Las
venus paleolíticas son
estatuillas femeninas de hueso, asta, marfil, piedra, terracota y de madera, datadas en el Paleolítico Superior.
Se trata de figuras de mujeres de rostro impreciso y con una fuerte exageración de las partes del cuerpo (vientre abultado, enormes senos y piernas obesas).
Todas ellas parecen responder a representaciones convencionales de la mujer de la época (algunas llegan a ser claramente estilizaciones o esquemas), lo que no impide apreciar la maestría de los artesanos prehistóricos. Estas esculturas tienen tamaños modestos, hasta diminutos, oscilando entre los 4 y los 25 centímetros.
Hay un grupo de venus, denominado esteatopigias, con ciertas partes de la anatomía exageradamente desarrolladas: son obesas, con el abdomen, la vulva, las nalgas y las mamas extremadamente grandes. Pero también es común que el resto de las partes del cuerpo aparezcan desdibujadas: los brazos son muy pequeños, los pies apenas se les ven y la cara suele ser, por lo general, inexistente.
La datación de estas figuras atraviesan los períodos Auriñaciense, Gravetiense y Solutrense, que es cuando predominan las formas obesas. Siguieron elaborándose hasta el Magdaleniense, pero en estos periodos ya adquieren una forma delgada con cambios en las zonas de interés: se detalla la cara, o han, evolucionando hacia formas cada vez más estilizadas, incluso abstractas (venus claviformes).
Periodización del Arte Paleolítico
Venus de Hohle Fels
La Venus de Hohle Fels es la denominación que recibe una pequeña escultura hallada en 2008 en una de las cuevas de Hohle Fels, en el valle del río Ach (Baden-Wurtemberg, Alemania).
La escultura, rota en seis fragmentos, posee un tamaño de unos seis centímetros de alto, 3,5 de ancho y 3 de grosor, con un peso de 33 gramos. Se encuentra esculpida en marfil de una hembra de mamut, representando una figura femenina con los atributos sexuales muy marcados, como sucede con este tipo de representaciones femeninas, tradicionalmente llamadas “Venus”.
En concreto, la figura muestra muy desarrollados los senos, las caderas y la vulva, mostrando además gran detalle en las manos y los dedos, y le faltan el hombro y el brazo izquierdos.
Venus de Hohle Fels, Museo Blaubeuren, Alemania
Según las mediciones realizadas con radiocarbono, la escultura poseería un mínimo de 35.000 años de antigüedad, que podrían incluso alcanzar los 40.000 años según otros investigadores. Estas fechas situarían el hallazgo en la cultura auriñaciense, lo que la convertiría en la escultura humana más antigua de la que se tiene constancia, y 5.000 años anterior a las Venus gravetienses. Por otro lado, existen representaciones abstractas de figuras humanas más antiguas en Sudáfrica, con unos 75.000 años de antigüedad.
Los arqueólogos alemanes no dudan de que es una representación artística de la fertilidad y que pudo ser objeto de algún tipo de culto o ritual.
Venus de Hohle Fels
Fuente:
Venus de Dolní Vestonice
La Venus de Dolní Věstonice es una estatuilla de terracota de una figura femenina,datada entre el 29.000 y 25.000 AEC (manufacturas gravetienses), que fue encontrada en el yacimiento arqueológico paleolítico de Dolní Věstonice, al sur de Brno, en la República Checa.
Venus de Dolní Věstonice
Esta Venus mide 111 milímetros de altura (aunque falta parte de las extremidades inferiores), y 43 mm de anchura. Podría tratarse de una de las evidencias más antiguas de cerámica. Tiene la cabeza sin detalle alguno, excepto dos incisiones que podrían representar los ojos.
Los brazos apenas están esbozados, en cambio los grandes senos, el ombligo y la línea inguinal han sido señalados con todo detalle. Aunque ha perdido los pies, parece que tuvo un extremo inferior puntiagudo. Los últimos estudios han llegado a localizar una huella digital (marcada en la arcilla antes de la cocción) que, al parecer, perteneció a un niño de entre siete y quince años (que no se cree que haya sido el autor).
Las excavaciones, además, sacaron a la luz el taller de un artista paleolítico, pues esta figura es una más entre centenares que aparecieron en la segunda vivienda junto con más de 2.000 bolas de arcilla sin moldear:
En Dolní Věstonice se ha logrado descubrir la vivienda de un artista. Ésta quedaba aislada del campamento principal, y se caracterizaba por presentar una forma constructiva diferente. En las cenizas del hogar central —en parte abovedado a modo de horno— se encontraron más de 2200 pequeñas obras plásticas y fragmentos de obras de barro cocido. A su vez la existencia de fragmentos de flautas indica que también la propia cabaña era el lugar de celebración de ceremonias mágicas y donde el creador de los objetos de arte, un sabio mago o sacerdote chamán, tenía su morada.
Bohuslav Klíma (1963): Dolní Věstonice, Czechoslovak Academy of Sciences (Praga)
Venus de Willendorf
La Venus de Willendorf es una estatuilla hecha de piedra caliza de entre 24.000 y 22.000 años AEC. Fue hallada en un yacimiento paleolítico cerca de Willendorf (Austria), en 1908.
Mide sólo 11 centímetros y representa a una mujer embarazada. Su pequeña cabeza no tiene rostro, pero ostenta un peinado formado por siete capas, como los días que componen un cuarto del ciclo lunar. No tiene cuello y de todas las “Venus” es la que presenta las formas más “generosas”.
Venus de Willendorf
Su abdomen, vulva, nalgas y mamas son extremadamente voluminosos, de donde muchos estudios han deducido una fuerte relación con el concepto de la fertilidad. Los brazos, muy delgados y casi imperceptibles, se doblan sobre los senos. No tiene una cara visible, estando su cabeza cubierta de lo que pueden ser trenzas, un tipo de peinado o una capucha, e inclinada hacia adelante.
El abdomen posee un notorio hueco que representa el ombligo. El abultado pubis se expande sobre unos gruesos muslos, y las piernas son anatómicamente muy acertadas. Las rodillas están juntas y los pies – que no han sido representados (o se han perdido) – estarían separados, por lo que la escultura termina a la altura de los tobillos.
Fuente:
Venus de Brassempouy
La Venus de Brassempouy (una localidad de las Landas, ubicada al sur de Francia), o dama de Brassempouy es un fragmento de estatuilla femenina tallada en marfil de mamut. Mide 3,65 centímetros de altura, 2,2 centímetros de ancho y 1,9 centímetros de grosor.
Su descubrimiento tuvo lugar a finales del siglo XIX. Ha sido datada del Paleolítico Superior y es una de las más antiguas representaciones detalladas del rostro humano.
Vista frontal y lateral de la dama de Brassempouy
A pesar de ser una de las venus con los rasgos más detallados, las proporciones anatómicas del cráneo no son realistas: el rostro tiene forma de triángulo invertido muy equilibrado. La nariz y las cejas están perfectamente representadas, pero no tiene boca. En la cabeza, el cabello está representado de un modo poco convencional, por medio de trazos en redecilla, por lo que algunos piensan que se trata de una capucha, de un tipo concreto de peinado o, simplemente, la representación esquemática de la cabellera.
La dama de Brassempouy es del período Gravetiense, una de las culturas más antiguas del Paleolítico Superior, entre 29.000 y 22.000 AEC. Además, su asociación con un fósil de buril de Noailles, aporta una precisión mayor, datando a la obra entre 26.000 y 24.000 años de antigüedad.
A diferencia de otras de sus contemporáneas, como las Venus de Laussel, Lespugue, Willendorf o Dolní Věstonice, la dama de Brassempouy es la única que presenta un rostro tallado en detalle.
Venus de Mal’ta
Las llamadas
Venus de Mal’ta son alrededor de 30
estatuillas femeninas dediferentes formas que datan del Paleolítico, descubiertas en Mal’ta, en Irkutsk Oblast, Siberia, Rusia.
Venus de Mal’ta
Esta Venus tiene al menos 23.000 años de antigüedad y fue tallada en marfil de colmillos de mamut. Se trata de una típica “Venus del Paleolítico”, con los atributos sexuales destacados, como los grandes pechos y las caderas.
La gran variedad de formas, combinado con el realismo de las esculturas, y la falta de repetitividad en detalle son signos definitivos del desarrollado, aunque temprano del arte. Previo a Mal’ta, sólo en Europa se han encontrado figuras tipo Venus.
Venus de Kostenki
La Venus de Kostenki, Ucrania, datada de hace aproximadamente 22.000 AEC, es una representación femenina con atributos exagerados, ausencia de rostro, cabeza inclinada, brazos y piernas pegadas al cuerpo.
Tiene adornos únicos en este tipo de estatuillas tipo “venus”: una base trenzada en la nuca, una bandolera de pecho con cintas sobre los hombros, y cortes sobre los codos y las muñecas que sugieren brazaletes.
Venus de Kostenki
Venus de Laussel
La Venus de Laussell es un bajorrelieve de unos 43 centímetros de altura y se estima que data del 22.000 al 18.000 AEC. Está tallada sobre piedra caliza con utensilios de sílex, como casi todo el utillaje lítico del Paleolítico.
La Mujer parece estar embarazada, y lleva en su mano derecha un cuerno de bisonte con forma de media luna. El cuerno tiene trece muecas grabadas, tal vez una representación de los trece días de la fase creciente de la luna y de los trece meses del año lunar.
Laussell, en la Dordoña, está a muy pocos kilómetros de la famosa cueva de
Lascaux.
Venus de Laussel
Fuente:
Venus de Lespugue
La Venus de Lespugue es una estatuilla de marfil de 14,7 cm. datada entre 20.000 y 18.000 AEC y esculpida en marfil de mamut. Fue hallada en 1922 en la «Cueva de Rideaux», en Lespugue, en el Alto Garona (Francia).
No tiene ni manos ni pies y sus piernas acaban en una especie de punta, como si la figura estuviese clavada en la tierra o en un bastón de mando. Mide tan sólo unos 14´7 centímetros de altura. La cabeza la tiene inclinada mirando a la tierra y sus enormes senos, en forma de grandes huevos, le penden alargados y caen sobre su abultado vientre.
Sus brazos, pequeños y delgados descansan sobre sus pechos. Toda ella es un auténtico disparate anatómico: cabeza minúscula, brazos atrofiados, torso muy alargado y plano y, finalmente, senos, caderas y vientre enormes y monstruosos.
Venus de Lespugue (reconstrucción)
Venus de Çatalhöyük
La figurilla llamada
Mujer sentada de Çatalhöyük es una estatuilla de arcilla cocida de apenas veinte centímetros de altura, que representa a una mujer o Diosa madre desnuda y obesa, flanqueada a ambos lados por dos leopardos. La estatuilla fue realizada en algún momento del
6.000 AEC, y fue descubierta en 1961 en Çatalhöyük, un antiguo asentamiento de los períodos Neolítico y Calcolítico, en Anatolia (actual Turquía).
Mujer sentada de Çatalhöyük, Museo de las Civilizaciones de Anatolia (Ankara, Turquía)
Se cree que es un símbolo de fertilidad, debido a los exagerados miembros de la fémina, que es representada en el proceso de dar a luz mientras está sentada en su trono. La estatuilla es una de las varias iconográficamente similares que se han encontrado en el lugar.
Venus de Çatalhöyük 2
Venus de Malta
También se hallaron varias estatuillas tipos “Venus” en el país de
Malta.
Venus de Hagar Quim
Venus de Hagar Qim 2 (3600–2500 AEC)
En el fondo de un foso del Hipogeo de Hal Saflieni de Malta se encontró a la famosa “dama durmiente” (“The Sleeping Lady”), una estatuilla con una datación estimada de 4.500 AEC que sugiere la práctica de una religión matriarcal.
Dama Durmiente – Hipogeo de Hal Saflieni
Interpretación
En cuanto a la interpretación, la alta proporción de figuras femeninas en el arte mueble del Paleolítico Superior es suficiente para admitir el importante papel de la mujer en aquellas sociedades prehistóricas.
Sabemos que no eran objetos con una utilidad práctica productiva; también sabemos que han aparecido en lugares de habitación y no en lugares e enterramiento. Podría ser que estuviesen a la vista de cualquiera, no siendo, pues, amuletos recónditos o secretos (lo que explicaría su enorme difusión geográfica).
Sin embargo, poco más se puede decir. Todas las teorías sobre la Gran Diosa Madre, la diosa de la fecundidad o los cánones de belleza son meras especulaciones que no llegan, siquiera a poder ser formuladas como auténticas hipótesis científicas; ya que no hay manera de establecer procedimientos de contrastación, ni hallar pruebas científicas, etc.
Sibylle von Reden lo entiende de la siguiente manera:
“En la fase más antigua, en la que todavía no se reconocía una relación entre el hecho de engendrar y el de dar a luz, la mujer, la engendradora, aparecía como la fuerza creadora todopoderosa, que dominaba sobre el hombre y el animal, sobre la vida y la muerte. Como Gran Madre encarnaba el deseo humano de fertilidad así como la esperanza de superación de la muerte, a la que el hombre de la Edad de Piedra, que pocas veces alcanzaba una edad superior a los 25 ó 30 años, se enfrentaba mucho más directamente que el hombre de hoy. Su signo mágico, la vulva, la puerta hacia la vida, se grababa en la roca en los lugares de culto o se esculpía en relieve desde los más antiguos tiempos auriñacienses. En forma de cauríes acompañaba a los difuntos a la tumba, como amuleto, quizá para asegurarles la resurrección”.
Las palabras de Pepe Rodríguez resumen a la perfección la esencia de estas representaciones prehistóricas:
“El hallazgo fundamental de la ideación de la Diosa fue concebir un concepto totalizador capaz de integrar sin fisuras el macrocosmos y el microcosmos. Como ente asimilado a la fisiología femenina y a su rol maternal, la Diosa no sólo tenía la capacidad partenogenética y nutricia que la señalaban como causa y sostén del universo, sino que ofrecía un cuerpo cósmico, cual útero, en cuyo interior se gestaban todos los estados del ser como un continuum. La muerte y la vida se sucedían como la noche al día, eran complementarias e inevitables, dando lugar a una existencia sin fin. Ninguna formulación religiosa posterior ha sido tan holística, inteligente y tranquilizadora como la Diosa. Ningún dios varón, por muy Dios Padre que se haya erigido, ha tenido ni tendrá jamás la capacidad de integración y de evocación mítica de la Diosa”.
http://reydekish.com/2015/12/23/venus-paleoliticas/