Hace unos meses se llevó a cabo una fascinante conferencia en la Nieuwe Kerk de Ámsterdam, sobre la interacción entre la tecnología y la compasión o la posibilidad de usar la tecnología para eliminar el sufrimiento y ayudar a las personas discapacitadas. Las imágenes son fascinantes, por momentos realmente conmovedoras y hasta inquietantes, pues se le presentan al Dalái Lama personas que han visto su vida significativamente mejorada por inventos tecnológicos y extraños gadgets y se le hacen preguntas al líder tibetano.
Primero sube al escenario una hermosa niña que nunca tuvo manos pero que ahora tiene unos brazos biónicos que le parecen muy cool porque pueden tener luces y se ven futuristas y, a grandes rasgos, le permiten no ocultar sus imperfecciones sino mostrar su diferencia de una forma que no la avergüenza; no sólo le dan la oportunidad de navegar el mundo de manera más eficiente sino que también le proveen una satisfacción estética y confianza. Esta niña colabora con una compañía de alta tecnología que desarrolla tecnología biónica y le pregunta al Dalái Lama si tiene algo que recomendarle a esta compañía. El Dalái Lama le dice a la chica que podrían intentar extender este tipo de ayuda a países subdesarrollados, donde hay personas que están sufriendo mucho. Y añade que la civilización occidental es muy materialista, así que se deben preocupar más por lo mental y emociona, que por lo meramente físico.
Luego sube un robot a través del cual habla e interactúa una niña que no puede ir a la escuela, pero que a través de la telepresencia puede vivir ciertas cosas que le serían imposibles o sumamente incómodas por su enfermedad. La niña en telepresencia a través del robot le pregunta al Dalái Lama: «¿Por qué no ha habido mujeres Dalái Lama?». A lo que el Dalái Lama contesta que si la institución del Dalái Lama continúa, él espera que en un futuro pueda haber mujeres con esta investidura.
Posteriormente el Dalái Lama concluye que la tecnología es maravillosa, pero que tiene límites y no importa cuán sofisticada sea, no puede reemplazar la inteligencia de la mente humana. Y agrega que la conciencia sutil no depende de lo físico y por lo tanto, la tecnología tiene ciertas limitantes.
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