Archivo por meses: septiembre 2014

domi reunión de brujas e illuminatis

Noche de Walpurgis (o Valborgsmässoafton en sueco, Walpurgisnacht en alemán) es una festividad celebrada en la noche del 30 de abril al 1 de mayo en grandes regiones de Europa Central y el Norte. También es conocida como la noche de brujas. 

Fuego de celebración de la Noche de brujas en Europa del norte 

La tradición, probablemente vikinga y difundida por celtas, señala esta fecha como de transición del invierno a la primavera, la festividad de Beltane en honor a Belenos, dios del fuego, prendiendo hogueras para renovar con el humo a los pueblos y a sus habitantes. La festividad resultó adoptada en algunos puntos para usos de brujería y, como ha solido pasar, fue absorbida por la llegada del Cristianismo, atribuyéndole vagos origenes relacionados con un supuesto cumpleaños de Satanás. 

En esta época de transición equinoccial era costumbre que se juntasen las brujas, según leyendas, en las inmediaciones de la sierra del Harz (en concreto en su cima más alta, el Blocksberg) para sus reuniones. El origen de la festividad procede de antiguas celebraciones paganas celtas, posiblemente de la época de los vikingos, adorando e invocando a los dioses de la fertilidad la noche del 30 de abril, mezclándose esta celebración nórdica con el Beltane celta. 

En la antigua Roma, el mes de mayo estaba consagrado a los antepasados (maiores). Era un mes en que en toda Europa y Asia se creía que los aparecidos hacían sus incursiones entre los vivos. Durante la Antigüedad y la Edad Media, se perpetúa una gran prohibición: hay que evitar casarse en mayo porque durante ese período se corre el riesgo de contraer matrimonio con una aparecida o con una mujer embrujada del Otro Mundo. 

 
Walpurgis Nacht (1829), ilustración del pintor alemán Johann Heinrich Ramberg (1763-1840), inspirada en las escenas de la Noche de Walpurgis que se encuentran en el Fausto (1806) de Goethe (1749-1832). Al fondo se ve la cima del chato monte Brocken. 

Con el devenir de los tiempos la fecha aproximada de la celebración católica de la canonización de la Santa Walpurgis (Valborg o Walburga) se trasladó del 25 de febrero (fecha de su nacimiento) al 1 de mayo, denominándose Noche de Walpurgis por coincidir la fecha de celebración con el día de Santa Walpurgis en el calendario sueco debido a que el 1 de mayo de 870 d.C. fueron trasladadas sus reliquias. 

Dicha fecha pasó a ser el día de la celebración de esta santa en algunos calendarios, coincidiendo con el día del trabajador (celebración, dicho sea de paso, de caracter sindical, que no tiene nada que ver con la religión ni con la noche de brujas). 

Para finalizar, fue durante la Noche de Walpurgis de 1776 cuando Adam Weishaupt creó en los bosques bavaros a los Illuminati 



Illuminati es el nombre por el que se conoce mayormente la Orden de los Perfectibilistas o Iluminados de Baviera. 



brujas 



La pirámide truncada con el ojo que todo lo ve y el lema Novus Ordo Seclorum, del Gran Sello de los Estados Unidos, considerada como un símbolo illuminati. 

Es una sociedad secreta fundada el 1 de mayo de 1776 en Ingolstadt (Alemania) por Adam Weishaupt. En latín, illuminati (pronunciado il luminati) significa ‘iluminados’; su singular es illuminatus. 



El 22 de junio de 1784, el príncipe elector de Baviera, duque Karl Theodor intuyó el peligro que suponían los Illuminati para la Iglesia católica y las monarquías debido a su ideología liberal, revolucionaria e igualitaria, y aprobó un edicto contra éstos, la masonería, y en general cualquier sociedad no autorizada por la ley. Weishaupt fue destituido de su cátedra marchando al exilio de Ratisbona para dirigir la Orden desde el extranjero bajo la protección del duque de Saxe. En 1785, el edicto se confirmó y así se dio comienzo a las persecuciones y arrestos de los miembros de la sociedad. 

Los planes más secretos de los Illuminati fueron revelados por casualidad la noche del 10 de julio de 1784, cuando un mensajero de Weishaupt identificado como el abad Lanz, murió inesperadamente a causa de un rayo. Su cadáver fue llevado a la capilla de San Emmeran por habitantes de la zona y ahí entre sus hábitos se encontraron los importantes documentos que trataban sobre los planes secretos de la conquista mundial. La policía de Baviera indagó los detalles de la conspiración, dando a conocer al emperador Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico, el complot tramado contra todas las monarquías, en especial la de Francia, en donde más tarde, en 1789, se gestaría la llamada Revolución francesa y la caída de Luis XVI y María Antonieta, sus últimos monarcas. 

Los documentos fueron publicados por el gobierno bávaro, alertando así a la nobleza y el clero de Europa, sin embargo, poco después se convencieron de que la conspiración había sido destruida debido a la disolución oficial de los Illuminati, junto con el destierro de Weishaupt y la detención de numerosos adeptos. 

Símbolos illuminati en el billete de un dólar 


iluminados 



El reverso del Sello de Estados Unidos: con el “Ojo que todo lo ve” en la cúspide de una pirámide truncada en la parte posterior del billete de un dólar. 

En el billete actual de un dólar estadounidense aparece el Gran Sello de Estados Unidos el cual está compuesto por el “Ojo que todo lo ve”, también llamado “Ojo de la Providencia”. Aunque no es un símbolo de origen cristiano y no se lo menciona en la Biblia, todavía hasta hoy es asociado con el ojo del Dios judeocristiano Yahvé, el cual representa su omnisciencia y cobró importancia a partir del Renacimiento. El símbolo fue gradualmente adoptado por los francmasones para representar al Gran Arquitecto del Universo. Su verdadero origen se encuentra en el simbolismo del Udjat u “Ojo de Horus”,  antiguo dios egipcio que representa al Sol. El diseño de este sello fue aprobado por el Congreso de los Estados Unidos el 20 de junio de 1782 y posteriormente, en 1935, fue introducido en el billete de dólar por aprobación del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, masón del grado 32° del Rito Escocés[4]  y también miembro de los Shriners 

La iconografía presente en el billete introduce la parte izquierda del sello (reverso) con el ojo en una pirámide egipcia trunca con 13 escalones (que simbolizan las 13 colonias de Estados Unidos, aunque es probable que a la vez represente, de una forma esotérica, los 13 grados del Rito de los Iluminados de Baviera), en cuya base está escrito el número 1776 en números romanos (año de la independencia de las 13 colonias y de la fundación de los illuminati). Va acompañada de la sentencia Annuit Cœptis, que significa ‘[Él] aprueba [nuestro] comienzo’. Abajo aparecen las palabras “Novus Ordo Seclorum”. Aunque obras de ficción literarias y cinematográficas traducen erróneamente esas palabras como ‘nuevo orden seglar’, la traducción correcta sería ‘Nuevo Orden de las Eras’ (o ‘nuevo orden de los siglos’, o según expertos latinistas, ‘el comienzo de una nueva era’ pues la palabra es el genitivo plural latino de saéculum, que en este contexto significa ‘generación, siglo o era’. La confusión viene del parecido de la palabra seclorum con la palabra latina saecularorum. El número 13 sigue extendido en el sello derecho (anverso): Un águila calva que lleva en la pata derecha una rama de olivo (símbolo de la paz) con 13 hojas y 13 frutos y en la pata izquierda 13 flechas (símbolo de la guerra), sobre su pecho ostenta un escudo con 13 barras, un lema con 13 letras que reza: E Pluribus Unum (‘De muchos, uno’) y finalmente, 13 estrellas sobre su cabeza que forman la estrella de David o signo de Israel. 

El escritor William Schnoebelen (quien dice ser ex Illuminati), explica el significado de este símbolo y comenta que se basa en un mensaje realizado por Jesucristo en el Evangelio según san Mateo, que él traduce como: 

Jesús les dijo: «¿Acaso nunca leyeron en las escrituras: “La piedra que los constructores rechazaron es la piedra que llegó a ser la cabeza y esquina. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?”» 
Mateo 21.42 


Según Schnoebelen, la única piedra que puede ser cabeza y esquina, es el vértice superior de una pirámide, razón por la cual ellos le cortan esa piedra al símbolo, él explica: “Este símbolo en el dólar no es nada más que un talismán y este talismán se carga con la energía de miles de millones de personas diariamente. Los illuminati creen que cortándole el tope a la pirámide se impedirá el regreso de Jesús”. 


reunio 



Búho de Minerva. 

Otra frase del billete de dólar reza: “In God We Trust”, traducido como ‘en Dios confiamos’. Sin embargo, existen otras interpretaciones, hechas generalmente por teóricos de la conspiración, al uso de esta frase. La primera de ellas supone una elipsis en la frase “In God we (have the) Trust” (‘En Dios tenemos el trust’) donde trust significa ‘corporación financiera’ o ‘negocio’. Y la segunda (más conocida) debido a la Reserva Federal de EE. UU., que supuestamente emitió involuntariamente una serie de billetes y monedas con la frase “In Gold we trust” (‘En el oro confiamos’). 

Los illuminati tenían también otro símbolo para su “escuela secreta de sabiduría”, este era el Búho de Minerva, la diosa de la sabiduría. Este símbolo, igualmente se puede encontrar en el billete de un dólar a una escala minúscula, en el margen superior derecho entre una hoja y el margen que rodea al número uno.

http://www.taringa.net/posts/info/5315179/Reunion-de-brujas-he-illuminatis.html

domi Un niño al que le pasan todo tipo de cosas increíbles

Nuestro amigo de hoy es un artista de la posproducción y nos lo demuestra editando los vídeos que le hace a su hijo. La verdad que el resultado es bastante sorprendente y, el chaval, tiene que pasárselo bomba cuando ve el vídeo al final. Yo también quiero que me conviertan en el Bat Perro, a ver si encuentro un dueño bueno con la edición de vídeo. 

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=lTmwFrsO2EM[/youtube]

http://www.elperroflaco.com/4102/nino-pasan-todo-tipo-cosas-increibles.html

domi El Arca Perdida

Desaparecio sin dejar rastro. Como si nunca hubiese existido El Arca era el símbolo sagrado por excelencia de Israel, la piedra angular sobre la cual durante mucho tiempo pivoto la religion judía. Tal era su importancia que cuando Salomón construyo el fastuoso Primer Templo de Jerusalén, tal vez el más maravilloso edificio construido por el hombre, su único proposito fue edificar una casa en la que pudiera estar el  de Yahve.

arca

¿Cómo explicar pues que, en una fecha desconocida entre los sigtos X y VI antes de Cristo. este tesoro incomparable desapareciera del sancta sanctorum del Templo sin que las Sagradas escrituras registraran el menor comentario? De improviso, el objeto más relevante desde el punto de vista bíblico deja simplemente de figurar en el relato. Las páginas del Antiguo Testamento recogen cerca de doscientas referencias de la sagrada reliquia hasta la época salomónica; después no vuelve a ser mencionada en los textos canónicos y sólo aparecen pistas difuminadas en algunos apócrifos, como el libro segundo de los Macabeos o el  de Baruc, que los especialistas datan como de finales del siglo.

Es en este hecho donde reside el ver dadero enigma. No en que se esfumara como por ensalmo una caja de oro de incalculable valor, sino que, dado su esencial significado religioso, lo hiciera “en medio de un silencio tan ensordecedor”. ¿Qué pudo pasar con el Arca de la Alianza para justificar esa salida por la puerta falsa? ¿Pudo existir, como algunos piensan. un encubrimiento premeditado urdido por los sacerdotes y secundado por los escribas para que su paradero constituyera un impenetrable secreto?

Algo más que una leyenda

A los neófitos puede parecernos que nadie ha hablado, pensado o buscado el desaparecido Arca en los casi tres mil años transcurridos desde que se mencionó por última vez, en tiempos del rey. Salomón. Nada más lejos de la verdad, existió, y aún existe, una continuada tradición occidental de busqueda del Arca, una empresa disimulada que arranca con el establecimiento de los caballeros  en Jerusalen y prosigue, después de la supresión del Temple, a través de sus continuadores: la Orden de Cristo portuguesa y la masonería escocesa, herederos del legado esotérico del . del que era parte crucial el ansiado Arca de la Alianza. Una búsqueda que llega hasta nuestros días, que ha producido sus últimos frutos el pasado año y que parece apuntar claramente de que los tiempos están maduros para que el gran secreto deje pronto de serlo.

También dentro del propio estado de Israel se observan signos de que en un futuro puedan sobrevenir cambios que permitan el desciframiento del enigma, indefectiblemente de las profecias mesiánicas de mayor alcance que aún está por cumplírse la reconstrucción del Templo de Jerusalen. Ya en 1981, el rabino Góren pronosticaba, en una entrevista concedida a Newsweek, que el secreto de la localización del Arca será revelado justo antes de erigir el Tercer Templo”, un proyecto acariciado por los judíos durante cerca de dos mil años y en el que los sectores más ortodoxos vienen insistiendo desde que, en 1948, con el establecimiento del estado que acogía a los exiliados, el rabino jefe de Israel contirmara que la era de la redención había comenzado.

La reconstruccion del Templo de Salomon

Los más conspicuos representantes esgrimieron fundamentos teológicos plausibles para plantear la siguiente pregunta: ¿Debería reconstruirse el Templo?. La ansiada reconstrucción planteaba un problema aparentemente irresoluble. El Tercer Templo debía levantarse necesariamente sobre el área del Templo original y del Santo de los Santos que protegía al Arca de la Alianza. Pero durante trece siglos se ha creído que este lugar fue ocupado por la mezquita de la Cúpula de la Roca, erigida sobre el Monte del Templo. Resulta inconcebible que para edificar el Tercer Templo se deba demoler previamente la mencionada mezquita. Sin embargo, la solución ha venido de la mano del arqueólogo Asher S. Kaufman quien, después de desenterrar restos de los cimientos del Segundo Templo, construido tras el regreso del éxodo babilónico, ha presentado incuestionables pruebas concluyentes de que el llorado templo salomónico se hallaba cien metros más al norte de la Cúpula de la Roca, en un área ocupada por un pequeño domo árabe conocido, casi proféticamente, como Domo de las Tablillas o de los Espíritus y que, para mayor regocijo, se encuentra dentro de la zona de control israelí, política y religiosamente disponible.

Los acontecimientos se han acelerado en los últimos años. Un grupo de estudiantes rabínicos integrados en el Yeshivat Torat Cohanim, una escuela teológica dirigida por el mencionado rabino Goren, está reelaborando los antiguos ritos sacrificiales interrumpidos en el año 70, cuando los romanos destruyeron el Segundo Templo, al tiempo que una asociación religiosa, denominada Ne’ emanel Har Habayit (Los Fieles del Monte del Templo) ha diseñado un modelo del futuro templo y se encarga de coordinar un programa internacional cuya finalidad es recaudar los fondos necesarios para su construcción.

Todo parece dispuesto. Sólo falta que aparezca el verdadero motivo de esta fiebre reconstructora, el Arca de la Alianza. Pero, ¿existe alguna posibilidad de saber dónde se encuentra? Sobre el papel, la cosa no ofrece grandes dificultades puesto que, según la tradición, únicamente en dos lugares puede estar la sagrada reliquia. O permanece oculta en el mismo Jerusalén y sus alrededores, o bien celosamente custodiada en Etiopía.

¿Dónde escondió Jeremías el Arca?

Los textos religiosos judíos registran dos paraderos del Arca. Según la Misná y el Talmud, fue enterrada en uno de los túneles secretos excavados bajo el Monte del Templo. El enterramiento habría sido obra del rey Josías que, alertado por una profecía sobre la futura profanación del Santo de los Santos por los babilonios, la ocultó en una gruta secreta y cegada bajo la Setiyyah o Piedra de la Fundación, un axis mundi que no era sino el suelo del sancta sanctorum sobre el que reposaba el Arca. Emma Jung, psicoanalista y esposa de Carl Gustav Jung, recoge la opinión de que la ocupación europea de Jerusalén durante el siglo XII fue inspirada, al menos en parte, por la extendida creencia de que la ciudad santa escondía una reliquia inconmensurablemente poderosa. Esta arraigada idea contribuyó notablemente, según la autora, a proclamar las Cruzadas, si es que no fue su verdadera causa”. Cuando, después de 1967, los arqueólogos israelíes comenzaron a excavar un largo túnel en el extremo noroeste del antiguo Monte del Templo, circularon insistentes rumores de que algunos habían vislumbrado el Arca santa a distancia, pero se les impidió examinarla, ya que las autoridades musulmanas procedieron de inmediato a sellar su entrada.

Por otra parte, el apócrifo segundo libro de los Macabeos refiere cómo el profeta Jeremías ocultó secretamente el Arca y el altar de los holocaustos en una gruta, situada en “el monte al que subió Moisés para contemplar la heredad del Señor”. Ese monte desde el cual Moisés divisó la Tierra Prometida que nunca iba a pisar, es el monte Nebó, un conocido lugar que se halla a unos cincuenta kilómetros de Jerusalén, en línea recta. Podía intentarse localizar allí el Arca, pero el antiguo monte Nebó, hoy identificado con el Jaban an-Naba, se encuentra a un tiro de piedra de la frontera jordana; es preferible no pensar siquiera en la situación que se originaría si los árabes pudieran apoderarse de la sagrada reliquia judía.

No obstante, en lo que va de siglo se han llevado a cabo dos tentativas para localizar el escondrijo de Jeremías. La primera, poco después de 1920, cuando un excéntrico aventurero americano, Frederick Futterer, rastreó a conciencia durante varios meses el monte Nebó y una cumbre vecina, el monte Pisgá. En alguno de los dos, se topó con un pasadizo secreto orlado con una inscripción jeroglífica que, una vez descifrada, decía: “Aquí dentro está el Arca de Oro de la Alianza”. Pero poco después, el sospechoso explorador desapareció sin dejar rastro, llevándose la inscripción y no existe constancia de que volviera nunca para rescatar el Arca del supuesto pasadizo secreto.

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Sospechosas fotografías

Su pista fue seguida, más de medio siglo después, por un compatriota suyo llamado Tom Crotser, un supuesto experto en  bíblica que anteriormente había intentado localizar la Torre de Babel, el Arca de Noé y la Ciudad de Adán. En 1981 se encontraba en Jordania acompañado de un equipo del Instituto Internacional para la Reconstrucción de la Historia, con sede en Winfield, Kansas. No encontraron rastro del Arca en el monte Nebó, por lo que se trasladaron al cercano Pisgá, donde dieron con el tapiado pasadizo que describiera Futterer. Lo derribaron y apareció una cripta con un cofre rectangular cubierto de oro y unos bultos envueltos en tela. Habían encontrado el Arca! No se la llevaron; ni siquiera la tocaron, pero sí tomaron fotografías de ella. Salieron precipitadamente de Jordania y en Estados Unidos informaron a la prensa sobre su descubrimiento. Después, Crotser se negó rotundamente a dejar examinar las fotos a arqueólogos bíblicos cualificados. Era natural, puesto que Siegfried H. Horn, el único especialista reputado que pudo hacerlo, manifestó en la Biblical Archaeoiogy Review que, aparte de que las fotografías eran sumamente confusas, el objeto “no daba la impresión de ser antiguo, sino de fabricación moderna, con franjas decorativas hechas a máquina sobre una chapa metálica”. La búsqueda del Arca parecía haber caído en manos de visionarios mesiánicos atolondrados.

Por tanto, mientras el cuerpo del delito no apareciera, cualquier interpretación podría darse por buena. Así, cuando en mayo de 1992 Vendyl Jones, un antiguo predicador baptista tejano, convocó una rueda de prensa a la entrada de una de las cuevas de Oumrán para mostrar ante las cámaras sus manos cubiertas de un polvillo que, según afirmó, eran restos del incienso del Segundo Templo de Jerusalén, la búsqueda del Arca adoptó los métodos del siglo XX.
La teoría de Jones, molesto cuando se le compara con su homónimo cinematográfico Indiana, se basa en el Rollo de Cobre descubierto en Qumrán en 1952, que aparentemente contiene una lista de sesenta y dos lugares donde se ocultaron objetos litúrgicos, tras la destrucción del Segundo Templo. Entre los tesoros incluidos, que la mayor parte de los expertos consideran metafóricos, Vendyl cree identificar el Arca y los ropajes del Sumo Sacerdote.

Las cenizas del novillo rojo

En su búsqueda, Jones y su equipo de voluntarios descubrieron en una cueva una jarra de arcilla que contenía un aceite de incienso poco habitual, y proclamaron que era el primero de los objetos ocultos que figuran en el Rollo de Cobre. Enviado el hallazgo a la Universidad de Bar-Iián, los primeros análisis parecieron aislar los cinco ingredientes especiales que la tradición bíblica señala como componentes del aceite sagrado con el que se ungía a los reyes de Israel. Aunque las pruebas no son definitivas, si se llegara a demostrar que el ungúento es el aceite de unción descrito en el Rollo, este descubrimiento dotaría de credibilidad al resto de la lista y Jones se lanzaría a localizar el siguiente objeto, la vasija Kalal que contiene los restos de las cenizas del último novillo rojo, pista definitiva para la localización del Arca.

Los rabinos aseguran que el sacrificio de un novillo rojo sólo se ha podido efectuar siete veces -la última poco antes de la destrucción del Templo por las tropas romanas- y que las sucesivas cenizas acumuladas, destinadas a un complejo rito de purificación, fueron ocultadas por Jeremías junto con el Arca. Desde hace años existen fundadas sospechas de que varias investigaciones arqueológicas israelis intentan localizar las cenizas de los novillos rojos, puesto que se supone que el Arca no puede andar lejos de ellas. Cuando el general Amir Drory, director del Departamento de AntigUedades de Israel, suspendió definitivamente las excavaciones de Vendyl Jones tras alegar que sus métodos chocaban frontalmente con los de los especialistas de su país, se sospechó que tal vez el aficionado tejano estaba cerca del paradero del Arca de la Alianza.

En la tierra del zumbido de alas

Aparte de Israel, también Etiopía sostiene la pretensión de ser el último refugio de la reliquia sagrada. En este país subsisten aún una tradición viva de culto al Arca, un grupo de población de origen judío, los falashas, que algunos románticos identifican con la tribu perdida de Israel, e incluso la certeza de que el Arca misma permanece oculta en un remoto rincón de su geografía.

Además, la epopeya nacional etíope, el Kebra Negast (La Gloria de los Reyes), contiene un asombroso relato capaz de ofrecer una explicación a la indocumentada desaparición del Arca de la Alianza, sacada de incógnito de Jerusalén por el príncipe Menelík, hijo del rey Salomón y de la legendaria reina de Saba, para preservarla de presuntos profanadores y trasladarla en secreto a Etiopia, donde aún se conservaría, ajena al paso del tiempo.

Los historiadores rechazan el origen etíope de la reina de Saba, a la que hacen proceder de las ciudades de la Arabia Feliz, en el actual Yemen del Norte; pero el investigador inglés Graham Hancock, consciente de que toda leyenda esconde un grano de verdad, ha dedicado diez años de su vida a desbrozar ese grano y reconstruir la peripecia del mayor misterio que encierra la Biblia. Un fascinante y erudito libro, Símbolo y Señal, publicado recientemente, recoge su intensa búsqueda que, como toda búsqueda verdadera, termina conviertiéndose en un auténtico viaje interior.

Tras un amplio trabajo de campo en Israel, Egipto y, por supuesto, en el interior de Etiopía, castigado por una cruenta guerra civil, Hancock reconstruye el largo viaje del Arca hasta su emplazamiento final. Su fascinante teoría, que ha sido recibida por los especialistas como “minuciosa y bien razonada”, indica que el Arca fue sacada del Gran Templo de Jerusalén hacia el año 650 a. de C., para evitar que fuera profanada o destruida por el rey pagano Manasseh, que había tomado el poder en Judea. Los sacerdotes salvadores la trasladaron a un templo al sur de Egipto, el único judío construido fuera de Tierra Santa, levantado sobre la isla de Elefantina y posteriormente destruido por los egipcios durante unos disturbios religiosos hacia el 410 a. de C.

Hancock ha recogido, por boca del arcipreste de la Iglesia ortodoxa etíope, Solomon Gabre Selassié, el episodio de la batalla de Adua en 1896 cuando, el rey Menelik II se enfrentó en inferioridad de condiciones al ejército expedicionario italiano y “los sacerdotes llevaron al Arca de la Alianza al campo de batalla para enfrentarse a los invasores”. Como consecuencia, los italianos sufrieron un gran desastre, calificado por la prensa contemporánea como “el mayor vivido por los blancos en Africa”.

Sin embargo, es extraño que tan documentado investigador no haya rastreado otras posibles apariciones más recientes del Arca. La fascinación de los nazis por las reliquias sagradas, por ejemplo, no es una ficción cinematográfica a lo Indiana Jones. Es probable que bajo inspiración de un extraño grupo ocultista formado por Heinrich Himmler, el Deutsche Ahnenerbe, la Organización Alemana de la Herencia Ancestral, uno de los objetivos secretos de Mussolini en la invasión de Etiopía, entonces Eritrea, en 1935, fuera la captura del Arca.

Lo más probable es que ésta fuera puesta a salvo por sus guardianes en los contrafuertes montañosos de Abisinia, pero otro experto “arcólogo”, Grant R. Jeffrey, ha llamado la atención de la opinión pública sobre una sorprendente noticia publicada por el Toronto Star el 19 de julio de 1981, sobre cómo en el verano de 1936, en plena guerra italo-etíope, un sindicato semita consultó a varias casas aseguradoras francesas sobre el modo de asegurar el Arca de la Alianza contra los daños producidos por la guerra! Según Jeftrey, el intorme deja entrever que el cofre santo pudo ser sacado de nuevo a la luz por el futuro emperador Haile Selassie para que le ayudara a derrotar al ejército italiano.

Una idea peligrosa

Aparentemente, Mussolini terminó retirándose de Etiopía y el Arca fue devuelta a su templo subterráneo de Aksum, donde todo parece indicar que podría reposar actualmente. No obstante, a principios de los años cuarenta, circularon versiones que insistían en que las tropas fascistas, cuando desalojaron Eritrea, llevaban a Roma, como trofeo secreto, el codiciado Arca. En estos rumores, nunca investigados a fondo, se basa una audaz especulación que sostiene que el Arca se conserva desde entonces en el Vaticano, gracias a un favor del gobierno fascista. La idea, cuando menos, es peligrosa. Pero no es la única.

Otra hipótesis relaciona al Arca con el misterio de Rennes-le-Chateau, el pueblecito de los Pirineos franceses donde el cura Bérenger Sauniére descubrió en 1891, un secreto de enorme trascendencia. El investigador Henry Lincoln cuenta cómo en una entrevista con Pierre de St. Clair, gran Maestre del Priorato de Sión, sociedad secreta que afirma estar en posesión del secreto de Sauniére, éste le afirmó que su organización custodiaba el tesoro del Templo de Jerusalén, que sería devuelto a Israel a su debido tiempo.

La ambigúedad que desde su construcción ha rodeado al Arca es inherente a su naturaleza oculta e inescrutable. No podemos esperar que un objeto sumamente preciado y cargado con un poder sobrenatural entregue fácilmente sus secretos. Y, sin embargo, inquietantes signos parecen anunciar que, tras haber permanecido oculta durante tres mil años, el Arca de la Alianza volverá en un futuro próximo a representar un papel estelar en la historia de la humanidad.

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La clave está en Moisés

Podemos aceptar que los oscuros poderes que encerraba el Arca eran producto de la habilidad y la sabiduria humanas. Pero, pudo el hombre fabricar un artilugio tan complejo hace mas de tres mil años, cuando todo hace suponer que poseia una tecnología sumamente rudimentaria?. Si el Arca fue construida poco después que Moisés sacara a su pueblo de Egipto, es posible que este país y su enigmática civilización escondan el secreto de la verdadera naturaleza del Arca de Alianza?.

Las cajas de madera forradas de oro eran corrientes entre los accesorios funerarios egipcios. Se ha especulado incluso con que los sarcófagos de la tumba de Tutankamon -cofres con forma de Arca sostenidos por dos pértigas- pudieran ser los modelos en los que Moisés se inspiró para construir un artilugio de madera de acacia forrado de oro puro. Sin embargo, la sagrada reliquia era alg mas que una simple caja de madera revestida de oro. Cuál era la causa de sus destructivos poderes?. Indudablemente, la respuesta pasa por Egipto, y especialmente por la relación de este país con la figura central de Moisés.

Todos los enigmas y misterios que rodean la antigua civilización egipcia sugieren que entre las clases dirigentes de este pueblo circulaba un tipo de saber científico avanzado y secreto. Ciertamente, los egipcios fueron algo mas que esos “primitivamente técnicamente competentes”, como reza su calificativo oficial. No es imposible que las potencias encerradas en el Arca de Alianza tuvieran su origen en esa ciencia especial, un arte en el que Moisés era, con toda certeza, un iniciado destacado.

Sin embargo, tuvo Moisés oportunidad de elaborar el Arca y, aún más, de dotarla con algún tipo de fuente energética capaz de hacerla funcionar?. La pregunta nos conduce a un nuevo y crucial interrogante: quiém fue Moisés? Un personaje con base histórica o un arquetipo mitológico que los escribas bíblicos adaptaron de ancestrales leyendas para dotar de consistencia a sus libros sagrados?

Porque lo primero que sabemos de este personaje clave es que nació en Egipto y, abandonado en el Nilo dentro de un cesto de cañas, fue salvado de las aguas por la hija del faraón. Los paralelos con la figura primordial del héroe civilizador Osiris son evidentes. Como él, Moisés, que con el tiempo asumirá su papel de civilizador y legislador, fue también dejado a merced de la corriente del Nilo en una barquichuela y salvado por una princesa egipcia.

Educado como miembro de la familia real, tuvo acceso en su juventud a una completa y compleja iniciación en los arcanos mas secretos de la magia egipcia. Para una incuestionable autoridad en la materia, sir E.A. Wallis Budge, era indudable la filiación ocultista de Moisés, “… un consumado ejecutante de ritos mágicos, impuesto muy a fondo con los conjuros, encantamientos y fórmulas… los milagros que hacía sugieren que no sólo era un mago de primera categoría, sino incluso un Kher-Heb, un sumo sacerdote del templo egipcio, un miembro de una comunidad hermética detentadora de un extenso cuerpo de sabiduría esotérica y ciencias mágico-religiososas mantenidas en sumo secreto y a las que se accedia tras un intenso período iniciático de estricta transmisión oral, como en todos los grandes misterios del mundo antiguo.

Puede entonces que el verdadero propósito de Moisés haya sido desde el principio construir el Arca de Alianza para preservar en su interior restos de una remota civilización avanzada totalmente desaparecida?.

¿Qué era el Arca de Alianza?

El Arca, archivo secreto del pacto entre Yahvé y su pueblo, es el único objeto sagrado que las escrituras describen prolijamente y sin la menor sombra de duda, como dotado de energía sobrenatural. Todos los demás elementos liturgicos, hasta los excepcionalmente sagrados como el candelabro de siete brazos o menhorá, son considerados como meras piezas del mobiliarios ritual.

Entre ellos, el Arca destaca como algo excepcional y único, desde el mismo momento de su construcción. Así, el capítulo 25 del Éxodo contiene las instrucciones concretas para construir y manipular un misterioso receptáculo basado en un plano divino que el mismo Yahvé transmitió a Moisés, un plano que contenía las dimensiones precisas de la sagrada reliquia, los materiales en que debía ser construida y en el que hasta su propio peso parecía estar espiritualmente controlado.

Inmediatamente después de su construcción, el Arca comenzó a manifestar un enorme poder destructivo. Nadab y Abiú, hijos del sumo sacerdote Aarón, penetraron en el Sancta Sanctorum del Tabernáculo con incensarios de metal, algo expresamente prohibido en las instrucciones divinas. Una llamarada procedente del Arca “los devoró, dejándolos muertos”. Tras en incidente, la intrigante comunicación de Yahvé a Moisés: “Di a tu hermano Aarón que no entre nunca en el santuario a la parte inferior del velo, delante del propiciatorio que esta sobre el Arca, no sea que muera, pues yo me muestro en la nube del propiciatorio” (Levítico, 16: 1-2).

El Arca desprendía luminiscencia en forma de chispazos, fogonazos o lenguas de fuego. Era una fuente paranormal de luz, una radiación cegadora repetidamente expresada en el Éxodo, atribuida a una “ardiente energía celestial” causante de lepra o tumores, que mataba accidentalmente a quienes la tocaban o abrían y que solo unos pocos predestinados podían controlar. Hasta los exégetas judíos invocan tradiciones en las que el Arca parece capaz de contrarrestar la fuerza de gravedad, ya que no solo podia autotransportarse, sino que incluso levantaba por los aires a sus exclusivos portadores, los caatitas, los hijos de Caat, un clan de la tribu de Leví. Qué era en realidad aquel Arca que se construyó con tantos detalles? Qué poderosas energías encerraba para que nadie se aproximase a ella y su manejo exigiera tantas precauciones? Por qué motivo los sacerdotes debían usar ropajes especiales para penetrar en el Sancta Sanctorum del Tabernáculo y después en el Santo de los Santos del Templo de Jerusalén, donde se conservaba el Arca rodeada de densa oscuridad?

Louis Ginzberg, en un ameno y erudito libro titulado Leyendas de los Judíos, especifica que “las referencias bíblicas al Arca mas antiguas están absolutamente en representarla desempeñando funciones muy concretas: la de elegir el camino por el que se deseaba ir y la de entrar en batalla con el ejército de Israel y concederle la victoria, debido al poder divino que en ella residía”. Llegados a la Tierra Prometida, pasado el Jordán, Moisés desaparece en el monte Nebó, no sin antes haber iniciado previamente en los misterios del Arca a Josué (Deuteronomio, 31:14-15), el cual la empleará astutamente en el conocido episodio de las murallas de Jericó. Sin embargo, a menudo se pasa por alto que el nuevo iniciado, consciente del peligro que acarreaba el uso del artefacto, recomienda a sus soldados que la sigan “pero dejando una distancia de dos mil codos, sin acercaros a ella…” (Josué, 3:3-4).

Por qué esa insistencia en que la proximidad del Arca de la Alianza comportaba un peligro mortal, del que no escapaban ni siquiera los sumos sacerdotes, que se acercaban a ella con sumo temor y tras cumplir las estrictas observaciones preescritas?

Detalles de este tipo han hecho pensar que el Arca pudiera ser un instrumento científico que tenía asignado un uso práctico. Así, dos investigadores británicos rescataron una descripción detallada del aparato contenida en el Zohar y la reconstruyeron a la luz de la ciencia del siglo XX. Su teoría es que existieron dos Arcas: la primera, el enigmático Anciano de los Días, un avanzado artefacto para fabricar alimento, el maná; y la segunda, un simple cajón que protegía este delicado mecanismo.

Abundan los autores que han querido ver en el Arca una auténtica batería eléctrica o electromagnética, basada en la idea de los condensadores separados por un elemento aislante como, por ejemplo, la madera de acacia. La hipótesis no es nueva, pues ya a principios del siglo pasado un filósofo y matemático judío alemán, Lazarus Bendavid, especulaba que la reliquia de los tiempos mosaicos debió contener un grupo bastante completo de instrumentos eléctricos. Los egipcios tenían conocimiento de los fenómenos eléctricos y Moisés bien pudo haber aprendido esa ciencia eléctrica que explicaría el secreto de la lámpara perennemente encendida en el Tabernáculo, quizá la misma inextinguible luz que brillaba en las misteriosas ciudades de la jungla amazónica mencionadas por el coronel Percy H. Fawcett.

El hecho de que los sacerdotes levitas tuvieran que usar ropajes especiales, tal vez aislantes, ha llevado asimismo a pensar que el artilugio que portaba el pueblo israelita pudiera ser un reactor atómico, cuyos escapes en forma de nube de vapor no eran sino gases cuya alta temperatura podía causar la muerte inmediata. Hay un curioso episodio bíblico que abona tal hipótesis, narrando en los capítulos 4, 5 y 6 del libro de Samuel. Algo falla en el Arca y los filisteos derrotan a los israelitas en la batalla de Eben Ezer, capturan el objeto sagrado y lo trasladan a su capital para ofrecerlo a su dios Dagon. Al poco tiempo la estatua de esta deidad es derribada y destruida y los filisteos se ven afectados por tumores malignos. Proceden a trasladar el Arca, pero la epidemia sigue al extraordinario aparato. Deciden devolverla a sus legítimos dueños sobre un carro guiado únicamente por dos vacas por el camino de Bet Semes. Allí es localizada por unos segadores que se aproximan demasiado al cargamento y “el señor los hirió con gran mortandad”. Setenta hombres murieron hasta que se hicieron cargo de ella los especialistas, un grupo de levitas que condujeron el Arca hasta Quiriat-Jearim, a la casa de Abinadab, donde quedó custodiada por un hijo de éste hasta que el rey David decidió trasladarla a Jerusalen, casi medio siglo después. Esperó David a que se atenuaran sus destructivos poderes?.

Si el Arca albergaba un reactor nuclear, tanto los tumores filisteos como los repentinos muertos israelitas pudieron ser efectos de su potencial radiactivo. Las personas no iniciadas sufrieron lesiones y fallecieron porque la máquina irradiaba fuerte radiactividad. Es sabido que un reactor atómico, aunque sea muy primario, debe ser alimentado por una gran fuente de energía. Tal vez Moisés supo encontrar la materia prima para generar esa energía. Pero, dónde?. En la cumbre del monte Sinaí. Al fin y al cabo, el Arca era un receptáculo que contenía dos tablas de piedra grabadas con las leyes que Yahvé entregó a su pueblo.

Desde la más remota antigüedad, las tribus semíticas veneraban piedras caídas del cielo. Determinados clanes árabes preislámicos custodiaban parejas de piedras sagradas denominadas betilos, que no eran sino aerolitos transportados en relicarios portátiles a través del desierto. Una tradición ritual une a estos betilos con la Piedra Negra de la Kaaba, en La Meca, y con las Tablas de la Ley encerradas en el Arca de la Alianza. Incluso el Grial ha sido identificado con una de estas piedras meteóricas. Muchos especialistas bíblicos han sugerido que las Tablas eran en realidad restos de un meteorito estrellado en el monte Sinaí.

Un detalle nos lleva a suponer la composición de esta roca espacial: no es extraño esconder dos tablas de piedra en un cajón herméticamente cerrado? Tal vez porque contenían elementos radiactivos capaces de generar una fuente de energía sumamente difícil de controlar?
Pero el Arca también servía de oráculo. Moisés escuchaba la voz de Yahvé “que le hablaba desde encima del propiciatorio, puesto sobre el arca de testimonio, entre los dos querubines (Números, 7:89). Estamos ante un caso de comunicación extrasensorial o el texto bíblico se refiere a que el Arca podía ser un aparato radiotransmisor y los dos querubines de oro un par de antenas metálicas o unos sofisticados micrófonos?.

Entre los iniciados hebreos no había duda de que las voces que oía Moisés llegaban del urim y el thummin, dos objetos mágicos relacionados con la clarividencia y la profecía, utilizados por los magos egipcios bajo la forma de dos escarabajos, que en los tiempos mosaicos estaban colocados en el pectoral del Sumo Sacerdote, recubierto de doce piedras preciosas, una por cada tribu de Israel. Cuando Josué fue elegido sucesor de Moisés, el Sumo Sacerdote Eleazar consultó el urim ante Yahvé (Números,27:21). Hoy, los científicos investigan las sorprendentes propiedades de las piedras preciosas empleadas en láseres y transistores y no es improbable que los israelitas utilizaran su sagrado pectoral como un transmisor-receptor, una radio de dos direcciones, aunque desconocieran los principios de su funcionamiento, e incluso identidad de sus comunicantes.

En suma, aunque numerosos testimonios parecen indicar que el Arca encerraba auténticos y peligrosos poderes, su secreto sigue inviolado.

Contenía energías como las descritas o era simplemente un cofre sagrado que ejerció entre los israelitas un fenómenos de alucinación colectiva fomentada por un encubrimiento sacerdotal, cuya trama se prolongó durante varios siglos?. Tal vez fuera un auténtico acumulador de energías. Pero esas energías, eran sobrenaturales o, por el contrario, mero producto del ingenio y destreza humanos?

Por Rafael Lavilla

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domi El Libro Perdido de Enki.

Hace unos 445.000 años, astronautas de otro planeta llegaron a la Tierra en busca de oro. 



Tras amerizar en uno de los mares de la Tierra, desembarcaron y fundaron Eridú, «Hogar en la Lejanía». Con el tiempo, el asentamiento inicial se extendió hasta convertirse en la flamante Misión Tierra, con un Centro de Control de Misiones, un espaciopuerto, operaciones mineras e, incluso, una estación de paso en Marte.

Escasos de mano de obra, los astronautas utilizaron la ingeniería genética para darle forma a los Trabajadores Primitivos – el Homo sapiens. Más tarde, el Diluvio barrió la Tierra en una inmensa catástrofe que hizo necesario un nuevo comienzo; los astronautas se convirtieron en dioses y le concedieron la civilización a la Humanidad, transmitiéndosela a través del culto. Después, hace unos cuatro mil años, todo lo conseguido se desmoronó en una catástrofe nuclear provocada por los visitantes en el transcurso de sus propias rivalidades y guerras. 

Todo lo ocurrido en la Tierra, y especialmente los acontecimientos acaecidos desde el inicio de la historia del ser humano, lo ha recogido Zecharia Sitchin en su serie de Crónicas de la Tierra, a partir de la Biblia, de tablillas de arcilla, de mitos de la antigüedad y de descubrimientos arqueológicos. Pero, ¿qué ocurrió antes de los acontecimientos en la Tierra, qué ocurrió en el propio planeta de los astronautas, Nibiru, que les llevó a los viajes espaciales, a su necesidad de oro y a la creación del Hombre? 

¿Qué emociones, rivalidades, creencias, morales (o ausencia de éstas) motivaron a los principales protagonistas en las sagas celestes y espaciales? ¿Cuáles fueron las relaciones que llevaron a una escalada de la tensión en Nibiru y en la Tierra, qué tensiones surgieron entre viejos y jóvenes, entre los que habían llegado de Nibiru y los nacidos en la Tierra? ¿Y hasta qué punto lo sucedido vino determinado por el Destino -un destino cuyo registro de acontecimientos del pasado guarda la clave del futuro? 

¿No sería prometedor que uno de los principales protagonistas, un testigo presencial que podía distinguir entre Suerte o Hado y Destino, registrara para la posteridad el cómo, el dónde, el cuándo y el porqué de todo, los Principios y los Finales? 

Pues eso es, precisamente, lo que algunos de ellos hicieron; ¡y entre los principales de éstos estuvo el líder que comandó el primer grupo de astronautas! 

Tanto expertos como teólogos reconocen en la actualidad que los relatos bíblicos de la Creación, de Adán y Eva, del Jardín del Edén, del Diluvio o de la Torre de Babel se basaron en textos escritos milenios antes en Mesopotamia, en especial escritos por los sumerios. Y éstos, a su vez, afirmaban con toda claridad que obtuvieron sus conocimientos acerca de lo acontecido en el pasado (muchos de ellos de una época anterior al comienzo de las civilizaciones, incluso anterior al nacimiento de la Humanidad) de los escritos de los Anunnaki («Aquellos Que del Cielo a la Tierra Vinieron»), los «dioses» de la antigüedad. 


Como resultado de un siglo y medio de descubrimientos arqueológicos en las ruinas de las civilizaciones de la antigüedad, especialmente en Oriente Próximo, se han descubierto un gran número de estos primitivos textos; los hallazgos han revelado un gran número de textos desaparecidos -los llamados libros perdidos- que, o bien se mencionaban en los textos descubiertos, o se inferían a partir de ellos, o era conocida su existencia debido que habían sido catalogados en las bibliotecas reales o de los templos. 

En ocasiones, los «secretos de los dioses» se revelaron en parte en relatos épicos, como en la Epopeya de Gilgamesh, que desvelan el debate que tuvo lugar entre los dioses y que llevó a la decisión de que la Humanidad pereciera en el Diluvio, o en un texto titulado Atra Hasis, que recuerda el motín de los Anunnaki que trabajaban en las minas de oro y que llevó a la creación de los Trabajadores Primitivos -los Terrestres. De cuando en cuando, los mismos líderes de los astronautas fueron los que crearon las composiciones; a veces, dictando el texto a un escriba, como en el titulado La Epopeya de Erra, en el cual uno de los dos dioses que desencadenaron la catástrofe nuclear intentó inculpar a su adversario; a veces, haciendo de escriba el mismo dios, como ocurre con el Libro de los Secretos de Thot (el dios egipcio del conocimiento), que el mismo dios había ocultado en una cámara subterránea. 

Según la Biblia, cuando el Señor Dios Yahveh le dio los Mandamientos a su pueblo elegido, los inscribió en un principio por su propia mano en dos tablas de piedra que le entregó a Moisés en el Monte Sinaí. Pero, después de que Moisés arrojara y rompiera estas tablas como respuesta al incidente del becerro de oro, las nuevas tablas las inscribió el mismo Moisés, por ambos lados, mientras permaneció en el monte durante cuarenta días y cuarenta noches, tomando al dictado las palabras del Señor.



Si no hubiera sido por un relato escrito en un papiro de la época del faraón egipcio Khufu (Keops) concerniente al Libro de los Secretos de Thot, no se habría llegado a conocer la existencia de ese libro. Si no hubiera sido por las narraciones bíblicas del Éxodo y el Deuteronomio, nunca habríamos sabido nada de las tablas divinas ni de su contenido; todo esto se habría convertido en parte de la enigmática colección de los «libros perdidos» cuya existencia nunca habría salido a la luz. Y no resulta tan doloroso el hecho de que, en algunos casos, sepamos que hayan existido determinados textos, como que su contenido permanezca en la oscuridad. Éste es el caso del Libro de las Guerras de Yahveh y del Libro de Jasher (el «Libro del Justo»), que se mencionan específicamente en la Biblia. En al menos dos casos, se puede inferir la existencia de libros antiguos (textos primitivos conocidos por el narrador bíblico). 

l capítulo 5 del Génesis comienza con la afirmación «Éste es el libro del Toledoth de Adán», traduciéndose normalmente el término Toledoth como «generaciones», pero su significado más preciso es «registro histórico o genealógico». De hecho, a lo largo de milenios, han sobrevivido versiones parciales de un libro que se conoció como el Libro de Adán y Eva en armenio, eslavo, siriaco y etíope; y el Libro de Henoc (uno de los llamados libros apócrifos que no se incluyeron en la Biblia canónica) contiene fragmentos que, según los expertos, pertenecieron a un libro mucho más antiguo, el Libro de Noé. 

Un ejemplo que se menciona con frecuencia sobre el gran número de libros perdidos es el de la famosa Biblioteca de Alejandría, en Egipto. Fundada por el general Tolomeo tras la muerte de Alejandro en el 323 a.C, se dice que contenía más de medio millón de «volúmenes», de libros inscritos en diversos materiales (arcilla, piedra, papiro, pergamino). Aquella gran biblioteca, donde los eruditos se reunían para estudiar el conocimiento acumulado, se quemó y fue destruida en las guerras que se desarrollaron entre el 48 a.C. y la conquista árabe, en el 642 d.C. Lo que ha quedado de sus tesoros es una traducción al griego de los cinco primeros libros de la Biblia hebrea, y fragmentos que se conservaron en los escritos de algunos de los eruditos residentes de la biblioteca. 

Y es así como sabemos que el segundo rey Tolomeo comisionó, hacia el 270 a.C, a un sacerdote egipcio al que los griegos llamaron Manetón para que recopilara la historia y la prehistoria de Egipto. Al principio, escribió Manetón, sólo los dioses remaron allí; luego, los semidioses y, finalmente, hacia el 3100 a.C, comenzaron las dinastías faraónicas. Escribió que los reinados divinos comenzaron diez mil años antes del Diluvio y que se prolongaron durante miles de años, presenciándose en el último período batallas y guerras entre los dioses. 

En los dominios asiáticos de Alejandro, donde el cetro cayó en manos del general Seleucos y de sus sucesores, también tuvo lugar un empeño similar por proporcionar a los sabios griegos un registro de los acontecimientos del pasado. Un sacerdote del dios babilónico Marduk, Beroso, con acceso a las bibliotecas de tablillas de arcilla, cuyo centro era la biblioteca del templo de Jarán (ahora en el sudeste de Turquía), escribió una historia de dioses y hombres en tres volúmenes que comenzaba 432.000 años antes del Diluvio, cuando los dioses llegaron a la Tierra desde los cielos. En una lista en la que figuraban los nombres y la duración de los reinados de los diez primeros comandantes, Beroso decía que el primer líder, vestido como un pez, llegó a la costa desde el mar. Era el que le daría la civilización a la Humanidad, y su nombre, pasado al griego, era Oannes. 

Encajando muchos detalles, ambos sacerdotes hicieron entrega de relatos de dioses del cielo que habían venido a la Tierra, de un tiempo en que sólo los dioses reinaban en la Tierra y del catastrófico Diluvio. En los trozos y en los fragmentos conservados (en otros escritos contemporáneos) de los tres volúmenes, Beroso daba cuenta específicamente de la existencia de escritos anteriores a la Gran Inundación -tablillas de piedra que se ocultaron para salvaguardarlas en una antigua ciudad llamada Sippar, una de las ciudades originales que fundaran los antiguos dioses. 

Aunque Sippar fue arrollada y arrasada por el Diluvio, al igual que el resto de las ciudades antediluvianas de los dioses, apareció una referencia a los escritos antediluvianos en los anales del rey asirio Assurbanipal (668-633 a.C). Cuando, a mediados del siglo XIX los arqueólogos descubrieron la antigua capital asiría de Nínive (hasta entonces, conocida sólo por el Antiguo Testamento), hallaron en las ruinas del palacio de Assurbanipal una biblioteca con los restos de alrededor de 25.000 tablillas de arcilla inscritas. Coleccionista asiduo de «textos antiguos», Assurbanipal hacía alarde en sus anales: 

«El dios de los escribas me ha concedido el don del conocimiento de su arte; he sido iniciado en los secretos de la escritura; incluso puedo leer las intrincadas tablillas en sumerio; entiendo las palabras enigmáticas cinceladas en la piedra de los días anteriores a la Inundación». 

Sabemos ahora que la civilización sumeria floreció en lo que es ahora Iraq casi un milenio antes de los inicios de la época faraónica en Egipto, y que ambas serían seguidas posteriormente por la civilización del Valle del Indo, en el subcontinente indio. También sabemos ahora que los sumerios fueron los primeros en plasmar por escrito los anales y los relatos de dioses y hombres, de los cuales todos los demás pueblos, incluidos los hebreos, obtuvieron los relatos de la Creación, de Adán y Eva, Caín y Abel, el Diluvio y la Torre de Babel; y de las guerras y los amores de los dioses, como se reflejaron en los escritos y los recuerdos de los griegos, los hititas, los cananeos, los persas y los indoeuropeos. Como atestiguan todos estos antiguos escritos, sus fuentes fueron aún más antiguas; algunas descubiertas, muchas perdidas. 

El volumen de estos primitivos escritos es asombroso; no miles, sino decenas de miles de tablillas de arcilla se han descubierto en las ruinas del Oriente Próximo de la antigüedad. Muchas tratan o registran aspectos de la vida cotidiana, como acuerdos comerciales o salarios de los trabajadores, o registros matrimoniales. Otros, descubiertos principalmente en las bibliotecas palaciegas, conforman los Anales Reales; otros más, descubiertos en las ruinas de las bibliotecas de los templos o en las escuelas de escribas, conforman un grupo de textos canónicos, de literatura sagrada, que se escribieron en lengua sumeria y se tradujeron después al acadio (la primera lengua semita) y, más tarde, a otras lenguas de la antigüedad. E, incluso, en estos escritos primitivos, que se remontan a casi seis mil años, encontramos referencias a «libros» (textos inscritos en tablillas de piedra) perdidos. 

Entre los hallazgos increíbles (pues decir «afortunados» no transmitiría plenamente la idea de milagro) realizados en las ruinas de las ciudades de la antigüedad y en sus bibliotecas, se encuentran unos prismas de arcilla donde aparece información de los diez soberanos antediluvianos y de sus 432.000 años de reinado, una información a la que ya aludía Beroso. Conocidas como las Listas de los Reyes Sumerios (y exhibidas en el Museo Ashmolean de Oxford, Inglaterra), sus distintas versiones no dejan lugar a duda de que los compiladores sumerios tuvieron acceso a cierto material común o canónico de textos primitivos. Junto con otros textos, igualmente antiquísimos, descubiertos en diversos estados de conservación, estos textos sugieren rotundamente que el cronista original de la Llegada, así como de los acontecimientos que la precedieron y la siguieron, había sido uno de aquellos líderes, un participante clave, un testigo presencial. 

Ese testigo presencial de los acontecimientos y participante clave en ellos era el líder que había amerizado con el primer grupo de astronautas. En aquel momento, su nombre-epíteto era E.A., «Aquel Cuyo Hogar Es Agua», y sufrió la amarga decepción de que el mando de la Misión Tierra se le diera a su hermanastro y rival EN.LIL («Señor del Mandato»), una humillación que no quedaría suficientemente mitigada con la concesión del título de EN.KI, «Señor de la Tierra». 

Relegado de las ciudades de los dioses y de su espaciopuerto en el E.DIN («Edén») para supervisar la extracción de oro en el AB.ZU (África sudoriental), Ea/Enki fue, además de un gran científico, el que descubrió a los homínidos que habitaban aquellas zonas. Y, de este modo, cuando se amotinaron y dijeron «¡Ya basta!» los Anunnaki que trabajaban en las minas, fue él quien pensó que la mano de obra que necesitaban se podía conseguir adelantándose a la evolución por medio de la ingeniería genética; y así apareció el Adam (literalmente, «El de la Tierra», el Terrestre). Como híbrido que era, el Adán no podía procrear; pero los acontecimientos de los que se hace eco el relato bíblico de Adán y Eva en el Jardín del Edén dan cuenta de la segunda manipulación genética de Enki, que añadió los genes cromosómicos extras necesarios para la procreación. 

Y cuando la Humanidad, al proliferar, resultó no adecuarse a lo que tenían previsto los dioses, fue él, Enki, el que desobedeció el plan de su hermano Enlil de dejar que la Humanidad pereciera en el Diluvio, unos acontecimientos en los que el héroe humano recibió el nombre de Noé en la Biblia, y Ziusudra en el texto sumerio original, más antiguo. 

Ea/Enki era el primogénito de Anu, soberano de Nibiru, y como tal estaba versado en el pasado de su planeta (Nibiru) y de sus habitantes. Científico competente, Enki legó los aspectos más importantes de los avanzados conocimientos de los Anunnaki a sus dos hijos, Marduk y Nin-gishzidda (que, como dioses egipcios, eran conocidos allí como Ra y Thot respectivamente). Pero también jugó un papel fundamental al compartir con la Humanidad ciertos aspectos de tan avanzados conocimientos, enseñándoles a individuos seleccionados los «secretos de los dioses». 

En al menos dos ocasiones, estos iniciados plasmaron por escrito (tal como se les indicó que hicieran) aquellas enseñanzas divinas como legado de la Humanidad. Uno de ellos, llamado Adapa, y probablemente hijo de Enki con una hembra humana, es conocido por haber escrito un libro titulado Escritos referentes al Tiempo -uno de los libros perdidos más antiguos. El otro, llamado Enmeduranki, fue con toda probabilidad el prototipo del Henoc bíblico, aquel que fue elevado al cielo después de confiar a sus hijos el libro de los secretos divinos, y del cual posiblemente haya sobrevivido una versión en el extrabíblico Libro de Henoch. 

A pesar de ser el primogénito de Anu, Enki no estaba destinado a ser el sucesor de su padre en el trono de Nibiru. Unas complejas normas sucesorias, reflejo de la convulsa historia de los nibiruanos, le daba ese privilegio al hermanastro de Enki, Enlil. En un esfuerzo por resolver este agrio conflicto, Enki y Enlil terminaron en una misión en un planeta extraño -la Tierra-, cuyo oro necesitaban para crear un escudo que preservara la cada vez más tenue atmósfera de Nibiru. Fue en este marco, complicado aún más con la presencia en la Tierra de su hermanastra Ninharsag (la oficial médico jefe de los Anunnaki), donde Enki decidió desafiar los planes de Enlil de hacer que la Humanidad pereciera en el Diluvio. 

El conflicto siguió adelante entre ambos hermanastros, e incluso entre sus nietos; y el hecho de que todos ellos, y especialmente los nacidos en la Tierra, se enfrentaran a la pérdida de longevidad que el amplio período orbital de Nibiru les proporcionaba incrementó aún más las angustias personales y agudizó las ambiciones. Y todo esto culminó en el último siglo del tercer milenio a.C, cuando Marduk, primogénito de Enki con su esposa oficial, proclamó que él, y no el primogénito de Enlil, Ninurta, debía heredar la Tierra. El amargo conflicto, que supuso el desarrollo de una serie de guerras, llevó al final a la utilización de armas nucleares; aunque no intencionado, el resultado de todo ello fue el hundimiento de la civilización sumeria. 

La iniciación de individuos escogidos en los «secretos de los dioses» marcó los inicios del Sacerdocio, los linajes de mediadores entre los dioses y el pueblo, los transmisores de la Palabra Divina a los mortales terrestres. Los oráculos (interpretaciones de los pronunciamientos divinos) se mezclaron con la observación de los cielos en busca de augurios. Y a medida que la Humanidad se vio arrastrada a tomar parte en los conflictos de los dioses, la Profecía comenzó a jugar su papel. De hecho, la palabra para designar a estos portavoces de los dioses que proclamaban lo que iba a pasar, Nabih, era el epíteto del hijo primogénito de Marduk, Nabu, que en nombre de su padre, exiliado, intentó convencer a la Humanidad de que los signos celestes indicaban la inminente supremacía de Marduk. 

Este estado de cosas llevó a la necesidad de diferenciar entre Suerte y Destino. Las promulgaciones de Enlil, y a veces incluso de Anu, que siempre habían sido incuestionables, se veían sujetas ahora al examen de la diferencia entre NAM (el Destino, como las órbitas planetarias, cuyo curso está determinado y no se puede cambiar) y NAM.TAR, literalmente, el destino que puede ser torcido, roto, cambiado (que era la Suerte o el Hado). Revisando y rememorando la secuencia de los acontecimientos, y el paralelismo aparente entre lo que había sucedido en Nibiru y lo que había ocurrido en la Tierra, Enki y Enlil comenzaron a ponderar filosóficamente lo que, ciertamente, estaba destinado y no se podía evitar, y el hado que venía como consecuencia de decisiones acertadas o equivocadas y del libre albedrío. Éstas no se podían predecir, mientras que las primeras se podían anticipar (especialmente, si eran cíclicas, como las órbitas planetarias; si lo que fue volvería a ser, si lo Primero también sería lo Último). 

Las consecuencias climáticas de la desolación nuclear agudizaron el examen de conciencia entre los líderes de los Anunnaki y llevaron a la necesidad de explicar a las devastadas masas humanas por qué había ocurrido aquello. ¿Había sido cosa del destino, o había sido el resultado de un error de los Anunnaki? ¿Había algún responsable, alguien que tuviera que rendir cuentas? 

En las reuniones de los Anunnaki en las vísperas de la calamidad, fue Enki el único que se opuso a la utilización de las armas prohibidas. De ahí la importancia que tuvo para Enki explicar a los supervivientes qué había sucedido en la saga de los extraterrestres que, a pesar de sus buenas intenciones, habían terminado siendo tan destructores. ¿Y quién, sino Ea/Enki, que había sido el primero en llegar y presenciarlo todo, era el más cualificado para relatar el Pasado, con el fin de poder adivinar el Futuro? Y la mejor forma de relatarlo todo era en un informe, escrito en primera persona por el mismo Enki. 

Es cierto que hizo una autobiografía, por lo que se deduce de un largo texto (pues se extiende al menos en doce tablillas) descubierto en la biblioteca de Nippur, donde se cita a Enki diciendo: 

Cuando llegué a la Tierra, había mucho inundado. 
Cuando llegué a sus verdes praderas, montículos y cerros se levantaron a mis órdenes. 
En un lugar puro construí mi hogar, un nombre adecuado le di. 
Este largo texto continúa diciendo que Ea/Enki asignó tareas a sus lugartenientes, poniendo en marcha su Misión en la Tierra. 

Otros muchos textos, que relatan diversos aspectos del papel de Enki en los acontecimientos que siguieron sirven para completar el relato de Enki; entre ellos hay una cosmogonía, una Epopeya de la Creación, en cuyo núcleo se halla el propio texto de Enki, que los expertos llaman La Génesis de Eridú. En ellos, se incluyen descripciones detalladas del diseño del Adán, y cuentan cómo otros Anunnaki, varón y hembra, llegaron hasta Enki en su ciudad de Eridú para obtener de él el ME, una especie de disco de datos donde se hallaban codificados todos los aspectos de la civilización; y también hay textos de la vida privada y de los problemas personales de Enki, como el relato de sus intentos por conseguir tener un hijo con su hermanastra Ninharsag, sus promiscuas relaciones tanto con diosas como con las Hijas del Hombre y las imprevistas consecuencias que se derivaron de todo ello. 

El texto del Atra Hasis arroja luz sobre los esfuerzos de Anu por prevenir un estallido de las rivalidades Enki-Enlil al dividir los dominios de la Tierra entre ellos; y los textos que registran los acontecimientos que precedieron al Diluvio reflejan casi palabra por palabra los debates del Consejo de los Dioses sobre la suerte de la Humanidad y el subterfugio de Enki conocido como el relato de Noé y el arca, relato conocido sólo por la Biblia, hasta que se encontró una de sus versiones originales mesopotámicas en las tablillas de la Epopeya de Gilgamesh. 

Las tablillas de arcilla sumerias y acadias, las bibliotecas de los templos babilónicos y asirios, los «mitos» egipcios, hititas y cananeos, y las narraciones bíblicas forman el cuerpo principal de memorias escritas de los asuntos de dioses y hombres. Y por primera vez en la historia, este material disperso y fragmentado ha sido reunido y utilizado, de la mano de Zecharia Sitchin, para recrear el relato presencial de Enki, los recuerdos autobiográficos y las penetrantes profecías de un dios extraterrestre. 

Presentado como un texto que hubiera dictado Enki a un escriba escogido, un Libro Testimonial para ser desvelado en el momento apropiado, trae a la mente las instrucciones de Yahveh al profeta Isaías (siglo vii a.C): 

Ahora ven, 
escríbelo en una tablilla sellada, 
grábalo como un libro; 
para que sea un testimonio hasta el último día, 
un testimonio para siempre. 
Isaías 30,8 

Al tratar del pasado, el mismo Enki percibió el futuro. La idea de que los Anunnaki, ejercitando el libre albedrío, eran señores de su suerte (así como de la suerte de la Humanidad) desembocó, en última instancia, en la constatación de que se trataba de un Destino que, después de todo lo dicho y hecho, determinaba el curso de los acontecimientos; y, por tanto, como reconocieron los profetas hebreos, lo Primero será lo Último. 

El registro de los acontecimientos dictado por Enki se convierte, así pues, en el fundamento de la Profecía, y el Pasado se convierte en Futuro. 

ATESTACIÓN 

Palabras de Endubsar, escriba maestro, hijo de la ciudad de Eridú, sirviente del señor Enki, el gran dios. 

En el séptimo año después de la Gran Calamidad, en el segundo mes, en el decimoséptimo día, fui citado por mi maestro el Señor Enki, el gran dios, benévolo creador de la Humanidad, omnipotente y misericordioso. 

Yo estaba entre los supervivientes de Eridú que habían escapado a la árida estepa cuando el Viento Maligno se estaba acercando a la ciudad. 

Y vagué por el desierto, buscando ramas secas para hacer fuego. Y miré hacia arriba y he aquí que un Torbellino llegó desde el sur. Tenía un resplandor rojizo, y no hacía sonido alguno. Y cuando tocó el suelo, salieron de su vientre cuatro largos pies y el resplandor desapareció. Y me arrojé al suelo y me postré, pues sabía que era una visión divina. 

Y cuando levanté mis ojos, había dos emisarios divinos cerca de mí. 

Y tenían rostros de hombres, y sus vestidos brillaban como metal bruñido. Y me llamaron por mi nombre y me hablaron, diciendo: Has sido citado por el gran dios, el señor Enki. No temas, pues has sido bendecido. Y estamos aquí para llevarte a lo alto, y llevarte hasta su retiro en la Tierra de Magan, en la isla en medio del Río de Magan, donde están las compuertas. 

Y mientras hablaban, el Torbellino se elevó como un carro de fuego y se fue. Y me tomaron de las manos, cada uno de ellos de una mano. Y me elevaron y me llevaron velozmente entre la Tierra y los cielos, igual que se remonta el águila. Y pude ver la tierra y las aguas, y las llanuras y las montañas. Y me dejaron en la isla, ante la puerta de la morada del gran dios. Y en el momento en que me soltaron de las manos, un resplandor como nunca había visto me envolvió y me abrumó, y caí al suelo como si hubiera quedado vacío del espíritu de vida. 

Mis sentidos vitales volvieron a mí, como si despertara del más profundo de los sueños, por el sonido de mi nombre al llamarme. Estaba en una especie de recinto. Estaba oscuro, pero también había un aura. Entonces, la más profunda de las voces pronunció mi nombre otra vez. 

Y, aunque pude escucharla, no hubiera sabido decir de dónde venía la voz, ni pude ver quién era el que hablaba. Y dije, aquí estoy. 

Entonces, la voz me dijo: Endubsar, descendiente de Adapa, te he escogido para que seas mi escriba, para que pongas por escrito mis palabras en las tablillas. 

Y de pronto apareció un resplandor en una parte del recinto. Y vi un lugar dispuesto como el lugar de trabajo de un escriba: una mesa de escriba y un taburete de escriba, y había piedras finamente labradas sobre la mesa. Pero no vi tablillas de arcilla ni recipientes de arcilla húmeda. Y sobre la mesa sólo había un estilo, y éste relucía en el resplandor como no lo hubiera podido hacer ningún estilo de caña. 

Y la voz volvió a hablar, diciendo: Endubsar, hijo de la ciudad de Eridú, mi fiel sirviente. Soy tu señor Enki. Te he convocado para que escribas mis palabras, pues estoy muy turbado por la Gran Calamidad que ha caído sobre la Humanidad. Es mi deseo registrar el verdadero curso de los acontecimientos, para que tanto dioses como hombres sepan que mis manos están limpias. Desde el Gran Diluvio, no había caído una calamidad tal sobre la Tierra, los dioses y los terrestres. Pero el Gran Diluvio estaba destinado a suceder, no así la gran calamidad. Ésta, hace siete años, no tenía que haber ocurrido. Se podía haber evitado, y yo, Enki, hice todo lo que pude por impedirla; pero, ¡ay!, fracasé. ¿Y fue hado o fue destino? 

El futuro juzgará, pues al final de los días un Día del Juicio habrá. En ese día, la Tierra temblará y los ríos cambiarán su curso, y habrá oscuridad al mediodía y un fuego en los cielos por la noche, será el día del regreso del dios celestial. Y habrá quien sobreviva y quien perezca, quien sea recompensado y quien sea castigado, dioses y hombres por igual, en ese día se descubrirá; pues lo que venga a suceder, por lo que ha sucedido será determinado; y lo que estaba destinado, en un ciclo será repetido, y lo que fue fruto del hado y ocurrió sólo por la voluntad del corazón, para bien o para mal vendrá a ser juzgado. 

La voz cayó en el silencio; después, el gran señor habló de nuevo, diciendo: Es por esta razón que contaré el relato veraz de los Principios y de los Tiempos Previos y de los Tiempos de Antaño; pues, en el pasado, el futuro se halla oculto. Durante cuarenta días y cuarenta noches, yo hablaré y tú escribirás; cuarenta será la cuenta de los días y las noches de tu trabajo aquí, pues cuarenta es mi número sagrado entre los dioses. Durante cuarenta días y cuarenta noches, no comerás ni beberás; sólo esta onza de pan y agua tomarás, y te mantendrá durante todo tu trabajo. 

Y la voz se detuvo, y de pronto apareció un resplandor en otra parte del recinto. Y vi una mesa y, sobre ella, un plato y una copa. Y me levan te para ir allí, y había pan en el plato y agua en la copa. 

Y la voz del gran señor Enki habló de nuevo, diciendo: Endubsar, come el pan y bebe el agua, y te mantendrás durante cuarenta días y cuarenta noches. E hice como me indicó. Y después, la voz me indicó que me sentara ante la mesa de escriba, y el resplandor se intensificó allí. No pude ver ninguna puerta ni abertura donde me encontraba, sin embargo el resplandor era tan fuerte como el del sol del mediodía. 

Y la voz dijo: Endubsar el escriba, ¿qué ves? 

Y miré y vi el resplandor que iluminaba la mesa, las piedras y el estilo, y dije: Veo unas tablillas de piedra, y su tono es de un azul tan puro como el cielo. Y veo un estilo como nunca antes había visto, su cuerpo no parece de caña, y su punta tiene la forma de una garra de águila. 

Y la voz dijo: Son éstas las tablillas sobre las cuales inscribirás mis palabras. Por expreso deseo mío, se han tallado del más fino lapislázuli, cada una de ellas con dos caras lisas. Y el estilo que ves es la obra de un dios, el cuerpo está hecho de electro y la punta de cristal divino. Se adaptará firmemente a tu mano, y te será tan fácil grabar con él como marcar sobre arcilla húmeda. En dos columnas inscribirás la cara frontal, en dos columnas inscribirás el dorso de cada tablilla de piedra. ¡No te desvíes de mis palabras y mis declaraciones! 

Y hubo una pausa, y yo toqué una de las piedras, y sentí su superficie como una piel lisa, suave al tacto. Y tomé el estilo sagrado, y lo sentí como una pluma en mi mano. 

Y, después, el gran dios Enki comenzó a hablar, y yo empecé a escribir sus palabras, exactamente como las decía. A veces, su voz era fuerte; a veces, casi un susurro. A veces, había gozo u orgullo en su voz; a veces, dolor o angustia. Y cuando una tablilla quedaba inscrita en todas sus caras, tomaba otra para continuar. 

Y cuando fueron dichas las últimas palabras, el gran dios se detuvo, y pude escuchar un gran suspiro. Y dijo: Endubsar, mi sirviente, durante cuarenta días y cuarenta noches has anotado fielmente mis palabras. Tu trabajo aquí ha terminado. Ahora, toma otra tablilla, y en ella escribirás tu propia atestación; y al final de ella, como testigo, márcala con tu sello; y toma la tablilla y ponla junto con las otras en el cofre divino; pues, en el momento designado, los escogidos vendrán hasta aquí y encontrarán el cofre y las tablillas, y sabrán todo lo que yo te he dictado a ti; y que el relato veraz de los Principios, los Tiempos Previos, los Tiempos de Antaño y la Gran Calamidad será conocido en lo sucesivo como Las Palabras del Señor Enki. Y habrá un Libro de Testimonios del pasado, y un Libro de dicciones del futuro, pues el futuro en el pasado se halla, y lo primero también será lo último. 

Y hubo una pausa, y tomé las tablillas y las puse una a una en el orden correcto dentro del cofre. Y el cofre estaba hecho de madera de acacia con incrustaciones de oro en el exterior. 

Y la voz de mi señor dijo: Ahora, cierra la tapa del cofre y fija el cierre. E hice como se me indicó. 

Y hubo otra pausa, y mi señor Enki dijo: Y en cuanto a ti, Endubsar, con un gran dios has hablado y, aunque no me has visto, en mi presencia has estado. Por tanto, estás bendecido, y serás mi portavoz ante el pueblo. Los amonestarás para que sean justos, pues en ello estriba una buena y larga vida. Y los confortarás, pues en el plazo de setenta años se reconstruirán las ciudades y las cosechas volverán a crecer. Habrá paz, pero también habrá guerras. Nuevas naciones se harán poderosas, reinos se elevarán y caerán. Los dioses de antaño se apartarán, y nuevos dioses decretarán los hados. Pero al final de los días prevalecerá el destino, y ese futuro se predice en mis palabras acerca del pasado. De todo ello, Endubsar, a la gente le hablarás. 

Y hubo una pausa y un silencio. Y yo, Endubsar, me postré en el suelo y dije: Pero, ¿cómo sabré qué decir?
Y la voz del señor Enki dijo: Habrá señales en los cielos, y las palabras que tengas que pronunciar vendrán a ti en sueños y en visiones. Y, después de ti, habrá otros profetas escogidos. Y al final, habrá una Nueva Tierra y un Nuevo Cielo, y ya no habrá más necesidad de profetas.

Y, entonces, se hizo el silencio, y las auras se extinguieron, y el espíritu me dejó. Y cuando recobré los sentidos, estaba en los campos de los alrededores de Eridú.

http://conspiracionesynoticiasactuales.blogspot.com.es/2014/03/el-libro-perdido-de-enki.html

domi Estrategias de manipulación Las estrategias y las técnicas de los Amos del Mundo para la manipulación de la opinión publica y de la sociedad…

El elemento primordial del control social, es la estrategia de la distracción consistente en desviar la atención del público de los problemas importantes y de las mutaciones decididas por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación continua de distracciones y de informaciones insignificantes.

La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al publico de interesarse a conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y de la cybernética.

«Mantener la atención del publico distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener el publico ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja con los otros animales.» (cita del texto «Armas silenciosas para guerras tranquilas«)

2  Crear problemas, después ofrecer soluciones
Este método es también denominado «problema-reacción-solución». Se crea primero un problema, una «situación» previsto para suscitar una cierta reacción del publico, a fin que este sea el demandante de medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desarrolle o intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad o policíacas en detrimento de la libertad. O también: crear una crisis economica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios publicos.

 

3  La strategia de la degradación
Para hacer aceptar una medida inaceptable, es suficiente aplicar progresivamente, en «degradado», sobre una duración de 10 años. Es de esa manera que condiciones socio-económicas radicalmente nuevas han sido impuestas durante los años 1980 a 1990. Desempleo masivo, precariedad, flexibilidad, relocalización, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que habrían provocado una revolución si hubieran sido aplicados bruscamente.

 

4  La estrategia del diferido
Una otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es de presentarla como «dolorosa pero necesaria», obteniendo el acuerdo del publico en el momento para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero por que el esfuerzo no es desplegado inmediatamente. Enseguida por que el publico, la gente, tiene siempre tendencia a esperar ingenuamente que «todo irá mejor mañana» y que el sacrificio demandado podrá ser evitado. En fin, esto deja mas tiempo al publico para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarlo con resignación cuando llegue el momento.

Ejemplo reciente: el pasaje hacia el Euro y la perdida de soberanía monetaria y económica han sido aceptados por los países Europeos en 1994-1995 para una aplicación en el 2001. Otro ejemplo: los acuerdos multilaterales del ALCA (o FTAA) que los Estados Unidos han impuesto en el 2001 a los países de todo el continente americano (Centro y Sudamérica) a pesar de sus reticencias, concediendo una aplicación y vigencia diferida para el 2005.

 

5  Dirigirse al público como a niños de baja edad
La mayoria de los spots de publicidad dirigida al gran publico utiliza un discurso, argumentos, personajes, y un tono particularmente infantil, muchas veces proximo a lo débil, como si el espectador fuera un nino de baja edad o un deficiente mental. Cuanto mas se intente buscar enganar al espectador u oyente, mas se tiende a adoptar un tono infantilizante.

Porque?

Si se dirige a una persona como si tuviera la edad de 12 años entonces, en razón de la sugestibilidad, ella tendrá, con cierta probabilidad, una respuesta o reacción también desprovista de sentido critico al igual que una persona de 12 años.»  (cf. «Armas silenciosas para guerras tranquilas«)

 

 

6  Utilizar el aspecto emocional más que a la reflexión
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para hacer corto circuito al análisis racional, y por ende al sentido critico de los individuos. Además, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o insertar ideas, deseos, miedos o temores, pulsiones, o inducir comportamientos…
7  Mantener al publico en la ignorancia y la idiotez
Hacer de forma que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.

«La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre o mediocre posible, de forma que la brecha de la ignorancia que aísla las clases inferiores de las clases sociales superiores sea y permanezcan incomprensible para las clases sociales inferiores.»
(cf. «Armas silenciosas para guerras tranquilas«)

 

8  Promover al público a complacerse en la mediocridad
Promover al publico a encontrar «cool» (bien) el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

 

9  Reemplazar la revuelta por la culpabilidad

Hacer creer al individuo que el solo es responsable de su desgracia, a causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en vez de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto-devalúa y culpabiliza, lo que genera un estado depresivo del cual uno de sus efectos es la inhibición de la acción. Y sin acción, no hay revolución!…
 

10  Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una brecha creciente entre los conocimientos del publico y aquellas poseídas y utilizadas por las elites dirigentes. Gracias a la biología, la neurobiología, y la psicología aplicada, el «sistema» ha logrado a un conocimiento avanzado del ser humano, a la vez físicamente y psicológicamente. El sistema ha alcanzado a conocer mejor el individuo común de lo que él mismo conoce de sí. Esto significa que en la mayoría de los casos, el sistema posee un más gran control y un más gran poder sobre los individuos que los individuos ellos-mismos.

http://www.syti.net/ES/Manipulations.html

Los Mundos Paralelos

¿Hay otro usted leyendo este artículo en este momento exacto en un universo paralelo?

 

El Dr. Brian Greene, autor de La Realidad Oculta – Universos paralelos y las profundas leyes del cosmos, cree que puede existir esta monstruosa peculiaridad de la naturaleza, y discute sus posibilidades increíbles en esta entrevista de TV de 3 minutos:

http://bcove.me/2ihb8h4s

Un número creciente de cosmólogos están de acuerdo con Greene de que no somos más que uno de muchos universos y al menos uno de estos otros mundos se encuentra cerca del nuestro, tal vez sólo a un milímetro de distancia.

No podemos ver este mundo, porque existe en un tipo de espacio diferente de las cuatro dimensiones de nuestra realidad cotidiana. Seguir leyendo Los Mundos Paralelos

vania El Extraño Ser del Monte San Pedro

Cecil Mayne y Frank Carr, un buen día decidieron salir a efectuar una serie de prospecciones a ciertas montañas en Wyoming. Esto se produjo en octubre de 1.932. Salieron con la esperanza de encontrar oro a través de algunas rocas situadas en el Monte San Pedro. Después de varias horas de escalada, encontraron una zona donde pusieron una carga de dinamita. La carga abrió una gran oquedad en la roca, aislada del mundo exterior, en la que al internarse descubrieron una de las momias más extrañas jamás descubiertas.

La momia estaba sentada en posición de piernas cruzadas. Medía solo 18 cm de alto y la figura, estando de alto, como máximo hubiera tenido 36 cm. El peso de aquella momia era de unos 350 gramos y tenía una cabeza muy extraña. No se parecía a una cabeza humana, pero con el tiempo la radiografiaron y descubrieron que la momia tenía huesos similares a los de un ser humano en miniatura.

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Distintas vistas de ser

Hubo muchos debates sobre la edad que pudo haber tenido aquel ser cuando fue momificado. Algunos decían que se trataba de un niño que sufría alguna forma de encefalitis y parecía un adulto debido a sus deformidades faciales. Sin embargo, las vértebras y los dientes correspondían a los de un adulto de por lo menos 65 años de edad. Esto despertó una gran especulación sobre el origen de la momia.

Según el folklore mesoamericano, las antiguas tribus nativas de los Arapaho, Sioux, Cheyenne y Crow hablaban en sus antiguas leyendas sobre la existencia de la que llamaban “gente pequeña”, que decían tener de unos veinte centímetros a medio metro de altura como mucho. Algunas tribus los conocían como “los pequeños comedores”, en otros se decían que eran espíritus curanderos, similares a los duendes y las hadas.

SnaPedroMonte San Pedro (Wyoming)

En cualquier caso, estas leyendas eran bien conocidas entre los indios mucho antes que los europeos pisaran tierras norteamericanas. Para los Shoshone, indios de Wyoming, esta pequeña raza de personas se conocían con el nombre de “Nimerigar” y sus leyendas hablaban que esta gente pequeña solían atacar con pequeños arcos y flechas envenenadas.

momiaLa existencia de esta raza nunca fue verificada y su ubicación tampoco llegó a determinarse, pero lo cierto es que durante los últimos años la momia pasó por varias manos hasta que su último propietario murió en la década de los años ochenta, en la que se pierde totalmente la pista de dicha momia, desapareciendo totalmente.

Otros esqueletos de este tipo fueron encontrados en el área de Cochocton, en Ohio, en lo que parecía un cementerio en el que existían numerosos restos de esta raza enana. Y en 1876, otro antiguo cementerio en Coffee, Tennessee, se documentó haberse descubierto una ubicación de seis hectáreas que contenían los restos de miles y miles de personas enanas como la momia del Monte San Pedro.

http://www.mundodesconocido.es/el-extrano-ser-del-monte-san-pedro.html

vania Citas de M·TVLLIVS·CICERO Marco Tulio Cicerón, fallecido hace 2057 años.

Marco Tulio Cicerón (n. Arpino; 3 de enero de 106 a. C. – m. Formia; 7 de diciembre de 43 a. C.) fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano.
«La vida de los muertos está en la memoria de los vivos».
 
Es considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa en latín de la República romana.

Aparta un amor viejo con un amor nuevo, como un clavo saca otro clavo.

Donde quiera que se esté bien, allí está la patria.

El cultivo de la memoria es tan necesario como el alimento para el cuerpo.

El estudio y la contemplación de la naturaleza es el natural alimento de la inteligencia y del corazón.

El hombre condena cuando no entiende.

El hombre no tiene enemigo peor que él mismo.

Es bueno acostumbrarse a la fatiga y a la carrera, pero no hay que forzar la marcha.

Existe, de hecho, jueces, una ley no escrita, sino innata, la cual no hemos aprendido, heredado, leído, sino que de la misma naturaleza la hemos tomado, exprimido, apurado, ley para la que no hemos sido educados, sino hechos; y en la que no hemos sido instruidos, sino empapados.

Ley innata de la legítima defensa, el texto original en latín: «Est enim ivdices haec non scripta sed nata lex qvam non didicimvs accepimvs legimvs vervm ex natvra ipsa arripivimus havsimvs expressimvs ad qvam non docti sed facti non institvti sed imbvti.»

Hay enfermedades del alma más perniciosas que las del cuerpo.

Hay que comer y beber con tal moderación, que nuestras fuerzas se restauren y no se recargue.

La Historia es la vida de la memoria, la maestra de la vida.

La gratitud no es solo la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás.

La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.

Las enemistades ocultas y silenciosas, son peores que las abiertas y declaradas.

Las leyes se acallan con las armas.

Las raíces del estudio son amargas; los frutos, dulces.

Nadie debe obedecer a aquel que no merece mandar.

http://es.wikiquote.org/wiki/Cicer%C3%B3n

 

Siempre hay que volver a Empezar

Cada etapa de la vida está marcada por sus propios tiempos, en los que nos encontramos con necesidades, responsabilidades y compromisos. Y esos tiempos cada ser humano es quien los marca, ya que nadie mejor que uno mismo, es consciente de cuando acaba cada etapa de su vida en la que está inmerso.
Y siempre hay que hacer frente a una misma decisión cuando llega ese momento…..”Saber cuándo hay que pasar página o cerrar el libro”
En la época de nuestra vida que iniciamos muchas actividades, implica de alguna manera, ordenar y planificar el propio tiempo para que pueda ser mejor aprovechado en lo material, emocional y espiritual.
Volver a empezar requiere entonces, de una nueva mirada sobre la vida y las tareas de cada uno, porque sin duda, se necesitará del trabajo y la constancia de siempre, pero también se hace necesario aportar algo nuevo que renueve y dinamice al ser.
Abrirse a lo nuevo
Sería importante poder organizar y planificar el tiempo de cada uno de manera que se pueda atender a los distintos ámbitos: laboral, de estudio, recreativo, de proyección social y solidaria para con los demás, es decir, reordenar de alguna forma, la escala de valores, de necesidades y tareas, a fin de responder responsablemente con todo, pero sin descuidar aquellas actividades que significan un compromiso espiritual para con otros seres y para con uno mismo.
Se hace urgente para el ser humano con conciencia espiritual, que comprende la trascendencia de sus actos, sus palabras, la fuerza poderosa de sus sentimientos y pensamientos, dedicar un tiempo, un espacio, un sentimiento, proyectado al bien de los demás.
Porque sabido es que las cosas materiales fluctúan, que el tiempo pasa y las etapas de la vida llegan para todos, los tiempos cambian, los sueños a veces se desvanecen, pero lo que es realmente trascendente para el ser, no se pierde ni diluye. Por el contrario, aquello que enaltece su espíritu y lo hace realmente feliz, es todo lo que se nutre con el afecto, la solidaridad, el cariño, todas expresiones del sentimiento más puro que anida en el ser humano: EL AMOR Comenzar una nueva etapa puede implicar entonces el desafío de animarse a vivir también para otros seres, por otros ideales, comenzando aunque sea por pequeñas acciones y atenciones.
Alzar la mirada y contemplar la vida de tantas personas que necesitan algún tipo de ayuda, de consuelo, de abrazo, puede permitirnos abrir los corazones y vibrar juntos comprendiendo que todos somos seres en evolución, y que algunos tienen más responsabilidad y compromiso espiritual que otros para colaborar y ayudar.
Seguramente éste puede ser un camino que permita andar por la vida con mayor tranquilidad de conciencia, con más serenidad y alegría, y que nos posibilite también aprender y enseñar, encontrar respuestas a algunos interrogantes o bien, aceptar con conformidad las circunstancias que nos tocan.
Conflicto interior
Como expresa Elisabeth Kübler-Ross en “Lecciones de vida”: “De un modo consciente o inconsciente, todos buscamos respuestas e intentamos aprender las lecciones de la vida. Luchamos contra el miedo y el sentimiento de culpabilidad y buscamos el sentido de la vida, el amor, y el poder. Intentamos comprender el miedo, la pérdida y el tiempo, y descubrir quiénes somos y cómo podemos ser realmente felices. A veces buscamos estas cosas en el rostro de nuestros seres queridos, la religión, Dios o en otros lugares. Sin embargo, con demasiada frecuencia las buscamos en el dinero, la posición social, el trabajo “perfecto” o en cosas parecidas, y al final descubrimos que no sólo no hallamos el significado que buscábamos, sino que encima nos hacen infelices. Si seguimos esos falsos caminos sin un conocimiento profundo de su significado, nos sentiremos inevitablemente vacíos y creeremos que la vida tiene poco o ningún sentido y que el amor y la felicidad no son más que ilusiones”.
Sin duda cada uno tiene que aprender sus propias lecciones, nadie puede decirnos cuáles son y poder descubrirlas es parte del desafío que la vida nos presenta.

Importante es saber que nunca estamos solos en ese descubrimiento, que siempre hay alguien que física o espiritualmente nos apoya, y que gracias al amor, al esfuerzo, la voluntad y el cariño de los seres podemos hacer cosas, comprometernos, aprender, equivocarnos, pero siempre pase lo que pase tendremos la oportunidad de volver a empezar.
Esa famosa frase que dice…..”Nunca es tarde para empezar” es muy cierta ya que la vida es eterna y continuada y en numerosas ocasiones aun no siendo conscientes de ello empezamos cosas en una vida, que luego acabamos en otra.

http://senderodelmago.blogspot.com.es/2014/08/siempre-hay-que-volver-empezar.html

domi La memoria del trauma

Recuerda, A. Hitchcock, 1945

 

Algunas personas, incluso las que realizan una terapia,  no recuerdan ningún «trauma» significativo entre los 0 y 13 años de su vida. Esto puede significar varias cosas. Puede ser que, en efecto, no existan tales traumas. Puede suceder que sí existan pero estén profundamente escindidos y reprimidos, es decir, lejos del alcance de la conciencia (lo llamamos «olvido»). O puede que el sujeto tenga buena memoria pero no considere especialmente traumáticos muchos sucesos que, de hecho, sí lo fueron. En este último caso, lo «olvidado» no son los sucesos en sí, sino los afectos(desamparo, tristeza, ira, miedo, celos, envidia…) asociados a aquéllos; es decir, las emociones que sufrió y/o reprimió en su día, y que sigue bloqueando hoy,  sin atreverse a vivirlas y eventualmente superarlas. Por eso padece síntomas. Éstos, obviamente, no se reducirán hasta que el pasado acontecido y los sentimientos implicados vuelvan a «reconectarse» en el alma de la persona.

El pánico biológico a sufrir nos hace olvidar incluso los traumas más atroces y reiterados. Nuestros mecanismos de defensa son eficientes. Por eso, igual que cuando sufrimos un accidente de tráfico nuestro siguiente recuerdo suele ser ya en el hospital, nuestras defensas psíquicas borran automáticamente de nuestra conciencia -pero sólo de la conciencia- todo lo insoportable. Y no sólo lo doloroso, sino también todo lo que es anodino, vacío, aburrido, insignificante… que, por cierto, también suele ser traumatógeno. Desgraciadamente, como estas defensas son eficaces pero no perfectas, no logran ahorrarnos de todos modos un efecto colateral, un precio a pagar -a veces muy alto- a cambio de nuestra anestesia: la neurosis.

Si nuestras defensas automáticas son capaces de suprimir la memoria de los sucesos y/o emociones asociadas más dolorosas, imaginemos con qué facilidad eliminarán también la miríada de pequeños traumas cotidianos que, a largo plazo, también producen efectos neuróticos. De ahí, p. ej., ese típico quitar importancia, callar o exculpar a los padres de toda clase de maltratos «menores» hacia los niños, desde los capones o los gritos hasta las más sutiles ansiedades o conflictos internos de los progenitores. En mi artículo ¿Qué son los traumas infantiles? (de mi recopilaciónInconsciente y Vida) enumeré hasta más de 40 de estos «micromaltratos» traumatizantes, según he ido descubriendo en mis terapias. ¡Y la mayoría de personas hemos sufrido unos u otros!

No siempre es necesario, ni tampoco posible, descubrir «todos» nuestros traumas. Bastará con intentar acceder sólo a los más importantes y sólo cuando es necesario, es decir, cuando el dolor de los síntomas es mayor que el temor de explorar nuestros sentimientos. Por eso, desgraciadamente, suelen ser las personas más atormentadas quienes menos desearán examinar, aunque superficialmente crean lo contrario, sus heridas. Y es perfectamente natural. Como el dolor de sus síntomas es menor que el de su terrible biografía, estas personas preferirán huir sin cesar de sí mismas refugiándose en toda clase de evitaciones, incluida la medicación psiquiátrica.

En suma, todo suceso traumático, grande o pequeño, esporádico o frecuente, olvidado  o no, genera consecuencias. Todo el esfuerzo de la psicoterapia consiste, entonces, en ayudar al consultante no ya sólo a recordar -como en aquella famosa película de Hitchcock- sino, sobre todo, a recuperar sus sentimientos.  Se trata, en definitiva, de descubrir la verdaderaimportancia -ni mayor, ni menor, ni distinta- de los problemas que le tocó sufrir en su infancia, su juventud, su pasado reciente, su vida actual… Sólo cuando logramos reconstruir con un mínimo de objetividad nuestra historia personal podemos liberarnos, aunque sea en parte, de la neurosis.

domi ¿Culpable o responsable?

Responsable es aquel que responde por sus actos, se hace cargo de sus consecuencias y aprende de ellas.

Un consultante me contaba compungido la enorme culpa que sentía acerca de sus hijos.  Continuó con la que tenía con su actual esposa.  Siguió con la que tomaba por las oportunidades desperdiciadas en su trabajo.  Antes de que asumiera las cargas del mundo entero, le pregunté:“¿Y qué estás haciendo con respecto a todo eso?”.  No pudo responderme…

Así es la culpa.  Producto de nuestra herencia judeo-cristiana, termina siendo una actitud pasiva que no le sirve a nadie.  Nos han educado a través de ella desde niños, en la familia primero y en la sociedad después.  Las relaciones son el terreno fértil en que más se utiliza, no solamente por la declaración abierta (“me va doler mucho si no haces…”) sino por medio de tonos de voz, miradas, indirectas, que nos hacen sentir malos, impotentes, manipulados.

Pasa de generación en generación y contribuye a la victimización generalizada.  Es más fácil y cómodo sufrir por la culpa que responder por las consecuencias de nuestra conducta.  Tiene más drama y parece que rinde mejor, aunque termina peor.

La culpa y la responsabilidad son generalmente excluyentes.  Cuanto más prime una, más anula la otra.  Si la culpa no mueve al arrepentimiento y la acción  reparadora es inútil.  ¿Qué significaba “arrepentimiento” inicialmente?   No esa santurrona postura de golpearse el pecho para volver a hacerlo a la menor oportunidad.  Era “cambiar la mente”.  O sea, tomar conciencia de lo que hubiéramos hecho y adquirir una nueva forma de pensar que transforme nuestra vida hacia el mejor potencial que tenemos.  Por lo tanto, no es una condena sino un aprendizaje.

Una vez que hayamos cambiado nuestra mente, podemos plasmarlo en actos nuevos.  Esto involucra responsabilizarnos: responder por nuestras elecciones.  ¡Qué lejos de la victimización pasiva y culposa!  Ahora, podemos ser los creadores de nuestras actitudes y circunstancias.

¿Por qué nos cuesta tanto?  Justamente porque significa tomar decisiones que preferimos dejar encubiertas por el sufrimiento de la culpa.  Sin embargo, lo único que nos dará libertad y bienestar es ser protagonistas de nuestra vida…  y dejar que los otros lo sean de las suyas.  Nos engañamos y lo suplimos (haciéndonos los “buenos” y usando la culpa para ello), tomando a cargo las situaciones de los demás en lugar de ocuparnos de las propias.

Mujer y Mariposas 

 Permitámonos liberar el poder que tenemos para crear vidas comprometidas y plenas.  Es el mejor regalo que nos podemos dar y brindar al otro.  Así, todos nos daremos cuenta de que podemos con las circunstancias que hemos convocado y que son maravillosas oportunidades para ser más fuertes, comprensivos, dichosos, cordiales, creativos, abundantes.

Pasar de sentirse culpable a responsable es un paso duro pero necesario.  Implica perdonar y perdonarnos, resignificar nuestro pasado, visionar un futuro distinto, vivir en el presente, poner claridad en nuestros vínculos, asumir nuestros deseos, respetar el de los demás, creer en la felicidad, dignificar la vida, habitar en un mundo amable, sabernos Hijos de un Dios amoroso.

Autora: Laura Foletto 

http://www.caminosalser.com/i1699-culpable-o-responsable/