Discutiré el problema de la libertad y su solución según el pensamiento de Jiddu Krishnamurti.
Primero reconocemos que no somos libres en el sentido de que estamos casi completamente condicionados en nuestra acción, pensamiento y sentimiento debido a las experiencias del pasado, a la autoridad, a los sistemas de creencias, al conocimiento acumulado, a las respuestas aprendidas, a los hábitos y patrones, a los instintos, etc. Siendo casi en su totalidad un producto de nuestro medio ambiente y su condicionamiento, quizás no somos más que este mismo condicionamiento. La pregunta que surge es: «¿Es posible estar libre de este condicionamiento, actuar pura y espontáneamente, pensar ‘libremente’ (es decir, tener ‘pensamiento libre’), sentir verdaderamente y actuar en respuesta a lo que se percibe ― y es posible, además, percibir lo que realmente es? Esta pregunta es importante porque debe preceder tanto a la pregunta de lo que es verdad o lo que puede ser conocido y la llegada a cualquier posición moral o ética. (¿Cómo sabemos que esto o aquello es cierto? ¿Sabemos algo en absoluto? ¿Qué es lo correcto y lo incorrecto? ¿Por qué creemos que esto o aquello es correcto o incorrecto?)
Krishnamurti piensa que hay libertad del condicionamiento, del pasado, de lo conocido, y que esta libertad lo pone a uno en un «espacio» desde el cual se actúa e interactúa espontánea y creativamente con el mundo. Esta libertad también implica el fin del pensamiento, el despertar de la percepción clara y la comprensión de todas las cosas. ¿Exactamente, qué significan estas palabras? ¿Qué implica realmente la libertad, y cómo se puede alcanzar?
En primer lugar, Krishnamurti señala que preguntar «cómo» «implica que alguien le va a ofrecer un método, una receta que, si se pone en práctica, le traerá entendimiento» [1]. El «cómo», dice, «es el gran error. Es el factor que separa… si nunca usáramos esa palabra, estaríamos realmente investigando y no buscando un método para lograr un resultado determinado» (86). El error es que estamos creando un estado ideal (el de la libertad) y así nos definimos como estando casi desesperadamente lejos de esta idea. Además, «si uno es capaz de adivinar un resultado, es que ya lo conoce, y por lo tanto está condicionado y no es libre» (86). Pero lo que es más importante, una parte esencial del pensamiento de Krishnamurti es que uno debe pensar por sí mismo, indagar en uno mismo, observarse a sí mismo: no hay camino, ni método, ni práctica, ni gurú. «Lo importante es ser una luz para sí mismo, ser su propio Maestro y discípulo, ser tanto el profesor como el alumno», [2] ya que obedecer a cualquier autoridad es un caso de condicionamiento.
Aun así, podemos preguntar, ¿qué es la libertad?
En términos de resistencia, la libertad «es el estado mental en el que no hay ninguna forma de resistencia» (95). Esta resistencia es lo mismo que el apego y la posesividad, pues uno se resiste a la intrusión de otros en aquello que se posee, en aquello a lo que se está apegado. Por ejemplo, el apego a un tipo particular de mineral metálico podría llevar a alguien a luchar y/o matar para lograr y/o mantener la pasión por ese mineral. En esto radica el apego y la resistencia. Del apego surge la dependencia (se aprecia mejor en el ejemplo del apego a la atención de otro ser humano), y «estando apegados tratamos de cultivar un estado de independencia ― que es otra forma de resistencia» (94). Porque «la libertad no es un estado de no-dependencia, es un estado positivo en el que no hay dependencia», y por consiguiente ninguna resistencia (94). Del mismo modo, «la libertad no radica en el desapego. En el proceso de comprender el apego hay libertad, no en huir del apego» (95). Hablando más tarde de la libertad como positiva, Krishnamurti habla sobre la negación:
«La negación total es esa libertad del condicionamiento. Es negar todo lo que consideramos positivo, negar toda aceptación interna de autoridad, negar toda la moralidad social, negar todo lo que se ha dicho o concluido acerca de la realidad, negar toda tradición, toda enseñanza, todo conocimiento excepto el conocimiento técnico, negar toda experiencia, negar todos los compromisos de actuar de una manera en particular, negar todas las ideas, todos los principios, todas las teorías. Tal negación es la acción más positiva, por lo tanto es libertad» (116-7).
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