Alguna vez has bebido silencio? Si tu respuesta es afirmativa, entonces ya sabes lo que es la concentración sin esfuerzo.
Con el tiempo, el silencio o la concentración sin esfuerzo se vuelve un elemento fundamental siempre presente en la vida del alma.
Valentin Tomberg
El silencio para el místico es más que la ausencia de sonido, es una espaciosidad interna en la que han cesado las oscilaciones de la mente y, por ello, se ha eliminado la identificación individual que separa de las cosas. El silencio, como señala David Chaim Smith, elimina el constructo sujeto-objeto. No es el silencio de los océanos que existe en la Tierra, es el océano que existe en el espacio, en todas partes, ese mar que rezumba de energía y que sin embargo nunca se inmuta.
En su deconstrucción del proceso de pensamiento –que produce la separación y el malestar de nuestra cultura– Jiddu Krishnamurti hizo un especial énfasis en el silencio de lo que llamó «la mente meditativa». Compartimos aquí algunos extractos del libro La Mente Meditativa en los que el filósofo indio habla sobre las cualidades de este silencio, que es un templo más real que todos los templos que podemos encontrar en el mundo externo y que es la piedra angular para el accionar diario que se establece desde lo sagrado.
La meditación implica un completo y radical cambio en la mente y el corazón. Esto sólo es posible cuando existe un extraordinario sentido de silencio interno, y con eso solamente surge la mente religiosa. Esa mente sabe lo que es sagrado…
Una mente meditativa es silenciosa. No es este el silencio el cual el pensamiento puede concebir; no es el silencio de una tarde calmada; es el silencio en el cual el pensamiento –con todas sus imágenes, palabras y percepciones– ha cesado. Esta mente meditativa es la mente religiosa –la religión que permanece intocada por la Iglesia, los templos o los cantos. La mente religiosa es una explosión de amor. Es este amor que no conoce separación. Para él, lejos es cerca. No es lo uno o lo múltiple, sino el estado de amor en el que no existe división. Como la belleza, no es la medida de las palabras. Solo desde este silencio la mente meditativa actúa.