sistema nervioso y, por tanto, es un estado adquirido a lo largo de la evolución. Se suele distinguir entre una consciencia sensorial, llamada también “consciencia primaria”, probablemente común a muchos animales, y una consciencia llamada metacognición o “consciencia de nivel superior”, única en el hombre.

Desde luego, si reconocerse en un espejo es señal de auto-consciencia, las ballenas, los delfines, los elefantes, los chimpancés, los gorilas, los orangutanes y los tamarinos poseen autoconsciencia. A favor de la presencia de consciencia en los mamíferos está el hecho de que todos poseen un sistema tálamo-cortical altamente desarrollado.

Informes sobre rendimientos considerables de la memoria en algunas aves, el aprendizaje vocal y la reproducción de lo aprendido, así como la discriminación en tareas difíciles, hace pensar que la consciencia surge en las aves, probablemente de manera independiente de los mamíferos. En la solución de problemas que parecen requerir habilidades cognoscitivas de alto nivel destacan también los cuervos que son capaces de utilizar herramientas de distinto tamaño y longitud de acuerdo con la dificultad de la tarea para obtener alimentos.

Se ha llegado incluso a plantear niveles muy simples de consciencia en cefalópodos, tales como los pulpos y las sepias a los que se le reconoce una capacidad cognoscitiva muy elevada en la discriminación de objetos, en atención y en memoria.

¿Cuándo surge, pues, la consciencia? El problema cuando intentamos saber si otros animales son conscientes es que los organismos no humanos no pueden hablar. Estamos convencidos de que pueden sentir placer y dolor, pero no podemos saber si son conscientes de esos sentimientos. Entre los humanos también los niños pequeños no pueden hablar, aunque también estamos convencidos de que pueden tener sentimientos como nosotros.

No obstante, ha habido controversias sobre si los bebés son capaces de sentir como los adultos. La circunsición suele realizarse sin anestesia y generalmente a los bebés se les prescribe dosis post-operativas de analgésicos inferiores a las que se utilizan para el adulto. Se les puede preguntar cuando se hacen mayores, pero existe lo que Freud llamó la amnesia infantil, algo que según él se producía porque los contenidos de la memoria estaban reprimidos. Explorando esa amnesia se ha podido comprobar que los bebés tienen una buena memoria a largo plazo y que esa información no sufre en la transición entre la vida pre-verbal y la verbal. Pero no podemos saber si en la vida pre-verbal el bebé tiene consciencia de esa memoria, ya que el recuerdo utiliza el lenguaje.

Por todo ello se ha sugerido que los bebés que aún no han aprendido a hablar no tienen recuerdos conscientes, mientras que los bebés parlantes sí los tienen. Que el lenguaje juegue un papel crítico en este proceso lo indica que las niñas, que suelen aprender antes a hablar que los niños, tienen recuerdos más antiguos de su niñez.

Se ha propuesto la existencia de dos tipos de memoria. El primer sistema operaría a lo largo de toda la vida y no puede accederse a él intencionalmente; el segundo sistema dependería del lenguaje y puede accederse a él intencionalmente. Otros autores han planteado que la memoria autobiográfica se desarrolla cuando lo hace el concepto del yo o de sí mismo. Los niños comienzan a utilizar la palabra ‘yo’ y ‘mi’ poco antes de los dos años de edad y ‘tú’ uno o dos meses después. Se calcula que el concepto del yo surge, pues entre los 18 y los 24 meses de edad. En resumen: que el acceso consciente al sistema autobiográfico que depende del hipocampo coincide con el desarrollo del lenguaje y con el desarrollo del concepto de sí mismo.

Correlatos neurales de la consciencia

Cuerpo y cerebro son observables por terceros. Pero la mente sólo es accesible por el que la posee. Los pesimistas niegan la posibilidad de salvar esa distancia. Sólo podremos describir los correlatos de estados mentales, pero no cómo esos correlatos generan la consciencia, el sentido del yo. Otros argumentan que es absurdo llevar a cabo una investigación sobre la mente que es el instrumento que se emplea en la búsqueda de la solución del problema.

Algunos científicos han abordado la prometedora tarea de buscar los correlatos neuronales específicos de la consciencia. Los diversos autores proponen diferentes estructuras del cerebro para el asiento de la consciencia, estructuras como los núcleos talámicos intralaminares, el núcleo reticular, la formación reticular mesencefálica, la red intracortical tangencial de las capas I y II y los bucles tálamo-corticales.

Para Francis Crick y Christof Koch la mejor manera de abordar el tema de la consciencia es concentrarse en encontrar sus correlatos neuronales y las funciones cerebrales que dan lugar a las experiencias conscientes.

Edelman y Tononi piensan que el sustrato neuronal de la consciencia comprende grandes poblaciones de neuronas – en especial las del sistema tálamo-cortical – que se encuentran ampliamente distribuidas por todo el cerebro. Por otro lado, ningún área concreta y única del cerebro es responsable de la experiencia consciente.

Las únicas lesiones cerebrales localizadas que tienen como resultado la pérdida de la consciencia son las que suelen afectar al llamado sistema reticular de activación, situado en las porciones superiores del tronco cerebral (las regiones superiores de la protuberancia y el mesencéfalo) hasta el hipotálamo posterior, los llamados núcleos talámicos intralaminares y reticulares y el cerebro basal anterior. Su actividad es esencial para el mantenimiento del estado de la consciencia. Se supone que no genera consciencia por sí mismo.

En seres humanos se han identificado varios correlatos de la consciencia, como el bucle tálamo-cortical, un EEG característico de ondas frecuentes y de baja amplitud que va de 12-70 Hz y la formación reticular mesencefálica. Se ha propuesto que la descarga sincrónica de neuronas corticales, con una frecuencia de 40 Hz, también conocida como oscilación gamma, sea el correlato neural de la consciencia y sirva para unir la actividad de diversas áreas corticales, en relación con un mismo objeto. Pero estudios recientes en sujetos anestesiados han podido mostrar que la frecuencia de 40 Hz puede existir sin consciencia.

Se ha postulado que las células piramidales de la capa V y VI de la corteza, cuyos axones proyectan fuera de la corteza, serían responsables de la consciencia visual.

Los neurocientíficos británicos Karl Friston y Richard Frackowiak mostraron que las áreas que disminuyeron su actividad cuando una actividad motriz es aprendida son la corteza prefrontal y el área motriz suplementaria, lo que puede indicar que estas regiones cerebrales están implicadas en la producción de consciencia. La corteza prefrontal se sabe que está implicada en la toma de decisiones y el AMS es uno de los lugares implicados en la iniciación de la acción. Las regiones que participan en el control inconsciente de la actividad motriz son probablemente la corteza parietal posterior y el cerebelo. Es sorprendente la cantidad de corteza cerebral que puede perderse sin que el individuo pierda la consciencia.

El neurocirujano norteamericano Joseph Bogen tenía dos pacientes que tras una operación habían conservado sólo el hemisferio derecho. Perdieron las funciones sensoriales y motoras de la parte derecha del cuerpo y casi toda la capacidad de hablar, pero los sujetos estaban conscientes y respondían apropiadamente a los estímulos.

Consciencia ocasional

El nivel de consciencia se regula por el Sistema Activador Reticular Ascendente, descubierto por Moruzzi y Magoun en 1949 y que es la formación reticular que se extiende por el bulbo, la protuberancia y el mesencéfalo. Las neuronas necesitan mantener un nivel de actividad determinado. La formación reticular actúa no sólo modificando el nivel de actividad, sino también modulando las entradas y salidas, sobre todo las que salen de la médula espinal. Podemos modular los niveles de consciencia alterando la actividad de la formación reticular probablemente desde la corteza prefrontal. Estas estructuras son necesarias, pero no suficientes para la consciencia. Se necesita también la actividad de neuronas corticales.

El núcleo reticular del tálamo funciona como un interruptor para la consciencia. Cuando el nivel de activación del tronco del encéfalo disminuye, los circuitos tálamo-corticales comienzan a oscilar. Este ritmo sincrónico contribuye a la pérdida global de consciencia como ocurre en el sueño no REM. En el EEG se ven los husos característicos del sueño y las ondas lentas. A este fenómeno se le ha llamado “sincronización del EEG”.

Cuatro neurotransmisores juegan un papel en la función cerebral: el sistema noradrenérgico del locus coeruleus, el sistema serotoninérgico de los núcleos del rafe, el sistema dopaminérgico del mesencéfalo y el sistema histaminérgico del hipotálamo. La noradrenalina y la histamina están implicadas en la vigilia, la alerta y la atención; la serotonina en frenar la acción motora, ayudándola para que sea estímulo- y situación- específica; la dopamina apoyando y facilitando el movimiento, la emoción positiva y el pensamiento.

En la visión hay una vía que va desde la retina a la corteza visual primaria, pasando por el núcleo geniculado lateral. Esa vía no implica consciencia. En la corteza visual primaria, la información se dirige luego a las áreas corticales donde está representado el movimiento y a otras donde se representa el color; de ahí pasa la información a células que reconocen los objetos en la corteza asociativa temporal inferior, donde la información se hace consciente.

La cuestión es: ¿cómo se explica que unas descargas neuronales de una región asociativa de la corteza pueda ir acompañadas de consciencia y otras no? Gerald Edelman piensa que esa pregunta puede contestarse con lo que él llama “darwinismo neural”, que trata sobre la cooperación y competición entre grandes grupos de neuronas; las que salen triunfantes de esta competición serían las que van acompañadas de consciencia. A esto Edelman le llamó la “hipótesis del núcleo dinámico”.

Se sabe asimismo que la vía visual dorsal, que va desde el área visual primaria hacia la corteza asociativa parietal, también llamada la vía del “dónde”, que es capaz de localizar los objetos en el espacio, es inconsciente, mientras que la vía ventral que se dirige a las áreas asociativas temporales, llamada vía del “qué” es consciente. Las proyecciones de la corteza parietal a las áreas premotoras son inconscientes, mientras que las proyecciones de corteza parietal a la corteza prefrontal están relacionadas con la consciencia.

Experimentos realizados por Benjamín Libet mostraron que era necesario estimular la corteza somestésica con un tren de impulsos de al menos medio segundo para producir una experiencia consciente. Libet llamó a este fenómeno la “adecuación neural para la consciencia”. Este hecho significa que la consciencia tiene que estar mucho más atrás en el tiempo que los sucesos del mundo real y, por tanto, tiene que ser inútil para responder a un mundo que se mueve rápidamente.

La consciencia no es un fenómeno todo-o-nada, sino que existen diversos niveles de consciencia. Y la transición de la inconsciencia a la consciencia no es simplemente un cambio de una inactividad a una actividad neuronal, sino que supone un cambio en lo que hacen las neuronas, cambio que hoy por hoy es desconocido.

Todos estos resultados indican que la consciencia es un producto de la actividad cerebral, pero que muchas de las actividades de las neuronas cerebrales no van acompañadas de consciencia.

¿Máquinas con consciencia?

¿Puede crearse consciencia en una máquina? Los ordenadores pueden resolver problemas que los humanos encuentran difíciles, como la comprobación de teoremas, pero tienen enormes dificultades en tareas fáciles para los humanos, como el reconocimiento de objetos y la manipulación de los mismos.

En 1997 el mejor jugador del mundo de ajedrez, Gary Kasparov fue vencido por “Deep Blue”, un ordenador IBM. El ordenador era capaz de calcular 200 millones de posiciones de las fichas del ajedrez por segundo, mientras que Kasparov sólo podía procesar tres o cuatro posiciones. Además, el ordenador no estaba sometido a emociones o a estrés. La pregunta que se plantea es la siguiente: si Kasparov es considerado un ser inteligente, ¿por qué no podemos darle a Deep Blue la misma consideración?

Uno de los ataques más relevantes a la idea de que la IA podría desarrollar una mente ha sido la llamada Habitación China del filósofo estadounidense John Searle, un “Gedankenexperiment” en el que una persona en una habitación recibe caracteres chinos, los procesa siguiendo una serie de reglas, saca los resultados correctos sin entender lo que significan.

Aunque muchas actividades y acciones complejas pueden realizarse de manera inconsciente, actividades más dinámicas e interactivas, como el diálogo interpersonal, sólo puede llevarse a cabo de manera consciente.

Ahora mismo, en Internet, hay unidos cientos de millones de ordenadores, y el ancho de banda de las conexiones crece cada año. Algunas personas afirman que si Internet sigue creciendo llegará a un tamaño en el que inevitablemente se volverá consciente.

En los últimos 50 años la densidad de empaquetamiento de transistores en los circuitos integrados se dobla aproximadamente cada dos años. Esta tasa de crecimiento exponencial, llamada la ley de Moore, se espera que continúe durante una década o dos, lo que supone un aumento del rendimiento y una disminución de los costes. Se ha calculado que en el año 2019 un ordenador típico de mesa tendrá la capacidad del cerebro humano y costará sólo unos 1000 dólares. Y se calcula que el año 2029 se podrá construir una máquina que pase el test de Touring.

En 1950 Alan Touring planteó la respuesta a la pregunta: “¿Pueden pensar las máquinas?”. El test que lleva su nombre se aprobaría si durante 5 minutos la máquina podría responder de tal manera que el interrogador no pudiese distinguirla de un ser humano. Supongo que se necesitará más que pasar el test de Touring para que una máquina genere consciencia.

Conclusiones

El dualismo que subyace a algunas de las teorías sobre la consciencia plantea una cuestión importante, a saber cómo superarlo, ya que a lo largo de la historia de la filosofía este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro. Por tanto, entiendo que la superación de esta visión dualista ha ayudado mucho a la neurociencia para plantearse el estudio de las funciones mentales, considerando éstas como el producto de la actividad cerebral.

Ahora bien, la cuestión no es tan fácil, ya que considero imposible liberarse completamente del pensamiento o la visión dualista. Y pienso que es imposible porque supongo que esta forma de pensamiento en antinomias o antítesis podría bien ser una categoría más de nuestra mente con la que analizamos el mundo. Estoy convencido de que nuestro pensamiento lógico-analista es dualista, nos hace ver el mundo en antinomias o conceptos contrarios.

Todos tenemos la impresión de que nuestra experiencia consciente subjetiva es algo distinto del mundo físico que nos rodea y, si el cerebro pertenece a ese mundo físico, como es el caso, nos resulta muy sencillo separar la actividad cerebral de las experiencias subjetivas. De ahí que el pensamiento dualista sea común a mitos y religiones, a la filosofía y a la ciencia.

Me hace pensar en una predisposición genética que denomino “pensamiento dualista”, aunque ya previamente el psiquiatra de Pensilvania Eugene D’Aquili, fallecido en 1998, lo llamó “operador binario”, una estructura, módulo o dispositivo neural que estaría localizado en el lóbulo parietal inferior izquierdo. El neuropsicólogo ruso Alejandro Luria tuvo un paciente con una lesión en esa región cerebral y el sujeto no podía ya distinguir entre los conceptos contradictorios, como arriba/abajo, delante/detrás o antes y después. Había perdido la visión dualista del mundo que nos caracteriza.

Si esto es cierto, entonces el dualismo que parecemos percibir en la naturaleza no es tal, sino simplemente que nuestro cerebro lo percibe así, pero que no existe en la naturaleza, en el mundo exterior.

A mi entender, esta manera de ver el problema de la consciencia dificulta enormemente su solución. En otro lugar he argumentado que la experiencia mística, producida no sólo espontáneamente, sino provocada experimentalmente por estimulación de ciertas regiones del cerebro, es una experiencia en la que una de sus características es la anulación de la visión dualista, o sea, la desaparición del yo frente al mundo, uniéndose el sujeto con la naturaleza, el vacío o Dios.

Este hecho nos está diciendo, en mi opinión, que la visión dualista no es la única posible con la que el cerebro se enfrenta a la realidad exterior. Pero también nos dice que el cerebro es capaz de generar experiencias espirituales, es decir, que considerar a este órgano como materia, simplemente, no sería correcto. Más bien habría que hablar de algo así como “espiriteria”, o sea la contracción de espíritu y materia.

Esto quiere decir que los conceptos “materialismo”, “espiritualismo”, no son otra cosa que “dualismos cojos” en el sentido que de la partición dualista de una totalidad eligen solamente una parte.

En cualquier caso, espero que haya quedado claro que estamos aún lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia subjetiva de la consciencia. Aquellos que opinan que este es un enigma insoluble y que nunca llegaremos a encontrar una solución deberían considerar los enormes avances que ha experimentado la neurociencia, sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado, y deberían asimismo pensar que en ciencia la palabra “nunca” no debe utilizarse. Por mi parte, considero que es posible que sea el resultado de una visión dualista que habría que superar.

Conferencia pronunciada por el Prof. F. J. Rubia en la Real Academia Nacional de Medicina el 12 de enero de 2010, con motivo de la inauguración del curso académico. Este texto se publicó originalmente en el blogNeurocienciasdel autor en Tendencias21. Francisco J. Rubia Vila es Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y también lo fue de la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, así como Consejero Científico de dicha Universidad.

http://www.tendencias21.net/La-consciencia-es-el-mayor-enigma-de-la-ciencia-y-la-filosofia_a4026.html

Metodología II ¿Cómo alcanzar un estado alterado de conciencia de forma natural?

Ya hemos visto en la sección de Metodología las diferencias
entre sueño lúcido y viaje astral y la manera de llegar a ellos desde la
meditación del yoga Nidra.
Pero no es el único camino, hay otros que vamos a
explorar a continuación.

Preparación
previa:

 
Para llegar a un estado alterado de conciencia
voluntario (EVAC) es conveniente prepararse para tal evento teniendo en cuenta
algunas pautas sencillas, pero muy efectivas que nos permitirán lograr con
mayor facilidad nuestro objetivo:

En primer lugar y más importante es
desearlo y repetirlo a lo largo de todo el día, tanto mentalmente como de
palabra. ¿Por qué? Porque así vamos preparando nuestro subconsciente para tal
evento, por regla general nuestro subconsciente reproduce hechos y situaciones
que hemos vivido a lo largo del día y estos se reproducen durante el sueño. Es
como si lo programáramos.

LA PIEDRA DE VISOKO: UN MAPA ESTELAR DE 100,000 AÑOS DE EDAD

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La constelación de Cetus (línea azul, abajo) también está representada sólo en la parte superior. Cetus es una constelación muy grande y una gran parte de ella se encuentra bajo el Celeste del Horizonte. Por último, a la izquierda, se encuentra la constelación de Piscis (rojo). En la piedra, se representa la parte inferior de la misma (visible desde Visoko, como punto de observación). Su parte inferior es similar a un triángulo, como se representa en la piedra y en la reproducción astronómica (imagen en la esquina derecha).

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El cuadrante de la izquierda contiene un lenguaje arquetipo muy intrigante. En las más antiguas civilizaciones, la “E” simboliza el concepto de la vida. Por lo tanto, la correlación Sol-Vida es muy distintiva.

Tenemos tres de E en diferentes posiciones. Parece ser una representación del Sol que cruza la eclíptica … Es posible que la tercera E indica el momento preciso de la alineación, fijado en alrededor de 60 ° sobre la eclíptica.

Los dos círculos en gris se refieren a las estrellas, planetas o la luna … En este último caso, hemos observado que el «círculo-Moon» está aumentando con el Sol, la hipótesis de un posible eclipse solar.

Un eclipse solar tiene un período de alrededor de 180 ‘y los tres Soles pueden indicar las fases del eclipse (60’ x 3)

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La pregunta es: cuando se grabadó esta piedra? Y con cual era se asocia? Usando el software Starry Night Pro, he notado que la configuración astronómica grabada, nunca volvió a aparecer en el cielo de Visoko en los últimos 100.000 años.

Esto significa que:

  1. El mapa astronómico grabado es mucho más antiguo que 100.000 años;
  2. El eje terrestre tuvo otra inclinación, por lo que las coordenadas están fuera de orden; o
  3. Visoko no era el punto de observación correcto;

La siguiente imagen es una configuración astronómica perteneciente a 82.250 antes de Cristo, cuando las constelaciones representadas en la piedra se fijaron en el cielo por encima de Visoko. Sin embargo, la correlación no es precisa. Creo que la correlación exacta es mayor de 100.000 años.

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Imagen destacada: La piedra de Visoko.

Crédito: Fundación Parque Arqueológico de la Pirámide del Sol de Bosnia

Por Armando Mei

Fuente: http://piramidasunca.ba/eng/latest-news/item/10643-the-visoko-stone-a-100000-years-old-star-map.html

http://locklip.com/visoko-stone-100000-years-old-star-map/2/prettyPhoto/0/prettyPhoto/1/

LA PIEDRA DE VISOKO: UN MAPA ESTELAR DE 100.000 AÑOS DE EDAD

Los 4 excesos de la educación moderna que trastornan a los niños

Cuando nuestros abuelos eran pequeños, tenían solo un abrigo para el invierno. ¡Solo uno! En aquella época de vacas flacas, incluso tener un abrigo se consideraba un lujo. Por eso, los niños lo cuidaban como un bien precioso. En aquellos tiempos se solía tener lo mínimo indispensable. Y los niños eran conscientes del valor y la importancia de sus cosas.
Mucha agua ha corrido bajo el puente desde entonces y nos hemos convertido en personas más sofisticadas. Nos gusta tener muchas opciones e intentamos que nuestros hijos tengan todo lo que desean y, si es posible, mucho más. Sin embargo, no nos damos cuante de que al mimarles excesivamente contribuimos a crear un ambiente en el que pueden proliferar los trastornos mentales.
De hecho, se ha demostrado que un exceso de estrés durante la infancia aumenta las probabilidades de que los niños desarrollen problemas psicológicos. Así, un niño sistemático puede ser empujado a desarrollar un comportamiento obsesivo y un pequeño soñador puede perder su capacidad para concentrarse.
En este sentido, Kim Payne, profesor y orientador estadounidense, llevó a cabo un experimento muy interesante en el cual simplificaron la vida de los niños diagnosticados con un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Al cabo de tan solo cuatro meses, el 68% de estos pequeños habían pasado de ser disfuncionales a ser clínicamente funcionales. Además, mostraron un aumento del 37% en sus aptitudes académicas y cognitivas, un efecto que no pudo igualar el medicamento más prescrito para este trastorno, el Ritalin.
Estos resultados son, en parte, extremadamente reveladores y, por otra parte, también son ligeramente atemorizantes ya que nos hace preguntarnos si realmente les estamos proporcionando a nuestros hijos un entorno sano desde el punto de vista mental y emocional.
¿Qué estamos haciendo mal y cómo podemos arreglarlo?

¿Cuando mucho se convierte en demasiado?

A inicios de su carrera, este profesor trabajó como voluntario en los campos de refugiados, donde tuvo que lidiar con niños que sufrían estrés posttraumático. Payne apreció que estos niños se mostraban nerviosos, hiperactivos y continuamente expectantes, como si algo malo fuera a pasar de un momento a otro. También eran extremadamente cautelosos ante la novedad, como si hubieran perdido esa curiosidad innata de los niños.
Años más tarde, Payne apreció que muchos de los niños que necesitaban su ayuda mostraban los mismos comportamientos que los pequeños que provenían de países en guerra. Sin embargo, lo extraño es que estos niños vivían en Inglaterra, por lo que su entorno era completamente seguro. Entonces, ¿por qué mostaran síntomas típicos del estrés postraumático?
Payne piensa que aunque los niños de nuestra sociedad están seguros desde el punto de vista físico, mentalmente están viviendo en un entorno similar al que se produce en las zonas de conflictos armados, como si su vida peligrara. Estar expuestos a demasiados estímulos provoca un estrés que se va acumulando y obliga a los niños a desarrollar estrategias para sentirse a salvo.
De hecho, los niños de hoy están expuestos a un flujo constante de información que no son capaces de procesar. Se ven obligados a crecer deprisa ya que los adultos colocan demasiadas expectativas sobre ellos, haciendo que asuman roles que en realidad no les corresponden. De esta manera, el inmaduro cerebro de los niños es incapaz de seguir el ritmo que impone la nueva educación, y se produce un gran estrés, con las consecuencias negativas que este provoca.

Los cuatro pilares del exceso

Como padres, normalmente queremos darle lo mejor a nuestros hijos. Y pensamos que si un poco está bien, más será mejor. Por eso, ponemos en práctica un modelo de hiperpaternidad, nos hemos convertido en padres helicóptero que obligan a sus hijos a participar en una infinidad de actividades que, supuestamente, les preparan para la vida.
Por si no fuera suficiente, llenamos sus habitaciones de libros, dispositivos y juguetes. De hecho, se estima que los niños occidentales tienen, como media, 150 juguetes. Es demasiado, y cuando es demasiado, los niños se sienten abrumados. Como resultado, juegan de manera superficial, pierden el interés fácilmente por los juguetes y por su entorno y no desarrollan su imaginación.
Por eso, Payne afirma que los cuatro pilares del exceso sobre los cuales se erige la educación actual de los niños son:
1. Demasiadas cosas
2. Demasiadas opciones
3. Demasiada información
4. Demasiada velocidad
Cuando los niños son abrumados de esta forma, no tienen tiempo para explorar, reflexionar y liberar las tensiones cotidianas. Demasiadas opciones terminan erosionando su libertad y les roba la oportunidad de aburrirse, que es fundamental para estimular la creatividad y el aprendizaje por descubrimiento.
Poco a poco, la sociedad ha ido erosionando la maravilla que implica la infancia, hasta tal punto que algunos psicólogos se refieren a este fenómeno como “la guerra contra la infancia”. Basta pensar que en las dos últimas décadas los niños han perdido una media de 12 horas semanales de tiempo libre. Incluso los colegios y las guarderías han asumido una orientación más académica.
Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad de Texas ha desvelado que cuando los niños juegan deportes bien estructurados se convierten en adultos menos creativos, en comparación con los pequeños que han tenido mucho tiempo libre para jugar. De hecho, los psicólogos han notado que la forma de jugar moderna genera ansiedad y depresión. Obviamente, no se trata solo del juego más o menos estructurado sino también de la falta de tiempo.

Simplificar la infancia 

La mejor manera de proteger la infancia de los niños es decir “no” a las pautas que la sociedad pretende imponer. Se trata de dejar que los niños sean simplemente eso, niños. La vía para proteger el equilibrio mental y emocional de los niños consiste en educar en la simplicidad. Para lograrlo es necesario:
– No atiborrarles de actividades extraescolares que, a la larga, probablemente no le servirán de mucho.
– Dejarles tiempo libre para que jueguen, preferentemente con otros pequeños o con juguetes que puedan estimular su creatividad, no con juegos estructurados.
– Pasar tiempo de calidad con ellos, es el mejor regalo que pueden hacerles los padres.
– Crear un espacio de tranquilidad en sus vidas donde puedan refugiarse del caos cotidiano y aliviar el estrés.
– Asegurarse de que duermen lo suficiente y descansan.

– Reducir la cantidad de información, asegurándose de que esta sea comprensible y adecuada a su edad, lo cual implica hacer un uso más racional de la tecnología.

– Simplificar su entorno, apostando por menos juguetes y cerciorándose de que estos estimulan realmente su fantasía.
– Disminuir las expectativas sobre su desempeño, dejándoles que sean simplemente niños.

Recuerda que los niños tienen toda la vida por delante para ser adultos, mientras tanto, deja que sean niños y disfruten de su infancia.

Fuentes:
Bowers, M. T. et. Al. (2014) Assessing the Relationship Between Youth Sport Participation Settings and Creativity in Adulthood. Creativity Research Journal; 26(3): 314-327.
Payne, K.J. (2009). Simplicity Parenting. New York: Ballantine Books.

Rincón de la Psicología

No es un caso del inspector Clouseau: ¿Cómo ha cambiado ballestas Guerra en la antigua China

Parte de una Batalla Naval de desplazamiento de la Guerra Imjin.

La ballesta es un arma de proyectiles que tuvo un importante impacto en las batallas manera se libraron en el mundo antiguo. Antes del uso generalizado de las ballestas, que era el arco y la flecha que era el arma de proyectiles de elección. Para utilizar esta arma de manera eficiente, sin embargo, era necesario para los arqueros que tienen una cantidad considerable de formación, así como la fuerza física.

Por el contrario, se necesita un relativamente menor cantidad de destreza y fuerza física para operar una ballesta. Por otra parte, se podría hacer a bajo costo. Por lo tanto, los soldados conscriptos (que pueden no haber tenido entrenamiento con el arco y la flecha) podrían estar armados con ballestas para ducharse proyectiles sobre el enemigo.

Sobre el origen de ballestas

La ballesta puede haber sido inventado por primera vez en la antigua China. Algunos historiadores creen que los chinos, incluso ya se habían inventado las primeras ballestas crudo ya en 2000 antes de Cristo. Esto se basa en ciertos artefactos de hueso, piedra y concha que se han interpretado como desencadenantes de ballesta. Una evidencia más concluyente de ballestas antiguos chinos, sin embargo, viene de todo el siglo 6 aC, si no antes.

Retrato de la Guardia Imperial Zhanyinbao, llevando a su equipo de tiro con arco y que lleva un DAO envainada.

Retrato de la Guardia Imperial Zhanyinbao, llevando a su equipo de tiro con arco y que lleva un DAO envainada. ( Dominio Público )

Mientras que la ballesta fue probablemente el primero inventado en el Este de Asia, es difícil determinar su civilización exacta de origen. Aparte de la antigua China, la ballesta podría haber sido utilizado por primera vez en Asia Central. También se ha sugerido que la tecnología se extendió ballesta en la China antigua, cuando los tiradores de Asia Central fueron contratados como mercenarios por parte de los chinos. Sin embargo, la mayor parte de la evidencia (literaria y arqueológica) para las primeras ballestas es de la propia China.

Las menciones a principios de la Ballesta

Dos ejemplos de la literatura china temprana citan incluyen la ballesta de Sun Tzu El Arte de la Guerra , y los guiones Mohist del 4 al 3 ª siglos antes de Cristo. En esta última fuente, hay una referencia a la utilización de una ballesta gigante durante el período de primavera y el otoño tardío (del 6 al 5 siglos antes de Cristo).

Un guardia miniatura empuñando una ballesta de mano desde el balcón superior de un modelo de torre de vigilancia, de loza vidriada durante la era Han del Este (25-220 dC) de China, desde el Museo Metropolitano de Arte.

Un guardia miniatura empuñando una ballesta de mano desde el balcón superior de un modelo de torre de vigilancia, de loza vidriada durante la era Han del Este (25-220 dC) de China, desde el Museo Metropolitano de Arte. ( CC BY-SA 3.0 )

En cuanto a la evidencia arqueológica, disparadores de bronce que alguna vez fueron parte de las ballestas fueron descubiertos en una tumba en Qufu, provincia de Shandong. Estos artefactos datan de alrededor del año 600 antes de Cristo, cuando esta zona era parte del Estado de Lu durante el período de primavera y otoño.

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Los verdaderos “Protegidos”.

En el año 2000 el director de origen indio M. Night Shyamalan estrenaba uno de sus mejores trabajos tras la impactante El Sexto Sentido. Su título en castellano no era baladí: El Protegido, y aunque la lectura profunda de la cinta era un particular homenaje del realizador al mundo del cómic que tanto le había marcado, de los superhéroes y los supervillanos, lo que nos interesa aquí es que el protagonista, por una razón que en esa momento no alcanzaba a comprender, era el único que se salvaba de un terrible y letal accidente de tren. Pues bien, sobrevivir en este caso a una catástrofe aérea es aún más complicado pero lo sorprendente es cuando entre los supervivientes sólo hay una persona. ¿Azar? ¿Destino? Quién sabe.
Podríamos hablar de simples -o complejas- casualidades que coincidieron en un momento determinado para salvar la vida de esa persona, pero lo cierto es que existe una lista bastante extensa que hace, cuanto menos, pensar en otro tipo de explicación que la meramente racional. Estos son los ”Protegidos” de carne y hueso que no son protagonistas de cómics pero sí pudieron inspirar la historia de Shyamalan.
 
13 de Julio de 1943. El caso más sorprendente alejado en el tiempo de un único superviviente de accidente aéreo lo encontramos en el soldado Foye Kenneth Roberts, protagonista de una historia increíble -pero real- que sucedió durante la Segunda Guerra Mundial. Aquel día un avión militar realizaba la ruta de regreso de Kueva Guinea a Australia, con 41 militares a bordo. Una grieta en el fuselaje provocó que el avión quedara envuelto en llamas, aunque antes de hacer explosión algunos oficiales salieron despedidos, cayendo desde gran altura. Todos murieron salvo Roberts que, aunque sufrió heridas de gravedad y una lesión cerebral que le provocó amnesia, murió en 2004, con avanzada edad.
17 de Mayo de 1937: una aeronave con 27 pasajeros que había despegado del aeropuerto de Lahug, en Filipinas, en la que viajaba el propio presidente del país, se estrellaba contra una montaña cercana. Tan sólo se salvó Néstor Malta, un “Protegido” que fue hallado por unos agricultores.
24 de Diciembre de 1971: el vuelo 508 de Lansa, con 94 pasajeros, que partía del aeropuerto de Lima, se estrelló en el Amazonas. Murieron 93 personas y la única superviviente fue una joven de 17 años de nombre Juliane Koepcke, que sobrevivió tras caer sobre un árbol a dos kilómetros de los restos del aparato. Estuvo en La selva sala durante días y sobrevivió gracias a sus conocimientos sobre la vegetación, ya que sus padres eran biólogos. Según diversas fuentes, su historia inspiró la catódica serie Perdidos.
26 de Mayo de 1972: un avión serbio con 28 personas sufrió un atentado en el aire. El avión sufrió una terrible explosión pero entre los fragmentos que salieron disparados a gran velocidad, milagrosamente intacta, salió volando la azafata Vesna Víilovic, que cayó al suelo desde unos ¡10,000 metros de altura! Se partió las piernas, varias vértebras y el cráneo, pero sobrevivió tías ser encontrada por un ciudadana alemán que había sido médico durante la II Guerra Mundial.
22 de Julio de 1973: el vuelo 816 de La Pan Am que había despegado de Auckland, Nueva Zelanda, con 79 pasajeros, cayó al océano pocos minutos después del despegue. Sólo sobrevivió Neil James Campbell. 21 de enero de 1985: un avión que volaba en el interior de los Estados Unidos, de Nevada a Minnesota, con 71 personas a bordo, se estrelló al despegar.Todo el pasaje murió salvo el joven de entonces 17 años George Lamson, cuyo asiento salió disparado tras el impacto.
16 de Agosto de 1987: un avión se estrella durante el despegue en el aeropuerto de Detroit, causando la muerte de 154 personas, salvo Cecilia Cichan, una niña de tan sólo 4 años que los equipos de rescate encontraron, intacta, sentada en su asiento.
13 de Enero de 1995: un avión en ruta Bogotá-Cartagena de Indias explota tras un amerizaje forzoso sobre un pantano, muriendo 251 personas. Sólo se salvó Erika Delgado, de 9 años, que un instante antes de la explosión fue lanzada al agua por su madre.
3 de Septiembre de 1997: el vuelo 815 de la Camboyan Airlines se estrella durante el aterrizaje con 66 personas a bordo. Murieron 65 y se salvó un bebé de un año, Phai Bun, que fue encontrado por un grupo de personas que fueron a saquear el avión tras el accidente.
15 de Diciembre de 1997: un avión se estrella en un desierto de los Emiratos Árabes con 86 pasajeros. Tras el impacto todos los ocupantes salieron despedidos, muriendo en el acto, salvo el copiloto, Segei Petrov, de 37 años, quien permaneció anclado a su asiento.
8 de Julio de 2003: un avión con 117 pasajeros se estrella cerca de Puerto Sudán. Un nómada encontró en los alrededores, bajo un árbol, a un bebé de dos años que estaba vivo, Mohamed el-Fate.
 
19 de Enero de 2006: un avión militar se estrelló contra una colina en Hungría, muriendo 42 personas. El único supervivíante fue el teniente Martin Faltas, que, a pesar de las lesiones internas y una conmoción cerebral, logró salvar su vida tras un coma inducido.
30 de Junio de 2009: un avión de la compañía Yemen Airlines, con 153 personas a bordo, caía sobre el océano Indico. Tan sólo sobrevivió la joven de 13 años Bahia Bakari que, sin saber nadar, pasó varias horas agarrada a uno de los restos del fuselaje, siendo encontrada por una patrulla de reconocimiento justo después de desvanecerse.
 
12 de Mayo de 2010: un avión completamente nuevo que estaba a punto de aterrizar en Trípoli, con 104 personas, se estrellaba. El único “Protegido” fue un niño de 9 años, Rubén Assow, quien sufrió traumatismo craneoencefálico pero se recuperó en pocas semanas.
fuente/misteriosyenigmas.com

El Amigo Imaginario

Una niña llega con su familia a su nuevo hogar, una gigantesca casa con un jardín enorme en el que hay una casita en el árbol. Pronto la niña se volverá más solitaria y sólo querrá pasar el día jugando con su amiga imaginaria…
Casandra era una tímida niña de seis años que prefería la compañía de sus muñecas a relacionarse con otros niños. Por este motivo no le resultó muy duro cambiar de casa y dejar atrás su antiguo barrio y colegio cuando sus padres decidieron mudarse.
Sus padres estaban preocupados por el cambio, pero sabían que con el tiempo acabaría disfrutando de su nuevo hogar. Una vieja mansión que tenía un gran jardín, con un columpio, un tobogán e incluso una pequeña casita de madera en el árbol.
La niña se acostumbró enseguida a su nuevo hogar. Pero tener tanto espacio para jugar la volvió incluso más retraída y solitaria. Casandra solía subir con sus muñecas a la casa del árbol y pasaba allí varias horas hablando sola, según ella con su amiga Ana. Los padres no le dieron mucha importancia pues sabían que a esa edad eran comunes los amigos imaginarios. Las vacaciones de verano pronto acabarían y con el nuevo curso escolar haría nuevos amigos en clase.

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La edad al entrar en la escuela puede influir en el diagnóstico del TDAH

Un estudio realizado en Taiwán muestra que en preescolar y primaria se medica más a los niños más pequeños de cada nivel
Los niños más pequeños de un curso escolar tienen más probabilidad de ser diagnosticados con TDAH, trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Así lo indica un estudio realizado en Taiwán, donde la fecha de corte para matricular a los alumnos es el 31 de agosto: los preescolares y los alumnos de primaria nacidos en agosto recibían más diagnósticos y medicamentos para el TDAH.

Imagen: PeteLinforth. Fuente: Pixabay.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se diagnostica normalmente en la infancia y se manifiesta como una incapacidad para mantener los niveles de atención y controlar los impulsos. Algunos informes han indicado una prevalencia de hasta el 15% en los países occidentales.

Aunque las causas del TDAH son aún desconocidas, un nuevo estudio programado para su publicación en The Journal of Pediatrics ha descubierto que la edad que tiene el niño al entrar en la escuela puede tener un efecto sobre el diagnóstico de TDAH.

El doctor Mu-Hong Chen y sus colegas de Taipei y Taoyuan (Taiwán) examinaron los datos de cohortes de 378.881 niños de 4-17 años, entre 1997 a 2011, y evaluaron la prevalencia de diagnósticos de TDAH y / o prescripción de medicamentos para el TDAH.

Usando la fecha del 31 de agosto, que es la que se usa para dividir a los escolares por cursos, los investigadores compararon a los niños más pequeños de un curso (los nacidos en agosto) con los más antiguos (los nacidos en septiembre) y evaluaron si la edad se asociaba con ser diagnosticados con TDAH y / o ser medicados.

 

Resultados

Cuando se mira en la base de datos en su conjunto, los niños nacidos en agosto eran más propensos a ser diagnosticados con TDAH y / o recibir medicamentos que los nacidos en septiembre. Una vez desglosados ​​y analizados de acuerdo a la edad, solamente los niños de preescolar o primaria nacidos en agosto tenían un mayor riesgo de ser diagnosticados con TDAH y recepción de medicamentos para el TDAH.

Sin embargo, los adolescentes nacidos en agosto no tenían un mayor riesgo de diagnóstico de TDAH. Esto puede implicar que el aumento de la edad y madurez disminuye el impacto del mes de nacimiento en los diagnósticos de TDAH.

A nivel mundial, el número de niños y adolescentes diagnosticados con TDAH o medicados para el TDAH se ha incrementado significativamente.

La evidencia muestra que la edad relativa, que puede ser un indicador de la capacidad neurocognitiva, puede aumentar la probabilidad de diagnóstico y medicación para el TDAH. Según dice Chen en la nota de prensa de Elsevier, editora de The Journal of Pediatrics, «Nuestros resultados enfatizan la importancia de tener en cuenta la edad de un niño dentro de un curso en el diagnóstico de TDAH y la prescripción de medicamentos para tratarlo.»

 

Referencia bibliográfica:

Mu-Hong Chen, Wen-Hsuan Lan, Ya-Mei Bai, Kai-Lin Huang, Tung-Ping Su, Shih-Jen Tsai, Cheng-Ta Li, Wei-Chen Lin, Wen-Han Chang, Tai-Long Pan, Tzeng-Ji Chen, Ju-Wei Hsu: Influence of Relative Age on Diagnosis and Treatment of Attention-Deficit Hyperactivity Disorder in Taiwanese Children. The Journal of Pediatrics (2016). DOI: 10.1016/j.jpeds.2016.02.012

http://www.tendencias21.net/La-edad-al-entrar-en-la-escuela-puede-influir-en-el-diagnostico-del-TDAH_a42288.html

Un craneo de dragón descubierto en América del Norte.

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¿Crees en los dragones? Sin duda, es un descubrimiento realmente notable la del ‘dragón calavera’ que ha sido descubierto por un grupo de paleontólogos hace unos años, y si puedes expandir un poco tu imaginación y agregar un par de alas en la parte superior tendrás un auténtico dragón.

Los restos fósiles de un presunto dragón fueron desenterrados por tres paleontólogos aficionados en 2003. El cráneo llamativo de esta criatura antigua, junto con varios vertebrados cuello es la mejor prueba que tenemos de dragones que una vez que habitaban en la tierra .Fue descubierto en la formación Hell Creek en el noroeste de Dakota del Sur, EE.UU., y fue donado furtherly al Museo de los Niños de Indianápolis.

El nombre Dracorex Hogwartsia, aunque puede sonar como una broma, proviene de dos fuentes muy distintas. Dracorex – del latín que significa “Rey Dragón”, y Hogwartsia de ficción de la autora JK Rowling ‘Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. El cráneo casi intacto descubierto en América del Norte demuestra sin embargo que esto no es una farsa, y que los lagartos cornudos con garras y alas posibles vagaban por la tierra en el pasado distante.

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Según los investigadores , es muy probable que numerosas leyendas de todo el mundo que representan encuentros dragón son los recuerdos dilatación de los pueblos antiguos que solían vivir con los dinosaurios. Ahora, sé que suena fantástico, pero el caso de Dracorex corrobora con muchas historias que involucran dragones de diferentes culturas indican que tal pasado realmente existió, y los recuerdos de aquellos días en que la gente se llevaba bien con los dinosaurios se mantienen vivas a través de los medios de comunicación occidentales, libros , sellos dragón, películas e historias folclóricas.

La Historia del dragón

Hay numerosas cuentas según los planes de la expresión “Dragón”. La leyenda de Gilgamesh, representa cómo un antiguo héroe de Babilonia slayed una criatura reptil-como gigante llamado Jumbaba en un bosque de cedros. Otras cuentas de los primeros británicos proporcionan primeros relatations europeos de seres reptiles, uno de los cuales mata y devora Rey Morvidus de Gales, aproximadamente el 336 aC Otro historia similar recuerda rey Peredur que tuvo éxito en matar a un dragón en un lugar llamado Llyn Llion, en Gales.

El reconocido poema anglosajón Beowulf habla de Beowulf de Escandinavia, que era muy hábil en matar a los monstruos, específicamente el monstruo marino Grendel y su presunta madre, sino también otros-reptiles marinos. La historia también recuerda cómo el héroe escandinavo murió en la batalla a la edad de 88 cuando trató de matar a un reptil volador.

Sorprendentemente, nbsp;los dinosaurios y dragones también se representan en la Biblia . El libro de Job habla de una criatura gigante herbívoro – ‘He aquí ahora behemot cual hice como a ti; Hierba come como buey… Su cola mueve como un cedro… sus huesos son como barras de hierro, parece que bebe un río, “Job 40: 15-24.

El segundo aspecto se describe un tipo de animal grande que escupe fuego – “¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo … su aliento enciende los carbones, y una llama sale de su boca,” Job 41: 1-43.

La versión King James de la Biblia utiliza el término ‘dragón’ no menos de 20 veces en el Antiguo Testamento, una vez metafóricamente, destacando el faraón, rey de Egipto como un dragón, y las otras veces se hace referencia a los animales, ya que sigue: “… la cachorro del león y al dragón tú bajo los pies, ‘Salmo 91:13, “y haré Jerusalén en montones y un foso de los dragones,’ Jeremías 09:11.

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En China, el dragón solía ser el símbolo nacional y la insignia de la familia real hasta 1911, cuando la República de China fue fundada. Sin embargo, muchos festivales chinos mantienen viva la memoria de dragón a través de sus coloridos festivales.

Un huevo de dinosaurio con un diámetro de un pie se encontró en Francia y ahora se exhibe en la Universidad de lectura en Inglaterra. No quiero decir aquellos eran huevos de dragón, pero de acuerdo a la ciencia, a sólo 530 tipos de dinosaurios han sido descubiertos y nombrado hasta el momento, con un número total estimado de más de 1800 tipos. Por lo tanto, supongo que deja mucho espacio para el dragón oculto permanece a la espera de ser descubierto si más del 70% de las especies todavía desconocidas para nosotros.

Entonces, ¿es posible que todas estas cuentas se refieren a seres imaginarios, o más bien hablar de encuentros reales a partir de un momento en el que el hombre tenía que compartir la tierra con estas criaturas míticas? Después de todo, las leyendas pueden ser historias reales transmitidos por vía oral en una forma más de moda que más tarde se volvió a los mitos, con el punto es que al menos una pizca de verdad reside en todos estos cuentos increíbles. Aún más, ahora tenemos el cráneo Dracorex para consolidar esta creencia

http://despertadmundo.info/arqueologia/el-craneo-intacto-del-dragon-dracorex-es-descubierto-en-america-del-norte/

Entes, Parásitos del Cuerpo Energético escrito por Samuel Sagan 4º parte

Entes, Parásitos del Cuerpo Energético

CAPITULO 4

FRAGMENTOS

4.1 Cuerpo físico–cuerpo etérico y cuerpo astral–Ego

En el capítulo anterior describimos como los seres humanos se componen de cuatro partes:

  • un cuerpo físico;
  • un cuerpo etérico, o capa de fuerza vital
  • un cuerpo astral, o capa de consciencia mental (pensamientos y emociones)
  • un Ego, (o Ego Superior, Ser, Ser Superior, o Espíritu)

En la práctica, estas cuatro partes pueden agruparse en dos pares: por un lado, los cuerpos etérico y físico, y por el otro, el cuerpo astral y el Ego.

Siempre y cuando la persona esté con vida, los cuerpos físicos y etéricos permanecen unidos entre sí. El etérico es la vida del físico, el cual no podría sobrevivir sin el primero. En raras ocasiones, por ejemplo cuando se le adormece un brazo o una pierna, una parte de su etérico se desplaza temporalmente fuera de su físico. El doloroso hormigueo que viene después, cuando la persona empieza a mover la extremidad, indica que el etérico está regresando a la parte física que le corresponde. Desde luego que esta separación es parcial y transitoria. Las separaciones completas no son del todo imposibles pero ocurren en muy raras ocasiones.

Hay, sin embargo, una situación excepcional en la que ocurre un fuerte grado de separación entre el etérico y el físico. En algunas iniciaciones, parte del entrenamiento esotérico de antiguas escuelas de misterios, los candidatos eran sometidos a trances profundos (parecidos a la muerte) por un cierto período de tiempo (generalmente tres días), durante los cuales eran llevados a viajar por los mundos espirituales. Una vez que el viaje de tres días había terminado, los candidatos eran regresados de nuevo a su cuerpo. A estas personas se les llamaba iniciados debido a todo lo que habían visto.

Sin embargo, a no ser por circunstancias tan extraordinarias como ésta, el cuerpo físico y el etérico nunca se separan mientras la persona esté con vida. Es sólo después de la muerte física (debido a la partida final del cuerpo astral y el Ego) que el cuerpo entero empieza a disolverse en el mundo etérico, abandonando así el cuerpo físico, el cual empieza a descomponerse. Después de la muerte, el destino de estas dos envolturas se asemeja: cada una es disuelta y reabsorbida por su medio ambiente. El cuerpo físico regresa al mundo físico, mientras que el cuerpo etérico regresa al mundo etérico.

Así como los cuerpos etérico y astral nunca se separan bajo circunstancias normales, pasa lo mismo con el cuerpo astral y el Ego. Desde un punto de vista experimental, esto corresponde al hecho de que la mayoría de la gente no puede discernir entre el Ser Superior y sus propios pensamientos. El Ego (o Ser Superior) es la capa en la que se encuentra la consciencia de uno mismo. El cuerpo astral es la capa de la consciencia mental, es decir los pensamientos y las emociones reactivas – y el cuerpo astral está enmarañado alrededor del Ego, como una telaraña. Por lo tanto, cuando las personas cierran sus ojos e intentan estar en silencio, no pueden contactar al Ser, no pueden percibir nada más que pensamientos. Los movimientos continuos en sus cuerpos astrales se traducen en actividad mental permanente, lo que actúa como pantalla que bloquea al Ser.

Ego Complejo
Superior
Astral
Etérico Complejo
Inferior
Físico

En términos de los cuerpos sutiles, el desarrollo espiritual puede verse entonces como un proceso encaminado a separar el cuerpo astral del Ego por medio del cual uno puede estar consciente del Ser. En otras palabras, para encontrar al Ser, uno deberá desenredarlo del cuerpo astral. O, para tomar un ejemplo citado con frecuencia en la tradición india, mientras no se haya alcanzado la realizaciòn del Ser, este Ser y el cuerpo astral permanecerán tan mezclados como agua y leche dentro de un vaso.

Hablando de las situaciones normales de la vida, es posible ordenar a los cuatro vehículos en dos grupos: un ‘complejo inferior’, que abarca a los cuerpos físico y etérico, y un ‘complejo superior’, que abarca al cuerpo astral y al Ego.

4.2 Dormir, muerte y el cuerpo astral

Para entender algunos de los principales mecanismos relacionados con los entes, es esencial el tener una imagen clara de lo que le sucede al cuerpo astral durante el sueño y después de la muerte. El hecho más aparente acerca del sueño es que se le acompaña de una pérdida de la consciencia. La consciencia corresponde a los dos vehículos superiores: el cuerpo astral (consciencia mental) y el Ego (consciencia de uno mismo). Por lo tanto, en términos de los cuerpos sutiles, lo que sucede durante el sueño es que el cuerpo astral y el Ego pierden interés en los cuerpos físico y etérico, y dirigen sus actividades hacia las diferentes esferas. De hecho, la consciencia no se pierde durante el sueño, sólo toma otra dirección.

Durante el período de vigilia, el cuerpo astral superior (cuerpo astral + Ego) impacta en el complejo inferior (cuerpos físico + etérico) y es así como reconoce al mundo físico. Durante el sueño, el complejo superior se desconecta del inferior y redirige sus actividades hacia los mundos astrales.

Debemos aclarar que la realidad multifacética del dormir y los sueños pueden resumirse tan solo vagamente con diagramas tan simples. Hay algunos otros mecanismos que ocurren simultáneamente. Puede haber varios grados de separación entre los complejos inferior y superior, dependiendo de la profundidad del sueño y del nivel de desarrollo del individuo. Las separaciones pueden también ocurrir entre las diferentes subcapas del cuerpo astral. En pocas palabras, un mapa no puede describir un país en su totalidad.

En términos de cuerpos sutiles, los mecanismos relacionados con la muerte son una extensión de aquellos que tienen lugar durante los períodos de sueño. Mientras uno duerme, ocurre a una separación transitoria de los complejos superior (CA + Ego) e inferior (CF + CE). En el momento de la muerte ocurre una separación final. El cuerpo astral y el Ego emprenden su viaje, abandonando a los cuerpos físico y etérico. Lo mismo que durante el sueño, la consciencia (que en nuestro sistema corresponde al cuerpo astral y al Ego) no se pierde, simplemente está en otro lugar. En lugar de permanecer conectada al mundo físico, viaja en los mundos astrales y después en los mundos del Ser.

4.3 Funciones y estructuras correspondientes en los cuerpos sutiles

Poco tiempo después de la muerte, antes de la partida hacia los mundos astrales, ocurre un proceso esencial: el momento en que el cuerpo astral se fragmenta. Así como en el modelo chino el Po y el Hunse separan, de la misma manera el cuerpo astral literalmente se hace pedazos. Para poder entender este proceso, tomemos unos minutos examinando el modelo que forma una parte importante en la creación de muchos entes.

El concepto de cuerpos sutiles nos invita a reconsiderar la forma en que vemos diferentes funciones como son el pensar, sentir, y las reacciones emocionales que como seres humanos exhibimos de la mañana a la noche. Desde un punto de vista convencional, no hay nada más abstracto e intangible que un pensamiento. Sin embargo, desde el punto de vista de los cuerpos sutiles, un pensamiento es una forma tangible hecha de materia astral. Puede verse y sentirse, palparse – una vez desarrollado el órgano no físico adecuado que permite percibirlos, el tercer ojo. El hecho de que la mayoría de la gente tenga la idea de que los pensamientos son abstractos y con poca sustancia, nos indica que existe la incapacidad de percibir más allá de la esfera física.

Los cuerpos sutiles nos llevan a considerarlo todo en términos de estructura y materia– no sólo aquella materia física, sino también la materia sutil que incluye a las sustancias etéricas y astrales, y a toda una gama de sustancias no físicas más refinadas. Este enfoque en la materia hace que el sistema de cuerpos sutiles sea la piedra fundamental de la alquimia interior, tomando en cuenta que la alquimia es fundamentalmente el arte de elevar el nivel de vibración de la materia. La alquimia interior es una forma de trabajo de auto– transformación mediante el cual uno toma consciencia de las frecuencias sutiles de la materia que están detr?s de todas las funciones, ya sean fisiológicas, sicológicas, o espirituales.

Es así como en los términos de cuerpos sutiles, la vida no es un principio abstracto si no la calidad intrínseca de la materia etérica. La vida es la función y la materia etérica es la estructura. De igual manera, en una octava superior, la gama completa de funciones sicológicas pueden comprenderse como formas y ondas en el cuerpo astral. ¿De qué es de lo que estamos conscientes cuando experimentamos una emoción? Percibimos a la emoción en sí misma, es decir el enojo, la frustración, consternación, etc., y percibimos ciertas modificaciones físicas que acompañan a la emoción, como tensión muscular y un aceleramiento en los latidos del corazón. Estas respuestas fisiológicas son obvias consecuencias de la emoción.

Lo que generalmente la gente no comprende es que, la emoción en sí es una consecuencia. Las emociones que las personas sienten, no son las ‘emociones originales’, es decir, ondas astrales en sus cuerpos astrales, sino el reflejo de estas ondas. La emoción empieza en el cuerpo astral y luego hace eco en el sistema nervioso del cuerpo físico. Cuando la gente experimenta emociones, lo que siente es el reflejo físico, no la onda astral original. Este modelo, el cual es muy similar al mito de la cueva de Platón, nos ofrece pistas para entender por qué la mayoría de las personas no puede lidiar con sus emociones: ¡simplemente no pueden percibirlas! Viven en un mundo de causas y efectos, sino es que de sombras, sin comprender los motivos reales de esos movimientos internos. Mientras que uno siga lidiando con las consecuencias y no las causas, no habrá una transformación real.

Este proceso de reverberación, o eco, debe siempre recordarse cuando se desee entender al cuerpo astral. El cuerpo astral es la capa de los pensamientos y de las emociones– las emociones y pensamientos ‘verdaderos’, no los que la gente comúnmente percibe. Lo que las personas perciben son solamente los pensamientos y emociones que hacen eco, lo que equivale al reflejo de las formas astrales en el sistema nervioso. De esta manera, si el cuerpo astral es la capa de la consciencia mental, lo que la gente experimenta durante el estado de vigilia no es es la consciencia mental, sino la‘consciencia mental física’, lo que es lo mismo que el reflejo físico de la consciencia mental astral.

Es importante reflexionar acerca de este proceso de reverberación, ya que ocurren algunas distorsiones importantes en el momento en que la emoción se refleja. De hecho, ocurre una distorsión mayor ya que el cuerpo astral almacena una gran cantidad de emociones latentes y recuerdos, mientras que la consciencia física solamente recibe unas cuantas ideas y emociones de vez en cuando. En otras palabras, la consciencia mental física refleja solo diminutas partes de lo que el cuerpo astral contiene.

Visto desde la consciencia física mental, el cuerpo astral es como un caleidoscopio que presenta el siempre cambiante patrón de pensamientos y emociones, resultando así en los constantes cambios de estados de ánimo y pensamientos en la mayoría de los seres humanos. Desde la perspectiva de los cuerpos sutiles, es fácil entender por qué es posible sentirse de pronto muy contento o muy triste, sin ninguna causa externa. El efecto caleidoscopio es tal que la consciencia mental física es generalmente reencauzada de una parte del cuerpo astral a otra, reflejando de esta manera emociones completamente distintas.

Algunas personas son bastante buenas para manipular este efecto. Cuando cierta emoción o deseo los molesta, simplemente se desconectan. Le dan la vuelta al caleidoscopio y redirigen la consciencia mental física hacia otra parte de su cuerpo astral, y entonces olvidan el problema. De hecho, la mayoría de la gente que dice que puede ‘transmutar’ sus deseos y emociones no hacen más que desconectarse. En lugar de verlos, simplemente se desconectan de ellos redirigiendo la consciencia mental física hacia otra parte del cuerpo astral que ofrezca menos confrontación. Realmente, esto no tiene nada que ver con transmutaciones, es más bien una represión. El deseo o la emoción permanecen intactas en algun rincón oscuro del cuerpo astral, sino es que en dado caso, se refuerzan más que suprimirse.

Mientras uno permanece con vida, la existencia consciente ocurre dentro de la esfera de lo físico. Esto significa que uno sólo percibe la consciencia mental física y que muchos aspectos escondidos del cuerpo astral se manifiestan a través de sueños o actos subconscientes. Sin embargo, en el momento de la muerte, el sistema nervioso físico deja de funcionar. La máscara de la consciencia mental física se desintegra y la existencia consciente es proyectada a la esfera astral. Las personas que han fallecido, al haber perdido los dos vehículos inferiores (cuerpos físico y etérico), viajan a través de los mundos astrales con su cuerpo astral y el Ego. Aqui ya no pueden engañar a nadie, deben enfrentarse al cuerpo astral como es en realidad.

En la práctica, esto significa que todos los deseos reprimidos y las emociones latentes se precipitan a la consciencia del muerto. Es ahí en donde las personas que dicen que han transmutado sus emociones se dan tristemente cuenta de que en realidad no habían lidiado con éstas, y que además las reforzaron al intentar suprimirlas. Las emociones latentes y los deseos de pronto se vuelven claramente visibles. Aparecen en frente de las personas fallecidas en formas amenzantes y aterradoras. La experiencia es parecida a sentir una picazón inmensa y deseos ardientes hacia cosas que ya se no pueden obtener. Muchas escuelas esotéricas han visto esta fase de purificación del cuerpo astral como el ‘purgatorio’ del que hablan algunos escritos religiosos. Es de observarse que con este acercamiento, ¡estamos muy lejos de los clichés que aluden a eternos infiernos llenos de demonios diminutos que castigan a los muertos! Primero que nada, la fase del purgatorio es transitoria y, tan pronto como la purificación ha sido alcanzada, los muertos continúan su camino hacia los magestuosos mundos del Espíritu. En segunda, si los muertos se sienten amenazados, es nada más y nada menos debido a sus propios deseos y a las emociones que estaban latentes. El proceso es bastante mecánico, y sin ninguna connotación moral. Las fuerzas (deseos y emociones) han sido reprimidas y comprimidas dentro del cuerpo astral. Tan pronto como el caparazón de la consciencia mental física se desintegra con la muerte, esas fuerzas que han sido comprimidas, estallan como si hubieran estado dentro de una caja de sorpresas.

Otro punto importante es que la fase del purgatorio no tiene que ser un viacrucis. Será una etapa de mucho dolor sólo si durante la vida no se ha trabajado con el cuerpo astral, porque estará lleno de deseos y emociones que quieren salir urgentemente. Pero si se ha alcanzado una catársis en vida, si se ha trabajado con éxito en buscar una autotransformación que incluya una exploración de las emociones, entonces la etapa del purgatorio pasará con rapidez y sin mayor impacto. Además, después de cierto nivel de transformación, simplemente no se dá una etapa de purgatorio después de la muerte. Los asuntos que estaban pendientes en el nivel del cuerpo astral se han resuelto y por lo tanto la transición hacia los mundos del Espíritu se da tranquilamente y sin trabas.

En sánscrito la palabra que se utiliza para denominar a las tendencias latentes del cuerpo astral essamskara17

4.4 En el nivel astral, usted no es una persona, usted es una multitud

Otra tergiversación importante viene del reflejo de la consciencia mental del cuerpo astral en la consciencia mental física – la segunda induce un falso sentido de unión. La mayoría de la gente tiende a pensar que son sólo una persona, con sus gustos y disgustos, sus deseos, miedos, y las emociones de diferentes tipos. Sin embargo, la impresión de ser una persona no se basa en la percepción del Ser verdadero, de la cual generalmente no existe una consciencia– ya que para encontrar al Ser, es necesario recorrer un largo camino. Para la mayoría de la gente, la percepción de ellos mismos es en realidad la percepción del cuerpo astral, o mejor dicho, el reflejo del cuerpo astral en la consciencia mental física.

Aquí es en donde ocurre una interpretación errónea. Si las personas llegaran a ver al cuerpo astral por lo que realmente es, lo que verían no es sólo a una persona sino a muchas, las cuales podrían llamarse subpersonalidades o personajes. La palabra subpersonalidad puede ser objeto de malas interpretaciones, ya que da la idea de que una sola personalidad se ramifica en varias subdivisiones. En realidad, estas subpersonalidades son más como una muchedumbre de personajes que tienen muy poco en común. Se asemejan más a pájaros de diferentes especies reunidas artificialmente en una jaula, todo el tiempo compitiendo y peleando entre sí, que a las diferentes provincias de un estado.

De esta manera un personaje puede ser amante de la naturaleza y las artes, y extasiarse visitando un museo o al ver un colorido paisaje. Otro personaje puede estar hambriento de poder y empuja a la persona a quedarse tarde en el trabajo, buscando cualquier oportunidad para lograr sus ambiciones. Otro personaje quisiera ser ermitaño y añora una vida espiritual recluído en un monasterio. Pero, otro personaje ama el tener relaciones sexuales apasionadas y sería infeliz estando en un monasterio. Cada personaje tiene sus propias añoranzas y aspiraciones, y se concentra en controlar la vida de la persona.

Visto estructuralmente– desde el punto de vista de los cuerpos sutiles– esta multitud de personajes corresponde a un mosaico formado por partes astrales. El cuerpo astral está constituído por pequeños pedazos; no es una unidad en sí. En el griego antiguo, el significado de la palabra utilizada para decir personaje es estampa, una impresión tallada. Cada personaje se imprime en cierta área del cuerpo astral y la comunicación y la conexión entre cada área es casi inexistente.

Por ejemplo, si usted decide aprender japonés y contabilidad para reforzar a esa parte que busca tener poder, la información que usted memoriza se imprime en su cuerpo astral en cierta parte relacionada a ese personaje. Si aprende a tocar el oboe y pasa sus vacaciones en Florencia, la experiencia relacionada con visitar museos y el paquete musical se imprimirán en aquella parte del cuerpo astral que tiene que ver con el ser amante de la naturaleza, y así sucesivamente. Usted puede creer que es la misma persona la que aprende contabilidad que la que visita los museos en Italia, pero esto es mera ilusión. En realidad son dos personas distintas que comparten el mismo ambiente astral. Sólo el hecho de que estas dos personas se ven reflejadas en la misma consciencia mental física, crea la ilusión de ser una sola persona. En el nivel astral, usted no es una persona, es una multitud.

Algunas personas tienen bastante éxito desarrollando un personaje en particular a expensas de los otros. Uno de sus personajes impone sus deseos y empieza a convertirse en el dictador, y toda su vida toma la dirección impuesta por éste. Por ejemplo, el personaje con sed de poder se convierte en el dictador, y esto lleva a que la persona piense si quiera en tener más vacaciones visitando los museos de Europa, o en hacer algún retiro en un monasterio– sólo quiere trabajar. Mientras más éxito tenga este personaje, más refuerza y consolida su posición. Visto desde fuera, este tipo de persona parecerá ser bastante centrada y estar enfocada en sólo una cosa, sabiendo exactamente que es lo que quiere y utilizando todos sus recursos para obtenerlo. Sin embargo, en términos de cuerpos sutiles, esto no significa que se ha logrado una integración. El cuerpo astral todavía es un mosaico hecho de pequeños pedazos. Lo que ha sucedido es que un parte específica del astral ha crecido más que los otras. Los otros pedazos no están en armonía con el pedazo dictador: están reprimidos y hambrientos.

Si hay un gobernante que puede armonizar e integrar a la multitud, es el Ego (Ser Superior, Ser o Espíritu). Mientras más brille el Ego como Sol en el centro de gravedad del cuerpo astral, más podrán los diferentes personajes trazar sus órbitas alrededor. En lugar de buscar tener éxito alcanzando sus propias ambiciones, los pedazos empezarán a trabajar en torno al Ser Superior. Este proceso también corresponde a los cambios estructurales que ocurren en el cuerpo astral. El proceso de integración comienza en el momento en que se le quita el velo al Ser; un nuevo cuerpo astral empieza a desarrollarse. En este nuevo cuerpo astral, o transformado, las diferentes partes son permeadas con la luz del Ser. Como consecuencia, no sólo se establece alrededor del Ser, sino que se une a él.

Estas reflexiones acerca de los cuerpos sutiles nos llevan a distinguir entre dos conceptos de unidad en el ser humano. Uno es falso, nada más que una apariencia, la ilusión de ser ‘una persona’ porque, en realidad, el multifacético cuerpo astral no es más que un reflejo de una consciencia mental física. El otro concepto se refiere a la verdadera integración que se ha desarrollado gradualmente con la comprensión del Ser, y la difusión de su luz en todas las partes del cuerpo astral.

En términos de hermética, el Sol corresponde al Ego y el metal asociado con el Sol es el oro. En la obra alquímica el convertir metales base en oro, puede comprenderse como la penetración y unificación del cuerpo astral (y más tarde de los vehículos restantes) por la luz del Ego.

4.5 La fragmentación del cuerpo astral después de la muerte

¿Qué es lo que ocurre en el momento de la muerte? Lo que ocurre es una separación entre el complejo superior (cuerpo astral + Ego) y el inferior (cuerpos físico + etérico). El cuerpo etérico empieza a disolverse en el éter universal. De igual manera, el cuerpo físico empieza su proceso de descomposición.

En este momento, el sistema nervioso central cesa de operar de la misma manera que la consciencia mental física. Cuando la consciencia mental física termina, la ilusión de ser una sola persona también se acaba. Los muertos de pronto se dan cuenta de que su naturaleza astral es una multitud de personajes. Al no existir el caparazón ilusorio de la consciencia física mental, ya no hay nada que permita que los pedazos de cuerpo astral permanezcan artificialmente conectados entre sí. El único pegamento que queda para mantener a estos pequeños pedazos unidos, es el Ego. Como consecuencia, los únicos pedazos astrales que permanecerán unidos son aquellos a los que la luz del Ego tocó en vida. Para la mayoría de las personas, esto no es mucho ya que se han olvidado de buscar al Ser. A lo largo de sus vidas, el Ser se ha mantenido como una princesa durmiente en las profundidades de su personalidad – o mejor dicho, de la multitud de personajes. El Ser no ha sido invitado a formar parte en la vida de los personajes; el matrimonio alquímico del cuerpo astral y el Ser no ha ocurrido. Solamente algunas partes diminutas del cuerpo astral han sido permeadas por el Ego. Por lo tanto, suenan las campanas de la muerte: la mayor parte de lo que forma al cuerpo astral se hace pedazos. El mosaico de pedazos se convierte en polvo astral y fragmentos que viajan a la deriva en ese espacio astral.

Viéndolo como una experiencia, el estallido del cuerpo astral después de la muerte resulta ser bastante dramático. Aquí, usted se encuentra flotando en el espacio astral, siendo despojado de la sustancia astral que tenía en vida. Usted ve como aquella parte de su ser que hablaba japonés se desprende y emprende vuelo en una dirección. Luego ve como otro pedazo, al que le gustaba tocar el oboe, se desprende y emprende su propio vuelo. Y luego, ve como aquella parte a la que le encantaba el sexo se desprende y sigue su propio camino. Todos estas partes son como extremidades de su cuerpo astral que se desprenden y empiezan a flotar en el espacio. Además de estos fragmentos principales, una fracción importante de su cuerpo astral se derrumba y convierte en polvo que se esparce en el espacio astral universal.

¿Por qué algunos pedacitos se deshacen por completo, mientras que otros permanecen casi intactos? Esto tiene que ver con cuán construídos y cristalizados están los personajes, es decir, cuán profundo se hayan impreso en la sustancia astral. Si, por ejemplo, un día usted pensó en aprender a tocar el piano, luego se compró un piano e intentó tocarlo por algunas semanas antes de dejarlo por completo, la impresión correspondiente en sus cuerpos sutiles es débil. Después de la muerte, durante el estallido del cuerpo astral, el ‘pedazo pianista’ se disuelve conviertiéndose en polvo astral sin carácter propio. Por otro lado, la situación es muy diferente si por años ha anhelado el tener un piano, ha trabajado duro para poder comprarlo y después ha practicado con pasión, o si comenzó a practicar a la edad de cinco y tocó el instrumento por horas y horas diariamente. Su dedicación y su intensidad habrán creado una impresión profunda en la sustancia astral. Se ha generado un fragmento astral estructurado, coherente y cristalizado. Después de la muerte, cuando el fragmento se separa de usted, no se convertirá en polvo astral. Permanecerá en el espacio astral como un fragmento astral de pianista.

De lo que hemos hablado anteriormente podemos entender cómo algunas emociones y patrones de comportamiento tenderán a crear fragmentos más coherentes y persistentes que otros. Para que un fragmento se cristalice debe haber cierta repetición e intensidad. Todo lo relacionado al sexo y la nutrición, o las adicciones de todos tipos, crean cierta activación repetida e intensa en el cuerpo astral. Estas profundas huellas astrales se convierten en fragmentos coherentes y sólidos después de la muerte.

Por ejemplo, supongamos que usted es alcohólico o adicto a la heroína. Después de la muerte, la parte de su cuerpo astral que era adicta a la droga podría bien escaparse de convertirse en polvo astral. Mientras más intensa es la adicción, más sólido y persistente será el fragmento astral. O si usted era una persona que no podía vivir sin tener relaciones sexuales (hoy en día esto es aplicable a más de una persona), el deseo correspondiente no se extinguirá en su cuerpo astral. El fragmento o los fragmentos que tienen que ver con su vida sexual se desprenderán de su estructura, pero continuarán deseando tener sexo mientras permanecen flotando en el espacio.

Como se ha discutido antes, si durante la vida se ha reprimido y sepultado en la profundidad del cuerpo astral un deseo muy fuerte, en el momento de la muerte, éste reaparecerá como un resorte en una caja de sorpresas. Por lo tanto, no sólo los malhechores, alcohólicos y drogadictos son los que liberan fragmentos impregnados con los deseos y pasiones más violentas, sino también aquellas personas que parecen ser ‘buenas y decentes’, ya que han pasado su vida reprimiendo sus deseos. Algo maravilloso en el proceso de muerte es que no hay cabida para las trampas. Al morir, los individuos son desenmascarados y su destino futuro depende de lo que realmente son y no de las apariencias que han construído durante sus vidas.

Por supuesto que los fragmentos astrales liberados después de la muerte no se relacionan solamente al sexo, la comida o las adicciones. Cualquier disposición mental o emocional intensa crea un fragmento. En sí, es la intensidad la que favorece la cristalización de estos pedazos. Si observa las ‘intensidades astrales’ (emociones, deseos, etc.) de la mayoría de la gente alrededor suyo, fácilmente se dará cuenta de qué es lo que los fragmentos correspondientes querrán después de la muerte.

En conclusión, si vemos el destino global del cuerpo astral después de la muerte, podemos dividirlo en tres partes: una fracción de cuerpo astral que permanece unida el Ego, el cual sigue su camino hacia los mundos intermedios; una parte bastante grande que se convierte en polvo astral sin carácter propio, y; varios minúsculos pedazos que se desprenden y flotan en el espacio en forma de fragmentos.

4.6 Un pequeño paréntesis acerca de la reencarnación

La fragmentación del cuerpo astral después de la muerte es bastante congruente con el hecho de que bajo circunstancias normales, la mayoría de las personas no pueden recordar sus vidas pasadas. Al morir, la mayoría de los recuerdos se quedan en los fragmentos o se convierten en polvo y se pierden. Lo que reencarna es el Ego, con unos cuantos hilos del cuerpo astral que se quedaron unidos a íste. Antes de regresar a un nuevo cuerpo físico, el Ser recopila material astral nuevo a su alrededor creando así un nuevo cuerpo astral.

En cuanto a la memoria, ésta permanece en el Ego y en algunos pedazos astrales de la vida anterior que encontraron la manera de quedarse unidos. Sin embargo en la siguiente vida, la mayoría de las personas nunca podrán acceder a ella. Sin contar algunos casos excepcionales, es sólo a través del trabajo personal, que es posible llegar tan profundo como para encontrar la verdadera consciencia del Ser y los recuerdos ubicados a su alrededor. De no ser así, uno solamente estará consciente de las partes más superficiales del cuerpo astral, las que fueron recolectadas justo antes de reencarnar en una nueva vida.

Ahora bien, si la mayoría de los personajes estallan en fragmentos después de la muerte, ¿cómo es posible que nos quedemos con tantos personajes entre una vida y otra? Estructuralmente hablando, un personaje queda impreso en una parte del cuerpo astral. Se desarrolla gradualmente conforme se van añadiendo marcas y huellas de diferentes experiencias de vida alrededor de un núcleo central. De una manera simplificada, podemos observar que el personaje consiste en un núcleo central, cercano al Ego y de material astral conglomerado.

A: Ego
B: Núcleo del Personaje
C: Fragmento

Durante el proceso de muerte, los fragmentos se separan mientras que el ‘núcleo del personaje’ permanece unido al Ser, llevando consigo ciertas impresiones intensas recolectadas en esa vida. El núcleo del personaje en la siguiente vida empezará a generar un personaje entero a su alrededor, si es que las circunstancias cotidianas lo permiten. Lo mismo aplica para todos y cada uno de los personajes.

Por supuesto que estamos presentando todo esto de una manera simplificada. En realidad, muchos otros mecanismos sutiles tienen un papel importante dentro del fascinante viaje que lleva de la muerte a un nuevo nacimiento.

«Talismán» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Un joven ha puesto entre las páginas de un libro, la flor que le ha dado su amiga. Muy poco tiempo después, claro, los pétalos están marchitos descoloridos ¿pero qué importa? Cada vez que mira esta flor, le parece que su amada le sonríe y le dice mil cosas a través de ella. Pone esa flor contra su corazón, se la lleva a los labios, es como un talismán que le abre las puertas del cielo y se siente lleno de gozo, inspirado, se vuelve poeta. Pero el tiempo pasa y las relaciones con esta chica ya no le parecen tan ideales: ahora, casi no presta atención a la flor entre las páginas del libro; ya no le dice nada, es como si hubiese enmudecido. Y después, un día, acaba tirándola a la papelera.
¿Qué es lo que ha sucedido? La flor seguía estando ahí, no había cambiado, pero el chico, en cambio, sí que había cambiado. Fue él quien hizo de esta flor un talismán y fue también él quien le quitó su poder. La conclusión que hay que sacar de este ejemplo, es que por sí mismo un objeto es indeterminado; es nuestra forma de considerarlo la que puede hacer de él, un talismán


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«Lama Rinchen Gyaltsen»


Asomarse a la pureza en la mirada que da la meditación comprometida, que dan los votos de monje de la Tradición Sakya, una de las cuatro Escuelas del budismo Tibetano, es un privilegio y una alegría para el alma que escucha.
Con la suavidad y la firmeza de una voz que es como el agua, el Lama Rinchen Gyaltsen va respondiendo las preguntas que surgen desde el laberinto de la ignorancia, como un hilo de agua que es fiel a la orientación que lleva al océano, la piedra de las dudas va siendo horadada y se vislumbra, por el resplandor de las respuestas, que nunca hubo paredes en el laberinto.
Benditas vocaciones que sanan y salvan el mundo.


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