He encontrado las pruebas de que el Diablo existe y quiero compartirlas con ustedes para que no se dejen seducir por esa malévola criatura que ha perpetrado tantos crímenes en el mundo entero desde la época en que estaba sometida a otro diablo.
El Diablo existe, pero no es el de la Biblia ni el de ninguna otra religión que aterrorice y encadene a sus creyentes en la idea ultra-terrorista del infierno. Las pruebas que existen son las del Diablo Real, no religioso. Pudieran mencionarse miles y miles de sus crímenes a lo largo de dos siglos y medio en los que ha asesinado a millones de civiles inocentes, entre ellos cientos de miles de niños; pero hoy sólo voy a referirme a un solo plan terrorista que el Diablo concibió. Aunque no llegó a consumarse, sólo con que lo haya concebido y esforzado en llevarlo a cabo, nos da una imagen de lo que es capaz el más endiablado Diablo que haya, diabólicamente, existido.
LOS BOSQUES DEL NORTE
A principios de 1962, el Diablo, al que también se le puede llamar gobierno imperial de Estados Unidos, sobre todo en su rama militar, el Pentágono, concibió la Operación Northwoods, un plan de auto-atentados terroristas que tenía el fin de crear las condiciones políticas y militares para que el Imperio del Diablo “se viera obligado” a invadir a nuestra patria. Este proyecto era parte de otro plan que sí se efectuó, parcialmente, y al que se llamó Operación Mangosta –Operation Mongoose–.
La Operación Northwoods se mantuvo en secreto por 35 años, conocida sólo por unas cuantas personas que dirigían el gobierno y las fuerzas armadas yanquis en aquel año 62; pero debido alFreedom of Information Act –Acta de Libertad de Información— se logró que, en noviembre de 1997, el Diablo tuviera que desclasificar unas 1,520 páginas del proyecto, muchas de las cuales fueron publicadas por la prensa mundial.
El plan fue concebido por agentes de la Inteligencia militar y acogido con gran entusiasmo por el diablillo Lyman Lemnitzer, jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas del Imperio, y por los jefes del ejército, la marina y la aviación. Le fue presentado al Secretario de Ataque –sería inapropiado llamarle de Defensa—Robert McNamara, el 16 de marzo de 1962, y, según se cree, éste lo sometió al presidente Kennedy. Ocupado en muchas otras cuestiones del gobierno en aquel año en que la llamada Guerra Fría estaba en su punto más ardiente, y confiado, además, en que los otros aspectos del Cuban Project produjeran la caída del gobierno cubano, Kennedy desestimó la Operación Northwoods y, unos meses después, la Crisis de Octubre, el mayor peligro que haya amenazado a la humanidad en toda su historia, dejó sin efecto ese plan, aunque no el de la CIA, o sea la Operación Mangosta o Mongoose.
El objetivo esencial era que agentes de Inteligencia y operativos de origen cubano, que trabajaban con aquéllos, realizaran una serie de auto-atentados terroristas con el propósito de que se culpara al Gobierno Revolucionario de Cuba y se crearan las condiciones aparentes para “justificar” la invasión imperial.
Veamos ahora ciertos detalles del plan que se refieren a la Base Naval de Guantánamo. Lo que sigue es la traducción de algunos párrafos breves que aparecen en los papeles desclasificados:
1) Se deben efectuar una serie de incidentes bien coordinados alrededor de la Base de Guantánamo que tengan la apariencia genuina de que han sido hechos por fuerzas hostiles. Estos incidentes pueden ser:
* Usar la radio clandestina para propagar rumores sobre la base.
* Nuestros operativos pudieran realizar ataques a la base.
* Capturar a ‘saboteadores cubanos’ dentro de la base.
* Realizar motines cerca de la entrada de la base.
* Volar depósitos de municiones dentro de la base y provocar fuegos.
* Darle candela a un avión dentro de la base.
* Lanzar proyectiles de mortero hacia la base.
* Capturar a “grupos de asalto” que se acerquen a la base.
* Capturar a un grupo de supuestos milicianos que asalten la base.
* Hacerle un sabotaje a un barco en la bahía.
* Volar un barco de guerrade EUpara que se hunda cerca de la entrada de la bahía. Llevar a cabo falsos funerales de las ‘victimas’ (en los documentos desclasificados esta acción se llama, sugestivamente, “Remember the Maine”)
2) Estados Unidos respondería efectuando operaciones ofensivas para asegurar el suministro de agua y electricidad y destruyendo supuestos emplazamientos de morteros que amenacen la base.
3) Hecho todo o parte de esto, comenzaría la invasión a Cuba.
Hasta aquí lo que dicen los papeles desclasificados del Pentágono. Cualquier parecido con lo que le sucedió al Acorazado Maine, el 15 de febrero de 1898… es pura coincidencia.
UN JUSTO TESTIMONIO
Veamos lo que, sobre la Operación Northwoods, dice el analista de Inteligencia militar James Bamforden su libro Body of Secrets:
–El Pentágono aprobó un plan que bien pudo ser el más infame creado por el gobierno de EU en toda su historia. A nombre del ‘anticomunismo’, propuso desatar una guerra terrorista contra su propio país para engañar al pueblo estadounidense y que apoyara la guerra que trataba de desatar contra el gobierno de Cuba. El plan consistía en asesinar personas inocentes en las calles de Estados Unidos, hundir en alta mar barcos con refugiados cubanos que huían de su país, perpetrar actos de terrorismo en las calles de Washington, Miami y otras ciudades, destruir o dañar severamente barcos de guerra en la bahía de Guantánamo, acusar de terrorismo a quienes no eran terroristas, destruir aviones-fantasmas –drones—para que se creyera que eran aviones comerciales llenos de pasajeros, secuestrar aviones en pleno vuelo, y mucho más, con el objetivo de culpar al gobierno de Cuba de todas esas acciones y darle a los jefes militares de Estados Unidos la excusa que necesitaban, así como el apoyo nacional e internacional.
–La Operación Northwoods clamaba por una guerra en la cual muchos buenos estadounidenses y cubanos inocentes morirían sin el menor sentido, todo por satisfacer el ego de los diablos del Pentágono que vivían muy cómodos y seguros en sus mansiones pagadas por los contribuyentes.
–Otra de las acciones planeadas era muy similar al infame incidente de febrero de 1898, cuando una explosión en el acorazado Maine mató a 266 marinos. Ese hecho motivó la Guerra Hispano-Cubana-Estadounidense. Enfurecidos por la mortal explosión, más de un millón de hombres se ofrecieron como voluntarios. Como parte de la Operación Northwoods, Lemnitzer y sus generales trazaron un plan muy parecido al del Maine. “Podemos hundir uno de nuestros barcos de guerra en la Bahía de Guantánamo y culpar a Cuba… la lista de los muertos en los periódicos de Estados Unidos causaría una inmensa ola de indignación nacional contra el gobierno de Cuba” –dicen algunos de los papeles desclasificados de la Operación Northwoods-.
(Hasta aquí lo que dice Mr. Bamford en su libro)
EL AVIÓN FANTASMA
Veamos otro proyecto que aparece, literalmente, en los documentos desclasificados del Pentágono:
–Se puede crear un incidente que pruebe a cabalidad que un avión de guerra cubano ha derribado a un avión comercial de pasajeros en ruta de Estados Unidos a Jamaica, Guatemala, Panamá o Venezuela. El destino de la nave sería escogido para que tenga que atravesar el territorio cubano de norte a sur. Los pasajeros pueden ser un grupo de estudiantes universitarios que está de vacaciones o cualquier agrupación de personas con un interés común en contratar un vuelo.
–Un avión de la Base Aérea Englin sería pintado y numerado como una copia exacta de un avión civil registrado que pertenezca a alguna organización privada del área de Miami. En un momento designado, el avión duplicado podría ser sustituido por el avión comercial verdadero y sería abordado por pasajeros escogidos que usen nombres supuestos seleccionados con cuidado. El avión registrado sería convertido, entonces, en un drone –avión no tripulado y manejado a control remoto–.
–Los tiempos de salida del avión no tripulado y del avión real serían coordinados para que puedan encontrarse en un punto del sur de la Florida. Desde el punto de encuentro, el avión que lleva los pasajeros descendería a una altitud mínima (para no ser detectado por los radares) e iría directamente a un campo auxiliar de la Base Aérea Englin, en el que se harían los arreglos necesarios para evacuar a los pasajeros y que el avión regrese a su estado original.
–Mientras tanto, el drone seguiría volando por la ruta establecida para el avión de pasajeros. Cuando esta nave aérea no tripulada estuviese llegando al sur de Cuba transmitiría, por las frecuencias internacionales que recogen las señales de peligro de los aviones (on the international distress frequency), un mensaje de alarma (mayday) de que está siendo atacada por un Mig cubano. La transmisión sería interrumpida al destruirse el avión por una señal de radio a control remoto. El avión caería al mar, al sur de Cuba. Esto permitiría que las estaciones de la ICAO en el Hemisferio Occidental le comuniquen a los controladores aéreos de Estados Unidos lo que le ha sucedido al avión, en vez de que el gobierno de EU tenga que ‘vender’ el incidente. (ICAO: International Civil Aviation Organization –Organización Internacional de Aviación Civil, una agencia de Naciones Unidas–)
EL ATAQUE AÉREO
Sigamos con otro de aquellos curiosos planes trazados por los jefes militares del Diablo:
–Es posible crear un incidente en el que aparezca que un Mig de Cuba destruye un avión de guerra de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos sobre aguas internacionales en un ataque no provocado.
–Aproximadamente cuatro o cinco aviones F-101 serían enviados en formación desde la Base de la Fuerza Aérea de Homestead (a quince millas al sur de Miami) a las proximidades de Cuba. Su misión sería la de hacer ejercicios de defensa aérea al sur de la Florida. Estos aviones harían variaciones de estos vuelos a intervalos frecuentes. Los pilotos serían instruidos para que se mantengan, al menos, a doce millas de las costas de Cuba; sin embargo, se requería que llevasen municiones reales (live ammunition) en caso de alguna acción hostil por parte de los MIGs cubanos.
–Mientras la formación de vuelo esté avanzando hacia el este, un piloto instruido previamente iría al final de la formación a una distancia considerable del avión que tiene enfrente. Cuando esté cerca de la costa cubana, el piloto transmitiría un mensaje falso de que ha sido atacado por un MIG y está siendo derribado. Sería su única llamada. El piloto, entonces, descendería a una altitud mínima y volaría, a la mayor velocidad posible, hacia el oeste y aterrizaría en una pista auxiliar de Englin. El avión sería recibido por personal apropiado, sería guardado y se le daría un nuevo número de registro. El piloto, que haría la misión usando un nombre supuesto, recuperaría su propia identidad y regresaría a su lugar normal de trabajo. El piloto y la nave, entonces… desaparecerían.
–En el momento preciso en que la nave sea, supuestamente, derribada, un submarino, o barco pequeño, dispersaría en la superficie marítima, a unas quince o veinte millas de la costa cubana, partes de un F-101 y un paracaídas y, entonces, desaparecería del lugar. Los pilotos que regresarían, entonces, de este a oeste, a la Base de Homestead, se encontrarían con una historia real de acuerdo a las apariencias, o sea a “lo que habrían visto”. Barcos y aviones de rescate serían enviados para encontrar las partes del F-101.
TERROR EN MIAMI
Prosigue el Diablo:
–Podemos desarrollar una campaña terrorista en el área de Miami, en otras ciudades de la Florida y hasta en Washington, para que se culpe a Cuba comunista. Esta campaña terrorista estaría dirigida contra los cubanos que buscan santuario en este país. Podemos hundir un barco lleno de refugiados cubanos en ruta a la Florida (we could sink a boatload of Cubans enroute to Florida)Podemos atentar contra la vida de algunos refugiados prominentes para que esto tenga amplia publicidad y se culpe al gobierno cubano. Podemos explotar algunas bombas en ciertos lugares seleccionados para que la policía arreste a los “culpables”, a los que se les ocuparía documentos que probarían la complicidad directa de Cuba.
(Hasta aquí algunos planes de los que aparecen en los papeles de la Operación Northwoods, desclasificados en 1997.
DEDUCCIÓN LÓGICA
Ésos y otros fueron los proyectos de aquella infame gavilla de asesinos, dirigida por el general Lyman Lemnitzer, en los meses anteriores a la Crisis de Octubre de 1962. Para suerte de la humanidad, Kennedy se enfrentó a las exigencias de los mismos jefes del Pentágono que habían planeado la Operación Northwoods y reclamaban el bombardeo masivo inmediato de todas las bases militares cubanas, incluyendo las nucleares, con un saldo calculado en 100,000 muertos cubanos y soviéticos, lo que hubiera provocado, como es lógico, un ataque nuclear de Cuba a Estados Unidos y el comienzo de la Tercera Guerra Mundial.
Ha transcurrido 52 años. Lo que fueron sólo planes, serían después hechos reales, así como lo han sido desde el Siglo XIX.
Estoy plenamente convencido que el cohete que impactó el Pentágono aquel 11 de Septiembre del 2001, asesinando a decenas de obreros que estaban trabajando en la remodelación de una de sus naves, y la destrucción de las torres gemelas del Centro de Comercio Mundial en Nueva York, fue efecto de la complicidad directa de la Casa Blanca, la CIA, el Mossad y el Pentágono en toda esa burda mentira sangrienta que conocemos como Once de Septiembre, que ya había sido concebida, en esencia, 39 años antes, en la Operación Northwoods. Ésta tenía como fin la guerra contra el gobierno de Cuba para que el país volviera a ser una neo-colonia yanqui, así como el auto-atentado terrorista al Maine tuvo como objetivo la guerra contra España para quitarle lo que le quedaba de imperio. El 11 de septiembre tuvo como finalidad, además, de mantener bajo la amenaza y el miedo al pueblo estadounidense, política que el Imperio ha seguido desde su nacimiento, hacerle la guerra a Afganistán, Irak, Pakistán, Libia, Siria y Gaza, o sea a los enemigos del sionismo, en la que siguen muriendo sobre todo los niños. Siempre han sido los más débiles las mayores víctimas del Diablo.
UN TRIBUTO A LA VERDAD
Algunos izquierdistas –ellos dicen, con toda seriedad, que lo son– se escandalizaron a mediados de noviembre del 2001 por la conferencia que pronuncié aquí en Miami –Imperio del Terror— en la que hacía la prolífica historia terrorista del gobierno imperial de Estados Unidos y, al final, expresaba mis sospechas de que los atentados del 11 de Septiembre, perpetrados dos meses antes, habían sido ordenados por los jefes del Imperio.
Quien haya leído este artículo de hoy, que está basado no en mi opinión, sino en documentos históricos que nadie ha podido refutar, y conozca un poco la historia del gobierno yanqui, se dará cuenta que el auto-atentado es lo más típico y constante del Imperio y que aquella conferencia, que causó tanta controversia, fue un justo tributo a la verdad ☼
Próximo artículo, viernes 24 de enero: La guerra de la paz (sobre el calentamiento global, Talón de Aquiles del capitalismo, guerra lenta, pero inexorable, que acabará con todas las guerras y le traerá al mundo la paz… de los sepulcros.
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