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UN EXTRAÑO LLAMADO YAHVE

Los llamados Evangelios Canónicos se aproximan a una realidad histórica, donde sólo se han ocultado partes de una historia más compleja, que el que quiera puede revisar en los Evangelios Apócrifos. No obstante lo que los cristianos denominan Viejo Testamento son una serie de documentos históricos tan tergiversados que, ni de lejos, se aproximan a mucho de lo que ocurrió realmente. Y eso que actualmente tenemos decenas de fuentes históricas, contrastables, provenientes de otras culturas. Pero claro, esas otras fuentes no provienen de la “palabra” de Dios.


Para empezar tenemos a un Dios que aterriza en la Tierra y se presenta ante Moisés, en el monte Sinaí, en medio de una zarza ardiendo que no se consume (habría que ver qué interpretó Moisés como una zarza ardiendo; ya que hasta los ángeles también se presentan en forma de zarza ardiendo, como se lee en Hechos 7,30: Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del Monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza) que, por extraño designio, se había educado en la corte del faraón (de donde descendieron los dioses de Orión, los antiguos dioses egipcios): Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.

Cubrióse Moisés el rostro porque no se atrevió a mirar hacia Dios. He visto la aflicción de mi pueblo, he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo de la mano de los egipcios y para subirlo de esta tierra a una tierra buena y espaciosa. (Ex 3,6-8). Y le envió a transmitir la buena noticia a sus hermanos y a comunicarles que debían exigir su libertad al faraón. Entonces Moisés planteó a Dios esta pregunta: Si voy a los israelitas y les digo “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros”, y ellos me preguntan: “¿Cuál es su nombre?”, ¿qué les responderé?. Dios le dijo: Yo soy el que soy (Yahvé) (Ex 3,13-14). En esta escena culminante, ese “Dios” le revela un nombre cualquiera, YHVH, “Yo soy el que soy”, como podría haber dicho “qué más da el nombre”, “soy el existente“.


La palabra Yahvé está formada por las consonantes del Tetragrámaton YHVH o YHWH (Yod Hey Vav Hey), con las vocales incorporadas en el texto masorético de una palabra distinta, Adonai (Señor) o HaShem (Omnipotente). Cuáles fueran las vocales originales, es una cuestión de especulación, porque debido a una interpretación de textos tales como Éxodo 20,7 y Levítico 24,11, el nombre llegó a ser considerado demasiado sagrado como para que fuera posible expresarlo. Porque este mismo Dios Yahvé así dijo: Muera irremediablemente el que blasfeme el nombre del Señor, acabará con él a pedradas todo el pueblo, ora sea ciudadano o bien extranjero, quien blasfeme el nombre de su Señor, muera sin remedio (Lev. 24,16).

Los escribas, al encontrárselo escrito, lo pronunciaron como Adonai y vocalizaron las consonantes YHVH con las vocales correspondientes a dicha palabra Adonai. Los traductores del hebreo, ignorando lo que habían hecho los escribas, leyeron la palabra y la transcribieron tal y como aparecía escrita, y tomaron los signos de las vocales como elementos intrínsecos del nombre de Dios en lugar de lo que era un mero recordatorio para que no se pronunciara. El resultado de este malentendido ha sido el término Jehová o Yahvé. Las pruebas que nos han llegado de los padres griegos de la Iglesia demuestran que las formas Yavé y Yaó son tradicionales, así como las formas abreviadas del hebreo de las palabras Yah (Sal. 68, 4, por ejemplo) y Yahú (o Jahú), en nombres propios. Indica que en origen el nombre se pronunciaba Yawé o Yahvé. En su sentido etimológico, es la tercera persona del singular, imperfecto, del verbo havá (o hayá), que significa “ser”. Los antiguos intérpretes explican el verbo de forma abstracta y metafísica: el “Yo soy el que soy” o el “Yo soy el que es”, es decir, lo que existe de una forma absoluta, en lugar de tomarlo literalmente.


Para complicar más las cosas, los sumerios afirmaban que sus dioses llegaron del planeta Nibiru. Este es el listado de los primeros pobladores descendientes del cielo, en Sumer: Anu, Nammu, Inanna, Enki, Enlill, Utu y Nanna. Al parecer hubo uno, Enlil, que estuvo ayudando a un pueblo mesopotámico. Nibiru era el Planeta de los Anunnaki, que se apoderaron de la Tierra hace como 450000 años. De allí descendieron los “dioses” sumerios. Estos mismos Anunaki son mencionados en la Biblia como los “nefilim”.

Pero antes de pasar a comentar sobre los “nefilim” veamos un extraño paralelismo de las religiones sumeria y hebrea.

Enlil era uno de los Dioses que conformaba la Trinidad suprema del panteón, conjuntamente con Enki y Anu. Ellos son sólo superados por An y Ki, los Dioses creadores. Según su mitología, el mundo nace cuando el cielo (An) se separa de la tierra (Ki) dando lugar al origen y con ello, a la trinidad mencionada.

Según la tradición, Enlil era un Dios completamente irascible y se trata casi siempre en forma negativa, como por ejemplo en la descripción del Diluvio Mesopotámico, donde la inundación la provoca este Dios abriendo las puertas del cielo para así eliminar a los molestos humanos de la Tierra.

El culto a Enlil se desarrolló principalmente en la ciudad de Nippur, más precisamente en su templo llamado é.kur cuya traducción es “casa en la montaña“. En este lugar y siguiendo la tradición se supone que estaba “el ojo que explora la Tierra“, es decir el artefacto que controlaba absolutamente todo.


Esto también se le atribuye debido a que al momento de su nacimiento, le fueron otorgadas las “tablillas del destino“, siendo en ellas donde se encontraría marcado el destino de todo lo existente en la Tierra.

El poema épico Atrahasis es donde mejor podemos conocerle y narra el famoso Diluvio Universal, pero según la tradición mesopotámica. En ella veremos lo comentado anteriormente, cómo Enlil molesto con los humanos decide eliminarlos a todos, pero aparece un nuevo personaje en escena para evitarlo, su hermano Enki.

Enki le ordenará a Atrahasis la construcción de una enorme barca para así salvarse, y eso mismo sucede (Atrahasis es el Noé bíblico). A su vez, una vez pasada la tempestad, Enki le solicita a su madre la creación de nuevos humanos para poblar la Tierra.

Casualmente, Yahvé, ya comienza a manifestar su crueldad, en Génesis 6,17:Y he aquí que voy a inundar la Tierra con un diluvio de aguas, para hacer morir toda carne en donde haya espíritu de vida debajo del cielo, todas cuantas cosas hay en la Tierra perecerán.

Por cierto que la Biblia dice que Abraham, el padre de los hebreos, había crecido en la ciudad sumeria de Ur, donde el pueblo judío comienza tradicionalmente en el año 2000 antes de Jesucristo, justo el año en que realmente termina Sumeria, de modo que en los albores del segundo milenio de nuestra era tienen lugar dos acontecimientos básicos para nuestra cultura: la creación del pueblo judío y el comienzo de la expansión póstuma de la cultura sumeria. Los sumerios, por tanto, habrían aparecido 2000 años antes (qué coincidencia) de que los judíos se formaran como pueblo semita.

Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas, al ver los nefilim que las hijas de los hombres eran hermosas tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.

Entonces dijo Yahvé: «No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque ciertamente él es carne; pero vivirá ciento veinte años».

Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llevaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y les engendraron hijos. Estos fueron los hombres valientes que desde la antigüedad alcanzaron renombre. Génesis, 6, 1-4

La Biblia menciona a estos diosecillos en más de una ocasión. Los antiguos semitas creían que el mundo estaba rodeado, penetrado y gobernado por Elohim, incontables seres activos, análogos a los espíritus de los salvajes. Referente a la hipótesis de la palabra Elohim como el plural “dioses”, según los partidarios de la hipótesis del plural mayestático, sería difícil de mantener en un texto como el del Pentateuco, que representaría una apología contra el politeísmo. La palabra Elohim es un título, no un nombre personal.

En los textos hebreos, cuando se refiere al Dios de Israel es acompañado por el artículo definido siempre en número singular y no en plural, como correspondería a la concordancia gramatical. “Ha Elohim” se traduce literalmente como “el Dioses”. También cuando se asigna un atributo a Elohim está en número singular, por ejemplo en el Salmo 7: 10 (7: 9 en otras traducciones) “Elohim tsaddiq” (Literalmente: “Dioses justo”. Se traduce en la Biblia como: “Dios como justo”, cuando se puede apreciar que es erróneo). En las treinta y cinco veces que aparece en el relato de la creación el verbo que describe lo que dijo o hizo está cada vez en singular cuando debería traducirse como plural. Sólo así se entiende un párrafo como el siguiente:

En el principio Elohim (los dioses) creó (crearon) el cielo y la tierra. (Genesis 1:1)

Ahora que ya vemos de dónde puede proceder Yahvé, veamos cómo se comporta. “Por sus acciones los conoceréis”. Por tanto, veamos cuál es el comportamiento del “supuesto” Dios padre todopoderoso, que tan lejos queda del Dios padre universal, el que nos ama a todos, cuyo mensaje vino a predicar Jesús de Nazaret, aquel que se dio cuenta del grave error que habían cometido los suyos. “Dios es amor” reza en Juan 4,8.


Lejos de este Dios, Yahvé, el dios hebreo, es que el mostrará una personalidad psicótica cuando en Jeremías 15:1 se lee lo siguiente:. Así dice Dios Padre (Yahvé): El que a muerte, a muerte, el que a espada, a espada, el que a hambre, a hambre y el que a cautiverio, a cautiverio. Y enviaré sobre ellos cuatro géneros de castigos, dice Dios Nuestro Señor (Yahvé): Espada ¡para matar!. Perros ¡para despedazar!. Aves del cielo ¡para devorar!. Y bestias de la tierra ¡para destruir!

Y los judíos encantados con su Dios. Léase el Salmo 94: ¡Padre Eterno (Yahvé), Dios de las Venganzas, ¡¡Dios de las Venganzas!!, muéstrate!. Levántate, oh juez de la tierra y da su merecido a los soberbios.

Si seguimos con los salmos, el 21:8-10 no tiene desperdicio: ¡Oh Padre Eterno (Yahvé), tu mano alcanzará a todos tus enemigos!. Tu diestra alcanzará a los que te aborrecen. Y los pondrás como horno de fuego en el día de tu ira. Dios Nuestro Señor (Yahvé) los deshará en su ira y el fuego los consumirá. Y su fruto harás desaparecer de la tierra. Y su descendencia de entre los hijos de los hombres.


Este Dios se deleita con los enemigos. Presuntuoso, vanidoso, vengativo y criminal, sigue en sus trece, en Jeremías 7:20:

Por tanto, así ha dicho el Señor de todo el Universo (Yahvé): ¡He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra!. ¡Se encenderá mi ira y no se apagará jamás!.

Los judíos adoraban a este chiflado destructor de todo. En Nahum 1:2 6 y 9, se lee lo siguiente: El Padre Eterno (Yahvé), es Dios celoso y vengador. ¡Dios Nuestro Señor (Yahvé) es vengador y está lleno de indignación!, se venga de sus adversarios y guarda enojo para sus enemigos. ¡Su ira se derrama como el fuego!. Dios Padre (Yahvé) hará exterminio y no tomará venganza dos veces de sus enemigos!


El pobre Jesús que, de pequeño, había asistido a los horribles actos de la Pascua Judía, donde los hebreos, al acudir al Templo de Salomón, compraban aves o corderos que luego eran degollados en el altar, derramando su sangre por tan suelo sagrado, intentó cambiar las conductas de los suyos, ofreciendo una visión diferente del verdadero Dios. En Mateo 5:44 se lee: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, para que así lleguéis a ser hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace llover y salir el Sol sobre los malos y sobre los buenos y sobre los justos y sobre los injustos. ¡Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los Cielos es perfecto.

Jesús de Nazaret traía consigo un mensaje de amor y fraternidad que nadie supo comprender. Y que ni la misma Iglesia en la que derivaría su evangelio, supo interpretar. ¡Qué lejos queda su Dios universal del dios sanguinario adorado por los judíos. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. (Juan 4,16). ¿Estamos hablando del mismo Dios? No parece probable.

Luego que Dios Padre (Yahvé) te entregue aquellas ciudades que no quieran ser tus vasallas, ¡matarás a todo varón suyo a filo de espada!. Pero de las ciudades que el Padre Nuestro te dará por heredad, ¡ninguna persona, hombres, mujeres y niños dejarás con vida!, sino que las destruirás por completo.

Mas también hay para las mujeres esclavas, un poco más abajo en Deutoronomio 21,10 se lee: Si saliendo a pelear contra tus enemigos, el Señor Dios los entregara en tus manos, y los cautivaras, y vieras entre ellos una mujer hermosa, y desearas tenerla por mujer, has de introducirla en tu casa y se raerá el cabello y cortará las uñas, y se desnudará del vestido con que fue hecha prisionera y quedándose de asiento en tu casa… Si andado el tiempo te desagradara, la despacharás libre; no podrás venderla por dinero ya que la desvirgaste.

Ahora veamos la ira de Dios Padre contra las naciones, tal y como se llama el capítulo 34 de Isaías y, desde sus versículos leemos, asombrados nuevamente, de la ignominia divina.

¡Acercaos, naciones, juntaos para oír!; y vosotros, pueblo, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce. Porque Dios vuestro Señor está airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; ¡las destruirá y las entregará al matadero!. Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor. ¡Y los montes se disolverán por la sangre de ellos. En los cielos se embriagará mi espada!. ¡Llena está de sangre la espada de Dios vuestro Señor!. Porque vuestro Padre Eterno tiene día de venganza y sus arroyos se convertirán en brea y su polvo en azufre.

En Samuel 15,1 vuelve a aparecer su personalidad psicópata:

Así ha dicho Dios Padre: He decidido castigar lo que hizo Amalec a Israel, cortándole el camino cuando subía de Egipto. Ve, pues, Saúl, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene. ¡Y no te apiades de él, mata a hombres, mujeres, niños y aún los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos!. Y Saúl derrotó a los amalecitas y tomó vivo a Agag, el rey de Amalec, pero mató a todo el pueblo a filo de espada. Y Saúl y el pueblo, perdonaron a Agag. Más Samuel pidió le trajesen a Agag y lo cortó con espada en pedazos delante de Dios Padre, para que la orden del Padre Nuestro fuese obedecida.

En Éxodo 32,26-28, el Padre ordena a Moisés que cada uno debe matar a su propio hermano, a su amigo y a su pariente. Siendo muy bien cumplida la ordenanza, y ejecutada por los hijos de Leví, los sacerdotes de la época, en un mismo día fueron vilmente asesinados, por el capricho del dios bíblico. Hablamos de más de veintrés mil seres humanos. Esto Dice el Señor Dios de Israel: Ponga cada cual la espada a su lado; pasad y traspasad por medio del campamento desde una puerta a otra puerta, y cada uno mate aunque sea al hermano, y al amigo y al vecino.

En el libro 2 de Crónicas 28,6 (los Paralipómenos católicos) simplemente porque se había dejado de adorar al Padre Eterno hubo una matanza espantosa y terrible en la que, sólo en el lapso de un día, fueron cobardemente asesinados 120 mil hombres valientes. Pues Facee, hijo de Romelía, mató en un solo día ciento veinte mil hombres de Judá, todos ellos bravos soldados, porque habían abandonado al Señor Dios de sus padres.

En Levítico 1,2-9 y 3,6-17 encontramos a un Dios al que le gusta la sangre de los sacrificios. Ofrenda encendida de olor grato a Yahvé. Vianda es de ofrenda que se quema en olor grato, pues toda la gordura de los animales es de Yahvé. Eso sí, pide explícitamente, que ya que están con ello, que se lo sazonen. Todo lo que ofreceréis en sacrificio, lo has de sazonar con sal… En todas tus ofrendas pondrás sal. (Lev. 2,13)

Dejo para quien quiera verlo lo que se puede encontrar en Levítico 7,12-33, donde se puede disfrutar del fino gusto gastronómico del dios que nos han impuesto; además de que conoceremos de su buen comer y de declararse enemigo del vegetarianismo. A este Dios le entusiasma la espaldilla de cordero (así se describe, no invento nada). Y si alguno se atreve a apropiarse de las carnes que le ofrecen a él “será exterminado de la congregación de su pueblo“. Ah, y que no se olvidaran de los panes, llamados “panes de la proposición” cada semana, ni de ponerle perfumes o encenderle velas, todas las semanas, cuando descendieran Yahvé y los suyos al Templo de Salomón.
Aspecto del dios sumerio Marduk (restos arqueológicos)

En el colmo de las actitudes de la divinidad nos encontramos con una descripción muy singular que se hace del Padre Eterno desde 1 de Reyes 8,5-11 y 63. Se nos narra que para la inauguración del Templo dedicado a Yahvé se lograron batir todos los excesos anteriores, en lo que a masacres y sacrificios se refiere, puesto que fueron 22 mil bueyes y 120 mil ovejas los animales ofrecidos al carnívoro dios. Y sacrificó Salomón por sacrificios pacíficos, los cuales ofreció a Yahvé veinte y dos mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Yahvé.

Catorce días, con sus respectivas noches, duró esa sanguinolenta ofrenda y sacrificio en honor de Yahvé. Más de 10 mil animales por día fueron sacrificados para la gloria de Dios Nuestro Señor.

Dice el relato que estamos comentando, tomado directamente de la Palabra de Dios, que: Agradó tanto a Yahvé el sacrificio de paz que se le ofrecía, que se posesionó del Templo, él y sus ángeles.

Ahora vemos que Dios baja de donde estuviese y se mete un festín, junto a sus consabidos “ángeles”.

Más en Ezequiel 5,11 (del que luego hablaremos): Por tanto, dice Dios vuestro Señor: ¡Yo te quebrantaré, mi ojo no perdonará y tampoco tendré compasión!. Así se desfogará mi furor y saciaré mi enojo y tomaré satisfacción y sabrán que yo, Dios Vuestro Señor, he hablado.

Como leerse la Biblia puede ser tedioso y largo, vamos a ir resumiendo. Lo que viene a continuación es un resumen de las atrocidades que se pueden leer en las páginas del Viejo Testamento.

Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer. Y Yahvé dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Yahvé mandó a Moisés. (Números 15,32-36). Y todo ello por cometer una falta tan grave como trabajar en el día del reposo.


De vez en cuando se muestra iracundo.

Yo endureceré el corazón de Faraón, y os perseguirá; pero yo manifestaré mi gloria a costa de Faraón y de todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Yahvé. Así lo hicieron. (Éxodo 14,4)

Porque Yahvé vuestro Dios es el Dios de los dioses y el Señor de los señores, el Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas ni admite soborno. (Deuteronomio 10,17)

Entonces se encendió la ira de Yahvé contra Moisés. (Éxodo 4,14)

Se encenderá mi ira y os mataré a espada. (Éxodo 22,23)

Déjame ahora que se encienda mi ira contra ellos. (Éxodo 32,10)

Yo me enfrentaré a vosotros con ira. (Levítico 26,28)

Se encendió su ira y ardió un fuego de Yahvé. (Números 11,1)

… porque yo Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso… (Éxodo 20,5)

Cómo no, se lo pasa en grande con sus trastornos psiquiátricos. Enumeraré algunos casos:

* Asesinar menores de edad [sin discernimiento] en el diluvio (Génesis 6)
* Ordenar el sacrificio de miles de animales inocentes (Levítico 1-7)
* Maltratos físico y psicológico contra Job por una apuesta con Satanás (Job 1-42)
* Transformar en estatua de sal a una mujer por mirar hacia atrás (Génesis 19:26)
* Asesinar a los primogénitos Egipcios (Éxodo 12:29)
* Dejar ciegos a los caballos (Zacarías 12:4)
* Orden de masacrar, viejos, mujeres, niños, y bebes (Ezequiel 9,4-6)
* Yahvé se burla y quema al profeta Jonás (Jonás 3 y 4)
* A Yahvé le parece bien que los violadore se casen con las violadas: Si un hombre encuentra a una joven virgen no prometida, la agarra y se acuesta con ella, y son sorprendidos, el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta monedas de plata; ella será su mujer, porque la ha violado, y no podrá repudiarla en toda su vida. (Deuteronomio 22,18-19)
* Al Dios de Israel le parece bien asesinar a las mujeres solteras que tienen el himen roto. (Deuteronomio 22,20-21)
* Mas por cuanto con este negocio hiciste blasfemar á los enemigos de Yahvé el hijo que te ha nacido morirá ciertamente. Yahvé castiga a los hijos por los pecados de los padres (Ezequiel 18,20), en 2ª Samuel 12,1-22 asesinó a un recién nacido, por los pecados del Rey David.

Hete aquí un compendio de las mayores atrocidades cometidas por Yahvé. Este es su top 66 (buen número, le viene que ni pintado):

1. Destrucción total de Sodoma y Gomorra: GÉNESIS 19;JUDAS 1:7
2. Causa directa de la transformación en Estatua de Sal de una mujer inocente (la esposa de Lot): GÉNESIS 19:26.
3. Asesinato de un hombre que se negaba a tener relaciones sexuales con su cuñada viuda, y para evitarlo se masturbaba: GÉNESIS 38:1-10.
4. Plagas, llamadas “Maravillas” por el propio Yahvé, hacia seres inocentes de Egipto, tales como ancianos, mujeres, animales y niños: ÉXODO 7:1-14, 9:14-16, 10:1-2, 11:7; JUDAS 1:5.
5. Aniquilación (“maravilla”) hacia todos los primogénitos en la tierra de Egipto, incluyendo niños: ÉXODO. 12:29; JUDAS 1:5.
6. Causa directa del extermino de un ejército egipcio, mediante su inmersión en las aguas del Mar Muerto: ÉXODO 14:21-28; JUDAS: 1:5.
7. Desastre por medio de granizo en campos egipcios: ÉXODO 9:22-25.
8. Plaga hacia seres humanos: NÚMEROS 11:33.
9. Lepra hacía una mujer (Miriam) por intrigar contra Moisés: NÚMEROS 12:1-10.
10. Abrir la Tierra, mediante Moisés, para tragarse a una población entera por rebeldía: NÚMEROS 16:27-33.
11. Genocidio de 250 hombres por incineración: NÚMEROS 16:35.
12. Genocidio de 14700 personas por medio de una plaga mortal: NÚMEROS 16:49.
13. Ataque mortal de serpientes de fuego hacia pobladores israelitas: NÚMEROS 21:6.
14. Genocidio de 24000 personas por medio de una plaga mortal: NÚMEROS 25:9 –11.
15. Apoyo logístico para masacrar a Sehón, sus hijos, y su pueblo y después saquearlos: DEUTERONOMIO 2: 32-35.
16. Apoyo logístico para masacrar a Og y a todo su pueblo DEUTERONOMIO 3:2-3.
17. Apoyo logístico para masacrar y saquear a 6 pueblos: DEUTERONOMIO 20:1 al 21:3.
18. Intimidación masiva hacía el pueblo Israelí: DEUTERONOMIO:28 (todo el capítulo).
19. Posesión del cuerpo de un hombre (Sansón) para despedazar a un león cachorro: JUECES 14:5-6.
20. Posesión del cuerpo de un hombre (Sansón) para masacrar a 30 hombres: JUECES 14:19 .
21. Aplicación de tumores en las ingles de los Filisteos (plaga): 1 SAMUEL 5:6-9.
22. Genocidio de 50070 hombres de Beth-Semes: 1SAMUEL 6:19.
23. Apoyo logístico a Josué para exterminar a los Amorrheos (5 pueblos) y sus reyes, además a los pueblos de Maceda, Libna, Lachis, Gezer, Eglón, Ebrón, Debir. Desde Cades-barnea hasta Gaza y de Gosén hasta Gabaón, todo esto incluyendo el clásico saqueo: JOSUÉ 10 (todo el capítulo).
24. Aplastamiento con grandes trozos de granizo de un número indefinido de hombres: JOSUÉ 10:10-11.
25. Asesinato de los “hombres más robustos” de Israel: SALMOS 78:21-31.
26. Castigo con sequía a Israel por 3 años consecutivos a causa de un acto de Saúl: 2 SAMUEL 21:1.
27. Asesinato de dos varones justos: 1 REYES:2:32.
28. Ordena a Jehú asesinar a sobrevivientes de Achâb, mediante Elías: 2 REYES 10:17.
29. Asesinato de Er, hijo de Judá: 1 CRÓNICAS 2:3.
30. Apoyo logístico a los Hijos de Rubén y de Gad para arrasar con cuatro pueblos: 1 CRÓNICAS 5:18-22.
31. Apoyo logístico a David para herir a los Filisteos y a su ganado: 1 SAMUEL 23:2-5
32. Mas apoyo logístico a David para herir a los Filisteos: 2 SAMUEL 5:23-25.
33. Asesinato de Uzza: 2 SAMUEL6:7.
34. Ordenar Daños a la casa de Achâb por venganza a Jezabel: 2 REYES:9:7.
35. Asesinato de Joachaz mediante una terrible y cruel enfermedad: 2 CRÓNICAS 21:17-19
36. Aplicación de lepra a Azarías: 2 CRÓNICAS 26:20.
37. Amenaza de destrucción al pueblo de Israel: ISAÍAS 10:20-27
38. Amenaza a Pashur de muerte, destrucción y saqueo a sus seres queridos y pueblo, por haber herido a Jeremías: JEREMÍAS 20:1-8.
39. Agresión contra dos falsos profetas: JEREMÍAS 29:21.
40. Derivado de la envidia, amenaza de destrucción, muerte y saqueo al pueblo de Jacob (Sión y Samaria): AMÓS 6.
41. Agresión, con ceguera y aturdimiento, a caballos de Judá y, con locura, a sus jinetes: ZACARÍAS 12:4.
42. Aplicación de plaga desconocida contra los pueblos contrincantes de Jerusalén: ZACARÍAS :14:12.
43. Intimidación por medio de amenaza de plaga hacia Egipcios: ZACARÍAS 14:18.
44. Genocidio de 70000 Israelitas por medio de una peste: 2 SAMUEL 24:15.
45. Aniquilación de 50 hombres con fuego del cielo: 2 REYES 1:10-12.
46. Aplicación de ceguera a los Sirios: 2 REYES: 6:18-19.
47. Genocidio de 185000 Sirios: 2 REYES 19:35.
48. Destrucción de las tiendas de Jacob y las fortalezas de la hija de Judá: LAMENTACIONES 2:2.
49. Destrucción masiva de Israel: LAMENTACIONES 2:5.
50. Destrucción masiva de los Cananeos: NÚMEROS: 21:3.
51. Destrucción de los Anaceos: DEUTERONOMIO: 2:2.
52. Asesinato de hombres que fueron en pos de Baal-peor: DEUTERONOMIO 4:3.
53. Aniquilación y aplicación de epidemia de hemorroides al pueblo de Assod: 1 SAMUEL 5:6
54. Asesinato con lepra de un rey: 2 REYES:15:5.
55. Envío de tropas de Caldeos, Sirios, Moabitas y Ammonitas a destruir Judá: 2 REYES 24:2.
56. Órdenes de destrucción a Jerusalén (y se llevan a cabo): 1 CRÓNICAS 21:15.
57. Aplicación de lepra a Uzzías (Rey) : 2 CRÓNICAS 26:20.
58. Asesinato de Ezechîas, por ingratitud: 2 CRÓNICAS 32:24-25.
59. Da órdenes de exhumar cadáveres: JEREMÍAS 8:1.
60. Destrucción de poblados del Valle del hijo de Hinnom: JEREMÍAS 19
61. Amenaza de destrucción de su pueblo a Zecheddías, rey de Judá: JEREMÍAS 21
62. Órdenes de destrucción y muerte a los pobladores de Merathaim: JEREMÍAS:50:21.
63. Aniquilación total del ejército de Sisara: JUECES 4:13-15.
64. Asesinato de Jabín y destrucción de Canaán: JUECES :22-24.
65. Amenaza de destrucción a Babilonia: JEREMÍAS 51:52-58.
66. Destrucción de Samaria: AMÓS 3: 9-15.

Estos textos con tanta violencia se repiten a lo largo y ancho de lo que los cristianos conocen como el Viejo Testamento. Podría estar horas citando pasajes de la Biblia con la misma retórica y maldad.

Intuimos la procedencia de este “dios”, que nada tenía que ver con el predicado y anunciado por Jesús de Nazaret, a través de los tablillas sumerias. Pero si a alguno le quedan dudas, a los mismos textos bíblicos cabe referirse. No digo más sobre lo que puede leerse en Ezequiel 1:5-22. Que cada cual extraiga sus conclusiones:


De su interior aparecía una forma de cuatro seres vivientes. El aspecto de ellos tenía la forma de hombre, pero cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas.

Sus piernas eran rectas, y sus pezuñas eran como pezuñas de becerro que centelleaban como bronce bruñido. Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre. Los cuatro tenían sus caras y sus alas. Sus alas se juntaban unas con otras. Y cuando se desplazaban, no se volvían, sino que cada uno se desplazaba de frente hacia adelante.

Cada uno se desplazaba de frente hacia adelante. Iban adondequiera que el Espíritu decidía ir, y no viraban cuando se desplazaban. En medio de los seres vivientes había algo como carbones de fuego encendido que se desplazaban como antorchas entre los seres vivientes. El fuego resplandecía, y del mismo salían relámpagos. Y los seres iban y volvían, como si fueran relámpagos.

Mientras yo miraba a los seres vivientes, he aquí que había una rueda en la tierra, junto y al frente de cada uno de los cuatro seres vivientes. La forma y el aspecto de las ruedas era como crisólito. Las cuatro ruedas tenían la misma forma y aspecto, y estaban hechas de manera que había una rueda dentro de otra rueda. Cuando se desplazaban, lo hacían en cualquiera de las cuatro direcciones, y no viraban cuando se desplazaban. Sus aros eran altos y aterradores, y los aros de las cuatro ruedas estaban llenos de ojos alrededor.

Cuando los seres vivientes se desplazaban, también se desplazaban las ruedas que estaban junto a ellos. Cuando los seres se elevaban de sobre la tierra, las ruedas también se elevaban. Iban adondequiera que el Espíritu fuese, y las ruedas también se elevaban junto con ellos, pues el Espíritu de cada ser viviente estaba también en las ruedas.

Cuando ellos se desplazaban, también ellas se desplazaban; cuando ellos se detenían, también ellas se detenían. Y cuando ellos se elevaban de la tierra, también las ruedas se elevaban junto con ellos, porque el Espíritu de cada ser viviente estaba también en las ruedas. Sobre las cabezas de los seres vivientes había una bóveda semejante a un cristal impresionante, extendido por encima de sus cabezas.

La Escalera de Jacob es una escalera mencionada en la Biblia (Génesis 28,11-19), por la que los ángeles ascendían y descendían del cielo. Fue vista por el patriarca Jacob durante un sueño, tras su huida por su enfrentamiento con su hermano Esaú.

Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar. Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac.

¿Una escalera en el cielo de la que ascendían y descendían seres hasta lo alto de una nube? Curioso.

Para terminar, léase Reyes 2,1-18:

Iban caminando y conversando cuando, de pronto, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en medio de un torbellino. Eliseo vio todo. Eliseo agarró su ropa y la rasgó en dos. Eliseo sabía que ya no iba a ver a su amigo.

Elías es abducido por un carro de fuego celestial que lo transporta a los cielos para siempre, donde jamás se le volvió a ver. ¿Quién pudo raptarlo? Exacto, Yahvé. Sobran los comentarios.

Evidentemente, hay libros que recogen diversas opiniones, críticas o simplemente añaden nuevos historias a esta historia ya conocida. Y esos libros, según la visión actual de la Iglesia, están prohibidos, aunque ellos consideran mejor hablan de “recensiones”. Si alguien no me cree, hete a continuación la lista de libros prohibidos por el Opus Dei. Libros nada recomendados entre sus feligreses. Los comentarios sobre el razonamiento de la prohibición o “recensión”, no tienen desperdicio.

METALES Y MINERALES DE OTROS MUNDOS

Es difícil rastrear los restos que existen en la Tierra de metales supuestamente procedentes de otros ámbitos no terrestres o cuya composición química no está determinada por los científicos. Y es difícil porque hay pocos y además están teñidos de leyendas. Pero, por sorprendente que parezca, quedan algunos testimonios materiales que a veces nos dejan perplejos, tanto si nos remitimos a épocas pretéritas como a las actuales. Y no hablamos de la “piedra de Marte” de Alberto Sanmartin que encontró en 1954 en la Ciudad Universitaria de Madrid y que el diario El Alcázar tituló como: “Los marcianos han colocado su primera piedra en Madrid”. Hay materiales, minerales, sustancias y metales de los que se han hecho estudios y cuyos informes determinan que algo raro hay en su estructura interna.

«La piedra de Marte».

El oricalco atlante

El oricalco atlante es uno de esos metales. Lo malo es que no nos quedan muestras. La más completa referencia a la Atlántida que existe en la antigüedad aparece recogida en los Diálogos de Timeo y Critias de Platón, bajo la forma de una serie de acontecimientos comunicados al ateniense Solón por los sacerdotes griegos de Sais. En el segundo Diálogo, llamado Critias o La Atlántida, se hace una alusión a un material que hoy ha desaparecido totalmente, el oricalco, del que podemos sacar dos conclusiones: que no era oro y que tan sólo se extraía de aquella mítica isla. Se lee textualmente en el Critias que: Era extraído de la tierra en diversos lugares de la isla; era, luego del oro, el más precioso de los metales que existían en aquel tiempo.

Todas las obras de la legendaria Atlántida (puentes, palacios, monedas) se construían con materiales exclusivos procedentes de la isla. Se usaba principalmente piedras de color blanco, negro y rojo. Recubrieron de estaño fundido el recinto interior del muro y el que rodeaba a la misma Acrópolis: lo cubrieron de oricalco, que tenía reflejos de fuego. El interior del santuario mismo de Poseidón estaba cubierto de marfil y adornado en todas partes de oro, plata y de ese extraño metal. «Todo lo demás, los muros, las columnas y el pavimento, lo adornaron con oricalco».

Orichalcum: El metal más valioso para los Atlantes

¿Se ha encontrado alguna pieza con este material? Si hemos de creer al increíble Paul Schliemann, nieto del descubridor de Troya, su abuelo encontró auténticas piezas de oricalco a las que sometió a un examen químico y microscópico él mismo. Escribió un artículo titulado «Cómo descubrí la Atlántida, fuente de toda civilización» en el que describe objetos presuntamente heredados del abuelo, como un ánfora con cabeza de búho,  algunos documentos y monedas cuadradas de oricalco. El metal desconocido estaba compuesto de platino, aluminio y cobre, aleación que no se encuentra entre los vestigios del pasado. Ni que decir tiene que el ánfora y las monedas nunca fueron mostradas a los arqueólogos ni al público. Todo un listillo.

Pero hay un caso más actual y con la misma verosimilitud del anterior. Robert Charroux es quien nos cuenta, en El libro de los dueños del mundo (1967), que conoció a un arqueólogo -Christos Mavrothalassitis- el cual le confesó haber encontrado monedas oricálquicas en la isla de Djerba, en Túnez, en 1947. Descubrió unas tumbas con objetos de alfarería y «monedas blancas de metal desconocido» que, según él, pertenecían a una necrópolis atlante en Tripolitania. Estas piezas inoxidables y únicas, constituyen auténticos documentos históricos grabados que, según Mavrothalassitis, representaban escenas de la vida de los atlantes. En ellas aparecen imágenes de caballos, bridas y… ¡artefactos idénticos a nuestros cohetes espaciales! Demasiado bonito para ser real. En la actualidad dice que se encuentran custodiadas en un Banco de Marsella. A saber.

Moneda hecha del presunto metal Oricalco

Piedras que emiten luz

En relación con esta mineralogía desconocida hay que situar también las piedras que, según la tradición y algunos exploradores, dicen haber visto emitiendo una intensa luz perenne. En el viaje que hizo Apolonio de Tiana por la región transhimaláyica en el siglo I d.C., tanto él como su guía Damis pudieron admirar pozos que proyectaban rayos de una brillante luz azulada, así como las piedras fosforescentes que irradiaban tal claridad «que la noche se trocaba día». Piedras similares, consideradas como milagrosas y procedentes de otros mundos, fueron vistas en el Tibet por el padre Huc en el siglo XIX y descritas en sus Recuerdos de un viaje por la China.

El griego Luciano (180-120 d.C.) menciona maravillas admiradas por él en el curso de un viaje a Hierápolis, en la Siria septentrional. Allí le mostraron una alhaja engarzada en una cabeza de oro de la diosa Hera de la cual «emanaba una gran luz» y tan impresionado debió quedar que, no sin cierta exageración, escribió: «el templo resplandecía como si hubiese estado iluminado por una miríada de cirios». Aunque insistió, los sacerdotes se negaron a revelarle el secreto de este prodigio.

Los misterios del templo de Hadad o de Júpiter en Baabelk están ligados a estas misteriosas piedras luminosas. La existencia de tales materiales que proporcionaban, en la antigüedad, la luz en las horas nocturnas no puede ser puesta en duda por haber sido descritas por numerosos autores clásicos. Posiblemente estarían relacionadas con las míticas «lámparas perpetuas» que iluminaban diversos templos egipcios, tibetanos y romanos durante años sin consumirse.

Los habitantes de las islas de Torres Strait (Vanuatu, Nuevas Hébridas), en el Océano Pacífico, se decían poseedores de los buia, o sea, de piedras redondas que proyectaban una luz penetrante de la que brotaba una luminosidad azul verdosa que no dejaba de asombrar a los conquistadores blancos.  Ahora bien, para sorprendente lo relatado por los comerciantes de Nueva Guinea que descubrieron a mediados del siglo XX un valle en la selva, próximo al monte Wilhelmina, poblado por mujeres amazonas. Con gran sorpresa vieron unas grandes piedras redondas, con un diámetro de 3,5 metros, puestas sobre columnas que radiaban una luz semejante a la del neón.

Chintamani

He hecho referencia a Apolonio y su viaje al extremo oriente, aunque no tenemos que remontarnos a tan lejanas fechas para encontrar experiencias similares, incluso en el siglo XX. Cuando Nicolás Roerich viajó hasta el Tibet también él vio resplandores y columnas de luz en plena noche. Al preguntar qué era aquello, algunos lamas le respondieron que se trataba de los «rayos luminosos que emite la Torre de Shambhala» y le dijeron que procedían de una piedra colocada en la torre que brillaba como el diamante. En sánscrito lleva el nombre de Chintamani.

En el Tibet creen que durante el reinado de Tho-tho ri, en el 331 d.C., cayó de los cielos un cofre en el que había cuatro objetos sagrados, entre ellos esta prodigiosa piedra. Le aseguraron a Roerich que la materia de la que está compuesta proviene de otro planeta, uno de los que orbitan en la constelación de Can Mayor, probablemente de la estrella Sirio. La mayor parte de la piedra se conservaría en la Torre de Shambala, mientras que pequeños fragmentos de la misma han sido repartidos a ciertos puntos del planeta. La tradición oculta de Asia nos dice que muchos reyes y jefes poseyeron esta piedra mágica en épocas históricas: Tazlavu, emperador de la Atlántida, Akbar, en la India, y Salomón, en Judea, son citados en la lista de los poseedores temporales de tan excepcional pedrusco.

El cetro que cayó de los cielos

A veces hay que fijarse en determinados símbolos de la tradición religiosa porque su historia encierra un enigma. Los libros budistas del Tibet explican que uno de sus símbolos más queridos y emblemáticos, el Dordie o Dorje (el «bastón o varita del porvenir»), cayó milagrosamente del cielo en Lhassa, cerca del monasterio de Sera. Este cetro, de apariencia metálica, se halla bajo la custodia del Dalai Lama, que tiene el título de «Portador Dorje» y «poseedor del Rayo», ya que se atribuye a este artefacto el poder de dominar el fuego. Aparte el bastón original, existen numerosas réplicas hechas en plata.

Andrew Thomas, en su libro Shambala, refiere que durante un tiempo vivió en una ciudad en la que se decía que otro Dorje había caído también del cielo. Se llama Dordieeling, el «lugar del Dordie». Se han visto brillantes luces parecidas a las de los tubos de neón o pequeños resplandores brotar del Dorje en manos de los grandes lamas en el curso de ceremonias sagradas o de iniciaciones. Aunque las dos bolas o botones de loto que llevan en sus extremidades sugieren los polos positivo y negativo, el Dorje no parece de naturaleza eléctrica. En la mayor parte de las lamaserías tibetanas se encuentran copias del original en plata, bronce y hierro. Thomas se pregunta: ¿no será un instrumento científico dejado por antiguos astronautas?

Un metal de dureza 500

Hasta hoy, la dureza de los minerales se establece según la escala de Mohs, que va de 1 (el talco) al 10 (el diamante). Por encima de la dureza 10 no se conoce ningún material en el planeta Tierra, salvo la vidia o diamante sintético, cuyo nivel de dureza sería 11. Pero, ¿y dentro de nuestro Sistema Solar? O mejor aún, ¿y fuera de nuestra galaxia?… Al parecer, sí.

Según el lingüista norteamericano Robert K. Temple, autor de El misterio de Sirio: «Al cabo de siete años de trabajo, los resultados me han llevado a demostrar que la información que poseen los dogones tiene realmente más de cinco mil años de antigüedad y la poseían ya los egipcios antiguos en los tiempos predinásticos de antes del año 3.200 a.C.» Las leyendas dogón hablan de una extraña «arca de luz” que vino del cielo y de ella salieron unos seres mitad pez, mitad hombre, llamados nommos o «instructores». Decían venir de una estrella llamada Po Tolo, transmitiendo a los humanos una serie de conocimientos astronómicos que no estaban al alcance ni siquiera de los más reputados sabios. Una de estas informaciones sería la existencia del sagala, metal un poco más brillante que el hierro y tan pesado «que todos los seres de la tierra juntos no podrían levantarlo», según afirman las tradiciones del pueblo dogón (que hoy viven en los montes Hombori y en la meseta de Bandiagara, en la actual República de Mali). De sagala estaría compuesto la estrella «Po Tolo» (conocida por la astronomía oficial como Sirio B, una enana blanca extraordinariamente pesada), compañera de Sirio A.

Dogones con sus tipicas máscaras.

El antropólogo francés Marcel Griaule

 

Según la información recogida por el antropólogo francés Marcel Griaule, sus informes verbales contaban que en ese sistema estelar había una estrella de gran magnitud llamada Digitaria (Sirio A) y que Po Tolo rotaba al rededor de Digitaria en un tiempo de 50 años. También decían que una simple cucharada de la estrella Po Tolo pesaba más que todo nuestro planeta. Los dogón conocían exactamente el sistema estelar binario de Sirio, cuando este se descubrió por primera vez en el año 1824 y se pudo observar en 1864 con un telescopio. Por otro lado, en 1972, se comprobó que en efecto, la estrella Sirio B, tiene un periodo de 50 años alrededor de Sirio A. Y para mayor asombro se pudo analizar, mediante un sistema espectral, la densidad que tendría la estrella Sirio B, dando casualmente una «dureza 500».

Por tanto, sería un material de dureza 500 (en una hipotética escala de Mohs que llegara hasta esta magnitud) que pudo servir, según algunos modernos y atrevidos investigadores, para tallar y pulir piedras como el coridón (dureza 9), la diorita o la andesita en el antiguo Egipto. Para el físico argentino José Álvarez López, el análisis del torno con que los antiguos egipcios tallaban la diorita confirma la necesidad de una punta de diamante y de un avance de la herramienta por engranajes. Esto trae como consecuencia, según él, que debieron tener tornos impulsados por motores eléctricos y que los taladros para piedras, para alcanzar su grado de penetración, deberían tener una dureza muy superior a 10.

El Shamir

¿Esta tecnología existió alguna vez, desapareció de repente o pudieron tenerla otras culturas? Ardua cuestión. Al parecer -y sólo al parecer- una máquina similar la poseyeron los judíos de la época de Salomón (siglo X a.C.). Pruebas no hay ninguna, normal, aunque sí leyendas que aseguran que este rey obligó al demonio Asmodeo a trabajar en la edificación del Templo y lo terminó sin usar nunca martillos ni otros instrumentos de hierro, «utilizando tan sólo cierta piedra que cortaba las otras piedras como el diamante el vidrio».

 

Templo de Salomón.

Curioso comentario que nos deja in albis, a no ser que…

Si consultamos en las fuentes talmúdicas-midrásicas se puede leer que Moisés había dicho a los israelitas que no «utilizasen ninguna herramienta de hierro en la construcción de lugares santos» (El Deuteronomio, 27-5 dice: Alzarás allí un altar a Yavé, un altar de piedras que no hayan sido trabajadas por el hierro). Salomón ordenó que no se usaran mazos, hachas o cinceles para cortar o labrar los grandes bloques de piedra con que fueron construidos los muros exteriores y el patio del Templo. En lugar de ello, proporcionó a los albañiles un útil que databa de la época de Moisés. Se conocía a esta herramienta con el nombre de Shamir y podía cortar los materiales más duros sin fricción ni calor.

El Shamir también era llamado «la piedra que parte rocas». Louis Ginzberg, en «The legens of the Jews», (1909) escribe:

No puede ser guardado en una vasija de hierro ni de ningún otro metal: haría pedazos un receptáculo así. Se conserva envuelto en un paño de lana, colocado a su vez en una cesta de plomo llena de salvado de cebada… Con la destrucción del templo, el Shamir desapareció.

El Shamir también tenía la «notable propiedad de cortar los diamantes más duros» y además no hacía el menor ruido mientras era utilizado. No sólo estamos hablando de tecnologías avanzadas, sino de extraños materiales con los que debieron fabricar estos instrumentos, cuya dureza era muy superior al diamante.

Las tradiciones masónicas aseguran que las dos columnas principales del Templo de Salomón, llamadas Jaquin y Boaz, estaban huecas y dentro de ellas se guardaron antiguos documentos referentes al pasado del pueblo judío, así como el secreto del Shamir mágico y la historia de sus fabulosas propiedades. Su búsqueda y captura sería tan importante y trascendental como encontrar el Arca de la Alianza o la Mesa de Salomón, tres artefactos tecnológicos que, por cierto, proceden de la misma época.

Lo que dejan las naves extraterrestres

Cuando se habla de esta clase de extraños materiales, a algunos investigadores les viene a la cabeza la idea de que tal vez no provengan de la Tierra.

Abbiate Guazzone es un arrabal de la pequeña ciudad de Tradate, a unos kilómetros de Varese (Lombardía), que en abril de 1950 fue escenario de uno de los fenómenos ufológicos más célebres ocurridos en Italia. El caso reviste un interés considerable puesto que presenta la rara característica de haber dejado unas pruebas tangibles: los fragmentos de un metal misterioso. En aquella época, el testigo del OVNI y sus tripulantes, el obrero Bruno Facchini, había remitido uno de los fragmentos al comandante Renato Vesco, que había ido a verlo para hacer unas preguntas sobre el fenómeno sin obtener ninguna respuesta. Remitió otros fragmentos a un instituto de investigaciones para el estudio de los metales en Novara (Piamonte) y sólo le dijeron que se trataba de un metal antifricción. El metal en cuestión tiene la apariencia del hierro corriente, pero es inoxidable, no magnetizable y mal conductor del calor.

 

Sello conmemorativo de la explosión de Tunguska de 1.908, donde aparece Leonid Kulik, el primer cinetífico que investigó el extraño suceso.

No fue hasta el año 1.927, que la Academia de Ciencias de Rusia envió una expedición al mando de Leonid Kulik, secretario del Comité Investigador de Meteoritos, a petición del propio Kulik, dado el total y absoluto desinterés que el gobierno de Rusia mostró por el suceso, quien con un rudimentario equipo de investigación partió a la zona del siniestro.

Tanto en el 2008 como en el 2009 aparecen noticias en la prensa relacionadas con el doctor Yuri Labvin, presidente de la fundación estatal siberiana “Fenómeno Espacial Tunguska” que intenta dar una explicación a lo que ocurrió el 30 de junio de 1908. Ha dicho más de una vez que los extraterrestres salvaron en aquella ocasión a los humanos al asegurar que un ovni kamikaze se estrelló deliberadamente contra un meteorito o cometa para evitar que éste impactara contra la Tierra. Aún así, la catástrofe fue considerable (arrasó unos 2.200 kilómetros cuadrados de la taiga siberiana), pero mucho menor de lo que se avecinaba. Labvin ofrece como prueba diez cristales de cuarzo con unas cavidades que encajan y hacen que se puedan conectar unos con otros formando una especie de cadena, con extraños grabados e inscripciones, hallados todos ellos durante una expedición cerca del poblado de Vanavara, a 65 kilómetros de donde se produjo la explosión.

Para Labvin, no existe una tecnología que pueda imprimir o grabar tales dibujos en un cristal así, y dice también haber encontrado silicato de hierro:“que no puede ser producido en ningún lugar, excepto en el espacio”. Para él no hay duda de que serían restos de la nave extraterrestre que se autoinmoló contra el cometa.

DÉCIMO PRIMERA CONCLUSIÓN 2ª parte

Siguiendo el post http://maestroviejo.wordpress.com/2010/09/02/decimo-primera-conclusion-1%C2%AA-parte/

seguimos analizando los focos de civilización post diluvianos.

6.2 Sumeria

La civilización sumeria (La primera que acepta la historia oficial) comenzó sobre el 3.800 a C. según el Libro “ El 12 planeta” de por Zecharia Sitchin:

15 – EL REINO EN LA TIERRA

El Diluvio, una experiencia traumática para la Humanidad, no lo fue menos para los «dioses», los nefilim.

Tal como decían las listas de reyes sumerios, «el Diluvio había arrasado», y el esfuerzo de 120 shar’s había desaparecido de la noche» a la mañana. Las minas del sur de África, las ciudades en Mesopotamia, el centro de control de Nippur, el espaciopuerto de Sippar;(De nuevo se confirma una expansión mínima antes del diluvio y máxima después de él) todo estaba enterrado bajo el agua y el lodo. Cerniéndose en sus lanzaderas por encima de la ahora devastada Tierra, los nefilim esperaban pacientemente a que las aguas se apaciguaran para poder poner el pie de nuevo en tierra firme.


¿Cómo iban a vivir en la Tierra a partir de ahora, cuando ciudades e instalaciones habían desaparecido, incluso cuando la mano de obra -la Humanidad- había sido totalmente destruida?


Cuando los asustados, exhaustos y hambrientos grupos de nefilim aterrizaron por fin en los picos del «Monte de la Salvación», debieron sentir cierto alivio al descubrir que el Hombre, así como los animales, no habían perecido por completo. Incluso Enlil, enfurecido al principio al descubrir que sus objetivos se habían frustrado en parte, no tardó en cambiar de opinión.


La decisión de la deidad era una decisión práctica. Enfrentados con su propia situación extrema, los nefilim dejaron a un lado sus inhibiciones con respecto al Hombre, se arremangaron y se pusieron de inmediato a enseñar al Hombre las artes del cultivo de la tierra y de la cría del ganado. D
ado que la supervivencia, claro está, dependía de la rapidez con la cual se desarrollaran la agricultura y la domesticación de animales para sustentar a los nefilim y a una Humanidad que se iba a multiplicar rápidamente, los nefilim pusieron su avanzado conocimiento científico en el empeño.


Sin ser conscientes de la información que se podía recoger de los textos bíblicos y sumerios, muchos científicos que han estudiado los orígenes de la agricultura han llegado a la conclusión de que ésta se «descubrió» hace unos 13.000 años gracias al clima neotérmico (<<nuevamente cálido») que siguió al fin de la última glaciación. Sin embargo, mucho antes que los expertos modernos, la Biblia ya había situado los comienzos de la agricultura inmediatamente después del Diluvio.


«Sementera y Siega» se citan en el Génesis como dones divinos concedidos a Noé y a sus descendientes como parte de la alianza posterior al Diluvio entre la Deidad y la Humanidad:

Mientras haya días en la Tierra,
no cesarán
Sementera y Siega,
Frío y Calor,
Verano e Invierno,
Día y Noche.

Después de ser concedido el conocimiento de la agricultura, «Noé se dedicó a la labranza y plantó una viña»; es decir, se convirtió en el primer labrador postdiluviano que se involucró en la deliberada y complicada labor agrícola.


Los textos sumerios también atribuyen a los dioses la concesión de la agricultura y de
la domesticación de animales a la Humanidad.


Siguiendo el rastro de los comienzos de la agricultura, los expertos modernos han descubierto que ésta apareció en Oriente Próximo,
pero no en los fértiles llanos y valles de fácil cultivo, sino en las montañas que bordean en semicírculo las llanuras bajas. ¿Por qué aquellos primitivos agricultores evitaron los llanos y limitaron sus labores a los difíciles terrenos montañosos?


La única respuesta plausible es que las tierras bajas eran, en el momento en el que comenzó la agricultura, inhabitables. Hace 13.000 años, después del Diluvio, las zonas bajas aún no estaban suficientemente secas. Pasaron milenios antes de que llanos y valles se secaran lo suficiente como para permitir que la gente bajara de las montañas que rodean Mesopotamia y se establecieran en las llanuras. Y esto es, ciertamente, lo que nos cuenta el Libro del Génesis: muchas generaciones después del Diluvio, la gente llegó «desde oriente» -desde las zonas montañosas al este de Mesopotamia- «hallaron una vega en el
país de Senaar [Sumer] y allí se establecieron».


Los textos sumerios dicen que Enlil fue el primero en sembrar cereales «en los terrenos de las colinas» -en las montañas, no en los llanos- y que hizo posible el cultivo en las montañas manteniendo a distancia las aguas de la inundación. «Él cerró el paso a las montañas como con una puerta». El nombre de esta tierra montañosa al oriente de Sumer, E.LAM, significaba «casa donde germinó la vegetación». Después, dos de los ayudantes de Enlil, los dioses Ninazu y Ninmada, extendieron el cultivo de cereales a las llanuras para que, con el tiempo, «Sumer, el país que no conocía el grano, conociera el grano».


Los expertos, que han dejado establecido que la agricultura comenzó con la domesticación de una variedad silvestre de trigo -el Triticum dicoccum- como origen del trigo y la cebada, no pueden explicar cómo puede ser que los cereales más antiguos (como aquellos encontrados en cueva de Shanidar) fueran ya uniformes y estuvieran altamente especializados.
Se necesitan miles de generaciones de selección genética a través de la naturaleza para conseguir siquiera un modesto grado de sofisticación. Sin embargo, el período, el tiempo o el lugar en el cual pudo tener lugar un proceso tan gradual y prolongado no se encuentra por ninguna parte en la Tierra. No existe explicación para este milagro botánico-genético, a menos que el proceso no fuera de selección natural, sino de manipulación artificial.


En la escanda, una clase de trigo de grano duro, hay un misterio aun mayor, pues resulta ser el producto de «una mezcla inusual de genes botánicos», no del desarrollo de una fuente genética ni de la mutación de una fuente. Es, con toda seguridad, el resultado de la mezcla de genes de varias plantas. Y, por otra parte, también resulta cuestionable la idea de que el Hombre, en unos cuantos miles de años, pudiera transformar a los animales a través de la domesticación.
Los expertos no tienen respuestas para estos misterios, ni tampoco para la pregunta general de por qué el semicírculo montañoso de Oriente Próximo se convirtió en una fuente constante de nuevas variedades de cereales, plantas, árboles, frutas, verduras y animales domesticados.


Los sumerios conocían la respuesta. Ellos decían que las semillas fueron un regalo de Anu a la Tierra desde su Morada Celeste. El trigo, la cebada y el cáñamo bajaron a la Tierra desde el Duodécimo planeta. La agricultura y la domesticación de animales fueron regalos que Enlil y Enki, respectivamente, hicieron a la Humanidad.


No sólo la presencia de los nefilim, sino también las llegadas •periódicas del Duodécimo Planeta parecen encontrarse detrás de las tres fases cruciales de la civilización postdiluviana del Hombre: la agricultura, alrededor del 11000 a.C; la cultura neolítica, alrededor del 7500 a.C; y la repentina civilización del 3800 a.C, todas tuvieron lugar con intervalos de 3.600 años.


Parece que los nefilim le pasaron conocimiento al Hombre en dosis medidas, según intervalos que se corresponden con los periódicos retornos del Duodécimo Planeta a las inmediaciones de la Tierra. Era como si una inspección sobre el terreno, una consulta cara a cara, sólo posible durante el período de «ventana» que permitía los aterrizajes y los despegues entre la Tierra y el Duodécimo Planeta, hubiera tenido lugar entre los «dioses» antes de que se diera otro «empujón».


«La Epopeya de Etana» proporciona una vislumbre de las deliberaciones que tenían lugar. En los días que siguieron al Diluvio, dice:

Los grandes Anunnaki que decretaban el destino
se sentaron para intercambiar opiniones respecto a la tierra.
Ellos, que habían creado las cuatro regiones,
que levantaron los asentamientos, que supervisaron la tierra,
eran demasiado elevados para la Humanidad.

Ya hemos dicho que los nefilim llegaron a la conclusión de que necesitaban un intermediario entre ellos y las masas de seres humanos. Ellos eran, así lo decidieron, los dioses -elu en acadio, que significa «los nobles», «los elevados». Así pues, como puente entre ellos, los señores, y la Humanidad, introdujeron la «Realeza», el «Reino» en la Tierra, nombrando un soberano humano que asegurara el servicio de la Humanidad a los dioses y canalizara las enseñanzas y las leyes desde los dioses hasta el pueblo.


Hay un texto que trata de este tema y que describe la situación antes siquiera que tiara o corona alguna se hubieran puesto sobre cabeza humana, o cetro se hubiera transmitido; todos estos símbolos de la Realeza -más el cayado del pastor, símbolo de la justicia- «estaban puestos delante de Anu en el Cielo». Sin embargo, cuando los dioses tomaron la decisión, «el Reino descendió desde el Cielo» a la Tierra.


Tanto los textos sumerios como los acadios dicen que los nefilim retuvieron el «señorío» sobre las tierras, e hicieron que la Humanidad reconstruyera primero las ciudades antediluvianas exactamente donde habían estado originalmente, y tal como habían sido planificadas: «Que los ladrillos de todas las ciudades se pongan en los lugares que les corresponden, que todos [los ladrillos] descansen en lugares sagrados». Eridú, por tanto, fue la primera en ser reconstruida.


Después, los nefilim ayudaron a los humanos a planificar y construir la primera ciudad real, y la bendijeron. «Que la ciudad sea el nido, el lugar donde la Humanidad repose. Que el Rey sea un Pastor».


La primera ciudad real del Hombre, nos dicen los textos sumerios, fue Kis. «Cuando el Reino volvió a bajar del Cielo, el Reino estuvo en Kis». Desgraciadamente, las listas de reyes sumerios están mutiladas, precisamente, en el lugar donde estaba inscrito el nombre del primer rey humano. Sin embargo, sabemos que aquel hombre dio inicio a un largo linaje de dinastías cuya sede real cambió de Kis a Uruk, Ur, Awan, Hamazi, Aksak, Acad y, más tarde, a Assur, Babilonia y otras capitales más recientes.


La bíblica «Tabla de las Naciones» listaba del mismo modo a Nemrod -e
l patriarca de los reinos en Uruk, Acad, Babilonia y Asiría- como descendiente de Kis, y documenta la propagación de la Humanidad, de sus tierras y Reinos, con la expansión de las tres ramas en las que se dividió el género humano después del Diluvio. Estas tres ramas las compusieron los descendientes de los tres hijos de Noé: los pueblos y las tierras de Sem, que habitaron Mesopotamia y las tierras de Oriente Próximo; los de Cam, que habitaron África y parte de Arabia; y los de Jafet, los indoeuropeos de Asia Menor, Irán, India y Europa. (Aquí se ve la expansión, del sur de Africa a la totalidad de Africa y además Europa)


Estas tres grandes agrupaciones fueron, sin lugar a dudas, tres de las «regiones» sobre cuyo asentamiento discutieron los grandes anunnaki. A cada una de las tres se le asignó una de las divinidades principales. Una de éstas fue, cómo no, la misma Sumer, la región de los pueblos semitas, el lugar donde surgió la primera gran civilización del Hombre.


Las otras dos también se convirtieron en focos de civilizaciones florecientes. Alrededor del 3200 a.C. -unos quinientos años después del surgimiento de la civilización sumeria- estado, Reino y civilización hicieron su primera aparición en el valle del Nilo, que llevaría, con el tiempo, a la gran civilización de Egipto.


Hasta hace unos cincuenta años, no se sabía nada de la primera civilización indoeuropea importante. Pero, en estos momentos, está plenamente aceptado que, en tiempos muy antiguos, hubo una avanzada civilización en el valle del Indo, con grandes ciudades, una agricultura desarrollada y un floreciente comercio. Según creen los expertos, esta civilización apareció unos mil años después del comienzo de la civilización sumeria.
(Fig. 161)


Tanto los textos antiguos como las evidencias arqueológicas atestiguan los estrechos lazos culturales y económicos que había entre estas dos civilizaciones de valles fluviales por una parte y la civilización sumeria por otra. Además, existen evidencias, tanto directas como circunstanciales, que han convencido a muchos expertos de que las civilizaciones del Nilo y el Indo no sólo estaban conectadas entre sí, sino que eran, además, descendientes de la civilización más antigua, la mesopotámica.


Se ha descubierto que los monumentos más impresionantes de Egipto, las pirámides, son, por debajo de su «piel» de piedra, imitaciones de los zigurats mesopotámicos, y existen razones para creer que el ingenioso arquitecto que diseñó los planos de las grandes pirámides y supervisó su construcción era un sumerio al que se veneraba como un dios.
(Fig. 162) (Sobre este particular, si lo zigurats son la base y la pirámides la copia, parece que la copía es claramente mejor que el original)


El antiguo nombre de Egipto en su propio idioma era el de «Tierra Levantada» y en su memoria prehistórica se afirmaba que «un dios muy grande apareció en tiempos antiguos» y encontró aquella tierra bajo el agua y el lodo. Este dios llevó a cabo grandes obras de restauración, levantando literalmente a Egipto desde debajo de las aguas. La «leyenda» describe con pulcritud el bajo valle del Nilo después del Diluvio; este dios de antaño, se puede demostrar, no fue otro que Enki, el ingeniero jefe de los nefilim.


Aunque se sabe aún relativamente poco de la civilización del valle del Indo, sabemos que ellos también veneraban el doce como número divino supremo, que representaban a sus dioses como seres de aspecto humano que llevaban tocados con cuernos, y que reverenciaban el símbolo de la cruz -el signo del Duodécimo Planeta.
(Figs. 163,164)


Si estas dos civilizaciones eran de origen sumerio, ¿por qué son diferentes sus lenguajes escritos? La respuesta de los científicos es que los lenguajes no son diferentes. Esto se reconoció ya en 1852, cuando el reverendo Charles Foster (The One Primeval Language) demostró hábilmente que todas las lenguas antiguas descifradas entonces, incluido el chino primitivo y otras lenguas del lejano oriente, provenían de una única fuente primitiva -que, después, resultaría ser el sumerio.


Los pictogramas similares no sólo tenían significados similares, lo cual podría ser una coincidencia lógica, sino que también compartían los mismos significados múltiples y los mismos sonidos fonéticos -cosa que sugiere un origen común. Recientemente, los expertos han demostrado que las primeras inscripciones egipcias empleaban un lenguaje que indicaba una elaboración escrita previa; y el único lugar donde se había desarrollado previamente un lenguaje escrito era Sumer.


Así pues, tenemos un único lenguaje escrito que, por algún motivo, se diferenció en tres lenguas: mesopotámica, egipcia/camita e indoeuropea. Es posible que esta diferenciación acaeciera por sí misma con él tiempo, la distancia y la separación geográfica, pero los textos sumerios afirman que ocurrió como consecuencia de una decisión deliberada de los dioses; una decisión auspiciada, una vez más, por Enlil. Las historias sumerias sobre el tema se corresponden con la bien conocida historia bíblica de la Torre de Babel, en la cual se nos cuenta «que toda la Tierra era de un mismo lenguaje y de las mismas palabras». Pero, después de que la gente se estableciera en» Sumer, de que aprendiera el arte de hacer ladrillos, de construir ciudades y de levantar altas torres (zigurats), planearon hacerse un shem y una torre para lanzarlo. De ahí que «el Señor embrollara la lengua de la Tierra».



La deliberada elevación de Egipto desde debajo de las fangosas aguas, las evidencias lingüísticas y los textos bíblicos y sumerios apoyan nuestras conclusiones de que las dos civilizaciones satélites no se desarrollaron por casualidad. Al contrario, fueron planificadas y puestas en marcha de forma deliberada por los nefilim.


Temiendo, evidentemente, una especie humana unificada en cultura y objetivos, los nefilim adoptaron una política imperialista: «Divide y vencerás». Pues, mientras la Humanidad alcanzaba niveles culturales entre los que se daban, incluso, los esfuerzos aeronáuticos -tras lo cual «nada de cuanto se propongan les será imposible»-, los nefilim eran un grupo en declive. Hacia el tercer milenio a.C, hijos y nietos, por no decir nada de los humanos de parentesco divino, se aglomeraban entre los grandes dioses de antaño.


La agria rivalidad entre Enlil y Enki la heredaron sus hijos principales, y con ello sobrevinieron feroces luchas por la supremacía. Hasta los hijos de Enlil -como vimos en capítulos anteriores- luchaban entre sí, al igual que los hijos de Enki. Al igual que sucediera en la historia humana que conocemos, los señores intentaban mantener la paz entre sus hijos dividiendo la tierra entre sus herederos, y, en al menos un caso conocido, un hijo de Enlil (Ishkur/Adad) fue apartado deliberadamente por su padre de aquel ambiente enrarecido enviándolo como deidad local al País de la Montaña.


Con el transcurso del tiempo, los dioses se convirtieron en señores, guardando celosamente cada uno de ellos el territorio, la industria o la profesión sobre la cual se les había dado dominio. Los reyes humanos eran los intermediarios entre los dioses y una humanidad que seguía creciendo y expandiéndose. Las demandas de los antiguos reyes para que fueran a la guerra, conquistaran nuevas tierras o sojuzgaran a pueblos distantes «por orden de mi dios» no se podían tomar a la ligera. Los dioses conservaban los poderes para dirigir los asuntos exteriores, pues estos asuntos involucraban a otros dioses en otros territorios, de modo que tenían la última palabra en materias de guerra o paz.


Con la proliferación de pueblos, estados, ciudades y villas, se hizo necesario encontrar fórmulas para recordarle al pueblo quién era su señor o «elevado» particular. En el Antiguo Testamento resuena el problema de hacer que la gente se adhiera a su dios y no «se prostituya con otros dioses». La solución consistió en establecer muchos lugares de culto, y en poner en cada uno de ellos los símbolos y la semejanza de los dioses «correctos». La era del paganismo había comenzado.

Los textos sumerios nos dicen que, después del Diluvio, los nefilim sostuvieron prolongadas reuniones para sopesar el futuro de los dioses y del Hombre en la Tierra. Como resultado de estas reuniones, «crearon cuatro regiones». En tres de ellas -Mesopotamia, el valle del Nilo y el valle del Indo- se instaló el Hombre.


La cuarta región era «sagrada» -un término cuyo significado literal original era «dedicado, restringido». Dedicado sólo a los dioses, era una «tierra pura», una zona a la que sólo se podía acceder con autorización; entrar en ella sin permiso podía llevar rápidamente a la muerte, propiciada por fieros guardianes con «armas terroríficas». A esta tierra o región se le llamó TIL.MUN (literalmente, «el lugar de los misiles»). Era la zona restringida donde los nefilim habían vuelto a construir su base espacial después de que la de Sippar hubiera sido arrasada por el Diluvio.


Una vez más, la zona se puso bajo el mando de Utu/Shamash, el dios encargado de los cohetes ígneos. Los héroes de la antigüedad, como Gilgamesh, se esforzaron por encontrar este País de Vida, para ser llevados en un shem o un Águila hasta la Morada Celeste de los Dioses. Recordemos la súplica de Gilgamesh a Shamash:

Déjame entrar en el País, deja que me eleve en mi Shem…
Por la vida de mi madre diosa que me dio a luz,
del puro y fiel rey, mi padre-¡dirige mis pasos hacia el País!

Los relatos antiguos -incluso la historia escrita- recuerdan los incesantes esfuerzos de los hombres por «alcanzar la tierra», por encontrar la «Planta de la Vida», por lograr la dicha eterna entre los Dioses del Cielo y la Tierra. Es éste un anhelo que se encuentra en el núcleo de todas las religiones cuyas raíces se encuentran en Sumer: la esperanza en que el ejercicio de la justicia en la Tierra vendrá seguido por una «vida después de la vida» en una Divina Morada Celeste.


Pero, ¿dónde se encontraba esta esquiva tierra del contacto divino?


Se puede responder a esta pregunta. Las pistas están allí. Pero, más allá, aparecen otras preguntas. ¿Se ha vuelto a encontrar a los nefilim desde entonces? ¿Qué sucederá cuando se les vuelva a encontrar?


Y, si los nefilim fueron los «dioses» que «crearon» al Hombre en la Tierra, ¿fue solamente la evolución en el Duodécimo Planeta la que creó a los nefilim
?

6.3 LA INDIA.-

Se desarrolló a partir de 2.900 a. C.  y a lo que parece, y tal y como se indica en el libro del 12Planeta, los Nefilim pugnan unos con otros por la preponderancia, guerrean entre ellos hasta convertirse en unos señoríos (tipo edad media).

En este blog ya tratamos el tema de los Vimana

Ramaiana

En las páginas del Ramaiana —gran poema épico hindú atribuido el poeta Valmiki— se encuentran alusiones a carros voladores que habrían sido utilizados en el curso de las guerras entre los dioses del panteón hindú.

Mientras se iban desarrollando estas cosas, Rama, el Kakutsida, le dijo a Vibhishana: «Ocúpate de procurarme un pronto regreso a mi ciudad. El camino a Ayodhyá es muy difícil de recorrer». A lo que respondió Vibhishana: «Hijo de monarca de la Tierra, yo cuidaré que te conduzcan a tu ciudad. Hay un carro llamado pushpaka, carro incomparable, resplandeciente como el Sol y que marcha por sí mismo. Montado sobre ese carro, él te conducirá sin inquietud hasta Aiodhiá.
Tras estas palabras Vibhishana llamó urgentemente al carro parecido al Sol, acompañado por su hermano y por la ilustre videhana, encendida de rubor. El raghuida, ya montado, le dijo a Sugriva: «Apresúrate a subir en el carro con tus generales, Sugriva. Sube también con tus ministros, Vibhishana, monarca de los rakshasas. Al instante, Sugriva con los reyes de los simios, y Vibhishana con sus ministros, llenos de alegría, montaron en el gran carro pushpaka. Cuando todos estuvieron embarcados, Rama ordenó al vehículo que partiese y el incomparable carro de Kuvera se elevó hacia el mismo seno de los cielos. El carro volaba como una gran nube empujada por los vientos. Desde allí paseando su mirada por doquier, el guerrero descendiente de Raghú, dijo a Sita la mithiliana, la del rostro bello como el astro de la noche: «Mira, ya veo el palacio de mi madre… ¡Ayodhyá! ¡Inclínate ante ella, Sita, mi videhana, hete aquí de regreso!

Apenas la muchedumbre, presurosa, les vio llegar como un segundo sol y con tan rápida marcha, el aire fue rasgado con potentes gritos de alegría, lanzados por ancianos, mujeres y niños. Todos gritaban: «¡Aquí está Rama!». Bharata, pasando de la tristeza a la alegría, se acercó, con las manos juntas y honró a Rama: «Sé bienvenido», pronunció, con el respeto que le merecía su hermano. Pero éste se apresuró a alzarlo, lo apretó contra su pecho y lo estrechó entre sus brazos con alegría

Majábharata

En el Majábharata no se nombra a los vímanas, pero sí el uso de armas míticas, como el brahmāstra (‘arma de el dios Brahmā’).

Otras menciones en textos sánscritos

En los Vedas dice que el dios del Sol viaja en un carruaje vímana luminoso (que sería el propio Sol), y otros dioses vuelan carruajes vímanas con ruedas, empujados por animales, generalmente caballos (aunque el carruaje del dios védico Pushan es empujado por cabras).
Según el Rāmāyana, el demonio Rávana volaba en un pushpaka (vímana de flores).
El nau-vímana que aparece en el Raghu Vamsa 16.68 podría ser un vímana con forma de nave.
Textos de la India tardíos: otros vehículos voladores, y a veces se utiliza como una manera poética de mencionar vehículos comunes terrestres.
En algunos lenguajes modernos de la India, por ejemplo en guyaratí, la palabra vimania significa ‘avión’.
A principios del siglo XX, un médium hindú escribió en sánscrito un texto supuestamente antiguo (aunque lleno de errores de concepto y anacronismos): el Vaimanika shastra.

6.4 CIVILIZACIONES PRECOLOMBINAS.-


Ya vimos en post recientes, la Historia de estas civilizaciones

En las Tierras americanas y siguiendo el libro de Los reinos perdidos de Sitchin, leemos entre lineas.

1º La primera época antidiluviana muestra un territorio dominado por los Atlantes. Tomemos por ejemplo al Dios Viracocha y su religión la adoración a la madre tierra y al fuego.

2º Posteriormente los Nefilim (Barbudos, altos y gigantes) intentan conquistar el continente pero, son rechazados por los Atlantes que de nuevo renuevan su domínio sobre este territorio.

3º después del Diluvio, quedan las ruinas de Machu pichu, inicialmente atlante. Fue el final del Imperio Antiguo, como ya vimos. El pueblo realiza una huida al reducto de las montañas Machupichu y abandona la capital que cae en manos de los Nefilim. Se olvida entonces la escritura.

4º Posteriormente los Nefilim hacen bajar a los hombres de la ciudad refugio, nombran a la realeza que sirva de intermediario con ellos.

La siguiente etapa que habíamos completado en “La Historia Verdadera” Era la de las Religiones, teniendo de referencia el antiguo testamento. Sin embargo hay nueva documentación que es preciso analizar

Para no hacer más largo este post, dejamos en este punto de los focos culturales. Para ir tratando más detenidamente las siguientes etapas, más adelante.




La extraordinaria historia de la lluvia roja, cometas y extraterrestres

Durante años ha circulado afirmaciones de que la lluvia roja que cayó sobre India en 2001, contenía células que era improbable que se encontrasen en la Tierra. Ahora, nuevas pruebas de que estas células pueden reproducirse, avivan de nuevo el debate.

La panspermia es la idea de que la vida existe en todo el universo en cometas, asteroides y nubes de polvo interestelar, y que la vida de la Tierra fue sembrada a partir de una o más de estas fuentes. La panspermia sostiene que todos somos extraterrestres.

Aunque ciertamente esta no es una idea que mantenga la corriente principal de la ciencia, un creciente cuerpo de pruebas sugiere que debería estudiarse con cuidado en lugar de descartarla a la ligera.

Por ejemplo, se ha demostrado que varios microbios sobreviven meses o incluso años en las hostiles condiciones del espacio. Y uno de los hechos más interesantes pero menos conocidos del meteorito de Marte es que algunos científicos creen que conserva pruebas de vida en Marte, es decir, que su interior nunca superó los 50 grados C, a pesar de ser lanzado desde la superficie de Marte por el impacto de un meteorito y sobrevivir al feroz descenso a través de la gruesa atmósfera de la Tierra.

Si hay vida ahí arriba, esta prueba sugiere que podría sobrevivir en su camino hasta la Tierra.

Todo esto parece estar bien establecido. Ahora, vamos a lo controvertido.

En 2001, mucha gente observó una lluvia roja caer sobre Kerala en la zona sur de la India durante un periodo de dos meses. Una de esas personas era Godfrey Louis, físico en la cercana Universidad de Cochin de Ciencia y Tecnología. Intrigado por este fenómeno, Louis recopiló numerosas muestras de lluvia roja, determinado a descubrir qué estaba causando la contaminación, tal vez arena o polvo de algún lejano desierto.

Bajo el microscopio, no obstante, no encontró pruebas de arena o polvo. En lugar de esto, el agua de lluvia estaba llena de células rojas que tenían un notable parecido con los microbios de la Tierra. Lo que era extraño es que Louis no encontró pruebas de ADN en estas células, lo cual descartaría la mayor parte de células biológicas conocidas (los glóbulos rojos son una posibilidad aunque deberían haberse destruido rápidamente al contacto con el agua de lluvia).

Louis publicó sus resultados en la revista revisada por pares Astrophysics and Space en 2006, junto con la tentadora sugerencia de que las células podrían ser extraterrestres, tal vez procedentes de un cometa que se había desintegrado en la atmósfera superior y que salpicó las nubes cuando las nubes flotaban sobre la Tierra. De hecho, Louis dice que hubo informes en la región de un ruido similar a de un objeto superando la barrera del sonido, lo cual podría haber provocado la desintegración de un objeto en la atmósfera superior.

Desde entonces, Louis ha continuado estudiando las células con un equipo internacional que incluye a Chandra Wickramasinghe de la Universidad de Cardiff en el Reino Unido y uno de los principales defensores de la teoría de la panspermia, la cual desarrolló en la segunda mitad del siglo XX con el notable físico Fred Hoyle.

Hoy Louis, Wickramasinghe y otros publican algunas extraordinarias afirmaciones sobre esas células rojas. Dicen que las células claramente se reproducen a temperaturas de 121 grados C. “Bajo estas condiciones las células hijas aparecen dentro de la células madre original y el número de células en la muestra se incrementa con la duración de la exposición a 121 grados C”, comentan. Por contra, las células son inertes a temperatura ambiente.

Esto las hace altamente inusuales, como poco. Las esporas de algunos extremófilos pueden sobrevivir a este tipo de temperaturas y reproducirse a temperaturas menores, pero nada se comporta así a esas temperaturas, hasta donde sabemos.

Esta es una extraordinaria afirmación que tendrá que corroborarse independientemente antes de que se acepte más ampliamente.

Y, por supuesto, este comportamiento no sugiere un origen extraterrestre de estas células en ningún caso.

No obstante, Wickramasinghe y compañía no pueden resistirse a señalar una explicación tan exótica. Han examinado la forma en que brillan cuando son bombardeadas con luz, y dicen que es notablemente similar a distintos espectros de emisión no explicados en distintas partes de la galaxia. Uno de tales lugares es el Rectángulo Rojo, una nube de gas y polvo alrededor de una joven estrella en la constelación de Monoceros.

Huelga decir que se necesitarán más pruebas antes de que la lluvia roja de Kerala se explique satisfactoriamente. Mientras tanto, parece ser un fascinante misterio.

http://www.cienciakanija.com/2010/09/01/la-extraordinaria-historia-de-la-lluvia-roja-cometas-y-extraterrestres/

DÉCIMO PRIMERA CONCLUSIÓN 1ª parte

Una vez analizados, diferentes puntos de vista, criterios, pruebas arqueológicas, documentación histórica y la información de los videntes más destacados. Actualizaremos en esta conclusión todas las nuevas informaciones investigadas y veremos cómo quedan, con la información recogida hasta el momento, las diferentes etapas de «La Historia Verdadera» que poco a poco vamos desentrañando en el blog.


1ª En la Primera etapa y siguiendo la información aportada por (Helena Petrovna Blavastsky), situaremos en el planeta a diferentes razas terrestres, y visitantes extraterrestres que han dejado sus huellas en La Tierra desde el principio de los tiempos (como pruebas arqueológicas los Oopart)


2º En la segunda etapa nos encontramos con la cultura de los Atlantes. No tenemos información del tiempo en que se originó esta cultura (Según los pleyadianos fue posterior y hace 500.000 años fueron otras razas las que consiguieron una evolución y desarrollo importante), sea como fuere la razón principal para colocarlos aquí es lógica.


Si los Atlantes no hubieran estado antes de la llegada de los Nefilim, estos no hubieran permitido bajo su dominio que ninguna civilización terrestre progresase y se pudiera enfrentar, incluso con éxito a ellos tal y como veremos más adelante.

3º En la tercera etapa 445.000 a C. Los nefilim, liderados por Enki, llegan a la Tierra desde el Duodécimo Planeta. Se funda Eridú -Estación Tierra I- en el sur de Mesopotamia. (Libro de Enki de las tablillas de Barro de Babilonia) (Según los Pleyadiano su llegada habría sido más tarde en torno a 300.000 a. C).

415.000 Enki se traslada tierra adentro y funda Larsa.

400.000 El gran período interglaciar se expande por todo el globo. Enlil llega a la Tierra, funda Nippur como Centro de Control de la Misión. Enki establece rutas marítimas hacia el sur de África y organiza operaciones mineras de extracción de oro.

(Es increíble lo que hemos conseguido nosotros en 2.000 años y lo poco que exploran los anunakis)


·  360.000 Los nefilim fundan Bad-Tibira como centro metalúrgico de fundición y refinado. Se construye Sippar, el espaciopuerto, así como otras ciudades de los dioses.

  • 300.000 El motín de los anunnaki. Enki y Ninhursag crean al Hombre -el «Trabajador Primitivo».
  • 250.000 El «Homo sapiens primitivo» se multiplica y se propaga por otros continentes.
  • 200.000 La vida en la Tierra se retrae durante un nuevo período glacial.

Se establecen en la antigua Sumer. La razón es que La Tierra por entonces estaba helada, y esta es una de las zonas más cálidas posibles. (La línea del Ecuador, en torno a la Tierra tendría temperaturas más cálidas??)

Establecen explotaciones mineras en África en la parte Central (Etiopía),

4ª En la cuarta etapa EVA es creada, nuestro primer antepasado homo sapiens sapiens hace 200.000 (secuenciación de ADN mitocondrial), la creación de EVA se eleva incluso hasta los 300.000 a.C. por parte de otras fuentes; no obstante consideramos las pruebas de ADN como determinantes.

Con respecto a quién crea a EVA, la minuciosidad y calidad de la explicación científica del Libro de Enki con una antigüedad de 6.000 años resulta la más elocuente.


Así pues todos nosotros descenderíamos de un homínido que habitaba en África hace 200.000 años (según los pleyadianos elegido por los seres creadores de la familia de la luz, al que infundieron un ADN DE 14 hebras que los Nefilim alteran dejando sólo dos).Según los Nefilim  dan al hombre parte de sí mismos, lo que nos da nuestra conciencia y nos permite progresar y sentir, no obstante la razón de nuestra creación fue trabajar en las minas.

Para ello los humanos se reproducen y habitan en la zona de Influencia Nefilim. Estas zonas de influencia a tenor de los informes y la documentación consultada (El libro de Enki), está muy limitada. Se refiere a la península arábiga como centro y a las minas ubicadas  desde Etiopía hasta Tanzania. (Libro de Enki).

  • 77.000 Ubartutu/Lámek, un humano de parentesco divino, asume la corona en Shuruppak bajo el patrocinio de Ninhursag.
  • 75.000 Comienza la «maldición de la Tierra» -una nueva glaciación. Tipos regresivos de Hombre vagan por la Tierra.
  • 49.000 Comienza el reinado de Ziusudra («Noé»), «fiel servidor» de Enki.
  • 38.000 El duro período climático de los «siete pasos» empieza a diezmar a la Humanidad. El Hombre de Neanderthal desaparece en Europa; sólo sobrevive el Hombre de CroMagnon (establecido en Oriente Próximo).
    Enlil, desencantado con la Humanidad, busca su exterminio.
  • 13.000 Los nefilim, al tanto de la inminente inundación que se desencadenará con la aproximación del Duodécimo Planeta, se conjuran para dejar perecer a la Humanidad. El Diluvio arrasa la Tierra, dando fin súbitamente a la glaciación.

Se diría que esta constricción del espacio, sólo podría obedecer a que había una cultura con tecnología equivalente a los Nefilim, que ocuparía el Mediterráneo y el Atlántico así como el Norte y centro de África.

Una cultura que al contactar con los Nefilim entró en Guerra y los combatió. Se han encontrado pisadas humanas de hace 130.000 años (Vasilikis, Grecia central, se ha encontrado una gruta con restos arqueológicos importantes, como una joya de oro) .El oro era utilizado sobre todo por los Nefilim, además los humanos eran de los Nefilim. Los Atlantes no eran humanos.

Después este sitio fue colonizado por Homo Sapiens Neanderthalensis 40.000 a. C. Esto sugiere claramente que los Nefilim dejaron esta zona

Posteriormente en este mismo sitio, que como vemos se encontraría en la frontera entre las dos culturas, es construida la muralla más antigua conocida, 23.000 años a C.  Las murallas se construyen no contra el hielo, sino contra un enemigo en una zona fronteriza de conflicto.

Con esa Ubicación la cultura de la que hablamos sólo podría ser La Atlántida. Pero algo cambió y el equilibrio entre las dos culturas se rompió.

5º etapa El Diluvio. En torno al 13.000  10.000 a. C.

En el libro el 12 planeta de por Zecharia Sitchin, queda muy claro como Los Nefilim saben de antemano que una gran catástrofe va a ocurrir.

Los expertos tenían la teoría de que los textos en los que Atra-Hasis es el héroe podían formar parte de una historia anterior del Diluvio, concretamente sumeria. Con el tiempo, se descubrieron las suficientes tablillas babilonias, asirías, cananeas e, incluso, sumerias originales como para permitir un importante reensamblaje de la epopeya de Atra-Hasis, un trabajo maestro cuyos principales artífices fueron W. G. Lambert y A. R. Millard (Atra-Hasis: The Babylonian Story of the Flood).

Tras describir el duro trabajo de los anunnaki, su motín y la subsiguiente creación del Trabajador Primitivo, la epopeya relata cómo comenzó el Hombre a procrear y a multiplicarse (cosa que también sabemos por la versión bíblica). Con el tiempo, la Humanidad empezó a disgustar a Enlil.

La tierra se extendía, la gente se multiplicaba;
en la tierra, como toros salvajes yacían.
El dios se molestó con sus uniones;
el dios Enlil oía sus declaraciones,
y dijo a los grandes dioses:
«Las declaraciones de la Humanidad se han hecho agobiantes;
sus uniones no me dejan dormir».

Entonces, Enlil -una vez más, en el papel de perseguidor de la Humanidad- ordenó un castigo. Ahora, uno esperaría leer algo sobre la llegada del Diluvio, pero no. Sorprendentemente, Enlil no llegaba siquiera a mencionar un Diluvio ni ninguna ordalía acuática similar. En vez de esto, pidió que se diezmara a la Humanidad con la peste y otras enfermedades.

Las versiones acadia y asiria de la epopeya hablan de los «dolores, mareos, resfriados, fiebre», así como de las «enfermedades, plagas y peste» que afligieron a la Humanidad y a su ganado después de la petición de Enlil de un castigo. Pero los planes de Enlil no funcionaron. Resultó que «el que era extremadamente sabio» -Atra-Hasis-era alguien especialmente cercano al dios Enki. Contando su propia historia en algunas de las versiones, dice: «Yo soy Atra-Hasis; vivía en el templo de Ea, mi señor». Con «su mente atenta a su Señor Enki», Atra-Hasis apeló a él para que desmontara el plan de su hermano Enlil:

«Ea, Oh Señor, la Humanidad gime;
la furia de los dioses consume la tierra.
¡Y, sin embargo, tú eres el que nos ha creado!
¡Que cesen los dolores, los mareos,
los resfriados, la fiebre!».

Hasta que no se encontraron más tablillas rotas, no supimos cuál había sido el consejo de Enki. Éste dijo algo de «…que aparezca en la tierra». Fuera lo que fuera, funcionó. Poco después, Enlil se quejó amargamente a los dioses de que «la población no ha disminuido; ¡son más numerosos que antes!».

Entonces, se puso a esbozar el exterminio de la Humanidad a través del hambre. «¡Que se le corten los suministros a la gente; que sus vientres carezcan de frutas y vegetales!» La hambruna tenía que acaecer a través de las fuerzas de la naturaleza, por escasez de lluvia y falta de irrigación.

Que las lluvias del dios de la lluvia se retengan arriba;
abajo, que las aguas no salgan de sus fuentes.
Que el viento sople y reseque el suelo;
que las nubes se espesen, pero que retengan su aguacero.

Incluso las fuentes de alimentación marinas tenían que desaparecer. A Enki se le ordenó que «pasara el cerrojo y atrancara el mar», y que «guardara» sus alimentos lejos de la gente.

La sequía no tardó en difundir la devastación.

Desde arriba, el calor no era…
Abajo, las aguas no surgían de sus fuentes.
La matriz de la Tierra no daba frutos;
la vegetación no crecía…
Los negros campos se hicieron blancos;
la amplia llanura se asfixió con sal.

La hambruna resultante causó estragos entre la gente, y la situación fue empeorando con el paso del tiempo. Los textos mesopotámicos hablan de una devastación creciente a lo largo de seis sha-at-tam’s -un término que algunos traducen como «años», pero que literalmente significa «pasos»-, y, como la versión asiria aclara, «un año de Anu»:

Durante un sha-at-tam ellos comieron la hierba de la tierra.
Durante el segundo sha-at-tam sufrieron la venganza.
El tercer sha-at-tam llegó;
sus rasgos se vieron alterados por el hambre,
sus rostros estaban incrustados…
estaban viviendo al borde de la muerte.
Cuando el cuarto sha-at-tam llegó,
sus rostros parecían verdes;
caminaban encorvados por las calles;
su ancho [¿hombros?] se hizo estrecho.

Para el quinto «paso», la vida humana comenzó a deteriorarse. Las madres cerraban las puertas a sus propias hijas hambrientas. Las hijas espiaban a sus madres para ver si ocultaban comida. Para el sexto «paso», había un canibalismo desenfrenado.

Cuando el sexto sha-at-tam llegó
se preparaban a la hija para la comida;
al hijo se preparaban como alimento…
Una casa devoraba a la otra.

Los textos hablan de la insistente intercesión de Atra-Hasis ante su dios Enki. «En la casa de su dios… puso el pie;… todos los días lloraba, trayendo oblaciones por la mañana… invocaba el nombre de su dios», buscando la ayuda de Enki para detener la hambruna.

Sin embargo, Enki debía sentirse ligado a la decisión de las otras deidades, pues, en un primer momento, no respondió. Es bastante posible que, incluso, se ocultara de su fiel adorador, que dejara el templo y saliera a navegar por sus amados pantanos. «Cuando el pueblo estaba viviendo al filo de la muerte», Atra-Hasis «puso su lecho de cara al río». Pero no hubo respuesta.

La visión de una Humanidad hambrienta y desintegrada, de padres que se comían a sus propios hijos, trajo finalmente lo inevitable: otro enfrentamiento entre Enki y Enlil. En el séptimo «paso», cuando los hombres y las mujeres que quedaban eran «como fantasmas de los muertos», recibieron un mensaje de Enki. «Haced un gran ruido en la tierra», dijo. Enviad heraldos que ordenen a toda la gente: «No veneréis a vuestros dioses, no recéis a vuestras diosas». ¡Que haya desobediencia total!

Bajo la tapadera de este alboroto, Enki planeaba una acción más concreta. Los textos, bastante fragmentados en este punto, desvelan que Enki convocó una asamblea secreta de «ancianos» en su templo. «Ellos entraron… tomaron consejo en la Casa de Enki». En primer lugar, Enki se exoneró contándoles lo mucho que se había opuesto a los actos de los demás dioses. Después, esbozó un plan de acción que, de algún modo, tenía que ver con su mando sobre los mares y el Mundo Inferior.

Podemos recoger los detalles clandestinos del plan a partir de unos versículos fragmentarios: «Por la noche… después de que él…» alguien tenía que estar «a la orilla del río» a determinada hora, quizás para esperar el regreso de Enki desde el Mundo Inferior. De allí, Enki «trajo a los guerreros del agua» -quizás también algunos de los terrestres que eran Trabajadores Primitivos en las minas. En el momento acordado, se cursaron las órdenes: «¡Vamos!… la orden…»

A pesar de todas las líneas que se han perdido, podemos suponer lo que sucedió a partir de la reacción de Enlil. «Estaba lleno de ira». Convocó la Asamblea de Dioses y envió a su alguacil para que trajera a Enki. Después, se levantó y acusó a su hermano de romper los planes de vigilancia y contención:

Todos nosotros, Grandes Anunnaki,
llegamos juntos a una decisión…
Ordené que, en el Pájaro del Cielo,
Adad vigilaría las regiones superiores;
que Sin y Nergal vigilarían
las regiones medias de la Tierra;
que el cerrojo, la barrera del mar,
tú [Enki] vigilarías con tus cohetes.
¡Pero tú has dejado pasar provisiones para la gente!

Enlil acusó a su hermano de romper el «cerrojo del mar». Pero Enki negó que aquello hubiera ocurrido con su consentimiento:

El cerrojo, la barrera del mar,
guardé con mis cohetes.
[Pero] cuando… escapó de mí…
una miríada de pescado… desapareció;
ellos rompieron el cerrojo…
ellos mataron a los guardianes del mar.

Enki afirmó que había capturado a los culpables y que los había castigado, pero Enlil no se dio por satisfecho. Pidió que Enki «dejara de alimentar a su gente», que ya no suministrara «raciones de cereales con las que la gente rebosa de salud». La reacción de Enki fue asombrosa:

El dios se hartó de la sesión;
en la Asamblea de los Dioses,
la risa le venció.

Podemos imaginarnos el pandemónium que se organizó. Enlil estaba furioso. Hubo acalorados intercambios con Enki y gritos. «¡No deja de calumniar!» Cuando la Asamblea recuperó por fin el orden, Enlil recuperó la palabra de nuevo. Les recordó a sus colegas y subordinados que había sido una decisión unánime. Hizo un repaso de los acontecimientos que habían llevado a la creación del Trabajador Primitivo, y recordó las muchas veces que Enki había «roto la norma».

Pero, dijo, aún había una posibilidad para condenar a la Humanidad. Una «inundación exterminadora» estaba al caer. La catástrofe que se avecinaba debía mantenerse en secreto, a resguardo del pueblo. Pidió a los miembros de la Asamblea que se comprometieran a guardar el secreto y, lo que es más importante, que «el príncipe Enki se comprometa con un juramento».

Abandonan la Tierra dejando al hombre a su suerte (A Noé Enki le da instrucciones para fabricar un arca y salvarse.)

Así pues vemos como los Nefilim provocan parte de los desastres que anteceden al diluvio con el fin de exterminar al hombre.


Sería lógico pensar que los Nefilim también provocaron el Diluvio, mediante la detonación de varias bombas nucleares en lugares estratégicos (Fundiendo enormes glaciares que estaban empezando a deshacerse).Es preciso acordarse de los cristales verdes (indicio de prueba nuclear), encontrados en diferentes zonas del planeta.

Perforando las cubiertas de hielo del Ártico y el Antártico, los científicos han podido medir el oxígeno atrapado en las distintas capas y han podido valorar, a partir de ello, el clima que ha imperado en los últimos milenios. Las muestras recogidas del fondo de los mares, como, por ejemplo, las recogidas en el Golfo de México, en las que se mide la proliferación o la disminución de vida marina, les permite estimar también las temperaturas de las distintas épocas del pasado.

Basándose en estos descubrimientos, los científicos aseguran ahora que el último período glacial comenzó hace unos 75.000 años y experimentó un minicalentamiento hace unos 40.000 años. Hace alrededor de 38.000 años, sobrevino un período más duro, más frío y seco. Y después, hace unos 13.000 años, el período glacial terminó abruptamente, dando entrada a nuestro actual clima suave. (Terminó abruptamente, no naturalmente como cabría)

De esta forma Los Nefilim dieron un golpe mortal a la civilización Atlante.

Sólo así se explica que necesitasen huir en sus naves para escapar de las nubes radiactivas y los efectos de las explosiones en cadena. (Todas las grandes exterminaciones de la tierra han sesgado al 95 o 70% de la vida que existía en cada una. Sin embargo La exterminación del Holoceno apenas acabó con los grandes mamíferos. Un tanto por ciento insignificante en comparación con las otras. La causa es que las otras fueron naturales pero esta fue provocada)

6ª Etapa. Los focos de civilización.

Tres son los focos de civilización que se establecen después del Diluvio:

6.1 Egipto.- Aquí nos encontramos con una paradoja.


Hay diferentes teorías para explicar las pirámides de Egipto:

a) Sitchin es uno de los seguidores más famosos de la teoría Nefilim

Después de ser concedido el conocimiento de la agricultura, «Noé se dedicó a la labranza y plantó una viña»; es decir, se convirtió en el primer labrador postdiluviano que se involucró en la deliberada y complicada labor agrícola.
Los textos sumerios también atribuyen a los dioses la concesión de la agricultura y de la domesticación de animales a la Humanidad.

Siguiendo el rastro de los comienzos de la agricultura, los expertos modernos han descubierto que ésta apareció en Oriente Próximo, pero no en los fértiles llanos y valles de fácil cultivo, sino en las montañas que bordean en semicírculo las llanuras bajas. ¿Por qué aquellos primitivos agricultores evitaron los llanos y limitaron sus labores a los difíciles terrenos montañosos?

La única respuesta plausible es que las tierras bajas eran, en el momento en el que comenzó la agricultura, inhabitables. Hace 13.000 años, después del Diluvio, las zonas bajas aún no estaban suficientemente secas. Pasaron milenios antes de que llanos y valles se secaran lo suficiente como para permitir que la gente bajara de las montañas que rodean Mesopotamia y se establecieran en las llanuras. Y esto es, ciertamente, lo que nos cuenta el Libro del Génesis: muchas generaciones después del Diluvio, la gente llegó «desde oriente» -desde las zonas montañosas al este de Mesopotamia- «hallaron una vega en el país de Senaar [Sumer] y allí se establecieron».

Los textos sumerios dicen que Enlil fue el primero en sembrar cereales «en los terrenos de las colinas» -en las montañas, no en los llanos- y que hizo posible el cultivo en las montañas manteniendo a distancia las aguas de la inundación. «Él cerró el paso a las montañas como con una puerta». El nombre de esta tierra montañosa al oriente de Sumer, E.LAM, significaba «casa donde germinó la vegetación». Después, dos de los ayudantes de Enlil, los dioses Ninazu y Ninmada, extendieron el cultivo de cereales a las llanuras para que, con el tiempo, «Sumer, el país que no conocía el grano, conociera el grano».

Los expertos, que han dejado establecido que la agricultura comenzó con la domesticación de una variedad silvestre de trigo -el Triticum dicoccum- como origen del trigo y la cebada, no pueden explicar cómo puede ser que los cereales más antiguos (como aquellos encontrados en cueva de Shanidar) fueran ya uniformes y estuvieran altamente especializados. Se necesitan miles de generaciones de selección genética a través de la naturaleza para conseguir siquiera un modesto grado de sofisticación. Sin embargo, el período, el tiempo o el lugar en el cual pudo tener lugar un proceso tan gradual y prolongado no se encuentra por ninguna parte en la Tierra. No existe explicación para este milagro botánico-genético, a menos que el proceso no fuera de selección natural, sino de manipulación artificial.

En la escanda, una clase de trigo de grano duro, hay un misterio aun mayor, pues resulta ser el producto de «una mezcla inusual de genes botánicos», no del desarrollo de una fuente genética ni de la mutación de una fuente. Es, con toda seguridad, el resultado de la mezcla de genes de varias plantas. Y, por otra parte, también resulta cuestionable la idea de que el Hombre, en unos cuantos miles de años, pudiera transformar a los animales a través de la domesticación.

Los expertos no tienen respuestas para estos misterios, ni tampoco para la pregunta general de por qué el semicírculo montañoso de Oriente Próximo se convirtió en una fuente constante de nuevas variedades de cereales, plantas, árboles, frutas, verduras y animales domesticados.

Los sumerios conocían la respuesta. Ellos decían que las semillas fueron un regalo de Anu a la Tierra desde su Morada Celeste. El trigo, la cebada y el cáñamo bajaron a la Tierra desde el Duodécimo planeta. La agricultura y la domesticación de animales fueron regalos que Enlil y Enki, respectivamente, hicieron a la Humanidad.
No sólo la presencia de los nefilim, sino también las llegadas •periódicas del Duodécimo Planeta parecen encontrarse detrás de las tres fases cruciales de la civilización postdiluviana del Hombre:

b)     La teoría de Orión.

Bauval, Hancock y Gilbert son los fundadores de la teoría de Orión, la cual publicaron en el libro «El misterio de Orión». Su tesis central es que el lugar y disposición de la construcción de las pirámides de Giza no fue casual, sino que están alineadas según la constelación de Orión y que los ejes de la Gran Pirámide apuntan directamente a Orión.

De acuerdo con el mapa celeste que se veía desde Giza hace unos 10.000 años, el canal norte de la Cámara de la Reina de la Gran Pirámide apuntaba entonces hacia Beta, en la Osa Menor, estrella asociada por la religión egipcia a la inmortalidad del alma, mientras que el canal sur apuntaba a la brillante estrella Sirio, identificada con la diosa Isis. Mientras que, desde la Cámara del Rey, el canal norte apuntaba hacia Alfa Dragón, asociada a la fecundidad y la gestación cósmica, y el canal sur a Zeta Orión, asociada a Osiris, dios de la resurección y legendario fundador de la civilización del Valle del Nilo.

Sólo hay una fecha en la que todos estos datos encajan: el 10.500 a.C., es decir seis mil años antes de la fecha que suele proponerse para la construcción de la Pirámides.
«Habían construido las pirámides como una réplica exacta del lugar de destino final del Rey. Lejos de ser una tumba, la pirámide era el punto de inicio del viaje de vuelta a las estrellas de donde él procede».
De acuerdo con esta teoría, las pirámides pequeñas no son tumbas tampoco, sino que se corresponden con estrellas: «La existencia de tres pequeñas pirámides cerca de la Tercera Pirámide, como las tres perlas del Cinturón de Orión cerca de Betelgeuse; […] la existencia de pequeñas estructuras cerca de la Gran Pirámide Dorada, como las muchas estrellas de la Vía Láctea en la vecindad de Vela X.

Bauval y Gilbert se preguntan en su libro porqué en sucesivas construcciones de pirámides de sucesivos faraones no se ha superado la técnica y el tamaño como hubiera sido de esperar, sino que Kefrén y Micerinos construyeron sus respectivas pirámides cada vez más pequeñas.

Bauval se dió cuenta de que la tercera estrella del «Cinturón de Orión», es más débil que las dos anteriores y que se separa un poco de la linea recta. La conexión estaba hecha. Estudiando los llamados Textos de las Pirámides, Bauval descubrió, además, que para los antiguos egipcios Orión era el equivalente celestial del dios Osiris, y su «cinturón» era lo que los egipcios llamaban el Duat, una especie de «puerta» por la que el alma del faraón debía pasar para llegar al Amenti, al más allá.

En esta fotografía aérea se puede apreciar la correlación del tamaño de las pirámides con el brillo de las estrellas, así como la aliniación.

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c)     Una temprana pero desaparecida civilización.

Tom Smith presenta evidencias que sustentan la teoría que las pirámides tienen al menos 5.000 años de antigüedad. Él no descarta la edad de 11.000 años.

«En mi opinión, los constructores fueron parte de una temprana civilización humana que desapareció hace unos 6.000 años y las pirámides de Giza y la Esfinge son sus únicas reliquias que sobreviven del final de ésta civilización cuando Menes unió el Bajo Egipto con el Alto Egipto.»

Edgar Cayce estaba convencido de que la edad real de la pirámide es de 10.000 años. Creó una nueva teoría en la cual los Atlantis (pertenecientes a la Atlántida) tenían un rol central. Edgar Cayce, un famoso visionario y profeta que determinó con sus poderes psíquicos que la Gran Pirámide fue construida por un equipo de egipcios y atlantes. Los Atlantes ayudaron levantando las piedras durante su construcción y grabaron la historia completa de la humanidad -pasado y futuro- dentro de la pirámide.

De entre las opciones planteadas hay dos que se relacionan. Estamos hablando de Los Nefilim y Los Atlantes. En “La Historia verdadera” en este post, vimos como los Atlantes tenían una cultura muy avanzada y fueron capaces de frenar a los Nefilim (Eso explicaría el poco expansionismo de estos en el planeta).

Sin embargo Los Atlantes no crearon a los Humanos, sobre eso no hay ningún indicio. Todo hace suponer que la raza humana estaba en poder de los Nefilim. Egipto era un asentamiento de humanos gobernado en este tiempo por Los Nefilim.

Según El papiro de Turín, Egipto fue gobernado

del 20.000 al 10.000 a C. por Dioses. (Nefilim).

Del 10.000 al 3.100 Por semidioses y dioses ( Los Nefilim se van por el diluvio y crean a semidioses de intermediarios, Libro Los reinos perdidos de Zecharia Sitchin).

A partir del 3.100 Egipto es gobernado por Faraones humanos.

Los Atlantes se refugiaron en América, algo lógico teniendo en cuenta que era una parte del planeta donde los Nefilim no habían llegado. Los Atlantes no pudieron hace 20.000 años estar en Egipto porque esa parte hemos visto que era de dominio Nefilim.

Sólo se podría explicar su presencia en Egipto antes del Diluvio, si pensamos que la Tecnología Atlante fue capaz de conquistar territorios a los Nefilim, (Egipto), que allí tomaron el poder de los humanos y construyeron las pirámides. Si Hubiera sido así la similitud de las pirámides de Sudamérica con las de Egipto sería más relevante.

Así pues y a tenor de los datos. Creemos que la Teoría de Los Atlantes no puede ser válida, además se sustenta con pocas evidencias.


Con respecto a la teoría de Orión,

si hacemos caso del libro Nuestros Lazos Extraterrestres

libro publicado por Ricardo González en agosto de 2005.

Los deportados de Orión

Las siguientes líneas, aunque difíciles de digerir, son indispensables para comprender por qué se habría desencadenado la “guerra de los dioses”.

Una de las civilizaciones extraterrestres más poderosas se encuentra diseminada en lo que llamamos Orión, la constelación del “cazador” en la mitología griega. De acuerdo a nuestra experiencia de contacto, en Orión se produjo una batalla estelar encabezada por un ser denominado Satanael. Aquella entidad, cuyo nombre se asemeja sospechosamente al “Satán” bíblico – nombre hebreo que significa “el adversario” – dirigió una rebelión que propugnaba un cambio en la dinámica del Plan Cósmico.

Satanael no estaba de acuerdo en que la humanidad sea la civilización que debía “salvar a las otras” a través de un proyecto que no había tenido en cuenta a las propias civilizaciones de Orión. La insurrección de Satanael – y he aquí la pieza clave de aquel drama cósmico – en realidad no había germinado en Orión.

Era una postura generada por otra entidad, no extraterrestre, sino procedente del mismísimo Universo Mental. Los seres que viven allí son de energía pura, y actúan como co-creadores en el Universo Material. Por tanto nos hallamos ante un ser poderoso e impensable. Un Helell o “resplandeciente”.

Fue en el Universo Mental donde se delineó los pasos del Plan Cósmico. Según sabemos, ello se dio a través de un “Concilio de los Helell”. No obstante, una de las entidades no estuvo de acuerdo en que el proyecto sea aplicado a una nueva humanidad, proponiendo que sean las civilizaciones extraterrestres ya existentes – como la de Orión – las depositarias de los cambios para corregir el estancamiento evolutivo en que el Universo Material se hallaba sumido.

Pero las cosas no se podían hacer así. Introducir cambios tan gravitantes en las antiguas civilizaciones extraterrestres resultaba peligroso; todas ellas habían venido experimentando un orden mental, un patrón heredado de los propio Helell, y cambiar drásticamente de enfoque podría generar el colapso. Se tenía que empezar de cero.

Empezar con una nueva humanidad en donde se puedan medir, gradualmente, los cambios, y en consecuencia las respuestas que brindaría este proyecto para todo el Universo.

Lug – uno de los más poderosos Helell del Universo Mental – al ver que el proyecto se desarrolla ajeno a sus expectativas, empezará a influir en los más poderosos seres del Universo Material para boicotear la ejecución del Plan Cósmico. Lug recuerda inevitablemente a “Lucifer”, palabra de origen latín que significa “el que porta la luz”. Por tanto, Lucifer y Satán son dos entidades diferentes. El primero un ser ultraterrestre – como los ángeles – y el segundo un ser extraterrestre de Orión.

Satanael, por alguna razón desconocida, se había convertido en el leal seguidor de la postura de Lug. Por ello su insurrección en Orión.

Una batalla cósmica había estallado en aquellas lejanas estrellas. Empero, la Confederación de Mundos de la Galaxia logró controlar la disidencia, atrapando a Satanael y a sus principales guerreros. Posteriormente, todos ellos serían enviados a la Tierra en calidad de deportados. ¿Por qué? Su presencia en nuestro mundo procuraba que ayudasen a la humanidad, identificándose de una vez con el propósito superior del Plan Cósmico y resarciendo así el error cometido en Orión.

De allí en más, el relato de los Guías extraterrestres menciona que los oriones deportados envejecieron prematuramente en la Tierra, quizá por las condiciones diferentes de nuestro planeta – en sus mundos pueden vivir cientos o miles de años—; al perder la corporeidad, sus esencias o espíritus debían volver a Orión, a su lugar de origen.

Sin embargo, un grupo de Guardianes y Vigilantes (the Watchers) extraterrestres sembraron en el planeta unos poderosos cristales verdes brillantes – de aspecto piramidal – para retener en nuestro mundo a los espíritus de los oriones deportados, como si la Tierra fuese un planeta-prisión. Quedarían aquí, hasta el final de los tiempos.

Una historia muy similar a la de “los ángeles caídos”, que menciona más de una religión.

Desde luego, aquellos seres “atrapados” en nuestro mundo han intentado liberarse. Tarea nada sencilla ya que para poder escapar de su “prisión”, los espíritus de Orión necesitan tomar un cuerpo físico. Y no puede ser cualquier cuerpo.

Por ello sedujeron, con un poder asombroso como maligno, a un grupo de Vigilantes extraterrestres de las Pléyades, para que se unieran a las hijas de los hombres y engendraran hijos mestizos, ideales como “envase” a tomar para luego fugar del planeta. Todo esto explica el insólito episodio que menciona el Libro de Enoch.

Los hijos mestizos serían trasladados por los Vigilantes a un grupo de islas, en el océano Atlántico, dando con ello inicio a lo que sería más tarde el reino fabuloso de Atlántida. Un reino que, penosamente, no encontró el equilibrio necesario entre la ciencia que adquirió y su improvisada aparición. Fueron poderosos, pero sus guerras y ambición – en gran medida una influencia de los oriones atrapados – generarían su propia destrucción al atraer un desastre cósmico.

Hace 12.500 años esa civilización mestiza se hundió en las aguas.

Más tarde, los denodados esfuerzos de la Confederación de Mundos procuraron que no se perdiera el rumbo del proyecto en la Tierra, alentando la inserción de conocimientos para la formación de nuevas culturas post-diluvianas (o más bien, post-Atlántida). Consecuencia de este nuevo acercamiento de instructores extraterrestres – y también de algunos sabios supervivientes del desastre atlante – nació Sumeria, Egipto, India y otras grandes culturas.

El avance fue significativo. Sin embargo, los hombres de aquel entonces crearon peligrosos lazos de dependencia con los visitantes.

Finalmente, aquellos “dioses” – los instructores extraterrestres – resolvieron marcharse, hasta que la humanidad creciera lo suficiente como para comprender. Detrás de su partida nos dejaron leyendas y singulares representaciones rupestres, desconcertantes escritos religiosos, símbolos e ideogramas misteriosos, anomalías arqueológicas, entre otras piezas de este gran rompecabezas que la ciencia actual ha tildado en llamar “curiosidades” del pasado.

Y no les culpo. Esta información – ya lo he dicho, reconozco que roza un relato moderno de ciencia-ficción – es difícil de aceptar. Tendríamos que reconstruir todo lo que hemos llamado “historia”.

No nos quedaría otra alternativa que reflexionar hasta qué punto algunas religiones – muchas de ellas – puedan haber surgido del contacto con estos seres, o por lo menos, que los conocían y que ellos formaban parte importante de nuestro propio proceso como criaturas humanas.

Aceptar que estuvieron aquí antes que nosotros bajo un propósito, es inquietante. Y ese es el punto: la misión que pesa sobre la humanidad.

Los “dioses” se marcharon. Pero prometieron volver.

Nada de Nefilim, La confederación de mundos gobierna el Universo, crearon a los Atlantes, luego a los egipcios y sumerios y se fueron hasta que crezcamos. Si se fueron ¿por qué seguimos viendo todos los días ovnis?.

No hay mucho que decir. Por una parte está la constatación de una teoría que cuadra a la perfección con una fecha. Por otra, tenemos sólo incógnitas.

Claro que esto ya ha ocurrido antes, recordemos Sirio A y B y los dogones o La Cueva de Los Tayos, son sólo dos ejemplos donde se prueba que otras culturas extraterrestres establecieron contacto con el hombre en una zona determinada y luego desaparecieron.

Con los datos actuales, no podríamos descartar ninguna de las 2 teorías Orión y Nefilim. Las pirámides de los Nefilim (los zigurat), no se parecen demasiado a las egipcias, por otra parte la hipótesis Nefilim tiene una continuidad y se basa en documentos escritos.

DOS NOTICIAS

Aunque muy muy lentamente, la Historia oficial, va corroborando a «La Historia Verdadera»

La madre de todos los humanos vivió hace 200 000 años 31/08/2010


Estadísticos de Rice confirman la fecha de la “Eva mitocondrial” con un nuevo método.
El examen más robusto hasta la fecha de los vínculos genéticos de nuestra especie con la “Eva mitocondrial” – el ancestro materno de todos los humanos vivos – confirma que vivió hace unos 200 000 años. El estudio de la Universidad de Rice se basó en una comparación alineada de 10 modelos genéticos humanos cada uno orientado a determinar cuándo vivió Eva, usando un conjunto distinto de suposiciones sobre la forma en que migraron los humanos y se expandieron por la Tierra.

La investigación está disponible on-line en la reivsta Theoretical Population Biology.
“Nuestros hallazgos subrayan la importancia de tener en cuenta la naturaleza aleatoria de procesos en las poblaciones como crecimiento y extinción”, dice el coautor del estudio Marek Kimmel, profesor de estadística en Rice. “Los modelos deterministas clásicos, incluyendo varios que se han aplicado anteriormente al datado de la Eva mitocondrial, no tienen en cuenta completamente estos procesos aleatorios”.
La búsqueda de la Eva mitocondrial (mtEve) es un ejemplo de la forma en que los científicos estudian el pasado genético para aprender más sobre la mutación, selección y otros procesos genéticos que desempeñan un papel clave en las enfermedades.
“Por esto es por lo que estamos interesados en patrones de variabilidad genética en general”, dice Kimmel. “Son muy importantes para la medicina”.
Por ejemplo, la forma en que los científicos intentan describir la fecha de la mtEve depende de las técnicas genéticas modernas. Se comparan los perfiles genéticos de donantes de sangre aleatorios, y basándose en la semejanza y diferencias entre los genes particulares, los científicos pueden asignarles un número que describe el grado en el cual dos donantes se relacionan con otro.
Usar genomas mitocondriales para evaluar el parentesco es una forma que tienen los científicos para simplificar la tarea de encontrar ancestros comunes que vivieron hace muchos tiempo. Esto es debido a que todo el genoma humano contiene más de 20 000 genes, y comparar las diferencias entre tantos genes para parientes lejanos es problemáticos, incluso con los supercomputadores más grandes y rápidos de la actualidad.
Pero las mitocondrias – los diminutos orgánulos que sirven como fábricas de energía dentro de las células humanas – tienen su propio genoma. Además de contener 37 genes que raramente cambian, contienen una región “hipervariable”, la cual cambia lo bastante rápido para proporcionar un reloj molecular calibrado en tiempos comparables a la edad de la humanidad moderna. Debido a que el genoma mitocondrial de cada persona se hereda de la madre, todos los linajes mitocondriales son maternos.
Para deducir la edad de la mtEve, los científicos deben convertir las medidas de parentesco entre donantes de sangre en una medida de tiempo.
“Tienes que traducir las diferencias entre secuencias de genes a cómo han evolucionado con el tiempo”, dice el coautor Krzysztof Cyran, vicepresidente del Instituto de Informática en la Universidad Silesian de Technology en Gliwice, Polonia. “Y cómo evolucionaron en el tiempo depende del modelo de evolución que uses. Por tanto, por ejemplo, ¿cuál es el ritmo de mutación genética, y este ritmo de cambio es uniforme en el tiempo? Y, ¿qué hay del proceso de pérdida aleatoria de variantes genéticas, lo que se conoce como deriva genética?”
En cada modelo, las respuestas a estas cuestiones toman la forma de coeficientes – constantes numéricas que se incluyen en las ecuaciones y que dan una respuesta a cuándo vivió la mtEve.
Cada modelo tiene sus propias suposiciones, y cada suposición tiene implicaciones matemáticas. Para complicar las cosas aún más, algunas de las suposiciones no son válidas para poblaciones humanas. Por ejemplo, algunos modelos asumen que el tamaño de la población nunca cambia. Esto no es cierto para los humanos, cuya población ha crecido exponencialmente durante al menos los últimos miles de generaciones. Otros modelos suponen una mezcla perfecta de genes, lo que significa que dos humanos cualquiera del mundo tendrían una probabilidad igual de producir descendencia.
Cyran dijo que los modelos genéticos humanos se han hecho más complejos en el último par de décadas, conforme los teóricos han intentado corregir las suposiciones incorrectas. Pero algunas de las correcciones – como añadir procesos de ramificación que intentan captar la dinámica del crecimiento de la población en las migraciones humanas iniciales – son extremadamente complejas. Los cual genera la cuestión de si unos modelos menos complejos podrían funcionar igual de bien al captar lo que sucedió.
“Queríamos ver cómo de sensibles eran las estimaciones a las suposiciones de los modelos”, dice Kimmel. “Encontramos que todos los modelos que tuvieron en cuenta un tamaño aleatorio de la población – tal como procesos distintos de ramificación – daban estimaciones similares. Esto es alentador, debido a que demuestra que refinar las suposiciones del modelo, más allá de cierto punto, puede no ser importante para el marco general”.

Malas noticias para la teoría del impacto

Área: Paleontología — Miércoles, 1 de Septiembre de 2010

Según un último estudio la extinción de la megafauna americana, hace 13.000 años, no sería debida al impacto de un objeto astronómico.

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Hay principalmente dos teorías que tratan de explicar la súbita desaparición de la megafauna de mamíferos que poblaba el continente americano hasta hace sólo 13.000 años. Según una de ellas esta extinción se debió al impacto de un meteorito y según la otra se debió a la distorsión ecológica que el ser humano produjo al llegar al continente, principalmente debido a sus hábitos de caza.
Se sabe que el periodo de progresivo calentamiento en el que la Tierra estaba inmersa hasta hace 12.900 se vio interrumpido por un súbito enfriamiento que duró 1.300 años y que se denomina Younger Dryas. Después el mundo comenzó a calentarse de nuevo. La razón de este cambio climático no están claras.
La hipótesis del impacto fue publicada en septiembre de 2007 por un grupo de científicos dirigidos por Richard Firestone del Lawrence Berkeley National Laboratory en California. Según ellos un asteroide o un cuerpo similar de unos 4 km de ancho impactó contra la cubierta de hielo de Norteamérica hace 12.900 años, produciendo los consabidos incendios forestales e introdujo polvo y ceniza estratosféricos que cambiaron el clima de la época. Esto se llevaría por delante a los mamuts lanudos, al perezoso gigante, al mastodontes, al tigre de dientes de sable y a otros grandes mamíferos de gran tamaño. También se llevaría por delante a la floreciente cultura india Clovis. En el estudio aportaban ciertos datos y pruebas a favor del impacto.
Desde entonces los opositores se han ido encargando de descartar las supuestas pruebas de ese evento, pero una permanecía: los nanodiamantes encontrados y que supuestamente se formaron durante el impacto debido a las extremas condiciones de éste.
Ahora un grupo de expertos ha descartado esta última prueba como apoyo a la teoría del impacto. Esto supondría la puntilla para esta teoría, dejando a la teoría ecológica de la extinción debida al ser humano como la más plausible.
Según la teoría del impacto el supuesto choque habría dejado pruebas de su existencia, pero los análisis recientes de esos marcadores geológicos indican que no hay aportación de iridio, elemento que está presente en cometas y asteroides.
Según el geoquímico Philippe Claeys, de la Universidad Libre de Bruselas, la historia geoquímica de tal impacto no existe.
Aunque quedan un par de líneas de investigación, como las microesferas magnéticas o minerales específicos, están distribuidos a lo largo de todo el registro geológico, y no concentradas en los sedimentos de hace 12.900 años como sería de esperar si un impacto se hubiera dado en ese momento. .
Tampoco se han encontrado los restos de trazas ricas en carbono que los supuestos incendios forestales originados por el impacto habrían dejado en los sedimentos. Otras supuestas pruebas resultaron corresponder a hongos o excrementos de animales. Es decir, no hay pruebas de esos incendios, pese la intensa búsqueda.
Los supuestos hexágonos de diamante nanométricos que los especialistas del impacto decían haber encontrado no han sido hallados por otros expertos como Tyrone Daulton y su equipo de Washington University en St. Louis después de muchos meses de uso de microscopia electrónica de transmisión para encontrarlos. Según estos expertos, la identificación de esos nanodiamantes en el pasado se podría haber debido a una confusión con otras formas de carbono, concretamente grafito y grafeno.
Naturalmente los proponentes de la teoría del impacto no están de acuerdo con estos nuevos resultados.
Una vez más hemos asistido al proceso del método científico mediante el cual nuevas pruebas refutan las teorías establecidas.

Claro que no fue un impacto lo que causó la extinción de los grandes mamíferos, fue El Diluvio que como veremos en los próximos post indujeron los Nefilim

10.000 años antes del Diluvio 2ª PARTE

¿Existió un Tampu-Tocco, y sería un lugar identificable a partir de las señales que diera Montesinos? Esta pregunta ha intrigado a muchos. En 1911, Hiram Bingham, de la Universidad de Yale, buscando las ciudades perdidas de los incas, encontró el lugar; en la actualidad, se le llama Machu Picchu. Bingham no estaba buscando Tampu-Tocco cuando puso en marcha ésta su primera expedición; pero después de volver una y otra vez y de las exhaustivas excavaciones que se realizaron durante más de dos décadas, llegó a la conclusión de que Machu Picchu era en realidad la perdida capital provisional del Antiguo Imperio.

Sus descripciones del lugar, que siguen siendo las más completas, se encuentran en sus libros Machu Picchu, a Citadel of the Incas y The Lost City of the Incas. La razón principal para creer que Machu Picchu es la legendaria Tampu-Tocco es la pista de las Tres Ventanas. Montesinos anotó que «en el lugar de su nacimiento, el Inca Rocca ordenó que se hicieran unas obras consistentes en un muro de albañilería con tres ventanas, que eran el emblema de la casa de sus padres, de los cuales descendía». El nombre del lugar al cual la casa real había ido desde la afligida capital, Cuzco, significaba «refugio de las tres ventanas».No debería de sorprender que un lugar se llegara a reconocer por sus ventanas, dado que ninguna casa en Cuzco, desde la más humilde hasta la más grandiosa, tenía ventanas.

Que un lugar se reconociera por un número concreto de ventanas -tres- sólo podía ser como consecuencia de su singularidad, antigüedad o santidad de tal construcción. Esto es lo que sucedía con Tampu-Tocco, en donde, según las leyendas, había una construcción con tres ventanas que jugó un importante papel en la aparición de las tribus y en el inicio del antiguo imperio en Perú, una construcción que debía de ser, por tanto, «el emblema de la casa de sus padres, de los que [el Inca Rocca] descendía».

La leyenda y el legendario lugar aparecen en el relato de los hermanos Ayar. Según lo cuenta Pedro Sarmiento de Gamboa (Historia general llamada Yndica) y otros de los primeros cronistas, los cuatro hermanos Ayar y sus cuatro hermanas, después de que los creara el dios Viracocha en el lago Titicaca, llegaron o fueron llevados por el dios a Tampu-Tocco, en donde «salieron de dicha ventana por orden de Tici-Viracocha, declarando que Viracocha los creó para que fueran señores».

El mayor de los hermanos, Manco Capac, llevaba un emblema sagrado con la imagen de un halcón, y llevaba también una varilla de oro que el dios le había dado para que localizara el lugar exacto de la futura capital, Cuzco. El viaje de las cuatro parejas de hermanos-hermanas comenzó pacíficamente; pero no tardaron en aparecer los celos. Con el pretexto de haber olvidado ciertos tesoros en una cueva en Tampu-Tocco, se envió al segundo hermano, Ayar Cachi, para que los recuperara. Sin embargo, esto no fue mas que un ardid de los otros tres hermanos para encerrarlo en la cueva, en donde se convirtió en piedra. Por tanto, según estos relatos, Tampu-Tocco data de tiempos muy antiguos:

«El mito de los Ayar -escribía H. B. Alexander en Latín American Mythology-, nos remonta a la época megalítica y a las cosmogonías relacionadas con el Titicaca».


Cuando los exiliados abandonaron Cuzco, fueron a un lugar que ya existía, un lugar en donde una construcción con tres ventanas había jugado ya un importante papel en acontecimientos aún más antiguos. Sabiendo esto es como podemos pasar ahora a hablar de Machu Picchu, pues es allí donde se encontró una construcción con tres ventanas en una de sus paredes, detalle que no se ha visto en ninguna otra parte del antiguo Perú.

«Machu Picchu, o Gran Picchu, es el nombre quechua de un agudo pico que se eleva a más de tres mil metros sobre el nivel del mar y a más de mil doscientos metros sobre los rugientes rápidos del río Uru-bamba, cerca de la sierra de San Miguel, a dos días de duro viaje hacia el norte de Cuzco -escribió Bingham-.

Al noroeste del Machu Picchu existe otro hermoso pico, rodeado de magníficos precipicios, llamado Huayna Picchu, o Pequeño Picchu. En la estrecha cresta que se extiende entre los dos picos se encuentran las ruinas de una ciudad inca cuyo nombre se ha perdido entre las sombras del pasado… Es posible que representen a dos antiguos lugares, Tampu-Tocco, el lugar de nacimiento del primer Inca, y Vilcabamba Viejo.»

En la actualidad, el viaje de Cuzco a Machu Picchu, que se encuentra a una distancia de 120 kilómetros en línea recta, no precisa de dos días de duro viaje, como necesitó Bingham para llegar aquí. Un tren que traquetea montañas arriba y abajo, atravesando túneles y cruzando puentes, y ciñéndose a las laderas que flanquean el río Urubamba, llega allí en menos de cuatro horas. En otra media hora, un aterrador autobús lleva desde la estación del tren hasta la ciudad. La sobrecogedora panorámica es tal como la describió Bingham.

En la ensilladura que hay entre los dos picos se levantan casas, palacios y templos -ya todos sin techo-, rodeados de bancales que cuelgan sobre las laderas, dispuestos para el cultivo. El pico del Huayna Picchu se eleva en el noroeste como un centinela; más allá de él y a su alrededor, los picos compiten entre sí hasta donde alcanza la vista. En el fondo, el río Urubamba forma una garganta en forma de herradura que circunda en parte la alta posición de la ciudad, recortando sus abundantes aguas un sendero blanquecino en el verde esmeralda de la selva.

Como le corresponde a una ciudad que, según creemos, sirvió al principio como modelo para Cuzco y después la imitó, Machu Picchu estaba compuesta también por doce distritos o grupos de construcciones. Las agrupaciones reales y sacerdotales están al oeste, y las residenciales y funcionales (ocupadas en su mayor parte por las vírgenes y las jerarquías del clan) al este, separadas por una serie de amplias terrazas.

El pueblo llano, que trabajaba y cultivaba las laderas abancaladas, vivía fuera de la ciudad y en los campos de los alrededores (muchas de estas aldeas se han encontrado desde que Bingham llegara a Machu Picchu).


Los diferentes estilos de construcción, al igual que en Cuzco y en otros emplazamientos arqueológicos, sugieren diferentes fases de ocupación. Las viviendas están construidas en su mayor parte con piedras del campo sujetas con argamasa. Las residencias reales están construidas con sillares colocados en hileras, tan finamente tallados y desbastados como en Cuzco. Después, hay una construcción en donde la obra es tan perfecta que no tiene igual; y también están los bloques megalíticos poligonales. En muchos casos, los restos de la primitiva época megalítica y de los tiempos del Antiguo Imperio han permanecido como estaban; en otros, es obvio que se construyó con posterioridad sobre las primitivas hiladas.

Mientras que los distritos orientales ocupaban cada metro cuadrado disponible de la cima de la montaña y se extendían desde la muralla de la ciudad por el sur hasta el norte, en la medida en que el terreno lo permitía, y hacia el este en bancales agrícolas y de enterramientos, el grupo de distritos occidental, que también comenzaba en la muralla, se extendía hacia el norte sólo hasta los límites de una plaza sagrada, como si una línea invisible demarcara el terreno sagrado que no podía ser invadido. Más allá de esa línea invisible de demarcación, y frente a la gran plaza aterrazada que hay al este, están las ruinas de lo que Bingham identificó como la Plaza Sagrada, principalmente «porque en dos de sus lados están los templos más grandes», uno de los cuales muestra las tres ventanas cruciales.

Es aquí, en la construcción de lo que Bingham llamó el Templo de las Tres Ventanas y, junto a él, en la Plaza Sagrada, el Templo Principal, donde los bloques megalíticos poligonales se utilizaron en Machu Picchu.


La forma en la que se tallaron, se modelaron, se desbastaron y se encajaron, sin argamasa, los sitúa junto con los bloques ciclópeos de piedra y las construcciones megalíticas de Sacsahuamán; y, sobrepasando cualquier poligonalidad vista en Cuzco, uno de los bloques de piedra de Machu Picchu tiene 32 ángulos. El Templo de las Tres Ventanas se levanta en el extremo oriental de la Plaza Sagrada; los ciclópeos bloques de piedra de su muro oriental se elevan muy por encima del nivel de la terraza que hay al oeste, permitiendo una amplia visión en esta dirección a través de las tres ventanas . De forma trapezoidal, sus alféizares se recortan en las piedras ciclópeas que forman la pared misma.

Al igual que en Sacsahuamán y en Cuzco, el tallado, el modelado y la angulación de las duras piedras de granito se hizo como si se tratara de suave masilla; también aquí, los bloques de piedra de granito blanco tuvieron que ser traídos desde grandes distancias, a través de terreno escabroso y ríos, bajando valles y subiendo montañas.

El Templo de las Tres Ventanas sólo tiene tres paredes, estando su lado occidental completamente abierto; hay allí un pilar de piedra de algo más de dos metros de alto. Bingham supuso que podría haber soportado un techo, pero admitió también que habría sido «un dispositivo que no se había encontrado en ningún otro edificio». Según nuestra opinión, aquel pilar, junto con las tres ventanas, cumplía algún fin de orientación astronómica.

Frente a la Plaza Sagrada, por el norte, se encuentra la construcción que Bingham llamó el Templo Principal; tiene también sólo tres paredes, de algo más de 3,5 metros de altura. Descansan sobre bloques de piedra ciclópeos o están construidas con ellos; la pared occidental, por ejemplo, está construida con sólo dos bloques de piedra gigantes, sujetos con una piedra en forma de T. Un enorme monolito, que mide 4,2 por 1,5 por 1 metros, descansa contra la pared central norte, en la cual hay siete hornacinas que imitan ventanas trapezoidales, aunque no lo son (Fig. 75).Una sinuosa escalinata lleva desde el límite septentrional de la Plaza Sagrada hasta una colina cuya cima se allanó para que sirviera como plataforma del Intihuatana, una piedra tallada con gran precisión para observar y medir los movimientos del Sol.

El nombre significa «lo que ata al sol», y se supone que ayudaba a determinar los solsticios, cuando el Sol se mueve muy al norte o al sur, momento en el cual se celebraban ritos para «atar al Sol» y hacerlo volver, no fuera que siguiera yéndose y desapareciera, devolviendo a la Tierra a una oscuridad que ya había sufrido en una ocasión anterior, según las leyendas.

En el extremo opuesto de esta parte -sagrada y real- occidental de Machu Picchu, justo al sur del distrito real, se eleva otro magnífico (e inusual) edificio de la ciudad. Llamado el Torreón por su forma semicircular; está construido con sillares -piedras talladas, modeladas y desbastadas- de una perfección nunca vista, sólo pareja a la de los sillares del muro semicircular que rodeaba el Santo de los Santos de Cuzco.

El muro semicircular, que se alcanza a través de siete escalones, crea su propio recinto sagrado, en cuyo centro hay una roca tallada y modelada con incisiones de ranuras. Bingham encontró evidencias de que esta roca y las paredes cercanas sufrían los efectos de fuegos periódicos, y llegó a la conclusión de que tanto la roca como el recinto se utilizaban para sacrificios y otros rituales relacionados con la veneración de la roca.

(Esta roca sagrada en el interior de una construcción especial nos trae a la cabeza la roca sagrada que forma el corazón del Monte del Templo en Jerusalén, así como la Kaaba, la piedra negra oculta en el interior de la mezquita de La Meca.)La santidad de la roca de Machu Picchu no proviene de su protuberante extremo superior, sino de lo que se encuentra debajo. Es una enorme roca natural en cuyo interior existe una cueva, ampliada y modelada artificialmente con formas geométricas precisas que, aunque no lo son, parecen escaleras, asientos y antepechos

Además, el interior se mejoró con sillares de granito blanco del color y el grano más puros. Bingham supuso que la cueva natural original se amplió y se realzó para conservar momias reales, traídas allí por la sacralidad del lugar. Pero, ¿por qué era sagrado, y tan importante como para albergar a los reyes fallecidos?

Esta pregunta nos lleva de vuelta a la leyenda de los hermanos Ayar, uno de los cuales fue encerrado en una cueva en el Refugio de las Tres Ventanas. Si el Templo de las Tres Ventanas era aquel lugar legendario, y la cueva también lo era, las leyendas confirmarían el lugar como la legendaria Tampu-Tocco. Sarmiento, uno de los cronistas españoles que a su vez fue también un conquistador, daba cuenta en su Historia de los incas de una leyenda local según la cual el noveno Inca (hacia el 1340 d.C.), «teniendo curiosidad por las cosas de la antigüedad y deseando perpetuar su nombre, fue personalmente hasta la montaña de Tampu-Tocco… y entró en la cueva en la que se tiene por cierto que Manco Capac y sus hermanos entraron cuando iban hacia Cuzco por vez primera… Después de hacer una inspección minuciosa, veneró el lugar con rituales y sacrificios, y puso puertas de oro en la ventana de Capac Tocco, y ordenó que, de entonces en adelante, aquel sitio debiera ser venerado por todos, convirtiéndolo en un lugar sagrado de oración para sacrificios y oráculos. Después de esto, volvió a Cuzco.»

El sujeto de esta historia, al noveno Inca, se llamaba Titu Manco Capac; se le dio el título adicional de Pachacutec («reformador») porque, tras su regreso de Tampu-Tocco, reformó el calendario. Así es como las Tres Ventanas y el Intihuatana, la Roca Sagrada y el Torreón confirman la existencia de Tampu-Tocco, el relato de los hermanos Ayar, los reinados preincaicos del antiguo imperio y los conocimientos de astronomía y calendáricos, elementos clave en la historia y cronología que compiló Montesinos.

La veracidad de los datos de Montesinos puede recibir un apoyo adicional si se demuestra que tenía razón en lo referente a la existencia de escritura en los tiempos del imperio antiguo. Y nos encontramos con que Cieza de León sostiene el mismo punto de vista, afirmando que «en la época precedente a los emperadores incas existió escritura en Perú... sobre hojas, pieles, tejidos y piedras».Muchos expertos sudamericanos se unen ahora a los antiguos cronistas en la creencia de que los nativos de aquellas tierras tenían una o más formas de escritura en la antigüedad. En numerosos estudios se habla de petroglifos («escritos en la piedra»), que se han encontrado por todas partes, en donde se observan diversos grados de escritura pictográfica o jeroglífica. Rafael Larco Hoyle, por ejemplo (La escritura peruana preincaica), sugería, con la ayuda de imágenes, que el pueblo de la costa hasta Paracas estaba en posesión de una escritura jeroglífica similar a la de los mayas.

Arthur Posnansky, el destacado explorador de Tiahuanacu, presentó voluminosos estudios en los que demostraba que los grabados que aparecían en los monumentos eran de una escritura pictográfica-ideográfica -un paso anterior a la escritura fonética. Y un famoso descubrimiento, la Piedra de Calango, que se exhibe actualmente en el Museo de Lima (Fig. 79), sugiere una combinación de pictogramas con una escritura fonética, quizás incluso alfabética.

Uno de los mayores exploradores de América del Sur, Alexander von Humboldt, trató de este tema en su principal obra, Vues des cordilléres et monuments des peuples indigenes de l’Amerique (1824).


«Recientemente, se ha puesto en duda -escribió-, que los peruanos tuvieran, además de Quippus, conocimientos de una escritura de signos. Hay un pasaje en El origen de los indios del Nuevo Mundo (Valencia, 1610), página 91, que no deja lugar a dudas a este respecto».

Después de hablar de los jeroglíficos mexicanos, el padre García añade: «Al principio de la Conquista, los indios de Perú se confesaban pintando caracteres que hacían una relación de los Diez Mandamientos y de las transgresiones cometidas contra ellos».

Es posible concluir que los peruanos estaban en posesión de una escritura de imágenes, pero que sus símbolos eran más burdos que los jeroglíficos mexicanos, y que, en términos generales, la gente hacía uso de los quippus. Humboldt también contó que, estando en Lima, oyó hablar de un misionero llamado Narcisse Gilbar que había encontrado, entre los indios panos del río Ucayali, al norte de Lima, un libro de hojas plegadas, similar a los que habían utilizado los aztecas en México; pero nadie en Lima podía leerlo. «Se decía que los indígenas le contaron al misionero que el libro hablaba de antiguas guerras y viajes.»

En 1855, Ribero y Von Tschudi dieron cuenta de otros descubrimientos y concluyeron que en realidad había existido otro método de escritura en Perú además de los quipos. En una obra que Von Tschudi hizo por separado hablando de sus propios viajes (en Reisen durch Südamerika), éste habla de la emoción que sintió cuando le enseñaron una fotografía de un pergamino de piel con marcas jeroglíficas. El pergamino real lo encontró en el museo de La Paz, en Bolivia, e hizo una copia de la escritura que figuraba en él.

«Estos símbolos me provocaron el mayor de los asombros -escribió-y estuve durante horas delante de este pergamino de piel», intentando descifrar «el laberinto» de su escritura.

Determinó que la escritura comenzaba por la izquierda, después continuaba en la segunda línea desde la derecha, en la tercera línea volvía a comenzar desde la izquierda, y así sucesivamente, serpenteando. Concluyó también que estaba escrito en la época en que se adoraba al Sol; pero no pudo ir más lejos. Localizó el lugar de origen de la inscripción en las costas del Lago Titicaca. El padre de la misión eclesiástica del pueblo lacustre de Copacabana confirmó que aquélla era una escritura conocida en la zona, pero la atribuyó al período posterior a la Conquista.

Claro está que la explicación no resultaba satisfactoria, dado que, si los indígenas no hubieran tenido su propia escritura, habrían adoptado la escritura latina de los españoles para expresarse. Aun cuando esta escritura jeroglífica evolucionara después de la Conquista, dice Jorge Cornejo Bouroncle (La idolatría en el antiguo Perú), «su origen debe de haber sido mucho más remoto».Arthur Posnansky (Guía general ilustrada de Tiahuanaco) descubrió más inscripciones sobre las rocas de dos islas sagradas del lago Titicaca, y señaló que eran muy similares a las enigmáticas inscripciones descubiertas en la Isla de Pascua, conclusión con la que, en la actualidad, suelen coincidir los expertos. Pero se sabe que la escritura de la isla de Pascua pertenece a la familia de las escrituras indoeuropeas del Valle del Indo y de los hititas.

Un rasgo común a todas ellas (incluidas las inscripciones del Lago Titicaca) es su sistema «como de arado de buey»: la escritura de la primera línea comienza por la izquierda y termina por la derecha; en la segunda línea es al revés, terminando por la izquierda; en la tercera es igual que en la primera, y así sucesivamente.

Sin querer entrar ahora en la cuestión de cómo llegó al lago Titicaca una escritura que imita a la de los hititas, parece que queda confirmada la existencia de una o más formas de escritura en el antiguo Perú. Así pues, también a este respecto, la información proporcionada por Montesinos demuestra ser correcta. Si, a pesar de todo esto, al lector le resulta todavía difícil de aceptar la inevitable conclusión de que hubo una civilización del tipo del Viejo Mundo en los Andes hacia el 2400 a.C, entonces aportaremos algunas evidencias más. Los expertos han ignorado por completo como pista válida la reiterada afirmación de las leyendas andinas de que hubo una terrorífica oscuridad en tiempos remotos.


Nadie se ha preguntado si no sería ésta la misma oscuridad -la no aparición del sol en el momento en que debería de haberlo hecho- de la cual hablan las leyendas mexicanas en el relato de Teotihuacán y sus pirámides. Pues, si de verdad sucedió este fenómeno, que el sol no salió y la noche se hizo interminable, debió de ser algo que se pudo observar en todo el continente americano. Los recuerdos colectivos mexicanos y los andinos parecen corroborarse entre sí en este punto, apoyando así la veracidad de ambos, como dos testigos ante un mismo acontecimiento. Pero, por si esto no fuera lo suficientemente convincente, podemos recurrir a la Biblia en busca de evidencias, y podemos recurrir nada menos que a Josué como testigo.

Según Montesinos y otros cronistas, un acontecimiento de lo más inusual tuvo lugar durante el reinado de Titu Yupanqui Pachacuti II, decimoquinto monarca del Imperio Antiguo. Fue en el tercer año de su reinado, en que «las buenas costumbres se olvidaron y la gente se entregó a todo tipo de vicios», cuando «no hubo amanecer durante veinte horas». Es decir, la noche no terminó cuando tendría que haberlo hecho, y la salida del Sol se retrasó durante veinte horas. Después de un gran lamento, de confesiones de los pecados, sacrificios y oraciones, el Sol apareció finalmente. Esto no pudo ser un eclipse: no fue que el Sol se viera oscurecido por una sombra. Además, ningún eclipse dura tanto, y los peruanos eran conocedores de estos eventos periódicos.

El relato no dice que el Sol desapareciera; dice que no salió -«no hubo amanecer»-durante veinte horas. Fue como si el Sol, dondequiera que estuviera escondido, se hubiera parado de pronto. Si los recuerdos andinos son ciertos, en algún otro lugar -en la otra parte del mundo-, el DÍA tuvo que ser igual de largo, y no debió terminar cuando debería de haber terminado, por ser un día veinte horas más largo. Increíblemente, este acontecimiento está registrado, y en ningún sitio mejor que en la misma Biblia. Fue cuando los israelitas, bajo el liderazgo de Josué, acababan de cruzar el río Jordán y de entrar en la Tierra Prometida, después de tomar las ciudades fortificadas de Jericó y Ay. Fue cuando todos los reyes amorreos formaron una alianza para crear una fuerza combinada contra los israelitas. Una gran batalla tuvo lugar en el valle de Ayyalón, cerca de la ciudad de Gabaón.

Comenzó con un ataque nocturno de los israelitas, que puso a los cananeos en fuga. Al amanecer, cuando las fuerzas cananeas se reagruparon cerca de Bet Jorón, el Señor Dios, «arrojó grandes piedras desde el cielo sobre ellos… y murieron; hubo más de ellos que murieron por las piedras, que los que murieron por la espada de los israelitas».

Entonces Josué le habló a Yahveh, el día en que Yahveh entregó a los amorreos a los Hijos de Israel, diciendo: «A la vista de los israelitas, que el Sol se detenga en Gabaóny la Luna en el valle de Ayyalón.» Y el Sol se detuvo, y la Luna se paró, hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. Cierto es, pues todo esto está escrito en el Libro de Jashar: el Sol se detuvo en mitad de los cielos y no se apresuró en bajaren casi un día entero.

Los expertos han estado pugnando durante generaciones con este relato del capítulo 10 del Libro de Josué. Algunos lo han descartado como mera ficción; otros ven en él los ecos de un mito; y otros más intentan explicarlo en términos de un eclipse de Sol inusualmente prolongado. Pero no sólo es que estos eclipses de Sol son desconocidos, sino que, además, el relato no habla de la desaparición del Sol. Al contrario, relata un acontecimiento en el cual el Sol continuó viéndose, colgado en los cielos, durante «casi un día entero» -¿digamos veinte horas?

El incidente, cuya singularidad se reconoce en la Biblia («no hubo un día como aquél, ni antes ni después»), al tener lugar en el lado opuesto de la Tierra con respecto a los Andes, describiría por tanto un fenómeno que sería el inverso al sucedido en América. En Canaán, el Sol no se puso durante unas veinte horas; en los Andes, el Sol no salió durante el mismo lapso de tiempo. ¿Acaso no describen los dos relatos el mismo acontecimiento y, por provenir desde dos lados diferentes de la Tierra, atestiguan su veracidad? Lo que pudo suceder todavía es un enigma.

La única pista bíblica es la mención de las grandes piedras que cayeron del cielo. Dado que sabemos que lo que los relatos describen no es la detención del Sol (y la Luna), sino una alteración en la rotación de la Tierra sobre su eje, una explicación posible sería la de que un cometa hubiera pasado demasiado cerca de la Tierra, desintegrándose en el proceso. Y, dado que algunos cometas orbitan el Sol en dirección opuesta a las manecillas del reloj, que es la inversa a la dirección orbital de la Tierra y el resto de planetas, su fuerza cinética podría haber contrarrestado temporalmente la rotación de la Tierra, provocando una ralentización.

Sea cual sea la causa exacta del fenómeno, lo que nos interesa ahora es su ubicación temporal. La fecha generalmente aceptada para el Éxodo es la del siglo XIII a.C. (hacia el 1230 a.C), y los expertos que propugnan una fecha anterior en unos dos siglos se encuentran en franca minoría. Sin embargo, en nuestras obras anteriores (véase Las Guerras de los Dioses y los Hombres), nosotros hemos llegado a la conclusión de que el año 1433 a.C. encajaría a la perfección este acontecimiento, así como los relatos bíblicos de los patriarcas hebreos, con los acontecimientos contemporáneos conocidos y las cronologías de Mesopotamia y Egipto.

Después de la publicación de nuestras conclusiones (en 1985), dos eminentes arqueólogos y expertos bíblicos, John J. Bimson y David Livingstone, llegaron, tras un exhaustivo estudio (Biblical Archeology Review, Septiembre/Octubre 1987) a la conclusión de que el Éxodo tuvo lugar hacia el 1460 a.C. Además de sus propios descubrimientos arqueológicos y de un análisis de los períodos de la Edad del Bronce en el Oriente Próximo de la antigüedad, los datos bíblicos y el proceso de cálculo que emplearon fue el mismo que utilizamos nosotros dos años antes.

(También explicamos entonces por qué habíamos decidido reconciliar las dos líneas de datos bíblicos fechando el Éxodo en el 1433 a.C. en vez de en el 1460 a.C).Dado que los israelitas erraron por los desiertos del Sinaí durante cuarenta años, la entrada en Canaán tuvo lugar en 1393 a.C; y el acontecimiento observado por Josué tuvo que ocurrir poco después. La pregunta ahora es la siguiente: el fenómeno opuesto, la noche interminable, ¿ocurrió en los Andes al mismo tiempo? Desgraciadamente, la forma en que los escritos de Montesinos han llegado hasta los expertos actuales deja algunas lagunas en los datos relativos a la duración del reinado de cada monarca, y esto nos obligará a obtener la respuesta dando un rodeo.

El acontecimiento, según nos informa Montesinos, tuvo lugar en el tercer año del reinado de Titu Yupanqui Pachacuti II. Para determinar este momento, tendremos que calcular desde ambos extremos. Se nos dice que los primeros 1.000 años desde el Punto Cero se cumplieron durante el reinado del cuarto monarca, es decir, en el 1900 a.C; y que el trigésimo segundo rey reinó 2.070 años después del Punto Cero, es decir, en el 830 a.C. ¿Cuándo reinó el decimoquinto monarca? Los datos de los que disponemos sugieren que los nueve reyes que separan al cuarto del decimoquinto monarca remaron un total de unos 500 años, colocando a Titu Yupanqui Pachacuti II en los alrededores del 1400 a.C. Y calculando hacia atrás desde el trigesimosegundo monarca (830 a.C), llegamos al 564 como número de años transcurridos, dándonos la fecha de 1394 a.C. para Titu Yupanqui Pachacuti II.

De ambos modos llegamos a una fecha para el acontecimiento andino que coincide con la fecha bíblica y la fecha del acontecimiento en Teotihuacán. La impactante conclusión es evidente:

EL DÍA EN QUE EL SOL SE DETUVO EN CANAÁN FUE LA NOCHE SIN AMANECER EN LAS AMÉRICAS.
El acontecimiento, así verificado, se levanta como una prueba irrefutable de la veracidad de los recuerdos andinos de un Imperio Antiguo que comenzó cuando los dioses concedieron a la humanidad la varita de oro en el lago Titicaca.