El budismo nació en India y no puede entenderse sin la matriz cultural de los Vedas y los movimientos de renuncia en el subcontinente indio (śramanas). Sin embargo, su práctica desapareció casi por completo de India alrededor del siglo XII, primero porque perdió popularidad ante los movimientos devocionales y las diferentes escuelas del vedanta y, después, porque fue literalmente arrollado por las invasiones turcas (entre finales del siglo XII y comienzos del XIII). Hoy en día el budismo es una religión minoritaria en India, con practicantes que suman menos del 1% de la población (¡en India hay más cristianos que budistas!). Pese a eso, India sigue siendo el gran lugar de peregrinación del budismo, la gran madre cultural y espiritual de todos los budismos.
En países como China, Tíbet, Japón, Sri Lanka, Vietnam, Indonesia, Burma y Tailandia, el budismo ha evolucionado y se ha diversificado enormemente, pero en todos los casos las ideas que se han desarrollado tienen su origen en India, en el Buda, aunque también en los grandes filósofos del budismo indio, quienes crearon un lenguaje filosófico y cultivaron una importante especulación sobre el significado de las doctrinas enseñadas por el Buda. Los filósofos budistas de India lograron una sofisticación y una penetración ética y epistemológica comparable con las más brillantes obras de filósofos occidentales (muchos de los cuales pensaron ideas similares a los budistas, pero más de mil años después).