Archivo por meses: diciembre 2015

Aida. Porque el Uso de Glifosato en el Trigo Ha Aumentado Radicalmente la Enfermedad Celiaca

Intolerante al Gluten

El uso de glifosato, el ingrediente activo del herbicida Roundup de amplio espectro, ha incrementado dramáticamente en los últimos 15 años, en conjunto con el uso de cultivos transgénicos.

Según la Dra. Stephanie Seneff, científica-investigadora senior en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), el glifosato parece estar fuertemente correlacionado con el aumento de la enfermedad celíaca.

El Dr. Anthony Samsel y la Dra. Seneff produjeron algunas investigaciones fenomenales1 sobre esta relación, las cuales fueron publicadas en diciembre del año pasado. Anteriormente, ella había investigado la relación entre el glifosato y el desarrollo de una amplia gama de enfermedades modernas, como el autismo.

Ella cree que el glifosato podría de hecho actuar como un transportador para el aluminio (un adyuvante de la vacuna común) en el cerebro. También parece transportar el arsénico en los riñones.

El Uso de Roundup Se Correlaciona con el Uso Elevado de Cultivos Transgénicos, y Aumento de las Enfermedades Crónicas

Sus primeros resultados se publicaron en la revista Entropía2 el año pasado, seguido por un segundo documento,3 en donde relacionó al glifosato con la enfermedad celiaca. Nuevamente con la participación del Dr. Samsel.

«Hay una muy fuerte correlación entre el uso de Roundup en el maíz y la soya a través del tiempo y el aumento de todas estas diferentes enfermedades, y la enfermedad celíaca es una de ellas,» dice ella.

«Ciertamente hemos visto una repentina aparición de la enfermedad celíaca en los últimos cinco a 10 años… Ahora usted tiene una variedad creciente de productos alimenticios sin gluten…

Por supuesto, muchas personas son intolerantes al gluten. Pero las personas no están pensando, ‘¿Por qué esto ahora es verdad? Esto no era verdad’… Yo estaba muy desconcertado porque el trigo no es un producto transgénico… el trigo transgénicos  no es un producto que está disponible en el mercado.”

Entonces, ¿qué está pasando? La investigación de la Dra. Seneff revela que cuando se trata de la intolerancia al gluten y la enfermedad celíaca, el problema en realidad no proviene de los productos transgénicos.

Más bien se relaciona con el uso del glifosato justo antes de la cosecha de muchos de los cultivos de trigo no orgánicos, a fin de reducir la cantidad de residuos que tienen que ser eliminados y para obtener una ventaja sobre las malezas durante el próximo año.

El Trigo Tratado con Glifosato Promueve la Enfermedad Celíaca

La enfermedad celíaca es una reacción severa al gluten que afecta principalmente el sistema gastrointestinal. El glifosato ha demostrado dañar gravemente su flora intestinal y causar enfermedades crónicas arraigadas en la disfunción intestinal.

El uso de glifosato en cultivos de trigo ha aumentado a la par con el aumento de la enfermedad celíaca. De hecho, se correlaciona con un mayor grado que el uso de glifosato en el maíz y la soya.

Según la Dra. Seneff, la desecación4 de los cultivos de trigo no orgánicos con glifosato justo antes de la cosecha entró de moda hace unos 15 años. Curiosamente, cuando el trigo es expuesto a un producto químico tóxico como el glifosato, en realidad libera más semillas. «Se convierte en semilla mientras muere,” explicó la Dra. Seneff. «En su último suspiro, libera la semilla.»

Esto da como resultado un rendimiento ligeramente mayor, y el glifosato también mata la hierba de centeno, un problema de malezas importante que tienen que enfrentar los cultivadores de trigo que es resistente a muchos otros herbicidas. Lo que ellos no están tomando en cuenta es el hecho que la hierba de centeno ayuda a reequilibrar el suelo, y desde ese punto de vista es una planta benéfica.

Así que, la mayor parte del suministro de trigo no orgánico ahora está contaminado con glifosato. Un gran porcentaje de los alimentos procesados ​​están hechos de trigo, y esto ayuda a explicar la explosión de la enfermedad celíaca y otras disfunciones del intestino.

Lo que pasa es que las vellosidades en el intestino se destruyen por el glifosato, lo que reduce su capacidad para absorber las vitaminas y minerales. Además, el trigo contiene gliadina, que es difícil de descomponer. Normalmente, se lleva a cabo una reacción que crea conexiones entre diferentes proteínas en el trigo.

Pero el glifosato también es parte de ese proceso, lo que hace que el trigo sea altamente digerible. La Dra. Seneff y su co-investigador, el Dr. Anthony Samsel creen que el glifosato puede unirse a la gliadina, como consecuencia de una reacción química. El resultado final es que el cuerpo desarrolla una reacción inmune. Como se ha indicado en su estudio:5

«La disbiosis intestinal, provocada por la exposición a glifosato, juega un papel crucial en el desarrollo de la enfermedad celíaca. Muchas enzimas CYP están alteradas en relación a la enfermedad celíaca, y nos muestran que el glifosato es conocido por suprimir la actividad de la enzima CYP en las plantas y animales, lo que explica plausiblemente este efecto en los seres humanos.”

El Glifosato Interrumpe las Vías de Sulfato Importantes Implicadas en la Enfermedad Celíaca

El glifosato provoca disbiosis intestinal (una condición de desequilibrio microbiano en los intestinos que puede provocar una inflamación intestinal y un intestino permeable) y un crecimiento excesivo de agentes patógenos.

El azufre, y la vía de azufre, juega en papel importante en la salud óptima, y ​​cuando el intestino se inflama, la capacidad de su cuerpo para transportar el sulfato está deteriorada. Esto es en parte por qué la Dra. Seneff recomienda tomar baños de sulfato de magnesio (sal de Epsom) en lugar de tomar un suplemento de azufre (como por ejemplo el sulfato de Condroitina).

De esta manera, se puede evitar su mucosa intestinal. La vía de azufre también está implicada en la enfermedad celíaca, y esta es la conexión entre la exposición al glifosato y la enfermedad celíaca:

«Hay dos clases de moléculas que transportan el sulfato. Una son los esteroles: colesterol, vitamina D, y todas las hormonas sexuales – estrógenos, testosterona y DHEA. Por otro lado, usted tiene todos los neurotransmisores.

Esta es la dopamina, melatonina, serotonina y adrenalina. Todos estos transportan sulfato. Todos se derivan de esta vía que el glifosato daña,” explica la Dra. Seneff. «El glifosato daña la vía de shikimato, que es una vía biológica en las plantas y en los microbios.

Esa vía produce los precursores de todos los neurotransmisores. Cuando no  puede producir esos precursores… debido al glifosato, usted se hace deficiente.

Esto se relaciona directamente con la enfermedad celíaca, ya que la serotonina está fuertemente implicada a la enfermedad celíaca. De hecho, si tiene triptófano alimentario, tendrá una producción excesiva de serotonina.

En la enfermedad celíaca, estas células son hipersensibles. Ellas toman triptófano y hacen serotonina con él [nota del editor: la mayoría de la serotonina se produce en el intestino, no en su cerebro]. El triptófano es uno de los productos de esta vía que se ve afectada por el glifosato.

Su cuerpo está deseoso por consumir cada pedacito de triptófano que pueda encontrar en los alimentos y convertirlo rápidamente en serotonina… Pero un exceso de serotonina causa diarrea. Así es como se hace una conexión con el comportamiento de la enfermedad celíaca.”

En resumen, la mayoría de la serotonina que se produce en el cuerpo se produce en el intestino en respuesta al triptófano. El trigo es una buena fuente de triptófano, pero cuando el trigo está contaminado con glifosato, las células trabajan a toda marcha y comienzan a producir un exceso de serotonina, lo que a su vez produce muchos de los síntomas comunes de la enfermedad celíaca, como la diarrea.

Comorbilidades de la Enfermedad Celíaca

Según la Dra. Seneff, hay una serie de comorbilidades de la enfermedad celíaca: enfermedades o condiciones que son más comunes en las personas con enfermedad celíaca en comparación con la población normal. Por ejemplo, tienen un mayor riesgo de producir niños con discapacidades y diversos defectos de nacimiento. Un ejemplo es la anencefalia o microcefalia, que es un cerebro perdido o un cerebro pequeño.

Ella señala que este trastorno excepcionalmente raro, anencefalia, se ha hecho cada vez más común en los bebés nacidos en ciertas regiones del estado de Washington. Mientras que este defecto de nacimiento grave normalmente afecta a sólo una persona en toda la población de Estados Unidos cada año, se han registrado unos 20 casos nacidos en el estado de Washington en el transcurso de sólo dos o tres años.

«Se enfocaban en todo menos en el glifosato,» señala. «Ellos no se enfocaban en el glifosato porque lo consideran inofensivo. Están utilizando toneladas de glifosato alrededor de la vía acuática… Ha habido artículos escritos que han demostrado que el glifosato causa la anencefalia en ranas-una clara conexión allí. Incluso yo sé la razón. Es debido al exceso de ácido retinoico, que es bien conocido por causar anencefalia… el glifosato también interrumpe enzimas del citocromo P450 en el hígado; que es una enzima CYP que descompone el ácido retinoico.

Cuando no se puede descomponer… el ácido retinoico se acumula y se convierte en tóxico para el embrión. Esa conexión es muy clara para mí. Y entonces, por supuesto, la enfermedad celíaca es un indicador de la exposición al glifosato. Los pacientes con la enfermedad celiaca también tienen un riesgo muy alto de cáncer. Eso es probablemente la razón por la que mueren prematuramente. Ellos suelen vivir una vida más corta. Creo que su vida se reduce en tres a cinco años.

El cáncer gastrointestinal (GI) y el linfoma no-Hodgkin se encuentran entre las comorbilidades más comunes entre las personas con enfermedad celíaca. Aquí la Dra. Seneff menciona una serie de detalles que relacionan el glifosato con el cáncer y su relación con linfoma no-Hodgkin. Parece claro que si usted tiene cáncer o linfoma no Hodgkin, lo mejor será cambiar a una alimentación completamente orgánica con el fin de evitar cualquier exposición adicional al glifosato.

La Dra. Seneff cree que es importante abordar la deficiencia de sulfato cuando esté sufriendo de una enfermedad crónica, incluyendo el cáncer y linfoma. En su opinión, el consumo de alimentos ricos en azufre forma parte de la solución. El ajo es una muy buena fuente de azufre. El ajo crudo es el más potente. Según la Dra. Seneff, usted no tiene que preocuparse por la transportación de sulfato debido a que la forma de azufre del ajo es muy fácil de transportar. Sus células rojas de la sangre se oxidan con el sulfato, y llega a la sangre como sulforafano. La curcumina es una herramienta más potente para mejorar su estado de azufre, y numerosos estudios han mostrado el potencial anticancerígeno de la curcumina.

El Glifosato Quela los Minerales y Promueve Deficiencias

Asegurarse de obtener suficientes oligoelementos también es importante, ya que el glifosato altera una gran variedad de ellos, incluyendo el manganeso, hierro, cobalto (cobalamina) y molibdeno y cobre, sólo por nombrar unos pocos. Todos estos minerales se ven afectados debido a que el glifosato provoca un mal manejo de ellos en su cuerpo. Quela los minerales en el intestino, por lo que las bacterias del intestino no pueden llegar a ellos. Y sus bacterias intestinales necesitan minerales para funcionar correctamente. Por ejemplo, el Lactobacillus depende de manganeso. Según la Dra. Seneff, estas bacterias tienen un mecanismo inusual para protegerse del daño oxidativo, lo involucra el manganeso. Pero no pueden llegar a ella ya que el manganeso se esconde dentro de la molécula de glifosato…

El cuerpo humano depende de minerales para una amplia variedad de funciones, pero es importante obtener los minerales en una forma biodisponible. No puede tomar un suplemento mineral. Usted necesita obtenerlo a través de su alimentación para que su cuerpo pueda utilizarlo adecuadamente. Por lo tanto, una alimentación orgánica que evite el glifosato es la respuesta. La sal natural, como la sal de mar o sal del Himalaya es también una buena adición a su lista además de comer muchos vegetales.

¿Hay Esperanza para el Futuro?

Hoy en día la industria de la tecnología química controla la mayor parte de nuestras agencias gubernamentales, lo que puede fácilmente dejarnos desesperanzados. ¿Hay alguna esperanza para el futuro?

«Hay esperanza,» dice la Dra. Seneff. «Curiosamente tengo la esperanza a través de China y Rusia. Rusia ha hecho una muy fuerte posición en contra de los transgénicos. Putin ha estado diciendo, ‘Ustedes puede seguir adelante y comer sus alimentos transgénicos, pero nosotros no los queremos.’ Él lo sabe y eso me gusta. Y acabo de regresar de una conferencia en Beijing organizada por el profesor Gu.

Ella trajo a gente de todo el mundo… que están haciendo sonar la alarma sobre los transgénicos y el Roundup. Don Huber estuvo allí, Mae-Wan Ho… Jeffrey Smith… y de Australia, fue Judy Carman, quien estudió los cerdos… China realmente tendrá un impacto si simplemente se niegan a importar soya transgenica. Ellos están encontrando, por cierto, que mientras aumentan las importaciones de soya transgénica  Roundup-Ready… están encontrando enormes aumentos en el autismo, enfermedad de Parkinson, infertilidad, y todas las mismas cosas que estamos viendo aquí.

…Simplemente no entiendo cómo el gobierno de los Estados Unidos se niega a reconocer que estamos básicamente envenenando lentamente y matando a nuestra población. Tendremos un enorme problema de autismo en los próximos 10 o 15 años. Madres, tomen la decisión de alimentar a sus hijos únicamente con alimentos orgánicos–esa es la única manera en que vamos a detenerlo. Tenemos que impulsar el movimiento orgánico… De hecho, una de las personas en esta conferencia fue Zen Honeycutt, fundador de Moms Across America, que es una organización de madres. Su hijo tenía autismo. Ella lo solucionó, alimentándolo con alimentos orgánicos.”

¿Puede Desintoxicar el Glifosato?

Es importante entender que el glifosato no puede ser lavado de los alimentos transgénicos, ya que se incorpora en cada célula de la planta. Y cuando consume alimentos procesados, claramente no puede lavar su contaminación—esa contaminación es parte del producto final. Así que en realidad, la única manera de eliminarlo de su alimentación es evitando los alimentos convencionales y los alimentos procesados ​​y comer la mayor cantidad de alimentos orgánicos como le sea posible. Las normas orgánicas no permiten glifosato. No hay que confundir esto con etiquetas que dicen «natural» o «all natural.» Estos no están regulados, y a menudo son alimentos transgénicos.

Esto es igual o más importante cuando se trata de carne y otros productos de animales, ya que los animales criados en granjas industriales suelen ser alimentados con piensos transgénicos, y el glifosato se bioacumula en los tejidos. ¿Qué pasa con la desintoxicación? Según la Dra. Seneff, han tenido cierto éxito desintoxicando a animales del glifosato dándole carbón vegetal y humus (materia orgánica oscura en el suelo). El problema, de nuevo, es que el glifosato se bioacumula en todo su cuerpo, y que puede ser difícil de eliminar. Tampoco está claro qué tan efectivo es para los humanos tomar carbón.

En resumen, es mucho más difícil revertir el daño una vez causado, así que la respuesta es evitar el glifosato desde el principio, sobre todo en la alimentación de sus hijos. La única manera de hacerlo en este momento es comprando alimentos certificados orgánicos, o alimentos de un agricultor local que sepa que no utiliza glifosato u otros productos químicos sintéticos. Tal vez la mejor alternativa es cultivar sus propios alimentos. «Creo que se disparará el consumo de alimentos orgánicos una vez que todo el mundo despierte» dice la Dra. Seneff. «Si usted no los cultiva y no tiene acceso, entonces es algo muy difícil.»

Tome Control de su Salud – Elija Inteligentemente sus Alimentos

Según la Dra. Seneff, una serie de revelaciones aterradoras sobre alimentos transgénicos se mencionaron durante la conferencia en Beijing, que no tuvimos tiempo para repasar en esta entrevista. Pero es evidente que, además de los peligros potenciales asociados a los alimentos transgénicos—que incluye alergenicidad elevada—el tema de la contaminación por glifosato es uno muy importante. Parece desempeñar un papel fundamental no sólo en la enfermedad celíaca, sino también en el autismo, el Alzheimer y el cáncer. De hecho, el trabajo de la Dra. Seneff sugiere que puede jugar un papel en la mayoría de las enfermedades crónicas.

«Hay muchas, muchas razones para evitar estos alimentos procesados ​​que nuestro gobierno nos invita a comer,» diceella.“Tomar la completa posesión de los alimentos al cultivarlos por nosotros mismos es lo más especial que puede hacer, no sólo para usted sino para la humanidad y para la tierra misma. Todas las personas que participan contribuyen con los alimentos cultivados saludablemente en el desarrollo de un suelo sano que es tan importante para nuestra salvación futura, ya que si no hacemos esta rápida transición, terminaremos con un país lleno de personas enfermas… vamos a pasar todo nuestro tiempo y gastando nuestro dinero cuidando a enfermos y necesitados. Nosotros no vamos a ser capaces de hacer nada.

Tenemos que actuar con rapidez y hacernos saludables comiendo alimentos sanos y esforzarnos por cocinar y por cultivar nuestros propios alimentos. Compre orgánicos.Apoye a los agricultores orgánicos.No se preocupe por el hecho de que le están costando un poco más estos alimentos, ya que a largo plazo le ahorraran una cantidad enorme de atención médica.Se pagaran totalmente por sí mismos.Si la gente puede entrar en este modo de pensar, podemos cambiar este sistema. No necesitamos que el gobierno actúe.”

Recientemente nombré a la GMA «la corporación más malvada en el planeta,» teniendo en cuenta el hecho de que esta principalmente formada por productores de plaguicidas y fabricantes de comida chatarra que están dispuestos a violar algunos de sus derechos más básicos, sólo para garantizar que sus alimentos chatarra subsidiados, transgénicos y dependientes de químicos, mantengan su status quo.

La locura se ha ido demasiado lejos. Es hora de unirse y luchar de nuevo, por esa razón lo invito a boicotear cada producto propiedad de los miembros de la GMA, incluyendo marcas naturales y orgánicas. Para conocer más sobre este boicot y las marcas traidoras que se incluyen, por favor visite TheBoycottList.org. También lo invito a donar al Organic Consumers Fund. Su donación ayudará a luchar contra la demanda de GMA en Vermont, y también ayudara a ganar la iniciativa de ley del etiquetado de organismos transgénicos en Oregón en noviembre.

Vote con su bolsillo, cada comida que compre hace una diferencia enorme. Al boicotear las marcas traidoras que son parte de GMA, puede ayudar a nivelar el campo de juego, y ayudar a recuperar el control de nuestro suministro alimenticio. Y como siempre, continúe educándose sobre los alimentos transgénicos y comparta sus conocimientos con su familia y amigos.

Por el Dr. Mercola

Mercola.com

Aida. El mensaje cabalístico de Rembrandt. Claves ocultas en obras artísticas.

En ocasiones, las claves ocultas de las obras de arte se encuentran ante nuestros ojos, en los museos más importantes del mundo. Ese es el caso de uno de los lienzos de Rembrandt, pues el genial artista holandés dejó un mensaje críptico, relacionado con la cábala judía, en una de sus pinturas más famosas.
                     ‘El festín de Baltasar’, de Rembrandt | Crédito: Wikipedia.
La pintura en cuestión es ‘El festín de Baltasar’, realizada en torno a 1638 y que hoy se conserva en la National Gallery de Londres. El cuadro representa un pasaje del ‘Libro de Daniel’ en el que se cuenta cómo el rey Baltasar de Babilonia celebró un fastuoso banquete en el que cometió la ofensa de no honrar al verdadero Dios.
      Detalle de la inscripción sobrenatural en hebreo | Crédito: Wikipedia.
En mitad de la fiesta se produjo un hecho sobrenatural, la aparición de una mano fantasmal que dibujó en el aire una extraña inscripción en hebreo (con las palabras ‘Mené Mené Teqel Parsin’), que sólo el profeta Daniel pudo interpretar, y que no era más que el anuncio de la muerte de Baltasar.
En su pintura, Rembrandt retrató el momento justo de la aparición, en el que la mano traza las letras mágicas en hebreo, mientras Baltasar y el resto de comensales asisten asustados a la escena. Pero, ¿por qué escogió el pintor holandés este tema? .
Hoy los historiadores del arte no tienen ninguna duda de que tanto el tema como la inscripción se deben a la amistad que el artista tenía con el sabio y cabalista judío Samuel Manasés ben Israel, vecino suyo.
Uno de los grabados de Rembrandt en el libro ‘Piedra Gloriosa’ | Crédito: Biblioteca Nacional
Rembrandt no sólo había realizado un retrato de Manasés, sino que también ilustró su libro ‘Piedra Gloriosa’ con cuatro grabados. Hoy sabemos que Manasés había escrito un libro que analizaba precisamente la inscripción sobrenatural mencionada en la Biblia, y en dicho trabajo explicaba que había que leerla de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda, y no de forma horizontal y de derecha a izquierda, como es habitual en la lengua hebrea.
Eso explicaba, según Manasés, que los sabios babilónicos de Baltasar no hubieran sabido interpretar la inscripción y advertir el aviso de muerte contra su monarca.
fuente/es.noticias.yahoo.com

Adriana – Paradojas de nuestro mundo interior

PapaNoel+Reno

mundo-interior
Desde el desarrollo por parte de nuestra especie del Neocórtex (o capa cerebral más “moderna”) los humanos fuimos conscientes de que podíamos pensar, y comenzamos a hacernos preguntas para tratar de darle respuesta y comprender todo aquello que no solamente ocurría fuera de nosotros, sino también en nuestro interior y de como se relacionaban entre sí ambos “mundos”.
Tratar de comprendernos a nosotros mismos es, por lo tanto, una tarea inherente al ser humano; algo que constantemente estamos haciendo para mejorar y para sentirnos más en equilibrio y seguros con nosotros mismos y con nuestro entorno (supongo que éste es, en gran parte, uno de los aspectos de nuestro éxito evolutivo como especie).
Pero curiosamente, la misma lógica que hemos aprendido y desarrollado durante nuestra evolución para tratar de comprender las situaciones exteriores, es la que queremos utilizar para entender lo que nos pasa por la mente, nuestros procesos internos de pensamiento.
El tema que últimamente ha estado rondando mi neocórtex es el de las paradojas que aparentemente se dan al emplear en nuestro mundo psicológico (mundo interno) herramientas de actuación que nos sirven en el día a día para afrontar las situaciones en nuestro entorno (mundo exterior)
Es bueno tener este tema presente al disponernos a recorrer nuestro camino de crecimiento personal, para que cuando detectemos alguna de estas paradojas o contradicciones sepamos que no es que hayamos caído en un error, sino que realmente es así como funciona nuestro cuerpo a nivel interno, a nivel cerebral, que es de esta manera como nuestra mente se regula.
Es este mundo interior (el del pensamiento y del análisis mental) un cosmos con sus propias leyes y reglas, que en muchos casos nos pueden parecer contradictorias si las OBSERVAMOS y JUZGAMOS desde nuestra perspectiva exterior, pero es que en nuestro mundo interior, esa es la lógica que impera.
A continuación expongo algunos ejemplos de estos aparentemente “contrasentidos o paradojas” que he ido viendo en mi proceso de introspección y que resultan cuanto menos curiosos y yo diría que hasta divertidos en algunos casos.
Cuanto más aprendo de mí mismo, mejor me relacionaré con los demás: cuanta mayor introspección llego a tener, cuanto más profundizo en mis propios mecanismos internos y más sano en mí mis heridas… con mayor plenitud puedo relacionarme con los demás… y lo que es más importante, mi empatía aumenta. La paradoja estriba en que pudiera parecer lo contrario, que retirarte a tu propio mundo fuera a separarte o a “desconectarte” de los demás, como si estuviéramos cada uno en una cápsula de vacío, pero no es así, ya que sólo lo que llego a ver en mí puedo verlo en los demás. Nadie que no se relacione plenamente consigo mismo (con aceptación incondicional de su persona, sin juicios ni mandatos) puede hacerlo realmente con otros. Los demás se sentirán comprendidos por mí solamente si yo me comprendí a mi mismo primero.Una conclusión interesante es que cuando, al haber aprendido a verme a mi mismo, aprendo a ver a los demás y detecto comportamientos que usan otras personas y que me son tóxicos, puedo entonces protegerme de dichos comportamientos.
Sólo cuando me acepto como soy, puedo cambiar: En el exterior, para cambiar algo, tendemos a actuar, a realizar una acción. Si queremos, por ejemplo, enderezar un poste torcido, tiramos o empujamos de tal forma que llega éste a ceder hasta ponerse en la posición que deseamos. Paradójicamente en la mente es al revés… para que el poste “mental” pueda situarse en la posición deseada, hay que aceptar y estar en paz con el poste, y sobre todo dejarlo estar torcido, sin rencores, sin minusvalorarlo, sin insultos, con amor y comprensión de su estado actual y de las razones por las que se mantuvo en esa posición hasta ahora, de esta forma aparentemente tan sorprendente llegará a situarse en equilibrio por sí solo.
Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma: Déjale estar y durará menos tu malestar emocional. La paradoja estriba en que en el mundo exterior, sentimos que si toleramos un comportamiento o acción hacia nosotros, si lo dejamos estar, nos veremos esclavizados, ninguneados y maltratado por dicha persona o grupo que la realiza ya que fue algo que permitimos. Pero en nuestra mente, es justamente al contrario, la agresividad, la negación, los juicios la violencia no hacen más que dar más poder a los comportamientos o aspectos de nuestra personalidad que tratamos precisamente de controlar o erradicar de esta manera tan poco adaptativa.
No puedo amar ni disfrutar realmente de algo o alguien si tengo la necesidad de eso. Cuando nos enfocamos en poseer algo, aparecerá el miedo en nuestra mente, el apego que sentimos por esa cosa, esa persona o esa situación … se volverá en pánico ante la posibilidad de perderla. Muchas veces se puede confundir el desapego por parte de alguna gente como muestra de frialdad o falta de compromiso, pero es justo al contrario, dejar el miedo a perder algo es poder RELACIONARTE PLENAMENTE con todo eso, es recuperar tu capacidad de amar y de disfrutar plenamente esa situación o de esa persona, sin ansiedad ni estrés.
La próxima vez que te enfades contigo por pensar que deberías ser de otra manera o que eres de una forma que no te gusta o piensas que no te hace bien, …la próxima vez que te encuentres deseando algo fervientemente y asiéndote a ello de forma adictiva y concediéndole el poder de hacerte feliz o infeliz… recuerda este artículo.

HABILIDAD EMOCIONAL.
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El misterio de los animales que escogen no aparearse aunque pueden

Melissa Hogenboom, BBC Earth

¿Por qué animales con reproducción sexual escogen en muchas circunstancias no aparearse para concebir sus crías?

Éste es uno de los fenómenos que intriga a los científicos.

Muchas especies de animales se reproducen sin necesidad de aparearse, pero los científicos están cada vez más convencidos de que otros tantos no siempre se aparean, aún cuando pueden.

En el 2015, se descubrieron 4 nuevos casos de especies que encajan en esta modalidad.

Todos ellos refuerzan lo que ya sospechaban algunos científicos: que aún en especies que se reproducen sexualmente, muchos animales tienen la capacidad de reproducirse sin aparearse y lo han estado haciendo por mucho tiempo.

BBC Mundo te explica cuáles son estas especies y por qué importan.

Insectos palo

Los gigantescos insectos palo y los llamados insectos corteza, ambos de Australia,se aparean cuando les apetece y han encontrado formas de repeler a los machos para tener a sus crías sin la interferencia del sexo opuesto.

En un estudio que publicó en marzo la revista Conducta Animal, científicos australianos explicaron por qué las hembras de estas especies optan por la reproducción asexual.

No se trata, según ellos, de la ausencia de machos o de que que hay mucho menos machos en esta especie, como ocurre con la partenogénesis, o las especies con reproducción asexual.

Los científicos plantean que la razón es que el apareamiento tiene un alto costo para las hembras y por eso prefieren hacerlo solas siempre que puedan.

Esta serpiente pitón tuvo seis crías saludables concebidas sin un macho.

En el caso de los gigantes insectos corteza –llamados así porque tienen protuberancias que funcionan como espinas– llegan hasta el punto de pelear contra los machos para repelerlos.

Primero emiten una sustancia química antiafrodisíaca pare evitar tentar al sexo opuesto.

Si el macho insiste, la hembra enrosca el abdomen y patea para repelerlo.

«Y ya que las hembras que empiezan a reproducirse por partenogénesis no son atractivas para los machos, éstas tienen la oportunidad de continuar reproduciéndose vía asexual«, señaló el estudio.

Todas las crías que así se conciben son hembras. De manera que si continúan por esta vía, el macho de esta especie de insectos podrían desaparecer completamente.

Por el momento, los machos tienen una posibilidad de sobrevivir. «En la mayoría de los casos, éstos ganan las peleas contra las hembras… pese a la resistencia de éstas».

Esto ayuda a explicar por qué la reproducción asexual continúa siendo rara, aún en especies que tienen capacidad para ello.

En estas especies, los machos literalmente fuerzan a las hembras a aparearse.

Serpientes

Por mucho tiempo se pensó que serpientes como éstas sólo concebían asexualmente en cautividad.

La reproducción asexual ha sido documentada en varias especies de serpientes en cautiverio, pero siempre se pensó que las hembras sólo hacían esto cuando no había machos alrededor.

Eso cambió en 2012, cuando el investigador Warren Booth de la Universidad de Tulsa, en Oklahoma (Estados Unidos), descubrió que dos camadas de víboras silvestres habían sido concebidas por partenogénesis.

Esta fue la primera vez que esta conducta fue observada en serpientes salvajes, que se supone tienen acceso a machos.

Este año, otro equipo de científicos de la Universidad de Indiana, también en EE.UU., encontró otro caso de un nacimiento por vía asexual de otra víbora salvaje, pero en esta instancia las crías no sobrevivieron.

Una hembra que concibió por medios asexuales tuvo una cría muerta y otras cuatro que aún no habían terminado de formarse.

No se sabe con certeza por qué sucedió esto, pero los científicos señalan que este caso es revelador.

Según Mark Jordan, quien lideró este último estudio, esto demuestra que este tipo de reproducción no es ideal.

«Estas serpientes son en parte clones de sus madres, de manera que son altamente endogámicas. La partenogénesis está muy vinculada a alta mortalidad y a poco desarrollo», explicó el científico.

No obstante, señaló Jordan, la reproducción por esta vía ha sido por mucho tiempo una parte fundamental de la biología de esta especie.

«Es algo que hacen periódicamente en situaciones en las que no hay machos con quien aparearse, cuando la población es baja o cuando migran a nuevos hábitats».

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La rara especie del Atacama que se alimenta de neblina

Redacción BBC Mundo

El Atacama es el lugar más seco del planeta.

Es difícil imaginar que alguien pueda reconstruir un récord histórico de más de 3 mil años de neblina, pero es exactamente lo que han logrado científicos chilenos.

La neblina es tan intangible y efímera, y al contrario de lo que sucede con ríos y glaciares, no es fácil de leer su impacto en el paisaje.

Sin embargo, el equipo de la Universidad Católica de Chile ha logrado trazar la historia de cómo la neblina ha afectado al Desierto de Atacama, explicó el corresponsal de la BBC sobre temas científicos, Jonathan Amos.

Y lo han hecho estudiando una planta, la Tillandsia que, según Claudio Latorre Hidalgo, que lideró la investigación, obtiene toda el agua y los nutrientes que necesita de la neblina.

El Atacama es famoso por sus condiciones super áridas. Hay lugares donde no ha llovido por años.

Pero la vida puede subsistir contra toda lógica si logra explotar la neblina que se desplaza desde el Pacífico.

El equipo de investigadores cavó profundo en las dunas para descubrir capas milenarias de plantas.

Las Tillandsias son unas oportunistas perfectamente adaptadas para ello.

Estas alargadas y grises plantas no tienen raíces. Más bien se agarran muy superficialmente de las dunas de arena y se distribuyen de forma que les permita maximizar la captura de la humedad de la neblina.

Estas plantas obtienen todo lo que necesitan del aire húmedo. No sólo la indispensable agua, pero también los nutrientes que requieren para sobrevivir.

«La neblina es la única fuente de agua y de nutrientes para estas plantas», explicó Latorre Hidalgo.

Sin precedentes

Esta investigación es sin precedentes, además, porque nadie había logrado trazar un record histórico de la neblina en un período tan amplio, según explica el corresponsal de la BBC Jonathan Amos.

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Relaciones Conscientes

Las relaciones personales parecen ser un rompecabezas. A menudo decimos que son difíciles, sin darnos cuenta de que tal vez las personas “somos difíciles”. Buscamos gente que cumpla con nuestras expectativas, y que nos haga felices; y esta perspectiva no realista activa infinidad de conflictos. Es como si renunciáramos a ser dichosos por nosotros mismos, y en su lugar pusiéramos en manos ajenas las propias esperanzas de bienestar. No es de extrañar que las rela­ciones personales se conviertan en una fuente de problemas y en un rompecabezas indescifrable.

La relación personal inconsciente

El amor romántico, o inconsciente, poco tiene que ver con el amor verdadero. Esa confusión es la causa de muchos conflictos en las relaciones personales. El romanticismo es idealización, apego o pura necesidad del otro; y la necesidad es una falta de amor severa hacia la persona que se dice amar. La concepción romántica del amor ha creado muchos problemas a hombres y mujeres que han sido víctimas de sus propias fantasías. Esto no significa que no convenga ser afectuosos, cariñosos, atentos, tiernos, detallistas, cálidos, suaves, entregados… con las personas con las que nos relacionamos. Quiere decir que únicamente siendo conscientes de en qué hemos convertido las relaciones, podremos construirlas sanas y conscientes. Pero, eso que suena tan sencillo, ¿cómo se consigue?
¿Cómo podemos crear vínculos que funcionen?
  • Dejar de buscar (mejor “convertirse” en la clase de persona que se busca).
  • Después de una ruptura, hacer una “dieta de relaciones”, darse tiempo y espacio.
  • Recuperar la energía física y el equilibrio emocional.
  • Aprender a estar solo sin que ello sea doloroso o traumático.
  • Ordenar el espacio emocional propio y clarificar valores.
  • Prepararse para una nueva relación.
  • No perder nunca “la inocencia” y frescura para empezar de nuevo.
  • Confiar en que todos merecemos ser plenamente amados.
Si nos saltamos el proceso de cambio, y no hay una verdadera transformación personal, en la nueva relación aflorará el temor de revivir experiencias anteriores, y la carga de dolor nos perjudicará notablemente. Porque no serán dos personas, sino la suma de sus exparejas, los fantasmas del pasado y de sus constantes miedos a repetir las viejas historias de dolor.
“Si juzgas a las personas no tienes tiempo para amarlas” –  Madre Teresa

Relaciones personales conscientes

Las relaciones que funcionan son conscientes (maduras emocionalmente) y se establecen entre dos personas que se sienten completas, porque no creen que les falte su “media naranja”: se sienten una “naranja completa”. Por supuesto, no significa esto que no quieran tener pareja (o una amistad). La desean, pero no la necesitan, son cosas muy diferentes. Las personas conscientes comparten su plenitud, no se relacionan para completar sus supuestos vacíos, ni para mitigar la necesidad de estar en compañía. Y entonces, de alguna manera, lo que está completo atrae a lo completo, y lo que está incompleto a lo incompleto. Los iguales se atraen. Intuitivamente entendemos que cuando dos personas se encuentran y se reconocen completas en sí mismas y no necesitadas, las relaciones empiezan y fluyen con suavidad.
¿Cómo encontrar una persona completa en sí misma, no necesitada?
Puede parecer extraño, pero la clave es reflejar las cualidades que buscamos en la pareja ideal. Si alguien quisiera tener a su lado a una persona cariñosa, lo mejor será mostrarse cariñoso; si desea conocer a alguien educado, lo propio es mostrarse educado… Cuántas veces olvidamos esta sencilla regla: “Sé tú la persona que quisieras tener a tu lado…”, y tarde o temprano aparecerá y se fijará en ti (cómo no iba a hacerlo si se verá reflejada).
Las personas conscientes que establecen una nueva relación, en realidad no la buscaban, aunque tal vez la esperaban. Buscar la pareja ideal, o el amigo ideal, sería tanto como buscar una aguja en un pajar. Porque “buscar”, por definición, significa implícitamente carencia, ausencia, necesidad. No puede buscarse una relación, todo lo que puede hacerse es crearla.
Mucha gente no entiende por qué siempre llega a su vida un mismo estereotipo de persona, ya hablemos de parejas o de amistades. Una y otra vez sus relaciones parecen fotocopias siguiendo un mismo patrón. Parece que no haya otra clase de persona disponible para ellas. No sirve de mucho buscar a alguien con tal o cual cualidad. En su lugar, ser uno mismo adecuado y estar en posesión de esas facultades, sí es útil. Como los iguales se atraen, aparecerá alguien con esos atributos. En lo que se refiere a las relaciones, hay una estrategia mucho mejor de la que sigue el ego y se basa en el amor consciente, algo así como “amor sabio”, pero no una sabiduría de la cabeza, sino del corazón.

Volver al amor

Para saber estar en pareja es necesario antes saber estar solo. No es sencillo encontrar personas que no odien la soledad. Llegar a tolerar, incluso amar, estar solo, y sentirse bien, es un gran logro personal. Por esa razón, no es aconsejable empezar una nueva relación justo al terminar otra. El campo también necesita un tiempo de regeneración entre cosechas, lo llaman “barbecho”. Nosotros podríamos llamar a ese tiempo “dieta de relaciones”, para referirnos al tiempo que una persona se regala a sí misma para recomponerse, centrarse, atenderse y prepararse para la siguiente relación.
Cuando se resuelve el miedo a la soledad, se deja de creer en las relaciones superficiales, egoístas e inconscientes como escudo de protección. Estar solo no es una garantía de no sufrir más, sino que al contrario añade más sufrimiento. La soledad no es buena ni es mala. Es lo que cada uno hace con ella, es como un desierto (los desiertos nunca están vacíos), pero, como todos los desiertos, un día terminan y es al salir de ellos cuando se reconoce su valor. Llegar hasta el final de la soledad, la agota como sistema de aprendizaje y la cancela. Tratar de suspenderla, de forma artificial, solo pospone el proceso necesario de la soledad para más adelante…
Cuando se resuelve el miedo al abandono, empezar un idilio no es una amenaza, sino una nueva oportunidad. El mayor logro de la relación consciente es que ambas personas están dispuestas a amar como si nunca antes hubiesen sido heridas, sin volcar en la nueva pareja el dolor de relaciones anteriores. En realidad, esas dos personas son “nuevas” y por ello destilan frescura y atractivo (no están resentidas, no son desconfiadas, no rezuman amargura y por eso atraen tanto).
Cuando se resuelve desactivar el ego, la nueva relación no está debilitada por el temor a amar sin condiciones ni apegos. El final del ego es lo que la mente podría interpretar como la destrucción de la individualidad, la anulación, cuando en realidad es una transformación y la salvación de la relación. El ego es el estorbo número uno en cualquier relación personal, ya sea de amistad o de pareja, y la causa de que fracasen, como suele suceder. Si tan solo las personas mantuvieran su ego a un lado, fuera de escena, la historia sería otra. Las relaciones seguirían empezando y acabando, según su tempo y propósito, pero no tendrían el sabor amargo que a menudo dejan en el recuerdo.
Cuando todo eso ocurre, las personas conscientes descubren que en realidad no temían empezar un nuevo vínculo o acabarlo; sino que en su inconsciencia temían el infierno en el que, con anterioridad, habían convertido sus relaciones.
Piense que usted es alguien con quien vale la pena pasar el tiempo. Finalmente otro pensará lo mismo de usted.
Raimón Samsó
http://mauandayoyi.blogspot.com.es/2015/12/relaciones-conscientes.html

Elizabeth Kübler-Ross – Una mirada de amor, acompañar a morir.

La doctora suiza Elizabeth Kübler-Ross se convirtió en el siglo XX en una de las mayores expertas mundiales en el tétrico campo de la muerte, al implementar modernos cuidados paliativos con personas moribundas para que éstas afrontaran el fin de su vida con serenidad y hasta con alegría (en su libro “On death and dying”, de 1969, que versa sobre la muerte y el acto de morir, describe las diferentes fases del enfermo según se aproxima su muerte, esto es, la negación, ira, negociación, depresión y aceptación). Sin embargo, esta médico, psiquiatra y escritora nacida en Zurich en 1926 también se transformó en una pionera en el campo de la investigación de las experiencias cercanas a la muerte, lo que le permitió concluir algo que espantó a muchos de sus colegas: sí existe vida después de la muerte.

La férrea formación científica de esta doctora, que se graduó en psiquiatría en Estados Unidos, recibiendo posteriormente 23 doctorados honoríficos, se pondría a prueba luego de que a lo largo de su prolongada práctica profesional los enfermos moribundos a los que trataba le relataran una serie de increíbles experiencias paranormales,

 

lo que la motivó a indagar si existía el Más Allá o la vida después de la muerte. Así, se dedicó a estudiar miles de casos, a través del mundo entero, de personas de distinta edad (la más joven tenía dos años, y la mayor, 97 años), raza y religión, que habían sido declaradas clínicamente muertas y que fueron llamadas de nuevo a la vida.

Elizabeth-Kubler-Ross-1“El primer caso que me asombró fue el de una paciente de apellido Schwartz, que estuvo clínicamente muerta mientras se encontraba internada en un hospital. Ella se vio deslizarse lenta y tranquilamente fuera de su cuerpo físico y pronto flotó a una cierta distancia por encima de su cama. Nos contaba, con humor, cómo desde allí miraba su cuerpo extendido, que le parecía pálido y feo. Se encontraba extrañada y sorprendida, pero no asustada ni espantada. Nos contó cómo vio llegar al equipo de reanimación y nos explicó con detalle quién llegó primero y quién último. No sólo escuchó claramente cada palabra de la conversación, sino que pudo leer igualmente los pensamientos de cada uno. Tenía ganas de interpelarlos para decirles que no se dieran prisa puesto que se encontraba bien, pero pronto comprendió que los demás no la oían. La señora Schwartz decidió entonces detener sus esfuerzos y perdió su conciencia. Fue declarada muerta cuarenta y cinco minutos después de empezar la reanimación, y dio signos de vida después, viviendo todavía un año y medio más. Su relato no fue el único. Mucha gente abandona su cuerpo en el transcurso de una reanimación o una intervención quirúrgica y observa, efectivamente, dicha intervención”.

La doctora Kübler-Ross añade que “otro caso bastante dramático fue el de un hombre que perdió a sus suegros, a su mujer y a sus ocho hijos, que murieron carbonizados luego que la furgoneta en la que viajaban chocara con un camión cargado con carburante. Cuando el hombre se enteró del accidente permaneció semanas en estado de shock, no se volvió a presentar al trabajo, no era capaz de hablar con nadie, intentó buscar refugio en el alcohol y las drogas, y terminó tirado en la cuneta, en el sentido literal de la palabra. Su último recuerdo que tenía de esa vida que llevó durante dos años fue que estaba acostado, borracho y drogado, sobre un camino bastante sucio que bordeaba un bosque. Sólo tenía un pensamiento: no vivir más y reunirse de nuevo con su familia. Entonces, cuando se encontraba tirado en ese camino, fue atropellado por un vehículo que no alcanzó a verlo. En ese preciso momento se encontró él mismo a algunos metros por encima del lugar del accidente, mirando su cuerpo gravemente herido que yacía en la carretera. Entonces apareció su familia ante él, radiante de luminosidad y de amor. Una feliz sonrisa sobre cada rostro. Se comunicaron con él sin hablar, sólo por transmisión del pensamiento, y le hicieron saber la alegría y la felicidad que el reencuentro les proporcionaba. El hombre no fue capaz de darnos a conocer el tiempo que duró esa comunicación, pero nos dijo que quedó tan violentamente turbado frente a la salud, la belleza, el resplandor que ofrecían sus seres queridos, lo mismo que la aceptación de su actual vida y su amor incondicional, que juró no tocarlos ni seguirlos, sino volver a su cuerpo terrestre para comunicar al mundo lo que acababa de vivir, y de ese modo reparar sus vanas tentativas de suicidio. Enseguida se volvió a encontrar en el lugar del accidente y observó a distancia cómo el chofer estiraba su cuerpo en el interior del vehículo. Llegó la ambulancia y vio cómo lo transportaban a la sala de urgencias de un hospital. Cuando despertó y se recuperó, se juró a sí mismo no morirse mientras no hubiese tenido ocasión de compartir la experiencia de una vida después de la muerte con la mayor cantidad de gente posible”.

La doctora Kübler-Ross añadió “que investigamos casos de pacientes que estuvieron clínicamente muertos durante algunos minutos y pudieron explicarnos con precisión cómo los sacaron el cuerpo del coche accidentado con dos o tres sopletes. O de personas que incluso nos detallaron el número de la matricula del coche que los atropelló y continuó su ruta sin detenerse. Una de mis enfermas que sufría esclerosis y que sólo podía desplazarse utilizando una silla de ruedas, lo primero que me dijo al volver de una experiencia en el umbral de la muerte fue: «Doctora Ross, ¡Yo podía bailar de nuevo!», o niñas que a consecuencia de una quimioterapia perdieron el pelo y me dijeron después de una experiencia semejante: «Tenía de nuevo mis rizos». Parecían que se volvían perfectos. Muchos de mis escépticos colegas me decían: «Se trata sólo de una proyección del deseo o de una fantasía provocada por la falta de oxígeno.» Les respondí que algunos pacientes que sufrían de ceguera total nos contaron con detalle no sólo el aspecto de la habitación en la que se encontraban en aquel momento, sino que también fueron capaces de decirnos quién entró primero en la habitación para reanimarlos, además de describirnos con precisión el aspecto y la ropa de todos los que estaban presentes”.

La muerte no existe

La doctora Kübler-Ross aseguró que después de investigar estos casos concluyó que la muerte no existía en realidad, pues ésta sería no más que el abandono del cuerpo físico, de la misma manera que la mariposa deja su capullo de seda. ”Ninguno de mis enfermos que vivió una experiencia del umbral de la muerte tuvo a continuación miedo a morir. Ni uno sólo de ellos, ni siquiera los niños. Tuvimos el caso de una niña de doce años que también estuvo clínicamente muerta. Independientemente del esplendor magnífico y de la luminosidad extraordinaria que fueron sido descritos por la mayoría de los sobrevivientes, lo que este caso tiene de particular es que su hermano estaba a su lado y la había abrazado con amor y ternura. Después de haber contado todo esto a su padre, ella le dijo: «Lo único que no comprendo de todo esto es que en realidad yo no tengo un hermano.» Su padre se puso a llorar y le contó que, en efecto, ella había tenido un hermano del que nadie le había hablado hasta ahora, que había muerto tres meses antes de su nacimiento”.

La doctora agregó que “en varios casos de colisiones frontales, donde algunos de los miembros de la familia morían en el acto y otros eran llevados a diferentes hospitales, me tocó ocuparme particularmente de los niños y sentarme a la cabecera de los que estaban en estado crítico. Yo sabía con certeza que estos moribundos no conocían ni cuántos ni quiénes de la familia ya habían muerto a consecuencia del accidente. En ese momento yo les preguntaba si estaban dispuestos y si eran capaces de compartir conmigo sus experiencias. Uno de esos niños moribundos me dijo una vez: «Todo va bien. Mi madre y Pedro me están esperando ya.» Yo ya sabía que su madre había muerto en el lugar del accidente, pero ignoraba que Pedro, su hermano, acababa de fallecer 10 minutos antes”.

La luz al final del túnel

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La doctora Kübler-Ross explicó que después que abandonar el cuerpo físico y de reencontrarse con aquellos seres queridos que partieron y que uno amó, se pasa por una fase de transición totalmente marcada por factores culturales terrestres, donde aparece un pasaje, un túnel, un pórtico o la travesía de un puente. Allí, una luz brilla al final. “Y esa luz era más blanca, de una claridad absoluta, a medida que los pacientes se aproximaban a ella. Y ellos se sentían llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que uno se pudiera imaginar. No hay palabras para describirlo. Cuando alguien tiene una experiencia del umbral de la muerte, puede mirar esta luz sólo muy brevemente. De cualquier manera, cuando se ha visto la luz, ya no se quiere volver. Frente a esta luz, ellos se daban cuenta por primera vez de lo que hubieran podido ser. Vivían la comprensión sin juicio, un amor incondicional, indescriptible. Y en esta presencia, que muchos llaman Cristo o Dios, Amor o Luz, se daban cuenta de que toda vuestra vida aquí abajo no es más que una. Y allí se alcanzaba el conocimiento. Conocían exactamente cada pensamiento que tuvieron en cada momento de su vida, conocieron cada acto que hicieron y cada palabra que pronunciaron. En el momento en que contemplaron una vez más toda su vida, interpretaron todas las consecuencias que resultaron de cada uno de sus pensamientos, de sus palabras y de cada uno de sus actos. Muchos se dieron cuenta de que Dios era el amor incondicional. Después de esa «revisión» de sus vidas ya no lo culpaban a Él como responsable de sus destinos. Se dieron cuenta de que ellos mismos eran sus peores enemigos, y se reprocharon el haber dejado pasar tantas ocasiones para crecer. Sabían ahora que cuando su casa ardió, que cuando su hijo falleció, cuando su marido fue herido o cuando sufrieron un ataque de apoplejía, todos estos golpes de la suerte representaron posibilidades para enriquecerse, para crecer”.

La especialista, en este punto, hizo una recomendación a todos aquellos que sufren el trance de tener cerca a algún ser querido a punto de morir. “Deben saber que si se acercan al lecho de su padre o madre moribundos, aunque estén ya en coma profundo, ellos oyen todo lo que les dicen, y en ningún caso es tarde para expresar «lo siento», «te amo» o alguna otra cosa que quieran decirles. Nunca es demasiado tarde para pronunciar estas palabras, aunque sea después de la muerte, ya que las personas fallecidas siguen oyendo. Incluso en ese mismo momento se pueden arreglar «asuntos pendientes», aunque éstos se remonten a diez o veinte años atrás. Se pueden liberar de su culpabilidad para poder volver a vivir ellos mismos”.

La “conciencia cósmica “ de la doctora Kübler-Ross

La doctora Elizabeth Kübler-Ross, intrigada por todos estos asombrosos relatos, decidió una vez comprobar por sí misma su veracidad. Y, luego de ser inducida a una muerte artificial en un laboratorio médico de Virginia, experimentó dos veces estar fuera de su cuerpo. “Cuando volví a la conciencia tenía la frase «Shanti Nilaya», que por cierto no sabía qué significaba, dándome vueltas en mi cabeza. La noche siguiente la pasé sola, en una pensión aislada en medio del bosque de Blue Ridge Mountains. Allí, luego de sufrir inexplicables dolores físicos, fue gratificada con una experiencia de renacimiento que no podría ser descrita con nuestro lenguaje. Al principio hubo una oscilación o pulsación muy rápida a nivel del vientre que se extendió por todo mi cuerpo. Esta vibración se extendió a todo lo que yo miraba: el techo, la pared, el suelo, los muebles, la cama, la ventana y hasta el cielo que veía a través de ella. Los árboles también fueron alcanzados por esta vibración y finalmente el planeta Tierra. Efectivamente, tenía la impresión de que la tierra entera vibraba en cada molécula. Después vi algo que se parecía al capullo de una flor de loto que se abría delante de mí para convertirse en una flor maravillosa y detrás apareció esa luz esplendorosa de la que hablaban siempre mis enfermos. Cuando me aproximé a la luz a través de la flor de loto abierta y vibrante, fui atraída por ella suavemente pero cada vez con más intensidad. Fui atraída por el amor inimaginable, incondicional, hasta fundirme completamente en él. En el instante en que me uní a esa fuente de luz cesaron todas las vibraciones. Me invadió una gran calma y caí en un sueño profundo parecido a un trance. Al despertarme caí en el éxtasis más extraordinario que un ser humano haya vivido sobre la tierra. Me encontraba en un estado de amor absoluto y admiraba todo lo que estaba a mi alrededor. Mientras bajaba por una colina estaba en comunión amorosa, con cada hoja, con cada nube, brizna de hierba y ser viviente. Sentía incluso las pulsaciones de cada piedrecilla del camino y pasaba «por encima» de ellas, en el propio sentido del término, interpelándolas con el pensamiento: «No puedo pisaros, no puedo haceros daño», y cuando llegué abajo de la colina me di cuenta de que ninguno de mis pasos había tocado el suelo y no dudé de la realidad de esta vivencia. Se trataba sencillamente de una percepción como resultado de la conciencia cósmica. Me fue permitido reconocer la vida en cada cosa de la naturaleza con este amor que ahora soy incapaz de formular. Me hicieron falta varios días para volver a encontrarme bien en mi existencia física, y dedicarme a las trivialidades de la vida cotidiana como fregar lavar la ropa o preparar la comida para mi familia. Posteriormente averigué que “Shanti Nilaya» significa el puerto de paz final que nos espera. Ese estar en casa al que volveremos un día después de atravesar nuestras angustias, dolores y sufrimientos, después de haber aprendido a desembarazarnos de todos los dolores y ser lo que el Creador ha querido que seamos: seres equilibrados que han comprendido que el amor verdadero no es posesivo”.

La Dra. Elizabeth Kübler-Ross, luego que en 1995 sufriera una serie de apoplejías que paralizaron el lado derecho de su cara, falleció en Scottdale, Arizona, el 24 de agosto del 2004. Se enfrentó a su propia muerte con la valentía que había afrontado la de los demás, y con el coraje que aprendió de sus pacientes más pequeños. Sólo pidió que la despidieran con alegría, lanzando globos al cielo para anunciar su llegada.

En su lecho de muerte, por cierto, sus amigos y seres queridos le preguntaron si le temía a la muerte, a lo que ella replicó: «No, de ningún modo me atemoriza; diría que me produce alegría de antemano. No tenemos nada que temer de la muerte, pues la muerte no es el fin sino más bien un radiante comienzo. Nuestra vida en el cuerpo terrenal sólo representa una parte muy pequeña de nuestra existencia. Nuestra muerte no es el fin o la aniquilación total, sino que todavía nos esperan alegrías maravillosas”.

Cineterapia Oncológica: Elisabeth Kübler-Ross: Una mirada de amor .EEUU. 2005. Stephan Haupt.

La figura de Elisabeth Kübler-Ross ha sido y es de una fuerza arrolladora. En esta película documental titulada “Elisabeth Kübler-Ross. Una mirada de amor” conocerán a una mujer adelantada en su tiempo y que fue toda una personalidad reconocida en todo el mundo, siendo una de las mujeres más influyentes en el siglo XX. La doctora Elisabeth Kübler-Rossera psiquiatra, profesora de medicina de la conducta y contaba con varias distinciones como doctora honoris causa, no dejando indiferente a ninguno de los que le hayan leído. Fue autora del célebre libro “On Death and dying” (Sobre la muerte y los moribundos) y de otras numerosas obras traducidas a una treintena de lenguas. Sin duda esta mujer se ha ganado un merecido lugar como la autoridad más querida y respetada en este tema.
La doctora Kübler-Ross sentó las bases de la tanatología moderna gracias a su acceso privilegiado al mundo mental de los enfermos terminales. El director suizo Stefan Haupt realizó esta película sobre Elisabeth Kübler-Ross, habiéndola entrevistado en su casa de Scotsdale (Arizona, EEUU) en 1999. Dialogó también con las otras dos hermanas trillizas de Elisabeth: Eva y Erika. Entrevistó a muchos de sus amigos y colaboradores. De la reunión de toda esa documentación, y de material de archivo, nació la película: Dem Tod ins Gesicht sehen (título en español: Elisabeth Kübler-Ross: Una mirada de amor).

Elisabeth Kübler-Ross nació en Julio de 1926 en  Meilen (Suiza) y ya cuenta en el filme cómo su nacimiento fue peculiar porque nació junto a una hermana gemela idéntica, Erika y una melliza llamada Eva. Un acontecimiento insólito y que ella misma explica como resorte para encontrar su propia identidad, pues las tres hermanas eran inseparables, vestían igual, iban al mismo colegio juntas, etc  Posteriormente se cuentan aspectos de su adolescencia y juventud, así como de sus experiencias sobre la muerte. Gracias a sus estudios sobre la muerte y el morir, con sus circunstancias físicas y anímicas, estudiadas como nunca se había hecho antes, creó una serie de teorías vigentes hoy día sobre los procesos de la pérdida, la muerte y el duelo que luego impartió en forma de seminarios y talleres. Tuvo un éxito arrollador, no sólo en EEUU, también a nivel mundial. Pero no todo fue gloria y éxito, también tuvo grandes detractores e incluso su casa fue pasto de las llamas probablemente de forma intencionada. En 1995, tuvo una serie de infartos cerebrales que le dejaron una hemiplejia izquierda y no ocultaba su profundo malestar por ser una persona dependiente. Era una mujer que nunca se rendía y resulta tremendamente curiosa la forma en la que ella explica la visión sobre su propia muerte, alejada de esa visión de tabú y oscuridad imperante, para dar paso a una visión liberadora y esperanzadora.

El director Stephan Haupt habló con la protagonista, en esta larga entrevista en su casa de Arizona, con sus familiares y allegados, recopiló mucho material de archivo para contar su vida y su trabajo. Gran parte del documental se centra en esta entrevista personal a la infatigable Elisabeth ¿Cómo vive los últimos días de su vida? ¿Cómo ve su vida y su carrera? ¿Cómo se enfrenta a su propia muerte? A través de estas conversaciones el film regresa a su vida y trabajo en Suiza y en EEUU.  La Dra. Kübler-Ross murió en Arizona en agosto de 2004 donde disfrutaba de la compañía diaria de aves y coyotes

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La consciencia es el mayor enigma de la ciencia y la filosofía

Estamos lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia consciente

 

La consciencia no es un fenómeno todo-o-nada, sino que existen diversos niveles de consciencia. Y la transición de la inconsciencia a la consciencia no es simplemente un cambio de una inactividad a una actividad neuronal, sino que supone un cambio en lo que hacen las neuronas, cambio que hoy por hoy es desconocido. El dualismo que subyace a algunas de las teorías sobre la consciencia plantea la cuestión de cómo superarlo, ya que este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro. Estamos lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia subjetiva de la consciencia. Por Francisco J. Rubia.

Epictura.

La consciencia es un enigma, probablemente el mayor enigma tanto en filosofía como en ciencia. Las cuestiones fundamentales que plantea son: ¿qué es la consciencia? ¿de dónde procede? y ¿para qué sirve?

El filósofo australiano David J. Chalmers distingue entre los “problemas fáciles” y el “problema duro o difícil” (hard problem) de la consciencia. Los problemas fáciles tratan la consciencia como una facultad mental más y analizan temas como la discriminación entre estímulos sensoriales, la integración de la información para guiar el comportamiento o la verbalización de estados internos, cómo se integran los datos sensoriales con la experiencia del pasado, cómo focalizamos la atención o lo que distingue el estado de vigilia del sueño. Pero el “problema difícil” de la consciencia es saber cómo los procesos físicos cerebrales dan lugar a la consciencia, cómo las descargas de millones de neuronas pueden producir la experiencia consciente, la experiencia subjetiva.

Si ser consciente implica la existencia de un “yo” y este yo, como nos dice la neurociencia, es una ficción, ¿qué consecuencias tendría este hecho para la consciencia? Por otra parte, ¿existe un solo yo? El psicólogo estadounidense William James planteó la existencia de al menos tres yos diferentes: un yo material, otro social y un tercero espiritual. Además, los enfermos con cerebro escindido han mostrado que pueden surgir tras la separación del cuerpo calloso dos yos distintos.

El psicólogo californiano Michael Gazzaniga dice que el hemisferio izquierdo es dominante para la mayoría de las funciones cognoscitivas, como la resolución de problemas, mientras que el hemisferio derecho es muy deficiente para resolver problemas difíciles. El resultado de muchos años de investigación sobre el cerebro hendido le hace concluir que el hemisferio derecho tiene una experiencia consciente muy diferente de la exacta y literal del hemisferio izquierdo.

Aunque ambos son conscientes, la consciencia del cerebro izquierdo supera con mucho a la del derecho. ¿Cuál sería pues el sustrato neuronal que hace surgir estos dos tipos de consciencia en los hemisferios cerebrales? Existe un “vacío explicativo”, como dice el filósofo de Harvard, Joseph Levine, entre las funciones cerebrales y la experiencia subjetiva.

La cuestión fundamental es, pues: ¿cómo podemos superar el abismo que separa lo objetivo y lo subjetivo, el cerebro y la experiencia consciente? Es un planteamiento muy parecido al planteamiento tradicional cuerpo/alma o mente/cerebro, que han discutido los filósofos desde hace más de 2.000 años. Y aún siguen discutiendo.

Otra cuestión que se plantea es la siguiente: si un sistema, como el cerebro, puede resolver problemas y procesar información de manera inconsciente, ¿para qué sirve la consciencia?

Algunos filósofos afirman que cuando comprendamos suficientemente bien el funcionamiento del cerebro, el concepto de consciencia se disipará del mismo modo que se disipó el concepto del flogisto una vez que se comprendió el proceso de la oxidación. El flogisto era un hipotético constituyente volátil de todas las sustancias combustibles que, según se creía, se liberaba en forma de llama durante la combustión.

Sir Charles Sherrington, premio Nobel de Medicina y Fisiología del año 1932, era de la opinión que la consciencia era científicamente inexplicable. Y el psicólogo Stephen Pinker, de la Universidad de Harvard, piensa que puede que podamos entender la mayoría de los detalles de cómo funciona la mente, pero la consciencia puede permanecer oculta. También el filósofo británico Colin McGinn opina que el problema es demasiado difícil para nuestras mentes limitadas, añadiendo que estamos cerrados cognoscitivamente ante ese problema. Afortunadamente, no todos los científicos y filósofos piensan lo mismo.

Definición de consciencia

La consciencia es un concepto que entendemos intuitivamente, pero que es difícil o imposible de describir adecuadamente en palabras. Se puede decir que consciencia es el estado subjetivo de apercibir algo, sea dentro o fuera de nosotros mismos.

No existe ninguna definición consensuada de la consciencia. Pero consciencia significa experiencia subjetiva, o sea, lo opuesto a objetividad. En algunos escritos la consciencia es considerada sinónimo de mente. Pero la mente incluye procesos mentales inconscientes, y puede definirse como el funcionamiento del cerebro para procesar información y controlar la acción de manera flexible y adaptativa.

La consciencia tiene contenidos, pero aunque pueda tener una enorme variedad de contenidos no puede tener muchos al mismo tiempo. La consciencia no es un fenómeno pasivo como respuesta a estímulos, sino un proceso activo de interpretación y construcción de datos externos y de la memoria relacionándolos entre sí.

Se ha equiparado la consciencia a la vigilia, pero estar despierto no es lo mismo que ser consciente de algo en el sentido de apercibirse de algo. En el sueño podemos apercibir imágenes mentales visuales o auditivas.

Los actos voluntarios y la toma de decisiones son aspectos importantes de la experiencia consciente. Por ello, uno de los significados más comunes de consciencia es que es un sistema de control ejecutivo que supervisa y coordina las actividades del organismo.

Para el profesor de psicología de la Universidad de Princeton, Philip Johnson-Laird, el cerebro es un sistema organizado jerárquicamente que procesa información en paralelo y cuyo nivel más alto que controla la conducta corresponde a la consciencia, aunque interacciona con varios subsistemas inconscientes.

Se ha considerado a la consciencia íntimamente relacionada con la memoria operativa, la atención y el procesamiento controlado. La memoria operativa es importante para la solución de problemas, la toma de decisiones y la iniciación de la acción. La relación con la atención es clara: prestar atención a algo es ser consciente de ese algo. El ejemplo más clásico de atención selectiva es el conocido como “efecto cocktail party”, por el que seleccionamos información interesante en medio de un gran ruido de fondo.

También se ha considerado la consciencia como sinónimo de auto-consciencia. Pero como se puede ser consciente de muchas cosas que no son la propia persona, hoy se estima que la auto-consciencia es una forma especial de la consciencia.

Todo el mundo sabe lo que es consciencia, dicen el fallecido premio Nobel Francis Crick y su colaborador alemán Christof Koch, pero mientras sepamos tan poco de ella, lo mejor es no dar ninguna definición que pueda inducir a errores o que sea restrictiva, o ambas cosas a la vez.

En la bibliografía anglosajona se utilizan dos palabras distintas que en español se suelen traducir por consciencia. La primera es “awareness”, que yo traduzco por apercepción; la segunda es «consciousness» que se traduce por consciencia. Esta diferenciación es importante, ya que existe la expresión en inglés “unconscious awareness” que se traduciría por “apercepción inconsciente”, lo que sería imposible si la palabra “awareness” se tradujese por consciencia, como suele hacerse.

Algunos autores definen la apercepción como un estado en el que tenemos acceso a cierta información que puede usarse para controlar la conducta. La consciencia está siempre acompañada de apercepción, pero la apercepción no tiene por qué estar acompañada por consciencia.

Se pueden distinguir dos tipos de consciencia. La consciencia primaria, que es la experiencia directa de percepciones, sensaciones, pensamientos y contenidos de la memoria, así como imágenes, ensueños y sueños diurnos. La consciencia reflexiva es la experiencia consciente per se. Este tipo de consciencia es necesaria para la auto-consciencia, que implica darse cuenta de ser un individuo único, separado de los demás, con una historia y un futuro personales. La consciencia reflexiva incluye el proceso de integración, o sea, de observar la propia mente y sus funciones; con otras palabras: conocer que se conoce. En realidad, la experiencia consciente en el humano adulto normal implica tanto la consciencia primaria como la consciencia reflexiva.

Características de la consciencia

William James, padre de la psicología norteamericana, en sus Principios de Psicología describió cinco características de alto nivel de la consciencia que aún siguen vigentes. Son las siguientes:

1) Subjetividad: Todos los pensamientos son subjetivos, pertenecen a un individuo y son sólo conocidos por ese individuo
2) Cambio: Dentro de la consciencia de cada persona, el pensamiento está siempre cambiando
3) Intencionalidad: La consciencia es siempre de algo, apunta siempre a algo
4) Continuidad: James utilizó siempre la expresión “curso de la consciencia” para dar a entender que la consciencia parece ser siempre algo continuo
5) Selectividad: Aquí James se refirió a la presencia de la atención selectiva, o sea que en cada momento somos conscientes de sólo una parte de todos los estímulos

A pesar de la enorme variedad de percepciones y pensamientos de naturaleza siempre cambiante, tenemos la impresión de que nuestra consciencia es algo unificado y continuo. Esta sensación de unidad de la consciencia algunos autores la consideran una ilusión.

Algunas teorías sobre la consciencia

Al igual que entre los filósofos post-cartesianos había diversas teorías, como la teoría del doble aspecto de Spinoza, el ocasionalismo de Malebranche, el paralelismo de Leibniz y su doctrina de la armonía preestablecida, hoy existen diversas teorías de la consciencia.

La teoría “clásica” ha sido la postulada por el psicólogo norteamericano William James en el siglo XIX. Para James, la consciencia es una secuencia de estados mentales conscientes, siendo cada uno de estos estados la experiencia de algún contenido concreto. James pensaba también que la consciencia tiene que haber tenido un propósito evolutivo, por lo que trataba la consciencia como una función y no como una entidad.

En el siglo XVIII el biólogo suizo Charles Bonnet intentó resolver el dilema introduciendo el llamado “epifenomenalismo”, una idea que después asumió también el biólogo británico Thomas Huxley. El epifenomenalismo acepta que la mente y el cuerpo están hechos de diferentes sustancias, pero la mente no tiene influencia sobre el cuerpo, aunque está causada por el cerebro. Los sucesos mentales son productos accesorios de los sucesos materiales.

La teoría basada en un dualismo cartesiano postula que la mente, alma o espíritu es inmaterial y la autoconsciencia, como propiedad de esa mente, está separada del cerebro que es físico e inconsciente. Esta teoría ha sido mantenida por Karl Popper y John Eccles; con este último yo colaboré en la Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo en su periodo tardío de laboratorio en 1975. El problema que plantea esta teoría es que no explica cómo se produce la experiencia subjetiva, ni tampoco cómo funciona la interacción entre un ente inmaterial y otro material.

Otra teoría es la sostenida por Stuart Hameroff y Roger Penrose que supone que los microtúbulos, que se encuentran en toda célula nerviosa, están designados para permitir la coherencia cuántica y las conexiones cuánticas en todo el cerebro. La dificultad es que no explica cómo surge la experiencia subjetiva por lo que muchos autores concluyen que la teoría cuántica de la consciencia sustituye un misterio por otro. Penrose es también de la opinión que el fenómeno de la vida mental requiere un conocimiento de la física que aún no tenemos.

Superveniencia

El filósofo coreano Jaegwon Kim utiliza el término “superveniencia” (supervenience) para expresar el hecho de que un ámbito o dominio está determinado por otro. Por ejemplo, las propiedades biológicas supervienen o son supervenientes a las propiedades físicas, porque las propiedades biológicas de un sistema están determinadas por sus propiedades físicas. En una tabla de madera, por ejemplo, la madera superviene a las moléculas y las moléculas supervienen a los átomos. Lo mental sería, pues, superveniente a lo físico. La mente sería al cerebro como el rayo a las partículas cargadas eléctricamente.

Los electrones tienen masa y rotación, pero la electricidad tiene potencial e intensidad. Los componentes químicos tienen densidad y conductividad, mientras que los organismos biológicos tienen crecimiento y reproducción. A cada nivel hay propiedades distintas, propiedades “emergentes”. Sin embargo, la superveniencia no explica por qué y cómo la mente emerge del cerebro.

Los neurobiólogos Gerald Edelman, premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1972 por sus trabajos sobre el sistema inmunológico, y Giulio Tononi, proponen que la consciencia emerge cuando grandes grupos de neuronas forman un núcleo dinámico en el cerebro con conexiones que forman bucles entre la corteza y el tálamo. A estas conexiones Edelman les llama “mapas de reentrada”, parecido a lo que el psicólogo británico Nicholas Humphrey denomina “bucles de realimentación reverberantes sensoriales”. La idea en ambos es que el cerebro se refiere a sí mismo y esto es lo que desencadena la consciencia.

La alternativa al dualismo es el monismo que plantea que el cuerpo y la mente están hechos de la misma sustancia. Los idealistas piensan que todo es mental, los materialistas que todo es material. El filósofo Spinoza pensaba que sólo existía una sustancia y que la sustancia tenía dos propiedades: que era consciente y que tenía extensión.

Un ejemplo típico de la postura materialista es la sostenida por el filósofo francés Julien Offroy de LaMettrie que en su obra L’Homme machine (El hombre máquina) decía que la mente es una máquina hecha de materia y que el pensamiento era un proceso material.

Y el filósofo británico Bertrand Russell pensaba que lo mental y lo físico son diferentes formas de conocer la misma cosa, la primera por la consciencia y la segunda por los sentidos. La consciencia nos da un conocimiento directo, inmediato, de lo que hay en el cerebro, mientras que los sentidos pueden observar (posiblemente ayudado por instrumentos) lo que hay en el cerebro. La consciencia es, básicamente, otro sentido, un sentido que, en vez de percibir colores, olores o sonidos, percibe la verdadera naturaleza del cerebro.

Dudas sobre lo mental

El materialismo eliminativo es la doctrina que postula que los estados mentales no existen, o, al menos, que la terminología es equivocada y debería abandonarse. Tanto el filósofo alemán Paul Feyerabend como el filósofo norteamericano Richard Rorty niegan la existencia de lo mental. Lo mental no es más que un mito. Y el neurocientífico norteamericano Paul Churchland dice que lo mental es el sujeto de la “psicología popular”, y la psicología popular no es una ciencia. Adscribimos estados mentales a los individuos, pero en realidad sólo existen procesos cerebrales.

El filósofo estadounidense John Searle piensa que la consciencia no puede reducirse a los procesos neuronales que la causan, pero que la consciencia es una característica biológica del cerebro. Searle ataca tanto al dualismo como al materialismo diciendo que la división del mundo en materia y mente es arbitraria y contraproducente. En su opinión tenemos que tener en cuenta que la consciencia está causada por procesos cerebrales, pero no puede ser reducida a esos procesos porque es un fenómeno de “primera persona”, o subjetivo, mientras que los procesos cerebrales son fenómenos de “tercera persona”, es decir objetivos.

El psicólogo norteamericano Julian Jaynes estudió los documentos históricos, arqueológicos y biológicos de civilizaciones antiguas, llegando a la conclusión que hace unos 3000 años los humanos no tenían aún consciencia. Dependían aún, como otros primates, de reacciones aprendidas. Los individuos de civilizaciones desarrolladas antes de los 1000 años a.C. (en Asiria, Babilonia, Mesopotamia, Egipto) no eran verdaderamente conscientes. Libros antiguos, como la Ilíada o la Biblia fueron compuestos por personas no conscientes que no distinguían entre los sucesos reales y los imaginarios. Los personajes de esos libros actuaban inconscientemente tomando decisiones confiando en voces, en alucinaciones. Según este psicólogo la consciencia apareció en la Odisea y en las partes más recientes de la Biblia, hará unos 3000 años. Lógicamente, estas afirmaciones han sido muy discutidas.

El antropólogo británico Kenneth Oakley planteó que existirían tres niveles de consciencia que corresponderían a tres capas evolutivas del cerebro: la apercepción, controlada por las regiones más antiguas del cerebro y relacionada sólo con el condicionamiento; la consciencia, controlada por la corteza cerebral y el hipocampo y relacionada con la representación interna del mundo; y, finalmente, la auto-consciencia, dependiente de las regiones más modernas de la corteza cerebral y relacionada con la representación interna de la propia representación interna.

El lingüista sueco Peter Gardenfors ve en el lenguaje el último estadio en el proceso que lleva a la consciencia humana. Piensa que primero estuvieron las sensaciones, luego la atención, las emociones, la memoria, los pensamientos, la planificación, el yo, el libre albedrío y, finalmente, el lenguaje. La mayoría de estas facultades no son únicas en los humanos, ya que la mayoría de los mamíferos tienen emociones e incluso pensamientos. Los chimpancés llegan hasta la planificación, pero sólo los humanos tienen consciencia de sí mismos y lenguaje. Todos los animales tienen un cierto grado de consciencia, pero sólo mamíferos y aves tienen corteza que les permite representaciones separadas de la realidad por lo que pueden adivinar y planificar. Los pensamientos son representaciones internas del mundo, lo que permite a los animales que los tienen separarse del mundo inmediato, pudiendo crear más de un curso posible de acción.

Red de funciones cognitivas

El yo sería para Gardenfors un fenómeno emergente, una propiedad que surge de una red de funciones cognoscitivas relacionadas entre sí. El lenguaje, como último estadio en el ser humano requiere una representación interna sofisticada, que son los símbolos. Las representaciones de otros animales no están suficientemente separadas de la realidad exterior.

Nicholas Humphrey dice que ser consciente es tener sensaciones, como algo opuesto a las percepciones. Los animales desarrollaron dos formas de representación de la interacción entre el cuerpo y el entorno: unas cargadas de afecto que son las sensaciones y otras neutrales con respecto a los afectos que son las percepciones. Para Humphrey tenemos un “ojo interior” que se comporta como cualquier otro sentido, menos en el hecho de que su objeto es el propio cerebro. La consciencia me permite percibir el estado de mi cerebro.

El neurofisiólogo norteamericano William Calvin propuso la teoría llamada “darwinismo mental”. Según esta teoría, lo mismo que el sistema inmunológico y la evolución de las especies están impulsados por la selección natural, la vida mental también lo está. Los pensamientos se producen inconscientemente y el proceso darwiniano elige los mejores. Para Calvin, lo que pensamos está siempre en función de la acción; los pensamientos son sólo movimientos que no han sido aún realizados.

El psicólogo estadounidense Marcel Kinsbourne cree que la consciencia no es un producto de la actividad neural, sino la actividad neural misma. El cerebro no genera consciencia, sino que es consciente, por lo que no es necesario buscar una región que genere consciencia; no es la región lo que importa, sino el estado del circuito; cualquier región del cerebro puede ser consciente si sus circuitos están en un estado apropiado.

El matemático danés Tor Norretranders piensa que la consciencia no contiene casi ninguna información. La mayoría de los procesos mentales nunca alcanzan la consciencia. El cerebro descarta cantidades ingentes de información antes de que tenga lugar la consciencia, aunque esta información descartada tenga influencia sobre nuestra conducta. Esto significa que la consciencia trata sobre todo de lo que ocurre dentro de nosotros y no fuera. Los datos sensoriales se procesan de acuerdo con estructuras cerebrales y se comparan con los contenidos de la memoria, volviendo a ser procesados, y luego surge una sensación consciente. En esta sensación poco queda de los datos sensoriales originales. Nunca podemos experimentar los datos sensoriales originales, sino que experimentamos sólo los productos terminados. Con otras palabras: nuestro cerebro conoce mucho más de lo que conoce la consciencia.

Con esto no agotamos todas las teorías existentes sobre la consciencia, pero he elegido las que me parecieron más relevantes. Como vemos, hay opiniones para todos los gustos.

Origen y evolución de la consciencia

¿Cómo surge la consciencia en un individuo y cómo surgió en la evolución? Todos creemos que los humanos no nacen con consciencia y que la vida, como fenómeno natural no fue originalmente consciente. Existe, pues, un problema ontogenético, de cuándo surge la consciencia en un individuo, y un problema filogenético, de cuándo surgió la consciencia de la materia, si fue repentinamente en una especie determinada o por el desarrollo de ciertas estructuras cerebrales. La auto-consciencia surge en el niño en la segunda mitad del segundo año de vida, y depende de la memoria episódica y de la capacidad para la consciencia reflexiva.

Ya mencionamos que el psicólogo norteamericano Julian Jaynes piensa que surgió muy recientemente en el ser humano, en la época homérica. Por el contrario el neurofisiólogo australiano John Eccles pensaba que surgió con el neocórtex de los mamíferos y la bióloga norteamericana Lynn Margulis es de la opinión que la consciencia es una propiedad tan antigua como la vida de organismos unicelulares simples, hace miles de millones de años. Otros científicos piensan que la consciencia surgió por la necesidad de comunicación con otros individuos, es decir, que fue cercana al lenguaje. El filósofo austriaco Karl Popper decía que la consciencia emerge con el lenguaje, tanto ontogenética como filogenéticamente.

El psicólogo británico Nicholas Humphrey coincide con la opinión de que la función de la consciencia es la de interacción social con otras consciencias. La consciencia aporta a los humanos un modelo explicativo de su propia conducta y esta facultad es útil para la supervivencia; con otras palabras: los mejores psicólogos son los que mejor sobreviven. Al entender la propia mente, entienden también la mente de los demás y eso supone una ventaja evolutiva importante.

Sin embargo, la consciencia difícilmente contribuye a la supervivencia. Muchas veces nos deprimimos cuando pensamos en cosas futuras, como la vejez o la muerte. La consciencia muy a menudo resulta en una menor determinación y perseverancia. Visto así, no parece que sea el producto de una evolución darwiniana porque realmente lo que hace es debilitar nuestro sistema de supervivencia en esos casos.

El lingüista estadounidense Merlin Donald planteó que la mente moderna con pensamiento simbólico surgió de una forma de inteligencia no simbólica por absorción gradual de sistemas nuevos de representación. La mente humana se desarrolló en cuatro estadios que coinciden con los estadios de crecimiento cognoscitivo en humanos modernos. Los homínidos más antiguos estaban limitados a representaciones episódicas del conocimiento. La memoria episódica era útil para aprender asociaciones estímulo-respuesta, pero no podía recuperar memorias independientemente de las señales del entorno, es decir, no podía pensar. Estos seres episódicos vivían sus vidas totalmente en el presente.

El Homo erectus desarrolló un sistema “mimético” de representación. La mente podía recuperar memorias independientemente del entorno y era capaz de re-describir la experiencia. La mente tiene una representación del mundo y es capaz de adaptarse continuamente a los nuevos conocimientos. Estas representaciones permitían al individuo comunicar sus intenciones y deseos. En este estadio existía una especie de memoria colectiva. En el tercer estadio, el Homo sapiens adquirió el lenguaje y, por consiguiente, la capacidad de construir relatos y formar mitos que representan modelos integrados del mundo por los que los individuos podían generalizar y predecir acontecimientos. El lenguaje permitió contar historias en grupo.

Hace unos 50.000 años los humanos comenzaron a almacenar contenidos de memoria en el mundo exterior en vez de en sus cerebros (pinturas rupestres, figuras, calendarios, etc.). Finalmente, con la escritura, hará unos 10.000 años, los humanos modernos alcanzaron capacidades representativas simbólicas y la lógica. Es la mente “teórica”.

En otro orden de cosas se estima que existen unos 10.000 millones de células corticales en el hombre moderno, de los que 1.000 millones estarían en relación con el cuerpo. Así que 8.900 millones se utilizarían para procesos internos y para las conexiones con otras neuronas del sistema. Se estima que el cerebro del Australopiteco tendría 3.500 millones de neuronas por encima de las relacionadas con el cuerpo, comparadas con los 2.000 millones del gorila y los 2.400 millones del chimpancé.

El Homo habilis tendría unos 4.500 millones de interneuronas y el Homo erectus 7.000. Respecto al volumen, el Australopiteco tenía un cerebro de 500 c.c. frente a los 450 c.c. del gorila. El Homo habilis tenía unos 700 c.c., el Homo erectus unos 950-1050 c.c. y el Homo sapiens 1.350 c.c. Sin embargo, parece que el número de células no es determinante. El lingüista y neurólogo alemán Eric Lenneberg dice que el cambio más importante durante la expansión cerebral fue la interconexión entre las células.

 

Urracas tratando de quitarse la marca que se han visto en el espejo. Oliver Wrobel. PlosBiology.

Urracas tratando de quitarse la marca que se han visto en el espejo. Oliver Wrobel. PlosBiology.
Conciencia compartida

Aparte de nuestras experiencias cotidianas existen informes procedentes de estadios cognoscitivos que sugieren que los seres humanos no somos los únicos animales que tienen consciencia. Quizá seamos los únicos que somos conscientes de que somos conscientes, y, desde luego, los únicos que podemos informar de nuestro estado consciente mediante el lenguaje sintáctico.

Parece evidente que la consciencia surge sobre el sustrato biológico del sistema nervioso y, por tanto, es un estado adquirido a lo largo de la evolución. Se suele distinguir entre una consciencia sensorial, llamada también “consciencia primaria”, probablemente común a muchos animales, y una consciencia llamada metacognición o “consciencia de nivel superior”, única en el hombre.

Desde luego, si reconocerse en un espejo es señal de auto-consciencia, las ballenas, los delfines, los elefantes, los chimpancés, los gorilas, los orangutanes y los tamarinos poseen autoconsciencia. A favor de la presencia de consciencia en los mamíferos está el hecho de que todos poseen un sistema tálamo-cortical altamente desarrollado.

Informes sobre rendimientos considerables de la memoria en algunas aves, el aprendizaje vocal y la reproducción de lo aprendido, así como la discriminación en tareas difíciles, hace pensar que la consciencia surge en las aves, probablemente de manera independiente de los mamíferos. En la solución de problemas que parecen requerir habilidades cognoscitivas de alto nivel destacan también los cuervos que son capaces de utilizar herramientas de distinto tamaño y longitud de acuerdo con la dificultad de la tarea para obtener alimentos.

Se ha llegado incluso a plantear niveles muy simples de consciencia en cefalópodos, tales como los pulpos y las sepias a los que se le reconoce una capacidad cognoscitiva muy elevada en la discriminación de objetos, en atención y en memoria.

¿Cuándo surge, pues, la consciencia? El problema cuando intentamos saber si otros animales son conscientes es que los organismos no humanos no pueden hablar. Estamos convencidos de que pueden sentir placer y dolor, pero no podemos saber si son conscientes de esos sentimientos. Entre los humanos también los niños pequeños no pueden hablar, aunque también estamos convencidos de que pueden tener sentimientos como nosotros.

No obstante, ha habido controversias sobre si los bebés son capaces de sentir como los adultos. La circunsición suele realizarse sin anestesia y generalmente a los bebés se les prescribe dosis post-operativas de analgésicos inferiores a las que se utilizan para el adulto. Se les puede preguntar cuando se hacen mayores, pero existe lo que Freud llamó la amnesia infantil, algo que según él se producía porque los contenidos de la memoria estaban reprimidos. Explorando esa amnesia se ha podido comprobar que los bebés tienen una buena memoria a largo plazo y que esa información no sufre en la transición entre la vida pre-verbal y la verbal. Pero no podemos saber si en la vida pre-verbal el bebé tiene consciencia de esa memoria, ya que el recuerdo utiliza el lenguaje.

Por todo ello se ha sugerido que los bebés que aún no han aprendido a hablar no tienen recuerdos conscientes, mientras que los bebés parlantes sí los tienen. Que el lenguaje juegue un papel crítico en este proceso lo indica que las niñas, que suelen aprender antes a hablar que los niños, tienen recuerdos más antiguos de su niñez.

Se ha propuesto la existencia de dos tipos de memoria. El primer sistema operaría a lo largo de toda la vida y no puede accederse a él intencionalmente; el segundo sistema dependería del lenguaje y puede accederse a él intencionalmente. Otros autores han planteado que la memoria autobiográfica se desarrolla cuando lo hace el concepto del yo o de sí mismo. Los niños comienzan a utilizar la palabra ‘yo’ y ‘mi’ poco antes de los dos años de edad y ‘tú’ uno o dos meses después. Se calcula que el concepto del yo surge, pues entre los 18 y los 24 meses de edad. En resumen: que el acceso consciente al sistema autobiográfico que depende del hipocampo coincide con el desarrollo del lenguaje y con el desarrollo del concepto de sí mismo.

Correlatos neurales de la consciencia

Cuerpo y cerebro son observables por terceros. Pero la mente sólo es accesible por el que la posee. Los pesimistas niegan la posibilidad de salvar esa distancia. Sólo podremos describir los correlatos de estados mentales, pero no cómo esos correlatos generan la consciencia, el sentido del yo. Otros argumentan que es absurdo llevar a cabo una investigación sobre la mente que es el instrumento que se emplea en la búsqueda de la solución del problema.

Algunos científicos han abordado la prometedora tarea de buscar los correlatos neuronales específicos de la consciencia. Los diversos autores proponen diferentes estructuras del cerebro para el asiento de la consciencia, estructuras como los núcleos talámicos intralaminares, el núcleo reticular, la formación reticular mesencefálica, la red intracortical tangencial de las capas I y II y los bucles tálamo-corticales.

Para Francis Crick y Christof Koch la mejor manera de abordar el tema de la consciencia es concentrarse en encontrar sus correlatos neuronales y las funciones cerebrales que dan lugar a las experiencias conscientes.

Edelman y Tononi piensan que el sustrato neuronal de la consciencia comprende grandes poblaciones de neuronas – en especial las del sistema tálamo-cortical – que se encuentran ampliamente distribuidas por todo el cerebro. Por otro lado, ningún área concreta y única del cerebro es responsable de la experiencia consciente.

Las únicas lesiones cerebrales localizadas que tienen como resultado la pérdida de la consciencia son las que suelen afectar al llamado sistema reticular de activación, situado en las porciones superiores del tronco cerebral (las regiones superiores de la protuberancia y el mesencéfalo) hasta el hipotálamo posterior, los llamados núcleos talámicos intralaminares y reticulares y el cerebro basal anterior. Su actividad es esencial para el mantenimiento del estado de la consciencia. Se supone que no genera consciencia por sí mismo.

En seres humanos se han identificado varios correlatos de la consciencia, como el bucle tálamo-cortical, un EEG característico de ondas frecuentes y de baja amplitud que va de 12-70 Hz y la formación reticular mesencefálica. Se ha propuesto que la descarga sincrónica de neuronas corticales, con una frecuencia de 40 Hz, también conocida como oscilación gamma, sea el correlato neural de la consciencia y sirva para unir la actividad de diversas áreas corticales, en relación con un mismo objeto. Pero estudios recientes en sujetos anestesiados han podido mostrar que la frecuencia de 40 Hz puede existir sin consciencia.

Se ha postulado que las células piramidales de la capa V y VI de la corteza, cuyos axones proyectan fuera de la corteza, serían responsables de la consciencia visual.

Los neurocientíficos británicos Karl Friston y Richard Frackowiak mostraron que las áreas que disminuyeron su actividad cuando una actividad motriz es aprendida son la corteza prefrontal y el área motriz suplementaria, lo que puede indicar que estas regiones cerebrales están implicadas en la producción de consciencia. La corteza prefrontal se sabe que está implicada en la toma de decisiones y el AMS es uno de los lugares implicados en la iniciación de la acción. Las regiones que participan en el control inconsciente de la actividad motriz son probablemente la corteza parietal posterior y el cerebelo. Es sorprendente la cantidad de corteza cerebral que puede perderse sin que el individuo pierda la consciencia.

El neurocirujano norteamericano Joseph Bogen tenía dos pacientes que tras una operación habían conservado sólo el hemisferio derecho. Perdieron las funciones sensoriales y motoras de la parte derecha del cuerpo y casi toda la capacidad de hablar, pero los sujetos estaban conscientes y respondían apropiadamente a los estímulos.

Consciencia ocasional

El nivel de consciencia se regula por el Sistema Activador Reticular Ascendente, descubierto por Moruzzi y Magoun en 1949 y que es la formación reticular que se extiende por el bulbo, la protuberancia y el mesencéfalo. Las neuronas necesitan mantener un nivel de actividad determinado. La formación reticular actúa no sólo modificando el nivel de actividad, sino también modulando las entradas y salidas, sobre todo las que salen de la médula espinal. Podemos modular los niveles de consciencia alterando la actividad de la formación reticular probablemente desde la corteza prefrontal. Estas estructuras son necesarias, pero no suficientes para la consciencia. Se necesita también la actividad de neuronas corticales.

El núcleo reticular del tálamo funciona como un interruptor para la consciencia. Cuando el nivel de activación del tronco del encéfalo disminuye, los circuitos tálamo-corticales comienzan a oscilar. Este ritmo sincrónico contribuye a la pérdida global de consciencia como ocurre en el sueño no REM. En el EEG se ven los husos característicos del sueño y las ondas lentas. A este fenómeno se le ha llamado “sincronización del EEG”.

Cuatro neurotransmisores juegan un papel en la función cerebral: el sistema noradrenérgico del locus coeruleus, el sistema serotoninérgico de los núcleos del rafe, el sistema dopaminérgico del mesencéfalo y el sistema histaminérgico del hipotálamo. La noradrenalina y la histamina están implicadas en la vigilia, la alerta y la atención; la serotonina en frenar la acción motora, ayudándola para que sea estímulo- y situación- específica; la dopamina apoyando y facilitando el movimiento, la emoción positiva y el pensamiento.

En la visión hay una vía que va desde la retina a la corteza visual primaria, pasando por el núcleo geniculado lateral. Esa vía no implica consciencia. En la corteza visual primaria, la información se dirige luego a las áreas corticales donde está representado el movimiento y a otras donde se representa el color; de ahí pasa la información a células que reconocen los objetos en la corteza asociativa temporal inferior, donde la información se hace consciente.

La cuestión es: ¿cómo se explica que unas descargas neuronales de una región asociativa de la corteza pueda ir acompañadas de consciencia y otras no? Gerald Edelman piensa que esa pregunta puede contestarse con lo que él llama “darwinismo neural”, que trata sobre la cooperación y competición entre grandes grupos de neuronas; las que salen triunfantes de esta competición serían las que van acompañadas de consciencia. A esto Edelman le llamó la “hipótesis del núcleo dinámico”.

Se sabe asimismo que la vía visual dorsal, que va desde el área visual primaria hacia la corteza asociativa parietal, también llamada la vía del “dónde”, que es capaz de localizar los objetos en el espacio, es inconsciente, mientras que la vía ventral que se dirige a las áreas asociativas temporales, llamada vía del “qué” es consciente. Las proyecciones de la corteza parietal a las áreas premotoras son inconscientes, mientras que las proyecciones de corteza parietal a la corteza prefrontal están relacionadas con la consciencia.

Experimentos realizados por Benjamín Libet mostraron que era necesario estimular la corteza somestésica con un tren de impulsos de al menos medio segundo para producir una experiencia consciente. Libet llamó a este fenómeno la “adecuación neural para la consciencia”. Este hecho significa que la consciencia tiene que estar mucho más atrás en el tiempo que los sucesos del mundo real y, por tanto, tiene que ser inútil para responder a un mundo que se mueve rápidamente.

La consciencia no es un fenómeno todo-o-nada, sino que existen diversos niveles de consciencia. Y la transición de la inconsciencia a la consciencia no es simplemente un cambio de una inactividad a una actividad neuronal, sino que supone un cambio en lo que hacen las neuronas, cambio que hoy por hoy es desconocido.

Todos estos resultados indican que la consciencia es un producto de la actividad cerebral, pero que muchas de las actividades de las neuronas cerebrales no van acompañadas de consciencia.

¿Máquinas con consciencia?

¿Puede crearse consciencia en una máquina? Los ordenadores pueden resolver problemas que los humanos encuentran difíciles, como la comprobación de teoremas, pero tienen enormes dificultades en tareas fáciles para los humanos, como el reconocimiento de objetos y la manipulación de los mismos.

En 1997 el mejor jugador del mundo de ajedrez, Gary Kasparov fue vencido por “Deep Blue”, un ordenador IBM. El ordenador era capaz de calcular 200 millones de posiciones de las fichas del ajedrez por segundo, mientras que Kasparov sólo podía procesar tres o cuatro posiciones. Además, el ordenador no estaba sometido a emociones o a estrés. La pregunta que se plantea es la siguiente: si Kasparov es considerado un ser inteligente, ¿por qué no podemos darle a Deep Blue la misma consideración?

Uno de los ataques más relevantes a la idea de que la IA podría desarrollar una mente ha sido la llamada Habitación China del filósofo estadounidense John Searle, un “Gedankenexperiment” en el que una persona en una habitación recibe caracteres chinos, los procesa siguiendo una serie de reglas, saca los resultados correctos sin entender lo que significan.

Aunque muchas actividades y acciones complejas pueden realizarse de manera inconsciente, actividades más dinámicas e interactivas, como el diálogo interpersonal, sólo puede llevarse a cabo de manera consciente.

Ahora mismo, en Internet, hay unidos cientos de millones de ordenadores, y el ancho de banda de las conexiones crece cada año. Algunas personas afirman que si Internet sigue creciendo llegará a un tamaño en el que inevitablemente se volverá consciente.

En los últimos 50 años la densidad de empaquetamiento de transistores en los circuitos integrados se dobla aproximadamente cada dos años. Esta tasa de crecimiento exponencial, llamada la ley de Moore, se espera que continúe durante una década o dos, lo que supone un aumento del rendimiento y una disminución de los costes. Se ha calculado que en el año 2019 un ordenador típico de mesa tendrá la capacidad del cerebro humano y costará sólo unos 1000 dólares. Y se calcula que el año 2029 se podrá construir una máquina que pase el test de Touring.

En 1950 Alan Touring planteó la respuesta a la pregunta: “¿Pueden pensar las máquinas?”. El test que lleva su nombre se aprobaría si durante 5 minutos la máquina podría responder de tal manera que el interrogador no pudiese distinguirla de un ser humano. Supongo que se necesitará más que pasar el test de Touring para que una máquina genere consciencia.

Conclusiones

El dualismo que subyace a algunas de las teorías sobre la consciencia plantea una cuestión importante, a saber cómo superarlo, ya que a lo largo de la historia de la filosofía este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro. Por tanto, entiendo que la superación de esta visión dualista ha ayudado mucho a la neurociencia para plantearse el estudio de las funciones mentales, considerando éstas como el producto de la actividad cerebral.

Ahora bien, la cuestión no es tan fácil, ya que considero imposible liberarse completamente del pensamiento o la visión dualista. Y pienso que es imposible porque supongo que esta forma de pensamiento en antinomias o antítesis podría bien ser una categoría más de nuestra mente con la que analizamos el mundo. Estoy convencido de que nuestro pensamiento lógico-analista es dualista, nos hace ver el mundo en antinomias o conceptos contrarios.

Todos tenemos la impresión de que nuestra experiencia consciente subjetiva es algo distinto del mundo físico que nos rodea y, si el cerebro pertenece a ese mundo físico, como es el caso, nos resulta muy sencillo separar la actividad cerebral de las experiencias subjetivas. De ahí que el pensamiento dualista sea común a mitos y religiones, a la filosofía y a la ciencia.

Me hace pensar en una predisposición genética que denomino “pensamiento dualista”, aunque ya previamente el psiquiatra de Pensilvania Eugene D’Aquili, fallecido en 1998, lo llamó “operador binario”, una estructura, módulo o dispositivo neural que estaría localizado en el lóbulo parietal inferior izquierdo. El neuropsicólogo ruso Alejandro Luria tuvo un paciente con una lesión en esa región cerebral y el sujeto no podía ya distinguir entre los conceptos contradictorios, como arriba/abajo, delante/detrás o antes y después. Había perdido la visión dualista del mundo que nos caracteriza.

Si esto es cierto, entonces el dualismo que parecemos percibir en la naturaleza no es tal, sino simplemente que nuestro cerebro lo percibe así, pero que no existe en la naturaleza, en el mundo exterior.

A mi entender, esta manera de ver el problema de la consciencia dificulta enormemente su solución. En otro lugar he argumentado que la experiencia mística, producida no sólo espontáneamente, sino provocada experimentalmente por estimulación de ciertas regiones del cerebro, es una experiencia en la que una de sus características es la anulación de la visión dualista, o sea, la desaparición del yo frente al mundo, uniéndose el sujeto con la naturaleza, el vacío o Dios.

Este hecho nos está diciendo, en mi opinión, que la visión dualista no es la única posible con la que el cerebro se enfrenta a la realidad exterior. Pero también nos dice que el cerebro es capaz de generar experiencias espirituales, es decir, que considerar a este órgano como materia, simplemente, no sería correcto. Más bien habría que hablar de algo así como “espiriteria”, o sea la contracción de espíritu y materia.

Esto quiere decir que los conceptos “materialismo”, “espiritualismo”, no son otra cosa que “dualismos cojos” en el sentido que de la partición dualista de una totalidad eligen solamente una parte.

En cualquier caso, espero que haya quedado claro que estamos aún lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia subjetiva de la consciencia. Aquellos que opinan que este es un enigma insoluble y que nunca llegaremos a encontrar una solución deberían considerar los enormes avances que ha experimentado la neurociencia, sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado, y deberían asimismo pensar que en ciencia la palabra “nunca” no debe utilizarse. Por mi parte, considero que es posible que sea el resultado de una visión dualista que habría que superar.

Conferencia pronunciada por el Prof. F. J. Rubia en la Real Academia Nacional de Medicina el 12 de enero de 2010, con motivo de la inauguración del curso académico. Este texto se publicó originalmente en el blogNeurocienciasdel autor en Tendencias21. Francisco J. Rubia Vila es Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y también lo fue de la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, así como Consejero Científico de dicha Universidad.

Bibliografía

Bogen, J. E.
On the neurophysiology of consciousness
Consciousness and Cognition, 4: 52-62; 137-158, 1995

http://www.tendencias21.net/La-consciencia-es-el-mayor-enigma-de-la-ciencia-y-la-filosofia_a4026.html

Miles de OVNIS aparecen en el espacio – Incidente TETHER

Por Ivan Martinez / gran misterio

En 1996 se puso en marcha un programa experimental de la NASA denominado el experimento Tether. El proyecto consistía en poner en órbita una enorme máquina para comprobar si era capaz de absorber la energía que emite el campo magnético del planeta y transformarla en electricidad. Sin embargo algo salió mal, la máquina se partió en dos y el experimento fracasó. A raíz de aquel infortunio, las cámaras empezaron a captar la presencia de miles de objetos voladores no identificados que surgieron cerca de la máquina. ¿Estaría generando la máquina estos objetos o serían OVNIS que se hicieron presentes en el espacio?

Nueva oleada de avistamientos del mothman en el mundo

Vicente Fuentes comenta 5 impresionantes casos de avistamientos de la criatura conocida como el “mothman” en Estados Unidos, Argentina y Singapur, éste última en el mes de noviembre. La extrañeza que ha creado en las autoridades, los asombrosos comentarios de los testigos y la impresión de que se siguen repitiendo cíclicamente los avistamientos en diferentes puntos del mundo en forma de mini-oleadas, serán los protagonistas de este vídeo. Esperamos que sea de su interés.

Ufopolis.com 2015

Solsticio de invierno 2015: una reflexión sobre la muerte del Sol y el renacimiento del espíritu

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Tradicionalmente el solsticio de invierno era una de las fechas más importantes del año, símbolo del recogimiento, la oscuridad, la muerte y el subsecuente triunfo de la luz. Si uno desea tener presente los ciclos de la naturaleza y busca armonizar con los patrones del tiempo y sus diferentes energías o arquetipos, celebrar el solsticio es una de las principales maneras de hacerlo.

Este 2015 en el hemisferio norte el solsticio se llevará a cabo exactamente el 22 de diciembre a las 4:48am, hora del meridiano de Greenwich; en la ciudad de México ocurrirá a las 10:48pm el 21 de diciembre, el día que tradicionalmente se asocia con el solsticio pero no necesariamente el día en el que ocurre este evento astronómico.

El solsticio de invierno es el día más corto del año y la noche más larga, por lo cual simboliza un proceso de muerte, también ligado al invierno y a la retirada de las energías vitales. El significado de la palabra “solsticio” viene del latín sol + sistere (“quedarse quieto”), una alusión al momento en el que el Sol llega al punto más alto del cielo desde nuestra perspectiva y en apariencia parece detenerse por un instante (un instante de mágica e ilusoria suspensión temporal que parece fijar, en esa espectral inmovilidad, el momento de su muerte).

Podemos decir que este día se trata de la observación de la sombra tanto psicológica como físicamente y si queremos ubicar en un punto específico el solsticio –además de que esta vez ocurrirá en su momento exacto en la noche— podemos notar el 21 de diciembre la sombra del Sol al mediodía, que será la sombra más larga de todo el año. En esa sombra, podemos adivinar, está una imagen del alma del Sol que muere este día. En esa sombra, si somos espejos del cielo, tal vez también esté tu muerte.

winter-solstice-ba_3530732eLas religiones antiguas consideraban al Sol un símbolo de la personalidad suprema, el gran héroe arquetípico que atraviesa las diferentes estaciones y debe también descender al inframundo para luego renacer y remarcar la victoria de la luz sobre las fuerzas de la oscuridad –una victoria inevitable pero que virtuosamente debe ser honrada con la contrición y el sacrificio. Al concebir al hombre como un microcosmos del cielo y a la naturaleza terrestre como una madeja interdependiente de los procesos cósmicos, los antiguos vieron reflejadas sus vidas en las vicisitudes del Sol. Así la muerte de nuestra estrella, su descenso y su pérdida de luminosidad es actuada y padecida de manera fractal por el hombre y por todos los seres de la naturaleza.

Al declinar el año suele aparecer un estado de recogimiento e incluso una depresión natural (en Escandinavia, por ejemplo, esto es una condición bastante seria ligada a la falta de serotonina que produce la ausencia de luz). La época del solsticio marca astrológicamente la entrada del signo zodiacal Capricornio, regido por Saturno, el planeta de la melancolía y de las dificultades que deben sufrirse para crecer. Saturno, sin embargo, también simboliza la paciencia, el trabajo y la preparación de la tierra para que retome las cualidades primeras que le permitirán más tarde florecer. En el I Ching, Richard Wilhelm escribe sobre lo Receptivo: “es cuando la fuerza oscura de la naturaleza origina el fin del año”. Ciertamente Capricornio, un signo femenino, cuyo elemento es la tierra, es una buena representación de la receptividad. Es esta época, en la que toda la vida está concentrada en el subsuelo, en la que los alquimistas excavan astrológicamente y encuentran la materia prima que tendrán que nutrir con “la sangre del león verde” (el espíritu vegetal), las sales y el rocío, como si se tratara de un niño (el “niño Dios”) al cual hay que cuidadosamente estimular para convertirlo en el Rey Sol (en Cristo). Es bajo el dominio de Saturno, de la muerte del Sol y de la bilis negra que inicia la primera fase de la alquimia, el nigredo, la cual culminará en la obtención de la piedra de los filósofos o la medicina universal. La alquimia ama la conjunción de los opuestos y no es de extrañarse que justamente en la muerte, en este período de agonía y decrepitud, se haga presente la vida, la semilla áurea, la luz inmortal.

Así en esta melancolía, en este memento mori, en este descenso al limo del alma, se encuentra la semilla del espíritu que florecerá hacia el esplendor del solsticio de verano y que diseminará generosamente la vida en el mundo (y es que la luz y la vida son místicamente sinónimos: In Him was life, and the life was the Light of men“, San Juan). No parece ser una casualidad que en la antigua Roma se celebraran en estas fechas las saturnalias, las orgiásticas fiestas de Saturno, quien además de ser el viejo Padre Tiempo, también era el dios de la agricultura, ligado en sus orígenes preolímpicos con la Edad de Oro en la mítica Arcadia. Estas fiestas culminaban con las celebraciones del Sol Invictus, un apelativo empleado para el dios de la luz, Mitra, adorado en cultos iniciáticos romanos y una figura en la que existen ciertos paralelos con Cristo y Dionisio, por lo que algunos han propuesto la hipótesis de que la Navidad sustituyó en el calendario religioso a estas fiestas paganas siguiendo la agenda oculta del poder imperial.

Aunque no se hacía con una fecha exacta en el México prehispánico se celebraba alrededor del solsticio también el  nacimiento de Huitzilopochtli, el dios-sol-colibrí, en la fiesta del Panquetzaliztlique al parecer marcaba su triunfo sobre Tezcatlipoca y las fuerzas de la oscuridad, en correspondencia con el motivo universal del solsticio.

Aunque el renacimiento de Cristo no se celebra en estas fechas –pero sí su nacimiento– no podemos dejar de observar la resonancia que existe entre el proceso del Sol y la divinidad encarnada, siendo Cristo, el Mesías, esotéricamente una representación del Sol, especialmente si seguimos la antigua ley de las analogías. Leemos en la Tabla Esmeralda que: “Lo de abajo es como lo de arriba, y lo de arriba es como lo de abajo, para obrar los milagros de una cosa”. Siguiendo la vieja interpretación de que este texto hermético describe los principios filosóficos por los cuales se obtiene la piedra filosofal, debemos mencionar que este proceso de transformación, la opus magnum, es nombrado “la obra del Sol” y que los alquimistas consideraban que Cristo era en realidad la piedra filosofal, el espíritu de la luz (o el Logos) encarnado en la Tierra, la iluminación de la naturaleza y la restauración del reino de Dios. Johannes Trithemius, el maestro de Paracelso, escribió:

Pero esta Agua y este Fuego, que crecen en una sola esencia, producen la gran Panacea, compuesta de debilidad y fuerza: el Cordero y el León unidos en uno. El Lapis de los alquimistas, la Piedra Filosofal, es el Hijo de Dios.

Lo anterior puede llevarnos a terrenos demasiado esotéricos para este artículo celebratorio del renacimiento del Sol que sobre todo invita a participar en una meditación sobre los procesos de la naturaleza y el vínculo que éstos tienen con nuestros propios procesos. En este sentido parece apropiado, si sintonizamos el cauce de estos días (el aspecto cualitativo del tiempo, el arcano de la naturaleza), morir también, morir aunque sea un poco, no resistirnos a un estado melancólico, a una sumersión a las profundidades cavernosas de nuestra psique y tal vez ahí, decir con Camus: “En medio del invierno descubrí que había, dentro de mí, un verano invencible”. En todo lo que muere –en este mismo Sol mortecino– podemos ver aquello que nace y entonces podemos descubrir el secreto de la vida: que es eterna.

Twitter del autor: @alepholo

http://pijamasurf.com/2015/12/solsticio-de-invierno-2015-una-reflexion-sobre-la-muerte-del-sol-y-el-renacimiento-del-espiritu/

La cuántica de la función cerebral

Una recomendación de Francisco ´Guanipa

Referencia: Quantum Frontiers.com .
“Wouldn’t you like to know what’s going on in my mind?”
por Preskill 6 de noviembre 2015
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Supongo que la mayoría de físicos teóricos que, como yo, pasan de los 60 años se preocupen por ser demasiado susceptibles al «síndrome del viejo loco». (Lo siento por el sexismo, pero todas las víctimas de este mal que conozco son hombres). Puede parecer triste cuando un ex gran científico se sitúa lejos de la corriente principal y parece estar haciendo tonterías.

(a) Dos racimos Posner entrelazados. Cada punto es un espín nuclear P-31, y cada línea discontinua representa un par simple. (b) Muchos racimos Posner entrelazados. [De Fisher 2015]

Matthew Fisher tiene sólo 55, pero la renuencia a ser visto como un ‘viejo loco’ que podría explicar en parte por qué se ha mantenido bastante tranquilo en su apasionada búsqueda de neurociencia en estos últimos tres años. Eso cambió hace un par de meses cuando publicó un artículo en arXiv en Cognición Cuántica.

La neurociencia tiene un tirón muy seductor, porque a la vez resulta accesible e inaccesible. Mientras que un físico teórico puede pensar y escribir sobre una brana, incluso sin tener o ver ninguna, todo el mundo tiene un cerebro (excepto algunos espantapájaros). Por otro lado, aunque no es demasiado difícil de escribir y estudiar las ecuaciones que describen una brana, no tiene nada de fácil escribir ecuaciones sobre el cerebro, y mucho menos resolverlas. El cerebro es fascinante porque sabemos muy poco sobre él. Además … ¿cómo puede alguien con una apreciación saludable sobre el Teorema de Gödel, no estar intrigado por la idea misma de un cerebro que piensa por sí mismo?

La idea de que los efectos cuánticos podrían tener un rol importante en la función cerebral, no es nueva, pero suele descartarse de forma rutinaria como tremendamente inverosímil. Matthew Fisher lo ve de otro modo. Y los que leen su artículo (como espero que muchos hagan) estarán obligados a concluir: Este viejo no está tan loco, podría estar en lo cierto. Por lo menos se está planteando algunas preguntas muy interesantes.

Mi agradecimiento a Matthew y su artículo se vio más acentuado este miércoles, cuando Matthew terminó un seminario de Caltech a la hora de comer y una de mis interminables reuniones de grupo para la cena. No sé si mi cerebro está realizando el procesamiento de información cuántica (y tampoco lo sabe Matthew), pero la sola idea de que podría ser ya me iluminaba.

Después de Matthew, respiramos profundamente y nos preguntamos: ¿Qué certeza necesito para ver que el procesamiento de información cuántica es importante en el cerebro? Presumiblemente, sería (1) una forma de acumular información cuántica durante mucho tiempo, (2) de transportar la información cuántica, (3) de crear entrelazamientos, y (4) que el entrelazamiento influya en activar las neuronas. Después de una búsqueda de tres años, Matthew tiene cosas interesantes que decir sobre todos estos temas. Para más detalles, lo mejor es leer su documento.

Matthew sostiene que los únicos depositarios plausibles de la información cuántica en el cerebro son los espines nucleares del Fósforo-31 de los iones de fosfato. Debido a que estos núcleos tienen un espín-1/2, no tienen momentos cuadrupolares eléctricos y, por tanto, les corresponde tiempos de coherencia largos, del orden de un segundo. Eso no parece lo suficientemente largo, sin embargo, los iones de fosfato se pueden entrelazar con iones de calcio en los objetos llamados racimos Posner, cada uno con seis núcleos P-31. Los núcleos de fósforo de racimos Posner pueden tener tiempos de coherencia enormemente mejorados por el acortamiento de movimientos, que pueden ser de semanas o incluso de más tiempo.

Cuando se consume la energía de una célula, el ATP libera a veces iones difosfato (lo que los bioquímicos llaman pirofosfato), que más tarde se dividen en dos iones separados de fosfato, cada uno con un solo qubit P-31. Matthew sostiene que la ruptura del difosfato, catalizada por la enzima adecuada, mejorará a un ritmo mayor cuando estos dos qubits P-31 estén en un simple espín en lugar de un espín triple. La razón es que la enzima debe conseguir aferrar la molécula de difosfato y detener su rotación a fin de romperla, lo cual es mucho más fácil cuando la molécula tiene algo más que un extraño momento angular orbital; por lo tanto, dada la estadística de Fermi del estado de espín de los núcleos P-31, debe ser antisimétrica. De ahí que, allí donde se consume la ATP hay una fuente plena de pares de qubits entrelazados.

Si las moléculas de fosfato se mantienen sin consolidar, este entrelazamiento se desintegrará en aproximadamente un segundo, pero la cosa cambia si el grupo conjunto de iones fosfato pasa suficientemente rápido a grupos Posner, lo que permite que el entrelazamiento sobreviva por un tiempo mucho más largo. Si los dos miembros de un par de qubit entrelazados son fragmentados por diferentes racimos Posner, tales grupos, a continuación, pueden ser transportados a diferentes células, distribuyendo el entrelazado a distancias relativamente largas.

Lo que causa que una neurona se active es una historia complicada en lo que voy a intentar no meterme. Basta decir que parte de esa historia puede implicar la unión de un par de racimos Posner que luego se funden si el ambiente es suficientemente ácido, liberando iones de calcio e iones de fosfato que mejoran la activación. La tasa de fusión depende del estado de espín de los seis núcleos P-31 dentro del racimo, por lo que el entrelazamiento entre los racimos de distintas células puede inducir correlaciones no locales entre diferentes neuronas, haciéndose muy complejo si el entrelazamiento está ampliamente distribuido.

Este escenario plantea más preguntas que respuestas, pero estas son sin duda cuestiones científicas que invitan a una mayor investigación y exploración experimental. Una cosa que está lejos de ser claro en este momento es si tales correlaciones cuánticas entre neuronas (si es que existen) serían fáciles de simular en un ordenador clásico. Incluso si así fuera, los efectos cuánticos implicados de muchas neuronas podrían ser increíblemente interesantes. La misión de IQIM es alcanzar una ciencia cuántica transformadora, en particular los enfoques que aprovechan las sinergias entre los diferentes campos de estudio. Este tema ciertamente califica. Y será divertido saber a dónde conduce.

Si usted es un científico joven y ambicioso, posiblemente esté contemplando el dilema: ¿Me decido por la física cuántica o la neurociencia? Tal vez, sólo tal vez, la respuesta correcta sería: Ambas.

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– IQIM .

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«Extender los límites de la conciencia» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Todo lo que existe en el cielo y sobre la tierra, pero también en las entrañas de la tierra, todo lo que existe en los diferentes reinos de la naturaleza, existe igualmente en el hombre. Esto es lo que explica que, desde el origen, el hombre se vea impulsado a estudiar y comprender el mundo que le rodea. Incluso inconscientemente, es él mismo quien quiere de esta manera estudiar y comprender.
Desgraciadamente, hasta que no conozca las causas profundas de esta tendencia, el hombre se contentará con mirar al exterior, con observar, anotar, grabar lo exterior, sin comprender nunca lo esencial. Todas esas investigaciones acometidas por los científicos para captar cada vez mejor las riquezas prodigiosas de la naturaleza ¡son magníficas! Pero los Iniciados han ido mucho más lejos: profundizando las correspondencias que existen entre el mundo físico y el mundo psíquico, han extendido hasta el infinito los límites de su conciencia y nosotros debemos seguirles por este camino.»


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