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FBI en Costa Rica por invasión de pandillas
México: Los Acapulco Kids
La primera vez que Jarocho me ofreció a una niña por 300 pesos le dije que sí, que a eso había ido al Zócalo aquella noche.
El tipo, que cuidaba autos frente al Malecón, se echó la franela al hombro y sonrió de tal manera que los dientes le brillaron en el oscuro rostro, reventado por el acné. Luego, cuando se dispuso a traerla de un callejón, dije que no, que mejor volvería más tarde.
—De una vez, brother, el yate llega a la una de la mañana y ahí vienen gringos ya rucos que se llevan a las más morritas. Orita hasta te puedo conseguir una de nueve o diez años –dijo con cara de “tú me entiendes, no te cuento nada nuevo”, y sentí tremendo retortijón en el estómago.
—Regreso antes de esa hora, nada más no vayas a fallar.
—¿Qué pasó, brother? Los hombres sabemos hacer negocios. Y como me caíste a toda madre, te la voy apalabrar pa que te dé un servicio chingón. Ái tú te arreglas con ella si quieres cosas más perversonas.
Volví después de que el yate Aca Rey había tocado tierra firme. Entonces supe que Jarochosólo era un mero cazador de clientes, que trabajaba para un proxeneta y que la niña que llevaría esa noche se llamaba Allison.
Era adicta a la piedra –esa droga barata que embrutece más que otras– y no pasaba de los 12 años.
Un día Acapulco se cubrió de verde y de cerdos salvajes que desafiaban los caminos de tierra. Las gargantas de los pescadores toltecas cantaban a los dioses, los bambúes crepitaban con el viento y los mangos petacones engordaban.
Mil años después, los aztecas traerían la plaga hasta que Hernán Cortés y su gente la aplastaron a su vez con la gonorrea y la virgen de La Soledad.
Luego de 500 años de ensangrentar destinos, llegaron los grandes edificios a la bahía y dividieron la ciudad en dos: la cara bonita y el patio trasero. Agustín Lara le cantó a María Félix, Pedro Infante compró casa y Tintán amó al puerto por siempre.
Entonces cayó el nuevo milenio y bajo el brazo trajo un racimo de pedófilos estadounidenses y canadienses que se hartaron de que en Cancún los señalaran.
Ellos fueron los que corrieron la voz y, al poco tiempo, Acapulco se transformó en el paraíso de la carne más joven.
Desde entonces, los pederastas acarrearon consigo padrotes intocables, madrotas disfrazadas de mujeres abnegadas, nuevas estadísticas del VIH, tendejones para emborrachar a las niñas, revólveres, pobreza de la que unos se enriquecen, vientres abiertos, noches para velar a los chicos, home pages para ver el mapa y saber dónde encontrar niños; hoteleros y taxistas para el trabajo sucio. Rencor y noches y días de ajetreo.
Han traído hordas de niños al Malecón, al Zócalo, alcanalque lleva las aguas negras a Hornos, al Oxxo que está rumbo a Telecable, a la Soriana de la Costera, a las canchas de la crom, al asta bandera, a Caleta y Caletilla, a la barda del restaurante Condesa, a la vuelta del salón de belleza Xóchitl, a la calle La Paz, al hotel Real Hacienda, al puente de la Vía Rápida, al semáforo de Aurrerá, a La Redonda que todos conocen como Las Piedras de la Condesa, a la playa que Cortés bautizó como Puerto Marqués, y a los puteros del centro.
Y es por ello que Unicef califica ya a Acapulco como la ciudad mexicana número uno en lo que a prostitución infantil se refiere. Ha desbancado a Cancún y a Tijuana.
En estos 1 882 kilómetros cuadrados se concentra casi todo lo que necesita un pederasta: playas increíbles, droga barata y en cantidades pasmosas, ojos que nunca ven y bocas que nunca hablan, hoteles 50% off, un bando municipal que estipula que en Acapulco no se multa a los turistas, prostíbulos donde la mayoría de edad se alcanza desde chicos, padres que piensan que los hijos son moneda de cambio, y niños, muchos niños, que por un bote de PVC o un poco de mariguana están dispuestos a encarar la vida y despistar la muerte con sus cuerpos.
En las callejuelas del centro, esas que suben dolorosamente hacia el cielo, está el bar Venus. Es una construcción vieja de dos pisos, pintada de mala gana. Es de un naranja parecido con el que Van Gogh pintó el melancólico cuadro The Old Tower in the Fields.
La desvencijada puerta es azul, como si quien la cruzara fuera directo al paraíso. Pero no: los ventiladores giran sin énfasis, hay mesitas de lámina extenuada y los clientes son una bola de infelices a los que sólo les queda emborracharse para combatir el calor y la tristeza.
Quizá lo más deprimente sea la pista donde bailan las mujeres de vientres poderosos: es una enorme ostra de concreto que arroja luces rojas y verdes. Todo aquello parece sacado de las películas o de los cómics de Alejandro Jodorowsky.
Mía bailaba en el tubo como una boa adormecida mientras de la rocola salía la voz de Noelia con eso de“tú, mi locura, tú, me atas a tu cuerpo, no me dejas ir”.
Mía, que en realidad se llamaba Ariadna, había cumplido los 14 años el 3 de septiembre pasado y estaba orgullosa de su edad porque eso le ayudaba a que los clientes se pelearan por ella.
Intentó sentarse en mis piernas y la mandé a la silla.
—¿Qué, eres joto? –preguntó con un hablar pastoso. Ya estaba algo ebria.
—No, pero tienes la edad de mi sobrina – y Mía miró como si me hubiera vuelto loco. Luego, ordenó una cerveza mientras enumeró sus reglas:
—Me tienes que dar 40 pesos por estar aquí contigo; con eso ya pagas mi cerveza. Si quieres algo más, allá atrás hay cuartos. Cuestan 100 pesos y yo te cobro 200. Si quieres que te la chupe, son 100 más.
—A mí sólo me gusta platicar, soy reportero.
—Bueno, dame los 40 y platicamos.
Al sacar el dinero la miré bien: los ojos, de negro intenso, casi se perdían en la cara; estaba maquillada como los muertos, tenía papada, los pechos apenas le estaban creciendo y su cuerpo rechoncho era de un irreparable color cobrizo.
Pagué. Entonces Mía me contó que ese nombre se lo puso ahí un viejo, amigo de la patrona. A ella se le hacía muy estúpido, pero debía aguantarse. “Yo hubiera escogido un nombre como Esmeralda o algo así”.
Era de Tierra Caliente, pero había llegado a Acapulco hace medio año para trabajar en un Oxxo, pero cuando le dijeron que en el Venus podía ganar 800 pesos al día mandó al diablo la idea de ser una cajera vestida con uniforme rojo con amarillo.
“Ahí en el Oxxo iba a ganar como 50 pesos y a mí me gusta comprarme ropa”. Su mamá no sabe a qué se dedica y, si lo supiera, no le preocupa:“Porque yo la mantengo a ella, a mi abuelita y a dos sobrinos; como mi papá se fue a California y nunca regresó, necesitamos el dinero”.
Prostituirse no le quita el sueño. “En mi pueblo venden a las mujeres desde chiquillas, con eso pagan la tele que compran o las cervezas que no pagaron”. También dijo que le gustaría probar las drogas y que un día quiere ser actriz de telenovelas.
No habló más porque un gordo, al que le faltaban varios dientes y andaba todo andrajoso, la llamó con la mano en la cartera para que se sentara con él. Se bebieron una caguama como si ambos desfallecieran de sed. Luego, cuando en la ostra gigante bailaba una mujer que parecía haber ido con un carnicero a que le hiciese la cesárea, el tipo se llevó a Mía. Fueron a los cuartos.
—Mañana tendré dos chicos; acá nos vemos y te paso a uno.
Andrew tendrá unos 60 años y sus tres hijos ya le han dado cuatro nietos. Su segunda esposa, según contó, es 10 años menor que él y jura quererla igual que el día en que se conocieron.
Puede que sea cierto. Andrew tiene cabello blanco, su piel está lo bastante bronceada como para parecer un trozo de marlin ahumado, y sus ojos son de un gris encendido. Su español es mordisqueado, pero da para platicar.
Supuestamente vive en Boston y trabajó en un pub donde los hombres le confiaron nostalgias y proezas de machos. Yo hice eso para acercarme a él mientras comíamos un cóctel de camarones en la playa Caleta. Andrew fue el único gringo que creyó que los niños también eran mi debilidad.
Los otros con los que intenté conversar fueron displicentes y no sirvieron de mucho. Desde hace unos cinco años, cuando Jean Succar Kuri calentó Cancún, Andrew entró a las páginas de los pedófilos en Internet y supo a dónde emigrar: Acapulco. Y, sobre todo, a la playa Caleta.
—Me dijeron que en Caleta uno consigue niños, pero no sé cómo —le solté cuando Andrew combinaba los camarones con una coca cola de dieta.
—Es fácil –dijo con el tono de quien no miente–. Hay que tratar con aquellas mujeres —y señaló a las indígenas que aquella mañana vendían artesanías mal hechas y otras baratijas.
—¿Y qué les tengo que decir? —pregunté a Andrew y él me miró como quien le tiene lástima a un pordiosero.
—Cómprales algo de lo que venden o dales para que vayan a comer; el chico ya va en el precio.
—Como el desayuno…
—Sí, como la barra libre.
Para ser honestos, no supe si hablar más o propinarle ahí mismo un puñetazo. Nos quedamos callados porque no se nos ocurrió otra cosa y miramos el mar y sus virutas. Por ahí pasó un par de viajeros con mochilas al hombro, un tipo que vendía raspados, una costeña que hacía trencitas, un viejo que alquilaba cámaras de llanta para usarlas como flotadores, un par de pescadores que mostraban mojarras de 10 kilos, un matrimonio con su hijo en brazos, y unos niños que, como si fuesen cachorros, se revolcaban en las olas. A ellos, Andrew los escudriñó como hacen los críticos de arte.
—No les digas a las mujeres que eres mexicano, mejor háblales en inglés –Andrew rellenó el silencio.
—No me lo creerían. Creo que ya me jodí.
—Mañana tendré dos chicos; acá nos vemos y te paso a uno. Son tan inocentes…
—¿Y hoy no se puede? —No, anoche fue de locos–replicó y ordenó media docena de ostiones con unas gotas de salsa Tabasco.
Cuando me despedí para no verlo nunca más, fui con algunas indígenas y, aunque hablaron en su lengua, entendí que me fuera al carajo.
Con la misma importancia me trató el salvavidas de la playa. Usó una lógica absurda y cínica para responder por qué no hace nada contra tipos como Andrew: “Yo nomás cuido que nadie se ahogue”.
PD: En el DIF municipal, Rosa Muller, una mujer con un corazón enorme, había contado que las indígenas tienen el hábito de vender a sus hijos a los extranjeros.
A mexicanos no. Quién sabe por qué. Otro dato: Adriana Gándara, funcionaria del Centro de Atención a Víctimas de Delito de la PGR, ha dicho que al menos la mitad de los más de dos mil niños que se prostituyen en Acapulco son indígenas.
Agenda Amarilla del Novedades, El diario de la familia guerrerense. Viernes 21 de noviembre. Dos anuncios:
¡Chavita de secundaria! Tiernita, Bebita hermosa y sexy. ¿Qué esperas?
Chiquilla bonita. Soy estudiante de secundaria. Delgadita. Bustona. Llámame.
Llamé de un teléfono público. En el primer anuncio contestó un tipo que sabía su negocio. No recuerdo el nombre de la niña que ofrecía, pero la describió con tal labia que no dejaba resquicio alguno para creer que no existía cintura más delgada ni trasero más redondo y levantado que el de ella.
—Me hablas de una mujer de calendario, compa. ¿Estás seguro de que va en la secundaria?
—Te lo juro por Dios, carnal. La chamaca está garantizada, por eso te la estoy dejando en mil 500 pesos. Ira: ella va a tu hotel y después de dos horas me la regresas.
—Deja hospedarme y te llamo otra vez.
—Pásame tu celular.
Le di un número viejo que dejé de usar.
En el segundo anuncio clasificación xxx respondió una mujer con voz de niña. Suponiendo que sí era una estudiante de secundaria, dijo llamarse Lulú, se jactó de tener experiencia y reiteró que estaba dispuesta casi a todo. Cobraba 2 mil pesos y 500 más por tener sexo anal. Nada de fotos, nada de video.
—Estoy hospedado en el Mayan Palace –mentí–. ¿Y si no te dejan entrar?
—Ya he ido ahí. No te preocupes, me gusta su alberca, está bien grandota.
—Pues deja pensarlo y te busco.
—Anímate ya, más tarde voy a estar ocupada.
—¿Y no te da miedo que sea un asesino o algo así?
—No me conoces.
—Tú tampoco.
—¿Y si te dijera que soy reportero y ando contando historias de niñas como tú?
Colgó.
Tú ponle ahí que me llamo Manuel. Tengo 16 años, pero me prostituyo desde hace 10, cuando me salí de la casa porque mi mamá nomás quería a mi padrastro, un viejo cabrón que sabe que si se mete conmigo mi banda de Ecatepec le pone en su madre. He andado por el DF, Hidalgo, Puebla, Veracruz, Cuernavaca y Chilpancingo. Aquí, a Acapulco, ya tiene que llegué como desde 2004. Y está chido.
[Estamos en el albergue del DIFmunicipal llamado Plutarca Maganda de Gómez, una religiosa a la que nadie recuerda. Aquí llegan los niños prostitutos que la directora del lugar, Rosa Muller, busca en las calles de Acapulco para darles comida, ropa, dejarlos que se duchen y, si quieren, vivir hasta que cumplan los 18. Ningún chico es obligado a quedarse.
Manuel es uno de esos niños que entra y sale del albergue dependiendo de las ganas que tenga de drogarse. Para comprar piedra y mariguana, con lo que le fascina dinamitarse el cerebro, sabe que debe cumplir con el círculo vicioso de escapar, prostituirse, comprar su cóctel letal y ropa nueva que le ayuda a alardear entre la banda de que él ha triunfado; luego vuelve al albergue.
Cuando está afuera, gana unos 6 mil pesos a la semana. A él se le hace una fortuna.]
En esto siempre hay clientes. La mayoría son viejos, pero hay de todo: gabachos, de Canadá, franceses y mucho mexicano. No es cierto que nomás los turistas de otros países nos busquen. Hay batos más dañados. Checa: está el payaso del Zócalo, el Chapatín; ese nomás quiere que uno le dé y nos regala drogas. Está el del Tsuru gris; es de Cuernavaca, le cae una vez al mes y levanta a dos o tres; paga bien.
Está otro cabrón de la taquería Los Tarascos. Está un güey del hotel Real Hacienda que nos deja dormir y él tiene mucha piedra y PVC. Otro güey es uno que anda en una moto rojo; también es padrote. La que también le entra duro es una doña que luego vende burbujas de jabón en el centro; a ella le gustan las niñas y es madrota de mayates. Y está Fátima, una gringa ya señora que vive por el Fiesta Inn.
[Manuel no tendría por qué mentir, así que es mejor seguir escuchándolo.]
El precio que manejamos casi todos es de 200 pesos, más 100 por quedarnos a dormir. Los gabachos y las gabachas dan más: 400. Y lo chido también de ellos es que te llevan al parque Papagayo, a Recórcholis o se hospedan en hoteles bien chingones. Yo he ido al Avalón, al Hyatt, al Presidente, al Emporio y al Princess. Son muy bonitos. Pero no creas que me apantallan los gabachos.
Sé inglés. Bueno, me defiendo. Sé decir cómo me llamo, mi teléfono, de dónde soy y todas las groserías. Así conquisté a una gringa. Tenía como 50 años. Es la gabacha más vieja con la que he estado. ¿La más chica? Una de 30, cuando yo tenía como ocho años.
[Manuel trae el cabello teñido de las puntas. Es un chico pura fibra con una mirada zigzagueante. Presume sus jeans Fubu o algo así, como si fuesen unos Versace. Lleva dos días sin drogarse.]
Eso es lo que no puedo dejar: las drogas. Los chochos no me gustan porque me amensan. Los hongos me ponen tonto y la coca me quita el sueño. Por eso prefiero la mariguana y la piedra. Unos se paniquean con la piedra, creen que los andan siguiendo, se les entume el cuerpo; a mí no.
Ni siquiera me ha dejado loco. Ah, porque la piedra es cabrona. Muchos de la banda se han quedado idos, bien babosos.
Con esos ya ni puedes platicar. Ni les entiendes lo que dicen. Pero te decía, con la mota y la piedra la hago. A veces también al PVC, pero poco porque se me mete el diablo. A ese le hago porque la lata cuesta 50 pesos y a mí, el de la ferretería, me lo da a 35. Es que hay noches que me quedo con él y me lo da más barato.
[Mientras habla, Manuel bosteza y parpadea como si lo hubieran sacado a patadas del sueño. Se despertó hace cosa de media hora. Por ahí de la una de la tarde.]
¿Qué más te puedo decir? Pues que aquí me ha tocado ver muchas muertes. A un jotito con el que me juntaba lo treparon a un carro y lo apuñalaron. No sé si eran sus clientes, pero yo vi caer al bato. Otro se murió de cáncer y una morrita de sobredosis. Ángel, el gordo, murió de sida. Yo hasta eso soy negativo. Aquí en el albergue nos hacen la prueba a cada rato. No le tengo miedo al sida. Soy un cabrón con suerte.
Allan García, uno de los editores de La Jornada Guerrero, tiene una memoria implacable para los datos duros y escalofriantes:
Hay paquetes exclusivos para pederastas que incluyen hotel y niño. Costos: de 200 a 2 mil dólares, según el grado de pubertad. El chico sólo recibe 20 dólares.
Desde los cinco años se prostituyen. A los 18 ya no sirven.
Los que controlan la prostitución infantil en Acapulco son, sobre todo, tailandeses.
Después del turismo y la venta de droga, la prostitución infantil es la actividad que deja más ingresos en Acapulco.
Allan recuerda bien esas cifras porque hace menos de un mes, durante la semana que el DIF Acapulco organizó para hablar del tema, los funcionarios locales de la PGRabrieron sus bases de datos.
En esas reuniones también se contó la historia del autobús con un azteca grabado en el parabrisas. Circula por todos lados, menos en su ruta. No levanta pasaje. Suben niñas que se van con hombres decrépitos cada vez que el camión se detiene. De hecho, a la hora de lavar el bus, en el río El Camarón, las chicas se pelean por hacer la limpieza porque el chofer no paga con dinero. Paga con droga y clientela que gasta a puño suelto.
Eric Miralrío, un acapulqueño que sirvió de guía al reportero, sugirió que buscáramos a Nayeli en el Malecón. La conocía porque apenas este año le había tomado algunas fotografías durante la realización de un documental. Por lo que le escuché decir, la chavita no pasaba de los 16 años, a los 13 fue mamá y su padrote le pegaba para imponer respeto. Parecía un gran personaje.
La segunda noche en que la buscamos, otro niño de la calle llamado Chucho nos dijo con su lengua drogada que a Nayeli la habían asesinado de 25 puñaladas. Ya no dijo más porque el PVC lo traía hecho un zombi.
Un día después, Rosa Muller, la directora del albergue del DIF municipal, contaría la historia de una Nayeli que resultó ser la misma que Eric conocía.
Y esto es lo que viene en la libreta de apuntes: Nayeli era una costeña que desde que nació fue linda. Antes de cumplir los siete años ya era parte del catálogo que un padrote mostraba a los clientes.
A los 13, el proxeneta la hizo madre y le quitó el bebé porque le dijo que una adicta como ella lo terminaría matando. Nayeli se la pasó en las calles hasta que un chico de la banda se enamoró de ella y juntos lograron rentar un cuartucho allá por las fábricas. A principios de mayo pasado, salió drogada de su casa y se la tragó la tierra. Los reporteros de la nota roja la encontraron tirada en las calles, con 25 puñaladas.
También la degollaron. Muller se enteró del asesinato por las páginas de El Sol de Acapulco, el diario que contabiliza a los muertos.
Lo que las autoridades llegaron a saber es que, por unos cuantos pesos, Nayeli delató un quemadero (lugar donde se consume droga). Y los traficantes no perdonan esas cosas. Cuando el DIF quiso recoger el cadáver en el forense para entregárselo a la familia, ya había desaparecido. Nadie quiso saber más del asunto. Muy pocos le lloraron.
Esa mañana la radio dijo que Acapulco estaría fresco, a no más de 33 grados. A Samy, sin embargo, el sol le caía como un piano en la cabeza: traía una tremenda resaca. Lo conocí en la playa Condesa porque un pescador con un ojo de vidrio llegó a ofrecer de todo: ostiones, el paseo en el paracaídas, hasta que aterrizó en el asunto de la mariguana y los niños.
—Conozco a los jotitos de Las Piedras, le puedo decir a uno que venga acá contigo o, si quieres, te lo puedes coger ahí mismo, no hay pedo. Todo el mundo lo hace ahí.
Samy traía un pantaloncillo rojo, la playera en el hombro y una sed endemoniada. Le dije que era reportero desde el arranque. Quién sabe si pudieron más las ganas de beberse una Yoli, pero se quedó un rato.
Primero dijo que nada más había ido a Las Piedras porque le urgía dinero. Pero ya en el tren de confesiones, presumió que su mejor experiencia fue con una pareja de cubanos, hace un año: mientras él recorrió el cuerpo de la mujer, el hombre lo grabó.
Le dieron 100 dólares y con eso se fue a nadar al parque de diversiones Cici, comió en una taquería del centro, se compró dos camisetas y lo demás se lo inhaló. Dejó en claro que no era homosexual: “Yo nomás doy y tengo novia”, remarcó con la pose del Valiente de la lotería.
—¿Y usas preservativos? ¿Te cuidas?
—No me quedan.
Se fue hundiendo sus pies en la arena.
No lo he mencionado, pero Samy tiene nueve años.
Si Rosa Muller se lo propusiera, probablemente sería capaz de contar un millar de historias.
Por ella me enteré cómo Yahaira, una niña de Pachuca, llegó un día hasta la casa de Muller con un pastel de cumpleaños, una pierna gangrenada, una tuberculosis invencible y un VIH que le arrojaba dardos a las últimas defensas de su organismo. Murió hace un par de meses.
Otra historia que le duele a Muller es la de Oliver, de 12 años. Hasta hace unas semanas, además de prostituirse, se dedicaba a vender drogas. Se le hizo fácil consumir y no pagar al dueño del negocio.
Para que escarmentara, para que entendiera que eso no se hace, lo amarraron con cinta canela a un árbol. En 15 días, sólo le dieron agua, sopa de pasta y un centenar de golpes. Así llegó al albergue.
A los médicos les llevó varios días salvarle las manos y a él cinco minutos volverse a escapar. Muller, que sabe por qué dice las cosas, jura que a estas alturas Oliver debe estar muerto.
La historia más atractiva, sin embargo, es la de la propia Muller. Es decir, la de Mamá Rosy, como todos los chicos la llaman.
Resulta que su hijo, hoy de 13 años, solía ir a un internet ubicado atrás del hotel Oviedo, en pleno centro de Acapulco. Iba ahí porque le prestaban el play station sólo por dejarse tomar fotografías. Además, como el dueño del lugar le decía que en la casa de Mamá Rosy había fantasmas, al chico no le interesaba volver a su recámara si su madre no se encontraba.
Un día, a Mamá Rosy le llamó la atención que, súbitamente, su hijo fuese huraño, sudara por las noches y hablara de espíritus malignos a los que nadie podía derrotar.
La curiosidad la llevó a indagar y a saber que en el café internet siempre había muchos extranjeros que a simple vista no resultaban nada confiables. Con el tiempo, contactó a la policía cibernética de la PFP y en pocas semanas se descubrió que aquel café internet era el centro de operaciones de una banda de pederastas.
En abril de 2003, las autoridades arrestaron a 18 pedófilos, 12 de ellos extranjeros, y rescataron a 10 niños. Entre los detenidos iba Enrique Meza Montaño, hijo del entonces regidor por Convergencia, Óscar Meza Celis. Enrique fue el único que obtuvo su libertad a las pocas horas.
No importó que él, de 29 años, fuese el dueño del internet llamado Ikernet ni que fuese arrestado cuando estaba en compañía de dos menores.
A los otros, la PFP los presentó como parte de una banda que operaba en Europa, Estados Unidos, Canadá y México, además de vincularlos con dos artistas de la pedofilia: Robert Decker y Timothy Julian, ambos sentenciados en cárceles californianas. La edad promedio de los detenidos era de 65 años. Un par de ellos tenía VIH y se “suicidarían” después en las mazmorras acapulqueñas.
Ese hecho marcó a Mamá Rosy y fundó una ONG para proteger a los niños. De la gasolinera de su familia sacó los recursos y los chicos la fueron queriendo.
Pronto su nombre empezó a circular en el puerto y en 2005, cuando llegó Félix Salgado Macedonio a la alcaldía,éste la nombró directora del albergue Plutarca.
El próximo 31 de diciembre terminan los tres años de Mamá Rosy. Los chicos están tristes, dicen que volverán a las calles porque nadie los ha cuidado como ella. Muller, de ascendencia alemana, tiene pensado rentar una casona vieja para llevarse a los niños. “Ya veré cómo le hago, pero no quiero dejarlos, son presa fácil”, dice mientras se acomoda sus anteojos para la miopía.
Lo que sí es un hecho es que su hijo poco a poco ha ido saliendo. Ya no ve fantasmas.
PD: El pasado miércoles 26 de noviembre, la estadounidense Patricia Katheryn O’Donovan denunció que el neozelandés Murray Wilfred Burney, también conocido como Mario Burney, estaba reclutando a menores de edad para reorganizar la red de pederastas que Meza Montaño y otros dejaron a la deriva.
Yo era de ésas que andaba vendiendo droga. El buenero (narco) hasta me dio una pistola para defenderme. Era una 22, bien perrona.
Le entré porque a mí no me gustó eso de acostarme con los gringos. Bueno, lo que pasa es que un día uno me pegó y ya no quise. De ahí les tiré la onda a las mujeres, pero hubo una, creo que era de Italia porque hablaba bien chistoso, que se puso bien loca en el cuarto, como que quería matarme.
Era flaquita y yo, ya ves, pues estoy llenita, así que le puse unos madrazos y me fui. Por eso me metí de dealer. Bueno, me metieron.
¿Cómo te explico? Aquí hay mucho buenero que nos agarra para vender porque a nosotros no nos meten a la cárcel, nomás nos quitan la droga y nos dan unos zapes.
Y le entras porque le entras. Si no quieres, te pegan. Dicen que a uno hasta lo mataron. Ya luego me harté y mejor me vine al albergue. No sé qué haré ahora que Mamá Rosy se vaya. Es todo lo que puedo contar. Tengo una vida aburrida.
[Silvia, se llama Silvia. Para tener su edad, 14 años, es lo bastante fuerte como para destrozar un piso entero en un arrebato. Le gustaría tener una muñeca.]
Yo soy Norma. Crecí en Tepito, ahí en la calle de Jesús Carranza. Me fui de ahí porque mi mamá se murió. Tenía sida. Yo digo que mi papá la contagió; siempre fue muy mujeriego, pero quién sabe, mi mamá también tuvo sus novios y cuando andaba drogada no se fijaba.
[Otra vez en el albergue Plutarco. Otra historia. Otra niña invisible. Otro cigarro para aguantar.]
De lo otro, de cómo empecé a prostituirme, no me gusta hablar. Me da ansiedad. Pero ya estoy aquí, ya qué. Me voy a abrir. Mamá Rosy nos ha dicho que lo hablemos, que eso que trae uno es como una piedra en el zapato o como un anillo que se nos atoró en el dedo. A ver, ahí te va.
[A Norma, de 16 años, le han estado sudando las manos desde que sentó. Se la ha pasado secándolas sobre el short de basquetbolista que viste. Trae el cabello mal cortado, como si alguien le hubiese mordido la cabeza. Huele a jabón barato. Hace bombas con el chicle y tiene una sonrisa exacta.]
Tendría que empezar a contar que a los seis años me violó un primo. Luego, como a los ocho, me violó un tío, hermano de mi papá. Ya tenía como 11 años cuando mi papá llegó drogado y quiso hacérmelo. Sólo Dios sabe por qué no pudo. Si me lo hubiera hecho, seguro yo también tuviera sida.
Desde ahí ya no me gustaron los hombres. Me dan asco. Pero hace como cuatro años cuando llegué a Acapulco, me dijeron que había señores que se acostaban con la chamacada. Yo, al principio, no quise. Luego ves que les regalan cosas y que la banda trae dinero. Entonces dije “chingue a su madre, le entro”.
Eso sí: siempre lo he hecho bien drogada. Como que en mi juicio no se me da, hasta me dan ganas de vomitar. La bronca es que luego ni te acuerdas de lo que te hicieron. Yo luego he despertado con dolores en todo el cuerpo y con moretones. Con quienes sí me ha gustado, la verdad, es con las gringas.
A ellas sí se los hago como con amor. Había una que me buscaba mucho. Ella me regaló un celular y ropa. Me dijo que quería llevarme a Estados Unidos para que viviera con ella, pero ya nunca volvió.
[Norma se levanta, dice que va al baño. Se ve rara, ansiosa, sin saber por qué. Todo empezó porque le pregunté si ese tatuaje mal rayado que dice Faby era en honor a la gringa y ella dijo que no, que Fabiola es una historia que ahora que vuelva va a contar. Regresa y cumple con su palabra.]
Fabiola fue mi novia, pero me hizo como trapeador. Era una cabrona. Decía que me quería y andaba con hombres. Yo le lloré, le dije que mi hijo, ¡ah!, porque tengo un hijo de cuatro años que no he visto hace mucho, necesitaba una mamá como ella. Le valió madre. Nomás me engañó.
Hasta los papás de ella me querían, decían que algo como yo era lo que Fabiola necesitaba. Ahora la odio y amo a Diana, la chava que hace rato vino acá con su bebé. Diana sabe que ahora que termine de estudiar enfermería voy a cuidar de ella y el bebé. Lo malo de Diana es que todavía actúa como una niña y luego no sé ni lo que quiere.
[Intempestivamente, Norma me pregunta que si ya se puede ir. No puedo obligarla. Al poco rato, la psicóloga llega como un ventarrón con la mala noticia de que Norma se ha enterrado las uñas en la cara y que se la ha pasado quemando las cartas que le escribió a Fabiola. Me siento un imbécil.
Mamá Rosy irá a tranquilizarla y Norma volverá con el rostro sangrante. “No hay bronca, luego me pongo locochona”, dice con el tono de quien asume toda la culpa sin tenerla. “Ahorita me curo yo, ya me enseñaron en la escuela cómo hacerlo”. Lleva medio curso para auxiliar de enfermera. Se lo paga Mamá Rosy. Me dice que ahora que se reciba vaya a su graduación.]
Frente al bar Barbaroja, en la playa Condesa, abordé un taxi en la Costera Miguel Alemán.
—¿Tú sabes dónde puedo conseguir morritas?
—Ahorita, por la hora, nomás en el Tavares, el Sombrero o en las casas de cita. Ya son las cinco de la mañana.
—Pero tengo gustos raros: quiero niñas, o niños –dije mirándole los ojos por el espejo retrovisor. El conductor, como si le hubiera dicho que necesitaba comprar un perro, buscó entre su celular ciertos números de contactos.
—Conozco a un cabrón que tiene pura chamaquita. Ya he trabajado con él, es seguro, no te roban y todo es muy discreto. Deja llamarle.
Habló con tal desenvoltura que bien podría renegociar el TLC.
—Dice que las tiene ocupadas. Es que ya es tarde, el bisne hay que hacerlo a media noche.
Aliviado, me bajé en un hotel que no era el mío. La cara del taxista, en la duermevela, no me dejó en paz.
Es viernes por la tarde y en el Zócalo de Acapulco hay una cacofonía sostenida. Cuando mis padres me traían yo sólo veía boleros libinidosos, indígenas que se la pasaban expulgando a sus hijos, jóvenes que llevaban en sus cabezas cubetas en equilibrios imposibles, perros comiendo basura, al vendedor de globos, una catedral cuya entrada olía a excremento, basura y tamarindo; un puesto de periódicos que sólo vendía malas noticias, la nevería, policías que se la pasaban rascándose la cabeza, un quiosco donde los gringos se tomaban fotografías con las indígenas, como si las mujeres fuesen unos macacos, y una acera de restaurantes donde uno terminaba con diarreas interminables.
Hubiese visto ese mismo zócalo si no fuera porque Mamá Rosy me hizo un croquis de lo que uno nunca ve.
Entonces vi que, en efecto, la banca que está frente al Oxxo es para que se sienten las mujeres que buscan niño. Unos metros adelante, a la derecha de sur a norte, hay otra banca que rodea un árbol. Esa es para las niñas. Los pederastas lo saben muy bien.
Quien busca acción con manos infantiles tiene que sentarse donde trabajan los boleros; la mercancía llega sola.
En la noche, con sacar el celular y mantenerlo encendido, basta para que los chamacos se ofrezcan. Ahí está la gorda que vende burbujas, metida en unas mallas de lycra, al lado de un tipo cuya cara parece retrato hablado de la PGR.
Es la misma a la que tanto las autoridades del DIF municipal como los chicos ubican como madrota. Vi la lonchería Chilacatazo atestada de indígenas, pero no vi a gringos. Supuestamente, ahí las indígenas ofrecen a sus hijos a cambio de comida.
Vi al viejo en short y zapatos que se la pasa ejercitándose mientras escoge a qué chico llevarse. Los extranjeros, sobre todo estadounidenses, comen en El Kiosco. Se la pasan analizando a los chicos como si fuesen catadores expertos.
Ni el mosquerío sabía de qué color ponerse por la pena.
Alexa, Chucho y El Quemado hunden sus rostros en los platos donde les han servido un vomitivo alambre de carne al pastor. Estamos en una taquería por los rumbos del Malecón.
Y como hablarán hasta que terminen de comer, sólo queda verlos. Sobre todo a Alexa.
Es muy delgada. Dicen que no estaba así. Que de un tiempo para acá trae diarreas. Su cabello tiene un color pariente muy lejano del rubio. Es casi negra. Trae una mochilita rosa donde guarda la lata de PVC. Ella es la menor de los tres: tiene 17 años y una década en la calle. El Quemado y Chucho, que ya rebasan los 20, contarán luego que la niña es huérfana y que qué bueno, porque sus padres le pegaban.
–¿Entonces qué quieres saber? –la voz de El Quemado repta por las paredes.
–Todo lo que quieran contar.
Alexa y Chucho, ya con el estómago medio lleno, se rehúsan a hablar. Pero El Quemado, quien ha perdido todo escrúpulo, resume la vida de ambos:
—A Alexa todo mundo se la ha cogido. Y el Chucho ha sido mayate.
—Cálmate, güey –reprocha Chucho, un tipo bajito que se cree luchador.
—Es la neta, ¿no? ¿Para qué nos hacemos pendejos? Hay que decir las cosas como son.
—Pero ya no lo hago con hombres –se defiende Chucho.
—¿Pero le hicistes, qué no?
—Nomás un tiempo, de los ocho a los 14 años.
Alexa se mantiene callada. Nada la hará cambiar de opinión: dejará que El Quemado cuente lo que quiera. No le importa.
—Aquí todos hemos sido mayates –dice El Quemado–. Uno necesita el dinero. Neta que si nos dieran trabajo dejamos esto, pero como que le valemos madre al gobierno. Ve a la Alexa, toda puteada. Ve tú a saber si está enferma.
La plática se interrumpe porque el mesero nos ha corrido de la taquería. La gente que comía en la otra mesa exigió que se largaran los tres pordioseros y el cliente con más dinero manda.
Camino a las canchas de la CROC, donde los tres duermen, El Quemado irá contando que ya no tienen tanta ropa desde que un canadiense al que familiarmente llamó Cris dejó de ir a Acapulco.
—¿Él se las regalaba? ¿Era religioso o algo así?
—No mames, compa, ese cabrón era un pinche cogelón de morritos. Venía muy seguido al Malecón porque tenía un velero. Ese bato nos daba un chingo de ropa y las drogas que quisiéramos por acostón.
—¿Y qué fue de él?
—Pues mira: el Cris tenía la maña de pegarles a los morros. Un día, un cuate al que le decimosEl Querétaro no se dejó y le puso sus madrazos. Lo mandó al hospital. Ya tiene como un año que el Cris no se para por aquí.
—¿Y qué hay de Alexa? Se ve muy mal.
—Simón. Es el sida, esa morra ya tiene sida. Pero uno no le dice para que no se agüite.
—¿Y qué hay de tu vida? ¿Por qué te dicen El Quemado?
—Porque cuando era morrito me quemé en la casa del Padre Chinchachoma. Se me prendió el suéter por andar de cabrón. Tengo toda la espalda como chicharrón.
—¿Y tus padres? ¿Tienes hermanos? ¿De dónde eres?
—No, no, no. De mí no vamos a hablar. Además ya te conté mucho y ni un pinche refrescoquisistes comprarme.
El Quemado se fue. Chucho se despidió con una pirueta de luchador. Y Alexa dijo que odiaba a los reporteros.
Jarocho, con sus pies descalzos y su hedor agrio, llevó a Allison hasta el auto. La niña traía un perfume grosero, el cabello lacio, estaba bronceada, apenas le estaban saliendo los pechos, y usaba sandalias y una pulsera de Hello Kitty.
—Bueno, yo los dejo –dijo Jarocho con sus 100 pesos en la mano por haber sido el intermediario y a mí me dio la desesperación.
Allison iba triste o asustada. No avancé mucho. Me estacioné por la Playa Tamarindos. Estaba por decirle que sólo platicaríamos, y nada más, cuando una camioneta me echó las luces.
Pensé que era la policía. Me imaginé en la cárcel y en la contraportada de La Prensa. Pero no, era algo peor: una Lobo blanca doble cabina con vidrios polarizados.
—Es el que nos cuida –dijo Allison y volví a experimentar uno de esos momentos cuando el mundo parece detenerse.
—¿Y por qué nos sigue?
—Porque quiere ver en qué hotel voy a entrar.
Empecé a sudar y me sentí pegajoso. Lo único que se me ocurrió fue acelerar. Tan preocupado iba que pasé los semáforos en rojo. Entonces ahí sí me detuvo la policía. Bajé del auto y, entre murmullos, les tuve que decir que era reportero y que la niña era parte de la historia.
Uno de ellos, el de mandíbulas potentes, le echó la luz a Allison y ella sonrió de tal manera que en ese momento hubiese podido venderle cocaína a cualquier cártel. “Pues si ya le pagaste, cógetela”, dijo el oficial y yo quise romperle la cara. “Sale, te vamos a dar el servicio”, dijo el otro con su diente de oro como Pedro Navajas. Ahí reparé que la Lobo blanca doble cabina no estaba.
Llegamos al estacionamiento del hotel.
Cuando Allison, que en realidad se llamaba Gregoria, intentó bajarse del auto para entrar al local, la paré:
—Sólo me interesa que me cuenten historias.
Allison arrojó un gesto de incredulidad.
—Primero págame los 300 pesos y pon una canción de Belanova.
—No tengo ninguna de ella. ¿No te gusta U2?
—Pon lo que quieras, pero menos en inglés. Es que me gusta cantar, eso quiero ser de grande: cantante.
Caifanes se escuchó en las bocinas y ella echó a perder la canción.
Entonces Allison tomó la palabra:
—Vengo de por allá de Zihuatanejo, allá tengo un novio europeo que luego viene a visitarme acá. Me trata bien. Me compra lo que yo quiera. Él me regaló un celular rosita. Nada más que el que nos cuida me lo quitó, dijo que eso no es para mujeres de mi edad. ¿Esto quieres que te cuente o algo más cachondo?
—Así está bien.
—Eres bien raro –y le dio una bocanada violenta al cigarro–. Bueno: pues a mi papá lo mataron y mi mamá está en la cárcel. Creo que se robó algo, no sé bien. Y como allá mis tíos me pegaban, pues mejor me vine para acá. Nomás terminé la primaria. Me gusta el color rojo y casi a diario el que nos cuida nos regala piedra. Esa soy yo.
—¿Y vives en una casa, rentas un cuarto de hotel?
—Ahora me quedo en la casa del que nos cuida. Somos como siete y dos chamacos que se la pasan fregando.
—¿Y pueden salir solas?
—Depende.
—¿De?
—Depende.
—¿Y a quién prefieres: gringos, canadienses o mexicanos?
—Depende. Me gustan los que tienen dinero. Una vez un gringo me llevó a Cancún como un mes. Allá está muy bonito, no sé si conozcas. Aquí, una pareja me llevó una semana a su casa, nomás para estar con ellos, dormirme en medio de los dos y nadar sin ropa.
No sé si lo sepas, pero cada cliente es distinto –lo dijo como si hubiese descubierto la rueda.
—¿Qué es lo mejor y lo peor que te ha pasado en este negocio?
—Lo mejor es conocer gente de todos lados y que además de pagarte te regalan ropa o piedra. ¿Lo peor? Cuando nos pega el que nos cuida.
–¿Les pega mucho?
–Nomás cuando anda drogado. En su juicio es muy bueno. ¿Cómo te diré? Es cariñoso.
Jarocho me había dicho que no me excediera de la hora para no tener problemas y que dejara a Allison a un lado del bar Barbaroja, que ahí alguien la recogería.
El plazo estaba por cumplirse. Allison se fue cuando Los Caifanes decían algo así como que “no dejáramos que nos comiera el diablo”. Cuando amaneció me largué de Acapulco, odiándolo.
Alejandro Almazán (México DF, 1971) es reportero freelance. Ha fundado CNI-Canal 40, Milenio Semanal, Milenio Diario, y La revista de El Universal. Ha ganado tres veces el premio nacional de periodismo en el género de crónica.
http://carlosagaton.blogspot.com.es/
Millones de personas se quedarán sin agua por el descenso del mayor embalse de EE.UU.
Diez preguntas básicas acerca del enojo
Dr. Norberto Levy
1 – ¿Por qué nos enojamos?
Nos enojamos cuando algo nos frustra: desde algo tan pequeño como un atascamiento de tránsito hasta una amenaza a mi integridad física o a mi honor. Los motivos son variadísimos y los grados de intensidad también, pero todos tienen un elemento común: debajo de cada enojo hay una frustración.
2 – ¿Cumple alguna función el enojo?
Veamos un ejemplo: Un amigo me prometió que me devolvería un libro y cuando llega me dice que se olvidó. Mi deseo de recuperar el libro se frustra y ese deseo frustrado se convierte en enojo. La función esencial del enojo es darme más energía para enfrentar el obstáculo que produce mi frustración. El tema fundamental acá es si yo he aprendido a canalizar adecuadamente esa fuerza, o no. Ese aprendizaje es una de las tareas más significativas que los seres humanos necesitamos realizar.
3 – ¿De donde surge la idea de que enojarse es algo malo?
Surge de todo lo que en general hacemos cuando no sabemos encauzar la energía del enojo. Me gusta citar una frase de Marco Aurelio, que en el siglo II dijo: «¡Cuánto más penosas son las consecuencias del enojo que las causas que lo produjeron!». Es muy hermosa y sintetiza muy bien lo que es la inadecuada utilización de esa energía. Por esta razón es fundamental que distingamos dos tipos de enojo: el enojo que destruye y el enojo que resuelve. La idea que tenemos del enojo como algo malo es a partir del enojo que destruye, que es, lamentablemente, la manera más frecuente que tenemos de enojarnos. Pero por eso mismo es bueno saber que esa no es la única forma del enojo.
4 – ¿En qué se diferencia una forma de la otra?
Volvamos al ejemplo del libro que mi amigo no trajo. El enojo que siento puedo encauzarlo en dos grandes direcciones. Puedo decirle: “¡Sos un egoísta, siempre el mismo irresponsable!, ¡Sos un falso! En vos no se puede confiar.” En ese caso he utilizado mi enojo para herir, castigar y hacer sufrir a mi amigo por lo que hizo. Cuando hago eso, no es por maldad. Es porque creo que sentir y expresar enojo es así: insultar, castigar y hacer sufrir. Cuando reacciono de ese modo, el otro, en este caso mi amigo que se siente herido por lo que le dije, responde, generalmente con otro agravio: “¡Y vos siempre el mismo autoritario, crees que todos somos tus esclavos, sos un déspota!” También me recuerda otras situaciones en las que yo lo herí y me dice: “Vos sos el egoísta irresponsable y manipulador. Sos un hipócrita!” Y así seguimos, de insulto en insulto. La intensidad continúa creciendo, cada vez nos herimos más, y al rato estamos los dos lastimados y resentidos. Ninguno quiere saber más nada con el otro.. y el libro no lo recuperé.
Este es un ejemplo del típico enojo que destruye. Es muy común oír después de una gran pelea en la que todos han quedado muy heridos: ¿Por qué era que empezó esta discusión?
5 – ¿Cómo es el enojo que resuelve?
Allí dirijo ese plus de energía sobre el obstáculo que me frustra. En este mismo ejemplo le puedo decir a mi amigo, con toda la intensidad con la que lo sienta: “¡Estoy muy frustrado y enojado. Vos prometiste que me ibas a traer el libro y yo contaba con él. Lo necesito. Vamos a ver cómo me lo podés acercar. O llamás a alguien para que lo traiga o llamamos a una mensajería. Fijate qué se te ocurre!” Y ahí me quedo esperando y demandando una respuesta. Cuando concentro mi energía en esa dirección el enojo cumple su propósito esencial: darme más energía para tratar de resolver el obstáculo que me frustra.
Este tipo de enojo se apoya en dos pilares: expresar lo que siento ante lo que sucedió y demandar la respuesta que me «des-enojaría».
Expresar la frustración y el enojo que me produce la situación es necesario para mí, para desahogar lo que me pasa y es necesario para el otro, para que pueda saber lo que me ocurre a mí ante lo que hizo, porque ese es además uno de los motores que lo ayudarán a cambiar su actitud. Cuando se cuánto le molesta a una persona mi impuntualidad eso es algo que me ayuda a que lo tenga en cuenta y me dispone a tratar de ser puntual.
Expresar lo que siento no quiere decir enjuiciar al otro. Son dos respuestas muy distintas que es necesario aprender a distinguir con claridad. Una cosa es decir: ¡estoy muy enojado por lo que hiciste!, y otra muy distinta es decir: ¡Sos una basura, (una mala persona, una porquería, etc.) por esto que hiciste!
En última instancia la esencia del enojo que resuelve es autoafirmarse con claridad, fuerza y respeto. Y para eso no es necesario descalificar ni agraviar, ni insultar. Me concentro en la acción que me frustra y demando una solución.
6- ¿Qué sucede cuando no puede haber reparación en el presente?
Por ejemplo cuando alguien llega tarde, me deja una hora esperando y eso no tiene arreglo porque ya ocurrió. En ese caso lo que uno puede hacer es, además de decir lo que siente, orientar la demanda hacia el futuro. Generar algún acuerdo para que no vuelva a ocurrir. La clave es descubrir en cada caso la situación que me des-enojaría. Yo sugiero a mis alumnos que cuando un enojo es intenso y los confunde se formulen la siguiente pregunta: ¿qué tendría que ocurrir acá para que mi enojo cese? Esa pregunta tiene la virtud de enfocar la mente sobre el punto central de la cuestión que es precisamente cómo se resuelve ese problema que me enoja.
7 – ¿Qué pasa cuando la persona con quien estoy enojado es alguien a quien quiero?
Mucha gente cree que si le tengo afecto a una persona no puedo enojarme con ella, que tengo que cerrar los ojos y dejar pasar porque es o el afecto o el enojo. Y en realidad no es así, es más bien todo lo contrario. Una de las cosas que más ayuda a hacer resolutivo el enojo es expresar el enojo con afecto. Puede parecer una contradicción insalvable en sí misma pero no es así, es simplemente recordar, cuando esa es la situación, que la persona con quien estoy enojado es alguien a quien, además, le tengo afecto.
Entonces se pasa del: «Porque le tengo afecto no me puedo enojar» a «porque siento que le tengo afecto es que le puedo expresar mi enojo cuando lo siento».
8- ¿Cómo reaccionar ante el enojo de los demás?
Cuando uno aprendió a enojarse respetuosamente y lo hace, se da cuenta con más claridad cómo es el enojo del otro: si es resolutivo o destructivo (o cuánto hay de cada uno). Entonces puede distinguir qué parte de verdad puede haber en ese enojo y que reparación requiere y cuánto hay de enjuiciamiento, agravio o maltrato, que es parte de la inmadurez y la ignorancia de quien se enoja así. Cuando establezco esa distinción ya estoy en mejores condiciones de no quedar sometido al modo destructivo del enojo del otro.
9 – ¿Cuál es la causa del enojo explosivo y desproporcionado con la situación?
Ese es el tema de la acumulación del enojo. Cuando uno no aprendió a expresar el enojo tiende a retenerlo, y se va acumulando. Entonces alguna situación menor activa el enojo acumulado y sale con una intensidad desproporcionada que desconcierta al otro, y a veces también a uno mismo. Por esto es bueno estar al día con los enojos, pero para eso es necesario haber aprendido a expresarlos de un modo resolutivo. Si no, inevitablemente uno tiende a callar por temor a complicar más las cosas.
10 – ¿Qué sucede cuando el enojo es con uno mismo?
Uno no se enoja consigo mismo de un modo global si no con alguna parte de sí. Por ejemplo: la parte insegura, miedosa, exigente, etc. Por lo tanto lo primero es descubrir con qué parte propia estoy enojado. Es útil imaginar que esa parte está enfrente y expresarle el enojo tal como lo siento. En el universo interior el enojo también puede ser destructivo o resolutivo. La mejor manera de saberlo es ponerse en el lugar de quien recibió ese enojo y observar cómo se siente al oírlo: si destruida o ayudada. Si se siente destruida, la tarea es clara: aprender a enojarme con ella de un modo tal que ese enojo le exprese mi desacuerdo de una manera que la enriquezca y la estimule a evolucionar en la dirección deseada. Ese aprendizaje es el mejor punto de partida para aplicarlo después en el trato con los otros y es, en última instancia la esencia de la Autoasistencia Psicológica, que consiste precisamente en aprender a relacionarme con la parte de mí que no me gusta de un modo que la ayude genuinamente a transformarse.
Fuente: Revista «Luz del Alma»: http://www.luzdelalma.jetband.com.ar/revista34/pagina6.htm
La iglesia católica no tiene su origen en las enseñanzas de Jesús
La Iglesia Católica Romana sostiene que su origen se encuentra en la muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo aproximadamente en el año 30 de nuestra era.
La iglesia Católica se proclama a sí misma como la Iglesia por la que murió Jesucristo, la Iglesia que fue establecida y construida por los apóstoles. ¿Es ese realmente el origen de la Iglesia Católica?
Aún una lectura superficial del Nuevo Testamento revelará que la Iglesia Católica no tiene su origen en las enseñanzas de Jesús o Sus apóstoles.
En el Nuevo Testamento, no hay mención del papado, la veneración o adoración de María (o de la inmaculada concepción de María, la perpetua virginidad de María, la ascensión de María, o María como co-redentora y mediadora), las peticiones a los santos en el cielo por su intercesión, la sucesión apostólica, las ordenanzas de la iglesia funcionando como sacramentos, el bautismo infantil, la confesión de pecados a un sacerdote, el purgatorio, las indulgencias, o la autoridad paralela de las tradición eclesiástica y la Escritura.
Así que, si el origen de la Iglesia Católica no se encuentra en la enseñanzas de Jesús y Sus apóstoles, como están registradas en el Nuevo Testamento, ¿cuál es el verdadero origen de la Iglesia Católica?
Durante los primeros 280 años de la historia cristiana, la cristiandad fue prohibida por el imperio romano, y los cristianos fueron terriblemente perseguidos. Esto cambió después de la “conversión” del emperador romano Constantino. Constantino “legalizó” el cristianismo en el Edicto de Milán en el año 313.
Después en el 325 d.C. Constantino convocó al Concilio de Nicea en un intento por unificar la cristiandad. Constantino visualizó el cristianismo como una religión que pudiera unir al Imperio Romano, el cual en ese tiempo comenzaba a fragmentarse y dividirse.
Mientras esto hubiera parecido ser un desarrollo positivo para la iglesia cristiana, el resultado fue todo menos positivo. Al igual queConstantino se negó a adoptar de lleno la fe cristiana, sino que continuó con muchas de sus creencias y prácticas paganas; así también la iglesia cristiana que Constantino promovió era una mezcla del verdadero cristianismo con el paganismo romano.
Constantino descubrió que con la gran extensión del Imperio Romano, tan diverso y expansivo, no todos accederían a renunciar a sus creencias religiosas y abrazar el cristianismo en su lugar. Así que Constantino permitió, y aún promovió la “cristianización” de la creencias paganas. Y así, creencias completamente paganas y totalmente antibíblicas le dieron nuevas identidades al “cristianismo” Algunos claros ejemplos de ello son los siguientes:
(1) El Culto a Isis, una religión de la madre-diosa egipcia, fue absorbida dentro del cristianismo, reemplazando a Isis con María. Muchos de los títulos que fueron usados por Isis, tales como “Reina del cielo”, “Madre de Dios”, y “theotokos” (quien dio vida a Dios) fueron adjudicados a María.
Se le concedió a María un exaltado papel en la fe cristiana, mucho más allá de lo que la Biblia describe de ella, para atraer a los adoradores de Isis a la fe, que de otro modo no hubieran adoptado. Las primeras claras señales de la Mariología católica ocurrieron en los escritos de Origen, quien vivió en Alejandría, Egipto, el cual resultaba ser el punto focal de la adoración a Isis.
(2) El Mitraísmo era una religión en el Imperio Romano del I hasta el V siglo d.C. Era muy popular entre los romanos, especialmente entre los soldados romanos, y posiblemente fue la religión de muchos emperadores romanos. Mientras que nunca se le concedió un estatus “oficial” alMitraísmo en el Imperio Romano fue de hecho la religión oficial, hasta que Constantino y los siguientes emperadores romanos reemplazaron elMitraísmo con el Cristianismo.
Una de las características claves del Mitraísmo era una comida de sacrificio, la cual consistía en comer la carne y beber la sangre de un toro. Mitras, el dios del Mitraísmo, estaba “presente” en la carne y la sangre del toro, y cuando eran consumidas, se otorgaba la salvación a aquellos que tomaban parte en la comida del sacrificio. (teofagia, la práctica de comer el cuerpo de un dios).
El Mitraísmo también tenía siete “sacramentos”, haciendo que las similitudes entre el Mitraísmo y el catolicismo Romano sean demasiadas para ser ignoradas.Constantino y sus sucesores fundaron un fácil substituto de la comida sacrificial del Mitraísmo en el concepto de la Cena del Señor / La Comunión Católica.
Tristemente, algunos de los primeros cristianos comenzaron a añadir el misticismo a la Cena del Señor, rechazando el concepto bíblico de un simple acto de adoración y recordatorio de la muerte y derramamiento de sangre de Cristo.
La romanización de la Cena del Señor hizo la transición a una consumación del sacrificio de Jesucristo, conocido ahora como la Misa Católica / la Eucaristía.
(3) La mayoría de los emperadores romanos (y ciudadanos) eran enotistas. Un enotista es alguien que cree en la existencia de muchos dioses, pero que tiene un enfoque primario en un dios en particular, o considera a un dios en particular como supremo sobre los otros dioses. Por ejemplo, el dios romano Júpiter, era supremo sobre el “panteón” (la totalidad de los dioses) romanos. Los marinos romanos con frecuencia eran adoradores de Neptuno, el dios de los océanos.
Cuando la Iglesia Católica absorbió el paganismo romano, simplemente reemplazó el “panteón” de dioses con los santos. Así como el panteón de dioses romanos tenía un dios del amor, un dios de la paz, un dios de la guerra, un dios de la fuerza, un dios de la sabiduría, etc., la Iglesia Católica tiene un santo que “está a cargo” de cada una de estas características, y existen muchas otras categorías. Igualmente, así como muchas ciudades romanas tenían un dios específico para la ciudad, también la Iglesia católica provee sus “santos patrones” para las ciudades.
(4) La supremacía del obispo romano (el papado), fue creado con la ayuda de los emperadores romanos. Siendo la ciudad de Roma el centro de gobierno del imperio romano, y con los emperadores romanos viviendo en Roma, la ciudad de Roma se levantó como preeminencia en todas la facetas de la vida. Constantino, y sus sucesores, dieron su apoyo al obispo de Roma como el supremo gobernante de la iglesia.
Desde luego, era mejor para la unidad del imperio romano, que el gobernante y la sede de la religión se encontraran centrados en el mismo lugar. Mientras que muchos otros obispos (y cristianos) se resistieron a la idea de que hubiera un obispo romano supremo, eventualmente el obispo romano se elevó a la supremacía, a través del poder y la influencia de los emperadores romanos. Cuando el imperio romano se colapsó, los papas tomaron el título que previamente había pertenecido a los emperadores romanos – “Pontificus Maximus”.
Se pueden dar muchos otros ejemplos, pero estos cuatro pueden ser suficientes para demostrar el verdadero origen de la Iglesia Católica. Desde luego, la Iglesia Católica Romana niega el origen pagano de sus creencias y prácticas. La Iglesia Católica disfraza sus creencias paganas bajo capas de complicada teología. La Iglesia Católica excusa y niega su origen pagano tras la máscara de la “tradición eclesiástica”. Reconociendo que muchas de sus creencias y prácticas son totalmente ajenas a la Biblia; la Iglesia Católica está forzada a negar la autoridad y suficiencia de las Sagradas Escrituras.
El origen de la Iglesia Católica es el trágico compromiso del cristianismo con las religiones paganas que la rodeaban. En vez de proclamar el Evangelio y convertir a los paganos, la Iglesia Católica “cristianizó” las religiones paganas, y “paganizó” el cristianismo. Al mezclar las diferencias y borrar las características distintivas, si, la Iglesia Católica se hizo a sí misma atractiva a la gente del imperio romano. Uno de los resultados fue que la Iglesia Católica se convirtiera en la religión suprema en el “mundo romano” durante siglos. Sin embargo, otro resultado fue la más dominante forma de apostasía del cristianismo del verdadero Evangelio de Jesucristo y la verdadera proclamación de la Palabra de Dios.
2 Timoteo 4:3-4 declara, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
FUENTE misterioalaorden.net
¿Has llorado alguna vez delante de tu hijo?
Recuerdo, cuando era pequeña, encontrar sorpresivamente llorando a mi madre; rápidamente ella se secaba las lágrimas para que no la descubriera. Recuerdo que no le preguntaba nada, y simulaba con ella no haberla visto. Sin embargo, deseaba profundamente saber lo que le ocurría.
El misterio crecía… La observaba a veces sin que ella lo notara, y trataba de descifrar los sentimientos que se guardaba. Anhelaba conocerlos, me dolía no saberlos…
La preocupación crecía, me habitaba, y me dedicaba a pensar cómo podía hacerla más feliz, o si yo, tal vez, podía tener que ver con ello.
¿Cuántas veces te has escondido a llorar para que tu hijo no te viera?
¿Cuántas veces has escondido tus emociones, pero tu rostro fielmente ha hablado de ellas?
¿Cuántas veces creíste que era mejor no hablar?
¿Cuántas veces te hubiese encantado que tu hijo te hable de sus sentimientos?
¿Cuántas veces te hubiese gustado que confíe más en ti?
Ellos son fiel reflejo de nuestra forma de elaborar las crisis, de abrir nuestros sentimientos, de mostrarnos. Ellos aprenden a confiar, a conocerse, a comunicarse a través de nuestra propia postura ante los mismos procesos que ellos también atraviesan.
A menudo se hace gran esfuerzo por no decir “hoy estoy cansado, enojado, triste, confundido, agobiado”, pero los niños ¡ya lo han notado!, solo que no saben cómo ponerle palabras.
Nunca podrás esconder lo que te pasa ante un niño. Ellos te observan en todo, y más aún, si sospechan que estas escondiendo algo.
Quieren la verdad, la necesitan. No saber los confunde más, les genera mayor dolor o preocupación…
Además, cuando no decimos o no nombramos nuestros sentimientos para protegerlos, en realidad esto les genera mayor confusión. No saben cómo darle un lugar y nombre a lo que les pasa u observan.
Si te sucede algo, deja que las lágrimas caigan aunque un niño esté cerca. Ellos no solo valorarán tu sinceridad, sino que también les estarás enseñando a ordenar sus sentimientos; y sobre todo, cuando les suceda algo, sabrán qué hacer. No tendrán vergüenza, ni miedo, ni desconfianza… Les será natural compartirlo porque así se lo has enseñado.
Claro, no te desbordarás…no se trata de convertirte en un niño, dándole la responsabilidad al pequeño de contenerte y calmarte. No… sigues siendo el adulto, y el niño, un pequeño. Te abres al permiso de una lagrima que quiere salir, pero sabes que eres tu quien está cuidando.
Claro, no explicarás la complejidad de tus sentimientos ni de la situación. Tampoco culparás a otros de lo ocurrido. Lo harás con delicadeza, sabiendo que delante de ti hay un ser sensible, empático; que necesita saber pero de forma sencilla, y sin peso ni un dolor avasallante.
Claro, esta situación no puede hacerse un hábito ni durar largas horas. Es un momento de profundidad e intensidad que debe ir difuminándose en la medida que lo dejas ir, para conectarte con el presente.
Y claro, luego de agradecerle al niño su manito, sus ojitos mirándote, y las palabras que te dijo, que seguramente te sorprenderán enormemente, saldrás a pasear, a jugar, a pintar, a descubrir la fuerza de la felicidad.
El niño estará esperando tu sinceridad, como asi también que sepas, luego, transformar tu estado. Necesita que le muestres que dentro de la vulnerabilidad está la fortaleza.
Ahí, en la esperanza de la sonrisa que viene después, está la fuerza de la vida. No te olvides de sonreír luego, y mirar con coraje hacia adelante. Eso también estas enseñando.
Autora: Nancy Erica Ortiz
http://www.caminosalser.com/i1838-has-llorado-alguna-vez-delante-de-tu-hijo/
ESTUDIO RECIENTE MUESTRA QUÉ SOMOS CAPACES DE PERCIBIR ACERTADAMENTE LA INTELIGENCIA DE UN HOMBRE CON TAN SÓLO VER SU ROSTRO.
Científicos están de acuerdo: Nosotros somos los culpables del calentamiento global
El terremoto en Ecuador, las inundaciones en Chile y el tornado en Uruguay… no dejamos de preguntarnos qué es lo que sucede con el clima.
Aumento del nivel del mar, catástrofes naturales que se repiten en todo el mundo y un clima «cada vez más loco», es imposible negar el calentamiento global es una realidad.
Así lo es para prácticamente toda la comunidad científica, aunque algunos no se ponían de acuerdo en las causas.
Hoy, más del 90 % de los científicos afirma que el gran y casi único culpable de esta catástrofe es el ser humano.
La comunidad científica y el calentamiento global
En 2016 aún existen líderes mundiales importantes que niegan la existencia del calentamiento global un problema grave considerando su influencia, ya en 2013 se publicó un estudio que afirmaba que el 97 % de los científicos está seguro que el calentamiento global es una realidad innegable.
Un nuevo estudio acaba de publicarse en la revista Environmental Research Letters en el que analizan siete importantes investigaciones acerca de cuál sería en opinión de los científicos la causa del calentamiento global.
En estos siete estudios se afirmaba que un porcentaje que iba entre el 90 % y 100 % de los científicos estaban de acuerdo en quienes eran los causantes del calentamiento global y los culpables son los seres humanos.
En las investigaciones donde el porcentaje de científicos que culpaban a los humanos del calentamiento global era menor se detectó que los entrevistados no eran en su gran mayoría especialistas ciencias climáticas.
La comunidad científica está de acuerdo en la existencia del calentamiento global, sus causas y el próximo desafió está en encontrar formas de detenerlo.
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La lucha de la ciencia contra el calentamiento global y la ignorancia
A la comunidad científica no solo le preocupa el calentamiento global en sí y sus consecuencias, que ya nos están afectando directamente, sino que también están en una cruzada para terminar con la ignorancia sobre el tema.
Muchas personas se dejan influenciar por pseudo científicos que niegan que los recientes fenómenos que afectan al planeta sean culpa de un posible calentamiento global y por tanto no hay necesidad de cambiar nuestra forma de producir e incluso vivir para tratar de salvar al planeta.
Estudios realizados por científicos expertos en el área concluyeron que mientras menos se sabe sobre climatología hay más tendencia a negar el calentamiento global o minimizar sus consecuencias y el rol de los humanos en este.
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Según el Pew Research Center las dudas sobre la realidad del calentamiento global varían mucho según regiones. En Latinoamérica es donde hay más preocupación sobre el tema y un mayor consenso sobre el efecto que los humanos tenemos en este preocupante fenómeno.
El 74 % de los latinoamericanos consideran al calentamiento global como unproblema grave mientras que un 77 % cree que ya estamos sufriendo sus efectos. En Europa las cifras son de un 61 % y 52 % respectivamente.
China es el país donde el calentamiento global es considerado menos importante o relevante, ya que solo el 18 % de la población encuestadas lo considera un problema grave. En Estados Unidos esa cifra sube al 45 %.
El reto de la ciencia es educar sobre el tema y para ello se requieren iniciativas a nivel global tal como la conferencia que la ONU mantuvo en París el año pasado y la que pronto se dará en Nueva York donde se espera que más de 130 países sesuscriban a un protocolo común para dar batalla al calentamiento global antes de que sea demasiado tarde.
http://www.batanga.com/curiosidades/61638/cientificos-estan-de-acuerdo-nosotros-somos-los-culpables-del-calentamiento-global
Nuestro sistema solar oculta un planeta: ¿Qué secretos esconde?
El ‘Planeta Nueve’ necesitaría de 15.000 a 20.000 años para completar su viaje alrededor del sol. Conozca este y otros interesantes hechos sobre el nuevo planeta en este artículo.
En enero de 2016 los astrónomos del Instituto de Tecnología de California encontraron una nueva prueba de la existencia de un planeta helado gigante situado en un extremo de nuestro sistema solar, el llamado ‘Planeta Nueve’. Los investigadores descubrieron que unos cuerpos espaciales tienen órbitas que parecen estar influenciadas por la gravedad de un planeta oculto. Analizamos a continuación toda la información existente hasta ahora sobre el nuevo misterioso planeta.
¿Por qué se le llama el ‘Planeta Nueve’?
El Sistema Solar está compuesto por 8 planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Plutón, que se ha hecho muy popular en la Red gracias a su cráter en forma de ‘corazón’ y otras peculiaridades del terreno, no se considera ‘planeta del sistema solar’ desde 2006. Entonces la Unión Astronómica Internacional lo llamó «planeta enano del sistema solar».
«No me puedo creer que tenga que sentarme en ‘la mesa de los planetas pequeños'», reza uno de los muchos memes que han sido creados por los internautas sobre esta situación. En esta galería publicamos las más curiosas obras de los internautas sobre el planeta enano. Teniendo en cuenta que son 8 los planetas del Sistema Solar este nuevo planeta sería el noveno.
¿Cuáles son las evidencias de su existencia?
El astrónomo planetario del Instituto de Tecnología de California Mike Brown llegó a principios de año a laconclusión de que probablemente exista un noveno planeta en nuestro Sistema Solar después de estudiar el comportamiento de seis objetos en el cinturón de Kuiper que orbitan el Sol más allá de Neptuno. Esos cuerpos espaciales tienen órbitas que parecen estar influenciadas por la gravedad de un planeta oculto que se encontraría 20 veces más lejos que el octavo planeta, Neptuno.
Las órbitas de estos seis objetos son inusualmente poco distantes entre sí. Es decir, los objetos parecen estar agrupados respecto a sus posiciones de perihelio y planos orbitales, explica Europa Press. Las probabilidades de que se trate de una casualidad son tan solo del 0,007%. Por eso la hipótesis de la existencia del noveno planeta es bastante sólida para los científicos. Ahora los astrónomos de varios países del mundo buscan verlo a través de sus telescopios.
¿Cuáles son las carácteristicas del noveno planeta?
Si el ‘Planeta Nueve’ existe, su tamaño es importante. Su masa estimada debe de superar en 10 veces la de la Tierra y ha de tener alrededor de dos a cuatro veces el diámetro de nuestro planeta, lo que lo situaría en el quinto lugar del Sistema Solar con arreglo a su tamaño después de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Se cree que está a una temperatura de 226 grados centígrados bajo cero (47 grados Kelvin).
Asimismo el nuevo planeta se encontraría 20 veces más lejos que el octavo, Neptuno. Posiblemente el hecho más impactante de todos es que el ‘Planeta Nueve’ necesitaría de 15.000 a 20.000 años para completar su viaje alrededor del Sol.
Un estudio de los científicos de la Universidad de Berna asegura que la estructura del ‘Planeta Nueve’ consta de un núcleo de hierro, manto de silicato, una posible capa de hielo de agua, una de gas y atmósfera.
https://actualidad.rt.com/actualidad/205295-planeta-nueve-misterio-sistema-solar
Aida. Cultivo de frutillas en columnas
Luego las bolsas se deben colgar en un lugar con las condiciones de luminosidad adecuadas. Ahora quedaría solamente hacer orificios en las columnas para plantar los estolones de las plantas de frutillas. Es muy fácil si los orificios se hacen con un tubo de PVC cortado en bisel. La separación entre cada planta puede ser de unos 30 – 40 cm. Si la columna es colgada en un lugar abierto, es posible plantar por todos lados y lograr columnas verdes en el jardín, de no ser así, se pueden generar muros verdes al dejar las columnas lo suficientemente cerca para que cubran la superficie del muro.
Aida. DULCE N.M,LOS LOS IGGI,LOS ANNUNAKIL,OS AUSTRA ALBUS. Pt.-1 (DESCUBRIMIENTO)
En 1940 la armada de los EEUU hizo una expedicion del campo Muroc a La meseta y los montes de Archuleta,cerca de Dulce Nuevo Mexico,Lo que encontraron ahi,sorprendio hasta los mas altos mandos del ejercito de los EEUU. Descubririan unas tabletas metalicas con iscripciones couniformes,que nos contenia una parte de la historia del ser humano. En este planeta. no te pierdas estos videos donde hablaremos,de una raza extraterrestre llamados los PROGENITORES,LLEGARON A NUESTRO PLANETA,de sus dewsendientes los ANNUNAKI -AUSTRA ALBUS Y LA SUB-CASTA ,LOS IGIGI ,LOS GRISES ELOAH, y la hibridacion del ser humano.
Aida. Nuremberg. Basilea. Y el OVNI del mar Báltico.
En el Mar Báltico hay una Anomalía. Y es una estructura no identificada que fue descubierta a través de sonar y radar por un equipo de buceo sueco en el año 2011 y aún no se sabe nada….
Aida. HAWC detecta más emisiones de rayos gamma en la galaxia
Omnia
vie, 22 abr 2016 18:02 UTC
A diez años de su inicio como proyecto y a uno de haber sido inaugurado, el observatorio HAWC (High Altitude Water Cherenkov), en Sierra Negra, Puebla, ha dado sus primeros resultados trabajando a su máxima capacidad. Detectó que el Universo, visto desde nuestra galaxia, la Vía Láctea, es más violento (energéticamente hablando) de lo que se había observado e incluso podría ser mayor.
El grupo de investigación del HAWC —conformado por múltiples instituciones y universidades de México y EU— confirmó en el plano galáctico la existencia de 40 fuentes de rayos gamma, generado por eventos titánicos del Universo, una cuarta parte de los cuales no habían sido reportados por ningún observatorio ni telescopio espacial.
En conferencia, investigadores de la UNAM miembros de la colaboración científica dieron a conocer estos hallazgos que conforman el mapa más detallado que existe sobre estos fenómenos cósmicos. «Ahora preparamos un catálogo donde publicaremos todas las fuentes donde se observan las energías que tienen, así como su flujo», señaló Andrés Sandoval, investigador del Instituto de Física de la UNAM y líder científico de HAWC en México.
Los científicos han colectado con observatorio información de tres tipos de eventos particulares, remanentes de súpernovas: cuando una estrella muere y explota lanza una gran cantidad de material al espacio que choca con el material alrededor, lo que emite ondas de choque que acelera partículas emitiendo rayos gamma; nebulosas iluminadas por un pulsar con una estrella de neutrones en su centro que tiene campos magnéticos ultra energéticos los cuales, al estar girando, emiten y aceleran electrones de muy alta energía; y objetos binarios, como blazares, conformados por un agujero negro que traga la materia de una estrella y emite chorros de partículas con rayos gamma.
Sin embargo, para saber con certeza de qué parte del cielo, de la galaxia, provienen partículas de alguna de estas fuentes se necesita más información. Mientras que los primeros datos serán una base para una posterior discriminación.
«Se piensa que las fuentes intermedias de energía gamma son de procedencia galáctica y las de mayor energía extragaláctica», explica Magdalena Sandoval, del Instituto de Astronomía de la Universidad y pionera del proyecto en México.
En la fuente galáctica, añadió, se estima que se encuentran los remanentes de súpernovas, en tanto que en las extragalácticas los causantes son blazares, que también pueden emitir rayos cósmicos ultra energéticos.»Pero no se han identificado suficientes súpernovas para asegurar que cumplen todas estas condiciones de acuerdo a las partículas que observamos. No obstante, HAWC nos ofrecerá esa información para entenderlo».
HAWC EXTENDIDO
Para entender mejor este panorama galáctico en el espectro electromagnético de rayos gamma, las fuentes de financiamiento de HAWC en México (Conacyt) y EU (National Science Foundation) han aprobado presupuesto para extender la superficie del observatorio, mediante la instalación de 320 pequeños detectores que rodearán el corazón del original. Con una capacidad de alrededor de 2 mil 500 litros de agua —los 300 grandes detectores almacenan 200 mil litros— los nuevos detectores mejorarán la eficiencia de HAWC hasta cinco veces más.
«Los eventos de muy alta energía que atraviesan nuestra atmósfera y llegan a HAWC ya saturan el experimento», explica en entrevista Alberto Carramiñana, investigador principal de observatorio en el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE).
Los nuevos tanques —que al igual que los contenedores originales albergan en su interior los fototubos que detectan la luz Cherenkov de partículas provenientes de los rayos gammas—, estarán más dispersos y tienen menor resolución, pero cubren un área mayor de los eventos de más alta energía.
«Es como drenar el chubasco de partículas que cae hasta el HAWC, porque cuando llega uno muy grande llena el arreglo central. Así que con un área mayor podremos hacer un muestreo y caracterizar mejor el experimento».
Por otra parte, Eduardo de la Fuente Acosta, investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y coordinador nacional de la red de cables del HAWC, enfatizó en entrevista que el observatorio es único en el mundo y pone a México a la vanguardia científica. «No sólo contribuye al desarrollo tecnológico y científico del país, sino además a la formación de recursos humanos con perfil internacional. HAWC proporcionará datos los próximos 10 años y los científicos y estudiantes que trabajen en éste tendrán la oportunidad de participar en un proyecto exitoso en la ciencia del siglo XXI».
Sott.net