El osario de James fue el hallazgo arqueológico que provocó el encubrimiento más sensacional del siglo XXI.

Desde los primeros cargos de falsificación en 2002 hasta el silencio absoluto de los medios de comunicación al final de la prueba en 2013, lo que demuestra su autenticidad, la historia moderna de la primera evidencia arqueológica de la existencia del maestro de Nazaret y sus hermanos de carne, como se enseña en los evangelios ¿Por qué tanta oposición de las principales religiones y de las más altas instituciones académicas y gobierno israelíes?

Un rompecabezas complicado

Para recomponer este intrincado asunto, importante y delicado, ya que constituye el testimonio epigráfico más antiguo de Jesús de Nazaret , es necesario retroceder al año del descubrimiento del Osario de Santiago: en 2002 Oded Golan, conocido coleccionista y experto en antigüedades israelíes, se contactó con el profesor André Lemaire, el mayor epigrafista semítico del mundo, con sede en la Universidad de la Sorbona, en París, para mostrarle una serie de piezas valiosas y, en particular, para obtener asesoramiento experto sobre un pequeño osario que se remonta aproximadamente al primer siglo, que había comprado muchos años antes.

Lemaire, quedó bastante impresionado al notar la inscripción en el osario: «Yaakov bar Yoseph achui de Yeshua» o «James, hijo de José, hermano de Jesús». Según filólogos, eruditos del antiguo hebreo y arqueólogos que estudiaron el osario, En realidad, se remonta al primer siglo. Para la inscripción solo hubo dudas sobre la última parte, hermano de Jesús.

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