En la noche del 31 de agosto de 1997, ocurrió algo terrible: la princesa Diana murió en un accidente de tráfico en París junto con su pareja Dodi Al-Fayed y el conductor del vehículo, Henri Paul. Aunque hay que decir que, para algunas personas, lo que sucedió esa noche no fue simplemente un trágico accidente. En su lugar, fue el resultado de algún tipo de conspiración, llevada a cabo en secreto por agentes del estado británico. Numerosos informes, investigaciones y expertos dijeron que fue la alta velocidad la que provocó el terrible accidente. Pero otros mantienen que algo realmente siniestro ocurrió esa noche: que la familia real británica y el MI6 (el Servicio Secreto británico) querían matar a Diana, y ayudaron a orquestar el fatal accidente de esa noche.
Debido a que el empresario egipcio Mohamed Al-Fayed, padre de Dodi y dueño del Hotel Ritz Paris, difundió la teoría de la conspiración, la policía metropolitana londinense se vio obligada a realizar la Operación Paget, una investigación para establecer si había alguna verdad en las teorías. Duró años, costó millones de libras y, como era de esperar, consideraron que las teorías carecían de fundamento, y que todo lo que sucedió esa noche fue un accidente increíblemente desafortunado. La investigación examinó 175 teorías sobre lo que sucedió esa noche. Aún así, son muchos los que mantienen que se trata de una gran conspiración con el único objetivo de terminar con la llamada popularmente “Princesa del pueblo”. Y tal vez ahora podamos saber la verdad de todo lo que ocurrió esa fatídica noche, ya que un niño australiano de cuatros años podría ser la reencarnación de Lady Di.
La reencarnación de Lady Di