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Sufrimiento, compasión y compromiso socio-político

Hacia un Nuevo Mundo describe la filosofía y estructura funcional de la organización internacional de acción civil Nuevo Mundo hacia este nuevo protagonismo histórico emergente de la sociedad civil. La Filosofía Política comienza hoy a perfilarse: pero faltan los líderes civiles que sepan afrontar el riesgo de hacer nacer a Nuevo Mundo.

Sufrimiento, compasión y compromiso socio-político

Uno de los fenómenos sociales más importantes es la movilización actual de la sociedad civil a favor de un mundo más justo y solidario. La convicción de que otro mundo mejor es posible se ha extendido por todas partes, y el clamor universal por un Nuevo Mundo solidario, sin pobreza e injusticias, es hoy incesante. El concepto de Nuevo Mundo representa, ya desde el descubrimiento de América, el horizonte utópico de una vida mejor. La apelación a un Nuevo Mundo está hoy omnipresente y a ello hace referencia el título de Hacia un Nuevo Mundo, haciéndose eco de esta aspiración universal.

Este clamor social responde a una nueva sensibilidad ético-utópica emergente en la sociedad civil de nuestro tiempo, en la convergencia y superación tanto de la modernidad como del comunitarismo. Esta sensibilidad conduce a la configuración progresiva de los perfiles de un nuevo proyecto de acción en común para el desarrollo universal solidario y a las estrategias de gestión política que pueden conducir a promoverlo eficazmente. La lógica de la filosofía de la historia confluye hoy en la emergencia de un nuevo protagonismo histórico de la sociedad civil en la gestión eficiente que nos conduzca a un Nuevo Mundo.

Más allá de la obra asistencial de las ONG, la Filosofía Política establece el marco conceptual hacia un nuevo nivel cualitativo del compromiso de la sociedad civil con el Nuevo Mundo. La sociedad civil deberá organizarse eficazmente en un movimiento solidario de alcance internacional, no para sustituir sino para controlar al poder político y forzar el avance real hacia el Nuevo Mundo. Hacia un Nuevo Mundo describe la filosofía y estructura funcional de la organización internacional de acción civil Nuevo Mundo hacia este nuevo protagonismo histórico emergente de la sociedad civil. La Filosofía Política comienza hoy a perfilarse: pero faltan los líderes civiles que sepan afrontar el riesgo de hacer nacer a Nuevo Mundo.

La compasión ante el sufrimiento real

El sufrimiento humano es algo desgarrador. Pesa como una angustia insoportable y una tensión agotadora sobre quien lo sufre. Cuando cae sobre nuestra vida –y en algún momento caerá– tenemos la experiencia real del sufrimiento. Pero cuando observamos el sufrimiento de los demás no es lo mismo. Sabemos que se está sufriendo, pero no llegamos a interiorizar o “hacer nuestro” el sufrimiento de los demás. Si el que sufre está “padeciendo” sólo hacemos nuestra su “pasión” hasta un cierto punto. Sentir en profundidad la com-pasión con el sufrimiento ajeno es sin duda muestra de una noble sensibilidad humana. Pero no todo el mundo la tiene.

Es más: tenemos como un mecanismo de defensa que tiende a velarnos la percepción de que los demás están realmente sufriendo. Buscamos el bienestar y la felicidad individual. Este impulso individual nos hace ignorar el hecho de que gran parte de la humanidad sufre e incluso que personas cercanas a nosotros lo hacen. Tendemos incluso a ignorar que nuestra misma vida está inevitablemente abocada al sufrimiento, de una forma u otra, en uno u otro momento de nuestra existencia. Tendemos a absolutizar nuestro presente feliz, o aunque sea sólo “llevadero”, en nuestra individualidad, porque intuimos que es casi la única forma de vivir y de no volvernos locos. No sería soportable cargar en el presente con todo el sufrimiento de la humanidad y anticipar en él el drama que pesará finalmente sobre nuestras mismas vidas. Además sabemos que está justificado vivir nuestra vida, construyéndola lo mejor que podemos en el presente, y sabemos también que no está en nuestras manos ni resolver el sufrimiento de la humanidad ni evitar ni siquiera la parte de sufrimiento que pesará sobre nosotros.

Se nos impone el carpe diem. Pero un fondo de inquietud y dramatismo ante el sufrimiento, el de la humanidad y el nuestro, pesa inevitablemente sobre nosotros y nos exige un compromiso de lucha. Cuanto mayor es el sentimiento de compasión, con los demás y con el anticipo de nuestra propia vida sufriente, mayor es la exigencia moral de luchar contra el sufrimiento.

Esta conciencia de sufrimiento personal y el sentimiento de compasión universal es el origen de la urgencia moral en el compromiso en la lucha contra el sufrimiento. Admitimos que gran parte del sufrimiento es inevitable. Pero sabemos que otra gran parte es evitable. Por ello, la acción humana se ha comprometido por el trabajo en dominar el mundo: construir una casa, sembrar los campos, hallar remedios contra la enfermedad o construir artefactos que hagan la vida más fácil. Pero los grupos humanos han creado también sociedades que han pretendido organizar esta lucha de todos contra el sufrimiento evitable. Los movimientos socio-políticos que llenan la historia han propuesto proyectos de acción en común para una vida mejor. La oferta de asociaciones comunitarias, filosóficas, religiosas, ideológicas o políticas, compite en un inmenso mercado de proyectos de lucha contra el sufrimiento.

¿Dónde nos hallamos hoy en la lucha contra el sufrimiento? Sin duda, la humanidad ha alcanzado con su esfuerzo cotas importantes que han hecho posible una vida mejor para muchos en los países desarrollados. Aunque la felicidad es siempre algo muy subjetivo que puede alcanzarse incluso en la pobreza y en el sufrimiento, sin embargo, si lo juzgamos objetivamente, la felicidad parece depender de un conjunto de variables externas (pobreza, enfermedad, ausencia de conflicto interhumano, injusticia, etc.). La población de Estados Unidos o Europa vivía hace años en un contexto de mucha mayor pobreza y desamparo social frente a la enfermedad y el sufrimiento que en la actualidad. En los países desarrollados, los ricos o primer mundo, muchos viven mejor que hace cien años. Esto es un hecho. Sin duda se ha combatido el sufrimiento. Pero este hecho incuestionable, que no se pone en duda, no debe hacernos olvidar las dimensiones universales que sigue teniendo hoy el sufrimiento humano.

La angustia no se produce por cuanto ya ha sido alcanzado, y se ha hecho bien, sino por el inmenso sufrimiento que todavía existe y que clama al cielo pidiendo una solución urgente y pragmática. La geografía del sufrimiento no solo es todavía inmensa, sino que crece continuamente. La proporción entre quienes viven bien y los pobres crece continuamente a favor de los que sufren. Al contemplar la inmensidad del sufrimiento desde un sentimiento sincero y profundo de com-pasión se suscita una inevitable necesidad moral de hacer “lo que se pueda”, con urgencia y pragmatismo, por eliminar el sufrimiento evitable. Es la compasión sentida la que exige solucionar con urgencia y pragmatismo, por ejemplo, el sufrimiento actual, en este mismísimo momento, de millones y millones de madres con el corazón angustiado hasta la muerte por la tristeza de ver a sus hijos sin alimento abocados a la guerra o a ser devorados por la jungla caótica de la sociedad; o, igualmente, el sufrimiento actual de millones y millones de niños abandonados, dejados a su suerte, que acabarán en la marginación social, en la delincuencia o en la muerte prematura.

La geografía del sufrimiento evitable

Gran parte del sufrimiento que abruma a los seres humanos no es evitable, ni por las acciones individuales ni por la acción conjunta de la sociedad. No es evitable que debamos morir o sufrir enfermedades; no es evitable la escasez de recursos que nos limita en nuestras aspiraciones y nos obliga a repartir lo que hay; no es evitable el conflicto que se produce por multitud de causas afectivas y psicológicas entre los seres humanos. Sin embargo, muchos sufrimientos sí son evitables, al menos en parte, si como individuos y como sociedad sabemos tomar las medidas adecuadas para combatirlos. Así, podemos decir que, en parte, la pobreza, la injusticia, el desamparo, el hambre, la enfermedad, las guerras, los enfrentamientos y conflictos interhumanos, etc., serían evitables, si acertáramos en tomar las medidas adecuadas, tanto en el comportamiento individual como en las actuaciones de la sociedad nacional e internacional. Podemos decir que esta geografía del sufrimiento evitable se manifiesta en cuatro dimensiones.

La primera dimensión es el subdesarrollo en países del segundo y del tercer mundo. Es la mayor parte de la humanidad. Así como los ricos tienen natalidad reducida, los pobres, en cambio, crecen sin control. Son países desorganizados donde el individuo se ve abandonado y desamparado dramáticamente: falta de trabajo, pobreza endémica, recursos escasos, desamparo social y sanitario, injusticia, delincuencia, desesperación, emigración… El mundo de los desamparados crece proporcionalmente haciéndose más y más dominante, aunque al mismo tiempo sectores de la población mundial desarrollada aumenten continuamente su riqueza.

La segunda dimensión es la indigencia de un sector importante de la población en los países desarrollados, en el primer mundo, y también en el segundo. El hecho es que gran parte de la población del primer y segundo mundo han accedido al disfrute de medios antes insospechados, pero en realidad viven en gran indigencia y con angustia por la supervivencia: temor ante la pérdida del trabajo, la injusticia, la insuficiencia de los recursos, las necesidades personales y familiares, el duro trabajo, la pobreza, la vivienda… Esta indigencia se ve de forma extrema en la enorme masa de inmigrantes, provenientes del tercer mundo, que dentro del primer o segundo mundo viven en condiciones extremas de sufrimiento, como ciudadanos de tercera sometidos con frecuencia a continua humillación, explotación e incertidumbre sobre el futuro.

La tercera dimensión es la violencia que se ha convertido también en una de las causas más hirientes de sufrimiento. Las guerras producidas en el pasado (pensemos sólo en el siglo XX) causaron una inmensa cantidad de sufrimiento. Terminada la segunda guerra mundial siguieron por aquí y por allá una serie interminable de conflictos violentos en diversas partes del mundo. Pero no es sólo esto: es la continua violencia presente dentro de muchísimos países (pensemos en la violencia institucional obrada por muchas dictaduras o en los movimientos represivos y terroristas). Sin embargo, la delincuencia y la agresividad en países del tercer mundo, del segundo y del primero, se ha convertido en un factor relevante de sufrimiento que, en algunos países, da lugar a cientos de asesinatos en un solo día, sumiendo al conjunto de la población a una psicosis de angustia y de incertidumbre interminable.

La cuarta dimensión es el conflicto interpersonal que se produce entre los individuos y se convierte en una fuente continua de sufrimiento. En la vida ordinaria la actitud y las acciones de unos sobre otros, el conflicto desencadenado sólo por nuestras decisiones individuales y por la forma de actuar sobre los demás, hiere profundamente, humilla, muestra el desamor continuo y una cruel insolidaridad. Somos nosotros mismos la fuente de sufrimiento que pesa dramáticamente sobre los demás. Muchos de estos sufrimientos serían evitables, si estuviéramos preparados para ello.

Cómo luchar contra el sufrimiento evitable

La verdad es que está en nuestras manos conseguir que todos los países entren en el desarrollo, de acuerdo con sus propias culturas, tradiciones e historia. Países mejor organizados eliminarían una parte sustancial del dramático sufrimiento hoy existente (primera dimensión). A su vez, los países desarrollados tienen los medios para amparar el sufrimiento de esos sectores de la población marginados, sometidos a situaciones extremas de angustia y desamparo (segunda dimensión). Las guerras podrían también evitarse si la humanidad consiguiera eliminar la tensión nacional e internacional. Igualmente la violencia que se genera en la pobreza, en el abandono y en la marginación de los pobres (tercera dimensión). Por último, el sufrimiento que nos infligimos unos a otros podría también eliminarse en parte si los individuos aprendieran a obrar de una forma distinta (cuarta dimensión).

Ahora bien, ¿cómo podría llegarse a eliminar el sufrimiento evitable, es decir, el producido por la incorrección de nuestras acciones individuales y colectivas? La respuesta está ya dada desde hace muchos tiempo por muchos autores, escuelas de pensamiento y, además, es intuida por la mayor parte de las personas. No vamos a descubrir ahora una solución nueva y sorprendente. Las vías de solución parecen obvias.

La primera vía debería ser la colaboración internacional para el desarrollo de los más pobres. Esto supondría disponer de vías de financiación del gasto para el desarrollo mundial que debiera universalizar el trabajo, la sanidad, la protección social, la educación, etc. La segunda vía debería responder a la política interna de los países desarrollados para combatir las importantes bolsas de marginación de sus ciudadanos. Ello supondría la financiación del necesario gasto social interno. La tercera vía sería el establecimiento consecuente de un nuevo orden de relación entre los países que evitara las guerras, estableciera la paz y, a través del desarrollo, fuera suprimiendo también las causas de la violencia surgida de la marginación, tanto en el tercer mundo como en el primero o segundo. La cuarta vía sería la educación que acompañaría al desarrollo y al amparo social de la población en los países desarrollados. Una educación bien enfocada debería contribuir a eliminar en parte y a humanizar las relaciones entre los seres humanos.

La urgencia pragmática del compromiso socio-político

Pero, si sentimos sinceramente compasión con el inmenso sufrimiento actual de la humanidad y nos vemos impulsados por nuestra conciencia moral a dar una respuesta inmediata, urgente y pragmática (puesto que el sufrimiento actual, en el momento presente, es terrible y no admite demoras), ¿qué es entonces lo que se puede hacer? En Hacia un Nuevo Mundo he argumentado que, frente a una sociedad política que sigue las pautas de hace siglos, sin resolver los problemas, comienza a configurarse hoy en día la emergencia de un nuevo protagonismo histórico que podría resultar decisivo en la lucha contra el sufrimiento: la sociedad civil. Si la sociedad civil se organizara en una dimensión internacional, al margen de los partidos políticos, podría constituirse en una fuerza de presión que forzara la reconducción de las políticas nacionales e internacionales hacia una lucha final contra el sufrimiento humano. En HNM hemos argumentado ampliamente cómo debería diseñarse y organizarse este movimiento de acción civil, que hemos denominado precisamente Nuevo Mundo, para que realmente pudiera surgir y alcanzar sus objetivos. Estas ideas son las que, en último término iremos comentando en este blog.

Desde el momento en que entendemos que Nuevo Mundo sería posible (es decir, sería posible emprender su organización), no hacerlo (renunciando a la vía posible para luchar con urgencia y pragmatismo contra el sufrimiento humano) equivaldría a no responder rectamente a la propia conciencia moral que nos urge al compromiso contra el sufrimiento humano. Esta fuerza moral, apoyada en un proyecto teórico bien diseñado, debería hacer surgir los líderes civiles que podrían iniciar uno de los movimientos de acción civil que, si triunfara, tendría consecuencias transcendentales para la historia de la humanidad.

 

http://www.tendencias21.net/nuevomundo/Sufrimiento-compasion-y-compromiso-socio-politico_a9.html

¿Hay signos naturales de la existencia de Dios?

La tesis de C. Stephen Evans: un matiz en la teología natural clásica

 

C. Stephen Evans, filósofo y escritor norteamericano, profesor de la Universidad de Yale, publicó hace unos años un libro que lleva por título “Natural Signs and Knowledge of God. A New Look at Theistic Arguments”, en el que desarrolla su tesis fundamental: “Si hay un Dios como el aceptado por los cristianos, judíos y musulmanes, es verosímil un conocimiento natural de Dios, que será accesible a todos los seres humanos y, a la vez, fácil de refutar”. Por Pedro Rubal Pardeiro.

¿Hay signos naturales de la existencia de Dios?

 El filósofo y escritor norteamericano C. Stephen Evansdistingue entre argumentos y signos naturales de la existencia de Dios. Considera que los signos son accesibles a todos intuitivamente y, por ello, más importantes que los argumentos.

La reciente obra de Evans se mueve en el marco de la filosofía sobre Dios clásica o habitual en los autores teístas de este siglo, tanto en el mundo católico como protestante. Sin embargo, la obra de Evans tiene un matiz reseñable: interpreta los signos (y también los argumentos) no como evidentes, y necesariamente aceptables por todos, sino que reconoce que podrían ser refutables, o no tenidos en cuenta, por quienes dan una visión del mundo alternativa a la teísta.

Su libro Natural Signs and Knowledge of God. A New Look at Theistic Arguments (Oxford University Press, 2010) [1] consta de un prólogo y seis capítulos, con la correspondiente bibliografía y notas a pié de página. Al terminar de leerlo (no conozco traducción al español), pensé que podía aprovechar algunas ideas para preparar esta colaboración en Tendencias21 de las Religiones.

Pero no sólo para ofrecer a los lectores interesados una breve información de su contenido, sino también porque la aportación del autor tal vez sea provechosa en la deliberación humana para optar por el teísmo o el ateísmo, dado el estado de incertidumbre en que nos sume la ciencia y la misma metafísica.
Así que empezaré con una Introducción, en la que apunto unas ideas generales, para continuar con otros puntos cuyo contenido anticipo: 1) El concepto de signo natural,  2) Los argumentos cosmológicos: el asombro cósmico, 3) Los argumentos teleológicos: el orden beneficioso, 4) Los  argumentos morales: sus signos naturales. Finalmente sacaremos unas Conclusiones, apropiadas a nuestra exposición.

Introducción: el valor matizado de los argumentos teistas

Como pueden comprobar, se habla de “argumentos”, los tradicionales sobre la existencia de Dios, pese a queno son pruebas concluyentes, según afirma el mismo autor. Pero es necesario acudir a ellos para extraer los signos naturales sobre los que están construidos. Es que los signos tienen fuerza probatoria por sí mismos, como iremos viendo, y esto no lo ponen en duda muchos de los críticos de estos argumentos teistas.

Considero importante detenerme un poco en los dos principios que establece Evans ya en el Prólogo, porque su aplicación adecuada hace posible que la persona humana pueda hacer uso de la opción que considere más apropiada en su caso, por el teísmo o el ateísmo, puesto que el conocimiento natural de Dios es a la vez accesible y fácil de refutar [2].

No obstante, subyace en toda la obra la creencia de que existen fuertes razones para optar por el teísmo. Estos dos aspectos, accesibilidad y refutabilidad están formulados por Evans en dos principios. La accesibilidad está expresada en el Principio de amplia Accesibilidad (“Wide Accessibility Principle”), y la refutabilidad en elPrincipio de Fácil Resistibilidad  (“Easy Resistibility Principle”).

El problema que presenta la Teología Natural no incluye sólo los argumentos de la existencia de Dios, sino también justificar sus atributos. Sin embargo, Evans se centra únicamente en los de la existencia, que para él son indicadores, no pruebas. Por eso no concluyen cuando se quiere utilizarlos como prueba [3]. Los argumentos deben ser vistos, por tanto, como meras articulaciones racionales de los signos naturales.

Después de una exposición crítica de Hume y Kant, en relación a los argumentos teleológicos, con alusión al diseño inteligente, Evans razona que las evidencias de Dios no pueden ser indiscutibles, porque entonces la posible resistencia quedaría comprometida. No obstante, resalta que el aparente diseño experimentado en la naturaleza tiene fuerza natural. Aquí Evans se propone mantener la plausibilidad de los argumentos, si se ven como enraizados en signos naturales, porque éstos no tienen su fuerza agotada, puesto que poseen un poder fuera de los argumentos, incluso para aquellos que no los consideran probatorios.

Concepto de signo natural

Es el contenido del capítulo 2. Afirma que algunos signos apuntan a la realidad de Dios y que estos signos naturales están situados en el corazón de los argumentos que tradicionalmente han sido dados para la existencia de Dios [4]. Por tanto, una cosa son los signos y otra los argumentos. Lo que entiende el autor por “signo natural” tiene historia. Tomó el término de Tomás Reid, quien se supone que, a su vez, incorporó el significado de Berkeley, que lo utiliza en “New Theory of Visión” para explicar la percepción de lo distante de la vista. No es extraño, por tanto, que Zubiri haya escrito que “todo modo de aprehensión de lo real, aunque no sea ni visual ni visualizable, es verdadera intelección, y lo aprehendido en ella tiene su propia inteligibilidad” [5]. Ya Berkeley había distinguido, en efecto, entre signo natural y artificial.

Sin embargo, Evans afirma que hay significantes diferencias entre su proyecto y la filosofía de Reid: este hace uso del término aplicado solo al conocimiento perceptual, pero no en filosofía de la religión, donde defiende los argumentos teísticos. Dejemos, pues, a Reid como mero inspirador de Evans, que refiere la percepción a una visión realista directa, mientras que nuestro autor la refiere más bien a la imagen mental de los objetos o cosas.

Para Reid las sensaciones no son objetos primarios del conocimiento perceptivo, sino que son previos “signos naturales”, que hacen posible el conocimiento perceptual. Son medios por los que percibimos los objetos reales. Pero tenemos aquí que dejar a nuestro autor con los análisis de Reid. No podemos detenernos. Lo importante para nosotros es saber qué concepto de signo natural va a utilizar para establecer sus argumentos.

Según él mismo afirma, lo fundamental aquí es la idea de un signo como algo que trae un objeto a nuestro conocimiento y produce una creencia en la realidad de este objeto. Por tanto, signo natural de Dios vendría a ser un medio mediante el cual una persona llega a saber de Dios, a tener conciencia de Él (becames aware of God). El signo natural teísta une hacia arriba (up-stream) a lo que el signo significa, y hacia abajo (down-stream) a una concepción de lo que es significado como una creencia en la realidad de lo significado. Dicho de otro modo: el signo natural para Dios debe ser algo conectado con Dios y con la humana disposición a concebirlo y creer en su realidad.

Entra así dentro del ámbito epistemológico considerar que una creencia en Dios puede ser “propiamente básica”, correcta, racional, razonable y propia para creer en Dios sin un argumento evidenciante en absoluto, como piensa Alvin Platinga. Pero aquí, según el autor, la evidencia va referida a la proposición, y no se puede prescindir de otras formas de evidencia no proposicional, pues los contenidos subjetivos de experiencias no-conceptuales no tienen carácter proposicional y sirven, no obstante, como evidencias en el sentido de ser premisas en los argumentos. Y esto no impide que algunos filósofos rechacen las evidencias no proposicionales.

Evans estudia minuciosamente toda esta problemática epistemológica, entrando en diálogo con otros estudiosos; pero lo esencial para nosotros es saber hasta que punto los signos naturales que apuntan a Dios constituyen evidencias proposicionales para la realidad de Dios. No queda excluida esta posibilidad. Sin embargo, en la epistemología de Reid, en la que, como vimos, se inspira Evans, los signos naturales hacen posible un conocimiento básico que no es necesariamente producto de una inferencia racional o un argumento, introduciendo así una evidencia no proposicional (que está lloviendo, por ejemplo).

Tampoco deja fuera de su análisis nuestro autor que los seres humanos estamos “programados” para creer en Dios (recuerden la dimensión teologal, en Zubiri), algo que aborda la misma ciencia cognitiva actual, y lo compara un poco con el sensus divinitatis, de Plantinga, ya que si existe un Dios tal y como lo conceptúa el creyente religioso, habrá una tendencia natural a creer en él, y esto no sería nada extraño si fundamos la creencia de Dios en signos naturales. Estos signos naturales, aun sin construir argumentos, habrían sido accesibles ya al hombre primitivo y esto habría ido construyendo una tendencia ancestral hacia lo religioso, como hoy parece haberse constatado en neurología (neuroteología).

Pienso que la extensa exposición de Evans, informando de las cuestiones epistemológicas de los signos naturales es fundamental, aunque no sea suficiente, para valorar el alcance de lo que viene a continuación expuesto por el autor en lo que sigue.

 

Argumentos cosmológicos: el asombro cósmico

Hace Evans en este lugar un sencillo bosquejo de los argumentos cosmológicos, con el fin de ir aislando y mostrando la plausibilidad del correspondiente signo natural, que “yace” en el núcleo de  los mismos. Recuerda las diversas formas y repara en aquello que tienen en común. Los agrupa en los que corresponden a una particularidad, de la que parten, o al todo.

Aborda a Santo Tomás y a Leibniz, y se detiene en los argumentos causales y de razón, temporales y no temporales; también se ocupa de los inductivos y deductivos. Daré solo una brevísima información general, porque los supongo conocidos de los lectores de esta sección deTendencias21, y por razones de espacio.

Por supuesto, hace una referencia a las Cinco Vías de Santo Tomás, del que dice que no empieza con la existencia  del universo, sino con afirmaciones tales como las siguientes: “Es cierto, y evidente, para nuestros sentidos, que en el mundo algunas cosas están en movimiento”, “encontramos en la naturaleza cosas que son posibles de ser y no ser”, y hace un análisis de la estructura de sus argumentos.  Explica el principio de razón suficiente de Leibniz, con base en que debe haber una razón suficiente para todo lo que existe, porque todo lo que conocemos en la naturaleza es contingente, y exige una razón que explique su existencia. Aquí Zubiri diría que todo es contingente, menos la existencia de la contingencia que se presenta como necesaria. Mientras los argumentos de Leibniz parten del todo, los de Santo Tomás lo hacen de la parte, resalta Evans.

Los argumentos causales son de “primera causa” (first-cause), que dan razón de Dios como la causa originaria del universo, mientras los de razón (explicación) dan razón de Dios como recurso a una explicación última de los objetos contingentes en el universo considerado un todo. Insiste Evans, afirmando que “nosotros creemos que los eventos tienen causas precisamente porque creemos que ellos tienen explicaciones, y dar la causa de un evento es dar un tipo de explicación que se considera apropiada para los eventos en el mundo natural” [6].

Aborda, en el marco de lo afirmado como temporal o no temporal del universo, tanto su comienzo en el tiempo como su infinita vejez. La causa del comienzo de todo existir es, evidentemente, anterior a éste. El argumento que se funda en este elemental aserto parece que se llama Kalam, cuya denominación procede de los filósofos arábigos. Estos argumentos, según afirma Evans, los temporales y no temporales, tienen diferente fortaleza y debilidad: un argumento temporal requiere una forma débil de una causa principal. William Lane Craig, citado por el autor en este lugar, defiende la aseveración de que el universo tuvo un principio, en  estos dos supuestos:

1º.- Series infinitas actuales, como opuestas a series potencialmente infinitas, es imposible; pero el universo infinitamente viejo necesita la existencia de tales series infinitas.

2º.- Hay fundamentos empíricos, tales como la postulación de un “Big Bang” de la cosmología actual, para creer que el universo tuvo un comienzo.

Sin embargo, en cualquiera de los casos, y cualquiera que sea la vejez del universo, no se puede eludir una explicación, aún en la hipótesis de que siempre haya existido.

Restan los argumentos deductivos y los inductivos, sobre los cuales nos quedamos con las siguientes afirmaciones del autor: en los deductivos, las premisas vinculan a la conclusión, y si ellas son verdaderas también lo es ésta. Pero debe evitarse la equivocación de igualar la noción de argumento deductivo a favor de la existencia de Dios con la noción de prueba, puesto que un argumento no calificado como prueba puede tener aún gran valor epistémico [7]. Y Swinburne rechaza el argumento deductivo porque “parece coherente suponer que existe un universo físico complejo pero no Dios” [8]. ¿Implica esto que pueda ser una deducción no válida ir desde la existencia de tal universo a deducir la existencia de Dios? No parece correcta la implicación, puesto que un universo tan complejo, que ya tenemos, está exigiendo la explicación de su existencia, y ésta podría no necesitar a Dios.

Se pregunta el autor por qué los argumentos son inconcluyentes, universalmente, y se contesta que siempre pueden incluir algún elemento que sea rechazable, y no se trata aquí de que sean más convincentes para unas personas que para otras; es que fallan como pruebas conclusivas. Todos parten de premisas que parecen menos ciertas. Pongamos un ejemplo de Aquino: Que las cosas que se mueven necesitan una causa fuera de ellas mismas, pudiera ser un hecho bruto, y ante esta posibilidad hay que pensar que pudiera ser también hecho bruto que ciertas cosas cambien en el modo que ellas lo hacen.

La afirmación de Swinburne de que si el argumento aumenta la probabilidad de que Dios existe, pero sin explicar exactamente cuánto aumenta esa probabilidad, no es fácil determinar que sea más probable la existencia de Dios o su no existencia. Sin embargo, si pensamos que el argumento se apoya en un signo natural, teniendo en cuenta los Principios de Accesibilidad y Resistencia, aludidos más arriba, algo como la conclusión de Swinburne es exactamente lo que se espera en este contexto epistemológico.

Evans, después de todo esto, pasa a exponer algo sumamente interesante; yo diría que es lo fundamental en relación a su tesis. Como dejamos dicho, en el fondo de todos los argumentos, y los cosmológicos no son excepción, subyace una cierta experiencia del mundo o de los objetos en el mundo, en la que son percibidos como misteriosos o enigmáticos (as mysterious  or puzzling), lo que induce a pedir alguna explicación.

Es lo que llama asombro cósmico,  porque la complejidad del universo, y su misterio, la podemos percibir todos los humanos, más o menos, y cuando intentamos explicarlo nos encontramos con un enigma, con un universo sorprendente, y luego nos vamos haciendo con las características de ese universo como fundamento de la percepción, que es inmediata y primaria.

En esta situación, los argumentos cosmológicos vienen a ser intentos reflexivos de escoger (to pick out) esas características, que requieren una explicación. Para Aquino, una de esas características es que los objetos en el universo cambian o están en movimiento (Primera Vía), o son contingentes (Tercera Vía). El planteamiento de que el universo tiene un principio inspira relatos acerca de su origen.

En todo caso, para el autor lo esencial está implícito en ese “asombro cósmico”, porque el mundo es contingente y tiene que haber otra manera de existir, una realidad con un asidero más profundo y firme en la existencia que las cosas de nuestro alrededor. Y esto, en cuanto signo natural, debe conducir a la concepción de la cosa de la que es signo y, consiguientemente, a la creencia en la realidad de esa cosa [9].

Considerado el “asombro cósmico” un signo natural que lleva a Dios, viene a ser como una carta de llamada (calling card), que refleja el trabajo creativo del propio Dios. Y reparemos en que este signo no produce sólo la creencia en Dios, sino que hace esto porque Dios creó un universo contingente y dio a los humanos un  sentido natural para el asombro en su encuentro con ese universo. En cuanto tal signo que lleva a Dios, este asombro puede parecer vago y poco poderoso, y justamente por eso puede ser algo rechazado, también, aplicando el Principio de Fácil Resistibilidad. Filosóficamente, en todo caso, no se debe prescindir de nuestra experiencia del “asombro cósmico” como algo insignificante. Ya Aristóteles nos dejó dicho que la Filosofía empezaba por ahí, por la admiración.

Por supuesto, el autor parte siempre de que los signos naturales teístas no son irresistibles, son sujetos a modificación e, incluso, supresión, a la luz  de otras experiencias y otras creencias; pero si uno acepta la afirmación de que el universo físico tuvo un principio, y hay buenas razones empíricas para pensar esto así, entonces los argumentos temporales, como los de Craig, son interesantes.

Parece que hay filósofos que consideran que la pregunta acerca de “por qué hay algo y no más bien nada” es lo más profundo que puede ser preguntado, que podría ser inspirada por el mismo asombro cósmico, porque éste se ve como ocupando el fondo puro de que algo debe existir. Sin embargo, si esto fuese así, como afirman algunos críticos, cabe pensar que la existencia de Dios no tiene poder para resolver la cuestión, ya que Dios es un ser, es decir, una cosa más que debe ser explicada; pero Evans sale al paso de esta crítica arguyendo que el “ser” de Dios es “necesario”, y por eso su existencia no es sorprendente o misteriosa, del mismo modo que lo es lo finito. Y si Dios fuese esa Realidad Absolutamente Absoluta, de Zubiri, la crítica ya no podría plantearse, o, por lo menos, en estos términos. En definitiva, Dios existe precisamente porque su existencia es necesaria: en términos clásicos, su esencia conlleva su existencia.

Para este profesor el asombro cósmico es lo que motiva los argumentos cosmológicos y es la misma evidencia de que nuestra experiencia del universo natural como contingente, que es lo que conduce a las personas en la dirección de Dios, lleva a la opción teísta. Paul Williams, especializado en la filosofía budista, escribe Evans que, después de 20 años practicando Budismo, convertido al catolicismo, tiene una abertura exploratoria (an exploratory gap), por la que salió al encuentro de la pregunta “por qué hay algo más bien que nada”, y lo que encuentra es la existencia de un ser necesario, y compara la pregunta con lo que el Zen Budista llama kôan.

Omito en este lugar las referencias al teólogo Federico Schleiermachen, a J.C. Smart, que refuta el argumento cosmológico en su obra “Our Place in the Universe” y a Albert Camus.

 

C. Stephen Evans. Fuente: Universidad de Baylor.

C. Stephen Evans. Fuente: Universidad de Baylor.

Argumentos teleológicos: orden beneficioso

Corresponde al capítulo 4 de la obra que comento, y en él, su autor, aborda lo relativo al signo natural teísta, que, como sabemos, está en el núcleo de los argumentos denominados “teleológicos” o del “diseño”. La información que suministran estos argumentos, en opinión del autor, es más grande que la del asombro cósmico.

La Quinta Vía de Santo Tomás se incluye aquí: vemos cosas que carecen de conocimiento y actúan por un fin, obteniendo así el mejor resultado. Pero lo que carece de conocimiento no puede moverse por sí mismo hacia un fin, al menos que sea dirigido por un ser dotado de conocimiento. Este ser es Dios, que conduce todas las cosas a su fin. Aquino aquí no empieza tampoco por el universo, sino por objetos particulares en el mundo, insiste Evans.

El mundo natural nos ofrece un diseño ordenado, que viene a ser lo que hace posible un buen resultado. Estamos, pues, en presencia de un orden beneficioso. En el libro, este argumento está reducido al siguiente silogismo, para facilitar su análisis epistemológico:

1.-Hay muchos ejemplos de un orden beneficioso en la naturaleza.

2.-El orden beneficioso es el resultado de un diseñador inteligente.

3.-El mundo natural es (al menos parcialmente) el resultado de un  diseñador inteligente. La premisa (2) es atacada, y el autor la sustituyó por ésta:

4.- El designio es el resultado de un  propósito inteligente. Pero también se ataca la premisa (1), porque… ¿cómo sabemos que los ejemplos de orden beneficioso, que observamos en la naturaleza, son genuinos ejemplos de diseño?

Sin embargo, la segunda premisa puede ser protegida apelando a la experiencia de entidades análogas que manifiestan un orden beneficioso y que sabemos que es fruto del trabajo de un diseñador, o diseñadores, inteligente. La analogía está trabada entre los objetos de la naturaleza y los artefactos humanos. Es el caso del reloj de Paley.

Nos trae aquí el autor las críticas de Hume y Kant, de las que nos permitimos prescindir de su extensión y, además, porque suelen ser bastante bien conocidas por los teólogos y filósofos. Sin embargo, por el enfoque dirigido a la tesis del autor, marcan un cierto matiz.

Hume afirma algo que es relevante: que la analogía entre el universo y los artefactos es débil, y hace que una inferencia de que la causa del universo es semejante a la causa de los artefactos no es fiable [11]. Pero Evans matiza que este argumento no se apoya en la analogía entre el universo como un todo y los artefactos humanos, sino en la afirmación de que el orden observado en la naturaleza como beneficial es él mismo la inmediata evidencia de un diseño.

De tres opciones que se presentan para el proponente del diseño, la tercera es presentada como más fuerte: aceptar el darwinismo como la mejor explicación científica del desarrollo del orden beneficial, mas arguyendo que esta explicación es aún incompleta, y alegando que Dios escogió el proceso evolutivo para realizar los fines que se propuso, aunque la crítica al argumento contestaría que carecemos de evidencias de que eso fuese así.

Trae a la reflexión también Evans el famoso “argumento del ajuste fino” (fine-tuning).  Lo anuncia así: el orden del universo natural – sus leyes – es un hecho bruto, y si estas leyes y las constantes físicas que gobiernan el universo no fuesen así no habría sistemas de vida. He aquí el conocido Principio Antrópico: el universo parece apuntar al desarrollo de los humanos. Así este principio parece compatible con el argumento del diseño. Sin embargo, el no-creyente puede argüir que no estamos en presencia de ninguna sorpresa, pues el universo debe tener las características adecuadas para que nosotros estemos aquí y lo conozcamos.

Se pregunta, implícitamente, Evans si todo esto es suficiente para calmar nuestro sentido del misterio y la sorpresa de que el universo está finamente ajustado para la vida. Y afirma que si se trata de un signo natural teísta, la cosa cambia, porque éste debe ser algo accesible, algo que los humanos han observado a través de las culturas y de los tiempos, no sólo el resultado de un mero descubrimiento científico.

Toma presencia también el problema del mal, en el que el no-creyente puede apoyarse. El autor reconoce que la existencia del mal y del sufrimiento  proporciona evidencia contra la creencia en Dios y puede superar una evidencia positiva obtenida mediante signos naturales. Sin embargo, dice que esta posibilidad por sí misma no muestra que no haya signos naturales que conduzcan a la realidad de Dios [12].

Conviene señalar la importancia de que haya una disposición natural a hacerse consciente de esta realidad y a formar una creencia sobre ella, como funciones esenciales del signo natural teísta, añadiendo que si Dios no existe no puede haber una relación causal entre un Dios que no existe y el sufrimiento, ni tiene ningún sentido pensar y afirmar que  éste produce  no-creencia.

Después de todos estos razonamientos, y muchos otros que no podemos traer a este trabajo, incluidas, de nuevo aquí, las críticas de Kant y Hume a los argumentos, no al asombro, con el que reconocen bien relacionada la creencia, y que por extenso vienen un poco más adelante, Evans se pregunta por qué tenemos que pensar que el orden beneficioso es, de hecho, un signo natural de Dios, y contesta que “quizá el argumento más fuerte que puede ser dado para esto es simplemente la apelación a la misma experiencia.

No es un accidente que la gente a menudo tenga un encuentro con el mundo natural que sea en algún modo “espiritual” y que estas experiencias del mundo natural frecuentemente parezcan producir, de manera perfectamente espontánea, una creencia de que alguna clase de propósito inteligente se halla más allá de la belleza y el orden que nosotros encontramos en la naturaleza” [13]. Y este orden benéfico tiene todas las características de un signo natural: Es accesible y, a la vez, resistible.

Por esto, no tiene que ser justamente el caso de un creyente religioso, sino también de un no-creyente. Precisamente en la cultura occidental contemporánea estas experiencias suelen tener cierta relevancia, con unas perspectivas penetrantes, aunque muchos intelectuales se libren de esa actitud y resistan, por más que sientan el impulso del signo con cierta evidencia. Trae aquí Evans el testimonio de Lewis Thomas, un distinguido físico que escribe movido por las ciencias y muchas otras cosas, y dice que no puede hacer la paz con la doctrina de la casualidad [14]. No puede este físico dejar de sentir que el mundo natural, lleno de organismos, que parecen perfectamente diseñados y unidos unos con otros en intrincados y maravillosos modos, no es nada accidental. Decir que tal mundo es el resultado de unas casualidades le parece absurdo, y aún no puede considerar de modo serio la clase de mundo religioso visto desde su experiencia.

Argumentos morales: sus signos naturales 

Divide Evans los argumentos morales en teóricos y prácticos. Los primeros, los teóricos, empiezan con una clase de hechos reputados, tales como afirmar que los humanos están moralmente obligados a actuar de cierto modo, lo que requiere una explicación que suministra Dios. Los prácticos tienen una estructura lógica diferente, como los de Kant, quien afirma que un agente moral racional apunta al “bien supremo”, un fin que estamos obligados a buscar practicando el deber en cuanto deber.

Los argumentos morales fueron defendidos por pensadores como el cardenal Newman, Hastings  Rashdall, A. E. Taylor, Austin, etc. El autor señala la obra “Mere Christianity”, muy popularizada y distribuida durante la Segunda Guerra Mundial y hace un interesante comentario de la novela de Dostoevsky, “Los Hermanos Karamanzov”. Explicita el argumento moral, dándole forma silogística, así:

1º.- Si hay deberes morales objetivamente obligatorios, entonces Dios existe.

2º.- Hay objetivamente deberes morales obligatorios.

3º.- (Probablemente) Dios existe.

Se pueden discutir las premisas; pero Evans no defiende el argumento moral, sino que, como en otros casos, lo único que pretende es hallar en él un signo natural teísta, que en estos argumentos considera de especial fortaleza. Se plantea si hay objetivamente acciones morales obligatorias, puesto que si no hay deberes morales obligatorios el silogismo falla. Cita a Nieztsche como un ejemplo de los filósofos que rechazan la premisa 2. Insiste en que nuestra experiencia moral nos sugiere que algunos actos están mal y otros realmente bien, y que, aunque esta experiencia está lejos de ser una prueba y que haya deberes objetivos pueda ser objeto de discusión, lo que está  claro es que se trata de una creencia muy razonable.

Los críticos pueden dudar de que esa afirmación de los deberes morales requiera a Dios como su fundamento, y lo pueden hacer de dos maneras: manteniendo que los deberes morales no requieren en absoluto ningún fundamento o aceptando que sí, requieren un fundamento que los explique, sin que sea necesariamente Dios.

Ciertamente los defensores no lo tienen fácil, porque deben empezar por defender que los deberes morales demandan alguna clase de explicación, y  se encuentran también con que las explicaciones no-teístas propuestas son inadecuadas, y, como son innumerables, la tarea es ardua. Analiza las tres posibilidades de explicación natural de los deberes morales: demostrar como los deberes naturales vinculados al ser humano pueden explicarse por la biología y la psicología, por un acuerdo social o contrato entre personas humanas y la estrategia kantiana como una clase de demanda que los humanos, como seres racionales, se hacen a sí mismos.

Por supuesto, no podemos seguir la extensa e interesante exposición. Y tampoco las teorías de la propia (auto)legislación, que, como es sabido, es la perspectiva de Kant, conocida, pero seguramente no tanto por el matiz que reciben en este trabajo de Evans. Cabe recordar la interesante aportación de Christine Korsgaard, quien afirma que nuestra identidad, esencialmente, como seres morales está más allá de nuestras identidades particulares prácticas, y este reconocimiento lo valora nuestro filósofo como un signo natural teísta.

Los argumentos morales no son prueba de la existencia de Dios; pero tienen una fuerza que “yace” en los signos naturales teístas, y se resaltan dos: Nuestra experiencia de nosotros mismos como seres responsables moralmente y nuestra percepción de una dignidad y valor especial de las persona humanas. El primer tipo exige una obligación que, si resulta ser una realidad objetiva, se puede argüir que este signo, como una expresión facial de Reid, es algo percibido como un signo de algo más. En cuanto al segundo tipo, piensa Evans que es plausible considerarlo como una percepción de una característica actual del mundo: seres humanos como poseyendo ciertas cualidades, y, en este sentido, nuestra conciencia de los humanos como portadores de este valor especial es el signo. La extensa dedicación del autor a estos dos signos, lamentablemente tampoco se puede traer aquí, pero sí dejar constancia de su relevante interés.

 

Deborah Kelemen. Fuente: Universidad de Boston.

Deborah Kelemen. Fuente: Universidad de Boston.

Conclusiones

He de hacer constar que estas “conclusiones” no son las mías, sino las que Evans trae al capítulo sexto de su obra, y que titula así:Conclusiones: ¿Podemos Confiar en los Signos Naturales de un Dios “Oculto”? Como es evidente, un interesante colofón al que tampoco podré exponer en la extensión que desearía.

Los signos naturales teístas tratados aquí no agotan  ni mucho menos los que pueden descubrirse, incluso por ateos, en ese profundo sentimiento de agradecido reconocimiento por sus vidas, que incluyen amigos, familias, un mundo lleno de bellezas y cosas que inspiran terror. Pero esa gratitud requiere estar dirigida a alguien [15].

El Principio de Amplia Accesibilidad implica que los signos naturales se difundan relativamente a través del presente cultural, con tendencia a formar creencias. El de Fácil Resistibilidad permite que la tendencia pueda ser socavada. Pero la psicóloga Deborah Kelemen sostiene que los mismos niños suelen ser “teístas intuitivos”, con propensión a una “teología promiscua”.

Aborda aquí Evans la polémica entre internalistas y externalistas. Los primeros sostienen que lo que justifica a una persona en una creencia debe ser algo interno a su conciencia, algo a lo que tenga acceso mental y que conlleve una reflexión. Los segundos niegan que la justificación deba responder a algo accesible internamente, a un estado mental, porque lo que justifica una creencia (o lo que le confiere algún valor epistemológico) son los hechos acerca de la relación entre esa persona y el mundo exterior. Una clase de externalismo es el fiabilismo, en el que se sostiene que las creencias están justificadas o adquieren un status epistemológico cuando son producidas por prácticas fiables de formación de creencias.

La pregunta acerca de cómo determinamos que la evidencia para nuestras creencias básicas justificadas es buena evidencia, también la contestan de forma diferente unos y otros. Para los internalistas el foco natural de atención se dirigirá al aspecto del fundamento de la creencia básica a la que el sujeto tiene acceso mental. En cambio, para los externalistas ese foco de atención se dirige a algún hecho acerca de la manera de cómo la creencia fue formada.

Evans, a este respecto de la disputa entre unos y otros, considera que si los signos naturales operan de manera natural, produciendo creencias básicas en Dios, parece correcto pensar que tales creencias merecen confianza, del mismo modo que la puedan merecer las que dimanan de otras facultades naturales. Y desde una perspectiva internalista, la justificación de la creencia de un creyente está comprometida con la evidencia que él pueda tener. Pero desde ambas posturas, el autor defiende que de los signos teístas naturales se puede esperar una justificación débil para esa creencia en Dios.

Tal vez sería conveniente traer también aquí los comentarios entorno a J. L. Schellenger, quien piensa que si Dios existe no debería ocultarse y que el problema del mal viene a ser un escollo para la creencia en Él. Pero este libro está más bien enfocado a los signos naturales teístas, y no a los problemas del mal.

Por otra parte, al lado de la evidencia que puede ser desarrollada en los argumentos formales, existe la evidencia adicional de las experiencias de Dios. Hay un sentido legítimo en el que formamos una creencia en Dios –   viene a decirnos Evans – a través de un signo natural teísta, y que puede ser vista como un tipo de experiencia religiosa; pero se diferencia de las más directas clases de experiencias religiosas, en las que las personas sienten a Dios como un  ser presente a ellos: hablándoles, confortándoles, etc.

Se ocupa también el autor de los impresionantes argumentos que han sido hechos por William Alston, Richard Swinburne, George Mavrodes y otros; pero considera más importante atender el  status epistemológico de la creencia en Dios como output de los signos naturales teístas, habida cuenta de que la amplia mayoría de los que creen en Dios no son “teístas filosóficos”, sino creyentes y participantes en la religión viviente.
Y desde el punto de vista de la religión viviente, la escasa salida de la información de los signos naturales teístas no puede ser un problema, sino algo bien venido. Las mismas limitaciones de la Teología Natural pueden ser un signo que deberíamos buscar como otra fuente del conocimiento acerca de Dios.

Pienso, y esta conclusión es mía, que el contenido de la obra que ofrezco aquí, brevemente, es un coadyuvante opcional, en la incertidumbre metafísica, a favor del teísmo, sin descartar la opción legítima hacia otras posturas. Y creo que subyace a todo esto de los signos naturales ese poder de la realidad zubiriano, que se impone enigmáticamente.

En todo caso, en el contenido del libro se vislumbra  un cierto esfuerzo por sacar provecho de los argumentos tradicionales “forzándolos” a suministrar elementos de juicio que sirvan para configurar otras categorías epistémicos que encajen en las corrientes de la filosofía de la religión del siglo XXI.

 

Notas y bibliografía:

[1]  C. Stepheen Evans, “Natural Sings and Knowledge of God. A New Look at Theistic Arguments”, Ed. Oxford University Press, Oxford 2.012.
[2]  “Another is that this Knowledge will have two characteristics: It will both widely available to humans and yet easy to resist”, p. VIII, en Preface.
[3]  “My task is neither to attack nor to defend the arguments as arguments”, p.26.
[4]  “My thesis is that some natural signs point to God`s reality, and that these signs lie at the core of many of the arguments that have traditionally been given for God`s existence. To develop this thesis let me first try to explain in some detail what I mean by a natural signs”, p. 26.
[5] X. Zubiri: “Inteligencia Sentiente”, Alianza Editorial, Madrid 1.981.
[6] En la obra de Evans se dice: “We relieve that events have causes precisely because we believe they have explanations, and to give the cause of an event is to give a type of explanation”, p. 52.
[7] “In that way an argument that is deductive in forma but falls short of a proof might still lead to an important result: it might show that belief that God exists is justified, or plausible, or more reasonable than its denial”, p.54.
[8] “It seems coherent to suppose that there exists a complex physical universe but no God”, p . 55.
[9] “A natural sign must do things: it must lead to the conception of the thing for which it is sign and it must naturally lead to believe in the reality of that thing”, p. 63.
[10]  “Hume argue that the analogy between the universe and something such as house or watch is faint, and therefore any inference that cause of the universe will as houses and watches will be highly uncertain”, p. 81.
[11] “Darwin made it possible to be an intellectually fulfilled atheist”, p.84.
[12]  “It must be conceded  that in  principle evil and suffering could provide evidence against belief in God that might outweigh any positive evidence provided by natural signs”, p. 94.
[13]  “Perhaps the strongest argument that can be given for this is simply to appeal to the experience itself. It is no accident that people often find an encounter with the natural world to be in some way “spiritual” and that experiences of the natural world frequently  seem to produce, in a perfectly spontaneous way, a belief that some kind or purposive intelligence lies behind the beauty and order we find in nature”, p. 98.
[14] “I cannot make my peace with the randomness doctrine”, p. 99-
[15]  “One is grateful to somebody for something. This kind of gratitude be yet another theistic natural sign”, p. 150.

 

Articulo elaborado por Pedro Rubal Pardeiro, doctor en filosofía, profesor de filosofía y colaborador deTendencias21 de las Religiones.

lhttp://templomisterioso.activoforo.com/

La granja humana y la jaula en la que usted nació

La esclavitud en realidad nunca terminó, simplemente se transformó.
Una vez, tuvimos horrores como la trata de esclavos holandesa, y ahora tenemos los horrores de la esclavitud de la deuda mundial.
A medida que más naciones como Grecia colapsan bajo el peso de las obligaciones de deuda en el cartel internacional de la banca, y mientras más gente en el mundo se ve obligada a la austeridad y el sufrimiento con el fin de apaciguar a las personas más ricas del mundo, se volverá cada vez más claro que el sistema global de la esclavitud de la deuda finalmente se derrumba.
En algún momento de nuestra evolución, los seres humanos desarrollaron el miedo a la muerte y el miedo a la pérdida futura, rasgos que los animales no comparten.
Cuando se utiliza en contra de nosotros, estos miedos irracionales sin duda nos hacen altamente explotables, y como tales, los seres humanos han sido durante mucho tiempo el recurso más valioso del planeta, capaz de los logros más extraordinarios, y con demasiada frecuencia recibe el tratamiento más inhumano.
Originalmente, la esclavitud era horrible, brutal y bastante directa, pero ha evolucionado en el último número de siglos para incluir medios más sofisticados y astucia de enjaular personas.
Más como una operación psicológica que una plantación ahora, la gestión de la explotación humana de hoy se lleva a cabo mediante el establecimiento de límites, de forma continua sobre-estimulación de los temores y fantasías, premiando la alta productividad, y violentamente castigando divergencia.
«La sociedad humana no puede entenderse racionalmente hasta que sea visto como lo que es. Una serie de granjas donde agricultores humanos poseen ganado humano».
Nacimos en una jaula que ha estado en construcción durante generaciones.
Su fundación es la institución del gobierno, el Estado, que utiliza la economía y la violencia como las principales herramientas para gestionar los pueblos del mundo como si fueran ganado. Granjas humanas con ganado humano manejadas por seres humanos seleccionados que actúan como productores encargados de la supervisión de la máxima rentabilidad posible.
Con el fin de mantenernos en línea y productivos, somos adoctrinados a creer en la autoridad y la necesidad del Estado.
Entonces se nos enseña cómo ser competitivos y divisivos, aprender a ver a nuestros compañeros y colegas como rivales. Después de que hemos sido martillados con la programación de miedo toda nuestra vida, constantemente se nos dice cuándo agacharnos y cuándo correr.
Al dársenos una caja lo suficientemente cómoda para vivir, somos de hecho bastante productivos, y así se nos ofrece la píldora azul, la gran ilusión de lalibertad. Cuando somos felices, producimos más, y cuando producimos más se nos premia con más dinero, que ofrece mejoras en la jaula y adornos en el estilo de vida.
Las libertades que el Estado nos permite están allí para darnos suficiente espacio en el pasto a aceptar con bastante facilidad a una vida enjaulada.
La historia de su esclavitud
La granja humana está en la raíz de las estructuras de poder y control en nuestro mundo.
Nosotros, el pueblo, alimentamos la máquina con lo que sea que necesita, y si tratamos de liberarnos somos rápidamente redondeados y puestos de vuelta entre el rebaño.
Pocos explican cómo funciona esto mejor que el filósofo de Internet y anarquista Stefan Molyneux, quien sucintamente explica el concepto de la granja humana en este excelente vídeo de corta duración:
«Despierta. Ver la granja es dejarla.»
Stefan Molyneux

Fuente: http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/ciencia_conscioussociopol161.htm

Las fotos de la crisis de refugiados que más han conmovido a los periodistas de la BBC

Los corresponsales y equipos periodísticos de la BBC han estado cubriendo los grandes flujos migratorios de Siria a Europa. Algunos de ellos han tomado fotos de los lugares que han estado. Les pedimos que nos enviaran una foto que los haya marcado en particular y que nos contaran la historia detrás de esa imagen.

Lyse Doucet

Imagen copyright Lyse Doucet / BBCImage copyrightLyse Doucet BBC

Nos encontramos con tres jóvenes procedentes de Alepo, Siria, en este puente ubicado en el norte de Grecia. Anhelaban contra toda esperanza que un cuarto miembro de la familia, un joven de 23 años llamado Walid, estuviese vivo.

Su hermano Ahmed, quien aparece en la foto con su rostro entre los brazos, me pidió que le tomara una foto en caso de que Walid pudiera verla.

Cinco días después, el cuerpo de Walid fue hallado resguardado debajo de un árbol en la orilla del río. Había intentado nadar por el río sin saber que había un puente para cruzarlo.

Pagaron un precio terrible en su viaje a Europa, pero como dicen era parte del destino que Dios había dispuesto.

Bethany Bell

Imagen copyright Bethany Bell / BBCImage copyrightBethany Bell BBC

Vi esta prótesis tirada al lado de un estacionamiento de camiones austriacos en Nickelsdorf, del lado de la frontera húngara. Es el primer lugar al que llegan los migrantes cuando entran a Austria.

La mayoría de quienes cruzan la frontera aquí lo hacen a pie y son recibidos por las autoridades austriacas y la Cruz Roja, quienes les proporcionan alimentos, medicinas y ropa limpia.

Muchos cambian sus zapatos viejos y desgastados por unos nuevos donados por las organizaciones de caridad austriacas.

Después de un gran flujo de personas, los zapatos y la ropa descartados se tiran al asfalto.

Pero una prótesis es otra cosa.

¿A quién le pertenecía? ¿Por qué fue necesaria? ¿Las autoridades le dieron una nueva a su dueño?

Y ¿dónde está él o ella ahora?

Ben Brown

Imagen copyright Ben Brown / BBCImage copyrightBen Brown BBC

Exhausta y con un embarazo avanzado, acababa de llegar a la frontera entre Croacia y Hungría en Beremend.

No podía caminar más. Trajeron una camilla para ella y así la transportaron por la tierra de nadie.

No podía dejar de preguntarme: si su bebé naciera en Hungría, convirtiéndose en un hijo de Europa, ¿cómo sería su futuro? ¿Algún día escucharía ella o él las historias del épico viaje que emprendieron migrantes en 2015 para construir una nueva vida para ellos mismos y para sus hijos?

Guy De Launey

Imagen copyright Guy De Launey / BBCImage copyrightGuy De Launey BBC

Estas personas estaban caminando a lo ancho de potreros cercanos al cruce fronterizo en Sid, desde Serbia rumbo a Croacia.

Estaban entre los primeros refugiados en atravesar la frontera usando esta ruta, tras la decisión de Hungría de cerrar su frontera con Serbia, medida que se había materializado un día antes.

Los taxistas simplemente los dejaban en la esquina de un campo y les señalaban con un dedo la dirección correcta, aunque la frontera oficial estaba a solo pocos cientos de yardas de distancia.

El espíritu de este pequeño grupo era muy optimista. Muchos de ellos gritaban: «Gracias Serbia» a medida de que caminaban.

Puedes ver a un joven tomándose un selfie. Otras personas estaban grabando videos mientras caminaban, reportes cortos para informarles a sus familias cómo estaban.

No puedo hablar árabe, pero era claro que estaban diciendo: «Aquí estamos en Serbia, a punto de cruzar hacia Croacia…» Su alivio era palpable.

Desde que tomé esa foto, decenas de miles más han seguido esta ruta.

Anna Holligan

Imagen copyright Anna Holligan / BBCImage copyrightAnna Holligan BBC

Tomé esta foto poco después de que el sol saliera en el cruce fronterizo de Nickelsdorf en Austria. Pasamos toda la noche hablando con la gente que había acabado de llegar.

Mohammed se rompió a llorar cuando me contó sobre el momento en que su bote empezó a hundirse y cuando vio a sus hijos flotando en el agua.

Sus hijos estaban sentados sobre una cobija, comiendo pan y tazones de sopa caliente. Parecía que no se habían dado cuenta que solo pocos días atrás habían estado cerca de la muerte.

Un doctor de Alepo me dijo que la razón por la que dejó Siria era porque no podía ver ninguna luz al final del túnel.

«Después de cinco años de guerra civil, la razón por la cual muchas personas se están yendo es porque se les acabó la esperanza».

Todos estábamos temblando y cansados y de repente el sol empezó a salir y a cubrir el campamento de tránsito, cientos de personas comenzaron a emerger de las carpas y cubiertas con mantas reiniciaron con determinación la marcha hacia los buses.

Para mí esta foto representa la forma en que muchos refugiados y migrantes se sienten en relación a Europa: este es un lugar que les ofrece una esperanza por un futuro más brillante.

Will Vernon

Imagen copyright Will Vernon / BBCImage copyrightWill Vernon

Le tomé esta foto a esta joven migrante, posiblemente siria, que se destacaba por su camisa.

La leyenda en inglés no podía ser más acertada: «Hoy es un día perfecto para empezar a vivir tus sueños».

Inicialmente, cuando me le acerqué y cuando mi camarógrafo, Bhas Solanki, la enfocó con su cámara, se veía un poco asustada.

Había estado haciendo fila por horas y finalmente había alcanzado el frente. Detrás de ella había miles de migrantes en el puerto de Mytilini, en la isla griega de Lesbos.

Es la principal entrada para inmigrantes que llegan a Europa procedentes de Turquía.

Le dio miedo pensar que yo era un funcionario que la enviaría al final de la fila. Intenté, a través de un sirio que hablaba inglés, explicarle cuán relevante era su camisa.

Tras los aprietos lingüísticos, al final le pedí a su esposo que moviera su velo para que pudiera tomar la foto.

Me fascina su expresión facial en esta foto.

Gavin Lee

Imagen copyright Gavin Lee / BBCImage copyrightGavin Lee BBC

Vi a Dara sentado en el medio de la calle en la ciudad fronteriza Tovarnik en Croacia.

Era gerente de un banco en Damasco y estaba entre las 5.000 personas a quienes las autoridades les habían pedido que hicieran una fila de dos en dos, la cual era monitoreada por la policía antidisturbios.

Dara se había sentado por 12 horas con otros migrantes, esperando pacientemente por los buses húngaros.

En medio de un calor de 36 grados, había enrollado un pañuelo en una de las patas de sus lentes porque la piel de sus oídos estaba sangrando. Sus labios tenían ampollas y heridas producidas por una severa deshidratación.

Un hombre amable, pese al dolor, les estaba diciendo a los demás en la fila que las cosas estarían bien.

Lo escuché pidiéndoles a los demás que mantuvieran la calma y que fuesen positivos.

Por un mes, había estado viajando por su cuenta para intentar reencontrarse con su hermana en Alemania, a quien el gobierno de ese país le había concedido asilo.

Pocos días después, recibí la foto que está al lado derecho. Consiguó llegar a Bonn.

Aunque estaba enfermo con fiebre, no podía creer que finalmente se había encontrado con su hermana.

James Reynolds

Imagen copyright Tim Facey / BBCImage copyrightTim Facey BBC

En la frontera entre Serbia y Macedonia, subí a la cima de una colina con mis colegas Tony Brown y Tim Facey, quien tomó esta fotografía.

Miramos hacia abajo del valle que teníamos frente a nosotros y vimos una línea de cientos de migrantes y refugiados que lentamente avanzaban por un camino largo. Los más jóvenes y fuertes estaban en la parte de adelante, las familias con niños los seguían.

Poco a poco la línea se iba estrechando. En la parte de atrás se quedaron los rezagados: los enfermos y los débiles.

Entre ellos, vimos un hombre corpulento llamado Azzat. Llevaba sobre su espalda a su madre, sin pausa alguna, sin queja alguna.

He visto muchos momentos conmovedores en mi tiempo cubriendo estas historias de migrantes, pero nunca olvidaré haber sido testigo del hombre que se negó a dejar su madre.

Bruno Boelpaep

Imagen copyright Bruno Boelpaep / BBCImage copyrightBruno Boelpaep BBC

Lana tiene cinco años y dejó su casa en Damasco hace más de dos.

Estaba esperando en una plataforma abarrotada en la estación de trenes de Gevgelija en Macedonia, cerca de la frontera con Grecia.

Más de mil migrantes y solicitantes de asilo estaban sentados bajo el sol abrazador de ese día.

Había solo tres trenes al día, cada uno con espacio para alrededor 100 pasajeros. Eso significaba que había tres oportunidades para llegar a la siguiente parada: la frontera croata.

Ella había estado en la estación por casi 24 horas con su madre, su padre y su hermano Bilal, de tres años.

El pequeño estaba sufriendo por el calor, mientras que ella jugaba en los rieles, sonriéndole a todo el mundo y atrayendo muchas sonrisas.

Matthew Price

Imagen copyright Matthew Price / BBCImage copyrightMatthew Price BBC

Esta es una foto que tomé de un barco que había sido especialmente fletado para llevar 1.700 migrantes a Atenas, desde la isla griega de Lesbos.

A medida que se acercaba la noche, durante las horas del embarque, las ventanas lentamente se llenaban con hombres, mujeres y niños.

Todos habían llegado a la isla, procedentes de Turquía, en botes de goma sobrecargados. Todos querían llegar al occidente de Europa, especialmente a Alemania.

Abajo del barco había varias tiendas que fueron usadas por algunos de los miles de migrantes que habían abandonado el puerto. Dentro de ellas esperaron por el arribo de la embarcación.

Sin embargo, fue la reacción que generó esta foto cuando la publiqué en las redes sociales lo que me impactó.

«Está deletreada erróneamente», comentó una persona al referirse al nombre del barco. «Debería ser Tera rist» (en un juego con la palabra «terrorist», «terrorista»).

El nombre «podría adaptarse a la agenda de algunos de los pasajeros», escribió otra persona.

Me sorprendió, yo ni siquiera había visto las letras en ese lado del barco.

Ron Brown

Imagen copyright Ron Brown / BBCImage copyrightRon Brown BBC

Una mamá con su bebé a su llegada al campamento de tránsito para inmigrantes de Opatovac en Croacia, poco después de caer la noche el miércoles 23 de septiembre.

Aunque cientos de personas estaban llegando en bus, muchas de ellas con niños, todo estaba muy tranquilo. No era para menos, estaban exhaustos tras su viaje.

Abdujalil Abdurasulov

Imagen copyright Abdujalil Abdurasulov / BBCImage copyrightAbdujalil Abdurasulov BBC

Como un periodista especializado en video he filmado muchos momentos de miseria, cuando los inmigrantes y los refugiados quedan atrapados en una frontera o cuando corren para montarse en un tren, mientras empujan a sus hijos llorando.

En cada lugar, percibo la tristeza que siente la gente cuando recuerda su pasado y el miedo que les genera la incertidumbre del futuro.

Pero cuando visité un campamento en Viena, donde muchos inmigrantes fueron ubicado, vi a un hombre que estaba alimentando a su hijo y había algo fascinante en esa imagen.

Los dos posaron felices frente a mi cámara. Después el padre dijo: «Mi hijo está seguro».

Nick Thorpe

Imagen copyright Nick Thorpe / BBCImage copyrightNick Thorpe BBC

Conocí Mourad (con la camisa de Las Vegas), su hermano, su cuñado y un amigo yazidí en el campamento de refugiados de Harmanli en el este de Bulgaria a inicios de junio.

Habían estado allí por un mes, después de cruzar el muro fronterizo entre Bulgaria y Turquía. Se trató de su séptimo intento. Es una caminata de entre 13 y 14 horas a través de montañas desde la ciudad turca de Edirne.

Son kurdos de Siria, que viajan con sus familias, incluyendo niños pequeños. En el grupo hay un estudiante de ingeniería, un dentista, un profesor de inglés. Ellos solo quieren completar sus estudios, me dijeron, en cualquier país que los acepte.

Codex Seraphinianus: el libro más extraño de todos los tiempos

Vicente Fuentes describe una de las obras más raras de la historia, un códice ilustrado escrito en un idioma desconocido escrito en forma de escritura automática por parte del autor italiano Luigi Serafini. Haremos especial énfasis en la extraña ciencia que parece mostrar por parte de lo que podría ser un universo paralelo. Esperamos que el programa sea de su interés.

Ufopolis.com 2015

«Una relación amorosa» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«¡Cuántas personas se lanzan a una aventura sentimental sin preguntarse verdaderamente a dónde les va a llevar! No piensan que una relación amorosa sólo tiene sentido si pueden construir algo sólido.
Deseáis uniros de forma duradera con un hombre o una mujer… Eso está muy bien, pero preguntaos primero si existe entre vosotros una armonía en los tres planos, físico, afectivo y mental o si cedéis solamente ante una seducción pasajera, ante la atracción del placer. Si no tenéis afinidades en el dominio de los gustos y de las ideas, no digáis que eso no tiene ninguna importancia, que con el tiempo las cosas se arreglarán. En absoluto, al contrario: al cabo de algún tiempo, una vez agotada la novedad de ciertos placeres, os daréis cuenta precisamente de que las afinidades psíquicas e intelectuales son extremadamente importantes. Si estas afinidades no existen, la discordia y los malentendidos se instalan y allí donde creíais que ibais a encontrar gozo y alegría, no encontraréis más que desilusiones, amarguras y tormentos.»


www.prosveta.com

«Estudio Budista de la Filosofía de la Vacuidad» Dalai Lama.

1-Rechazando la Existencia Permanente

El término sánscrito shuniata (en palí: suññatā) es un sustantivo que significa ‘calidad de lo vacío’ (vacuidad). Está formado a partir del adjetivo shuniá (en palí suñña): ‘vacío’, y el sufijo tuá: ‘cualidad’

2-Visión Madhyamika

«La realidad que buscas alcanzar, la encarnación de la verdad, es la extinción total de conceptualizaciones, tanto del ego y lo que pertenece al ego»

3-Examinando la Existencia del Yo

4-Escuela de Sólo Mente

*Enseñanza sobre la vacuidad del yo, según la escuela de «solo-mente»,que niega la realidad del mundo externo, que entiende la realidadexterior en términos de nuestros procesos de percepción, que puedeser un antídoto muy poderoso para desmantelar la solidez a nuestrafuerte reacción emocional hacia los objetos tal como el fuerte apego,el rechazo, el enojo.*Entender los diferentes visiones de la vacuidad y optar por la más adecuada según la propia capacidad.

5-Sólo Originación Dependiente

Ningún fenómeno tiene existencia independiente y absoluta, todo depende de causas y condiciones

6-Desmantelando la Solidez de la Realidad Convencional


samsaraexit

«¿Por qué algunas mujeres usan fajas?»

Descripción: Foto de Mujer Sana Y Brillante.
Seguramente habrás visto que en todas las vestimentas femeninas tradicionales se usan “fajas” o cinturones anchos. ¡Estas prendas tan socorridas no son simplemente para sujetar las faldas! Tienen una razón de ser mucho más profunda, llena de sabiduría y conocimiento.

Seguramente has oído hablar del “frío en el útero”.

Muchas curanderas, parteras y sobadoras usan este término para esta dolencia que se considera una de las principales causas de infertilidad femenina dentro de las medicinas ancestrales indígenas.

El útero es un órgano hueco, ¡Un cantarito mágico con la capacidad de gestar y dar forma a la vida humana!

Pero como todo cantarito, puede contener fríos o calores que al final dañan a su contenedor: el útero.

¿Cómo es que llega un frío al útero, te preguntarás?

Esto es más común de lo que imaginas, a todas nos pasa o nos ha pasado y ese frío puede “alojarse” fácilmente en el útero en estas situaciones:

-Andar descalzas o sentarnos en un piso frío: los nervios de los pies y glúteos suben hacia la médula espinal y se unen a ella a la altura de la espalda baja y sacro, cuando se enfrían esa temperatura viaja también por los nervios y músculos, incluso en los huesos y tiende a alojarse en el útero.

-Quedarnos mucho tiempo con el traje de baño húmedo: El contacto directo del frío húmedo por espacios de tiempo prolongados también enfría nuestro útero.

-Tener el vientre y espalda bajos descubiertos: si, las ombligueras y pantalones a la cadera son las prendas que más facilitan la entrada del frío al útero.

¿Te gustaría saber si tienes frío en el útero?

Es tan simple y común que te sorprenderás: cualquier cólico menstrual fuerte que se alivie con calor es resultado de frío en el útero. El frío contrae el grosor de las venas y arterias haciéndolas más pequeñas de lo normal. Cuando el proceso de menstruar se da y las arterias que sueltan, el endometrio hace su trabajo, nos duele por el c​h​oque de temperaturas del calor en la sangre y el frío del útero.

Nuestras abuelas y mujeres antiguas sabían esto muy bien y cuidaban mucho su fertilidad por eso es que usaban las fajas, para proteger el útero y riñones (vientre y espalda baja) del frío evitando así los cólicos menstruales y algunos casos de infertilidad.

RECOMENDACIÓN: Busca un cinturón ancho, puedes bordarlo, tejerlo o comprarlo… úsalo cuando estés en lugares fríos o cuando te esté bajando.¡Pasa un hermoso día!


Mujer Sana Y Brillante

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«Desierto Florido»

El desierto de Atacama, al norte de Chile, es uno de los desiertos más áridos del mundo, sin embargo, en algunas áreas, caen en forma esporádica, unos pocos milímetros de agua. Esta humedad alcanza para producir una verdadera explosión de colores, que se derraman donde antes todo fue sequedad y los colores minerales de la tierra.

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Uno de los espectáculos más hermosos que ocurre en el desierto de Atacama, es cuando — en los meses de primavera, entre septiembre y noviembre — aparecen extensos paños de flores que cambian el color del desierto más seco del mundo. De la árida tierra emergen maravillosos y exóticos ejemplares de flores, de imponentes colores, originando un mágico panorama visual.

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Botánica del fenómeno
Por Sebastián Teillier, Botánico U.C.

El Desierto de Atacama ocupa la mayor parte del territorio de Chile ubicado al norte del paralelo 29. El Atacama es un desierto que presenta innegables particularidades que le confieren características únicas. Se encuentran allí sectores que tienen uno de los climas más secos del mundo. Las localidades situadas en el litoral entre Arica y Antofagasta figuran en el Guinness como el sitio más árido del mundo pudiendo permanecer años sin conocer una lluvia.

Al sur del Trópico de Capricornio, sin embargo, el desierto se torna algo más amable para los seres vivos. Se refuerzan las neblinas costeras llamadas “camanchacas”, que traen el aporte de humedad necesaria para el mantenimiento de la vegetación del litoral costero, que ya a partir de Antofagasta, presenta un aspecto sorprendente.

La localidad más representativa de esta abigarrada y tenaz vegetación son los cerros y quebradas de Paposo, una pequeña caleta de pescadores, enclavada en la vertiente occidental de la gran Sierra Vicuña Mackenna que es el nombre que allí toma la Cordillera de la Costa. En pocos kilómetros se alza una muralla imponente que puede sobrepasar los 3.000 m de altitud.

El murallón atrapa la neblina que viene del océano y mantiene en sus faldas una comunidad de plantas en las que se entremezclan elementos de las “lomas” costeras peruanas con especies chilenas que incluso pueden encontrarse tan al sur como en las selvas valdivianas. De Paposo hacia el sur, por todo el litoral, existe una importante presencia permanente de plantas como arbustos y cactáceas que sobreviven gracias a la «camanchaca» y a una férrea economía del agua que los lleva a hipotecar funciones importantes como el crecimiento en pro de la sobrevivencia y la reproducción.
Al interior, sobre la línea donde las neblinas se estacionan, el desierto es casi absoluto hasta que ocurre el milagro: el anticiclón del Pacífico, artífice del desierto, es desplazado por la corriente del Niño hacia el norte.

Entonces, llueve y con la lluvia se produce la germinación de semillas y el despertar del letargo de muchas plantas herbáceas con órganos de resistencia subterráneos (bulbos, rizomas). El ambiente se torna casi irreconocible y quien no ha estado en una época seca se pregunta porqué se habla de un desierto.

Del puerto deTaltal hacia el sur, la germinación de las calandrinas torna rojas las laderas y se desperezan huillis y añañucas, plantas bulbosas de flores muy coloridas. A la altura de Copiapó los llanos y quebradas se convierten en verdaderos jardines donde los actores principales son hierbas anuales como las “patas de guanaco”, las “malvillas” y los “suspiros”, hierbas perennes como el “terciopelo” y las “añañucas”, cactáceas y muchos arbustos como el “cachiyuyo”, las “varillas”, el “cacho de cabra” y la “algarrobilla”.

El sector del Llano de Travesía atravesado por la Carretera Panamericana, entre Copiapó y Vallenar, es el área más conocida y más “fotogénica”.
Un hecho muy destacable es que la mayor parte de las cerca de 200 especies que conforman la flora del Desierto Florido, corresponden a especies endémicas de Chile.

Cuando florece el desierto más árido del mundo, en una eclosión de colores y variedades vegetales y animales, se produce uno de los fenómenos más espectaculares y emocionantes del planeta.

Décadas enteras de sequedad donde los colores amarillos y tierras son los dominantes; dan paso, luego de unos pocos milímetros de lluvia, a un vergel con decenas de especies de flores y su correlato de insectos, aves y otros animales. Grandes extensiones de desierto se ven cubiertas por pinceladas de rojos, fuccias, blancos, amarillos, rosados y naranjas.

La historia del norte chileno no ha sido fácil para sus habitantes, esta tierra tan dura y hostil, que esconde grandes reservas minerales, que tiembla y bota todo lo construído, hoy con su desierto florido es un canto a la esperanza, un canto a la belleza más secretamente escondida, a lo que nace en flor, para despertar también en nosotros, nuestros propios y olvidados jardines.


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Numerosas especies vegetales sobreviven manteniéndose por largos períodos en estado de latencia.

Ocasionalmente y cada cierta variable cantidad de años, que pueden ser 3, 5 ó 10 años, ocurren mayores precipitaciones a las habituales, transformando un paisaje árido y desolado, de arenas y piedras en un verde tapiz. Nacen nuevas hojas de arbustos secos, brotan semillas , bulbos y rizomas por años guardadas bajo tierra, esperando su cuota de humedad necesaria para volver a la vida. Asociada a esta rica presencia vegetal se desarrolla un variada gama de fauna: mamíferos, aves , reptiles e insectos entre otros.

La floración y brote no son parejos en todo el área, se observan ciertas especies con mayor dominio en sectores de influencia costera y otras, con predominio al interior. Las especies no florecen todas simultáneamente, comenzando el nacimiento de especies de bulbo como las Añañucas amarillas y rojas (rhodophiala phycelloides), el Huilli de flores blancas (leucocoryne spp.).

En general las áreas están delimitadas por especies determinadas, es decir no conviven todas juntas en un mismo lugar y al mismo tiempo, algunas de ellas van asociadas por área.

Posteriormente florecen especies de semilla como la Pata de Guanaco (calandrinia longiscapa) de flores color fucsia y que cubre amplios sectores del desierto y faldeos de cerros, Suspiros lilas y celestes (nolana paradoxa ssp atriplicifolia), Don Diego de la Noche (oenothera coquimbensis), las cuales crecen en suelos arenosos que permiten ser cubiertas por arenas en los estados de latencia, a resguardo de las altas temperaturas.

Sectores del desierto se cubren por un largo período de Malvillas (cristaria cyanea phil) de blanco y azulosos colores conviven con Coronillas del Fraile (encelia oblongifolia DC.), Cartuchos Amarillos (argylia radiata), Senecio (calliandra chilensis benth.), los bellísimos Lirios amarillos (alstroemeria kingii phil.) y Orejas de Zorro (aristolochia pearcei phil.).

En la fauna asociada al Desierto Florido encontramos algunos lagartos, aves y la preciosa Vaquita del Desierto (gyriosomus luczoti), avispas y coleópteros como Meloides.

Especies de cactáceas como la Copiapoa , garra de león, Añañucas y otras, deben preservarse no sólo por su gran belleza, el carácter endémico de algunas, sino que con el fin de evitar su extinción producto de la tala indiscriminada y destrucción que se realiza en algunos sectores.

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www.explore-atacama.com/esp/guias-atacama/desierto-florido.htm

«Actos Simbólicos (Psicomagia)» Jean Guillaume (Monográfico Biodescodificación).


No hay dos personas iguales, no hay dos mentes iguales, no hay dos inconscientes iguales, por ello en esta ocasión, Jean Guillaume nos da una clase Magistral sobre el uso de los actos simbólicos y sobre el modo de incluirlos en la terapia. De este modo podemos lograr un salto cuántico dentro de la evolución del paciente, ya que el uso de esta técnica genera un antes y un después en cada persona…


Jean Guillaume Salles
www.therapie-decodage.fr/

www.therapie-decodage.fr/
jguillaumesalles@gmail.com

Escuela Francesa de Biodescodificación
Christian Flèche flechechristian@wanadoo.fr Francia
www.christianfleche.com
www.puentesdeluz.es/christian_fleche.htm

Claudia Ramos claudia@centroluminoso.org Colombia
Julian Rodriguez formacionfleche@hotmail.com Madrid
Maria Esther Bustos asistente@cealtcr.com Costa Rica
Teresa Veana Martinez tevema@hotmail.com México
Gutberto Flores gutberto.flores@gmail.com Chile
Hildegard Wohler hildewg@prodigy.net.mx Monterrey México

LA CAJA DE PANDORA

Desclasifican unas imágenes secretas del planeta Venus de hace 30 años

El Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Rusia hace públicas 30 años después de ser realizadas por las sondas soviéticas Venera una serie de imágenes únicas de supuestos seres vivos en el planeta Venus

El doctor de ciencias físicas y matemáticas del Instituto de Investigación Espacial Leonid Ksanfomaliti ha explicado que las instantáneas tomadas hace 30 años por los aparatos espaciales rusos revelan la existencia de unos extraños objetos que se mueven y tienen aparentes rasgos de seres vivos, informan medios rusos.

Los objetos fueron accidentalmente captados por las cámaras instaladas en las sondas soviéticas Venera, que realizaron vuelos a Venus en 1975 y 1982, ha recordado el científico.

Como prueba de su hipótesis, Ksanfomaliti ha hecho públicas las fotos tomadas por el aparato espacial Venera-13, recibidas en marzo de 1982. El investigador descubrió varios objetos que aparecen y desaparecen en una serie consecutiva de imágenes en la que se asemejan a «un disco, un jirón negro y un alacrán».

Algunos de estos objetos están presentes en las primeras imágenes, pero desaparecen posteriormente. Según el científico, ello se debe al fuerte ruido que produjo el aparato espacial al aterrizar. Otros objetos, como el supuesto «alacrán»,  probablemente quedaron enterrados bajo el suelo que levantó la nave al aterrizar, y tardaron un tiempo en aflorar en la superficie.

Жизнь на Венере. Леонид Ксанфомалити выдвинул сенсационную гипотезу о том, что на Венере http://slavyanskaya-kultura.ru/astrology/zhizn-na-venere.html 

Ksanfomaliti ha explicado que tenía intención de hacer público su descubrimiento mucho antes, aunque decidió aplazarlo por falta de apoyo.

El investigador afirma haber tomado la decisión de volver a estudiar la posible existencia de vida en Venus a causa del importante número de nuevos resultados en las investigaciones de exoplanetas, algunos de ellos con condiciones físicas parecidas a las de Venus.

http://actualidad.rt.com/ciencias/187206-cientifico-ruso-creer-encontrar-vida-venus

Gobierno chileno comienza a definir criterios para despenalizar la marihuana

Representantes del Gobierno chileno se reunieron con diputados oficialistas integrantes de la Comisión de Salud, para fijar los criterios de cara a la discusión del proyecto de despenalización de la marihuana, que este martes comienza a ser analizado en la cámara baja, según informa la prensa local.

«El Ejecutivo ha abierto la posibilidad de un diálogo más amplio y con mayor acogida de lo que hemos planteado en la comisión de salud», dijo al diario La Tercera, el diputado del Partido Radical (socialdemocracia), Alberto Robles, tras la reunión celebrada el lunes.

Desde La Moneda (sede del Gobierno) se pretende realizar algunas modificaciones al proyecto de ley, aprobado para su discusión en el mes de julio.

Uno de los objetivos del Gobierno es reducir el porte de marihuana permitido de 10 gramos a dos gramos, una disminución significativa respecto del texto original.Otra de las modificaciones propuestas por el Ejecutivo es la regulación del consumo de menores de edad y permitirlo únicamente bajo prescripción médica.

No obstante las objeciones que desde La Moneda se hicieron al proyecto, el Ejecutivo coincide con algunos puntos del proyecto.

«A diferencia de la reunión anterior, ahora sí hubo algunos avances en torno a compartir principios que establecen las mociones parlamentarias a lo que se había comprometido el programa de Gobierno», señaló el diputado de Democracia Cristiana (centroderecha), Víctor Torres.

«El Ejecutivo se ha allanado a despenalizar el autocultivo», a «entender que los consumidores deben tener un aspecto sanitario y no delincuencial», de forma que «en vez de ser penalizados, van a ser considerados consumidores», sostuvo Robles y agregó: «Eso es muy clave».

Se triplica consumo de marihuana

En otro orden, un estudio realizado por la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia (Sopnia) señala que los consumidores de marihuana en Chile aumentaron de 75.000 en 2010 a 250.000 en 2014.

El 62 por ciento de estos nuevos consumidores tienen entre 12 y 25 años.A su vez, el último informe del Estudio Nacional de Drogas en Población General, Chile es el tercer país con mayor consumo en el continente, detrás de Estados Unidos y Canadá.

Según el estudio, la prevalencia anual de consumo en este país es de 11.3 por ciento.

En Estados Unidos es del 12.6 por ciento y en Canadá del 12.2 por ciento.

El consumo promedio de cannabis en Chile es de 11 días al mes.Para los especialistas, el aumento del consumo está ligado al descenso de la percepción de riesgo, que disminuyó del 60 por ciento al 46 por ciento entre 2009 y 2013.

«Si se informa sobre el daño como con el alcohol y la nicotina, el consumo baja o se sostiene, pero no aumenta», dijo Sandra Viani, del Departamento de Psquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

En la misma línea opinó Daniel Seijas, psiquiatra especializado en adicciones, para quien existe desinformación por parte de la población, que cree que el consumo de la marihuana no conlleva riesgos sanitarios.

«Es mentira que la marihuana es inocua», sentenció Seijas.

«Así como la industria del tabaco señaló por décadas que (el tabaco) no produccía adicción, hoy la industria de la marihuana está actuando igual», criticó.

Este martes se inicia en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, el estudio en segundo trámite reglamentario del proyecto de ley que modifica la ley nº 20.000 de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, con el objeto de despenalizar el expendio de marihuana medicinal y el autocultivo para consumo privado de cannabis.

Lea más en http://mundo.sputniknews.com/americalatina/20150929/1051942337/chile-marihuana-ley.html#ixzz3n9qZkQ5Y