Estos últimos años una serie de excelentes películas, basadas en las obra de Tolkien, tales como “El Señor de los Anillos” o “El Hobbit“, han puesto en un primer plano a este autor, antes solo conocido en entornos reducidos. Y estás películas, que han utilizado para su simbología una serie de dibujos realizados por el propio Tolkien, han puesto en evidencia los mensajes ocultos que se esconden en sus obras. Sin embargo, ¿quién era realmente Tolkien? ¿qué clave se esconde tras sus obras? ¿qué relaciones existen entre el mundo imaginario de Tolkien y las enseñanzas ocultas de las sociedades secretas? John Ronald Reuel Tolkien, también conocido como J. R. R. Tolkien, nació en Bloemfontein, capital del Estado Libre de Orange (Sudáfrica), la noche del domingo 3 de enero de 1892. Sus padres eran Arthur Tolkien y Mabel Suffield, de origen británico. Recibió el mismo nombre que su abuelo paterno, John, pues en su familia era costumbre llamar así al hijo mayor del hijo mayor. Su tío John que era el mayor de los hijos de John Benjamin Tolkien, solo tuvo hijas, por lo que Arthur decidió llamar a su hijo según la costumbre. Su segundo nombre, Ronald, fue puesto por deseo de Mabel, ya que ella creía que el bebé iba a ser una niña y tenía pensado llamarla Rosalind. Reuel, que proviene del antiguo hebreo y que significa «próximo a Dios», era el segundo nombre de su padre. El niño fue bautizado el 31 de enero en la catedral de Bloemfontein. Su pasión por los idiomas comenzó a los 8 ó 9 años de edad, cuando se deleitaba con el sonido del latín que le hablaba su madre o se entretenía con su prima Mary inventando sus propias lenguas, como el animálico o el nevbosh («nuevo disparate»). Algo más tarde creó el naffarin, basado en el español que aprendía con la ayuda del padre Francis. Después descubriría el gótico, el galés y el finés, base de sus grandes creaciones, el sindarin, la lengua de los sindar, y, sobre todo, el quenya, la lengua de los noldor. Su carrera académica y su producción literaria son inseparables de su pasión por el lenguaje y la filología. Se especializó en filología del griego y en 1915 se graduó en nórdico antiguo. Trabajó para el Oxford English Dictionary desde 1918 y en 1920 se desplazó a Leeds como profesor de Inglés. Tolkien impartió cursos sobre el verso heroico en inglés antiguo, historia del inglés, varios textos en inglés antiguo y medio, filología del inglés antiguo y medio, filología introductoria a las lenguas germánicas, gótico, nórdico antiguo y galés medieval.Cuando en 1925, con treinta y tres años, Tolkien solicitó entrar como profesor de anglosajón en Rawlinson y Bosworth, mostró entre sus méritos que sus estudiantes de filología germánica en Leeds habían formado un “Club Vikingo“. Tolkien se interesaba por temas de significación racial y lingüística, y calificó a la «lengua nativa» como opuesta a la «lengua materna» en su conferencia «El inglés y el galés», que es crucial para entender su concepto de la raza y el lenguaje. Consideraba el inglés medio de los Midlands Occidentales su lengua nativa. Paralelamente a su trabajo profesional como filólogo estaba su interés por la construcción de lenguas artificiales. Las de mayor desarrollo fueron el quenya y el sindarin. El lenguaje y la gramática para Tolkien fueron una cuestión de estética y eufonía, efecto acústico agradable que resulta de la combinación de sonidos en una palabra o frase. Y el quenya, en particular, estaba basado en el latín, con ingredientes del finés y del griego. Una notable aportación vino a fines de 1954 con el númenóreano, una lengua de un “sabor ligeramente semítico“, que conectaba con el mito de la Atlántida. Y a través de la “Segunda Edad del Sol” el mito de Eärendil fue asentado en el mundo de las leyendas, proveyendo de este modo un enlace entre “el mundo real y primordial” del siglo XX de Tolkien con el pasado mitológico de la Tierra Media. Tolkien considera a los lenguajes inseparables de la mitología asociada a ellos. En 1930, en un congreso de esperantistas, les dedicó una conferencia con el título «Un vicio secreto», en la que les dijo: «La construcción de su lenguaje engendrará una mitología». Pero en 1956 cambió radicalmente de idea y concluyó que el «volapük, esperanto, ido, novial, etc, están muertos, más que otras lenguas ancestrales no utilizadas, debido a que sus autores nunca inventaron ninguna leyenda en esperanto». La popularidad de los libros de Tolkien ha tenido un cierto efecto en el uso del lenguaje en la literatura fantástica e incluso en importantes diccionarios, que hoy en día aceptan el restablecimiento tolkiano de palabras como dwarves (enanos) y elvish (élfico), en contraposición a dwarfs y elfish, que no habían estado en uso desde la mitad del siglo XIX. Otros términos que ha acuñado, tales como legendarium y eucatástrofe, son usados en relación con su trabajo. Vemos que Tolkien fue profesor de inglés y un narrador de historias llenas de aparente fantasía. Pero en la trastienda de sus obras hay mucho más. Uno tiene la sensación de que detrás de estas historias fantásticas se esconde alguna realidad de nuestro pasado más remoto. Y cuando nos referimos a Tolkien también tenemos que referirnos a sus evidentes vínculos con algunas sociedades secretas. También podemos considerar que personajes como Sauron nos retrotraen a personajes como Satán o Lucifer y a los poderes ocultos que se supone que detentan. Asimismo vemos que Gandalf es un miembro de una hermandad llamada “Concilio de los Magos“, que era una sociedad secreta esotérica que empleaba rituales de magia. Y su concepto de la Tierra Media no fue solo fruto de su imaginación. Tolkien, un importante lingüista, se basó en una serie de obras mitológicas para construir su extraño y misterioso mundo. Una de estas obras es el Kalevala, saga finlandesa repleta de batallas, de héroes y de objetos mágicos, que ha sido citada como una de las inspiraciones iniciales para Tolkien. Además, las lenguas de la Tierra Media se asemejan considerablemente al finés. Otra fuente de inspiración lo constituyen los Edda, colecciones de poesía épica de Islandia, que son las principales fuentes para la comprensión de la mitología nórdica. Y es curioso que en este texto mitológico se hable de una ‘Tierra Media‘ como de nuestro plano de existencia. Tolkien también tomó muchos de los nombres de los personajes clave de este texto, incluyendo Gandalf y todos los enanos de El Hobbit. También se encuentra en los Eddas el bosque de Myrkwood y el gran Bosque Negro que atravesó Bilbo. La saga de Volsung es la versión islandesa de la historia que fue posteriormente incluida en el Cantar de los Nibelungos germánico. Esta fue la base para el ciclo del Anillo del Nobelungo, de Wagner. El anillo del nibelungo (Der Ring des Nibelungen, en alemán) es un ciclo de cuatro óperas épicas, compuestas por Richard Wagner y basadas en figuras y elementos de la mitología germánica, particularmente las Sagas islandesas. Estas óperas son El oro del Rin (Das Rheingold), La valquiria (Die Walküre), Sigfrido (Siegfried) y El ocaso de los dioses (Götterdämmerung). El texto y la música fueron escritas por Richard Wagner en el curso de veintiséis años, de 1848 a 1874.El Cantar de los nibelungos es un poema épico de origen germánico, anónimo y escrito en el siglo XIII. También es conocido, en alemán, como Nibelungenlied o Nibelunge Not, por las palabras que aparecen en el último verso del manuscrito y que significarían “necesidad de los nibelungos“. Este cantar de gesta reúne muchas de las leyendas existentes sobre los pueblos germánicos, mezcladas con hechos históricos y creencias mitológicas que, por la profundidad de su contenido, complejidad y variedad de personajes, se convirtió en la epopeya nacional alemana, al mismo nivel que el Cantar de mío Cid en España o el Cantar de Roldán en Francia. En el Cantar de los Nibelungos se narra la gesta de Sigfrido, un cazador de dragones de la corte de los burgundios, quien valiéndose de ciertos artificios consigue la mano de la princesa Krimilda. Sin embargo, una torpe indiscreción femenina termina por provocar una horrorosa cadena de venganzas. El traidor Hagen descubre que Sigfrido es invulnerable, por haber sido bañado con la sangre de un dragón, salvo en una pequeña porción de su espalda donde se depositó una hoja de tilo y la sangre no tocó su piel. Aprovechando este punto débil, le mata a traición en un arroyo. Krimilda se refugia entonces en la corte del rey Etzel (Atila), y deja pasar el tiempo, hasta que en un banquete, convocado por Etzel, Krimilda consigue que su propio pueblo sea eliminado a traición. Tanto Hagen como la propia Krimilda fallecen en la espantosa carnicería subsecuente. Tal como antes hemos indicado, el compositor alemán Richard Wagner se inspiró en este poema épico y en la tradición mitológica germánica y nórdica para componer la tetralogía operística “El anillo del nibelungo“. El Anillo es un trabajo de extraordinaria envergadura que Wagner tardó más de un cuarto de siglo en escribir. Su cualidad más obvia, para alguien que la escuche por primera vez, es su extensa longitud, de unas quince horas. La primera y más corta de las óperas es su prólogo, El oro del Rin, que generalmente dura dos horas y media, mientras que la más larga y última, El ocaso de los dioses, puede llegar a las cinco horas. Como tetralogía está compuesta como los antiguos dramas griegos, que eran presentados como una trilogía de tres tragedias y una sátira. Como tal, el Anillo propiamente consiste en un prólogo, El oro del Rin, y tres jornadas, La valquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses. Es una historia épica, donde se relatan las peleas entre dioses, héroes y varias criaturas mitológicas acerca del anillo mágico que otorga poder sobre el mundo entero. El drama y la intriga continúan a través de tres generaciones de protagonistas, hasta el cataclismo final en El ocaso de los dioses. Y la maldición del anillo de la fatalidad es también un tema central en la mitología de Tolkien. Gandalf no sólo se menciona en el Volsung, sino también en las sagas Heimskringla. Gandalf era el nombre del último rey que gobernó en Alfheim y que fue asesinado por Harald Harfagra en el año 866. Gandalf también se menciona en la saga de los Ynglings, en la de Halfdan, en la saga de Negro y en la saga Harfager. Tolkien fue también un distinguido erudito del inglés antiguo y la saga de Beowulf es uno de los tesoros de esta rama de la literatura. Y Grendel, el monstruo de este cuento, es un prototipo de muchas de las criaturas más oscuras que pueblan la Tierra Media. Entre las fuentes que Tolkien utilizó, también había las obras en idioma galés. Y las historias de Gales en ‘el Libro Rojo de Hergest ” parece que también influyeron en sus narraciones de ficción. Asimismo se inspiró en el Mabinogion, que es una colección de historias en prosa, procedentes de manuscritos medievales galeses. Se basan en parte en acontecimientos históricos de la alta Edad Media, pero algunos elementos se remontan con casi total certeza a tradiciones anteriores, de la Edad del Hierro. Su nombre procede de una interpretación equivocada de Lady Charlotte Guest, la primera traductora al inglés del Mabinogion. Encontró en una historia el término mabynnogyon y creyó que se trataba del plural de la palabra galesa mabinogi. El significado de mabinogi aún no se ha establecido con certeza, aunque generalmente se acepta que está relacionado con la palabra galesa mab, ‘hijo‘ o ‘chico‘. El profesor Eric P. Hamp, sin embargo, sugiere que mabinogi deriva del nombre del dios celta Maponos (‘el Hijo Divino’). Lugh, en el mito irlandés, renace en forma de su hijo y héroe mortal, Cuchulainn. Y Cuchulainn tiene cierta relación con la historia de la concepción de un Dios que nace de una virgen, fecundada por un rayo divino de Lugh y nace en el solsticio de invierno. Una figura relacionada con Lugh es la de Maponos, por la relación del dios solar irlandés con Apolo, Apolo Maponos o Mabon. El significado de Mabon es “Hijo” y es el niño divino, que nace en el solsticio de invierno y se le supone hijo de mujer virgen. Además, se le supone el poder de hacer florecer la naturaleza y tiene cierta vinculación con la idea del Dios de la naturaleza. También influyó considerablemente en Tolkien la obra “La reina de las hadas”, de Edmund Spenser, escrita en el siglo XIV. Spenser, como Tolkien, no se limitó a repetir historias clásicas o medievales. Juntaba las piezas en una forma completamente nueva, con lo que creaba una realidad inventada, pero con una lógica interna coherente. Las obras de Lord Dunsany, con sus mundos de encantadora fantasía, también ayudaron a Tolkien a crear su particular mundo. Asimismo, la obra “el bosque de más allá del mundo”, escrita en 1894 por William Morris, fue una de las precursoras de Tolkien.Tal como hemos indicado, Tolkien fue profesor de inglés y un narrador de historias maravillosas y sorprendentes. Pero hay algo más, ya que parte de sus relatos se introducen en el mundo del ocultismo. Además, se tiene la impresión de que la Tierra Media existió en algún momento del pasado, ya que Tolkien se refiere a ella como la antigua Inglaterra. Cuando se discute la cuestión de las sociedades secretas y muy en particular de los Illuminati, es inevitable referirse a Tolkien. Illuminati es el nombre por el que se conoce la Orden de los Iluminados de Baviera. Su símbolo es una pirámide truncada con un ojo que todo lo ve y el lema Novus Ordo Seculorum. Es una sociedad secreta fundada el 1 de mayo (fiesta del trabajo) de 1776 en Ingolstadt (Alemania), por Adam Weishaupt, que la habría creado con el propósito de derrotar a los gobiernos y reinos del mundo, además de erradicar a todas las religiones y creencias para regir a las naciones bajo un Nuevo Orden Mundial, basado en un sistema internacionalista y global. Uno de sus objetivos era establecer una moneda única (el Euro puede ser un primer paso) y una religión universal. En efecto, todo parece indicar que Sauron representa a Satán o Lucifer, con todo su poder oculto. Y Gandalf es un miembro de una hermandad llamada “Concilio de los Magos“, que es una sociedad secreta, con sus rituales de magia y de conocimiento esotérico. Por otro lado, los hobbits podrían considerarse como un equivalente a un homo sapiensignorante, que no desea involucrarse ni saber mucho acerca de lo que está sucediendo a su alrededor. Luego están los orcos, que podrían compararse con los supuestos habitantes del interior de la Tierra. Y se dice en las obras de Tolkien que los orcos fueron creados por Melkor, el “ángel caído“. Es también remarcable que Tolkien creó todo un mundo de túneles y cavernas debajo de las montañas. Y esto coincide con las teorías de que la Tierra es hueca y que extraños seres viven bajo su superficie (ver la serie de artículos titulados: “La Tierra, ¿es hueca y alberga un reino subterráneo?”). Es interesante comparar la lucha por el poder en la Tierra Media con la lucha por el poder en la Tierra desde el punto de vista mágico. Porque existe un poder oculto en el que los magos son los “pastores” y el resto las ignorantes “ovejas”, y que está ocupado en la creación de un imperio gobernado por ellos. Y como maestro ocultista, Tolkien tuvo la idea para crear su obra maestra después de haber sido herido en la Primera Guerra Mundial. Según dijo Tolkien, no sabía de dónde había sacado la idea. Pero ella “vino a él“. Muchos ocultistas han tenido la misma experiencia, en que un extraño poder se canaliza a través de ellos. Se sabe que Tolkien fue profesor en la Universidad de Oxford, que se dice tiene una presencia muy importante de miembros Illuminati. Todo ello nos lleva a preguntarnos si Tolkien pertenecía de alguna manera a esta sociedad secreta y si, por esta razón, estaba en posesión de conocimientos ocultos. Él mismo afirmó que utilizó partes de la saga de Beowulf y los viejos mitos de Islandia para crear su propia epopeya. Pero eso no lo explica todo. Creo que en este punto es interesante explicar que el origen de las literaturas germánicas está en Homero, Roma y el cristianismo. Dice Jorge Luis Borges que el poeta que cantó la epopeya de Beowulf “no desconocía la Eneida” y tampoco la Biblia, cuya versión gótica es “el monumento más antiguo de las lenguas germánicas”. La increíble y sangrienta saga de Beowulf, escrita probablemente por un monje en el siglo VIII, es la obra épica más antigua de la literatura germánica. No es casual que su estudio del anglosajón se inicie precisamente con los casi tres mil doscientos versos que la componen. Beowulf es un príncipe geata, cuyo pueblo habita en Suecia. Durante dos inviernos, según la saga del guerrero, un monstruo gigantesco, llamado Grendel, devora a los súbditos de Hrothgar, rey de Dinamarca. El príncipe geata promete a Hrothgar destruir a Grendel, descendiente de Caín, quien por un encantamiento de su madre es invulnerable a las armas. Beowulf tiene la fuerza de treinta hombres en un brazo y espera, desarmado y desnudo en la oscuridad, al monstruo. La llegada de Grendel es sangrienta, ya que es un quebrantahuesos que bebe sangre. Sin su espada, Beowulf combate a la bestia a la que finalmente logra coger de un brazo. Para liberarse, Grendel se desprende de su brazo y huye a morir en su ciénega. Woktja, la madre de Grendel, recupera el brazo de su hijo después de matar a un guerrero. Pero Beowulf la sigue y decapita en su cueva. La segunda parte de la gesta ocurre cincuenta años después, cuando Beowulf es rey de los geatas. Cerca de su reino vive un dragón que custodia un tesoro del que un ladrón roba una vasija de oro. Entonces el dragón siembra de calaveras el reino hasta que Beowulf lo mata. Pero la bestia tiene veneno en sus dientes, y Beowulf, involuntariamente, se corta con ellos, muriendo. El cuerpo de Beowulf es despedido por su pueblo en una ceremonia funeraria que consiste en poner su cuerpo en un barco de roble envuelto de fuego.
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