Archivo por meses: julio 2015

Aida. La Fundación Ayudare y la ONG Amigos de Silva perforan cuatro pozos en el desierto de Afar en Etiopía

La ONG Amigos de Silva y la Fundación Ayudare están construyendo cuatro nuevos pozos en la región desértica de Afar, en Etiopía, considerada una de las zonas más calurosas del planeta con temperaturas de hasta 54ºC. El proyecto “Garantizado el acceso de agua potable a la población más vulnerable de la población de Afar”, financiado por la AECID, beneficiará a más de 16.000 nómadas.

Estos nuevos pozos permitirán a las familias de la zona disponer de acceso de agua potable a lo largo de todo el año, no solo para ellos sino también para su ganado; así como reducir la gran incidencia de enfermedades de transmisión hídrica y deshidrataciones. Además de las infraestructuras se complementará el proyecto con la formación en materia de gestión de agua y hábitos de higiene, impartido por personal local.

Este lunes, después de tres días perforando en el desierto en busca de agua, los cooperantes de Amigos de Silva han encontrado por fin un reducto de agua que les permitirá establecer ahí la infraestructura del cuarto pozo de este proyecto.

En su afán por reducir los costes de perforación, la ONG Amigos de Silva, a través de la Fundación Ayudare, cuenta con una máquina de perforación y ha impartido formación a un grupo de perforación. De este modo se puede aumentar el número de perforaciones con el mismo presupuesto y ampliar considerablemente el número de puntos de agua disponibles en la región de Afar.

Amigos de Silva fue fundada hace casi 10 años por Paco Moreno, un abogado que en 2005 decidió abandonar su rutina y fundar esta ONG de Desarrollo (ONGD) sin ánimo de lucro, aconfesional y apolítica. Trabaja en proyectos de cooperación en el área del agua y la salud en la región de Afar, mejora de infraestructuras del Hospital de Assayita al mismo tiempo desarrolla un programa de nutrición. Se calcula que en esta región el 90% de sus habitantes son nómadas, que tienen que caminar cada día varios kilómetros para conseguir un poco de agua.

DATOS DE CONTACTO:

www.amigosdesilva.org

www.fundacionayudare.org

(Imagen: Cortesía de Amigos de Silva)

Noticia Positiva del Día

Aida. ¿Eres el producto de una realidad simulada?

miniasiaccActualmente estamos viendo muchos avances en los campos tecnológicos y científicos, hoy en día estas mejoras están en un proceso imparable de creación de nuevos inventos, inventos que llegan y llegarán a tener su propia autoridad y muy probablemente serán auto-conscientes, ¿Puede que seas el producto de una entidad tecnológica y científica superior ?

Para entender esta idea, he decido investigar indicios de este temática tanto en las antiguas civilizaciones, en el cine como en la ciencia actual, para profundizar tenemos que analizar la película Matrix, la cual nos ofrece una gran cantidad de evidencias sobre que vivimos en unarealidad simulada. En la filmación se expone una humanidad sumergida en una realidad simulada, pero esta película difundida por los hermanos Wachowski no difundió una nueva idea sino que éstos conocían muy bien la cosmogonía Hindú, y se basaron en interpretaciones de la antigua civilización Hinduista dónde Maia, era la Diosa de la ilusión, con esta divinidad se puede observar un gran símil entre el nombre dado a la película Matrix como el mensaje que difunde“Realidad Simulada”. A posterior en la civilización Griega, Maia fue ascendida a la constelación de las Pléyades, donde allí ella dio a luz a Hermes, quien sería el individuo por excelencia que ha conseguido escapar y comprender la Matrix, así también podemos encontrar parecido Hermes con el personaje Neo en Matrix .

Además de la cinematografía y las antiguas civilizaciones, la ciencia actual está investigando esta cuestión, el máximo exponente es Nick Bostrom, sus tesis indican que en un futuro nuestras generaciones traten de realizar realidades simuladas a partir de su avanzada tecnología para entender a sus ancestros, la cual conseguiría crear consciencias simuladas a partir de la mente. También crear realidades simuladas a ciertos individuos de la población, para que estos propaguen la idea del programador, haciendo de la realidad una absoluta simulación. Así pues, en una realidad simulada, todas nuestras acciones serían registradas y administradas por el administrador del simulador, independientemente de ser positivas o negativas. Entonces, podemos hallar semejanzas con las antiguas civilizaciones que nos mencionan “El Karma o los archivos akashicos “los cuales serían, una agrupación de probabilidades, cálculos matemáticos infinitos así como todo lo que hagamos está unido a esta realidad simulada .

Siguiendo las especulaciones de Bostrom, un grupo de científicos están tratando de averiguar si es cierto o no, si vivimos en una realidad simulada, a partir de la creación de nuestro universo siendo simulado para así tratar de observar anomalías en la Matrix creada. Además de Bostrom, también encontramos al físico Sarfatti, quien expone qué existimos en más de un mundo donde nuestra vibración hace que conectemos con otras realidades, realidades que solo accedemos por nuestra frecuencia, está es estimulada a través de la meditación. En estos conceptos podemos encontrar semejanza con la física cuántica, la cual es la clave para entender todo este entramado.

La teoría de la realidad simulada, no es una idea nueva de nuestro siglo, como hemos podido analizar esta ya fue mencionada por los antiguos Hindúes en relación a su divinidad pero con el mismo mensaje, además de los avances que está desarrollando la física cuántica nos ayudara a poder conocer mejor la realidad simulada, ¿Usted de qué manera percibe esta realidad ?

Gracias por su atención,

Un gran saludo, Arnau Ferreres .

Gran Misterio

Aida. El Sol humeante de la Tierra Hueca.

Publicado el 18 jun. 2014

El Sol humeante de la Tierra nos introduce en contextos literarios que desde hace décadas y siglos nos sugieren que el interior de nuestro planeta es en realidad hueco y en él existe un sol central. Esta teoría ha sido reflotada en los últimos tiempos por diferentes divulgadores. En el siguiente vídeo Dani y Laura nos darán un leve tour por algunos extractos literarios y sus diferentes indicios, de que la teoría pudiera ser cierta; pero considere que este vídeo está en el marco especulativo y la creatividad/imaginación, dado que no existe una evidencia científica «irrefutable» de que dicha teoría sea la realidad. Pero especular es un acto libre. El mayor handicap con el que nos podemos encontrar ante dicha teoría pudiera ser cómo ese sol se mantiene en equilibrio. Si tomamos la magnetosfera como un toroide (que lo es) yo imagino -no afirmo- en su centro, el núcleo de energía que lo alimenta para que a su vez, el campo retroalimente al núcleo, un toroide en equilibrio. No soy físico y no puedo más que imaginar o sugerir que esto pudiera ser. Quizá planetas y estrellas experimentan similares procesos de formación dónde la materia es acumulada principalmente en el núcleo. Éste al incrementar progresivamente su masa alcanza mayor velocidad y la materia atraída por la gravitación ya no se puede adherir al núcleo por la centrifuga que se genera dada la velocidad del giro, quedando estable a determinada distancia del núcleo y sin escapar al espacio por la fuerza gravitatoria contraria a la que está sometida. Eso podría generar un «cascarón» a cierta distancia del núcleo por el contraste de gravedad/inercia que generaría esa zona de equilibrio; Lo que nosotros llamamos corteza terrestre, de un modo similar al que se forman los anillos de Saturno o Neptuno. Es una especulación personal, soy el primero en no afirmar dicha teoría, pero vista la abundante información disponible y posterior análisis he comenzado a considerarla ¿quién sabe…? cojan este vídeo como un ejercicio de imaginación o como mejor encaje en su ideario.
Reciban un saludo.

Daniel Ransanz
Laura Corredor

Dani Laura yotube channel.

Aida. Reír, una Sana y Divertida Terapia

Ya decía Pablo Neruda, famoso poeta chileno, que la risa es el lenguaje del alma, y es que todos nosotros, conocemos este maravilloso y alegre lenguaje. Una carcajada se puede contagiar tan fácilmente que hasta la persona con el humor más terrible esboza al menos una sonrisa cuando se encuentra en medio de las risas, pero ¿qué beneficios se ocultan tras la risa?

Reír, una Sana y Divertida TerapiaTalvez nunca nos hayamos planteado que algo tan común puede ser tan favorable, a pesar de que todos nosotros relacionamos la risa inmediatamente con la alegría, la felicidad, el gozo.

¿Qué es la risoterapia?

Es una terapia en la que la se recurre a la risa a fin de ejercer efectos positivos en nuestro organismo.

Sus orígenes se remontan a la antigua China, en donde existía la práctica de reunirse para reír y promover el equilibrio físico y mental, sin embargo, el uso de la risa como terapia se atribuye a Patch Adams, médico de origen estadounidense que utilizó la risa para mejorar la calidad de vida y el estado de ánimo de pacientes con enfermedades como el cáncer.
Hoy en día, la risoterapia se utiliza en varios hospitales alrededor del mundo y sus beneficios son bastamente conocidos.

Beneficios de reír

Reír a carcajadas puede detonar en nosotros un estado de euforia, de equilibrio, de alivio, esta sensación no es producto sólo de nuestra mente, pues en efecto existen reacciones químicas que ocurren en nuestro cuerpo en respuesta a la risa.

Algunos de nosotros incluso utilizamos instintivamente la risa para mejorar nuestro estado, por ejemplo, cuando buscamos un chiste, o un video gracioso para aliviar nuestro pesar. No cabe duda que la risa es un don, y debemos aprovecharlo, pues estos son sus beneficios:

Libera la tensión: Cuando estamos bajo mucha tensión, se siente, el peso en nuestros hombros, la rigidez en el cuello y espalda, no obstante, una buena dosis de carcajadas puede ser lo que necesitamos. Reír no sólo nos brinda un alivio inmediato para la tensión sino además, muy efectivo.

Refuerza nuestro sistema respiratorio: Reír ayuda a nuestra respiración, favoreciendo la función pulmonar.
Nos brinda bienestar emocional: Quizás uno de los beneficios más evidentes de la risa, es el equilibrio mental y la sensación de bienestar. Reír estimula la producción de hormonas que  se relacionan con la felicidad y buen humor, como la serotonina, adrenalina y endorfinas.

Es un buen ejercicio: Aunque parezca insignificante, se dice que alrededor que en la risa se pueden involucrar desde 100 a 400 músculos.

Es saludable para el corazón: La risa ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que nos ayuda a normalizan la presión arterial y al flujo de sangre.

Aprovechando la risa

Reír puede ser la clave para nuestra felicidad y para nuestra salud, enrisoterapia se emplean dinámicas para promover la risa y también se ayuda al individuo a conocer técnicas que estimulen  faciliten la risa.

Estas técnicas de risoterapia, pueden ir desde hacer ruidos extraños hasta fingir una carcajada, aunque hay bastantes estrategias que nos pueden funcionar.

Se estima que es necesario reír alrededor de 30 veces al día para gozar de los beneficios de la risa.

Ríe y vive más

La risa se ha relacionado con la alegría y el buen humor, el positivismo, si tenemos la fortuna de conocer a una persona que ríe mucho, tenemos la impresión de que es una persona fuerte, positiva, en calma y amistosa.

De acuerdo a estadísticas, las personas que ríen más viven más, esto se debe según expertos a que reir puede estimular a nuestro sistema inmunológico y además nos ayuda a mantener una actitud positiva y buen estado de ánimo, beneficios que se ha comprobado, pueden mejorar la eficacia de cualquier tratamiento.

Contagiosa

Reír puede ser sencillo, pues hace falta a veces una carcajada para que terminemos riendo sin saber la razón, es por esto que la risa, especialmente a carcajadas, se considera contagiosa.

Cualquier risa, ya sea la derivada de un chiste, de escuchar una anécdota graciosa, de ver una comedia, puede aportarnos estos beneficios, sin embargo, se aconseja ponerla en práctica diariamente y varias veces al día, para que sus beneficios en nuestro organismo sean más evidentes.

Natural, accesible y simple

Beneficiarnos con la risoterapia, puede ser muy simple, sólo hay que reír mas, aprender a reír, sin duda, acudir a un taller de risoterapia puede ayudarnos enormemente a darnos cuenta cuan sencillo es reír y cuan beneficioso puede ser, por lo que se trata de una experiencia recomendable.

Además, sea en casa o en una sesión de risoterapia, ten en mente qué reír es una opción económica, por no decir que está al alcance de todos nosotros para estar saludables, por lo que no hay nada que perder con intentar reír.

Salud y Belleza Natural

Aida. La Matrix de la Vida-En Español-no subtitulada.

Como funciona nuestra mente «http://hedanet.es» y nuestro cuerpo «http://hedanet.me» ahora que estamos descubriendo la fisica cuantica. Cuales son nuestros limites, como podemos sanar, mantenernos mas jovenes e incluso saber que somos y a donde vamos.
Todo esto no son solo congeturas sino que los cientificos estan descubriendo que la cultura oriental que tanto hemos despreciado o de la que tanto nos hemos burlado, resulta que estaba mas cerca de la verdad que nosotros con toda nuestra ciencia ortodosa hemos estado jamas.

Aida. La importancia de los pigmentos en los alimentos

En ocasiones nuestra vista nos puede decir más de lo que imaginamos, al menos éste resulta ser el caso de los vegetales, que con su gran gama de colores no sólo nos resultan apetecibles e interesantes estéticamente, sino que también nos pueden llegar a indicar que obtendremos a través de ellos tras darles una suculenta mordida, y en ocasiones también resultan advertencias que nos permiten prevenir un daño a través de ellos. Los pigmentos en su piel pueden ser un código interesante de leer, no siempre universal, pero vale la pena siempre preguntarse el cómo y porqué de las cosas, siempre útil y divertido en la cocina.

rainbow of fresh vegetables

El primer pigmento o color que encontrarás es el verde, que proviene laclorofila, que permite a todo el reino vegetal aprovechar la energía solar para llevar a cabo el proceso de fotosíntesis que forma azúcares en las plantas, lo podemos encontrar apenas vemos nuestras lechugas, brócolis, calabacines, apios y un gran etc., salvo unas contadas excepciones todo vegetal tiene al menos una parte de su estructura que despliega éste bello color que indica que hay vida en nuestro planeta. Este pigmento no resulta tóxico, aunque no está del todo claro que propiedades nutricionales nos puede aportar, se cree que puede tener propiedades antioxidantes y algunos minerales como el cobre, lo cierto es que se encuentra presente en casi todos los vegetales que consumimos, así que es casi seguro que en algún momento del día lo incorporaremos en nuestra dieta. Sin embargo no siempre el verde es una buena señal, como mencioné anteriormente en ocasiones las pigmentaciones resultan advertencias, éste es el caso de las papas, que al ser tubérculos bajo tierra no hay razón para que produzcan esta pigmentación y sin embargo al exponer las papas al sol en los mercados o ser dañadas producen una pigmentación verde que indica la presencia de unas toxinas conocidas como glicoalcaloides que pueden resultar peligrosas.

Otra familia de pigmentos es la de los carotenoides, que producen los bellos tonos amarillos y naranjas en vegetales como las zanaharias o los bell peppers o pimientos, ¿alguna vez has comido muchas de ellas y las palmas de tus manos se han tornado anaranjadas?, bueno es por efecto de éste pigmento corriendo por tu sangre, los pimientos, sandías, tomates, maíz, cerezas, etc. presentan estos famosos pigmentos, que también son indicativo de que nos aportarán la importante vitamina A, que es producida en nuestro intestino por algunos carotenoides cuando los consumimos, no porque los vegetales tengan ésta vitamina, sólo nos dan la materia prima para poder fabricarla y por supuesto la necesitamos para cuidar de nuestra visión, el mantenimiento de algunos órganos como el corazón y los riñones, o para mantener en forma nuestro sistema inmune.

Sin embargo no todos los tonos amarillos y rojizos los proporcionan los carotenoides, existe otro grupo de pigmentos conocidos como betaínas que se encuentra en un grupo más reducido de vegetales, entre ellos la remolacha o betabel, y que seguramente hemos podido apreciar tras comer mucho de éste vegetal y ver un cambio de color en nuestra orina, las betaínas tienen propiedades antioxidantes que nos protegen contra la oxidación o envejecimiento de nuestro cuerpo, reduce los niveles de homocisteína que puede haber en nuestro cuerpo y que tal vez pueden representar un riesgo a nuestro corazón y también al parecer ayuda a reducir la acumulación de grasa en nuestros hígados. Acelgas, brócolis, amaranto y espinacas son otros vegetales que pueden ser una fuente de betaínas.

Otras coloraciones rojas, moradas y amarillas las proporcionan los pigmentos conocidos como antocianinas, dos primeros colores, y antoxantinas, responsables del amarillo. La principal función de estos pigmentos radica en generar mensajes a través de las flores y frutos, que repelen o atraen a potenciales animales interesados en ellos. Por ello no podemos resistirnos a probar un arándano o las distintas variedades de moras, pues están programadas para decirnos, cómeme, esto en el caso de los frutos, que permite que una vez que los ingiramos dispersemos sus semillas y pues en las flores también se presentan para llamar la atención de los polinizadores, como las abejas. El consumo de antocianinas en nuestros alimentos también aporta antioxidantes y posibles beneficios para prevenir el cáncer. Frutos donde podemos encontrar estos pigmentos son las zarzamoras, en general todas las moras, berenjenas, uvas, etc.

Como puedes ver, los colores de un vegetal también pueden ser indicativos nutricionales, además hay que sumar el resto de sus componentes, pues aquí sólo nos concentramos en estos componentes del vegetal, pero estos son mezclas muy complejas con muchos interesantes grupos químicos de los cuales aún queda mucho por descubrir, también toma en cuenta que los vegetales no poseen un solo pigmento, pueden combinar varios de ellos, por ejemplo el brócoli tiene clorofila y betaínas, espero con este breve texto encuentres más apetecibles o interesantes tus vegetales, y no olvides compartir todos lo que te gusta de ellos o te gustaría saber de ellos en los comentarios.

Salud y Belleza Natural

Jim Carrey provoca la polémica por un comentario crítico con las vacunas

Un mensaje de Jim Carrey crítico con las vacunas ha desatado la polémica en Twitter. “El gobernador de California dice ‘sí’ a envenenar más a los niños con mercurio y aluminio en las vacunas obligatorias. Este fascismo corporativo tiene que parar”, ha escrito el actor en su cuenta personal en la red social, donde tiene casi 15 millones de seguidores. El mensaje, lanzado esta madrugada y que acumula ya más de 1.500 retuits, es un dardo contra la decisión de California de aprobar una de las leyes de vacunación más duras de EE UU, que prácticamente elimina la posibilidad de que los padres puedan decidir no inmunizar a sus hijos.

A ese primer mensaje han seguido varios tuits más, en los que el actor ha intentado explicar su postura. “Dicen que el mercurio que hay en el pescado es peligroso, pero obligar a nuestros niños a que se lo inyecten en el tiomersal [un conservante que se utiliza en algunas vacunas] no tiene riesgos. ¿Tiene eso algún sentido?”, abundaba. El mercurio, incluso en cantidades pequeñas, puede afectar al desarrollo infantil, según la Organización Mundial de la Salud, pero el organismo ha explicado que no hay pruebas de que la cantidad de tiomersal utilizada en las vacunas suponga un riesgo para la salud.

Carrey ha repetido que no es antivacunas, sino “anti-tiomersal y anti-mercurio”, y ha acusado de “corrupto” al Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE UU, que asegura que ese compuesto conservante no se encuentra en prácticamente ninguna de las vacunas que se ponen a los niños. “No pueden solucionar un problema que ayudaron a generar”, ha escrito en otro mensaje. “Es demasiado arriesgado admitir que estaban equivocados sobre el mercurio y el tiomersal”.

El actor ha aprovechado también la polémica para enlazar hasta tres veces a la página web del documental Trace Amounts, apoyado por Robert F. Kennedy Jr, que pide que se elimine este conservante de las vacunas. “Miradlo y juzgad por vosotros mismos”, dice en otro tuit. “Si realmente os importan vuestros hijos, lo haréis. Es impactante”.

No es la primera vez que Carrey se pronuncia sobre el tema. El actor se unió a la cruzada antivacunas cuando fue pareja de Jenny McCarthy, que tiene un hijo al que diagnosticaron autismo y durante un tiempo culpó a las vacunas de ello.

https://cazadebunkers.wordpress.com/

Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite

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El perdón cae como la lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito, pues bendice al que lo da y al que lo recibe.
William Shakespeare

Quiéreme cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite. Quiéreme y cuídame, porque cuando te fallo, también me fallo. Porque cuando me enfado sin motivo o busco una razón para hacerlo es que algo dentro de mí no está bien.
Quiéreme cuando cometa errores, quiéreme siempre. Puede que tengas motivos para no hacerlo, para huir de mí hasta que pase la tormenta, para abandonarme en el baúl de recuerdos y comenzar a vivir libremente.
Puede que sí, puede que te haya hecho daño y que aún sientas dolor. A mí también me duele y lo siento. Esa parte de mí también soy yo, al menos en el pasado lo fui o lo estoy siendo ahora mismo.

Por eso, quiéreme cuando menos lo merezca, porque todo me completa, porque también me hace falta librar mis batallas emocionales en voz alta.

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Cuando necesito tu apoyo…

Necesito tu apoyo cuando en mis noches no hay estrellas, cuando lloro, cuando grito, cuando me comporto de manera mezquina.

Simplemente, cuando estamos mal necesitamos de los demás. Necesitamos que nos aguanten, necesitamos que nos guíen, saber que existe la incondicionalidad y que, a pesar de todo, somos merecedores de amor. Después de la tempestad, llegará la calma.
Y es que hay veces que el mundo entero se derrumba y cae sobre nosotros. Dicen que no hay mal que cien años dure, que todo es pasajero y que lo que sea que nos duele dejará de hacerlo.
Te pido que te pongas en mi lugar y que intentes comprender que, cuando cometo un error, yo también lo estoy pasando mal. Necesito que me enseñes que el mundo no es un lugar hostil en el que los ataques se efectúan cuando más débil estás con la intención de que no puedas levantarte.

Cuando estamos en plena tormenta y a esta le acompaña un tornado, perdemos el control.

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Puedo regalarte lo mejor y lo peor de mí

Porque, aunque hoy mi error envuelva de negrura tu mundo, sé que sabrás perdonarme, sé que sabes que merezco la pena (y la alegría) y que juntos progresaremos mejor.

Soy ese hijo que saca malas notas, esa novia que se enfada, ese marido que es un desastre, esa madre que no te suelta, ese profesor que se equivoca, esa niña que ha roto un jarrón, ese perro que ha destrozado un cojín, ese trabajador que ha olvidado realizar una tarea, esa persona que ha sido injusta contigo…
Porque, en todas y cada una de esas situaciones, necesito que me quieras. Porque soy el mismo o la misma que merece tu amor cuando todo va bien, cuando todo es sencillo y cuando no te disgusto.
Mis errores y mis desaciertos son propios de mí, de nosotros y de nuestrascircunstancias. Ellos corresponden a un porcentaje de desgracias que nos hacen valorar las alegrías. Son lecciones que, con el tiempo, se convierten en experiencias.
sanar heridas

Quédate con quien conozca tu peor versión y, en vez de irse, se quede y te ayude a mejorar

Cuando te ofrezco mi peor versión me siento triste, me derrumbo y me culpabilizo por no haber sabido estar a la altura. Quiero perdonarme, pero para eso también te necesito.
Entiendo la importancia que tiene lo ocurrido, entiendo que a veces no vemos otra opción que el castigo, entiendo que el enfado nos nubla y entiendo que nuestra razón se va de paseo. Pero tu consuelo, tu aceptación y tu comprensión me ayudará a ser, siempre, un poco mejor. Quiéreme, aunque no me lo merezca, no hay duda de que será cuando más te necesite.
Imagen destacada de Shadesofeleven
http://lamenteesmaravillosa.com/quiereme-cuando-menos-lo-merezca-porque-sera-cuando-mas-lo-necesite/

¿Dónde miraba que no me di cuenta de nada?

Elena, una consultante, me dijo esto después de comenzar a abrir los ojos a una realidad que estaba todo el tiempo enfrente, pero no acertaba a ver con la mirada adecuada. O, como comentó otro, “yo estaba viendo otro canal”.

El despertar a la verdadera naturaleza de este juego humano/divino está lleno de sorpresas. Lo que creíamos que el otro nos hacía, era un cuento que nosotros habíamos inventado. Lo que pensábamos que era castigo, mala suerte, karma, destino, era nuestra creación. Lo que afirmábamos era desafecto de los demás, carencia, ingratitud, olvido de Dios, era falta de amor, de respeto, de confianza en nosotros mismos.

“¿En qué estaba pensando?”, “¿tan ciega estaba?” se repetía Elena, entre divertida, enojada, asombrada. “Era como tener dos o tres colores y pintar lo que podía. Ahora, tengo un montón y no sé qué hacer, no me alcanzan las manos”.

Día a día, nuevas tomas de conciencia le van develando sus juegos, sus recursos, su potencial, sus sueños ocultos. Esto la sorprende más todavía. Antes, se proponía cosas y luchaba y se esforzaba y no conseguía lograrlas. Ahora, en que se está clarificando ella misma y sus deseos, le comienzan a llegar las ideas, los contactos, las posibilidades… y esto la asusta.

Es paradójico, porque la verdad es que no sabemos encarar la vida sin dramas. Nos encantan los dramas. Si no tenemos uno personal, nos metemos en los de los otros o los inventamos.  Adictos a la adrenalina de las emociones y pensamientos negativos, al vacío desacralizado de la cultura imperante, a los noticieros que nos dicen que todo es un desastre, creemos que la vida es un sufrimiento interminable, una lucha agotadora para obtener lo que deseamos, una prueba exigente que rendir para ser aplazados al final. Tiene algunas alegrías y logros de vez en cuando, pero se terminan pronto…

Hipnotizados por la ilusión en tres dimensiones, sin una visión espiritual internalizada e incorporada, compramos afuera lo que parece ser la felicidad, sin darnos cuenta de que TODO está adentro. Cuando por fin caemos rendidos (y hay que rendirse para lograrlo), no podemos creer que lo que tanto buscábamos estaba ya en nosotros.

tunel luz

Elena asiste a situaciones que nunca pensó posibles, después de tanto lucharlas. Ahora que está solucionando sus propios temas, metida en ella misma, su esposo le dice y hace cosas que siempre deseó, pero que él (cuando se las reclamaba resentidamente) le negaba. Vuelvo a la paradoja (porque toda verdad es una paradoja): cuando uno suelta las exigencias, los dramas, las proyecciones, los conceptos equivocados, todo viene a uno fácil y sencillamente. La Vida es simple. Nosotros la complicamos.

Me dice: “Al comienzo es un poco doloroso, frustrante, confuso (producto de las defensas y resistencias del Ego, agrego yo), pero me encanta. Jamás volvería a lo de antes”. De hecho, ya no se puede. Una vez que abrimos la puerta, solo resta caminar hacia lo mejor de nosotros, hacia lo que somos.

Al principio, es excitante darse cuenta de tantas cosas y uno cree que ya no podrá más con tanto, pero… el alma sabe manejar el proceso y, cuando llega a un punto de saturación de ese peldaño de la evolución, frena para permitir INCORPORAR la información a la vida diaria. Muchos se quedan en este paso y “se la creen”. Ya saben, ya está. Se quedan en la teoría. No, ése es un tiempo para poner en práctica lo aprendido. Luego, vendrá otro escalón y otra experimentación.

Las herramientas son fáciles y familiares, pero hay que ponerlas en acción con constancia y entusiasmo. Debemos aprender también a acallar las múltiples voces del adentro (las del Ego y sus inhumanas demandas) y del afuera (las de los cercanos, las de la sociedad) y, en el silencio, sintonizarnos con nuestra voz interior, ésa que tiene las respuestas. 

Esto también le está pasando a Elena. Un día, escuchó una solución a un tema de salud, que jamás se le hubiera ocurrido (ni querido), pero que era el correcto. Adentro, sabemos todo. Quizás, por eso no queremos entrar en nosotros. Seguimos deseando el drama, la mentira, la fachada vacía de contenido.

Por mi propia experiencia y las de mis consultantes, libéralos. Eres un Ser maravilloso, digno de las mejores vivencias, te lo voy a seguir repitiendo hasta que te lo creas. En eso soy constante. Yo también me lo insisto, porque cada vez descubro nuevos horizontes que explorar.

¿Dónde miraba que no me di cuenta de nada?

¿La oración es eficaz o es un placebo?

El placebo es difícil de explicar, sin embargo, se han llevado a cabo varios estudios para entender este efecto poderoso que escapa de la comprensión humana.

La eficacia de la oración

El efecto placebo

La etimología de la palabra placebo viene del latín complaceré, un futuro indicativo que determina el estado de una persona a largo plazo. El “efecto placebo” es precisamente esto, un efecto provocado por algún objeto u acción que produce un placer, ya sea sexual, físico o emocional.

La oración 

Su adaptación religiosa proviene de la gramática, un conjunto de palabras con autonomía sintáctica, que tienen sentido y coherencia gramatical. Su inicio en la religión se remonta a las manifestaciones de pleitesía que los devotos promulgaban a sus deidades, poco a poco se aceptó como un diálogo con Dios.

Estudios 

Se han realizado estudios sobre la oración. Pacientes con leucemia o reuma han recibido a través de auriculares la transmisión de oraciones, sin efecto alguno. El neurólogo Dick Swaab, escribió algo al respecto en su libro Somos nuestro cerebro.La combinación de catorce estudios en 2006, determinó que la oración o rezo no tiene efectos sobre la curación de los demás.

604 pacientes fueron sometidos a un bypass divididos en tres grupos. Ninguno sabe que se rezaba por un grupo y por el otro no. No se apreciaron cambios y tampoco diferencias en las complicaciones. El tercer grupo aislado, sí sabía que se estaba rezando por ellos y para asombro, presentaron mayores complicaciones que los otros grupos.

Una de las especulaciones es que a los que se les dijo que se estaba rezando por ellos, creyeron que estaban muy graves.

Carl Sagan en su libro El mundo y sus demonios explica que en las salas de espera de los hospitales se producen más curaciones espontáneas que en Lourdes, donde hay miles de personas rezando. La proporción de “milagros” producidos entre Lourdes y Fátima, están dentro de lo normal y se pueden explicar por el efecto placebo.

Un 82 por ciento de los estadounidenses creen en que el rezo puede curar enfermedades gravesy el 73 por ciento cree que rezar por otras personas puede curar; un 64 por ciento quiere que los médicos recen por ello.

Sin embargo no todo es negativo para el rezo.

La razón por la que la gente reza, es porque se siente bien al hacerlo. Los creyentes obtienen una sensación de descanso junto a un descenso de la hormona del estrés, cortisol, en la sangre…

Se pueden conseguir los mismos resultados con ejercicios de yoga, meditación o escuchando tu música favorita.

¿La oración es eficaz o es un placebo?

Ateos y creyentes ante la incertidumbre del más allá: “El gran enigma”

Un libro plantea posibles respuestas para cuestiones fundamentales
El universo es enigmático, y está cargado de incertidumbre metafísica: ¿Existe Dios? Y, si existe, ¿ha querido crear tanta incertidumbre? ¿Ha creado un universo para la libertad? En mi obra ‘El gran enigma. Ateos y creyentes ante la incertidumbre del más allá’ (San Pablo, Madrid, 2015), abordo estas y otras cuestiones, como el más allá de la muerte y lo que deba suceder con nuestras vidas en dependencia de la verdad última metafísica del universo. El teísmo y el ateísmo, como respuestas a estas preguntas fundamentales, deberían construirse desde una información correcta sobre el teísmo, las religiones y el ateísmo. Por Javier Monserrat.

El gran enigma, el enigma fundamental de la vida de todo hombre, es el enigma de la verdad metafísica última del universo. En último término, es el enigma de si el universo es últimamente Dios o un puro mundo sin Dios. El desconcierto y desorientación, que nace de la discusión social en torno a Lo último, hace que muchos aparquen la cuestión metafísica como algo irresoluble que está más allá de la capacidad de análisis del hombre normal. Aparece una gran indiferencia ante lo metafísico, tanto frente al teísmo como frente al ateísmo.

En mi libro de reciente aparición El gran enigma una guía de información y análisis, para ateos y creyentes, que, a pesar del enigma y la incertidumbre inevitable, pueda ayudar a vivir en autenticidad responsable ante la gran cuestión que se planteará con más y más fuerza a medida que se acerque el final.

La experiencia inmediata de la existencia humana instala a todo hombre en la apetencia de la Vida que une a los instintos animales asentados a la evolución. Frente al deseo de existir y conocer el universo para hallar en él el camino hacia la Vida, el universo en el que el hombre ha emergido y debe vivir su vida no le permite el acceso a conocer su verdad metafísica última.

El hombre queda por ello en una molesta incertidumbre sobre lo que puede esperar últimamente de la vida, porque esto dependería de esa verdad última que no es patente y es desconocida. Desde antiguo, enfrentado al enigma y a la incertidumbre, el hombre trató por su razón y por sus emociones de hacer conjeturas sobre esa enigmática verdad última. Nacieron las religiones y estas se transformaron poco a poco en un dogmatismo religioso que impuso su dominio social.

Sin embargo, en los últimos años se ha producido un cambio crucial en el pensamiento y en la cultura humana, un cambio que lleva consigo la superación del dogmatismo y la vuelta a la experiencia primordial de enigma y de incertidumbre. Este cambio crucial impone hoy, en la modernidad, una nueva manera de entender el teísmo, el ateísmo, así como la unidad y sentido del movimiento religioso universal. A esto nos hemos referido en El gran enigma, y a esto mismo nos referimos ahora en este artículo.

Abiertos al enigma del universo

El impulso racio-emocional hacia la Vida

El hecho esencial que explica nuestra actuación como seres humanos es que tenemos un cuerpo biológico que permite sentirnos, sentir del universo, sentir la presencia de los otros seres vivientes y, ante todo, la de los otros seres humanos. A partir de nuestra sensibilidad ha surgido nuestra mente racional que hace que formulemos preguntas, siempre orientadas a lograr una supervivencia mejor, al estar mejor adaptada a las condiciones del mundo en que debemos llevar a cabo nuestra vida.

Las especies animales tienen ya conocimiento, pero la razón, en efecto, ha surgido en la especie humana como un instrumento o medio más perfecto y eficaz de supervivencia. La razón está, pues, al servicio de la Vida. Vivir es lo que, en último término, persigue todo ser humano al dar salida al impulso de los instintos vitales recibidos del mundo animal. Es la fuerza de la Vida.

El hombre, pues, como ser racional, ha emergido en el universo y asume el impulso hacia la Vida que el mismo universo le ha entregado. ¿Cómo actuar para alcanzar la vida, para vivir de la forma más plena posible? Los animales disponen ya de un sistema de sentidos y de conocimiento, muy rico y bien construido por la evolución, que les permite orientarse instintivamente en el mundo de su experiencia inmediata para sobrevivir y alcanzar, en el marco de su biología, una vida lo más plena posible.

Pero el hombre, aunque asume los instintos, dispone también de la razón para orientarse en la tarea de existir. Por la razón descubre cómo está hecho en profundidad el mundo inmediato y, a partir de ese conocimiento, construye una portentosa tecnología que le hace dominar el mundo para vivir más plenamente. Además, por el ejercicio mismo de la razón, los hombres han ingeniado formas de convivencia para vivir unidos unos con otros y alcanzar así un mejor disfrute de la Vida. Todas las facultades humanas están así orientadas al servicio de la Vida, bien en el dominio del mundo, bien a favor de la convivencia con los otros hombres en la tarea de existir.

De ahí que “vivir con sentido” sea hacerlo aprovechando al máximo todas las posibilidades de vida que el mundo objetivo ofrece. Para el hombre se trata de todas las posibilidades desveladas por la razón. En el uso ordinario de la palabra algo, una acción humana, tiene “sentido” cuando está adecuada al medio objetivo en el que debe realizarse esa acción. De ahí que el sentido de la vida, lo que el hombre ansía alcanzar, es vivir dotando a la vida de una adecuación, de una armonía con el universo en que de hecho debemos existir. Para el hombre, valga la redundancia, no tiene “sentido” vivir “sin sentido”.

El gran enigma 

El hombre, por tanto, cae en la cuenta de la facticidad de la propia existencia. Todo nace de ahí, de esa experiencia primordial. Es un hecho, fuera de toda duda, que tenemos un cuerpo biológico, que aspiramos a la vida, que lo hacemos racio-emocionalmente, que nuestra existencia se despliega en un universo que está ahí ante nosotros, que nos contiene y en su forma de ser real abre todas las posibilidades ofrecidas a la especie humana y las condiciona.

El hombre es un hecho, pero también es un hecho la existencia del universo. Es el hecho unitario que asocia al hombre con universo: la existencia del hombre en el universo. Un hecho que sólo es tal porque es sentido y conocido desde la conciencia humana.

Vivir con eficacia, por tanto, vivir lo más plenamente posible, depende del conocimiento del universo, ya que es en él y sólo en él donde hallamos todo aquello que puede hacernos vivir. Así, por ejemplo, el conocimiento científico que ha llevado a la tecnología a abrir sorprendentes formas de vida. En este impulso por conocer lo que es el universo, el conocimiento humano no tiene límites. Es lógico. Es en este marco que apunta hacia el conocimiento final donde, ya desde tiempos primitivos, el hombre quedó abierto al enigma del universo.

En efecto, el hombre tiene experiencia inmediata de su cuerpo, de su psiquismo consciente, del universo que lo contiene y del que todo ha surgido. Pero la forma de esta experiencia le hace entender que el universo tiene más contenido que lo que advierte por sus sentidos y por el ejercicio de la razón. Así, el hombre está desbordado, primero, por el espacio y por el tiempo. Ocupa un lugar del espacio que se pierde en lo profundo de la bóveda estrellada. Ocupa también un lugar del tiempo que viene del pasado y se proyecta hacia un futuro incierto. Pero, además, en segundo lugar, el universo deja abierta la profundidad abismal de la naturaleza de la materia.

Desde lo macroscópico y desde lo microscópico el hombre se abre al enigma del fondo verdadero del universo. ¿Qué es el fondo de las cosas? ¿Qué contiene la inmensidad del espacio tiempo? ¿Cuál es la naturaleza de una materia insondable en su profundidad abismal?

El hombre, según esto, intuye que el universo “aparece” ante él por el ejercicio de sus sentidos, de su conciencia, de su razón, de sus emociones, pero esta apariencia deja oculta la verdad última y final del universo. El hombre vive en un mundo de “fenómenos” (fenómeno significa en griego lo que aparece o se manifiesta). Pero, más allá del fenómeno percibido y conocido por el hombre, existe una verdad última y profunda del universo. Es evidente que conocer esa verdad  –que equivaldría a conocer la verdad última del hombre que forma parte de ese universo– tendría para la especie humana una importancia decisiva, ya que ofrecería el marco final de cuanto el hombre, en último término, pudiera esperar del universo para la realización de sus aspiraciones vitales.

Sin embargo, la mayor fuente de inquietud para la existencia humana nace del hecho de que esa verdad última del universo no es evidente, ni para los sentidos ni para la razón del hombre. El universo, en su forma de presentarse ante la conciencia humana muestra que tiene un fondo “metafísico” (que está “meta”, más allá, de la experiencia física inmediata de la naturaleza, tal como el hombre puede alcanzarla). El universo físico que conocemos proyecta así hacia un fondo metafísico, que constituiría su verdad última. Un fondo metafísico que, por lo dicho, constituye el gran enigma con el que debe enfrentarse el ser humano. ¿Qué es posible esperar finalmente del universo?

Respuestas dogmáticas al enigma

Dios y las conjeturas religiosas

El hombre sabe, pues, que el universo que inmediatamente percibe por sus sentidos y conoce por la razón deja vislumbrar la existencia de un fondo último cuya verdad, sin embargo, no es patente. Esto crea una inquietud metafísica inevitable porque conocer esa verdad podría tener consecuencias en el camino hacia la Vida. Por ello, como muestra la totalidad de la historia, ya desde tiempos prehistóricos, los grupos humanos se esforzaron por la razón, por las emociones y por sus mismos intereses existenciales, en hacer conjeturas sobre la verdad última del universo.

La idea de Dios, las religiones y la referencia a un más allá, en que el hombre podría pervivir tras la muerte, está presente ya en la prehistoria. Desde entonces, la construcción de las ideas religiosas en las culturas antiguas ha acompañado siempre la historia de la humanidad. Nacieron las grandes religiones y con ellas se consumó poco a poco, y de diversas maneras, la introducción de lo metafísico en la vida humana. La referencia explícita a lo metafísico fue introducida en la historia a través de las conjeturas y construcciones religiosas de la mente humana.

Entender, pues, que el universo estaba dominado desde sus dimensiones metafísicas desconocidas por un Ser personal, o seres personales, al que se podía recurrir en solicitud de ayuda y que eventualmente podría salvar más allá de la muerte, fue sin duda un consuelo para la existencia del hombre. No parece poder ponerse en duda que el éxito histórico de las religiones se debe a que conferían a los grupos humanos un horizonte de esperanza frente al dramatismo de la vida y, por ello, los hombres podían soñar en un futuro mejor de liberación y salvación.

Las más diversas religiones, muchas de ellas hoy extinguidas, fueron naciendo, por tanto, con sus teologías propias, su idea de Dios, de sus relaciones con el universo, y de las formas de relación humana con lo divino (es decir, con sus historicismos propios).

Las creencias religiosas fueron el elemento esencial que daba cohesión social a la familia, a los grupos humanos, a las tribus y a las culturas. A medida que la religión ganaba en importancia se convertía en eje de las sociedades, de tal manera que su dominio social llegó a hacerse absoluto. Aunque en realidad a Dios nadie lo había visto nunca, el contenido de las creencias religiosas, y su idea de lo divino, llegó a aceptarse como algo cuasi-evidente que nadie podía poner en duda sin someterse al rechazo social. Puede decirse que estas sociedades derivaron a un dogmatismo teísta, o religioso, porque este constituía una verdad incuestionable avalada por la razón, las emociones, los intereses vitales, las tradiciones y la cohesión social.

El cristianismo.  Es una de las grandes religiones de la historia que nace como la adhesión a la persona y a la doctrina de Jesús de Nazaret. El cristianismo por ello entendió que sus creencias se limitaban a proclamar el contenido del mensaje de Jesús. Esta proclamación era el kerigma cristiano. Sin embargo, los cristianos entendieron también desde el principio que era legítimo hacer una interpretación del contenido del kerigma a la luz de la razón y de la cultura de su tiempo.

El kerigma era fiable porque constituía el depósito de doctrina que Jesús había entregado a la iglesia y, además, ésta se entendía inspirada y asistida por Dios para mantenerlo y proclamarlo correctamente en la historia, sin transformarlo. Sin embargo, la interpretación de acuerdo con la cultura (o sea, lo que se llamó “hermenéutica”) era posible y necesaria porque entre la Voz de Dios en Jesús y la Voz de Dios en la Creación, asequible por la razón, no debía haber ninguna contradicción. En la revelación (Jesús) y en la Creación (la razón) debía resonar la misma Voz del único Dios.

Por ello, desde los primeros siglos de historia cristiana, se comenzó a construir una interpretación o hermenéutica del kerigma desde presupuestos filosóficos y socio-políticos que eran propios del mundo greco-romano. El resultado fue el nacimiento de una forma de interpretar el cristianismo que he llamado elparadigma greco-romano. En lo filosófico-teológico este paradigma fue teocéntrico (la razón conocía con certeza absoluta la existencia de Dios y la vida humana no podía sino tener a Dios como centro esencial de referencia, es decir, no era posible una idea del hombre sin Dios) y, además, en lo socio-político fue tambiénteocrático (Dios era el único punto de referencia posible para organizar la sociedad civil y entender el origen del principio de autoridad, bien en la ley natural-divina o bien en la ley positiva de Dios por la revelación).

En resumidas cuentas, el cristianismo fue convirtiéndose poco a poco en una religión que respondía al dogmatismo que fue propio de las otras religiones surgidas en la historia en las más variadas culturas con sushistoricismos propios. El dominio ideológico filosófico-teológico (teocéntrico) y el dominio socio-político (teocrático) del cristianismo fueron consolidándose desde Constantino por la cristianización del imperio romano y se asentaron finalmente en la edad media.

Más allá de la edad media, en los siglos XVI y XVII, este paradigma cristiano dominante durante siglos comenzó a tener problemas al tiempo en que nacía y se consolidaba el movimiento cultural de la modernidad. Sin embargo, el hecho es que el cristianismo se mantuvo en sus trece y trató de seguir defendiendo el paradigma greco-romano. Es verdad que en los últimos años filósofos y teólogos cristianos, a título personal, han entendido que ni el teocentrismo ni el teocratismo son hoy posibles, y han ofrecido alternativas, discordantes con la doctrina oficial, más o menos interesantes.

Sin embargo, las corrientes teológicas más importantes en el mundo católico de los últimos años, incluyendo el presente (la escolástica clásica, bien tomista o suarista, el neotomismo transcendental kantiano, y el mismo evolucionismo de Teilhard), siguen siendo teocéntricas. Igualmente las posiciones oficiales de la iglesia católica responden todavía al paradigma antiguo que no ha sido derogado, sino que sigue presente indefinidamente, con unos perfiles borrosos, que de tanto en tanto reviven con fuerza insospechada. Sin que esto impida que la iglesia, presionada por evidencias difíciles de ignorar en la cultura moderna, haya asumido ciertas “adaptaciones ad hoc” que nunca han supuesto una revisión sistemática oficial del paradigma antiguo (así, la teoría de la evolución o la admisión matizada del laicismo moderno).

El gran enigma: un puro mundo sin Dios

Aunque en la mayor parte de la historia las culturas se construyeron en un marco teísta –una solución religiosa al enigma metafísico de la vida– que llegó a ser dominante, e incluso opresivo, cabe pensar que siempre hubo seres humanos que vieron la idea de Dios con poca convicción y aceptación subjetiva (personas más bien “mundanas”). Pero difícilmente podía contradecirse el teísmo religioso que lo dominaba todo y reprimía duramente a los disidentes.

Sin embargo, a fines de la edad media, en los siglos XV-XVI-XVII, al comenzar el renacimiento, se inicia también el movimiento cultural de la modernidad que, con diversas etapas y una evolución lógica, llega hasta nuestros días. Este movimiento hizo posible que por primera vez se formulara una alternativa rigurosa al pensamiento teísta, hasta entonces dominante. La posibilidad de entender el universo sin Dios y, en consecuencia, vivir una vida individual y social sin Dios, mundanamente, tomó carta de ciudadanía.

Todos sabemos que, en efecto, el ateísmo comenzó a formarse en el siglo XVII (quizá Hobbes), se formuló con fuerza en la ilustración francesa del XVIII, así como en el enciclopedismo fundado en la ciencia de aquel tiempo. En el siglo XIX se dio tanto en la izquierda hegeliana y en el marxismo, así como en el vitalismo en general, y en especial en el de Nietzsche. A caballo entre el XIX y el XX Freud aportó el ateísmo psicoanalítico.

Finalmente el ateísmo analítico del Wienerkreis completó los cuatro grandes ateísmos clásicos: Marx, Nietzsche, Freud y filosofía analítico-científica. En continuidad con ellos, el siglo XX presenta una amplia variedad de escuelas y ateos, que culminan en los que se conocen hoy como los grandes ateos de nuestro tiempo: Richard Dawkins, Daniel Dennett, Christopher Hitchens y Sam Harris.

La aparición de la alternativa atea al teísmo religioso ancestral tuvo, pues, dos vertientes lógicas: por una parte la científico-filosófica y, por otra, la socio-política. Esta última es la que produjo, poco a poco, la emancipación de la sociedad civil frente a sus fundamentos religiosos. Dios ya no formaba parte de la lógica racional que naturalmente daba origen a la sociedad civil y a su organización socio-política.

Pero lo más importante no fue que ciertos intelectuales fueran capaces de argumentar sistemáticamente el ateísmo, o se situaran en el agnosticismo, sino que la forma de vivir sin Dios, arreligiosa, sin referencias metafísicas, ni teístas ni ateas, sino simplemente mundanas, comenzó a extenderse entre la gente normal, hasta el punto de llegar a constituir una opción metafísica, alternativa y objetiva, que gozaba de una total legitimidad.

Un rasgo del ateísmo naciente que no debe olvidarse para entender bien lo que aconteció en los últimos siglos y lo que todavía sigue afectándonos, es que el ateísmo producido en la modernidad fue un ateísmo dogmático (al igual que el teísmo, como decíamos, fue también un teísmo dogmático desde la antigüedad).

No se trata, pues, de que el ateísmo argumentara que era “posible” que Dios no existiera, sino que su afirmación precisa era más radical: consistía en establecer que la razón, la ciencia y la filosofía demostraban que Dios no existía, o, dicho con otras palabras, que no había argumentos de ningún tipo que permitieran pensar en la posibilidad de que Dios existiera. La religión, por tanto, era un error, una debilidad moral o existencial, un juego o evasión a favor de una vida ilusoria. Esta tradición dogmática de los grandes ateos modernos sigue presente y la he analizado en detalle en artículos que he publicado en Tendencias sobre Richard Dawkins, Daniel Dennet, Christopher Hitchens o Sam Harris.

El gran enigma en un tiempo de dogmatismos

El teísmo ancestral, en Europa cristiano, fue en efecto dogmático, en el mundo antiguo y así siguió siendo durante el desarrollo de la modernidad. Pero también lo fue el ateísmo naciente en los primeros siglos de modernidad. En el fondo, el dogmatismo fue durante siglos una manera de entender el conocimiento que era propio de la cultura filosófica general. Todo el mundo era dogmático. Por ello, el hombre abierto, por propio interés existencial, a la pregunta por la verdad metafísica última del universo, se hallaba en una situación muy definida.

Se hallaba en una tradición cultural de antiguo que respondía la pregunta por lo metafísico por medio de un teísmo dogmático, pero advertía además, al mismo tiempo, que en la sociedad existía también un ateísmo dogmático opuesto radicalmente al teísmo. Se trataba por ello –así fue durante siglos– de la lucha, contrapuesta y excluyente, diríamos incluso que bidireccionalmente despreciativa, entre dos dogmatismos que, cada uno a su manera, estaban persuadidos de poseer la verdad absoluta por la razón, la ciencia y la filosofía.

La existencia de estos dos grandes dogmatismos contrapuestos –que todavía perduran en sectores sociales muy amplios de la sociedad actual– creaba en los individuos una lógica inquietud, malestar y desconcierto. ¿Cómo era posible que un mismo universo diera origen a dos dogmatismos contrapuestos y tan radicales? ¿Quién tenía la verdad? Incluso los que ya había tomado parte por uno de estos dogmatismos, teísmo o ateísmo, no podían dejar de sentirse inquietos por el hecho mismo de la existencia del otro dogmatismo contrapuesto y alternativo.

De hecho la situación de una sociedad contrapuesta y escindida por metafísicas excluyentes y antagónicas ha dado lugar, principalmente en los dos últimos siglos, al crecimiento de una actitud de indiferencia ante lo metafísico. No sólo ante la metafísica teísta-religiosa, sino también ante la atea-arreligiosa. La mayor parte de la gente siente una gran impotencia para razonar con orden y concierto ante las incógnitas metafísicas. Son cuestiones que suponen tener una formación filosófica, científica, teológica, que abarca muchos problemas que la gente normal no está en condiciones de responder.

Por ello, mucha gente toma la posición pragmática de prescindir de referencias a lo metafísico (una cuestión ante la que se sienten impotentes) y viven simplemente una existencia dirigida a las inquietudes mundanas más inmediatas. En último término creen que el hecho de un universo confuso y borroso metafísicamente les justifica moralmente, incluso ante un posible Dios, en su actitud de indiferencia metafísica.

Un cambio crucial en la historia

Un aspecto esencial de mi obra El gran enigma es afirmar que en la historia moderna del pensamiento se ha producido un cambio crucial que tiene consecuencias transcendentales en la forma hoy posible de entender el teísmo y el ateísmo, es decir, la forma en que estos deben construir y entender sus argumentos metafísicos; también en la forma de entender la religión natural (aquella que es posible para el hombre como ser que forma parte de la naturaleza); en el entendimiento además del sentido de las grandes religiones, del cristianismo, y, en definitiva, de la unidad y sentido del movimiento religioso universal. Este cambio crucial al que estamos aludiendo es, pues, hasta tal punto importante que implica un replanteamiento de la manera de ver el acceso humano a lo metafísico, al teísmo, al ateísmo, a las religiones y, en especial, al cristianismo.

Este cambio crucial, en concreto, sería tan importante para el cristianismo que supondría una exigencia de re-interpretación o nueva lectura hermenéutica del contenido del kerigma cristiano. Hasta el punto de que implicaría el abandono de la forma de hermenéutica o interpretación del cristianismo antiguo, habitual durante muchos siglos: desde el paradigma antiguo greco-romano al paradigma de la modernidad. Ciertos perfiles de este cambio pueden haber sido apuntados por filósofos y teólogos cristianos de los últimos años, con mayor o menor acierto, pero la iglesia oficial sigue instalada todavía en el paradigma antiguo, aunque disimulado al máximo, y procurando actuar siempre como pura proclamación kerigmática de la doctrina de Jesús.

Siendo esto lo esencial, sin embargo, la proclamación queda oscurecida al no tener el complemento ni de una hermenéutica antigua, en la que ya no se confía, ni de una hermenéutica nueva fundada en el logos de la modernidad, a la que todavía no se ha llegado. Se proclama el kerigma cristiano pero sin mostrar que la Voz del Dios de la Revelación es la misma Voz del Dios de la Creación.

Por ello, el cambio crucial que el cristianismo debería abordar equivaldría a pasar el paradigma antiguo vigente hasta ahora (veinte siglos) al paradigma de la modernidad, al que fuerzan los cambios, inevitables e innegables, de la historia. Como vengo repitiendo en otros escritos, este cambio debería ser de tal importancia que exigiría ser abordado por un gran concilio ecuménico que estableciera los parámetros y criterios esenciales para la inserción del mundo cristiano en la modernidad.

La idea de la necesidad de un nuevo concilio la he defendido en otros sitios con mayor amplitud (en: Hacia el Nuevo Concilio. El paradigma de la modernidad en la Era de la Ciencia, San Pablo, Madrid 2010), sin embargo, aunque no es, en este nuevo libro, la cuestión esencial, también la menciono al concluir en el Anexo final mi obra El gran enigma. Ateos y creyentes ante la incertidumbre del más allá).

 

Javier Monserrat.

Javier Monserrat.

¿En qué consiste el cambio crucial del tiempo nuevo?

Ahora bien, ¿en qué consiste pues ese cambio crucial al que estamos aludiendo? Es muy fácil de entender. Hasta entrado el primer tercio del siglo XX seguían predominando entre los creyentes el dogmatismo teísta y entre los increyentes el dogmatismo ateo (lo acabamos de exponer). Pero, a lo largo de los dos últimos tercios han venido produciéndose un conjunto de cambios, en el pensamiento y en la forma de entender la vida, tanto en el arte, en la política, en la literatura, en la misma filosofía, pero principalmente en la ciencia, que ha llevado consigo la aversión y el rechazo a los “grandes relatos” dogmáticos que pretendían establecer con toda seguridad tanto el conocimiento de la verdad final del universo, como la del sentido de la vida, desde el comportamiento ordinario a las ideologías socio-políticas.

La gente se ha ido haciendo menos radical y cree menos en quienes tratan de imponer una verdad absoluta y dogmática, en cualquier campo. Algunos han detectado este nuevo movimiento cultural y lo han llamado “post-modernidad”. Yo he defendido que la modernidad no ha terminado, sino que simplemente se ha pasado de una modernidad dogmática a una modernidad crítica. Para mí, el gran movimiento de la modernidad no ha terminado, pasando a otra cosa, sino que se ha reencontrado a sí mismo en el criticismo que abandona el dogmatismo y pasa a la modernidad crítica.

Durante muchos siglos de modernidad, la ciencia fue un instrumento al servicio del dogmatismo. Era una ciencia mecanoclásica (newtoniana), determinista y mecánica, en definitiva reduccionista. Esta ciencia era difícilmente compatible con la idea de Dios, e incluso con el humanismo de nuestra experiencia ordinaria de la vida. Sin embargo, a partir del nacimiento de la mecánica cuántica, las cosas comenzaron a cambiar.

Fue naciendo la nueva ciencia, la nueva física, cuya imagen del universo pasó a ser indeterminista, enormemente enigmática en su idea de la materia y entendió el universo a partir de la idea de campos físicos. En resumidas cuentas, el universo descrito por la ciencia se presentaba como un profundo enigma que llevaba a la incertidumbre metafísica.

Por consiguiente, volviendo a la pregunta planteada, ¿en qué consiste el cambio crucial al que estamos aludiendo?, responderíamos con toda precisión: en que la evolución de la ciencia en el tiempo de la modernidad crítica ha mostrado una imagen del universo como enigma y esto ha llevado a la filosofía a reconocer que el universo nos deja instalados en una incertidumbre metafísica. Antes, en la cultura dogmática de la modernidad, se creía en una “patencia absoluta de la Verdad” que teístas y ateos entendían de forma diferente. En nuestro tiempo, en la cultura crítica e ilustrada de la modernidad crítica, se ha caído en la cuenta de que estamos abiertos al enigma del universo y a la incertidumbre metafísica.

Este es el cambio crucial que ha tenido consecuencias de extrema importancia.
Estamos, pues, tal como describíamos la experiencia ordinaria del hombre al comenzar este artículo: en el enigma y en la incertidumbre, que nos colocan en una inquietud profunda en torno a preguntas que sería perentorio responder para dar un sentido auténtico a nuestra vida.

Pero hoy vemos que los intentos teístas y ateos por responder al enigma del universo con el dogmatismo fueron un gran “sueño de la razón”, una ilusión del racionalismo que hoy debemos denunciar. Nos quedamos, pues, con el enigma y con la incertidumbre que vivimos en la vida ordinaria y que constituye la esencia del “problema de la vida”: a Dios no lo vemos, es un enigma la verdad final del universo y estamos sumidos en la incertidumbre metafísica.

¿Qué ha significado, y qué significa, la ciencia para la evolución de la metafísica en el siglo XX? Ya hemos descrito su aportación crucial: promover el tránsito desde el dogmatismo, desde la patencia-de-la-Verdad, a la conciencia de enigma e incertidumbre metafísica. Pero esta consecuencia crucial representa algo muy general, que deja abiertas cuestiones concretas que siguen abiertas y siendo objeto de investigación científica y de ponderación filosófica.

Cuestiones de la cosmología, del origen del universo, el modelo cosmológico estándar y la teoría de multiversos, de la naturaleza de la materia, la viabilidad de la teoría de supercuerdas, de la neurología, de la explicación física del psiquismo animal y humano, y otras muchas, siguen siendo discutidas en relación a los nuevos y continuos resultados de la ciencia. Pero la tendencia general, la significación global, de la nueva imagen del universo en la ciencia, en su repercusión sobre la filosofía, puede sintetizarse en el punto crucialmencionado: en la conciencia de enigma y de incertidumbre.

El silencio-de-Dios: teísmo crítico y ateísmo crítico  

Decíamos que el cambio crucial descrito era importante porque obligaba a cambios decisivos en la manera de referirse a lo metafísico. Estos cambios, en efecto, suponían un replanteamiento de muchas maneras de entender que, hasta ahora, habían estado en los fundamentos del comportamiento del hombre moderno. Ahora bien, ¿cuáles son estos cambios? El primero de ellos consiste sin duda en un cambio en la forma de entender el teísmo (y la religiosidad) y el ateísmo (y la arreligiosidad).

El cambio es evidente: hasta el cambio crucial referido en la modernidad crítica teísmo y ateísmo eran dogmáticos. Todavía hoy gran parte del teísmo y del ateísmo siguen siendo dogmáticos: unos piensan que la razón, la ciencia y la filosofía muestra con evidencia que Dios existe (teísmo) o que no existe (ateísmo). Teistas y ateos se siguen sintiendo con la seguridad racional (ilusoria) propia del dogmatismo. Lo vemos en la sociedad actual. Pero el cambio consiste en que vivir de acuerdo con la sensibilidad y el espíritu de nuestro tiempo exige a teísmo y ateísmo antiguos una conversión al teísmo “crítico” y al ateísmo “crítico”. Sólo este tipo de teísmo y ateísmo son posibles en la sociedad crítica e ilustrada de la modernidad crítica.

Pero para entender lo que este moderno “criticismo” significa es necesario dar un primer paso: entender en qué sentido el cambio crucial del dogmatismo al criticismo supone la aparición de una manera nueva, más profunda y radical, de entender el silencio-de-Dios. La expresión silencio-de-Dios es muy antigua, viene de la patrística y fue en extremo ponderada en la literatura mística. Pero para el dogmatismo teísta, en último término, Dios no estaba en silencio porque se había manifestado inequívocamente a la razón en la naturaleza. Por su parte, para el ateísmo dogmático no tenía sentido hablar de silencio-de-Dios porque Dios en definitiva no existía en absoluto.

En cambio, el teísmo crítico y el ateísmo crítico –de acuerdo con la conciencia de estar dentro del enigma del universo y en incertidumbre metafísica– saben que los argumentos que los avalan son hipotéticos, no son impositivos, y deben ser valorados por la razón de todo hombre hasta llegar a una decisión personal libre. Así, el teísmo crítico cree que la hipótesis, la conjetura, el supuesto, de la existencia de Dios es la mejor y más argumentada; pero, en último término, sabe también que “Dios podría no existir”. Igualmente el ateo acepta, a su juicio, la mayor fuerza y verosimilitud de los argumentos que avalan el ateísmo; pero sabe también, en último término, que “Dios podría existir”.

La consecuencia es inmediata: lo que ciertamente cabe decir es que el posible Dios, en caso de existir, está en silencio. Si es el autor y creador de la naturaleza, el hecho es que la ha creado de tal manera que en ella ha resonado el silencio cósmico de Dios, el factum de que el posible Dios está en silencio y no se ha manifestado con evidencia impositiva a las facultades humanas naturales del hombre. No ha dotado a la naturaleza creada de una “patencia de la Verdad”. Es lo que muestra la experiencia y se impone sociológicamente. Dios, por tanto, ha creado una naturaleza en que es verosímil el teísmo, pero también lo es el ateísmo. Por esto puede decirse que Dios calla y está en silencio.

La discusión antigua en torno a la cuestión metafísica de si Dios existía o no existía, era una discusión acerca de si los argumentos dogmáticos del teísmo y del ateísmo eran correctos o no. Se discutía cuál de los dogmatismos era el verdadero (ya que el otro era obviamente falso). En cambio, en el tiempo de la modernidad crítica la discusión comenzó a centrarse en la cuestión de si tiene sentido, o no lo tiene, la verosimilitud de admitir la existencia de un Dios que permanece en silencio.

Se trataba, pues, de ponderar y tomar una actitud ante todas las dimensiones reales en que se manifiesta el silencio-de-Dios. La primera dimensión del silencio-de-Dios era su silencio ante el conocimiento humano por el enigma del universo; es el hecho comentado de que no sabemos con evidencia impositiva racional si Dios existe o no existe. La segunda dimensión es el silencio-de-Dios ante el drama de la historia por el sufrimiento humano personal y colectivo, por el Mal natural ciego y por la perversidad humana.

¿Tiene sentido aceptar la existencia de un Dios que permanece en silencio en estas dos dimensiones tan importantes y desconcertantes para el hombre? La respuesta del teísmo y de las religiones es que hay argumentos que hacen verosímil que ese Dios en silencio exista. La respuesta del ateísmo, al contrario, es defender los argumentos que muestran que ese Dios en silencio no existe.

En El gran enigma he expuesto y analizado, desde la perspectiva del dogmatismo y del criticismo moderno, cuáles han sido y son los argumentos que avalan al teísmo y al ateísmo, así como su relación con la ciencia moderna. En la modernidad crítica, por tanto, teísmo y ateísmo son posibles y pueden ser construidos por la razón de forma legítima y honesta moralmente. Es lo que vemos además socialmente. Sin embargo, teísmo y ateísmo deben respetarse mutuamente puesto que ambos saben que son sólo un juicio de verosimilitud que no es una certeza racional absoluta, sino que la borrosidad enigmática del universo deja abiertas ambas alternativas.

 

Imagen de luz visible más profunda del cosmos, el Campo Ultra Profundo del Hubble. Fuente: Wikimedia Commons.

Imagen de luz visible más profunda del cosmos, el Campo Ultra Profundo del Hubble. Fuente: Wikimedia Commons.

La religión natural

Religión natural es aquella a la que tiene acceso el hombre como consecuencia de su inserción en la naturaleza y en uso de todas sus facultades naturales, en especial la razón y las emociones. Pensemos que la inmensa mayor parte de los hombres no han conocido el cristianismo (ni las otras grandes religiones). Sin embargo, han sido religiosos, de una u otra manera.

Si Dios existe, ha creado el universo y tiene la intención de hacer posible para todos los hombres por igual una relación religiosa con Él, entonces es obvio que esa religiosidad pretendida por Dios debe hacerse posible por la naturaleza misma, en todos los hombres por igual. No tendría sentido que la salvación (eventualmente pretendida por Dios para todos los hombres) fuera asequible sólo a unos pocos en el hinduismo, en el judaísmo o en el cristianismo. La religión debe hacerse posible por la naturaleza, por la existencia humana misma y debe poder llegar a todos los hombres por igual. Es difícil no ver que así deben entenderse las cosas.

Una religión universal

Pues bien, otra de las consecuencias trascendentales del cambio crucial que nos está permitiendo entrar en un tiempo nuevo es precisamente la forma de entender la religión natural. Es una consecuencia de lo dicho anteriormente: a saber, que se ha pasado del dogmatismo al enigma y a la incertidumbre, que esto deja abierta una forma crítica nueva de entender el teísmo y el ateísmo, de tal manera que en la modernidad tenemos una experiencia radical más profunda del silencio-de-Dios y de los argumentos que avalan creer o no creer que ese posible Dios-en-silencio es verosímil y cabe aceptarlo o no aceptarlo.

Esto es lo que, en definitiva, nos permite entender en qué consiste la religión natural de que estamos hablando y en qué sentido está presente en todos los hombres y ha sido el germen que ha hecho formarse las grandes religiones de la historia en sus condiciones historicistas propias (hinduismo, budismo, judaísmo, cristianismo, islamismo).

Reconstruyendo, en función de estos principios, los argumentos que dan sentido a la religión natural, vemos que el cosmos se presenta enigmático en su verdad metafísica última, pero hace posible argumentos que llevan a la razón, en la ciencia y en la filosofía, a admitir la verosimilitud de que Dios existiera como fundamento metafísico del universo.

Así lo intuye todo hombre en la vida ordinaria. Pero esta verosimilitud no se impone de forma absoluta y única, como veíamos. Además, también hace a Dios verosímil la experiencia religiosa subjetiva y objetiva (en la historia de las religiones). Dios no es evidente objetivamente ni lo hace evidente a la razón ningún tipo de experiencia subjetiva o social (religiones). Pero es objetivo el hecho la persistencia histórica inefable, misteriosa, mística, de esas extrañas experiencias religiosas que podrían ser indicio de la existencia de una Divinidad oculta.

Sin embargo, el argumento esencial que hace posible la religión natural de todo hombre en el mundo es el que permite entender que, a pesar del silencio divino en sus dos dimensiones (antes mencionadas), a saber, el silencio ante el conocimiento (por el enigma del universo) y el silencio ante el drama de la historia (por el Mal ciego de la naturaleza y por la perversidad humana), el silencio-de-Dios podría tener un sentido-en-Dios. Como he explicado en El gran enigma, la religiosidad humana, desde el interior de un universo en que Dios calla y está en silencio, sólo es posible si se admite el logos, es decir, el sentido, de un Dios oculto y liberador, a pesar de su lejanía y de su silencio.

Sentido del universal religioso

Existe, pues, un rasgo universal, presente en todos los hombres, común a toda posible religiosidad, que podríamos llamar el universal religioso. Este universal religioso (que juega un papel decisivo en El gran enigma) podría enunciarse en los siguientes términos: sería la creencia en la existencia de un Dios oculto y liberador, porque cabría pensar que su ausencia del mundo, su lejanía y su silencio, tienen para Él un sentido teo-lógico (un sentido-en-Dios, un logos o una razón, una explicación). Es decir, cabría aceptar a un Dios oculto y liberador, a pesar de su ausencia, de su lejanía y de su silencio. Esta aceptación sería el universal religioso, presente en toda religiosidad humana.

Pero la religión radical, profunda, de todo hombre se asienta en la experiencia inmediata de la ausencia de un Dios al que no vemos y de la ausencia de un Dios que deja al hombre desamparado ante el drama de la historia. Pero, a pesar de todo ello, el hombre religioso cree siempre en un poder transcendente que salva a pesar de su aparente desamparo, ausencia, lejanía y silencio. El hombre natural está interesado existencialmente en que Dios exista. Le va la vida en ello. Sólo si Dios existiera y quisiera liberar al hombre, podría entonces soñarse en un futuro de felicidad y se podría vivir en el consuelo profundo de que Dios acompaña al hombre en su sufrimiento y lo lleva a la salvación.

Pero la creencia en que la esperanza futura ofrecida por la religión sea real se funda en argumentos que giran siempre en torno a la creencia en el sentido, logos o razón, de un Dios oculto y liberador. La creencia en el Dios oculto y liberador es, como hemos dicho, el universal religioso que constituye la esencia profunda de toda religiosidad.

Religiosidad universal en la vida humana

Lo que el cambio crucial del tiempo nuevo ha permitido entender es, por tanto, lo que sin duda ha pasado, pasa y sigue pasando en la vida humana ordinaria de los hombres, aun dentro de la inmensa variedad de las circunstancias propias de sus vidas y de sus culturas. Antes, en y después del cristianismo histórico todos los hombres, aun sin ser cristianos, viven el dramatismo de sus vidas en función de unos factores antropológicos, inevitablemente presentes en ellos.

Todo hombre vive la indigencia de su vida, el drama de sus circunstancias vitales y el final trágico de la muerte. Todo hombre se siente sólo y abierto al enigma y a la incertidumbre porque no es patente la verdad última del universo y a Dios nadie lo ha visto.

Es la angustia inevitable del silencio-de-Dios que acompaña a todo hombre, en su experiencia profunda interior,  en cualquier circunstancia, incluso en las culturas teístas dogmáticas, teocéntricas y teocráticas. De ahí que todo hombre abierto a la esperanza de la existencia de un Dios en silencio que, sin embargo, quiere salvar al hombre, lo hace creyendo en la existencia de un Dios oculto y liberador, por encima de su lejanía y de su silencio. Este voto de confianza en Dios, a  pesar de todo, es lo que constituye la esencia del universal religioso.

El cambio crucial, antes descrito, tal como se ha producido con la modernidad crítica, habría sido entonces la ocasión histórica de que, al abandonarse los dogmatismos culturales, teocéntricos y teocráticos, se haya podido entender de forma explícita y argumentada lo que ya estaba presente desde siempre en la religiosidad natural del hombre: a saber, el logos del universal religioso.

El cristianismo

Todas las grandes religiones, las religiones menores, e incluso las religiones antiguas ya desaparecidas, toda forma de religiosidad humana interior vivida al margen de la religión social, han respondido siempre aluniversal religioso. Han sido siempre la creencia en un Dios oculto y liberador, por encima de su ausencia, de su lejanía y de su silencio. El cristianismo responde igualmente al universal religioso, ya que este pertenece a la esencia de toda posible religiosidad humana. También de la religiosidad cristiana. Pero en el cristianismo, al margen de que seamos cristianos o no, concurren una serie de circunstancias objetivas sorprendentes que pueden ser estudiadas por todos con objetividad y nos muestran la presencia sublimada del universal religioso.

Como religión, el cristianismo, como se explica en El gran enigma, consiste en la adhesión a la persona y a la doctrina de Jesús de Nazaret. Pero el hecho es que Jesús presenta su doctrina como la revelación de la esencia de Dios y de sus planes en el diseño de la creación del universo. Sin embargo, lo verdaderamente sorprendente de la pretendida Voz del Dios de la Revelación en Jesús es su profunda armonía con la Voz del Dios de la Creación. Si existe un Dios es que ese Dios es el autor de la creación y del escenario en que debe realizarse la vida humana. Si el Dios que pretendidamente se revela en Jesús de Nazaret fuera el Dios real y existente, se debería entonces suponer que el diseño de creación que Jesús revela fuera armónico con la forma real en que, de hecho, tal como sabemos a la altura de nuestro conocimiento en el mundo moderno, ha sido creado el universo.

Ahora bien, este mundo real y el escenario que implica para la vida humana, pretendidos por Dios, como hemos dicho, es el que nos instala ante el enigma del universo y en la incertidumbre metafísica ante el más-allá. Es, en definitiva, el que acaba situando al hombre ante la alternativa de creer o no creer en el Dios oculto y liberador, a pesar de su ausencia, de su lejanía y de su silencio. Por tanto, el mundo real es un mundo que hace la apertura a Dios posible a través del universal religioso.

Pues bien, la Voz del Dios de la Revelación que predica Jesús de Nazaret no hace sino proclamar que, efectivamente, es real y existente un Dios que ha querido ocultarse, pero que alberga un plan de liberación de la estirpe humana. El Dios cristiano no hace sino asumir y profundizar el universal religioso presente en todos los hombres por su misma naturaleza, al margen de que hayan conocido o no el cristianismo.

El Dios que revela el cristianismo es un Dios que, en su eterno designio, asume, usando un término de san Pablo, la kénosis de su presencia en la creación. Esta kénosis es el ocultamiento, el anonadamiento, la humillación de Dios en la creación, para hacer un mundo de libertad en que no vemos a Dios por el conocimiento y en que son posibles la negación de Dios y el pecado. Es, al mismo tiempo, la humillación de Dios ante el drama de la historia que presenta un Dios inoperante, impotente, que parece abandonar la historia humana a manos de las fuerzas ciegas del Mal.

El Dios cristiano es un Dios que asume, redime, esta creación “kenótica” en que Dios se humilla por su ocultamiento ante el conocimiento humano y por su impotencia ante el drama de la historia por el sufrimiento. La razón de esta kénosis ante la libertad, creando la autonomía del universo y del hombre, es que este dramático universo debe ser el escenario que hará posible la maravillosa historia de la santidad humana, que acabará conduciendo a los hombres a su integración en la misma vida divina.

El cristianismo proclama que Dios ha querido realizar y manifestar en el tiempo humano su eterno designio creador a través del Misterio de Cristo que en su Muerte manifiesta la kénosis en la creación, por suocultamiento ante el conocimiento y el drama sufriente de la historia, y que en su Resurrección manifiesta la futura liberación con que Dios salvará la historia humana. El Dios manifiesto en Jesucristo es el Dios oculto y liberador que juega un papel esencial, por el universal religioso, en todos los hombres.

Para el cristianismo Dios ha creado el universo de manera que todo hombre pueda llegar a conocer y aceptar su oferta de amistad. La naturaleza hace ya verosímil que un Dios creador pudiera ser su fundamento. Además, es posible creer en la existencia de un Dios oculto y liberador, cuya ausencia, lejanía y silencio en el mundo tienen un sentido, y se ha manifestado en el Misterio de Cristo. Por último, el cristianismo cree que el Espíritu de Dios está interiormente presente en el interior del espíritu de todo hombre de una forma sobrenatural o mística, misteriosa pero real, que no rompe su ocultamiento, pero que da el testimonio interior definitivo de la verdad de Dios. La explicación en detalle de la naturaleza del cristianismo como religión será uno de los temas principales de El gran enigma.

El gran enigma

El gran enigma que pesa sobre la existencia de todo hombre en el mundo, y sin duda sobre nosotros, es primariamente el enigma de la Verdad Última, metafísica, que se esconde en el más allá, cuya naturaleza acabará afectando sin duda a nuestro futuro. Por la intuición inmediata de la experiencia de la vida, o por la razón en la ciencia y en la filosofía, quedamos instalados ante el enigma del universo en una molesta sensación de incertidumbre ante el más-allá, ante lo que constituye el fondo metafísico de la realidad.

Que el universo sea un enigma, y que la búsqueda humana de la verdad se debata en la incertidumbre, impone el hecho de que Dios podría no existir (para el creyente) y podría existir (para el increyente). Creencia e increencia nacerán de una decisión personal posible por la estructura del mundo. Pero creer o no creer debe ser una decisión informada y competente. El creyente debe conocer el conjunto de serios argumentos que hacen posible el ateísmo. Pero el ateo debe conocer también los argumentos que hacen la creencia posible y que muestran la extraordinaria coherencia y armonía del movimiento religioso universal. Pero, en los términos expuestos, el siempre posible Dios está ausente, lejano y en silencio.

Esto plantea la gran pregunta a la que queda abierta la existencia del hombre: a saber, si tiene sentido creer en la existencia de un Dios oculto y liberador. Por ello, el gran enigma del universo se cifra, en el fondo, en el gran enigma de si es real y existente un Dios oculto y liberador. ¿Qué actitud tomar ante el enigma último del universo y de nuestra vida?

Artículo elaborado por Javier Monserrat, Universidad Autónoma de Madrid, miembro de la Cátedra CTR de la Universidad Comillas, co-editor de Tendencias21 de las Religiones y autor de El gran enigma.

http://www.tendencias21.net/Ateos-y-creyentes-ante-la-incertidumbre-del-mas-alla-El-gran-enigma_a40762.html