El uso de tecnología de comunicación inalámbrica está aumentando rápidamente. En particular, los teléfonos celulares y sus torres de la transmisión asociadas están extendiéndose. Los teléfonos celulares permiten la mejorar la comunicación y están convirtiéndose en una parte íntegra de cómo vivimos y trabajamos. Pueden reforzar la productividad de trabajo, pueden mejorar las capacidades de servicio, y pueden aumentar la seguridad personal o familiar. Sin embargo, existe una preocupación asociada acerca de los efectos potenciales sobre la salud debidos a esta tecnología, en particular por las emisiones de ondas de radio.
El uso de dispositivos de la telecomunicación inalámbricos (el ej., radio, televisión, y los teléfonos inalámbricos) ha producido campos de frecuencia de la radio (RF) ubicuos en el ambiente.
El público está expuesto a campos de frecuencia de radio de una multitud de fuentes además de los servicios del teléfono celulares: transmisiones por radio, televisión, los de radio – taxis, servicios de llamada, comunicaciones de la emergencia (por ej., policía, ambulancia, radar), lo que produce un densidad de ondas electromagnéticas en el medio ambiente, lo cual es altamente riesgoso, por ende la instalación de antenas de transmisión de teléfono en las ciudades merece consideración especial.
ONDAS ELECTROMAGNÉTICAS
El descubrimiento de las ondas electromagnéticas fue uno de los avances más importantes del siglo XIX. Cuando Maxwell postuló la existencia de estas ondas consiguió aclarar el problema de la naturaleza de la luz, y además unir la electricidad, el magnetismo y la óptica en una misma rama. Sin embargo no pudo demostrar su existencia, fue Hertz 20 años después, en 1887, el primero en producir ondas electromagnéticas y con ello confirmar las leyes de Maxwell.
Las ondas electromagnéticas están constituidas por dos campos, uno eléctrico y otro magnético, mutuamente sostenidos que se propagan en el espacio en forma ondulatoria. Estas ondas, portadoras de energía, se caracterizan por los parámetros: amplitud y frecuencia, que las determinan totalmente. Pero, además de sus propiedades ondulatorias, también presentan aspectos corpusculares (fotones) comportándose entonces, como paquetes de energía, la cual depende exclusivamente de la frecuencia. Esta visión de la onda como partícula es de gran utilidad para las consideraciones bioquímicas. Las ondas, además de energía, pueden portar información si se modula su amplitud, frecuencia o ambas; y por ello se utilizan en los sistemas de telecomunicación.
Las ondas con energía suficiente para romper las uniones químicas son llamadas radiaciones ionizantes. Éstas incluyen Rayos X y otras ondas de frecuencia más altas. El resto de las ondas son las no-ionizantes.
Las cargas eléctricas al ser aceleradas originan ondas electromagnéticas. Un campo eléctrico variable engendra un campo magnético variable y este a su vez uno eléctrico, de esta forma las o .e. m. se propagan en el vacio sin soporte material.
Dentro de este tipo de ondas dependiendo de su longitud de onda y frecuencia, se clasifican en distintos tipos (ver “Espectro Electromagnético”), hoy en día las ondas de radio y televisión, las microondas, los Rayos X…, son algo cotidiano.
Los efectos de las radiaciones gamma, rayos x, rayos UVA, son conocidos, pero los de las ondas de radio y televisión no . Algunos estudios indican que estas ondas pueden ser una seria amenaza para la salud, pudiendo provocar efectos adversos sobre el hombre tal y como el desarrollo de tumores, debilitación del sistema inmunológico, hiperactividad, etc. Sin embargo no hay un consenso científico ni explicación clara sobre los efectos de estas ondas sobre las personas.
El Espectro Electromagnético
Las ondas electromagnéticas se agrupan bajo distintas denominaciones según su frecuencia, aunque no existe un límite muy preciso para cada grupo. Además, una misma fuente de ondas electromagnéticas puede generar al mismo tiempo ondas de varios tipos.
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Microondas: Se utilizan en las comunicaciones del radar o la banda UHF ( Ultra-High-Frecuency) y en los hornos de las cocinas. Su frecuencia va desde los mil-millones de hercios hasta casi el billón. Se producen en oscilaciones dentro de un aparato llamado magnetrón. El magnetrón es una cavidad resonante formada por dos imanes de disco en los extremos, donde los electrones emitidos por un cátodo son acelerados originado los campos electromagnéticos oscilantes de la frecuencia de microondas.
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Luz visible: Incluye una franja estrecha de frecuencias, los humanos tenemos unos sensores para detectarla ( los ojos, retina, conos y bastones). Se originan en la aceleración de los electrones en los tránsitos energéticos entre órbitas permitidas. Entre 4·1014Hz y 8·1014Hz.
CARACTERÍSTICAS de LA RADIACIÓN De O. E. M
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Los campos producidos por las cargas en movimiento pueden abandonar las fuentes y viajar a través del espacio creándose y recreándose mutuamente. Lo explica la tercera y cuarta ley de Maxwell.
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Las radiaciones electromagnéticas se propagan en el vacio a la velocidad de la luz «c». Y justo el valor de la velocidad de la luz se deduce de las ecuaciones de Maxwell, se halla a partir de dos constantes del medio en que se propaga para las ondas eléctricas y magnéticas.
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Los campos eléctricos y magnéticos son perpendiculares entre si ( y perpendiculares a la dirección de propagación) y están en fase: alcanzan sus valores máximos y mínimos al mismo tiempo y su relación en todo momento está dada por: E=c· B
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El campo eléctrico procedente de un dipolo está contenido en el plano formado por el eje del dipolo y la dirección de propagación. El enunciado anterior también se cumple si sustituimos el eje del dipolo por la dirección de movimiento de una carga acelerada.
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Las ondas electromagnéticas son todas semejantes y sólo se diferencian en su longitud de onda y frecuencia.
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Las ondas electromagnéticas transmiten energía incluso en el vacío. Lo que vibra a su paso son los campos eléctricos y magnéticos que crean a propagarse. La vibración puede ser captada y esa energía absorberse.
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La intensidad de la onda electromagnética al expandirse en el espacio disminuye con el cuadrado de la distancia.
ASPECTOS SOBRE FUENTES Y PROPAGACIÓN DE ONDAS
Es básico conocer que a medida que las ondas se propagan por el espacio, su densidad de potencia disminuye con la distancia a la fuente dependiendo de la apertura y geometría que presente el frente de ondas. Este hecho es fundamental para la protección, pues conociendo la potencia de emisión y la apertura sabremos las densidades de potencia a las diferentes distancias.
Por ejemplo, una antena que emitiese una onda perfectamente esférica con una potencia (energía por segundo) dada, su densidad de potencia a una distancia determinada sería su potencia de emisión dividida por la superficie de la esfera de ese radio. Como se ve la densidad de potencia de la onda se atenúa de forma proporcional al cuadrado de la distancia. Con otras geometrías del frente de ondas la atenuación podría ser menor, pero en todo caso siempre sería inversamente proporcional a la distancia.
Las antenas de telefonía móvil (estaciones base) están instaladas sobre torres de 10-30 metros de altura, o bien sobre torres mas pequeñas cuando estas van colocadas sobre los edificios. Normalmente cada torre soporta tres antenas, cada una de ellas con una cobertura sobre un sector de 120º. La mayor parte de la potencia radiada se concentra en un rayo de apertura aproximada de 6º, y el resto en una serie de rayos más débiles a los lados del rayo principal.
El rayo principal no llega a alcanzar el suelo hasta una distancia desde la torre de 50 m. aproximadamente, como se aprecia en la figura siguiente.
La potencia máxima de emisión en el estándar GSM (banda de los 900 MHz.) es de 320 wattios y en sistema DCS (banda de los 1.800 MHz.) de 20 wattios, aunque la potencia máxima transmitida por las estaciones base de los operadores españoles se sitúa en el margen de 20 – 35 wattios en la inmensa mayoría de los casos.
Teniendo en cuenta todo lo dicho anteriormente, es fácil comprobar que una antena de telefonía móvil que emitiera al máximo permitido por el estándar GSM (320 W) produciría una densidad de potencia de alrededor de 1W/m2 , en el caso mas desfavorable de una pequeña apertura en el rayo principal, a la distancia de 50 metros y que esta distancia tendría que ser menor de 6 metros para que se superasen los 9 W/m2 que se fijan en los estándares de protección, siempre suponiendo que hablamos de puntos dentro del cono de emisión; es decir, dentro de la apertura del rayo principal. Nuevamente hay que recordar que en la realidad las estaciones base emiten con una potencia mucho mas baja del máximo permitido en la mayoría de los casos.
La potencia de emisión de los teléfonos móviles varia desde 0,6 a 2 wattios, pudiéndose considerar su fuente de ondas como esférico. Es claro que con esta emisión la densidad de potencia, y por tanto la tasa de absorción específica local en los tejidos cercanos al oído, ha de ser mayor que la producida por las estaciones base de telefonía móvil ya que la relación potencia / distancia es favorable a éstos. Por supuesto hay que tener en cuenta que la exposición es temporal y local en los teléfonos, mientras que es permanente y general en el caso de las antenas.
PARÁMETROS DE INTERÉS
Un campo electromagnético puede caracterizarse por medio de su valor pico o valor medio (valor cuadrático medio). Los campos eléctricos (E) se miden en voltios por metro (V/m) y los magnéticos (B) en amperios por metro (A/m) o teslas (T). Estos valores se utilizan a veces como limitadores para referentes de protección.
La intensidad (I), o densidad de potencia, de una onda electromagnética es la energía que traspasa una superficie de 1 m2 en un segundo, por tanto, se trata de una propiedad del campo que varía según el punto donde se determine. La potencia normalmente se mide en wattios(W), y la intensidad en wattios por metro cuadrado (W/m2). Este parámetro, junto con el siguiente, es de importancia para la protección.
Otro parámetro a definir, básico en materia de seguridad y protección electromagnética, es la Tasa de Absorción Específica (SAR), que se define como la potencia absorbida por unidad de masa del objeto irradiado. Se expresa en wattios/kg. Este parámetro se usa para limitar la exposición de los ciudadanos a determinados niveles de campos electromagnéticos. Puede referirse a todo el cuerpo o a partes diferenciadas del mismo (cabeza y tronco, miembros). Este último parámetro es difícil de medir por lo que se utilizan en la práctica otros indicadores, como pueden ser la intensidad de campo eléctrico, la inducción magnética o bien la propia densidad de potencia.
Factores modificadores
Varios factores influencian el efecto de los campos electromagnéticos (EMFs) incluyendo los campos de radio frecuencias (RF):
La fuerza del campo: En general, a campo más fuerte, más fuerte es el efecto anticipado. Hay evidencia, sin embargo, de que, en algunos casos, puede existir un efecto ventana. En estos casos, los efectos se han visto a niveles bajos y altos, pero no a niveles intermedios.
La frecuencia o longitud de onda: La frecuencia y longitud de onda están directamente relacionadas – a mayor frecuencia, menor longitud de onda. La mayoría de las personas están familiarizadas con las diferencias de los efectos entre los Rayos X, radiación ultravioleta, luz visible, y la radiación infrarroja, por ejemplo. Se piensa que las ondas con frecuencias más altas y menores longitudes de onda presentan los mayores riesgos. Los Rayos X y la luz ultravioleta tienen una frecuencia más alta que la luz visible, y se conoce que pueden causar cáncer. A frecuencias por debajo de la luz visible, los impactos adversos están normalmente asociados con los efectos caloríficos de las ondas en los sistemas biológicos. Hay evidencia de que algunos efectos son específicos de una frecuencia o de un rango pequeño de frecuencias.
Las modulaciones en el campo: Las modulaciones son cambios en los campos tales como variación en la frecuencia o fuerza. Efectos diferentes han sido observados con ondas continuas o pulsátiles, y estas diferencias también pueden depender de la frecuencia de la modulación.
La resonancia: La cantidad de energía absorbida depende del tamaño del objeto. Cuando el tamaño del cuerpo interceptando se aproxima al de la longitud de onda es absorbida la energía máxima. A mayor cuerpo menor frecuencia resonante. Para un adulto en pie, es aproximadamente de 77 MHz, para un ratón aproximadamente 2450 MHz. (Hitchcock & Patterson, 1995). El impacto de RF se relaciona, por consiguiente, también con el tamaño del cuerpo que es afectado.
Distancia de la fuente: Las características de las ondas cambian con la distancia de la fuente. Cerca de la fuente, el campo cercano, los campos son más complejos. A distancias que son múltiplos de la longitud de onda (el campo lejano), los campos son más predecibles. Salvo situaciones de trabajo especiales, las exposiciones a los campos de estación base de los transmisores ocurrirían normalmente en lo que es conocido como la zona del campo lejano.
APLICACIONES MEDICO-TERAPÉUTICAS DE LAS ONDAS DE RADIO
El uso más habitual de las ondas de radio con efecto terapéutico se lleva a cabo mediante el uso de corrientes alternas de frecuencia superior a los 100 KHz.
A diferencia de las corrientes alternas de frecuencia menor, las ondas de radio no tienen un efecto excito-motor (estimulante del sistema neuro-muscular), sino que producen en el organismo un efecto térmico. Gracias a las ondas de radio se dispone de un mecanismo para realizar una termoterapia en el interior del organismo de manera homogénea. En la actualidad, las ondas de radio se emplean sobre todo en el tratamiento denominado onda corta.
Se trata de un tipo de corriente alterna de alta frecuencia caracterizada por tener una longitud de onda comprendida entre 1 y 30 metros (10-300 MHz). Es decir, se corresponde con las bandas 7 y 8 (HF y VHF). Son ondas todas de igual amplitud, que se suceden de manera ininterrumpida.
Usualmente se utilizan en medicina ondas de entre 6 y 12 metros, según el acuerdo de la Convención de El Cairo de 1938, que fijó como límite de la onda corta de uso médico la de 50 metros.
La onda corta, debido a su alta frecuencia es capaz de atravesar toda clase de cuerpos, tanto conductores como no conductores, pero es en los cuerpos conductores donde se produce un calentamiento apreciable debido al efecto Joule.
La constante dieléctrica del cuerpo humano es de aproximadamente 80, así que la onda corta producirá calor al atravesarlo. No obstante, el calor producido depende de la zona atravesada. A su paso por la piel y el tejido celular subcutáneo (zonas no conductoras) hay poca producción de calor, mientras que por el interior del organismo, rico en soluciones electrolíticas y por tanto buen conductor, se producirá un calentamiento mayor.
Aparte de su efecto térmico, la onda corta posee otros efectos como son el aumento de la circulación (hiperemia), aumento leucocitario pasajero y acción analgésica y anti-inflamatoria.
Recientemente se sigue investigando en la utilización de ondas de radio en medicina pero no tanto con fines terapéuticos sino más bien de observación. Estas técnicas se basan sobre todo en el empleo de ondas de radio conjuntamente con campos magnéticos, de manera similar a como se combinan campos magnéticos y eléctricos en la Resonancia Magnética Nuclear (en inglés Nuclear Magnetic Resonance Imagin o NMR).
Uno de estos campos de investigación se centra en la detección de los denominados radicales libres. Se trata de moléculas con uno o más electrones desapareados en su orbital más externo. Estas moléculas están involucradas en el metabolismo, y por tanto están presentes en el organismo.
La importancia de los radicales libres reside en el hecho de que se cree que están relacionados con ciertos estados tempranos de muchas enfermedades, tales como el cáncer y ciertas enfermedades cardiacas.
Algunas de estas técnicas en desarrollo son:
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Radiofrequency Electron Spin Resonance (ESR) spectroscopy: un método para detectar los electrones de los radicales libres directamente mediante el empleo de campos magnéticos y ondas de radio
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Longitudinally-Detected ESR Imaging (LODESR Imaging): un método alternativo para detectar radicales libres, usando también campos magnéticos y ondas de radio. Esta técnica establece la base de un método para representar imágenes de los radicales libres y parece detectar concentraciones inferiores que las técnicas convencionales.
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Proton-Electron Double-Resonance Imaging (PEDRI): Una técnica para representar la distribución de los radicales libres dentro del organismo. PEDRI resulta de combinar ESR con Nuclear Magnetic Resonance Imaging (NMR), y también emplea campos magnéticos y ondas de radio.
VALORES A LOS QUE ESTAMOS SOMETIDOS
(Ondas de radio frecuencia)
.Fuentes Naturales : Las densidades de potencia a las que el ser humano se ve expuesto debido a estas fuentes son muy bajas, teniendo únicamente algo de relevancia el sol, cuya densidad de potencia (de RF) en la superficie es inferior a 0.01 mw/m².
Ente los standareds y regulaciones de seguridad de exposición a radiaciones, los más difundidos son los del Institute of Electrical and Electronics Engineers and American National Standards Institute (IEEE/ANSI) y los de la International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection (ICNIRP).
Los límites pueden venir expresados en dos tipos de unidades. Cuando interesa describir la potencia de la radiación en el aire, sin atender a su interacción con un cuerpo expuesto a la señal, se emplea la densidad de potencia (S), que se define como potencia por unidad de superficie perpendicular a la dirección de propagación de la onda electromagnética.
Si, por el contrario, el interés de la medida radica en valorar la forma en que la energía de una radiación es absorbida por un cuerpo dado, se calcula la tasa de absorción específica (SAR). La SAR es la derivada en el tiempo del incremento de energía (dW) absorbida por una masa diferencial (dm) contenida en un volumen diferencial (dV) y que tiene una determinada densidad. El valor de la SAR es, por tanto, dependiente, entre otros parámetros, del valor de la densidad de corriente inducida por la radiación en el tejido (A/m²), de la densidad del tejido (kg/m³) y de la conductividad del tejido (S/m).
A continuación se recoge un resumen de niveles de referencia (NR) y restricciones básicas (RB) para exposiciones a RF (ICNIRP Guidelines,1998).
Densidad de potencia (w/m²)
Frecuencia (MHz)
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Público
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Ocupacional
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400-2000
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f/200 (NR)
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f/40 (NR)
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2000-300000
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10 (NR)
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50 (NR)
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10000-300000
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10 (RB)
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50 (RB)
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SAR w/kg(Entre 0.1 y 10000 MHz)
Localización
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Público
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Ocupacional
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Cuerpo completo
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0.08 (RB)
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0.4 (RB)
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Cabeza y tronco
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2 (RB)
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10 (RB)
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Miembros
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4 (RB)
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20 (RB)
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Notas a las restricciones básicas(RB) : Las RB son restricciones en los niveles de exposición basadas en efectos sobre la salud bien establecidos. Para asegurar una protección contra tales efectos, los valores correspondientes no deben ser rebasados.
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Todos los valores SAR han de ser promediados sobre cualquier periodo de 6 minutos.
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Valores SAR para cabeza + tronco y para miembros, absorbidos por 10 gramos de tejido contiguo.
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Las densidades de potencia han de ser promediadas sobre cualquier área de 20 cm² de superficie expuesta y para periodos de minutos (siendo f la frecuencia en GHz), para compensar la reducción en la penetración al incrementar la frecuencia.
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Las densidades de potencia máximas, promediadas sobre 1 cm², no deben exceder en más de 20 veces los valores de la tabla.
EFECTOS SOBRE LA SALUD
Los efectos sobre la salud de las ondas electromagnéticas son muy variados en función de su frecuencia; es decir, de la energía que portan sus fotones. Abarcan desde los efectos nulos, para muy bajas frecuencias, hasta efectos gravísimos en el caso de los rayos gamma o de los rayos cósmicos.
Las ondas de telefonía móvil quedan dentro del rango de la radiación electromagnética no-ionizante; es decir, no portan suficiente energía para poder romper los enlaces químicos. Este hecho es de una trascendencia fundamental, pues determina que las ondas, por sí solas, no puedan deteriorar materiales sensibles como el ADN o complejos enzimáticos, o bien, inducir la formación de sustancias extrañas. Dado que en el deterioro del ADN se encuentra la base de los procesos mutágenos y cancerígenos, el carácter no-ionizante de estas ondas adquiere una importancia capital.
No obstante se ha argumentado sobre la posibilidad de efectos bioquímicos por cooperación, de forma que la radiación potencie sustancias o fenómenos que conjuntamente pudieran producir alteraciones, no producidas individualmente. Así mismo se han señalado, como hipotéticas causas de modificaciones bioquímicas, fenómenos de resonancia.
Aparte de los efectos bioquímicos, las ondas electromagnéticas, presentan claros aspectos biofísicos. En el rango de frecuencias que nos importa el efecto térmico es manifiesto y su influencia en la salud innegable. Además, otros fenómenos biofísicos tales como la creación de dipolos, alteración en las corrientes de fluidos orgánicos, alteraciones en los electrolitos, etc., se han señalado como causas hipotéticas, aunque al día de la fecha no manifiestas, de alteraciones en la salud.
Dejando aparte el efecto térmico, que pasaremos a tratar seguidamente, el resto de las hipotéticas causas, bioquímicas o biofísicas, de alteraciones conducentes a efectos negativos sobre la salud no se muestran, en el presente, evidentes en modo alguno. No obstante, la postura lógica y científica es la de continuar su estudio en el futuro, sin bajar en ningún momento la guardia.
El efecto térmico es debido a que todo campo electromagnético variable, y una onda es eso, induce corrientes eléctricas, y éstas a su vez disipan energía, en mayor o menor cuantía dependiendo de los coeficientes de conductividad e inducción. La disipación de energía contribuye evidentemente a la elevación de la temperatura, que será de forma local o general dependiendo que la irradiación sea local o general.
Así las cosas, una irradiación general, si es lo suficientemente intensa para que los mecanismos de reestablecimiento del equilibrio térmico se vean superados, producirá un estado de salud alterado correspondiente con una hipertermia y presentará los signos y síntomas de tal estado febril, así como las consecuencias que tal estado conlleva si se prolonga excesivamente en el tiempo.
Análogamente una irradiación parcial produce una elevación de la temperatura localmente en la zona irradiada, que pondrá en marcha los mecanismos de reestablecimiento del equilibrio térmico. Vistas así las cosas, pudiera parecer que la irradiación local tiene consecuencias menos graves que la general, pero esto es engañoso en algunos casos, ya que la lesión local puede ser grave si hay dificultades para equilibrar la temperatura, por ejemplo por ser un tejido poco o nada vascularizado (tal es el caso de las cataratas), aunque para que se produzca esta lesión se necesitan intensidades muy altas (densidades de potencia mayores de 100 W/m2 ) así como un tiempo prolongado de exposición. Por otra parte irradiaciones muy localizadas pueden ser a la vez muy intensas, o sobre tejidos muy sensibles a la temperatura.
La irradiación natural procedente del sol, que se centra en las frecuencias del espectro visible, tiene poca penetración en el organismo, cediendo la mayor parte de su energía en los tejidos superficiales; mecanismos de equilibrio, refinados evolutivamente, se opondrán a esta hipertermia superficial. Por el contrario, las radiofrecuencias, con longitudes de onda mucho mayores, penetran profundamente en el organismo cediendo energía en todo la masa corporal. Aunque sin darle importancia alguna en las exposiciones normales, este hecho se ha de mencionar en relación con los embarazos.
Se ve, pues, que los efectos térmicos de las radiofrecuencias pueden producir alteraciones en la salud si aquellas son lo suficientemente intensas para que la energía cedida al organismo llegue a elevar la temperatura de forma general o local. Así que se hace necesario fijar límites a la irradiación para que no se traspase el umbral, con un generoso margen de precaución, por encima del cual se manifiestan los efectos térmicos.
Llegado este punto, conviene dividir los efectos sobre la salud imputados a las ondas electromagnéticas de radiofrecuencia en dos grupos:
1.- Uno haría referencia a los efectos térmicos, que brevemente se han esbozado en párrafos anteriores, y que son conocidos, estudiados y aceptados de forma unánime.
2.-Y el otro grupo incluiría el resto de los efectos sobre la salud, a saber, la mutagenicidad, la carcinogenicidad y los efectos nerviosos, principalmente; sobre los que también hay una opinión mayoritaria, con alguna discrepancia en sectores muy minoritarios, del ámbito de la investigación.
En el presente, la Comunidad Científica es de la opinión de que no hay evidencias que avalen que las radiofrecuencias usadas en telefonía móvil producen efectos sobre la salud, aparte de los térmicos. Se han dedicado a este aspecto innumerables experimentos, tanto «in vitro» como «in vivo», negativos en su inmensa mayoría, a pesar de que la exposición a la que se somete el objeto de experimentación suele estar muy por encima de las densidades de energía que se recomiendan en los estándares de protección.
En resumen, al día de hoy, no hay evidencias científicas de que las ondas electromagnéticas utilizadas en la telefonía móvil produzcan otro efecto sobre la salud distinto del térmico. Efecto, este último, que habrá que evitar imponiendo limitaciones en la emisión.
EFECTOS DE LAS ANTENAS DE TELEFONÍA CELULAR SOBRE LA SALUD ¿SON REALMENTE PELIGROSAS?
¿Son realmente peligrosas las ondas electromagnéticas para la salud?
Esta es la pregunta del millón. Reconduzcámosla ligeramente: ¿Cuáles son los efectos de los campos electromagnéticos sobre las personas?.
En primer lugar diremos que los efectos de las ondas electromagnéticas dependen en gran medida de su frecuencia. Los primitivos móviles analógicos (el servicio Moviline de Telefónica) trabajaban en la banda de 450 MHz. Los primeros móviles GSM trabajaban en la banda de 900 MHz, y en la actualidad se ha habilitado una banda más en 1.800 MHz. La telefonía móvil de tercera generación (UMTS) funcionará inicialmente en la banda de 2.100 MHz.
La profundidad a la que penetran las ondas en el cuerpo humano depende de la frecuencia. Las señales de frecuencia más baja (del orden de kilohercios) atraviesan el cuerpo humano como si éste fuera transparente, de forma que no hay energía que se disipe en el cuerpo y los efectos de la radiación son despreciables.
A frecuencias más altas, la radiación comienza a ser absorbida por los tejidos, y a la frecuencia de trabajo de los móviles, casi la totalidad de la energía es absorbida en unos pocos centímetros de profundidad a partir de la piel. La energía absorbida se convierte en calor, produciendo el calentamiento de los tejidos expuestos. Cuanta mayor sea la potencia de la señal incidente, tanto mayor será el calentamiento de los tejidos.
Hay que tener en cuenta que los tejidos son extremadamente sensibles a los incrementos de temperatura, y las células comienzan a morir a partir de los 42ºC, y se produce un gran índice de mortandad a partir de los 45ºC. Sin embargo, es conocida la enorme capacidad reguladora del cuerpo humano, y es muy difícil conseguir un calentamiento de los tejidos a estas temperaturas. Si se calienta un cuerpo humano por entero, la sudoración y otros fenómenos fisiológicos se encargarán de mantener la temperatura dentro de los limites tolerables. Si se calienta una zona concreta del cuerpo, el riego sanguíneo funciona como un refrigerante efectivo, que extrae el calor de la zona afectada para distribuirlo sobre todo el cuerpo, que a su vez tiene la temperatura regulada por los procesos fisiológicos antes citados.
En la actualidad, los límites de radiación recomendados por distintos organismos oficiales han sido establecidos teniendo en cuenta únicamente los efectos térmicos de las radiaciones electromagnéticas, que son los únicos que han sido demostrados con evidencia en la actualidad.
Por debajo de los límites de radiación establecidos, los efectos térmicos de la radiación electromagnética son contrarrestados sobradamente por los mecanismos de regulación de la temperatura del cuerpo humano.
Sin embargo, hoy en día la controversia está centrada en posibles efectos no térmicos de los campos electromagnéticos. A menudo se considera que dado que la telefonía móvil tiene escasos años de existencia, los efectos médicos de los campos electromagnéticos no han sido estudiados hasta hace poco tiempo.
Nada más lejos de la realidad. La primera aplicación de un campo eléctrico para el tratamiento del cáncer se produjo tan solo cuatro décadas después de que Volta, en el año 1.800, describiera la pila eléctrica.
Quizás sea destacable el hecho de que al contrario de los pioneros de la radioactividad y las radiaciones ionizantes, que vieron su salud y su vida seriamente afectadas por los experimentos, d´Arsonval (1851-1940), Tesal (1856-1943) y otros pioneros de la radiofrecuencia, como Eli Thomson (1853-1937), vivieron todos más de ochenta años. Estos pioneros realizaron muchas experiencias sobre sí mismos en busca de efectos médicos de los campos electromagnéticos.
Deia/ Nekane Lauzirika.
(22 de Marzo de 2001)
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Desde entonces, han sido muy numerosos los estudios científicos que se han llevado a cabo en busca de efectos no térmicos de los campos electromagnéticos, pero ninguno de ellos ha podido establecer una relación causa-efecto.
En la década de los años cincuenta, se generó alrededor de la utilización de los hornos microondas una polémica bastante similar a la que se ha suscitado en la actualidad con las antenas de telefonía móvil. En realidad, la radiación que existe en el interior de un microondas es muy similar a la generada por las antenas de telefonía celular, salvo que la potencia en el interior del horno es muy superior.
En 1953, Schwan recomendó que se adoptara una radiación de 10mW/cm2 como límite de las dosis electromagnéticas tolerables. Sin embargo, cinco años más tarde, la Unión Soviética promulgó un límite estándar de tan solo 10mW/cm2. Pasado algún tiempo, tras revisar todos los datos experimentales sobre animales de que se disponía entonces, varios investigadores norteamericanos llegaron a la conclusión de que eran necesarios más de 100 mW/cm2 para producir algún efecto biológico de relevancia. Sobre esta base, adoptando un factor de seguridad de 10, el United States of America Standards Institute (USASI, ANSI en la actualidad) recomendó un nivel máximo de seguridad de 10mW/cm2.
Llegados a este punto, la polémica se desató, e incluso desde el Gobierno de los Estados Unidos se temió por la posibilidad de que a largo plazo pudiesen aparecer problemas de salud pública que afectaran a millones de ciudadanos. Sin embargo, estos problemas jamás aparecieron y en la actualidad, el horno microondas es aceptado en la mayoría de los hogares como un electrodoméstico más.
En la actualidad, los límites generalmente aceptados para la exposición a los campos electromagnéticos son del orden 900 mW/cm2 para GSM 1800 y la mitad para GSM 900.
El
Correo.(12 de Mayo):
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Estos límites están algo por encima de los límites conservadores impuestos por las autoridades Soviéticas, pero están bien por debajo del umbral recomendado por el ANSI en su día .En 1992 David Reynard disparó la alarma al anunciar en la televisión de Estados Unidos que el uso del teléfono móvil había causado el tumor cerebral de su esposa. En 1995 la demanda interpuesta contra las compañías de telefonía móvil fue desestimada por falta de evidencia, pero desde entonces, se han realizado numerosos estudios a lo largo de todo el mundo, con la intención de demostrar o refutar los efectos de los campos electromagnéticos sobre la salud humana. Estos estudios han puesto un mayor énfasis en determinar la relación entre el cáncer y la exposición a las radiaciones electromagnéticas.
Hacer un estudio epidemiológico completo no es una tarea sencilla, cuando lo que se busca no es una relación causa-efecto directa. Al igual que en el caso del tabaco, no hay una relación directa entre el consumo de tabaco y, por ejemplo, el cáncer de pulmón. Existe gente que contrae cáncer de pulmón y no ha fumado jamás, y por el contrario, existen grandes consumidores de tabaco que conservan su salud hasta edades muy avanzadas.Sin embargo, el efecto del tabaco se hace manifiesto cuando se analizan los datos de forma estadística.
Es decir, el efecto del tabaco se puede medir como el incremento de la probabilidad de contraer cáncer de pulmón en la población fumadora, respecto de la que no lo es.
Este tipo de respuestas es el que se ha buscado en los estudios epidemiológicos realizados para analizar los efectos de las radiaciones electromagnéticas.
CÁNCER Y EXPOSICIÓN A CAMPOS DE RF
Según los datos y experimentos que se han realizado hasta la actualidad, no está ni mucho menos demostrado que la exposición de un sujeto a campos de radiofrecuencias aumente el riesgo en el mismo de desarrollar algún tipo de cáncer.
Un reciente estudio en el cual se ubicaban ratones alterados genéticamente en las proximidades de un transmisor de RF (similar a los empleados en comunicaciones móviles), encontró que la probabilidad de desarrollar un cáncer era superior en aquellos ratones sometidos a los campos de RF.
Asimismo, varios estudios epidemiológicos, han sugerido algún tipo de relación entre la exposición a campos de RF y el desarrollo de cánceres y tumores. No obstante, dichos estudios parecen no aportar la suficiente información como para evaluar el verdadero riesgo de desarrollo de cánceres en seres humanos debido a la exposición a campos de RF.
En realidad los resultados obtenidos por distintos estudios llegan a ser inconsistentes, pudiendo ser una explicación de dicha inconsistencia el hecho de que resultan ser estudios muy diferentes en cuanto a diseño, ejecución e interpretación de los resultados obtenidos.
En otro estudio de esta índole, se ha comprobado como la exposición a campos de RF de baja intensidad (intensidad insuficiente para producir calentamiento (efecto no térmico), de gatos y conejos, altera la actividad cerebral de los mismos, pues modifica la movilidad el ion de calcio. Este efecto también se ha visto en tejidos aislados y células.
Otros estudios han sugerido que los campos de RF alteran el ritmo de proliferación de células, que cambian la actividad enzimática e incluso que afectan al ADN de las células.
No obstante y de nuevo cabe comentar que ni los efectos encontrados, ni sus implicaciones sobre la salud humana son lo suficientemente conocidos.
NUEVOS DATOS NO SUSTENTAN LA RELACION CANCER – ONDAS ELECTROMAGNETICAS
Nuevos datos no sustentan la relación cáncer-ondas electromagnéticas no existe una relación fuerte entre la presencia de cáncer y las ondas electromagnéticas generadas por cables de conducción eléctrica, según lo informaron expertos del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental de Estados Unidos en la última edición de Causes Cáncer Control. Después de revisar la literatura científica disponible y realizar una investigación durante más de 6 años, los investigadores no encontraron pruebas sólidas de dicha relación, aunque aseguraron que identificaron un riesgo pequeño en estudios ocupacionales, por lo que recomiendan a las personas y empresas reducir la exposición a las posibles fuentes de ondas electromagnéticas. (ReUTERS ENERO, 2001)
Efectos térmicos, atérmicos y efectos no-térmicos
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los efectos Térmicos ocurren cuando hay energía de RF suficiente para causar un aumento mesurable en la temperatura del objeto o persona (por ejemplo, más de 1°C).
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los efectos de Atérmicos ocurren cuando hay energía suficiente para causar un aumento en la temperatura del cuerpo, pero no se observa ningún cambio en la temperatura debido al enfriamiento natural o externo.
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los efectos No-térmicos son aquéllos que ocurren cuando la energía de la onda es insuficiente para elevar las temperaturas por encima de las fluctuaciones de temperatura normales del sistema biológico estudiado.
Los Efectos térmicos
En general están bien documentados los efectos térmicos de los campos de RF. Estos incluyen: cambios en la regulación de temperatura, función endocrina, función cardiovascular, respuesta inmune, actividad del sistema nervioso y comportamiento. Sólo se han observado cambios genéticos en presencia de una elevación sustancial de temperatura. Los efectos irreversibles, que incluyen cataratas y los efectos de desarrollo en la descendencia, han sido citados en exposiciones superiores a 10 W/Kg (RSC, 1999). A más bajas intensidades, entre 1 – 4 W/Kg, no se espera que ocurran estos efectos irreversibles. Efectos fisiológicos y del comportamiento a exposición termal moderada a RF son considerados reversible con la cesación de exposición.
Los efectos más sensibles hallados son las respuestas del comportamiento. Se ha identificado en los estudios del comportamiento a corto plazo un nivel de exposición umbral de 4 W/Kg, y éstos se han usado para derterminar niveles de 0.4 W/Kg para exposiciones profesionales y 0.08 W/Kg para exposiciones públicas. Basándose en los resultados de los estudios a largo plazo, se sugiere que un umbral para el efecto en el comportamiento en las ratas puede ser más bajo – entre un SAR de 1.5 y 3.6 W/Kg a 1300 MHz, y 0.4 y 0.7 W/Kg a 2450 MHz. Todavía se piensa que estos efectos son debidos a los efectos térmicos, aun cuando no se han medido los cambios de temperatura de cuerpo entero. Generalmente se supone que los efectos adversos de RF sólo ocurren a niveles dónde ocurre también el calentamento. Las fuerzas del campo a que el público general es expuesto están bastante por debajo de aquéllos en que ocurren cambios térmicos. Varios dispositivos médicos usan la energía electromagnética y pueden producir exposición mayor a 4 W/Kg. La Imagen por Resonancia Magnética (MRI) es la fuente principal de exposición de RF del uso médico en Canadá. Los límites de la exposición son 2 W/Kg sobre un 25% del cuerpo para las exposiciones del 15 minutos, o menos, y se han establecido 1 W/Kg para las exposiciones mayores de 15 minutos. La FDA americana ha aprobado recientemente una terapia de RF para el insomnio psicofisiológico crónico. Esta terapia es eficaz a niveles por debajo de 4 W/Kg.
Los Efectos no-térmicos
Se han citado muchos efectos en campos de fuerza que no inducen cambios de temperatura. Se debate actualmente la importancia sobre la salud de estos cambios, con resultados de estudios humanos experimentales que varian mucho y son inconsistentes. Incluso los mejores estudios tienen las limitaciones severas. Se han informado varios efectos biológicos a SAR por debajo de 0.08 W/Kg o densidades de potencia (dependiendo de las frecuencias) de 2-10 W/m2. Éstos incluyen los efectos en la proliferación celular,flujo del ion de calcio, permeabilidad de la barrera hematoencefálica, comportamiento, y la enzima decarboxylase de ornithine.
La Proliferación celular
El aumento en la proliferación celular se une al desarrollo de cáncer. Se ha estudiado la influencia de exposición de RF en la proliferación celular in vitro con resultados mixtosEl
Flujo de iones de calcio
La posibilidad de las ondas electromagnéticas de aumentar el flujo de iones del calcio fuera de células se demostró primero en 1975 por Bawin. Este efecto se ha usado como un marcador para el efecto sobre el sistema nervioso en en los experimentos in vitro. No es dosis dependiente. Más bien muestra un «efecto de la ventana.» Ciertas frecuencias, densidades de potencia, modulaciones, y temperaturas son eficaces y otros no son. No hay pendiente clara, por ejemplo el efecto puede ser mayor a frecuencias más altas o puede ser mayor a densidades de potencia más altas . Se han observado respuestas a densidades de potencia tan bajas como 0.05 W/Kg con RF de 915 MHz . La Sociedad Real de Canadá hace notar que hay datos insuficientes para evaluar estos efectos a bajos niveles de exposición con RF sobre 1000 MHz ya que éstos no se ha investigado. Concluye que esas ventanas de densidad de potencia se han observado para la frecuencia sumamente baja (ELF) modulada o RF y portadores del microonda y que en esos ELF-modulados la radiación de RF podría efectuar el flujo del calcio del tejido del cerebro.
Ornitina Decarboxilasa (ODC) y Poliaminas
La decarboxilasa de Ornitina (ODC) es una enzima que se relaciona con el crecimiento celular y desarrollo. Hay una correlación entre los niveles aumentados de ODC y un aumento en el crecimiento celular y multiplicación de células normales o cancerosas. Se ha demostrado que un aumento pequeño de actividad de ODC ocurre tanto en cultivos celulares como en animales expuestos a varias ondas electromagnéticas. Una a cuatro horas de exposición a frecuencias de radio moduladas de 450 MHz a un SAR de 0.08 W/Kg producían un 1.5 – 2.6 de aumento en el nivel de ODC. La Sociedad Real de Canadá hace notar que las células de mamífero y pueden ser sensibles a exposiciones de componentes magnéticos de baja frecuencia, microondas y RF a SARs de entre 0.1 a 2.5 W/Kg, y esto efectos puede ocurrir en menos de una hora de exposición.
Aunque la expresión de ODC se ha relacionado con varios efectos, el de mayor preocupación ha sido la relación con el cáncer. La producción de ODC ha sido asociada con la promoción de cáncer más que con su iniciación o progresión. Los datos actuales sugieren que la sobre-expresión de ODC, aun cuando no esté asociada con la proliferación celular, podría ser suficiente para causar la promoción del tumor. Sin embargo, el aumento observado en ODC del ELF generalmente es mucho menor del observado por los agentes químicos dónde se han detectados hasta aumentos de 500 veces. La Sociedad Real de Canadá concluye que el potencial de efectos aditivos o sinérgicos de los ELF deben ser tenidos en cuenta cuando se considera el potencial impacto en la salud de los RF, y se necesita mayor investigación en este área antes de los riesgos, si existen, puedan cuantificarse.
Melatonina
La melatonina es una hormona de la glándula pineal cuya producción es más alta durante la noche (el periodo oscuro). Juega un papel crítico en las varias funciones corporales incluso en la reproducción. Dada la importancia de la luz visible en la función pineal, y de que los datos que sugieren que el ELF puede afectar a la producción y utilización de la melatonina, también es posible que la RF pudiera tener un efecto en esta hormona. Aunque algunos estudios han mostrado ningún impacto de RF en la producción del melatonina, la Sociedad Real de Canadá concluye que éstos no son suficientes para rechazar la hipótesis de que las RF puedan afectar la función pineal, la regulación de niveles de melatonina, o la utilización celular de esta hormona.
Los Efectos en Membranas celulares
El flujo de calcio, potasio e iones de sodio a través de las membranas celulares es importante para las varias funciones de la célula y para la transmisión de mensajes entre las células. Diversos estudios han mostrado que ELF y RF pueden tener un impacto en el movimiento de estos iones a través de la membrana celular. Éstos han sido citados a varios niveles de la exposición (0.2-200 W/Kg) y frecuencias que van de 27 MHz a 10 GHz . La importancia de estos efectos se desconoce.
Algunos estudios han mostrado que el RF puede afectar a la barrera hemato-encefálica a niveles por debajo de las pautas de la exposición canadienses actuales. RF de 915 MHz causaron un aumento significativo en la permeabilidad a 0.016 – 0 0.1 W/Kg. La Sociedad Real de Canadá sugiere que la variabilidad en los resultados obtenidos en los estudios de la permeabilidad puedan ser debidos a la sensibilidad de ciertas células a frecuencias específicas y/o modulaciones en las ondas.
Efectos en el Sistema Nervioso central
Un trabajo hecho en la Unión Soviética durante los años cincuenta sugiere que la radiación de microondas (el MW) podría tener un efecto en el cerebro (RSC, 1999). Sin embargo, estos resultados no se han reproducido posteriormente. Dado que el cerebro es parte más activa del cuerpo eléctricamente, es posible suponer que los microondas pudieran inducir efectos dentro del sistema nervioso central.
Hay varios casos donde hay una correlación entre un efecto biológico y una condición clínica. Por ejemplo, en la enfermedad de Alzheimer una pérdida de acetilcolina conduce a deterioro de memoria y cognoscitivos. Hay evidencia para sugerir que la radiación del MW puede influir en las enzimas del colinesterasa. La Sociedad Real de Canadá concluye que, en estos momentos, los datos son insuficientes mostrar una relación entre la exposición del MW y Alzheimer o las enfermedades relacionadas. También concluye que no hay evidencias para apoyar una relación entre RF y convulsiones o epilepsia.
Hay alguna evidencia de impacto de RF en los patrones de sueño: reducción de inicio de sueño y reducción del periodo movimiento rápido del ojo (REM) del sueño. Los datos son insuficientes para dibujar cualquier conclusión firme en las implicaciones de estos resultados para la salud.
Efectos sobre comportamiento
Las normas de seguridad presentes están basadas en el umbral para los efectos sobre comportamiento de RF. Hay evidencia de que algunos campos electromagnéticos, incluso RF, tienen un impacto en el sistema nervioso a niveles dónde no se espera ningún efecto calorífico. En algunos estudios, ratas expuestas a RF han realizado peor tareas de memoria espaciales. Se ha sugerido que éstos puedan relacionarse a los cambios bioquímicos en el sistema de opioides (el control de dolor) que se ha observado a RF de 2450 Hz a 0.6 W/Kg o 10 W/m2. Campos de microondas de bajo nivel (2450 MHz a 10 W/m2) han causado los efectos sinérgicos con drogas psicoactivas.
Mecanismos de Acción
Algunos de los efectos de ondas electromagnéticas, incluso RF, no dependen de un aumento en la temperatura. Hay similitudes en frecuencias sumamente bajas (el ELF) en los efectos en el flujo de ion de calcio celular, actividad de ODC, y actividad del comportamiento al relacionados al sistema de opioides y aquéllos observados con los campos de RF. Las diferentes formas de ondas pueden tener los efectos diferentes. ELF contínuo y modulado RF pueden producir los efectos no-térmicos diferentes a veces. La Sociedad Real de Canadá hace notar que para entender mejor el mecanismo por que los efectos no-térmicos ocurren es necesario, por otra parte, que cada vez que la industria de comunicación modifique su forma de onda, necesita ser probado para determinar si puede conducir hacia un efecto biológico perjudicial.
Daño genético
Un número grande de estudios ha investigado el potencial de campos de RF para causar daño a los genes. Éstos no han dado resultados positivos consistentes. Un reciente estudio mostró daño del ADN en el cerebro de ratas expuestas a ondas a 2450 MHz, sin embargo estos resultados no se han corroborado. Algunos ensayos de transformación celulares sugieren que los campos de RF puedan ser sinérgicos en combinación con otros agentes conocidos o promotores.
Cáncer
La relación entre la exposición de RF y cáncer, específicamente el leucemia, se sugirió primero por Prausnitx y Susskind en 1962. Otros estudios han mostrado incremento de cáncer o formación de tumor (tumor mamario, tumores de piel) por RF solo o junto con otros agentes. Dado las dosis usadas en los experimentos, no es posible eliminar los efectos térmicos como un factor contribuyente. Un reciente estudio mostró en ratones cáncer-predispuestos un 2.4 veces de aumento de linfomas. Otros estudios no han podido reproducir este hallazgo, encuentra una reducción de tumores después de las exposiciones a RF. Dos recientes estudios a largo plazo en ratones predispuestos a tumores no muestran incidencia aumentada de cáncer del pecho o de linfoma, leucemia, o tumores del cerebro. Varios estudios animales han estudiado la habilidad de campos de RF de acelerar el desarrollo del tumor. La mayoría de éstos ha dado los resultados.
¿Cómo protegerse?
antena de bioprotección electromagnética
Las investigaciones realizadas hasta la fecha han llevado al desarrollo de productos tendientes a asegurar la «biocompatibilidad electromagnética», es decir lograr que los aparatos electromagnéticos que usamos no nos afecten en forma negativa.
Mientras no se incluyan dispositivos especiales dentro de los mismos equipos, será necesario que cada usuario tome las precauciones del caso colocando él mismo la protección requerida, si lo estima pertinente.
Actualmente se encuentra disponible en Chile la antena de bioprotección electromagnética «Tecno AO» desarrollada en Francia. Para los celulares, es un pequeño botón alargado que se pega al aparato, mientras para las pantallas de monitores y televisores, es una suerte de doble antena de unos 15 cm de largo.
La efectividad de sistemas como las antenas Tecno AO de bioprotección electromagnética consta en diversos estudios y en particular en el que realizó el prof. Derek Clements-Croome, de la Universidad de Readings, en The Southampton and SW Hants Health Authority Head Office.
En el gráfico que sigue se señalan los cambios observados por 23 usuarios de la antena, según consta en uno de los estudios disponibles:
LA PLACA ANTIRRADIACCION
El cráneo humano ofrece cierto grado de protección sobre el cerebro contra los impactos físicos producidos por las radiaciones electromagnéticas. Investigaciones médicas han demostrado que, cuando se utiliza el teléfono móvil, las radiaciones electromagnéticas penetran directamente al cerebro a través de los oídos, en donde apenas existe protección.
¿ EN QUE CONSISTE LA PLACA ANTI RADIACIÓN?
Se trata de una malla protectora magnética de alta eficacia que, colocada en el auricular de su teléfono móvil bloquea hasta un 99,9 % las radiaciones electromagnéticas.
LA POLUCION MEDIAMBIENTAL PRODUCIDA POR LAS ONDAS ELECTROMAGNETICAS ES PELIGROSA
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¿ En que consiste la cuarta polución medioambiental «ondas electromagnéticas» ?
Las ondas electromagnéticas, (energía del electromagnetismo) corren a una velocidad inimaginable de hasta 300.000 Km. por segundo, similar a la velocidad del rayo. Como la frecuencia de las ondas aumenta, la longitud de las ondas disminuye y, por tanto, la energía de las ondas electromagnéticas aumentan. El campo de la energía generada en un extremo es el «campo eléctrico» y, en el otro extremo el «campo magnético». Ambos campos convergen en un ángulo recto produciendo las ondas electromagnéticas en dirección al ángulo opuesto.
Las ondas electromagnéticas se encuentran a muy baja frecuencia (ELF: 0-1kHz), ultra baja frecuencia (VHA: 1-500 kHz), radio frecuencia (RF: 500kHz-300MHz) y micro-frecuencia (300 MHz-1GHz). Las pruebas han demostrado que, especialmente, estas micro-frecuencias modifican la forma y cantidad de Na, K, Ca y CI en movimiento a través de las paredes celulares debido al campo magnético y eléctrico a que han sido expuestos y, en consecuencia, influyen de forma directa en la hormona secretiva. La micro-frecuencia, en particular, alcanza una temperatura en el tejido corporal de 1.2Cº. Según los científicos, cualquier cambio superior a 1Cº durante un cierto periodo de tiempo puede derivar en graves consecuencias para la salud.
http://html.rincondelvago.com/ondas-electromagneticas-en-el-cuerpo-humano.html