Si, es correcto, cada vez que creemos que algo en la vida es complicado, no estamos viendo más que nuestra errada y distorsionada percepción de la realidad, es decir, una ilusión que ha sido creada por nuestra mente.
De allí provienen la gran mayoría de las situaciones desagradables que encontramos en nuestra vida, pues como dijimos anteriormente, estamos dotados de la capacidad de crear nuestra realidad.
Pero ¿Cómo podemos hacer realidad nuestra naturaleza para que nuestros sueños se manifiesten sin esfuerzo?. Sencillo, simplemente fluyendo.
Fluir
Fluir es un principio que se podría relacionar con la economía de esfuerzo, hacer menos para lograr más. Interesante concepto, ¿Verdad?. Ciertamente, pero ¿Cómo lograrlo?, nuevamente la respuesta es muy sencilla, armonizándonos con la naturaleza.
La inteligencia de la naturaleza funciona sin esfuerzo, sin roce o fricción, de manera espontánea, es no lineal, intuitiva, holística, y es capaz de nutrir a todos los seres.
Es cuando nos armonizamos con la naturaleza, cuando nos establecemos en el conocimiento de nuestro verdadero ser, que podemos fluir para permitir que nuestros sueños se manifiesten sin esfuerzo alguno.
El fluir se expande desde el conectarse a la vida partiendo del AMOR, del altruismo, pues esa es la motivación de la naturaleza, la cual no cesa de dar altruistamente a manos llenas solo por el placer de dar desde la abundancia, porque hay suficiente para todos.
Cuando buscamos poder y control sobre otros, desperdiciamos energía. Cuando buscamos dinero o poder para satisfacer al ego, desperdiciamos energía al perseguir la ilusión de la felicidad, en vez de disfrutar de la felicidad que nos brinda el presente. Al actuar de manera egoísta, cortamos el flujo de energía que nos llega (aunque continua habiendo suficiente para todos, simplemente nos desconectamos del flujo), e interferimos con la expresión de la inteligencia de la naturaleza.
Pero cuando actuamos motivados por el Amor, cuando el bienestar común prevalece, no hay desperdicio de energía, al contrario, esta se multiplica y acumula, y el excedente que logramos acumular y disfrutar puede ser empleado para crear cualquier cosa que deseamos, incluyendo abundancia ilimitada
Cuando nuestro punto de referencia es nuestro ser interno, cuando nos volvemos inmunes a la crítica y nos sentimos capaces de asumir cualquier reto, podemos conectarnos al fluir de la naturaleza, y emplear la energía de manera creativa para hacer realidad nuestras metas.
Lograr estos es muy sencillo, solo necesitamos seguir tres simples pasos, veamos.
Aceptarnos
El primer paso para lograr fluir con la energía de abundancia de la naturaleza es aceptar cada momento, cada instante, cada persona, cada situación, cada circunstancia y cada evento tal como ocurran.
Es decir, cada instante estaremos conscientes que cada momento es tal como debe ser, porque el universo entero es tal como debe ser, y cada uno de nosotros y nuestro entorno forma parte de ese universo.
Este momento, el que estamos experimentando en este instante, es la consecuencia y desenlace de todos los momentos que hemos experimentado anteriormente.
Y la manera más sencilla de lograr ese nivel de aceptación es comenzar por aceptarnos a nosotros mismos primero, tal como somos. Al reconocernos como seres únicos y asumirnos con nuestras virtudes y defectos, nos resultará muy sencillo aceptar a otras personas y las situaciones que se nos presentan, tal como son.
Por el contrario si nos resistimos al momento presente, en realidad nos estamos resistiendo al universo entero. Sin embargo podemos tomar la decisión de fluir con el universo entero, al fluir con el momento presente.
Eso nos coloca en la ventajosa posición de aceptar el momento presente total y completamente. De aceptar la vida tal como es, no como desearíamos que fuera. Es importante comprender bien este detalle. Podemos desear que las cosas sean diferentes en el futuro, pero en este instante las aceptamos tal como son.
Recordemos también que cuando reaccionamos ante una persona o situación, en realidad reaccionamos ante lo que sentimos hacia esa persona o situación, pero nuestros sentimientos no son ni esa persona, ni esa situación.
Al reconocer y comprender esto completamente, nos alistamos para asumir la responsabilidad por como nos sentimos, y la oportunidad de cambiarlo. Al ser capaces de aceptar las cosas tal como son, somos también capaces de asumir responsabilidad por nuestra situación actual, y todos los eventos que se presentan en nuestra vida.
Responsabilizarnos
Podemos ver la responsabilidad como no culpar a nada ni nadie por nuestra situación, incluyéndonos. El aceptar las circunstancias, los eventos, las situaciones, nos permite ver la responsabilidad como la habilidad de ofrecer respuestas creativas para la situaciones que vivimos aquí y ahora.
A partir de ese momento tomaremos consciencia sobre el potencial de las situaciones adversas para contener las semillas de la oportunidad, y ello nos permitirá transformar el momento en una mejor situación.
Una vez adoptemos esa actitud, encontraremos oportunidades en cada situación para crear algo nuevo y útil, y veremos a un maestro en cada persona que se cruce en nuestro camino.
Recuerde que hay un significado oculto en cada evento que se presenta en nuestras vidas, y se encuentra allí para contribuir a nuestra evolución.
Relajarnos
Luego de aceptarnos y responsabilizarnos, ¿Qué podría faltarnos?. La consecuencia natural sería relajarnos, pues ya no tenemos nada a que resistir, o de que defendernos, lo cual simplificaría nuestras vidas. Pues si observamos, encontraremos que las personas a nuestro alrededor invierten un alto porcentaje de su tiempo defendiendo sus puntos de vista.
Afortunadamente, luego de aceptar las cosas tal como son, y responsabilizarnos por el momento presente, tiene poco sentido tratar de imponer un punto de vista que es solo el desenlace de un momento que hemos aceptado tal como es. Nuestra nueva actitud nos permite relajarnos y disfrutar el momento a plenitud.
Cuando nos relajamos y renunciamos a esa supuesta necesidad de defender nuestro punto de vista, en ese acto de renuncia sincera recuperamos una enorme cantidad de energía que antes desperdiciábamos, y podemos ahora emplear para hacer realidad nuestros sueños.
Consecuencias