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Cuando nos referimos a la violencia doméstica, automáticamente nos viene a la mente la imagen de un hombre maltratando a una mujer. Es normal, debido a que este tipo de violencia es la que más visibilidad tiene y la más frecuente también. Es cierto que la cifra de mujeres que son maltratadas es, sin duda, superior a la de los hombres. Pero, a pesar de esto, no podemos olvidarnos de ellos.
Aunque los casos de hombres maltratados por su pareja no son frecuentes, esto no significa que no existan.
Según el Consejo General de Poder Judicial de España en 2007 tan solo 2 hombres murieron a manos de sus parejas, en el 2008 la cifra aumentó a 6, en 2009 se llegó hasta 10 hombres víctimas de la violencia doméstica y ya en el 2010 y 2011 la cifra se mantuvo en 7. Estas cifras contrastan drásticamente con las mujeres que son víctimas de este tipo de violencia. En el 2009, por ejemplo, en el caso de las mujeres la cifra ascendía a 55 víctimas.
Violencia doméstica silenciosa
El Instituto Nacional de Estadística de España señaló que tan solo una cuarta parte de la denuncias de violencia doméstica corresponden a agresiones de la mujer hacia su pareja. El resto son todas denuncias a la inversa, mujeres víctimas de la violencia doméstica.
Los hombres que previamente señalamos como víctimas de asesinato a manos de sus parejas tenían una media de edad de 45 años. En ningún caso, había una denuncia sobre posibles malos tratos. Tal vez, la vergüenza les impida pedir ayuda o interponer una denuncia. Aunque, no podemos olvidar que las personas maltratadas tienen serios problemas para solicitar apoyo.
Las personas maltratadas no solo sufren agresión física, sino también psicológica. Esto provoca que se alejen de sus familiares y de sus amigos, que sientan vergüenza por lo que les está ocurriendo y que tengan miedo de contrariar a su maltratador.
La falta de visibilidad de los hombres que son maltratados provoca que la sociedad sepa muy poco sobre esta realidad
Lo peor que puede ocurrir es que la persona maltratada encuentre la situación “normal”. Esto evitará que pueda entrar en razón y que vea la realidad tal y como es. Muchos hombres maltratados no consideraban su situación de maltrato algo “anormal”. Esto es un problema que evita que pidan ayuda o interpongan una denuncia.
Pero lo más importante es reconocer que este miedo afecta por igual a todas las personas que son maltratadas, independientemente de su género. Porque no importa que seas hombre o mujer. Aunque en términos de leyes sí hay una clara desigualdad a este respecto.
El maltrato es igual para todos
Maltrato infantil, maltrato hacia la mujer o maltrato hacia el hombre. Todos estos tipos de maltrato son iguales, lo único que cambia es la edad y si la víctima es mujer o hombre. A pesar de esto, la violencia doméstica hacia el hombre nos resulta, en ocasiones, hasta menos seria.
Solamente hay que descubrir en Internet multitud de vídeos realizados a este respecto. ¿Cómo reaccionan las personas ante un hombre que maltrata a una mujer por la calle o ante una mujer que maltrata a un hombre? Aquí puedes ver un ejemplo:
¿Es acaso un hombre menos vulnerable que una mujer? La violencia presente en el vídeo es exactamente la misma, la única diferencia es que con la mujer salen en su defensa casi todas las personas que se encuentran alrededor. ¿Qué ocurre con el hombre? Risas, personas que hasta graban la situación…
La violencia de género tiene una pena mucho mayor que la violencia doméstica y esto favorece a la falta de visibilidad de los hombres maltratados
Los hombres que sufren violencia doméstica también sufren bofetadas y también les lanzan objetos cuando llegan a casa. Portan moratones y marcas en diferentes partes de su cuerpo fruto del maltrato. No importa si son corpulentos o si resulta inverosímil que puedan ser maltratados por su pareja. Una persona, independientemente de si es hombre o mujer, puede ser víctima de violencia.
La violencia de género es muy diferente a la violencia doméstica. Por eso, en España las mujeres gozan de mucha más protección jurídica a este respecto. Una amenaza hacia una mujer se considera un delito penal, mientras que si la víctima es un hombre se considera una falta leve. Pero, una amenaza sigue siendo una amenaza, una bofetada sigue siendo una bofetada independientemente de quien la reciba. ¿La consecuencia no deberían ser la mismas, seas hombre o mujer?