«Piensa en esto: cuando te regalan un reloj, te regalan un infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y paseará contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.»
Historias de cronopios y de famas, 1962 (Julio Cortázar)
Espacio y tiempo, dos conceptos tan diferentes y a la vez tan unidos que no puede existir uno sin el otro. Tres dimensiones espaciales largo, ancho y alto (x,y,z) forman nuestra realidad 3D y el movimiento en el espacio en una dimensión superior es percibido como tiempo en la nuestra. Entonces ¿cuál de los dos es verdadero?, ¿el espacio o el tiempo? Hace aproximadamente 5000 años, se decidió, o más bien se les dio el conocimiento de la medición del tiempo y el concepto del calendario a los egipcios, que más tarde, modificado varias veces por conveniencia, conoceríamos finalmente como calendario gregoriano. Este conocimiento y concepto entregado por Enlil, se basaba en transformar el espacio en tiempo mediante lo que se conoce actualmente como frecuencia 12:60. Este concepto se basa en la división del círculo en 360º, subdividido en 12 partes de 30º cada una, dándole al clero masculino de Egipto y Mesopotamia la norma para sus jerarquías “solares masculinas” orientadas a lo celestial. De esta forma, en Babilonia y Egipto surgieron las 12 casas del zodíaco y la astrología occidental tradicional y el calendario compuesto de 12 meses. Como 12 meses de 30 días dan como resultado sólo 360 días, se agregó un período de purificación extra de cinco días para completar el año solar. El “poder solar” del círculo de 12 meses se difundió hasta Grecia y de ahí hacia Roma. A Priscius Tarquinus, antiguo emperador de Roma (616-579 a.C.), se le atribuyó la creación del calendario a partir del cual se derivó finalmente el calendario Gregoriano.
En el año 45 a.C., Julio César reformó el calendario con la ayuda del astrónomo egipcio Sosígenes, dispuso que el año fuera de 365 días y el bisiesto, cada 4 años de 366 días; dividió el año en 12 meses, asignó a la mitad de ellos 31 días y a la otra mitad 30, con excepción de febrero, que en años ordinarios tendría 29 días, y dio su propio nombre, julio, al mes llamado antiguamente «quintillis»; Augusto, sucesor de César, le dio su nombre al llamado «sextillis» y para que agosto no quedara con menos días que julio, le aumentó uno quitándoselo a febrero. Los nombres de los meses gregorianos provienen todos del Latín y fueron desacomodados de sus posiciones originales, por ejemplo Septiembre se refiere al séptimo mes y está en el 9º, Octubre se refiere al octavo y está en el 10º; Noviembre al noveno y está en el 11º; Diciembre al décimo y está en el 12º; el motivo de tal cambio fue puramente bélico, ya que el Calendario romano era un sofisticado sistema de creación de un poderoso ejército, que duraba 12 meses entre la selección del General del ejército, hasta la formación de ese ejército. Como el calendario Juliano no correspondía con los ciclos de la naturaleza, debido a la acumulación de errores, en 1582 ocurrió un equinoccio de primavera, 21 de marzo, el día que el calendario señalaba como 11 de marzo, diez días antes del ciclo natural. En octubre de 1582, para corregir tal irregularidad, el Papa Gregorio XIII anuló 10 días y decretó que el siguiente al 4 de octubre, fuera el 15; y dispuso, además, que de los años que determinan un siglo, sólo serían bisiestos los divisibles por 400, o sea cada 4 años. El calendario gregoriano representa la Era Cristiana, es decir, cuenta los años a partir del supuesto nacimiento de Cristo, considerado el año 1 y no el año cero, que no existe, o sea que en realidad se numeran los años 365 días antes de que se cumplan. La frecuencia 12:60 es consecuencia de la medición del Tiempo en ciclos de 12 meses, con días de 24 horas, de 60 minutos cada una y 60 segundos por minuto; partiendo todo del espacio de un círculo, donde la medida cualitativa del tiempo es el dinero obtenido en dicho tiempo. De ahí el dicho “el tiempo es oro”.
A través de la mayor parte de su
historia conocida de 26.000 años, el homo sapiens ha seguido a la luna y utilizado calendarios lunares para la fertilidad, la caza y las cosechas. Conocimiento entregado por Enki donde se enseña
como transformar el tiempo en espacio para su utilización. Una lunación sinódica, período en que la luna muestra la misma fase, es de 29,5 días. El hecho es que durante un año solar de 12 lunaciones siempre hay una decimotercera (13ª) lunación que transita de un año solar hasta el siguiente, o sea, abarca el fin de un año y el comienzo de otro.
El número de días en 13 lunaciones sinódicas es de 383,5, una discrepancia de 18,25 días más que en el año solar estipulado de 365,25 días. Las matemáticas mayas, basadas en un sistema de notación punto-barra, es vigesimal y no decimal, es decir, se basa en los 20 antes que en los 10. Esto le da al sistema matemático maya una flexibilidad fractal y exponencial que no aparece en el sistema decimal o duodecimal en el cual se basa el calendario Gregoriano. La verdad es que
el calendario maya contiene la enseñanza del tiempo tetradimensional, o sea que toma el movimiento en una dimensión directamente superior como espacio, pasando a “espaciar el tiempo”, cosa que no toma la ciencia moderna, inmersa como está en el control incuestionable del tiempo tridimensional gregoriano y tomando al tiempo como algo fuera del espacio.
Augusto Comte (1798 – 1857), filósofo francés, fundador de la sociología y la escuela del positivismo lógico,
fue el primero en iniciar el calendario perpetuo de 13 meses de 28 días cada uno, sincronizando así el calendario lunar con el solar. Al día 365º le llamó «día del año» y caería entre el 28 de Diciembre y el 1 de Enero. Alrededor de 1930, un movimiento para reformar el calendario utilizando el calendario perpetuo de 13 meses, ganó gran aceptación oficial, pero fue relegado oportunamente por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial.
Lo principal de la enseñanza maya es la aplicación de la frecuencia 13:20 (trece lunaciones sinódicas con base vigesimal) a
la creación e implementación del Calendario de las 13 Lunas, logrando con esto no sólo una sincronicidad perfecta con los ciclos naturales y galácticos, sino también transformar el tiempo en espacio, pasando así de una visión tridimensional a una tetradimensional de la realidad. Fuente:Calendario Gregoriano.
Hasta aquí la historia del conocimiento del registro del tiempo tridimensional 12:60 y del tetradimensional 13:20, recopilada, resumida y copiada de varias fuentes y documentos. Ahora veremos la trastienda del proceso de transformación del tiempo en espacio y como influye en nuestra realidad subjetiva y en nosotros. Como para poder entender correctamente todo el proceso, necesitaríamos por lo menos un año de estudio previo, para la comprensión en profundidad de las herramientas y conceptos, voy a limitarme a explicar la idea de la forma más clara y sencilla posible como para que capten el concepto final y no el procedimiento del mismo. La realidad general está formada por un entramado de múltiples realidades subjetivas, universos y dimensiones. Cada una de éstas ocupa el mismo espacio en distinto “tiempo”, tomando a éste por lo que verdaderamente es: “la percepción mental del movimiento en el espacio en una dimensión, universo o realidad subjetiva directamente superior”. El Ser es adimensional, está fuera de las dimensiones. La unidad de carbono es multidimensional, habita en varias dimensiones. La esfera de consciencia es péntadimensional, percibe hasta cinco dimensiones. El tiempo lineal tridimensional de la frecuencia 12:60, limita esa percepción de la esfera a tres dimensiones, y rescata sólo los recuerdos del pasado, dejando los del futuro intactos, hasta que se alcance el punto del recorrido. Pasado, presente y futuro, transcurren simultáneamente en la realidad general porque es espacio creado desde la paradoja inicial. El tiempo transversal tetradimensional de la frecuencia 13:20, logra rescatar los recuerdos del futuro mediante la recuperación del espacio de la dimensión, universo o realidad subjetiva de la ecuación de elección, convirtiendo al futuro en espacio presente.
La esfera de consciencia percibe el tiempo en este caso, como espacio ya recorrido y no como espacio a recorrer. Pongamos un ejemplo para comprenderlo mejor. Hoy es jueves, usted recuerda lo que hizo el jueves pasado, pero no lo que va a hacer el jueves que viene, sólo tiene la intención de hacer tal o cual cosa, pero en medio está la ecuación de elección, según que acción elija y realice usted, cumplirá o no lo planificado, pero en realidad todas sus elecciones están consideradas en la ecuación y sus consecuencias cohabitando al mismo tiempo en distintas realidades, según qué decida usted su esfera de consciencia recorrerá una u otra realidad, cumpliéndose o no su intensión para el día jueves. En el caso que nos compete, el día jueves venidero ya es espacio manifestado y usted recuerda que elección tomó, no recuerda todo lo sucedido, pero sí los puntos de inflexión porque ya pasaron y su esfera de consciencia se ubica en el punto exacto del acontecimiento que en realidad es presente. Como cuando suena el teléfono y usted sabe por una “corazonada”, quien está llamando. ¿Todo esto tan sólo por cambiar a un calendario de frecuencia 13:20? No. El calendario sólo mide el tiempo astronómico de la realidad subjetiva, pero al estar sincronizado con la naturaleza, la esfera de consciencia no sufre interferencias antinaturales y engañosas y se sincroniza con el ritmo natural, percibiendo los ciclos como los animales y plantas, que saben cuando emigrar, anidar, invernar, germinar, florecer, dar frutos, etc, etc, sin que nadie se lo enseñe y se lo diga. Esto sucede porque recuerdan el “futuro” en el presente. El tiempo se convierte en espacio y no están pendientes de él, sino que lo usan y lo dejan para ser usado nuevamente cuando se necesite. Ahora pareciera que el tiempo pasa más rápido, días, semanas, meses y años pasan a una velocidad diferente que hace treinta años, esa sensación o percepción es porque realmente el espacio se está acelerando, acercándose a la paradoja 13 Hz donde se detendrá y luego comenzará a acelerarse nuevamente con frecuencia temporal de 13:20 hasta estabilizarse en 15.64 Hz. Si estuviéramos con un calendario de frecuencia 13:20, no notaríamos la aceleración del espacio porque nos adaptaríamos naturalmente al cambio de velocidad, acompañando el movimiento del espacio con la percepción del tiempo tetradimensional como movimiento y no como tiempo.
Aquí está el secreto,
todo es espacio, el tiempo no existe como tal porque sólo es el reflejo de lo no manifestado o ya manifestado.
El único tiempo real es el presente, o sea, ya convertido en espacio.
Espacio vs tiempo pasa a ser un conjunto inseparable espacio-tiempo llamado realidad general o Quantum, donde pasado, presente y futuro es un continuo espacio-tiempo de vaet igual a cero y espacio infinito. Los viajes en el tiempo realizados mediante la tecnología de portales de salto cuántico, se basan en este principio del tiempo 13:20 y las múltiples realidades. Pero eso es otra historia, otra realidad espacio-temporal a la que nosotros no accedemos porque nos mantienen en el universo de lo imposible, el universo de las unidades de carbono, el universo del tiempo lineal tridimensional de la frecuencia 12:60. Pregunto,
¿no será tiempo de cambiar?
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Morféo de Gea
detrasdeloaparente.blogspot.cl
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