Una colaboración de piloto pirx
Dedicado a Jose Luís
Observar el llamamiento a censura de la cuestión a tratar: “utiliza como reclamo un documental contra la “obsolescencia programada” sin permiso de su autora”
¿Este es argumento en contra de lo que anuncia Benito Muros; que no tiene permisos para usar un documental publicado en you tube DE INTERES GENERAL PARA EVITAR EL DESPILFARRO EN ESTOS TIEMPOS DE CRISIS?
Sea una realidad o no la bombilla en cuestión, el señor Benito denuncia verdades como puños:
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El empresario Benito Muros lleva semanas anunciando en los medios la comercialización de una bombilla que dura “toda la vida” y utiliza como reclamo un documental contra la “obsolescencia programada” sin permiso de su autora. Los expertos dudan de que lo que anuncia sea verdad y la asociación de consumidores FACUA también advierte sobre un posible engaño.
Benito Muros lleva semanas apareciendo en distintos medios donde le presentan como el “español que ha inventado una bombilla que dura toda la vida”. Sus afirmaciones, de confirmarse, podrían cambiar el modelo de industria y comenzar una era de productos “no caducables”. Los expertos consultados por lainformacion.com, en cambio, creen que las afirmaciones de Muros no tienen sentido y la asociación de consumidores FACUA advierte contra la forma de anunciar este tipo de productos.
Las empresas de iluminación, según el dueño de la empresa OEP Electrics, fabrican bombillas programadas para fallar y así poder vendernos más. Su bombilla, reclama, es fruto del trabajo de 11 años de investigación y se diferencia de todas las demás en que no está programada para estropearse y puede durar toda la vida. Así lo expresa en la página web de su empresa, que se presenta bajo la apariencia de una campaña contra la denominada “obsolescencia programada”. La página está encabezada por el vídeo del documental “Comprar, tirar, comprar“, dirigido por Cosima Dannoritzer, que causó gran impacto hace unos meses tras su emisión por La 2 de TVE y en el que se trataba la estrategia de hacer que los productos tengan una duración limitada.
“He hablado con Cosima muchas veces”, asegura el empresario Muros en conversación telefónica con lainformacion.com, “y está encantada con nuestras bombillas”. “De hecho”, insiste, “si lo ponemos en la página web es con su permiso”. Pero esto no es lo mismo que nos ha dicho la propia Cosima hace unas horas. La directora asegura no conocer a Muros y niega haber dado permiso para utilización de su documental. “No he autorizado su uso”, asevera. “Y no es verdad lo que dice, que se trate de la ‘primera bombilla sin obsolescencia programada’. Ya existen otras bombillas led parecidas en el mercado desde hace varios años, con más o menos las mismas especificaciones respecto a precio y consumo de luz”.
¿Una lámpara led más?
Lo curioso de la campaña es que no arremete contra las bombillas de filamento incandescente, sino contra la tecnología led, que está ofreciendo bombillas que duran entre 20.000 y 100.000 horas, según se explica en el propio documental. A pesar de los estudios sobre su durabilidad, el propietario de OEP Electrics asegura que las lámparas led “duran solo uno o dos años” porque los drivers se recalientan y “los semiconductores se programan”. Su descubrimiento, nos revela, tiene que ver con los componentes de estos elementos: él y su equipo de ingenieros han conseguido que no se recalienten los drivers mediante el dopado del silicio y que no provoquen las microrroturas que hacen que las bombillas se rompan antes de tiempo.
Científicos e ingenieros aseguran que la afirmación de que las lámparas led actuales duran dos años es falsa, pues se trata de una tecnología que permite una duración de hasta 20 años con un uso normal. “El tiempo medio de vida de un led está entre 25 y 100.000 horas”, asegura Miguel García Tuñón, investigador del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC. “Como mucho puedes hacer una lámpara más cara que te dure algo más”. “Se realizan ensayos de fiabilidad de vida de las lámparas led mediante procedimientos acelerados”, asegura Miguel Ángel Erro, catedrático emérito de Ingeniería Electrónica de la Universidad de Navarra, “y se prueba que la vida es mucho más larga, esto está acreditado”.
El relato que la empresa traslada a los medios y en su web viene acompañado de su propia mitología. “Para llevar a cabo su investigación”, escriben, “Muros viajó hasta el parque de bomberos de Livermore (California), lugar en el que hay una bombilla que lleva encendida de forma ininterrumpida más de 111 años. Allí contactó con descendientes y conocidos de los creadores de esa bombilla, y consiguió las bases a partir de las cuales comenzó su investigación”. En realidad, la bombilla de Livermore es una lámpara de filamento tipo Edison, que nada tiene que ver con la tecnología led.
A simple vista, en el diseño y las especificaciones, la bombilla de OEP Electronics parece una lámpara led más de las muchas que hay en el mercado. Varios expertos en microelectrónica del CSIC, que prefieren no ser identificados, nos aseguran que crear una tecnología como la que describe Muros requiere una inversión brutal y sospechan que el empresario adquiere componentes que se pueden comprar en China y simplemente los ensambla. “Que hayan manipulado el material es una posibilidad, pero hace falta un test de algún organismo internacional o preguntarse si es básicamente su palabra y tenemos que esperar cien años a ver si tienen razón…”, asegura Alfonso Ortiz, profesor de Ingeniería Electrónica de la Universidad de Cantabria.
“Es absurdo lo que dicen”, asegura Alfredo Blasco, dueño de una empresa de iluminación que lleva más de diez años dedicada a la comercialización de leds. “Si dice que alguien hoy manipula un led para que caduque, que me demuestre por qué mis bombillas están manipuladas y las suyas no. Yo le puedo demostrar que tengo instalaciones de más de tres años y las bombillas no se han estropeado”.
El secretismo como única explicación
A pesar del despliegue mediático, la empresa no ha entregado ninguna bombilla aún a ningún comprador y solo ha servido una partida de 800 bombillas para el parking de la Ciudad de la Justicia de la Generalitat catalana. De momento solo han recibido 400 pedidos, pero no empezarán a enviarlas hasta dentro de dos semanas, nos confirma Muros. Las bombillas se están fabricando ya en Europa, en una fábrica de su propiedad ubicada en un lugar que no nos puede revelar. “Lo que fabricamos nosotros”, dice, “es aquello en lo que los demás programan la obsolescencia”.
Por motivos de seguridad, asevera, tampoco han registrado ninguna patente (“como hizo en su día la Coca-Cola”) y no podemos contactar con ninguno de los 22 ingenieros que han colaborado en el diseño porque eso podría ponerles en peligro. “He recibido amenazas contra mi familia”, asegura Muros. “Está denunciado y hay una investigación policial abierta”, añade, “hay una grabación en el contestador de casa de una persona con acento extranjero que decía que si saco mi producto al mercado mi familia y yo seremos aniquilados”.
La autora del documental “Tirar, comprar, tirar” se muestra sorprendida sobre el tema de las amenazas. “Ninguna de las personas con las que yo he hablado para el documental están amenazadas”, asegura, “es la primera vez que alguien dice algo así, no tiene sentido”. Por otra parte, según nos indica uno de los mayores expertos en patentes industriales de este país, “lo habitual es que cuando uno ha conseguido una invención de ese nivel la patente inmediatamente. Lo otro es absurdo porque las otras empresas se lo quitan. La supuesta amenaza tendría que venir de sacarlo al mercado, una patente en un cajón no amenaza a nadie”.
“Esta forma de actuar es propia de un producto milagro”, asegura Rubén Sánchez, portavoz de la asociación de consumidores FACUA. “La palabrería y esta forma de comportarse tan extraña es propio de este tipo de productos. La ley no te obliga a decir en qué país de la UE se fabrica pero, si están dando a entender que tienen una tecnología distinta a las led, tiene que acreditarlo si una administración se lo pide”.
Garantía “de por vida”
Por otro lado está la cuestión de las garantías. ¿Qué significa toda la vida? “Significa que puede durar tranquilamente cien años”, nos responde Muros. “En las pruebas que hemos hecho, hemos tenido varias de nuestras bombillas encendidas 24 horas durante ocho años y vemos que están como el primer día, por eso podemos decir que duran cincuenta o cien años”. Pero en la web no aparece ninguna referencia a la garantía de duración. “A nosotros nos gustaría dar 25 o 50 años de garantía. Actualmente para aparatos electrónicos, lo que es obligatorio son dos años”, asegura Muros, “pero queremos dar cinco años o incluso más, pero no lo ponemos en la web porque tenemos que hablar con una empresa de seguros porque cuando estén en el mercado, nos van a manipular la bombilla por dentro, de la misma forma que nos amenazan, y tendríamos demandas”.
“La ley marca dos años solo como un mínimo”, matiza desde FACUA Rubén Sánchez, “pero hay multitud de productos con garantías de cuatro, de siete años…”. Entonces, ¿puede decir Muros en sus entrevistas que garantizan la duración “de por vida de las bombillas”? “Las declaraciones que haga en las entrevistas”, explica Sánchez, “tienen un valor contractual y es lo mismo que si lo dijeran en un documento y si en algún momento se estropean, el consumidor tiene derecho a reclamar”.
En los próximos días, el empresario Benito Muros se compromete a poner en manos de lainformacion.com una de sus bombillas y someterla a una prueba de peritaje con un experto independiente. Seguiremos informando.
Referencia: la información
http://elobservatoriodeltiempo.wordpress.com/2012/04/18/la-bombilla-eterna-invento-espanol-o-cuento-chino-o-intento-de-censura-en-mass-media/