Donald Trump, presidente de los EEUU, ha anunciado la imposición de aranceles a la importación de acero y aluminio. Un movimiento que se ha interpretado como una llamada a la «guerra comercial«, con consecuencias económicas imprevisibles.
«Nuestras industrias de acero y aluminio (y muchas otras) han sido diezmadas por décadas de comercio injusto y mala política con países de todo el mundo», ha dicho Trump a través de su cuenta de Twitter. El plan de la Administración Trump pasa por imponer un impuesto del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio.
El Departamento de Comercio alertó a mediados de febrero sobre las consecuencias de las importaciones de esos productos sobre la «seguridad nacional», pocas semanas antes del anuncio del presidente republicano.
«Básicamente la mayoría de ustedes van inmediatamente a expandir (sus operaciones) si les damos un campo de juego equilibrado. Lo que se ha permitido que pasase durante décadas es una desgracia», ha dicho el mandatario a los directivos de la industria estadounidense. Entre ellos había representantes de grandes conglomerados siderúrgicos como US Steel Corporation, Arcelor Mittal o Nucor.
El documento del Departamento de Estado ponía el foco sobre China como el gran responsable del exceso de acero en los mercados internacionales, en consonancia con el discurso que ha mantenido el presidente Trump en su primer año en la Casa Blanca. Otros países señalados son Brasil, la India, Rusia y Corea del Sur.
Los inversores temen que la medida de Trump tenga consecuencias para la economía internacional, que iría más allá del impacto que tendrá sobre China, afectando también a la estadounidense. De hecho, solo las empresas mineras americanas han apoyado una medida a la que se opone el resto.
Grandes compañías internacionales han caído en la Bolsa entre un 1 y un 3%, caso del fabricante de aviones Boeing (un 2,6%), las tecnológicas Intel y Apple o Wallmart, el gigante de la distribución (más del 1% cada una). Caso contrario a los fabricantes estadounidenses de estos materiales, que han subido entre un 2% y un 5%, caso de US Steel Corporation (2%) y Nucor (5%).
Un secreto a voces
Durante toda la campaña electoral, Trump hizo amplias críticas al libre comercio internacional cuando iba, a su juicio, en contra de la industria estadounidense, a la que prometió medidas proteccionistas para protegerla de la industria china, a la que acusa de competencia desleal y de ser la responsable del cierre de factorías en EEUU, así como del desempleo en estos sectores industriales del país.
Ha parado las negociaciones con la Unión Europea (UE) por el Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), sacó al país del Tratado Transpacífico y anunció estar dispuesto a renegociar el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, que firmó con México y Canadá.
Unas decisiones que, unidas a esta última imposición de aranceles, han provocado el enfado de algunos de sus socios internacionales, que acusan al presidente norteamericano de «violar las reglas de la Organización Mundial del Comercio«. Quejas que han trasladado a las instituciones comunitarias con sede en Bruselas y Estrasburgo.
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, ha definido el proyecto de Trump como «una intervención evidente» para proteger la economía estadounidense sin ninguna relación con la seguridad nacional.