Instituto Mises.- Aunque la clase política occidental critica constantemente el carácter «autoritario» de ciertas naciones, uno debería barrer primero delante de su propia puerta, parafraseando a Johann von Goethe. En efecto, los Estados-nación occidentales y las instituciones internacionales llevan años royendo la libertad y los derechos tanto de los individuos como de las empresas.
En primer lugar, las exorbitantes presiones fiscales e inflacionistas sobre las poblaciones occidentales nunca deberían considerarse «normales» o «aceptables»; son graves violaciones de los derechos de propiedad en sí mismas. Estas presiones ayudan por sí solas a explicar el estancamiento económico y la decadencia política de las sociedades occidentales. Además, se han otorgado a las fuerzas policiales y de seguridad occidentales poderes antes impensables, muchos de ellos ahora permanentes. Wikileaks y otros han revelado los programas de vigilancia masiva de poblaciones enteras que practican las irresponsables agencias de inteligencia occidentales. Seguir leyendo ¿Por qué Occidente está renunciando a los derechos individuales?